Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 3

Bonus 3: Un Propietario De Tienda Como Este…. Podría Realmente Existir

El videoclub TSUTAYA, una bulliciosa cadena que contaba con una gran selección de películas, libros, alguna otra mercancía y los siempre presentes juegos para atrapar ovnis. Cada fin de semana la gente inundaba la tienda en busca de nuevos lanzamientos o de clásicos antiguos. Una tienda en particular tenía una cantidad anormalmente grande de visitantes. Tantos como se espera ver en un parque temático durante un desfile. TSUTAYA puede haber sido una tienda de conveniencia, pero esto era claramente irregular. Además, casi todos los clientes eran hombres, y no sólo estaban parados alrededor de los libros, leyendo como de costumbre, sino que estaban examinando la mercancía.

Por su comportamiento, uno estaría justificado al pensar que podrían ser ladrones. De hecho, no habría sido sorprendente si uno de los empleados de la tienda se hubiera acercado a ellos y les hubiera dado una advertencia severa. Sin embargo, los trabajadores de esta tienda en particular estaban acostumbrados a este comportamiento, y continuaron como de costumbre. “Haaaa, ya sabes…” Uno de los trabajadores a tiempo parcial, Hajime Nagumo, miró su reloj de pulsera con un suspiro. No estaba contando los minutos hasta que estuviera fuera de horario, sino esperando que ocurriera un evento específico.

En ese momento, la puerta de la sala de profesores empezó a chirriar. Todos en la tienda empezaron a hablar ruidosamente. Su atención se centró por completo en esa puerta. Algunos de los chicos incluso respiraban fuertemente con expresiones pervertidas en sus caras. Cuando la puerta por fin estaba totalmente libre, los clientes….

“¡El gerente está aquí!”

“Es tan sexy…”

“Aparentemente tiene más de 20 años. Puedes creerlo… es como una especie de milagro.”

La multitud se estaba volviendo loca, como si acabaran de conocer a su ídolo favorita. La persona que había salido de la sala de profesores con el uniforme y el delantal de la marca TSUTAYA no era otra que Yue, la gerente de esta tienda. Parecía una muñeca perfectamente hecha a mano que cobró vida. Con su pequeño cuerpo, sus pasos tambaleantes y su brillante cabello dorado, la palabra lindo no le hizo justicia. A pesar de su falta de expresión y de pechos, había un innegable atractivo para ella. Ella era la intimidante y distante reina de TSUTAYA.

“Hajime, Shea, ¿han terminado de llenar los estantes?”

“Ah, sí. Terminamos esta mañana, gerente”.

“¡Sí, sí, señora! ¡Estamos listos para la batalla!”

Hoy fue el día en que salió a la venta el nuevo libro de un famoso autor. Hajime, y su compañera a tiempo parcial Shea, habían pasado toda la mañana almacenando la esquina exclusiva con dicho libro. Yue asintió con un satisfecho “Bien”, y se giró para mirar a los miembros de su club de fans que se habían reunido. Como soldados entrenados, cayeron en una fila de una sola fila frente a la esquina exclusiva. Probablemente se habían entrenado para este momento. Se pusieron firmes, esperando las palabras de la Reina Yue.

“…Mmm, ve y compra.”

“¡Sí, señora!” Hicieron lo que su reina les ordenó. Era un poco cuestionable si alguien en la industria de servicios debería haber estado dando órdenes a sus clientes de esa manera, pero en este momento nadie dijo nada al respecto. La nueva empleada a tiempo parcial, Hajime, murmuró algo sobre ello en voz baja, pero eso fue todo. Todos los fieles sirvientes de la reina tomaron copias del nuevo libro y corrieron a la caja registradora. Cuando llegó el primer cliente, su reina volvió a hablar.

“¿Hm? ¿Sólo una copia?” Yue inclinó la cabeza. “¿Sólo estás comprando una?”, dijo claramente su mirada. Qué movimiento tan astuto. Nada estaba fuera de los límites para ella, siempre y cuando mejorara las ventas.

“Por supuesto que no. Déjame comprar una, no dos copias más. ¡Uno para regalar, otro para guardar en mi colección y otro para leer!”

“Yo también recomiendo este libro”.

“¡Lo compraré! ¡Tres copias de eso también!”

Ella era realmente despiadada cuando se trataba de negocios. Yue sonrió débilmente cuando el primer cliente terminó comprando seis libros. Todos los demás que esperaban en la fila se tragaron saliva y ella también les inclinó la cabeza. “¿No vas a comprar más?” Su mirada parecía implorar. Los resultados fueron instantáneos.

“¡Gerente! ¡Compraré 5! Por favor, dame tu teléfono…”

“Bastardo, ¿crees que es suficiente? Gerente, ¡véndame lo más caro que tenga!”

“Ja, tontos. No se trata del precio. ¡Todos ustedes están comprando las cosas más nuevas, pero es obvio que la gerente te apreciará aún más por conseguir cosas que no se venden bien! Gerente, ¿aún tiene esa caja de Chupacabras? Por cierto, ¿te gustaría salir a cenar…?”

“Gerente, ¿puedo tomarle una foto?”

En un esfuerzo desesperado por ganar su sonrisa, los clientes compraron más y más artículos. Hajime estaba frente a Yue, protegiéndola de la multitud de clientes que la empujaban.

“¡Por favor, no empujen! ¡Alinéense en forma ordenada, por favor!”

“¡Mis disculpas, pero por favor absténgase de pedirle a la gerente su información personal!”

“¡Desgraciadamente, tanto la caja como la edición revisada del Chupacabras están agotadas!”

“¡Nada de fotos, por favor! ¡Esta tienda tiene una política de no fotografiar!”

“Por favor, deje de intentar tocar a la gerente, querido cliente. Si vuelves a hacer eso, les daré una paliza”.

“¡Dejadlo ya, cabrones! ¡Deja de intentar acercarse al gerente!”

Hajime se volvió menos educado a medida que las peticiones continuaban. Al final era un demonio sonriente, que se deshacía de los clientes ruidosos. Shea, que era casi tan popular como Yue, manejaba las que no podía con su martillo de juguete. Muchos de los clientes golpeados por él salieron sonriendo. El resto de los empleados trabajaron furiosamente para manejar las oleadas de clientes. Finalmente, el evento diario que comenzó con la aparición de Yue llegó a su fin. Entre el mar menguante de los clientes masculinos se mezclaba una belleza de pelo negro, que murmuraba algunas palabras.

“Me pregunto si Hajime-kun también trabaja aquí hoy.” Como Hajime seguía ocupado con los clientes, ni siquiera se fijó en ella. Sin embargo, Yue cayó en una máscara de cháchara y la intimidó.

“Nuestra tienda está cerrada. Esperamos no volver a tener nunca más su patrocinio. Por favor, lárgate”. Y así, Kaori fue desalojado de TSUTAYA.

“Haaaa, por fin ha terminado. Siento que lo digo siempre, pero la capacidad del gerente para atraer a la gente es ridícula. Nuestras ventas están en un nivel completamente diferente al de los otros TSUTAYAs. Probablemente por las razones equivocadas”.

Hajime estaba haciendo una pausa en la sala de profesores después de que pasara la tormenta. Todos se turnaban para descansar, así que él era el único libre en ese momento. Sin embargo, unos minutos más tarde, Yue entró con unas bebidas. Parecía que eran para él. Ella le pasó una lata y Hajime le dio las gracias. Fueron las pequeñas cosas como esta las que la hicieron amar y respetar no sólo entre los clientes, sino también entre el personal, razón por la cual Hajime no se quejó ni siquiera cuando miró hacia abajo y notó la etiqueta en la lata que decía “Ambrosia”.

“Gracias por el trago, gerente.”

“Gracias por protegerme allá atrás. Estuviste genial”.

“Ah, eso no fue nada… De todos modos, es peligroso seguir saliendo así, así que preferiría que te detuvieras”.

“Es para aumentar las ventas. No pararé hasta que seamos los mejores TSUTAYA del país”. Yue hinchó su pecho con orgullo. Hajime sonrió irónicamente. Por eso nunca pudo dejar de fumar, a pesar de las locas horas pico y todo el trabajo extra que tenía que hacer. El gerente era demasiado adorable.

Mientras Hajime sorbía su Ambrosía, Yue sacó una novela ligera y se la ofreció. Parecía que se lo había sacado del sostén, pero Hajime era un caballero, así que no hizo ningún comentario. El calor de su cuerpo aún permanecía en la portada, pero él fingió no darse cuenta de eso también.

“Um, Gerente, ¿qué es esto?”

“Nuestro próximo gran éxito. Deberías leerlo”.

“¿Quieres que lo lea? ¿Voy a escribir una crítica o algo así?” Miró interrogativamente hacia abajo a la portada, y luego notó algo extraño.

“Oiga, gerente… La chica de la portada, la que se parece a la heroína principal… se parece mucho a ti, ¿no?”

“Por cierto, el protagonista se parece a ti, Hajime.”

“¿Por qué te estás lamiendo los labios así?”

Escalofríos corrían por la columna vertebral de Hajime. Se encontró incapaz de conocer a Yue. miró fijamente, y en su lugar miró fijamente el libro. De acuerdo con el resumen, fue sobre cómo un chico normal y amable fue convocado a otro mundo. Gracias a las experiencias duras que enfrentó allí, se convirtió en una persona completamente diferente, y se fue de aventuras con una princesa vampiro que conoció en el camino. Como hojeó las páginas, notó que la heroína principal se desnudaba muchísimo. Estaba desnuda cuando la protagonista la conoció, de nuevo después de su primera gran batalla. cuando ella lo visitó en la bañera y lo empujó hacia abajo.

¿Qué clase de situación surrealista es esta? Hajime estaba mirando fotos desnudas de una chica que se parecía a Yue, mientras la verdadera Yue le veía rebuscar en las páginas.

“Léelo. De hecho, haz que sea tu Biblia. Tiene la mejor heroína que jamás hayas visto. mira.”

“Sí, señora.” Hajime empezó a tartamudear mientras Yue se acercaba. El título de la novela ligera que ella le había dado era–

Arifureta: From Commonplace to World’s Strongest.

Arifureta: De Ordinario al Más Fuerte del Mundo. (Nova: Lo cambiamos porque estaba mal, esta es la traducción correcta)