Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 4

Capítulo 1: Pueblo Aventurero de Demi-humanos

 

 

Nos quitamos de encima a Motoyasu y escapamos del fuego, pero no sabíamos a dónde ir después.

―Sé que dijo al sudoeste, pero ¿a dónde exactamente se supone que tenemos que ir?

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Con el objetivo de limpiar nuestros nombres, nos dirigíamos a encontrarnos con la reina en un país del sudoeste, pero nadie nos había dicho dónde estaba ella exactamente. Era como agarrarse a un clavo ardiendo, pero al menos esperaba que si simplemente nos dirigíamos hacia el sudoeste y cruzábamos la frontera, las cosas quedasen claras.

Lo que no podía comprender era cómo Motoyasu había sido capaz de descubrir a dónde nos dirigíamos en primer lugar. ¿Puede que también hubiera una sombra de parte del enemigo?

“Shadow” era el nombre de los soldados del servicio secreto de la reina. Habían aparecido para ayudarnos un par de veces. Pero según lo que había escuchado, el grupo de la reina (que estaba intentando salvarnos) y la Iglesia de los Tres Héroes (que me acusaron de secuestrar a Melty pero en realidad estaban intentando asesinarla) se encontraban en mitad de una disputa. Si la Iglesia era tan buena espiando como yo sospechaba, podrían haber estado suministrándole información a Motoyasu sobre nuestro paradero.

Las sombras que nos ayudaban iban vestidos como ninjas. Al parecer el grupo se dividía en espías, soldados y otras especializaciones.

―No tenemos tiempo para bajar la guardia. Si no esperamos a que Motoyasu se aleje de aquí, tendremos que seguir huyendo durante días.

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Por culpa de Motoyasu y la Zorra, el camino hacia el sudoeste había resultado gravemente dañado. Para cuando tuvimos la oportunidad de pararnos a pensar, ya nos habíamos alejado mucho de nuestro recorrido previsto.

―Filo.

―¿Quééé?

―¿Puedes averiguar dónde han ido las sombras?

―Um… ¡puedo intentarlo, pero Raphtalia Onee-chan es mejor encontrando cosas ocultas!

―¿De verdad?

―¿Es eso cierto, Raphtalia-san?

Melty intervino en la conversación.

―Por favor, no me presionéis tanto. A veces siento… siento como si pasara algo extraño… pero no soy capaz de concretarlo a no ser que esté realmente cerca.

―Sí, eso tiene sentido. En ocasiones me siento como si estuviese siendo observado desde lejos. No sé cómo podríamos ocultarnos totalmente.

Sería muy difícil escapar por completo de la atenta mirada de las sombras. Aun así, también teníamos una de nuestra parte, y estaba tratando de desviar la atención sobre nosotros. Había una alta probabilidad de que pudiésemos deshacernos de Motoyasu con él.

Pero sucedía algo aún mejor… Motoyasu dejaba de seguirnos una vez que caía la noche. Seguramente a la Zorra no le gustaba luchar en la oscuridad. Ese monstruo pirómano probablemente se quejó y le convenció de que una buena noche de sueño era el pilar para un cuidado de la piel apropiado; qué más da. Siempre y cuando ya no nos persiguieran, no me importaba.

―Ah.

Melty parecía haberse dado cuenta de algo.

―¿Qué?

―Conozco a una familia rica de esta zona. Es posible que nos dejen escondernos hasta que Motoyasu se aleje. Después podríamos escapar sin ser vistos.

―¿Quieres que nos dirijamos a una aldea? ¿Tú? ¿Y yo? Hasta Filo es bastante reconocible estos días.

Mi cara era muy conocida. La bola de cristal que habían utilizado era similar a una fotografía en tres dimensiones de mi mundo. No había ni un alma con vida en Melromarc que no conociera mi cara. Y si alguien viese a Filo, también lo reportaría. Últimamente había tomado la forma de un filolial de aspecto más normal, pero seguía destacando por ser de color rosa.

Vimos la aldea a lo lejos, y obviamente había varios guardias apostados.

―¿Y dices que son ricos?

Tenía una buena razón para preguntar. Las familias poderosas de Melromarc tendían a odiar bastante al Héroe del Escudo. Según lo que dijo Melty y en lo que respectaba a las enseñanzas de la Iglesia de los Tres Héroes, el Héroe del Escudo era el enemigo de Melromarc. No importaba de cuánta gente conseguí ganarme su confianza en mi tiempo como comerciante ambulante, la nobleza y las familias poderosas todavía me odiaban.

―Creo que no tendremos problemas.

―¿Por qué lo dices?

―Esta familia en particular siempre trabajó muy activamente con mi madre. Creo que comparten su forma de pensar.

―¿A qué te refieres?

―Se implicaron mucho en las relaciones entre los demi-humanos y los humanos de Melromarc. Intentaban ayudar a que todos se llevasen bien.

―Entonces ¿por qué no se pronuncian en contra de tu padre, la Basura, y la Iglesia de los Tres Héroes?

Si eran tan progresistas y activos, ¿por qué todos seguían desconfiando de mí? ¿Por qué todos ellos me odiaban? Si realmente habían trabajado tan activamente con la reina, sin duda no podrían alegar ignorancia sobre los asuntos internos de Melromarc.

―Eran una familia noble a cargo de administrar un territorio llamado Seyaette. Pero murieron durante la Ola.

―Oh…

¿Por qué la gente buena tenía que morir tan pronto?

―Se encontraban de vacaciones en sus tierras cuando llegó la Ola. Lucharon para proteger a la gente que vivía allí… hasta el final.

―Eso es terrible…

―Sí. Les perdimos en la primera Ola. Fue un gran sacrificio.

¿Eh? ¿La primera Ola?

Miré a Raphtalia. Ella también encontró un duro destino durante la primera Ola.
Asintió.

―Mi aldea estaba bajo la protección del gobernador. Pero murió y nosotros tratamos de recuperarnos… Luego la aldea fue…

Así que todo era verdad.

―Cuando perdimos a esa familia, perdimos a la última voz que hablaba por el tratamiento compasivo hacia los demi-humanos. Cualquier poder restante que compartiese la misma opinión fue trasladado por mi padre, aunque eso no fue lo peor. Escuché que los habitantes de Seyaette sufrieron un destino cruel durante la subsiguiente violencia.

―Violencia por parte de los soldados de la Corona.

Raphtalia era incapaz de ocultar su irritación y Melty asintió silenciosamente. Parecía entender lo que estaba pasando.

―Tengo fe en que mi madre, una vez haya regresado, se asegurará de que sean castigados. Envió una carta, pero parece que fue ignorada. Cuando todo esto acabe, Raphtalia, por favor háblame de los soldados que hicieron esas cosas.

―Lo haré.

―Tu padre no está haciendo nada bueno.

―Padre…

Melty parecía decepcionada, y claro que debía estarlo. Uno de sus padres y su hermana pretendían quitarle la vida. Ella dijo que sólo estaba siendo utilizado, pero
¿podía la Basura, el rey, ser realmente inocente?

Aun así, el auténtico misterio era la reina y esta familia noble. ¿De verdad estaban trabajando para la liberación de los demi-humanos? ¿Aquí, en el país supremacista humano de Melromarc? No tenía suficiente información para comprender sus verdaderas intenciones.

Pero estoy divagando. Volvamos al tema en cuestión.

―Vale, ¿y dices que hay una familia noble en esta zona que tenía lazos con el antiguo gobernador de Seyaette?

―Eso creo. No eran próximos a mi padre, y pienso que fueron expulsados a la fuerza de sus tierras.

―Es un gran riesgo.

Sonaba como si la familia estuviese pasando por un momento difícil. Pero tampoco es que yo no supiera nada sobre esta zona.

Supongo que ocurrió de manera gradual durante varias semanas, pero con Filo arrastrando el carruaje me las había arreglado para recorrer la mayor parte del país. Incluso hubo momentos en los que conocí gente y lugares que Melty mencionaba. Aunque no viajé como el Héroe del Escudo, sino que fingí ser un santo con un dios pájaro y me desplacé de pueblo en pueblo vendiendo accesorios baratos a buen precio.

Recordé una joven familia de aspecto bastante intelectual, y entre ellos a un chico que parecía muy amable. Mi mote personal para él era “Filántropo”. Me reía para mí mismo en secreto, pero ¿es posible que hubiese estado haciendo negocios conmigo sabiendo que era el Héroe del Escudo? Pudiera ser. Parecía bastante afable. Pensando mejor en ello, recuerdo haber visto algunos aventureros demi-humanos alrededor de la aldea. Incluso Raphtalia podría haber caminado por allí sin levantar sospechas.

―Es arriesgado entrar en la aldea, especialmente para Melty y Filo.

―¿Por qué?

Melty ladeó la cabeza con curiosidad. Filo hizo lo mismo.

Desearía que no copiase a Melty de esa forma.

―Tu pelo azul destaca demasiado.

El pelo de Melty era muy llamativo. Era de un azul oscuro… casi azul marino. Era raro encontrarse con gente que tuviera el pelo de ese color, así que destacaría aunque llevase un disfraz. En cuanto a Filo… su forma filolial, y por su puesto su forma de reina filolial, llamaban la atención de cualquiera con quien se cruzase. Y ni me hagas hablar de su forma humana; era imposible de ocultar. Por otro lado, si todos entrásemos llevando túnicas largas y pesadas para ocultar nuestras identidades, también parecería sospechoso.

―Tú también destacas, ¿sabes?

―Tienes razón.

―¡Eh, Maestro! ¿Por qué no esperamos hasta que oscurezca? ¡Entonces todos podrán subirse a mi espalda y yo saltaré sobre las puertas!

―No es mala idea, pero si hay algún guardia dentro de la ciudad nos descubrirá.

―Raphtalia podría usar su magia para ayudarnos… pero supongo que si usamos magia avanzada también llamaremos la atención…

―¿Qué deberíamos hacer entonces? Parece que podemos contar con el apoyo de esa familia. Aunque…

Huir probablemente no era una mala idea. Pero estar haciéndolo de Motoyasu constantemente me tenía exhausto. Mi cuerpo me estaba diciendo que necesitaba descansar. Además, Motoyasu no era nuestro único enemigo. Podríamos tener que luchar contra aventureros, soldados o cazarrecompensas, por lo que necesitábamos descansar.

―Um…

Raphtalia levantó la mano.

―¿Qué pasa?

―¿Y si han estado siguiendo las noticias y esperan a que pasemos por aquí?

Um… es muy probable que ése sea el caso.

Después de todo lo que había pasado, parecía que el país estaba dividido en dos facciones sobre cómo lidiar conmigo.

―Bien visto. ¿Y sabes qué, Naofumi? Un aventurero demi-humano podría estar más dispuesto a escucharnos.

―¿Por qué crees eso?

―¿Lo has olvidado? Si el Héroe del Escudo es el enemigo del reino supremacista humano de Melromarc, entonces ¿qué crees que pensarían los demi-humanos sobre él?

Tenía razón. Entre los países que estaban en malos términos con Melromarc se encontraba una nación de demi-humanos. Parecía que la Iglesia de los Tres Héroes era la religión nacional de Melromarc, lo cual significaba que cualquier nación que se opusiera a ella tenía más posibilidades de estar dispuesta a cooperar con nosotros. Y eso se traducía en que los demi-humanos podrían estar más inclinados a escucharnos.

Pensándolo bien, recordé que algunos de mis primeros clientes habían sido aventureros demi-humanos. Podría valer la pena intentarlo.

―Está bien. Cuando lleguemos a la aldea, intentaremos hablar con un aventurero demi-humano.

―Entendido.

―Espero que salga bien.

―¡Allá vamos!

Nos dirigimos a la aldea cercana, procurando mantenernos siempre ocultos en el camino.

―¡D-Discúlpeme!

―¡Hey!

Cuando nos acercamos a la aldea en la que esperábamos reunirnos con los nobles, encontramos un aventurero demi-humano en el camino. Nos escondimos en las sombras y le llamamos, pero…

―Oh, no puede ser… ¡ya es la décima vez! Naofumi, ¿qué has hecho?

―¡No lo sé!

Cuando el demi-humano vio mi cara, se disculpó exageradamente y huyó. ¿Pero por qué? ¿Mi reputación demoníaca se había extendido incluso hasta ellos? Las cosas no estaban siendo tan fáciles como me esperaba.

―No parece que nos hayan reportado.

―Es cierto. Él ha huido, y después lo hemos hecho nosotros, pero no ha aparecido ningún soldado.

Al principio me preocupaba que los guardias de la aldea nos encontraran y nos persiguieran. Pero hasta ahora no vimos a ninguno pasar cerca.

Sinceramente, parecía que cuanto más tiempo permaneciésemos en el camino, más demi-humanos huirían por otra ruta cuando nos viesen.

―¿Tal vez debería acercarme a ellos?

―¿Harías eso por nosotros, Raphtalia?

―Claro.

―Si ocurre algo, pide ayuda inmediatamente.

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―De acuerdo.

―¡Tú puedes, Onee-chan!

Entonces Raphtalia se adelantó para acercarse a algunos demi-humanos que nos encontramos.

Me tenía un poco preocupado. Los demi-humanos de Melromarc siempre parecían estar alerta, siempre preparados para huir. Debía ser incómodo para ellos vivir en este país, ya que todo les hacía recordar su posición social.

Me preguntaba qué estaban haciendo aquí, pero la gran cantidad que había de ellos parecía una explicación bastante buena en sí.

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Raphtalia regresó tras hablar con unos aventureros demi-humanos.

―He vuelto.

―¿Qué ha pasado?

―Bueno, al menos he averiguado por qué no hablan contigo. Parece que les han ordenado no interactuar directamente.

―¿Qué se supone que significa eso?

―Yo también pensé que es extraño, así que he preguntado de una forma que pareciese natural. Dicen que el Héroe del Escudo les prohibió que hablasen contigo.

¿El anterior Héroe del Escudo les dijo que no hablasen conmigo? Eso podría ser un problema. ¿Así que la única razón por la que Raphtalia habló conmigo era que al principio no sabía que yo era el Héroe del Escudo? ¿Y porque ella estaba en problemas? ¡Es como si todo este mundo hubiese sido creado para hacerme miserable!

―Naofumi, ¿no les dijiste una vez a los demi-humanos que permanecieran lejos de ti?

―Yo no recuerdo eso.

―Qué raro. Mi madre dijo una vez que el Héroe del Escudo había ordenado a todos que se mantuviesen lejos de él. Los demi-humanos veneran al Héroe del Escudo, por lo que tan sólo están obedeciendo sus deseos.

¿Qué?

―¿Quieres decir que es porque Maestro dijo que no se le acercasen?

―¿Podría ser eso?

―No recuerdo haber dicho nada parecido. ¿No sería un Héroe del Escudo anterior?

―No. ¿Entonces quieres decir que no es verdad? ¿Puede que todo sea un malentendido?

¡Tenía que haber sido la Iglesia de los Tres Héroes!

―Escuché que esto ocurrió unos días después de que fueras invocado, Naofumi.

En aquel entonces estaba bastante destrozado, y no recuerdo mucho sobre las dos primeras semanas. Fue cuando acababa de ser incriminado y arrestado. No confiaba en nadie, y hacía callar a cualquiera que intentase hablarme. ¿Es posible que alguien que de verdad quería hacer equipo conmigo se me hubiese acercado? ¿Pudiera ser que les hubiera dicho que se alejasen de mí?

―¿Naofumi? No creerás que…

―De todas formas, ¿podemos entrar en la aldea?

Cambié de tema. No podía tolerar la forma en la que estaba mirándome Melty.

―Bueno, parecían amigables mientras hablábamos. Saben lo descabellado que está siendo Melromarc y dicen que la Iglesia se ha vuelto loca.

―¿Mencionaron algo sobre si alguien nos ha delatado?

―Dicen que a todos se les ha informado de que el Héroe del Escudo está cerca.
Pero también que todos los demi-humanos están de acuerdo en que no dirán nada si le ven.

―Uuh… Bueno, suena arriesgado, pero ¿creéis que deberíamos intentarlo?

Si las cosas fuesen mal, siempre podríamos escapar montados encima de Filo. Podríamos cubrirnos la cara con capas…

―¿Hola?

―¿Qué?

Estábamos escondidos en unos arbustos, y de repente el Filántropo estaba ahí. Llevaba gafas, y se encontraba sentado en un carruaje de clase alta. Se detuvo y nos llamó.

Sí, le recuerdo. El Filántropo era un noble en esta aldea.

―¿No serán la Princesa Melty y el Héroe del Escudo?

―Um… ¿sí?

―Sí.

―Es peligroso hablar aquí. ¿Me acompañarían de vuelta a mi residencia?

A juzgar por la dirección de la que venía, debía haberse dirigido aquí solamente para encontrarse con nosotros. De modo que SÍ HABÍA estado pensando en nosotros.

―Si tratas de entregarnos a los otros Héroes, causaremos un gran alboroto.

―Naofumi, no deberías…

―Y con “nosotros” me refiero a mis subordinadas y a esta princesa salvaje.

―¡¿Qué ha sido eso?!

Melty me dirigió una mirada fría como el hielo.

―¡TÚ eres el salvaje!

―¿Qué estás diciendo? Soy el Héroe más sofisticado y por mucho.

―Una vez me vendió un artículo, por lo que le estoy muy agradecido. Los materiales son bastante comunes y se pueden encontrar por todas partes, pero su diseño, Héroe, lo hace mucho más valioso para mí. Costó cinco veces más que otros artículos similares, pero todavía siento que lo valía.

Ahora Melty realmente me estaba fulminando con la mirada.

―Lo siento mucho.

Raphtalia se llevó las manos a la cabeza.

―De todos modos, Naofumi, deberíamos ir con este hombre por ahora. Más tarde tendremos tiempo de escuchar todo sobre tu comportamiento.

―¿Por qué tengo que hablar CONTIGO sobre MI comportamiento?

―Porque estos problemas van a seguir surgiendo. ¿No será por TU culpa que la gente te llama el Demonio del Escudo?

―Cualquier historia que escuches tratará sobre mis valerosas hazañas.

―¡No actúes como si estuvieses orgulloso de tus delitos!

Lo que sea. Puedo engañar a mis enemigos durante todo el día y no sentir ni una pizca de culpa. Todo depende de la perspectiva. La modestia puede verse como cobardía para un enemigo.

―Suficiente de eso por ahora. Si causas un alboroto aquí, el Héroe de la Lanza nos encontrará.

Um… Raphtalia tiene razón.

Nos metimos en el carruaje del Filántropo silenciosamente. Miré afuera por la ventanilla del carruaje y me hice una idea de lo que estaba ocurriendo en el exterior. Sólo llevábamos huyendo unos días, pero ya estaba sintiendo nostalgia por el ajetreo de la ciudad. La aldea al otro lado de la ventanilla tenía la naturaleza de un lugar aislado.

Realmente se notaba que había más demi-humanos en esta aldea; era una multitud de aventureros yendo de un lado para otro.

Pronto llegamos a la residencia del Filántropo. Bajamos del carruaje y entramos en ella.

―Con permiso.

Melty se aseguró de pedir permiso antes de dar un paso al interior.

Siempre que tenía que actuar como la princesa oficial se volvía muy educada.
También hablaba de esa forma con los demás Héroes. En realidad, ahora que lo pienso, sólo era grosera cuando hablaba conmigo. Claro que yo nunca había hecho nada para ganarme su respeto, así que supongo que no podía reprochárselo.

―Deben de estar exhaustos. Por favor, aprovechen este tiempo para descansar.

Nos guió hasta un comedor y salió antes de volver a aparecer con comida para nosotros. Filo no tenía los mejores modales en la mesa precisamente, pero el Filántropo sonrió y la miró genuinamente complacido.

―¿Entonces han estado huyendo todo este tiempo? ¿Terminaron entrando en mi territorio y decidieron venir aquí?

―Así es. Buscábamos una forma de librarnos de Motoyasu… quiero decir, el Héroe de la Lanza. Pensamos que éste podría ser un buen sitio para escondernos.

―Hay algo que me gustaría preguntarle. He escuchado que ha provocado incendios en las montañas de la zona para intentar cubrir su rastro y escapar del Héroe de la Lanza. ¿Qué ocurrió en realidad?

La Zorra. Ella hizo todo eso, pero por supuesto me culpó a mí.

―Tu hermana no duda ni un segundo, ¿verdad? Ha hecho exactamente lo que creía que iba a hacer.

―Aneue… ¿Cómo has podido…?

―¿Entonces no es verdad? ¡Me lo imaginaba!

―Así es, no fui yo. Fue la princesa que está viajando con el Héroe de la Lanza. Nos estábamos escondiendo de ellos en un arbusto y la vimos iniciar los incendios.

El Filántropo suspiró profundamente.

¿Cuánto más podía empeorar la Zorra como persona?

―Muy bien. Espero poder ser de utilidad para ustedes… ¿Tienen algún otro objetivo?

―Estamos tratando de reunirnos con la reina, pero no sabemos a dónde ir. Hemos tenido que invertir todo nuestro tiempo en intentar eludir a Motoyasu, y por eso no estamos haciendo muchos progresos.

El noble se quedó pensando durante un momento antes de asentir.

―Muy bien. Creo que entiendo la situación. Haremos todo lo que podamos para ayudarles. Sin embargo, mi propia posición no es exactamente ventajosa, por lo que no estoy seguro de cuánto podré hacer en realidad.

―No espero demasiado. Cualquier cosa que puedas hacer será de ayuda.

Además, realmente no sabía hasta qué punto podíamos confiar en él. No planeaba quedarme mucho tiempo de todas formas.

―Nos gustaría descansar un poco. Oh, ¿y sabes algo sobre lo que están tramando los otros Héroes?

Motoyasu no era la única persona de la que teníamos que preocuparnos. No tenía ni idea de qué tramaban Ren e Itsuki, ya que no parecía que estuvieran persiguiéndonos. Era mejor intentar averiguar qué estaban haciendo.

Era muy consciente de la posibilidad de que la Iglesia estuviese vigilando al Filántropo de cerca, por lo que una vez que tuviéramos la información que quería, planeaba escapar tan pronto como fuese posible. También teníamos que cruzar la frontera… Quería descubrir la ruta más segura que podíamos tomar.

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―Muy bien. Creo que puedo averiguar de qué se están ocupando los demás Héroes. Por favor, espere un poco.

―Te estamos poniendo en peligro. Nos marcharemos por la mañana.

―¿Nos vamos tan pronto? ¿No deberíamos descansar un poco más?

Melty tenía que asegurarse de que todos supiéramos qué pensaba ella sobre el asunto.

―Hay una alta probabilidad de que vengan aquí a buscarnos. Si nos quedamos, pondremos a esta gente en peligro.

―Sí… Bueno…

―Muy bien, investigaré las acciones de los otros Héroes, así que por favor, aprovechen este tiempo para descansar.

―Gracias.

―Pero yo quería descansar durante algunos días…

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―Melty-sama, parece haber cambiado durante sus viajes con el Héroe del Escudo.

―¿Qué quiere decir con eso?

―Antes, siempre anteponía el deber en el momento de hablar. Nunca mostró sus verdaderas emociones en sus discursos oficiales. Creo que la gente la preferirá como es ahora.

El Filántropo sonrió a Melty. Parecía verdaderamente feliz.

―Eso… eso no es cierto…

―¿Qué pasa, Melty?

―No lo escuches, Filo. Este hombre ha decidido evaluarme por su cuenta.

―Oh…

El Filántropo se giró hacia Raphtalia.

―¿Cómo suele comportarse Melty?

―Siempre habla muy cortésmente, y constantemente se obliga a mantenerse totalmente serena. Siempre actúa como si su posición de princesa fuese la máxima prioridad en su mente. Pero desde que está viajando con nosotros, y sobre todo con el Héroe del Escudo, ha empezado a madurar en una dirección diferente. Me ha hecho muy feliz ver cómo ocurría.

―¡C-Cállate!

―Muy cortés… Sí… así es como era. Me pregunto qué habrá provocado que cambie.

―¿No crees que es por tu culpa, Naofumi-sama?

―¿MI culpa? No lo creo.

No era que viajar conmigo la hubiese cambiado, sino que su verdadera naturaleza finalmente había salido a la superficie. La piel externa se había desprendido. Aun así, eso no significaba que fuese mala. Comparada con su padre, la Basura, y su hermana pirómana, ella estaba en una categoría completamente distinta.

―¡Es culpa tuya, Naofumi!

―Oh, no me culpes a mí por eso. Eres tú la que tiene familiares pirómanos. La característica de la histeria es hereditaria, ¿sabes?

―¡¿Qué has dicho?! ¿En serio me estás comparando con mi hermana? ¡No puedo TOLERAR eso!

Melty me estaba fulminando con fuego en sus ojos. Realmente debía odiar a su hermana. Por supuesto que era imposible que la agradase. Mirándolo desde esa perspectiva, Motoyasu era impresionante por tener que aguantarla, y no es que esté intentando defenderle ni nada. No obstante, Melty era su hermana, por lo que definitivamente su mente funcionaba igual en cierta manera. Supongo que eso sólo significaba que ella nunca había desarrollado un gusto por ver la miseria de los demás. No era más que mi opinión de todas formas, pero por supuesto no iba a decírselo.

―Discúlpate.

―Oh, vale. ¡Está bien! Melty, no eres como ese demonio de fuego de tu hermana. Ya está, ¿contenta?

―¡No lo estás diciendo en serio!

―Tienes razón.

―¡¿Qué?!

Estaba empezando a sacarme de quicio.

―Ya, ya… Tranquilizaos. Sabes que en momentos como éste, Naofumi-sama no dice las cosas en serio.

Raphtalia, actuando como un ángel iluminado, trató de calmar a Melty. Filo también estaba asintiendo. ¿Qué pasaba con estas tres?

―Veo que han terminado de comer, así que por favor, vayan a sus habitaciones y descansen. Por la mañana debería tener toda la información que haya podido conseguir.

Nos llevó a nuestras habitaciones y a partir de entonces todos comenzamos a relajarnos. Pero todo había salido tan satisfactoriamente que no pude deshacerme de los restos de mis dudas. Miré por la ventana hacia la aldea.

Al parecer no puso ningún veneno en nuestra comida, pero no estaba seguro de hasta qué punto podíamos confiar en este tipo.

―Naofumi. ¿Por qué no te relajas un poco?

―Me mentalicé hace mucho tiempo de que no debía bajar la guardia en momentos como éste. Eso es lo que me ha enseñado este mundo.

―Pero si no descansas, cada vez estarás más agotado.

―Una vez me robaron todas mis cosas mientras dormía. Si no vigilas tu espalda, la gente te traicionará.

―Oh, vamos… ¿Por qué no puedes simplemente confiar en alguien por una vez?

―¡Pues si no lo hago es por culpa de tu hermana y de tu padre!

―¡Eso lo entiendo! ¡Sólo estoy diciendo que podrías intentar confiar un poco más!

―Lo que sea. Descansaré si lo veo conveniente.

―¡Tú no eres el único que está molesto con Padre y Aneue! ¡Así que relájate!

―¿Y quién más lo está?

―Mi madre. Antes de que nos separásemos, tomaba retratos y estatuas de Padre y Aneue y las quemaba cada vez que se comportaban de esta forma.

―Bueno, cosechas lo que siembras. Si no sabe cómo elegir un hombre, tampoco sabrá cómo criar a una hija.

―¡¿Estás criticando a mi madre?!

Había sido así desde que Melty empezó a viajar con nosotros. Siempre estaba alterándose por algo. Incluso actuaba de esa manera sabiendo perfectamente que había gente detrás de nuestras vidas. Si bajaba la guardia, ella conseguiría que nos matasen a todos.

―Mira, Naofumi-sama. Nosotras montaremos guardia mientras tú descansas un poco.

―¿Eh? Oh… vale.

―¡¿Por qué haces caso a todo lo que dice Raphtalia?!

―Porque confío en ella.

―¡Oh, ¿y no confías en mí?!

―No especialmente…

Lo hice sólo porque estábamos en una situación en la que no podía volverse contra nosotros. Estaban intentando matarnos, y ella nos ayudó en la batalla. No era que no confiase en ella, no exactamente…

Ella actuaba como debía, como la segunda princesa y la primera heredera del reino. Así que, en ese aspecto, supongo que podía confiar en ella. Pero eso no era de lo que trataba esto. Claro que llevaba viajando con Raphtalia mucho más tiempo, pero incluso dejando eso de lado, ella tenía mucha más experiencia que Melty. La confianza tenía mucho que ver con eso.

―¡Hey, Mel! ¡Quiero investigar el resto de esta casa!

Filo se metió en la conversación con algo que no tenía ninguna relación.

―Buena idea. Podría ser bueno dar un paseo para mejorar mi estado de ánimo. Vale, Raphtalia. Filo y yo vamos a dar una vuelta por la casa.

―¡Una aventura!

Filo quería que ella también dijera “aventura”, pero Melty simplemente sonrió, se despidió con la mano y salió de la habitación.

Por fin, un poco de tranquilidad.

Cuando salió de la habitación me di cuenta de lo agotado que estaba en realidad. Me tumbé en la cama tras confiarle a Raphtalia la guardia y me quedé dormido.

Umm…

Pude sentir a alguien acercándose. ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo? Desde que la Zorra me traicionó, había empezado a despertarme cada vez que sentía que alguien se acercaba.

―Si te acercas más, Naofumi-sama se despertará.

―¡Pero…! ¡Pero…! ¡Quiero dormir con Maestro!

Filo debía de haber vuelto de su aventura por la casa… lo cual significaba que Melty también había regresado.

La habitación se había puesto muy ruidosa últimamente… y eso que por fin había logrado conciliar el sueño.

―No puedes. Ya hemos hablado sobre esto.

―¡Pero…! Onee-chan, dijiste que una vez dormiste con él.

―Puedes acercarte a él cuando aún está despierto. Tienes que hacerlo antes de que se duerma.

―¡Vale, entonces se lo pediré cuando despierte!


―…No creo que le vaya a gustar.

Raphtalia realmente me comprendía. Si alguien se me acerca mientras estoy durmiendo no seré capaz de descansar, justo como estaba ocurriendo ahora. Estaba dormido, pero me desperté cuando Filo se acercó.

―…Uaaaaah.

Raphtalia bostezó profundamente. Debía de tener sueño también.

―Raphtalia-san, tú también deberías dormir. Yo vigilaré.

―¿Estás segura?

―Déjamelo a mí.

―Vale. Buenas noches.

Raphtalia se acostó en la cama de al lado y sólo tardó un minuto en dormirse. Poco tiempo después, pude oír a Filo y Melty susurrándose la una a la otra. La princesa seguía intentando calmar a Filo.

―Eh, Filo.

―¿Qué?

Melty estaba murmurando ahora.

―Sé que acaban de hablar de ello, pero es verdad. Yo solía tener cuidado de hablar cortésmente.

Sí, el Filántropo lo había mencionado. Antes, ella siempre usaba un lenguaje formal… ¿Estaba intentando decir que su verdadera forma de ser era esa personalidad cortés?

―Pero desde que empecé a hablar con Naofumi, mi vocabulario se ha vuelto más grosero… más vulgar. Antes era capaz de hablar con él apropiadamente, pero ahora lo único que hago es quejarme…

Sonaba como si estuviese llorando.

¿Podía llegar a ser eso tan duro para ella?

―Antes, cuando Naofumi me estaba diciendo qué hacer, me sorprendí a mí misma. Sonaba tan histérica… ¡Es como si ya no fuera yo misma! Filo, me estoy… ¿me estoy volviendo loca?

―Um…

Por primera vez en su vida, Filo no parecía saber qué decir. Melty había elegido a la persona equivocada para confiarle esto. ¿Qué clase de consejos creía que podía ofrecerle Filo? Quizá Raphtalia habría sido capaz de ayudar, ¿pero Filo? Pude haberme levantado de la cama y hablar con ella, pero ella no sabía que estaba escuchando, y probablemente se alteraría si me levantase ahora.

“¡¿Estabas fingiendo dormir para espiarme?!” …diría algo como eso. Con eso sólo conseguiría que se preocupase más.

No sabía qué lo había causado, pero sonaba como si de algún modo, por haber pasado tiempo conmigo, Melty hubiese tropezado con un interruptor de sinceridad y ahora ya no pudiera parar de quejarse todo el tiempo.

Será mejor dejar las cosas como están. Éste no es mi problema.

―¿Mel? ¿Qué piensas de Maestro?

―¿Eh? ¿A qué te refieres?

―Bueno, solo actúas de ese modo con él, ¿no? Todavía eres cortés con las demás personas.

―Tal vez…

―¿Te sientes como si no pudieses decirle nada?


―¿Eh? ¿E-Eso crees?

―Porque cuando te veo hablando con él, parece como si estuvieras emocionada, como si estuvieses realmente metida en la conversación.

Bueno, bueno. Parece que Filo realmente ha madurado. ¿Significa eso que Melty, la VERDADERA Melty, es una psicópata histérica?

Su posición en la nobleza le había provisto de su educación, sus modales y sus virtudes, todas las cosas que necesitaba para ocultar su verdadero ser. Pero cuando estaba conmigo, no podía esconder a su zorra interior. ¿Eso es lo que quería decir Filo?

―¡N-No es eso en absoluto! ¡Filo, deja de decir esas cosas!

―Mel, no intento decir nada extraño. ¡Simplemente dejemos que Maestro nos mime a las dos!

―¿Qué estás diciendo? A mí eso no me va.

―¿No?

Sonaba como si estuviesen a punto de empezar a discutir.

Esto… esto tiene que ser un sueño. Melty no hablaría de esa forma. Ella no sonaría tan débil…

Eso es lo que me dije a mí mismo.

La siguiente vez que me desperté, Raphtalia se encontraba durmiendo en la otra cama con Filo, y Melty estaba mirando por la ventana. Estaba oscureciendo. Me incorporé en la cama y Melty me miró. Se veía tranquila, dócil. Volví a recordar el sueño.


―Te has levantado.

―Sí. ¿Preparada para cambiar de turno?

―No estoy tan cansada, así que de momento voy bien.

―Vale.

Aun así, sencillamente no podía imaginarnos a los dos mirando por la ventana sin decir nada. Toda la habitación estaba en calma, en silencio.

―Hey, ¿Naofumi?

―¿Qué?

―He estado pensando en ello desde que llegamos aquí. Sobre que… quizá debería pedirle a esta familia que me entreguen a mi padre.

―¿En serio?

Era cierto que estábamos siendo perseguidos, pero Melty no había sido acusada de nada. La Corona todavía la trataba como una rehén. Incluso si la Basura había reasignado a esta familia noble… si se la entregaban, ella debería estar bien… ¿no? Por supuesto que sólo estaría bien si conseguían llevarla al castillo y entregársela directamente a la Basura. De todos modos, sería más efectivo que reunirse con el rey junto a mí.

―Tal vez… No quiero arrastraros conmigo… y quiero hacer lo que debería hacer.

Realmente se lo estaba planteando, a pesar de ser tan joven. Necesitaba limpiar su nombre, y si volvía con la Basura también podría demostrar mi inocencia.

―Si tuviéramos un método para averiguar que es seguro, podría ser una buena idea.

―Desde luego que sé que será peligroso, pero aun así podría serlo menos que viajar contigo, considerando que mi hermana está persiguiéndote.

Para Melty, cualquiera que estuviese relacionado con su hermana era con seguridad una fuente de peligro. Así que viajar con nosotros implicaba una serie garantizada de batallas peligrosas. Si eso era cierto, entonces realmente podría ser mejor para ella volver a escondidas con la Basura mientras nosotros atraíamos la atención de la Zorra.

No era como si necesitásemos que Melty estuviera con nosotros para reunirnos con la reina, de todas formas.

―Es sólo una idea. Mantenla en mente.

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―Lo sé. Sí que estás pensando las cosas.

―¡¿Me estás tratando como a una niña?!

―Eso no es lo que quería decir. Simplemente me he dado cuenta de cuánto has pensado en ello.

―Pero lo has dicho como si…

Y ahí estaba otra vez, buscando pelea conmigo. Por el momento no tenía forma de saber que tendríamos que poner su plan en acción muy pronto. El catalizador ya estaba en camino.

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