Goblin Slayer – Side Story: Year One

Volumen 1

Prólogo 2: Y así, el Mundo fue Salvado

La Suma Sacerdotisa abrió los ojos cuando escuchó al líder decir que ya era hora de partir.

No… abrir los ojos no era la expresión correcta. Hacía mucho tiempo que no veía nada más que oscuridad.

Las cosas probablemente han comenzado arriba, murmuró el líder, inspeccionando un arma.

El miasma desbordante, la sensación de la losa fría, la sensación de amenaza aplastante. Podía recordar la pausa que tomaron en el pasillo entre las cámaras funerarias como si fuera ayer.

Escuchó el débil y familiar chasquido de la armadura del líder. Sin duda estaba inspeccionando su machete, como de costumbre.

“¿Estás bien?”

La Suma Sacerdotisa volvió en sí cuando alguien le habló de repente.

Era una Maga Femenina. Era hija de una familia acomodada, y su suave voz reflejaba su crianza.

“Sí, estoy bien”, contestó la Suma Sacerdotisa con prontitud, para no preocupar a su solícita compañera. Ella se levantó.

“Bueno, si necesitas algo, házmelo saber. Ese chico no entiende nada de lo que necesita una chica”.

La Suma Sacerdotisa rechazó la habitual condescendencia de la Maga hacia la líder. La forma en que la maga respondía haciendo pucheros, con sus mejillas hinchadas, la hacía parecer infantil y poco confiable.

Pero como líder de la línea de atrás, con el control sobre el uso de hechizos, todos confiaban en ella. Incluida la Suma Sacerdotisa, por supuesto. Y ella estaba genuinamente agradecida de que la Maga estuviera dispuesta a cuidarla. Podría pasar por alto un poco de mal comportamiento….

“Bueno, ella tiene que decidir si seguir adelante o regresar, después de todo. No servirá de nada alejarse mucho del elevador”.

Este tranquilo consejo debe haber sido ofrecido por el Monje Bugman. No era inusual tener dos tipos religiosos en un solo grupo. El Monje Bugman siempre hablaba con cuidado, quizás porque era el miembro más viejo y experimentado del grupo. “En la pelea que está a punto de empezar, cualquiera que no esté totalmente preparado sólo será una carga.”

La Suma Sacerdotisa no aprobaba del todo su tono brusco, pero se conocían desde hacía mucho tiempo. Ella sonrió débilmente.

Ella pudo escuchar un crujido cuando el bugman desenrolló el mapa que había hecho y trazó un camino con una larga garra.

“Estamos a mitad de camino. Podemos continuar hasta el décimo piso o volver. No me importa de ninguna manera.”

“Ya que hemos estado conservando nuestros hechizos con tanto cuidado, deberíamos tener un poco de margen, ¿no?” El Ladrón Medio Elfo sonaba como si la oscuridad del laberinto no le molestara en absoluto. Inusitadamente para un ladrón, estaba en la línea del frente, pero no dio ninguna indicación de estar cansado. O tal vez, como la Suma Sacerdotisa, lo estaba escondiendo.

Aun así, su tono alegre levantó su propio espíritu, y por eso, ella estaba agradecida.

“Por otra parte, la vitalidad y la resistencia son cosas diferentes. No nos servirá de nada si nuestros corazones no están en ello. ¿Qué tal un poco más de descanso?”

“¿Qué es esto? ¿Ya estás cansado? Hee-hee!” La Guerrera Femenina se rió de manera expresiva y dio un golpe juguetón con su lanza al Ladrón Medio-elfo.

En términos convencionales, la Guerrera Femenina fue probablemente la más atractiva de las tres mujeres en el grupo, y fue debido a la tragedia en su pasado. La Suma Sacerdotisa sabía esto, porque ella había experimentado algo similar. Lo que es más, la Suma Sacerdotisa pensaba que la Mujer Guerrera era increíble, porque nunca permitía que su pasado se manifestara.

“Bueno, eso no servirá”, decía la Guerrera Femenina. “¿No quieres gustarle a las chicas?”

“Aww, cállate.”

Así que cuando la guerrera le susurró: “¿Verdad?”, la Suma Sacerdotisa tuvo que reírse.

Les había llevado tiempo, pero ahora eran todos muy amigos. Nunca podrían haber sobrevivido a la aventura que los llevó hasta este punto si tan sólo uno de ellos no hubiera estado allí.

“¿Qué hay de ti?”

“¿Qué?”

La Gran Sacerdotisa ladeó la cabeza ante la inesperada voz. El líder, que había estado escuchando silenciosamente su discusión colectiva, de repente le dio la palabra. “¿Qué hay de ti?”

“Yo, uh…”

Siempre fue así. Parecía poco interesado, pero era considerado con todos ellos. Nunca tomaría una decisión basada en la opinión de una sola persona, sino que se aseguraría de haber escuchado a todo el mundo.

Si no… ¿cómo podría haberle seguido hasta aquí?

Había podido llegar a este punto precisamente gracias a sus compañeros. Habían esperado hasta que ella pudo reunirse con ellos. Igual que ahora, esperaron para escuchar sus palabras.

“Déjame ver…. Puede que no haya una próxima vez.” Por lo tanto, se había vuelto capaz de ofrecer con confianza su propia opinión.

“Personalmente, quiero terminar esto ahora.”

Cuando él habló, los miembros del grupo se miraron los unos a los otros y todos asintieron. Entonces, vámonos.

“Un enfrentamiento final con el Gran Malo, ¿eh? A mí me gusta. ¡No puedo esperar!”

“¡Heh! Heh! Heh! Heh! Si el Señor de los Demonios se me acerca, lo cortaré en pedacitos”.

“Genial. Entonces si perdemos, es tu culpa”.

“Aw…”

“Todo saldrá bien. Todos confiamos los unos en los otros.”

Más vale que lo hagamos. El líder le dio a la Maga una sonrisa sarcástica y comenzó a caminar.

La Suma Sacerdotisa lo siguió, agarrando la balanza y la espada entre sus pechos aún en desarrollo.

Ella no sabía cuántos de ellos sobrevivirían o qué tan gravemente serían heridos en esta batalla.

Todos y cada uno de los que luchaban arriba podrían morir.

Pero…

El mundo sería salvado. De eso estaba segura.