Goblin Slayer – Side Story: Year One

Volumen 1

Capítulo 7: Fase de Clímax – Llega la Noche

Parte 2

“¡Algo se acerca!”

Las instrucciones del líder de rango Cobre no habían sido nada si no acertadas: si el Rock Eater había ahuyentado a los Blobs fuera de su morada, entonces simplemente tenían que ir en la dirección en la que no había Blobs.

Uno de los exploradores oyó un retumbar y se detuvo, pero tan pronto como dio su advertencia, su cabeza desapareció. Fue mordido con un sonido seco, como cuando se abre una nuez, por un par de mandíbulas gigantescas que aparecieron en la pared de la roca.

“¡¡¡CEEEEENNTI!!!”

El monstruo que había cavado su camino a través de las profundidades de la mina sacó su cabeza frente a los aventureros, sus mandíbulas crujiendo. Ante él, el explorador sin cabeza tembló una vez y luego cayó de rodillas. Fue sólo un momento después que la sangre brotó. Los otros aventureros adoptaron posturas de batalla.

“D-demonios…”

“Es…. Está realmente aquí…”

“¡Bueno, obviamente!”

El primero en gritar y preparar su arma fue el Lancero. Se abrió paso a través de una tropa de aventureros que llevaban armaduras inmaculadas para tomar una posición en el frente. Incluso él, que había soñado con realizar hazañas de valor en batalla con monstruos famosos, ahora tenía la cara rígida.

Podría haber sido un mito decir que este monstruo excavaba montañas por sí mismo, pero aún así, entre su cabeza y sus muchos segmentos corporales, la criatura debía tener más de cincuenta metros de largo. Era como si se hubieran enfrentado a un gigante.

“¿Y pensaron que estaba bien el enviar Porcelanas a esta misión?… ¡Eh!”

La Bruja estaba a su lado. “¡Ejem! Sagitta… Quelta… ¡Raedius! ¡Golpéalo, flecha!”

Sus mejillas brillaban con sudor mientras sus deliciosos labios formaban las palabras de verdadero poder. Un Misil Mágico voló desde su bastón directamente hacia el Rock Eater, pero…

“¡¡CEENNTTTTTTTII!!”

El monstruo se sacudió el rayo contra su caparazón tan fácilmente como una persona podría sacudirse una gota de lluvia.

Pero si no estaba herido, ciertamente estaba enojado. Abrió sus enormes y ruidosas mandíbulas y se lanzó directamente hacia la Bruja.

“¡Cuidado!”

“¡Eek!”

Resultó ser una suerte que el Lancero no hubiera hecho nada.

Ahora su reacción fue instantánea; tomó a la bruja de un costado y a duras penas logro apartarla de su camino.

El Rock Eater se estrelló contra el suelo, y luego, con sus innumerables y delgados miembros trabajando, cavó más profundamente.

Hubiera estado perfectamente bien si el monstruo simplemente hubiera huido en ese momento. Pero el estruendo que había debajo de ellos les hizo saber que este era solo el momento de prepararse para la siguiente emboscada.

“Lo siento, por, eso…”

“No lo menciones. ¡Pero tenemos que tener cuidado donde nos movemos…!”

El Lancero se agachó, cubriendo a la Bruja, que estaba casi inmovilizada por el shock. No había forma de saber dónde aparecería esa enorme cabeza. Si viniera directamente de debajo de ellos, no habría forma de evitar un golpe crítico.

“Parece que no vamos a mantener esta cosa a raya con hechizos”.

Dijo el pesado guerrero con la espada ancha en la espalda, mirando tranquilamente a su alrededor.

Había unos diez aventureros en el estrecho túnel de la mina. Todos estaban atrapados por el terror de no saber desde dónde vendría el siguiente ataque.

Si no tenemos cuidado, podría aniquilarnos a todos a la vez.

“Hechiceros, enfóquense en apoyo y defensa. ¡Lo aplastaremos con daños físicos! Cualquiera con armadura ligera, retroceda y póngase en contacto con el grupo principal”.

“¡D-de acuerdo!”

“Cualquiera que tenga armas de largo alcance, quédese aquí y…”

“¡Eeeyaaaahhh!”

El Guerrero Pesado fue interrumpido por el grito de una mujer.

Todos miraron y descubrieron a una arquera retorciéndose de dolor, con la cara cubierta por una sustancia viscosa. Cada vez que la cosa negra, parecida al alquitrán se movía, el vapor se elevaba, acompañado por el olor a carne hirviendo.

“¡Aah-aaggh! ¡Gaaahhgh! ¡Ayubbamee… ayubbameee!”

La mujer se arañó la cara y el cuello, gritando lo mejor que pudo.

Rodó por el suelo y luchó. Su grupo intentaba deshacerse de la sustancia con armas envueltas en tela tratada con compuestos antiácidos. Pero su cara estaba siendo derretida constantemente por el Blob.

Ella está más allá de toda ayuda.

“¡¿Blob?!”

“¡Está en una pelea con un Blob!”

Monstruos de tipo limo como estos caían comúnmente desde arriba, sorprendiendo a sus presas.

Frunciendo el ceño, la Caballera levantó su espada sobre su cabeza. Resplandecía brillantemente con la Luz Sagrada. Claramente iluminaba la masa retorcida de una sustancia oscura en el techo, saliendo de un estrecho túnel lateral.

“¡Creí que no se suponía que hubiera un túnel aquí…!” exclamó ella.

“Algún idiota debe haberlo excavado”. Gritó el Guerrero Pesado.

Era exactamente el tipo de ruta estrecha y oscura que fácilmente podía convertirse en el hogar de goblins o algo peor. Sería imposible que cualquiera de ellos entrara allí por sí mismo… sus únicas opciones eran tapar el agujero o limpiarlo de alguna otra manera. Pero no tenían tiempo. Si perdían el tiempo, el Rock Eater los consumiría a todos.

El Luchador Medio-Elfo parecía nauseabundo. “Esto podría ser… al revés”, dijo.

“¿Qué quieres decir con eso?”

“Quiero decir, tal vez los Blobs no fueron ahuyentados por el Rock Eater.” Miró a su alrededor mientras hablaba, sin dejar nunca que su estado de alerta flaqueara. “Intentamos minar en el agujero del Rock Eater. Entonces los Blobs vinieron aquí buscando comida…”

“¡Son simbiontes…!” Dijo la Niña Druida, su cara tensa. “¡¿Así que somos presas para ellos?!”

“¡Bah! ¡Podemos preocuparnos por las cosas académicas más tarde!” Gritó la Caballera, blandiendo su espada-cruz, signo de su fe. “¡Ahora mismo, tenemos que matarlos antes de que nos coman!”

“¿Crees que alguna vez llegarás a Paladín con esa actitud, cerebro de músculo?”

El Guerrero Pesado usó la parte plana de su espada para aplastar a uno de los Blobs, y luego miró a sus compañeros. “No podemos contar con unirnos al grupo principal ahora. ¡Lánzame un encantamiento!”

“¡S-seguro!” La Niña Druida dijo. Empezó a rezar, con la cara tensa.

“¡También te necesito en esto!”

“Sí, por supuesto…” La Bruja, apoyándose en su bastón, comenzó a lanzar un hechizo.

Un instante después, la espada del Guerrero Pesado empezó a brillar de color rojo, y la luz de la magia brilló desde la punta del arma del Lancero.

“¡Oh, mi Dios del Juicio, que mi espada no juzgue lo que es bueno!”

La Caballera entonó la petición de un milagro al Dios Supremo, lanzando una Bendición sobre su propia arma.

Hubo un terrible estruendo; los Blobs vibraron, y la tierra cayó sobre ellos desde arriba.

“El resto de ustedes, ¡ocúpense de estos Blobs! ¡No dejen que se nos acerquen!”

“¡Entiendo! ¡Puedes contar con nosotros!”

En respuesta a la orden del Guerrero Pesado, los otros aventureros rápidamente formaron un perímetro.

Puedes salir cuando quieras. ¡Te voy a matar…!

El joven guerrero estaba de pie solo, su espada preparada, su espíritu totalmente calmado.

Y así empujó su espada hacia arriba casi antes de que fuera posible detectar la alarmante vibración desde arriba.

“¡A-Ahí está!”

El techo se rompió. Las rocas cayeron, seguidas de un par de mandíbulas gigantescas. Las mandíbulas que se la habían tragado.

¡Su cuerpo aún está dentro de esa cosa!

El pensamiento era como una explosión de luz en la mente del guerrero. No prestó atención al hecho de que los colmillos del monstruo estaban mordiendo su propio brazo mientras empujaba la espada hacia arriba con ambas manos, perfectamente feliz con este empate.

Forzó la hoja hacia arriba y más arriba, enterrándola hasta la empuñadura en la garganta del insecto, fluidos calientes del cuerpo del Rock Eater se derramaban sobre su cabeza.

Y entonces, con la brusquedad de un hilo que se rompía, la conciencia del guerrero se convirtió en oscuridad.