Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 4

Bonus 2: Academia De Magia Común 3

En una tierra lejana, había una academia de magia que era considerada la mejor del mundo. Tenía un patio enorme, que era casi tan grande como la Cúpula de Tokio, para que sus estudiantes se entrenaran. Normalmente era un lugar bastante aburrido, pero hoy estaba lleno de decoraciones y ornamentos. Además, estaba repleto de estudiantes, sus familias y simples observadores. Hoy fue el encuentro deportivo anual.

Los estudiantes habían pasado los últimos meses puliendo sus habilidades, todo por el bien de llevar a su equipo a la victoria. Los eventos de la mañana ya habían terminado, y después de una breve pausa los eventos de la tarde comenzarían. La razón por la que todos le dieron tanta importancia a este evento fue porque si uno lo hacía bien, era posible que nobles de varios países quisieran buscarlos para posiciones de alto rango. Sin embargo, aunque la mayoría de los estudiantes estaban entusiasmados con este evento, había una chica en la cabina de la emisora que parecía desanimada.

“Shizuku no puede soportarlo más. Shizuku se va a casa…”

“¿P-Presidenta? ¿Por qué hablas como una niña? ¡Contrólate!”

La presidenta del consejo estudiantil, Shizuku Yaegashi, se desplomó sobre el escritorio de la emisora. Estaba tan deprimida que hasta su cola de caballo estaba caída. Junto a ella estaba una invitada especial que había sido invitada al encuentro deportivo, Liliana, la princesa del reino.

“Hehehe, estoy bien, Liliana-sama. Me morí un poco por dentro cuando me di cuenta de que aún queda medio día de este infierno”.

“Entonces no estás nada bien, ¿verdad? Tus ojos parecen los de un pez muerto…”

Shizuku miró a Liliana. Parecía que había envejecido una década en los últimos días. Liliana no pudo ocultar su preocupación, pero antes de que pudiera decir algo más, sonó la campana que señalaba el inicio de los eventos de la tarde. La expresión de Shizuku volvió a la estoica máscara de la presidenta del consejo estudiantil. Ella encendió el interruptor del amplificador mágico y comenzó su discurso.

“Les habla el comité de dirección. Los juegos de la tarde comenzarán en breve. Espero que todos estén descansados y listos para la ronda final de eventos. Vamos a darlo todo hasta el final…. Por último, me gustaría implorarles a todos que, por favor, sigan las reglas y jueguen con seguridad”.

Las ovaciones resonaron por todo el recinto. Parecía que sus súplicas desesperadas para que ciertos estudiantes jugaran bien habían sido bien recibidas. El resto del cuerpo estudiantil estaba cansado de todo el daño colateral que habían estado sufriendo.

Finalmente, era hora de comenzar el primer evento de la tarde. La carrera de obstáculos. Los participantes tendrían que superar los obstáculos físicos y mágicos en su camino usando una combinación de sus talentos atléticos y sus habilidades mágicas. El primer equipo que llegue a la bandera al final será el ganador.

Por alguna razón, sin embargo, el pedestal donde se suponía que estaba la bandera estaba cubierto por una enorme tela. La expresión de Shizuku se endureció. Tenía un mal presentimiento sobre esto. Un maestro se acercó al pedestal con lágrimas en los ojos y, a regañadientes, le quitó la tela. La multitud se quedó en silencio cuando vio lo que había debajo.

“Mmmmmmmm. Mmmmmmmm. Mgah!”

En lugar de una bandera, había una silla en el pedestal. Y sentado sobre él, atado y amordazado, estaba Hajime. Estaba luchando desesperadamente contra sus ataduras, pero sin éxito. Fue bastante lamentable, en realidad. Hajime era probablemente el mejor sinergista del campus, y quienquiera que lo hubiera capturado lo había tenido en cuenta. Su silla estaba hecha de la madera más resistente, y las cuerdas que lo atan de la hiedra más resistente. No había ningún metal o mineral que pudiera transmutar a su alcance.

“H-Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! ¿Qué crees que estás haciendo? ¿Por qué demonios Nagumo-kun está atado ahí fuera? ¡Kudeta-sensei! Eres una profesora, ¿verdad? ¡Oye, mírame! ¡Dime qué está pasando!”

“¡No lo sé! ¡No tengo nada que ver con esto! Yue-sensei me dijo que si no hacía lo que ella decía, ella…. bueno…”

Kudeta era una profesora recta y atenta, lo que lo hizo muy popular entre los niños. Sin embargo, en la actualidad estaba temblando de miedo. Tras unos segundos de vacilación, salió corriendo del patio tan rápido como lo harían sus piernas.

“Tch, se escapó. Bien, tendremos que manejarlo por nuestra cuenta. ¡Alguien! ¡Cualquiera! Desata a ese estudiante-” La música fuerte ahogó a Shizuku antes de que pudiera terminar. Era una canción de rock alegre, una que hacía que la sangre de todos se bombeara. Confundida, Shizuku se giró para mirar la tienda de control de música. Pero antes de que pudiera comprender la situación, las niñas subieron al escenario.

“Arreglemos todo de una vez por todas aquí en este gran escenario. Hajime es mío, no se lo entregaré a nadie, sin importar los obstáculos que se presenten”.

Yue, la maga más fuerte y bonita de la escuela, entró primero en el patio, con su bata blanca de laboratorio y su pelo rubio dorado brillando a la luz del sol. Detrás de ella había un centenar de miembros del club “I want Yue-sensei to give me private lessons after school” (Quiero que Yue-sensei me dé clases particulares después de la escuela).

“Eliminaré cualquier obstáculo que se interponga entre mi amor y yo. Ya sean maestros o amigos, no tendré piedad. Ahogaré este campo en un mar de sangre si es necesario”.

A continuación, Shea entró en el patio, balanceando su fiel martillo de un lado a otro. Si Yue era la maga más fuerte de la academia, entonces Shea era la luchadora cuerpo a cuerpo más fuerte. No sólo eso, fue venerada como un ídolo tanto por los estudiantes como por los profesores. Detrás de ella había un centenar de miembros del club “I want Shea-tan to step on me” (Quiero que el Shea-tan me pise).

“Hajime-kun es mío y sólo mío. Sellaré cualquier obstáculo que intente interponerse entre nosotros.”

Kaori entró en el patio a continuación. Estaba vestida con el hábito de una monja que sólo mostraba los más mínimos indicios de sus tentadoras piernas. Era conocida como la sanadora más gentil de la escuela, pero en este momento su mirada era tan fría como el hielo. Detrás de ella había un centenar de miembros del club “Quiero ser curado por Kaori-chan”.

“Dios mío, no puedo creer que estos jóvenes estén haciendo lo que quieran en mi campus. Que sepas que nadie que se haya atrevido a enfrentarse a mí ha sobrevivido al encuentro. Este nido de amor nos pertenece sólo a mí y a mi mástil, Hajime. Todos los obstáculos serán eliminados.”

Las pupilas doradas de Tio brillaban peligrosamente. Ella fue la última en entrar al patio. Era la respetada princesa dragón que reinaba como presidenta de esta escuela, y también una masoquista furiosa. Detrás de ella había un centenar de miembros del club “Guardaespaldas de la princesa dragona”. Tristemente, ellos no sabían de su lado pervertido escondido.

Después de mirarse unos a otros durante unos segundos, todas las chicas dijeron simultáneamente,

“¡Seré yo quien elimine todos los obstáculos en el camino de mi amor!”

“¡Detente ahí mismo! ¿Qué demonios están haciendo? ¡Ni siquiera estás inscrita en este evento! ¡Además, a los profesores y administradores ni siquiera se les permite participar! ¡Y sólo porque ustedes sigan usando la palabra obstáculos no significa automáticamente que lo que están haciendo sea una carrera de obstáculos! ¿Qué clase de batalla estás tratando de mantener aquí? ¡Salgan del escenario y vuelvan a las gradas, idiotas! ¡Ya he tenido suficiente de ustedes!” Shizuku estaba respirando con dificultad al final de la charla.

“Vaya, pensar que la presidenta del consejo estudiantil puede discutir en igualdad de condiciones con esas cuatro. Ella es realmente increíble”, exclamó Liliana.

Desafortunadamente, las cuatro ignoraron completamente a Shizuku y siguieron adelante con su competencia de todos modos. El consejo estudiantil no podía esperar igualar la autoridad de la presidenta, así que Shizuku nunca tuvo una oportunidad.

La “carrera de obstáculos” que siguió fue una que nunca antes se había visto en la historia. Shizuku perdió unos años de su vida sólo por ese suceso.

“¡Heeey! ¡Deja de enviar dragones relámpago a las gradas! Presidenta, no puede transformarse aquí. ¡Oye, no uses tu aliento! Kaori, deja de usar a los profesores como catapultas. ¡Sólo porque los estés curando justo después no significa que esté bien! Shea, sólo porque Kaori pueda curar a todo el mundo no te da derecho a golpear a la gente como si fueran bolas de pinball! ¡Oh, no, uno de los profesores fue arrojado al estrado del Papa! ¡Lamento mucho lo indisciplinados que están siendo los estudiantes!”

Shizuku siguió gritando hasta que su voz se volvió ronca. Ella era respetada por todo el cuerpo estudiantil y se la conocía como la espadachina más fuerte de la academia, pero había otro apodo con el que la escuela la conocía.

“El presidente del consejo estudiantil más lamentable de la escuela”.

“¡Mocosas! ¡Basta ya, antes de que los mate a todos!” Los gritos de enojo de la presidenta del consejo estudiantil se habían convertido en un elemento habitual de esta academia.