Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 5

Capítulo 12: L’Arc Berg

 

 

Therese llegó flotando mágicamente y aterrizó junto a él.

―¿De qué va todo esto?

Publicidad M-AR-2

Les fulminé con la mirada.

―Oh, hombre. De verdad que no creía que fueras el Héroe del Escudo, Niño.

―Te lo dije muchas veces.

―Es verdad, lo hiciste. Pero supuse que no debía juzgar un libro por su portada, ¿sabes, Niño? ¿O debería llamarte Naofumi?

―Como más te guste. ¿Qué pretendes?


―¿Eh? Oh, quiero que sepas que personalmente no tenga nada contra ti.

―Es cierto. Yo tampoco. Siento mucho que las cosas tengan que terminar así, pero…

Tenía un muy mal presentimiento sobre esto, aunque ya llevaba un tiempo albergando dudas sobre esa guadaña gigante suya. Ahora por fin estaba obteniendo la respuesta.

―Tenemos que hacerlo por el bien de nuestro mundo. Debes morir.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 5 Capítulo 12 Novela Ligera

 

Se movió tan rápido que fue increíble. Antes de que pudiera ver siquiera qué ocurría, su guadaña estaba cortando el aire. Sin pensar en nada, reaccioné. Deduje dónde iba a golpear la guadaña y preparé mi escudo para bloquearla.

―¡Jeh! Eres bastante rápido, Niño.

―¡¿Qué estás haciendo?!

―¡¿Qué le haces a mi maestro?!

Filo interrumpió y corrió para atacarles, pero levanté una mano para detenerla. No sé cómo pude parar ese golpe, por lo que si ella cometiese un pequeño error, no saldría de esta con vida.

Publicidad M-M4

―Ya te lo he dicho.

Lo único que ha dicho es que debo morir por el bien del mundo. ¿Qué se supone que significa eso?

―¡Debemos juzgar a este aventurero por levantar su arma contra Iwatani-sama, el Héroe del Escudo! ¡Todos, preparaos para lanzar magia ceremonial!

Ya habían comenzado a realizar el hechizo, y lo lanzaron en dirección a L’Arc. Si su magia era tan poderosa como parecía, todos quedaríamos atrapados en ella. Miré a la reina y ella cruzó su mirada con la mía; entendí lo que pretendía. Sabía que nosotros podíamos sobrevivir a la explosión.

―¡Escudo Estrella Fugaz! ¡Motoyasu, ven aquí!

Rápidamente le invité a mi grupo. Por sorpresa, comprendió lo que estaba sucediendo y aceptó de inmediato. Entonces corrió dentro del rango de mi habilidad.

―Esto no me gusta.

Therese alzó los brazos y sus joyas resplandecieron. Estaba preparando un hechizo.

¿Qué?

Se levantó el viento con gran fuerza y empezó a girar a nuestro alrededor.

―Poder de la joya que todo lo abarca, escucha mi súplica y manifiéstate. Mi nombre es Therese Alexanderite, soy tu amiga. ¡Concédeme el poder para destruirlos!

―¡Magia ceremonial! ¡Juicio!

Therese completó su hechizo un momento antes que la reina. Entonces se quitó su diadema y, ahí, había otra joya incrustada en el centro de su frente.

―¡Piedra Fulgurante! ¡Lluvia de Estrellas Fugaces Ígneas!

Unas llamas mágicas descendieron del cielo. Pero no, no parecía una lluvia. Cada una de las supuestas gotas era una enorme bola de fuego.

―¡AAAAAAAAAAAAAH!

Publicidad G-M1



―¡KYAAAAAAAAAAAAA!

Algo parecido a un meteorito cayó desde el cielo y atravesó un barco, hundiéndolo.

―¡Raphtalia!

Publicidad M-M1

―¡Estoy bien!

Raphtalia, la reina, Itsuki y su grupo saltaron fuera del barco.

Maldita sea.

La fuerza del barco hundiéndose formó un remolino. Se estaba tragando a la gente. La reina trató de salvarles en un pequeño bote haciendo equipo con otras personas y lanzando magia junto a ellos para eliminar el remolino.

¡Toda la situación se había puesto a favor de L’Arc, y eso que Therese sólo había lanzado un único hechizo! Ella debía ser alguien realmente especial.

―¡Maldición!

―¡Ren! ¡Si no sales de ese barco vas a morir!

Ren parecía preocupado, pero entendió que su compañero de equipo estaba en lo correcto… y saltó al agua.

Ren no está siendo de mucha ayuda, ¿no?

―¡Therese!

―¡Lo sé, sólo tengo que mantenerlos alejados!

―Poder de la joya que todo lo abarca, escucha mi súplica y manifiéstate. Mi nombre es Therese Alexanderite, soy tu amiga. ¡Protégeles de esta lluvia de fuego! ¡Piedras Fulgurantes, Océano Silencioso!

¿Eh?

Cuando Therese terminó su hechizo, el remolino se desvaneció por completo. La reina estaba mirando fijamente a L’Arc, totalmente perpleja.

―No quiero ninguna muerte innecesaria.

―¿Pero quieres matarme a mí? ¡¿Qué clase de lógica es ésa?!

―No es que QUERAMOS matarte. Pero tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, y no quiero que nadie más se vea involucrado.

―¡¿Entonces por qué estáis intentando matarme?!

―Creo que al menos te debemos una respuesta. ¡Pero ya te he dicho que tenemos que hacerlo para salvar nuestro mundo!

―¡¿Qué significa eso?! ¿No es ÉSTE vuestro mundo? ¡¿En qué puede beneficiar a alguien matar a un Héroe en mitad de una Ola?!

―Oh, Dios, ¿ni siquiera sabes eso?

―L’Arc no es muy bueno explicando cosas.

―Cállate, Therese. Muy bien, te lo diré, Naofumi. Nuestro mundo es justo lo que parece… otro mundo.

―…

¿De qué está hablando? ¿Puede ser realmente lo que parece?

Era demasiado. No podía ser cierto… y, aun así…

Durante la última ola conocimos a una enemiga llamada Glass. Si lo que decía L’Arc era verdad, ¿él y Glass provenían del mismo lugar? ¿Eran el mismo enemigo?

―Es tal y como dijo la chica. Hay cientos de Héroes falsos en el mundo fingiendo ser tú. Todo el que se llama Héroe a sí mismo está mintiendo. Hemos tardado mucho tiempo en encontrarte, Naofumi.

―¡¿Qué?!

―¡¿Qué estás diciendo?!

―¡Sí! ¡Nosotros somos Héroes!

Los otros Héroes intervinieron.

―¿Oh? ¿Vosotros tres también fingís ser Héroes? ¡Ja! ¡Dadme un descanso!

L’Arc miró a los otros y rompió a reír.

―¡Debéis estar bromeando! ¡Vosotros tres sois demasiado DÉBILES! Si vais a fingir ser Héroes, deberíais ser mucho más fuertes, como Naofumi.

―¡¿Qué?!

―¡¿Quieres ponerme a prueba?!

―¡Motoyasu, espera!

Pero Motoyasu me ignoró y corrió hacia L’Arc con su lanza en posición.

―Ya os lo he dicho, no quiero matar más gente de la necesaria. Sólo necesitamos matar al Héroe.

L’Arc balanceó su guadaña.

―¡Primera forma, Corte de Aire!

Sólo había girado la muñeca, pero un tornado masivo apareció y mandó por los aires a Motoyasu.

―¡AAAAAAAAH!

El Héroe de la Lanza voló por el aire como un muñeco de trapo y cayó al océano, donde quedó flotando boca arriba.

¿Ha derrotado a Motoyasu de un solo golpe?

―¿Debo deducir que aún quieren luchar?

―Eso parece. Es una pérdida de tiempo, pero supongo que también tendremos que encargarnos de ellos.

―Supongo que sí.

L’Arc y Therese se prepararon para la batalla y se lanzaron al ataque.

―¡Piedras Fulgurantes, Lluvia de Truenos Explosivos!

Igual que antes, un rayo golpeó la guadaña de L’Arc, cargándola.

―¡Habilidad combinada, Fuegos Artificiales Relampagueantes!

L’Arc giró la guadaña entre sus manos formando un rápido disco rotatorio. Innumerables rayos de luz se dispararon desde el arma… y atravesaron a la gente que había alrededor del barco hundiéndose. Usé Escudo Estrella Fugaz y corrí hacia delante para proteger la retaguardia. Raphtalia y Filo estaban a detrás de mí, dentro del rango de la barrera protectora.

―¿Qué… qué demonios…?

―¿Cómo… cómo han podido?

Por suerte, la reina y los soldados próximos a ella habían logrado entrar en el rango de mi habilidad, así que estaban a salvo. Pero los otros Héroes y casi todos los demás aventureros y marineros habían sido golpeados por los rayos de luz.

―Maldición…

El ataque en sí no resultaba tan poderoso, pero su alcance era increíble. No sabía quién era L’Arc, pero sus ataques eran difíciles de contrarrestar. Tendríamos que ir con mucho cuidado.

―He intentado asegurarme de que ese ataque no os mate. Pero la próxima vez que interfiráis en mi batalla contra Naofumi, no me contendré.

Me giré para evaluar los daños. La mayoría de la gente parecía paralizada. Afortunadamente se encontraban en botes, por lo que no se estaban ahogando.

―Ese poder… ¿Quiénes son?

La reina empezó a invocar un hechizo.

―Espera un segundo, reina. Si ese hechizo no es lo bastante fuerte para matarlos, será mejor que no lo uses. Parece que sólo están interesados en mí.

Publicidad M-M3

―¡Ése es el Naofumi que conozco! ¡Un hombre inteligente!

―Qué tierno… ¿Crees que me conoces después de unos pocos días?

―Pasar un poco de tiempo con alguien es suficiente para entender la esencia de su personalidad.

L’Arc parecía confiado. Me apuntó.

―Debes de tener alguna razón para robar las cosas de quienes derrotas, Naofumi. No eres del tipo de persona que comete un acto malvado sin motivo.

―Por fin, alguien que realmente comprende cómo eres, Naofumi-sama.

―No digas eso. Me estás deprimiendo.

No se equivocaban. No se equivocaban, pero…

―¡Maldición! ¡Han traicionado mi confianza!

Odiaba la traición. Pero pensándolo bien, supongo que nunca me habían prometido nada; rechazaron mi oferta de seguir juntos. Supongo que éramos enemigos que, accidentalmente, se habían hecho amigos.

¡Ja! Menudo chiste.

―Las llamas ya casi se han apagado. ¡Raphtalia, Filo, ya sé que conocemos a esos dos, pero tenemos que acabar con ellos!

―¡Será duro, pero hagámoslo, Naofumi-sama!

―Umm… ¡Si quieren luchar, les mostraré de lo que soy capaz!

―Es una batalla como cualquier otra.

Publicidad G-M3



―¿Como cualquier otra? ¿Entonces quieres jugar limpio? Yo prefiero pensar en ello como si fuese una estrategia.

―Típico de ti, Naofumi. ¡Ven a por mí entonces! ¡He venido a este mundo para tomar tu vida!

―¡Piedras Fulgurantes, Lluvia de Truenos Explosivos!

De la misma forma que cuando derrotaron a la Ballena Inter-dimensional, la magia de Therese golpeó la guadaña de L’Arc. Él giró y nos atacó con su arma.

―¡Habilidad combinada! ¡Gran Círculo Eléctrico!

Asumí que esa habilidad atravesaría mi barrera Estrella Fugaz, así que levanté mi escudo para bloquear el ataque… Y estaba en lo cierto. La barrera se hizo pedazos con un fuerte estruendo y la chispeante habilidad de L’Arc la atravesó, avanzando directamente hacia mí.

―¡AAAAAAH!

El crepitante círculo de luz chocó con mi escudo y lanzó descargas en todas direcciones.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 5 Capítulo 12 Novela Ligera

 

El escudo fue lo suficiente fuerte para detenerla, pero, si la habilidad hubiese golpeado con un mal ángulo, habría sido un gran problema lidiar con ella.

―¡Hey, hey! ¡Has sido capaz de detener mi círculo eléctrico, nada mal!

Tenía equipado el Escudo Devorador de Almas, y su contra efecto, Devorar Alma, se activó minando la fuerza de L’Arc.

―¿Qué? ¿Qué es esto? No duele mucho.

Pero se sorprendió y bajó la guardia. Era como si no pudiese comprender a qué clase de ataque se enfrentaba.

Devorar Alma es un contraataque que se activa cuando bloquea con éxito un ataque enemigo. El escudo actúa por su cuenta y roba el poder mágico del enemigo.

Si el enemigo fuese un Héroe, me pregunto si reduciría sus SP.

No causaba ningún daño físico directo, pero sí lo hacía de forma indirecta. Si el enemigo era hábil con la magia, se encontraría con que sus hechizos serían cada vez menos eficaces.

―Jeh, tendrás que hacerlo mucho mejor.

―Estaba pensando lo mismo. Ni te has inmutado. ¡Therese!

―¡Piedras Fulgurantes, Fuego del Karma!

Therese invocó un hechizo y lo lanzó hacia mí. El hechizo era algo así como una ola de lava gigante, y se estaba precipitando directamente sobre mí. No estaba seguro de si podría resistirlo.

―¡Será mejor que no os olvidéis de mí!

―¡Ni de mííííí!

Raphtalia y Filo saltaron hacia delante desde la retaguardia y empezaron a atacar furiosamente a L’Arc.

―¡Ah!

Éste retrocedió, evitando sus ataques. Estaban fallando tan sólo por unos milímetros. Continuaron con su bombardeo de ataques y L’Arc, por su parte, a veces los esquivaba, otras los bloqueaba y en ocasiones repelía sus armas.

¿Está prediciendo sus movimientos?

Therese siguió lanzando hechizos mágicos. Yo utilicé el escudo para cargar hacia delante, empujando a L’Arc para poder bloquear los hechizos. Pero, en el momento en que su magia me golpeó, se dividió en dos y se desvió. Por un instante creí haber oído una débil voz diciendo “lo siento”.

―¿Qué ha pasado?

―Yo lo sé. No quieres luchar contra él.

Therese parecía muy triste. Estaba hablando con su brazalete. Era el que le hice.

―¡Therese! ¡Golpéale con ese hechizo!

―¡Sí, lo sé!

¡¿De qué estaban hablando?! Therese se giró para lanzar un hechizo hacia mí. Empezaba a parecer que la única manera de salir de ésta sería atacar directamente. Teníamos que ganar esta batalla. Además, ellos no eran de este mundo, y habían venido hasta aquí específicamente para matarme. Si eso era cierto, no podría huir de la batalla, y si no había forma de escapar, sí que había mucha gente a la que tenía que proteger. L’Arc y Therese dijeron que no querían herir a nadie más, pero aun así nadie podía escapar.

―¡Raphtalia! ¡Filo! ¡Voy a hacer que baje la guardia! ¡Atacad en cuanto veáis la oportunidad!

―¡Sí!

―¡Vale!

Volví a fijar la mirada en L’Arc. Tenía que encontrar la forma de hacerle fallar.

―¡Escudo de Ataque Aéreo! ¡Segundo Escudo!

Invoqué dos escudos, uno a su espalda y otro ante su estómago. Esperaba poder restringir sus movimientos.

La forma normal de utilizar la habilidad era invocar un escudo para bloquear un ataque enemigo, luego podías utilizar Cambiar Escudo para convertirlo en un escudo con contraataque y así infligir algún daño. Pero cuando peleabas contra una persona u otros enemigos que se pueden mover rápido, había otra forma de usar la habilidad, y ésta consistía en invocar los escudos de modo que limitasen los movimientos del enemigo.

Mi estrategia tenía en cuenta el modo en que el enemigo podría intentar esquivar un ataque. Hasta ahora le había visto retroceder, así que invoqué un escudo detrás de él para prevenir que se retirara. Si intentase saltar hacia atrás, chocaría con ese escudo, pero ¿y si hubiese otro escudo frente a él para evitar que se moviese hacia delante? Ése era mi plan.

―¿Eh?

L’Arc trató de esquivar los ataques de Raphtalia y Filo, pero cuando lo intentó, un sonido metálico indicó que no sería capaz de seguir haciéndolo.

―¡Ahora!

―¡Iaaaaaah!

―¡Toma ésa!

Raphtalia atacó con su espada desde la derecha y Filo golpeó con sus garras desde la izquierda.

―¡Guadaña Flotante!

La mano vacía de L’Arc fue ocupada de repente por otra guadaña, una misteriosa guadaña que parecía estar flotando. Usó la hoja para bloquear el ataque de Raphtalia, y después empujó hacia atrás a Filo usando la empuñadura.

―Por poco. Naofumi, ahora entiendo a qué te referías con lo de la estrategia. Supuse que el Héroe del Escudo no tendría muchos ataques bajo la manga, pero por lo que veo debería tener más cuidado contigo.

―¡Aún no hemos terminado! ¡AAAAAH!

Raphtalia se recuperó de su ataque bloqueado y apuñaló con su espada.

Una guadaña era como una lanza: el usuario bloqueaba ataques con el mango. Esto significaba que sería muy difícil bloquear una estocada.

―¡Yo tampoco he acabado!

Filo flexionó las alas y, asegurando la posición de sus patas, empujó el mango de la guadaña que había bloqueado su ataque anterior.

―¡No será tan fácil!

L’Arc saltó en el aire, y tanto el ataque de Raphtalia como el de Filo se deslizaron por el espacio entre los escudos donde antes se encontraba él.

―¿Therese? ¡¿Todavía no has terminado?!

―¡Sí, está listo!

Therese alzó las manos y empezó a invocar un hechizo.

―Poder de la joya que todo lo abarca, escucha mi súplica y manifiéstate. Mi nombre es Therese Alexanderite, soy tu amiga. ¡Destruye su inquebrantable protección! ¡Piedras Fulgurantes! ¡Destrucción de Protección!

Una luz oscilante voló hacia mí.

¡No dejaré que me golpee!

Salté hacia un lado para evitar el hechizo. Éste pasó junto a mí y después dio la vuelta y continuó persiguiéndome como un misil guiado.

―¡Naofumi-sama!

―¡Estoy bien! ¡Concéntrate en atacar! ¡No tienes tiempo para preocuparte por mí!

―Tienes razón. ¡Pero, Naofumi, tú también necesitas prestar atención!

―…

L’Arc siguió bloqueando los ataques de Raphtalia y Filo, pero ahora se sentía como si cada vez estuvieran más cerca de romper su defensa. Si se encontraban cerca de conseguirlo, sólo había una cosa que yo pudiese hacer.

Seguí esquivando el persistente hechizo de Therese mientras invocaba uno yo mismo.

―¡No te lo pondremos tan fácil, L’Arc!

La luz de su hechizo se volvió más intensa, y entonces se expandió hasta engullirme por completo. Sentí cómo se filtraba en mi interior. No podía escapar. Sentía que estaba drenando mi energía. Rápidamente abrí un menú para revisar mis estadísticas, y efectivamente la de defensa estaba parpadeando mientras el número disminuía. Habían visto lo alta que era mi defensa y estaban tratando de reducirla con magia de apoyo.

―¡Fuente de todo el poder, soy el Héroe del Escudo! ¡Escucha y obedece mis palabras! ¡Apóyalos! ¡Aura Zweite!

Tenía que responder con mi propia magia de apoyo. ¡Lancé Aura sobre Filo y Raphtalia, aumentando todas sus estadísticas! También me afectó a mí, aumentando mi defensa mientras ésta disminuía al mismo tiempo, volviendo inefectiva su magia satisfactoriamente. Pero no sólo eso, sino que también estaba incrementando mis otras estadísticas mientras tanto.

―Siento decir esto, pero ese hechizo vuestro no funciona en mí.

―Supongo que tienes razón, Niño. ¡Therese!

―Raphtalia, concentra tus ataques en Therese. ¡Filo, ven conmigo! ¡Vamos a atacar a L’Arc!

―¡Vale!

―¡Entendido!

Esta vez le sujetaría directamente y haría que Filo le golpease con su mejor ataque. Sólo podría apuntarme a mí, y no tendría que intentar esquivar sus ataques.

―Esto es muy bueno. ¡Está empezando a doler un poco!

L’Arc rió con sinceridad, como si se estuviese divirtiendo. Movió su guadaña hacia mí.

Therese estaba esquivando los ataques de Raphtalia y preparando un hechizo al mismo tiempo. Cuando no podía esquivar, su brazalete brillaba y aparecía una barrera mágica para bloquear la espada de Raphtalia.

―Naofumi, ¿no estás disfrutando tú también de este combate?

―¡No tengo tiempo para hacerlo!

Pero en cierto modo tenía razón. La batalla me estaba exaltando tanto que no tenía tiempo ni para recordar por qué estábamos luchando. Así es como eran las batallas directas. No tenía que mantenerse atrás, pensando y planeando una estrategia, sino que consistían en estar en el centro de la acción, respondiendo a cada situación.

L’Arc era un tipo misterioso. Sabía que era mi enemigo, pero no conseguía obligarme a odiarle. ¿Eso quería decir que todavía me estaba conteniendo? ¿Sería ésta la forma de pensar de un cobarde? Ya no podía reírme de los que seguían tratando este mundo como si fuera un juego. Se supone que no debíamos disfrutar de las batallas y, aun así… quería saberlo. Quería saber quién ganaría.

Él continuaba atacándome con su guadaña. Algunas veces la esquivaba y otras la bloqueaba, haciendo que llovieran chispas. Todo esto era hipnótico. No tenía forma de atacarle, así que hacía lo que podía… Agarré su muñeca y detuve sus movimientos.

―¡Filo!

―¡Síp!

Filo cruzó las alas y sus garras quedaron rodeadas de viento. Las movió con fuerza hacia L’Arc.

―¡Garra de Viento!

―¡Oh!

Se escuchó el sonido de algo siendo desgarrado, y aparecieron dos líneas rojas en la mejilla y los brazos de L’Arc. No eran cortes profundos. ¡Pero yo aún le estaba sujetando!

―¡No está mal! ¡Permíteme devolvértelo! ¡Guadaña Espiritual! ¡Ruptura de Protección!

Su guadaña brilló intensamente y su punta tocó mi hombro. Eso fue todo. Y, sin embargo, una abrasadora punzada de dolor recorrió mi cuerpo, y mi mano soltó su muñeca casi por su cuenta.

―Maldición…

―¡¿Qué?!

L’Arc se alejó de un salto, esquivando el segundo ataque de Filo.

―Muy bien, parece que hemos encontrado algo que funciona contra el Héroe del Escudo.

―¡Naofumi-sama!

Raphtalia gritó mi nombre a pesar de que todavía estaba luchando con Therese. Sostuve mi hombro para evitar desangrarme. Necesitaba un hechizo curativo, y rápido.

―Me miras como si no entendieras qué acaba de ocurrir.

―No exactamente.

Se me ocurrían varias explicaciones. Podía tratarse ser un ataque que ignoraba la defensa. Glass hizo algo similar cuando peleamos durante la última ola. Era una de las únicas formas de herir a alguien con una defensa alta, ya que esa clase de ataques infligían daño independientemente de tu poder defensivo. Si me estaba enfrentando a algo así, tendría que descartar la opción de bloquear sus ataques. La única manera de evitar recibir daño sería esquivar.

La otra posibilidad no era para nada buena.

―Un ataque basado en la defensa del oponente.

―Bingo, Niño. Ahora esa gran defensa tuya es un lastre, ¿eh?

Publicidad M-M2

Cuando Glass nos atacó, yo estaba usando el Escudo de la Ira, que tenía un gran poder defensivo, por lo que era difícil averiguar qué estaba pasando. Esta vez sólo me había tocado con la punta de su guadaña, pero causó graves daños. Si me golpeaba con el ataque completo, no acabaría con tan sólo un arañazo.

¿Debería cambiar a un escudo con menos defensa? Aunque, si lo hago, no seré capaz de bloquear sus ataques normales.

Era un gran problema verse obligado a tomar esta elección. No obstante, los ataques que ignoraban la defensa tenían una debilidad. En realidad, no sabía qué tipo de arma estaba usando L’Arc, pero parecía muy similar a las Armas Legendarias de los Héroes, y éstas tenían habilidades de ataque. Si ese ataque era una de dichas habilidades, tendría un tiempo de enfriamiento o consumiría sus SP.

Pero acababa de golpearle con Devorar Alma, así que no debían quedarle muchos SP. Asumí que no sería capaz de utilizar su nuevo ataque muchas veces más.

―De todas formas, podrías haber decidido no bloquear mi siguiente ataque.

―Sí, no hay ninguna regla que diga que no puedo simplemente esquivar.

Ser el Héroe del Escudo no significaba que tuviese que utilizar mi escudo todo el tiempo. Si sólo me estaba atacando a mí, era lógico dar prioridad a esquivar sus ataques.

―Pero podría no necesitar hacerlo. Creo que ese ataque tuyo que ignora la defensa tiene una gran debilidad.

En parte era un farol para ver cómo reaccionaba. No sabía si me contestaría con sinceridad, pero intenté pensar en un modo de librarme de su ataque.

―No será efectivo contra mis habilidades de defensa indirecta, como Escudo de Ataque Aéreo o Segundo Escudo.

Aunque probablemente las atravesaría. Pero eso no importaba siempre y cuando no me golpeara directamente. Así que aún tenía una forma de bloquear ese ataque.

Si él fuese capaz de utilizar la habilidad en rápida sucesión, una vez tras otra, tendría que defenderme con un escudo de bajo poder defensivo. El Escudo Víbora de Quimera tenía un contraataque que envenenaba al enemigo, por lo que eso también podría funcionar bien.

―Correcto. Sólo funciona si te golpeo directamente.

―No hace falta que me digas el resto.

No tenía que revelar su plan; eso sería un suicidio. Tampoco es que yo necesitara que hiciera algo así. Sólo me hacía falta tomar la iniciativa y ver qué sucedía. Además, aún tenía que mantener un ojo encima de Raphtalia y Filo. Filo seguía atacando a L’Arc, pero él tenía un juego de pies rápido y esquivaba todos sus ataques con relativa facilidad. Si utilizase un ataque de largo alcance, tendría que intervenir para defenderla.

―¡Continuemos!

L’Arc balanceó su guadaña. La hoja estaba brillando. ¡Eso significaba que estaba usando un ataque que ignoraba la defensa!

Me giré y lo esquivé.

―¡Mierda!

―¡Ahora!

Filo se agachó y giró detrás de él; sus garras soltaron un destello.

―¡Iah!

―¡Argh! Maldición. Ésa ha sido buena. No creí que fueras a esquivarlo.

―Claro que lo he esquivado. ¿Por qué debería intentar bloquear todos los ataques? Sólo hay un trabajo que pueda hacer un escudero. Sabes de qué hablo, ¿verdad?

Tan sólo tenía que hacer una cosa: proteger. Si el escudo era el problema, sólo podía esquivar el ataque. Yo no era ningún tipo de muro sin cerebro para el grupo. No era necesario que alguien hiciese un trabajo como ése.

―¡Esto se está poniendo cada vez mejor! Naofumi, siento que me hago más fuerte cuanto más lucho contra ti.

―¡Ja! ¿Estás subiendo de nivel en mitad de una batalla? Deja de bromear. No eres un Héroe.

Tal vez creyendo que había encontrado la forma de evitar su mejor ataque, L’Arc cambió de estrategia y empezó a usar otra habilidad.

―¡Primera forma, Cuchilla de Aire! ¡Segunda forma, Cuchilla de Cielo!

Aparecieron dos tornados, que entonces se inclinaron hacia delante como violentos túneles de viento. La corriente era tan poderosa que creí que podría lanzarme por los aires, pero logré mantener mi posición.

¿Cree que puede derrotarme con un ataque tan normal como ése?

Cambié al Escudo Víbora de Quimera y bloqueé el ataque.

―¿Eh? ¿Has cambiado de escudo?

―¡Sí, ahora enfréntate al contraataque!

La versión despertada del Escudo Víbora de Quimera tenía un contraataque llamado Colmillo de Serpiente (grande). El diseño de serpiente esculpido en el escudo cobró vida y mordió a L’Arc.

―¡Eh! ¡Esto es… veneno!

L’Arc se alejó de un salto tras el ataque y se agarró la cabeza con las manos, aturdido por el efecto del veneno. Mientras se tambaleaba, Filo le asestó varios buenos golpes, aunque ninguno fue lo bastante fuerte para derribarlo.

―¡Maestro! ¡Voy a probar un ataque poderoso, así que será mejor que retrocedas!

―¡Entendido!

―Maldición. Eso ha sido muy astuto.

Un frasco de medicina salió de su guadaña. L’Arc lo cogió y se la bebió. Probablemente era un antídoto. Pero había algo más… ¡otro frasco! ¡Agua Curativa Espiritual! Había descubierto mi plan. Sin embargo, eso fue suficiente para confirmar una cosa: L’Arc tenía SP.

Viajando con Raphtalia, me di cuenta de que la gente normal no tenía ni idea de qué eran los SP. Para la mayoría de la gente, el Agua Curativa Espiritual no hacía más que ayudar a concentrarse, pero para los Héroes era diferente. Eso significaba que L’Arc era o un héroe o algo más o menos equivalente.

―¡Maestro!

Filo había terminado de cargar su ataque. Lo único que tenía que hacer era darle una oportunidad para usarlo.

―¡Raphtalia!

―¡Sí!

Supo al instante mis intenciones, por lo que empezó a preparar un hechizo. Necesitaba que evitase que Therese interviniera en nuestra batalla, pero no era el momento de preocuparse por eso.

Therese notó que Raphtalia había parado con sus ataques y aprovechó la oportunidad para empezar de inmediato a invocar magia de apoyo. No obstante, mi compañera podía usar su espada incluso mientras invocaba.

―¡Ah! ¡Eres muy buena!

―¡No tengo otra opción! ¡Contra alguien como tú, necesito atacar y realizar mis hechizos al mismo tiempo!

―Yo soy la fuente de todo poder. Escucha y obedece mis palabras. ¡Ocúltanos! ¡Ocultación básica!

―¡Escudo de Ocultación!

Nuestra habilidad combinada podía crear un escudo invisible. Lo coloqué justo donde ella lo necesitaba.

―¡Cambiar Escudo! ¡Segundo Escudo!

Publicidad G-M3



―¡Cuidado!

L’Arc, incapaz de ver dónde estaba el escudo, hizo girar su guadaña formando un amplio arco. ¡Venía hacia nosotros!

―¡¿Qué?!

La rodilla de L’Arc chocó con el escudo invisible. ¡Y lo había cambiado al Escudo del Perro Negro de Dos Cabezas, con su efecto especial Mordisco de Perro! El escudo se retorció tomando la forma de un perro y mordió con fuerza a L’Arc. No podía moverse.

―¡Golpe Espiral!

Filo usó el movimiento con el que había derrotado a la Ballena Inter-dimensional. Estaba volando directamente hacia el inmovilizado L’Arc.

―¡Maldición! ¡Esto se ve muy mal!

L’Arc cambió su guadaña a su mano libre y comenzó a girarla; con eso fue capaz de detener el ataque de Filo. Debía haber usado algún tipo de habilidad defensiva, ya que Filo no pareció recibir daño alguno.

―…

Pero ella continuó girando, lanzando ataque tras ataque. Lentamente, parecía estar atravesando su defensa.

―¡No es suficiente!

El efecto de Mordisco de Perro terminó. El escudo se desvaneció y L’Arc saltó fuera del rango de ataque de Filo, pero yo no podía permitirle escapar tan fácilmente.

―¡Escudo Prisión!

La tercera habilidad de escudo más fuerte que tenía después de Escudo de Ataque Aéreo era Escudo Prisión. Podías usarla para retener en un sitio al enemigo o para protegerte a ti mismo. Era perfecta para retener a alguien que trataba de esquivar todo el tiempo.

―¡Ugh! ¡Maldito seas, Naofumi!

Con el Escudo Prisión desplegado ya no podría seguir esquivando el ataque de Filo, por lo que se lo quitó de encima con un golpe.

―¡ARGH!

¿Qué? ¡¿Ha bloqueado el ataque con su mano desnuda?!

Ni siquiera L’Arc era lo bastante poderoso para lograr algo así. Entonces vi que el ataque había superado su defensa. Estaba sangrando, pero no había sido derrotado.

―Maldición. Nada mal.

Su brazo estaba lleno de cortes. Presionó su mano libre contra las heridas y sostuvo su guadaña.

“¡Supongo que no ha sido suficiente!”, dijo Filo.

―Filo-chan, ha sido un ataque impresionante. Nunca creí que todos llegaríais tan lejos.

―¡L’Arc!

Therese gritó su nombre. Raphtalia había estado presionándola con tanta insistencia que ya no era capaz de lanzar magia de apoyo sobre él. Era realmente increíble. Therese continuó lanzándole hechizos, pero, cada vez que se veía incapaz de esquivarlos, los bateaba con la hoja de su espada. Y la otra también debía ser muy poderosa, ya que se estaba defendiendo de todos los ataques de Raphtalia pese a que sólo podía depender de su magia. Si tuviese que luchar contra ambas al mismo tiempo, dudo que pudiera ganar.

―¿Sabes? Realmente creí que podía ganar. Pero parece que no tengo lo necesario para derrotarte, Naofumi.

Todavía estaba actuando como si fuera mi superior. Me encontraba asombrado ante el hecho de que pudiera dejar la batalla de lado durante un minuto para hablar.

Miré hacia el mar, donde flotaba Motoyasu inconsciente. Ren e Itsuki también eran incapaces de luchar.

Qué idiotas. ¿Qué habrían hecho en mi situación?

“¡En mi juego no ocurría esto!”, “¡se supone que había que perder esta batalla!”… Estaba seguro de que dirían alguna estupidez como ésa.

Si L’Arc y Therese fuesen capaces de usar un hechizo curativo o alguna medicina, tendríamos que empezar todo esto desde el principio.

¿Entonces qué? Estaba a punto de ponerme a pensar en cómo terminar el combate cuando un gran chorro de agua estalló frente a nosotros y apareció una sombra.

— ¿Cuánto tiempo más pensáis tardar?


―¡¿Tú?!

Una visitante inesperada aterrizó justo entre nosotros. No podía creer lo que veían mis ojos. Pero tenía sentido. Yo mismo me lo había estado preguntando. Sentía que debía haber alguna conexión.

La persona que tenía ante mí era demasiado poderosa. La última vez que luchamos no tuve ninguna oportunidad. Tenía un rostro refinado, cabello largo y negro y piel pálida. Vestía un kimono lúgubre, sostenía un abanico y su estilo de lucha se asemejaba a un baile, como si se tratara de arte. Durante la última ola, desapareció en el interior de una fisura. Se veía exactamente igual que la última vez, exudando una opresiva aura de poder por toda la zona. Estaba mirándome fijamente.

Era Glass.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 5 Capítulo 12 Novela Ligera

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

13 Comentarios
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios