Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 3

Capítulo 12: Dama de Hierro

 

 

Llama de dragón rojo… El Escudo de la Ira II se había convertido en algo totalmente distinto. Lo encaré hacia la sombra negra.

―¡Aaaaaarrrrrrrgggh!

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Cuando grité, el aire a nuestro alrededor pareció arrastrarse y desgarrarse como si estuviese vociferando conmigo.

¡Yaaaaaaaaaaaaaa!

El devorador de almas inter-dimensional apartó la mirada de Filo y la dirigió hacia mí.

Esto no era bueno. Comparado con la última vez que usé el Escudo de la Ira, las sensaciones eran mucho más fuertes. Me sentía como si me estuviese perdiendo a mí mismo. ¿Era debido al progreso del escudo? ¿Este “progreso” que había sido mencionado?

Ugh…

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Mi visión estaba temblando.

―Naofumi-sama.

De repente, un toque amable; debía ser Raphtalia.

No puedo… no puedo perderla aquí.

Había gente que dependía de nosotros para detener la ola. No podía permitirme ser tragado por la ira y el odio. ¡No podía fallarles! Me deshice de la sombra negra y sacudí la cabeza para estabilizar mi visión. El enemigo estaba ahí, ante mí. Le miré fijamente y me preparé.

―U… ¡Uaaaaaaaaah!

¡¿Ugh?!

Me di la vuelta y, por alguna razón, Filo estaba envuelta en llamas negras.

―¡Gaaaaaaah!

Sus ojos adquirieron una mirada dura, como los de un ave rapaz. Corrió hacia el enemigo y lo pateó con fuerza. Podía deberse a que se comió parte del núcleo de dragón que yo había usado en mi escudo.

Filo se volvió hacia el devorador de almas y lanzó otra patada.

¡¿Yaaaaaa?!

Parecía que sus ataques eran eficaces. Pero también que ella era incapaz de distinguir al verdadero enemigo. Se giró hacia otro monstruo aleatorio en la zona y empezó a atacarlo en su lugar.

―Ugh…

El escudo estaba amenazando con absorberme. Corrí hacia el pez fantasmal y le empujé con mi escudo. Hizo rechinar los dientes contra mí, arañando el escudo, pero yo no estaba recibiendo ningún daño.

Perfecto.

El Escudo de la Ira II tenía la Auto-maldición Ardiente. Era un contraataque que respondía a una provocación del enemigo con una poderosa maldición, una que podría quemar al enemigo hasta las cenizas. Sentí las llamas malditas naciendo en mi interior. Rugieron a través de mi cuerpo y engulleron al devorador de almas.

¡Yaaaaaaaa!

El devorador de almas inter-dimensional gritó de dolor, pero la Auto-maldición Ardiente no era suficientemente poderosa para incinerarlo por completo. El capitán esqueleto, el kraken y el cañón del barco se giraron para concentrar sus ataques sobre mí.

―¡Eso no va a pasar! ¡Espada Estrella Fugaz!

―¡Lanza Estrella Fugaz!

―¡Arco Estrella Fugaz!

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Ren, Motoyasu e Itsuki habían recuperado el equilibrio, y liberaron un aluvión de habilidades contra los enemigos frente a ellos. Después se giraron hacia el jefe principal.

Estaban intentándolo, y sus ataques acertaron y funcionaron, pero ninguno fue lo bastante poderoso para derrotar a sus objetivos. Los enemigos se curaban demasiado rápido.

¿No hay alguna otra manera?

Recordé que había otra habilidad. Una que no había probado aún: Cambiar Escudo (ataque) y Dama de Hierro. Ambas eran habilidades del Escudo de la Ira II. No sabía lo que hacían, pero merecía la pena averiguarlo.

Instintivamente supe que debía usar Escudo Prisión primero, y luego Cambiar Escudo (ataque) y Dama de Hierro. Podría significar que ejecutar las habilidades en orden llevaría a algún tipo de reacción en cadena. ¿Sería alguna clase de combo?

―¡Escudo Prisión!

Me giré para ver al enemigo encerrado en una jaula hecha de escudos. Afortunadamente, quizás debido a que Ren y los demás estaban llamando su atención, el devorador de almas había dejado su flanco izquierdo descubierto. Ahora estaba atrapado en el Escudo Prisión.

El monstruo estaba atacando directamente a la jaula, y parecía que ésta se desmoronaría en cualquier momento. No podía dejarle salir. No podía permitir que mi oportunidad se escapase.

―¡Cambiar Escudo (ataque)!

El comando era el mismo que el de mi habilidad Cambiar Escudo normal. Se me presentaron varios escudos nuevos para elegir entre ellos. Un escudo cubierto de agujas parecía la elección obvia. De ese tipo estaban el Escudo de Púa de Animal y el Escudo de Aguijón de Abeja. Elegí el segundo de ellos.

―¡…!

Todos los escudos que formaban el Escudo prisión se transformaron de repente en Escudos de Aguijón de Abeja, con sus agujas mirando hacia el interior de la jaula, y el monstruo sufrió daño. Además, las paredes estaban presionando al monstruo en su interior.

¡Ahora la Dama de Hierro!

Estaba listo para usar la habilidad cuando un párrafo apareció en mi mente.

“El castigo que he elegido para sentenciar al necio criminal ante mí se llama la Dama de Hierro. ¡Será atravesado desde todas las direcciones, envuelto por sus propios gritos, y saboreará el verdadero dolor!”

―¡Dama de Hierro!

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 3 Capítulo 12 Novela Ligera

 

Grité para activar la habilidad, y un instrumento de hierro de tortura gigante apareció en el aire. Su puerta se abrió y el Escudo Prisión entero fue atraído a su interior. Con la puerta abierta, pude ver que el interior estaba plagado de grandes estacas y que la víctima tendría que prepararse para ser atravesada por ellas. Cuando la puerta se cerrase, quien estuviera en su interior sería empalado desde todas las direcciones.

El Escudo Prisión se desintegró, la puerta se cerró y el enemigo fue empalado antes de ser capaz siquiera de gritar. Hubo un fuerte sonido metálico y tras unos segundos la puerta de la Dama de Hierro se abrió. El devorador de almas en su interior había sido atravesado tantas veces que parecía un panal. Debilitado, se dio la vuelta para escapar. Pero…

La puerta se cerró de nuevo, y el devorador de almas fue empalado una vez más por las estacas. Al mismo tiempo, mi SP cayó a cero.

¿La habilidad consume todos mis SP?

La Dama de Hierro se quedó sin tiempo, o sin energía, o lo que fuese. El instrumento de tortura de desvaneció.

―Uuff… Uuff…

―Guah…

Todos estaban murmurando, asombrados.

El devorador de almas se veía lleno de agujeros, y claramente muerto.

―¡Ganamos!

Traté de controlar mi respiración irregular, y volví a cambiar mi escudo al Escudo Víbora de Quimera. Tendría que encontrar una forma de controlar a Filo. Estaba corriendo por todas partes pateando violentamente.

Si hacía uso del poder del escudo mejorado, por lo visto no era capaz de mantenerlo durante mucho tiempo.

―¿Eh? Fiu…

Probablemente porque el Escudo de la Ira II había desaparecido, Filo volvió lentamente a la normalidad. Se sentó, exhausta.

―Fiu…

―Lo has conseguido.

―Supongo.

―¡Oh, ¿pero cómo…?! ¡¿Qué ha pasado?!

Cuando me giré, vi a Raphtalia correr hacia mí y a Filo derrumbarse por el cansancio.

―¿Hemos detenido la ola?

―¡Estoy agotada!

Ren, Motoyasu e Itsuki estaban fulminándome con la mirada. Parecían tener envidia.

―Hemos perdido esta vez, pero las cosas serán distintas la próxima.

―¿Qué era eso? Después de todo lo que has dicho sobre no saber nada de este mundo, menuda forma de pelear.

―Has tardado mucho en unirte a la pelea y por eso tenías toda tu energía.

¿Itsuki tenía valor para decir algo como eso? Él viajaba por el mundo e intentaba no destacar, manteniendo todas sus aventuras en secreto, ¿y tenía el descaro de llamarme vago?

―¡De todas formas, ¿hemos…?!

¿Q-Qué demonios? De repente tuve el peor de los presentimientos. Todos los músculos de mi cuerpo se tensaron. Parecía que Ren, Motoyasu e Itsuki también lo sentían. Estaban mirando incansablemente sus alrededores.

Uno de los miembros del grupo de Itsuki fue dominado por el miedo y cayó al suelo.
Había una abrumadora sensación de temor. Era tan intensa que ese devorador de almas que habíamos derrotado no era nada a su lado.

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¿Qué está pasando?

Durante la confusión, la sombra de una persona descendió sobre nosotros. ¿Había otro enemigo? Esto se estaba volviendo ridículo. ¡Ya no tenía más energía!

―¿Este pequeño monstruo ha sido una amenaza tan grande para vosotros? Parece que no hay más que un Héroe verdadero entre los que están aquí.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 3 Capítulo 12 Novela Ligera

 

Ella llevaba un kimono de color negro intenso con bordados de plata. En mi mundo, sería el tipo de ropa que una familiar rica llevaría a un funeral. Todo este mundo parecía ser como la Edad Media europea, por lo que era bastante raro ver a alguien con kimono.

Su pelo era largo y negro azabache. Parecía japonesa, pero, también, de algún modo fantasmal. Era como… Es difícil describirlo, pero ocasionalmente resplandecía, como si fuese semi-transparente. Sostenía un arma con forma de abanico. Sin ninguna advertencia, un torrente de luz brotó de él, volando sobre nuestras cabezas. Todos nos giramos para ver qué estaba pasando, sólo para encontrarnos con que la luz colisionó contra otro devorador de almas inter-dimensional que había estado arrastrándose sigilosamente por detrás de nosotros.

―Preferiría luchar sin vuestra interferencia. La batalla inminente es de suma importancia.

―Qu…

El monstruo fantasmal cayó de la cubierta, muerto, por un solo ataque suyo. No podía ser cierto. ¡Habíamos gastado toda nuestra energía y nuestro tiempo con un devorador de almas, ¿y ella simplemente mató a uno con un único ataque!?

La chica entrecerró los ojos y me miró directamente antes de hablar de nuevo.

―Bueno, por lo que he visto en la última batalla, parece que tú eres un Héroe de verdad. Los demás parecen totalmente incapaces de pelear, pero tú eres diferente.

―Tal vez.

―¿Y cuál es tu nombre?

―¿Me preguntas mi nombre sin dar antes el tuyo?

―Discúlpame. Mi nombre es Glass. Si debo aclararlo, no sería incorrecto considerarme vuestra enemiga.

Tampoco tenía intención de considerarla mi amiga en un principio .

―Naofumi.

―Naofumi entonces. ¡Comencemos la verdadera batalla de la ola!

La chica llamada Glass abrió su abanico y se abalanzó hacia mí.

¡Maldición! ¡Acababa de usar la Dama de Hierro y no estaba en posición de empezar un nuevo combate! Si usase el Escudo de la Ira II, tendría que lidiar con su contaminación emocional. Apenas era capaz de resistirla. Gracias a Raphtalia, pude controlar las emociones venenosas del escudo, pero sentí que mi límite estaba próximo.

―¡No te lo permitiré!

Ren, Motoyasu e Itsuki prepararon sus armas y dirigieron sus habilidades hacia Glass.

―¡Espada Estrella Fugaz!

―¡Lanza Estrella Fugaz!

―¡Arco Estrella Fugaz!

Las tres habilidades estaban volando hacia ella cuando Glass miró hacia abajo y curvó los labios levemente en una sonrisa.

―Qué adorables… ¡Danza Circular Cero! ¡Flor Lunar de Nieve Invertida!

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Era mediodía, pero el cielo de color rojo como el vino tinto empezó a brillar y a palpitar. Se acercaba un ataque. Corrí hacia Raphtalia y Filo y preparé mi escudo para protegerlas. Miramos al cielo y vimos una luna roja como la sangre flotando allí, silenciosa y poderosa, como si hubiese absorbido los gritos de sus enemigos. Hubo un destello circular de luz roja y los otros héroes y sus grupos cayeron.

―¡GAAAAHHHHH!

Algo así como un tornado les levantó del lugar en que habían caído, y entonces les lanzó por los aires.

―¡Ugh!

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 3 Capítulo 12 Novela Ligera

 

Cayeron sobre la cubierta otra vez.

Maldición. Saben mucho sobre este mundo, y todos están en niveles altos. ¿Cómo han podido caer tan fácilmente? Pero si ella es tan poderosa como para derrotar al devorador de almas de un golpe, ¿cómo podemos esperar siquiera oponernos a ella?

Habíamos usado todo nuestro poder contra el devorador de almas, pero empezaba a parecer que esa pelea no había sido más que un entrenamiento. Yo sabía que esto no era un juego, pero la diferencia entre nuestras fuerzas era tan evidente que en realidad no teníamos ninguna oportunidad. Si esto FUERA un juego, habría asumido que era una de esas peleas que estabas obligado a perder, que ser vencido pondría en marcha un evento de algún tipo. Pero ésta era la realidad. Si perdíamos, no nos salvaría ningún evento secreto. La vida no era tan simple.

Además, la gente que ya lo sabía todo sobre el juego y había usado ese conocimiento para subir de nivel eficientemente fue derrotada como si nada. Yo había gastado mi tiempo intentando ganar dinero. ¿Qué esperanzas tenía para enfrentarme a ella?

Aun así, no podía perder. Tenía que ganar, por Raphtalia, por Filo.

―Qué grupo tan patético. Me siento mal por vuestras Armas Sagradas. Deben de estar llorando.

Su arma era un Abanico de Hierro. Lo sostenía abierto con ambas manos, y su forma de luchar parecía un baile.

―Esto es totalmente inesperado.

―¡Maestro, esa chica es súper fuerte!

Todas las plumas de Filo estaban erizadas.

―Es verdad. Puedo sentir su poder desde aquí. Es mucho más fuerte que nosotros.

La cola de Raphtalia se encontraba erguida e hinchada. Obviamente estaba intentando controlarse. Corrí hacia los héroes caídos y miré a la Zorra desmayada.

Esos héroes de los que ella había dependido eran como juguetes para Glass. ¿Pero qué se supone que debíamos hacer?

Desgraciadamente, la Dama de Hierro había usado todos mis SP. Por lo menos, necesitaba una forma de recuperarlos. Eso es. Motoyasu mimaba a la Zorra. Tal vez ella tuviese algún tipo de herramienta que pudiese ser útil. ¿O quizá tuviese un par de objetos buenos?

Ajá. Tenía Agua Mágica y Agua Curativa Espiritual. Zorra egoísta…

El primer objeto repondría cualquier cantidad de magia que usaras cuando lanzases hechizos, y el otro recuperaría los SP que gastases usando habilidades. Bueno, el Agua Curativa Espiritual era tan cara que nunca había tenido la oportunidad de probarla. Pero oí que aumentaba tu concentración y hacía tu magia más poderosa.

Decidí probar a beber el Agua Curativa Espiritual. Tenía un sabor parecido al de las bebidas nutritivas que hacía yo, pero mientras la tomaba pude ver mi medidor de SP rellenándose.

Sí, realmente restaura los SP. Ahora que lo pienso, Ren y los demás han estado usando una habilidad tras otra, así que debían tener alguna forma de reponer sus SP.

―¡Naofumi-sama!

Raphtalia me vio hurgando en la bolsa de la Zorra y me gritó. Pero a ver, ellos no estaban luchando, y en realidad no tenía otra opción.

―Qué vil. ¿Y te llamas Héroe a ti mismo?

―No me importa ser vil. Esta mujer ha hecho cosas mucho peores. No le tengo demasiado aprecio.

―¡Maestro, te ves como un tipo malvado!

―Cállate.

―El enemigo está en lo cierto, no sé qué decir.

Raphtalia suspiró. El enemigo parecía estar empezando a molestarse con nosotros.

―Ella no está de nuestro lado, pero tiene razón.

―Da igual.

Di un paso por delante de los otros héroes y Glass se preparó para la batalla. Ellos no eran capaces de luchar, por lo que no conseguiría nada involucrándoles en el combate. Glass parecía entenderlo también. Además, tenía el estoico carácter de un samurái. Probablemente solo quería pelear contra aquéllos que representasen un desafío.

―Muy bien. ¡Creo que nuestra charla ha durado demasiado!

Abrió su abanico y se precipitó hacia mí.

¡Era rápida! Inmediatamente levanté mi escudo. Justo a tiempo; recibí su ataque con mi arma, que retumbó con un ruido sordo.

¡Maldita sea!

Era muy pesado. Solo había atacado una vez, pero el impacto sacudió mi brazo dejándomelo entumecido. Su ataque era más fuerte, mucho más fuerte que el del dragón zombi. Si podía realizar un ataque tan poderoso con su abanico, Raphtalia y Filo estarían en problemas.

―¡Raphtalia! ¡Filo! ¡Tened cuidado! Es fuerte.

―¡Entendido!

―¡Vale!

―Soy la fuente de todo poder. ¡Escucha y obedece mis palabras, protégelos! ¡Primera Guardia!

Lancé magia de apoyo sobre ellas, y la batalla comenzó.

―Si peleamos aquí, los Héroes caídos serán un estorbo. No toleraré intervenciones innecesarias en nuestra noble contienda. Vayamos a otro lugar.

Saltó fuera del barco como si hubiese entendido mis verdaderas intenciones. Nosotros la seguimos.

―Éste parece un sitio en donde poder combatir sin interrupciones. ¡Allá voy!

El ataque del abanico era lo suficiente fuerte como para superar mis defensas, causando dolor y dejando una herida, si golpeara en alguna parte que no fuese capaz de cubrir con mi escudo. Si tuviese la oportunidad, lanzaría Primeros Auxilios para cubrir el daño que estaba recibiendo. Pero había muy poco tiempo.

Sus ataques eran rápidos y poderosos. Más que nada, ella era inteligente. No era como enfrentarse a un monstruo. Se dio cuenta de que sus ataques no resultaban tan efectivos conmigo y por eso cambió su objetivo a Raphtalia y Filo.

―¡No te lo permitiré!

Usé Escudo Prisión. Lo envié hacia donde se encontraba Glass.

―¡Ja! Patético.

Glass destruyó el Escudo Prisión moviendo rápidamente la mano. Pero ése no era mi auténtico plan. La verdadera razón por la que había usado Escudo Prisión era…

―¡Heyaah!

―¡Toma esto!

Que ella no pudiera ver acercarse los ataques de Raphtalia y de Filo.

―¡Ugh!

Sus ataques cubrieron un rango mayor del que Glass podía defender con su abanico, y donde impactaron se produjo una lluvia de chispas.

―Así que estás usando semejante táctica de combate. Esto es mucho más interesante que si hubiera peleado contra esos otros Héroes.

Fue rápida con su contraataque. Su abanico se abrió y se dirigió hacia Raphtalia. ¡No iba a dejar que eso pasara!

Salté delante de Raphtalia justo a tiempo y la cubrí. Recibí el ataque con mi escudo, lo cual activó la habilidad de contraataque Colmillo de Serpiente (medio), y el escudo mordió profundamente al enemigo.

―¿Crees que un ataque tan simple como ése me derrotará?

No parecía que el veneno funcionase en ella. Tras recibir el ataque de Colmillo de Serpiente, no se vio dañada.

Por supuesto que conocía su nivel de defensa después haberla visto rechazar los ataques de Raphtalia y Filo con su Abanico de Hierro. Claramente, ella era demasiado poderosa. Sus ataques también eran muy fuertes. El hecho de que hubiese derrotado a los otros héroes tan rápidamente probaba lo poderosa que era en realidad.

Sinceramente, no podía imaginar ninguna vertiente de esta pelea que terminase con nuestra victoria. Incluso si podía seguir curándonos, no veía ninguna forma de derrotar a Glass. Sencillamente no éramos lo bastante fuertes.

―¡Maestro, mira mi magia!

Filo entrelazó sus alas y corrió directamente hacia Glass.

―¡Haikuikku!

Había usado eso cuando estuvo peleando contra el devorador de almas inter- dimensional. Era una poderosa técnica que le hacía moverse más rápido.

Durante un segundo, sólo un segundo, Filo no fue más que un borrón. Cuando golpeó al enemigo, su ataque fue tan poderoso que hizo vibrar el aire, y sentí el impacto a través de mi escudo.

―Ugh… ¡Esta mujer es muy fuerte! ¡Ha recibido mi ataque y no ha salido volando!

―Sí, has sido capaz de patearme ocho veces en ese segundo. Desafortunadamente, no eres lo bastante fuerte.

¿Qué? ¿Quería decir que podía seguir el ritmo de los ataques de Filo?

Glass giró rápidamente sobre sí misma, como haciendo una pirueta, y abrió su abanico tratando de cortar Filo. Ella era nuestra enemiga, pero no podía evitar admirar sus gráciles movimientos. Recibió la mayor parte de los ataques de Filo sin pestañear siquiera.

―¡Filo, una vez más!

―¡No puedo! ¡No me queda magia, y necesito tiempo antes de poder atacar de nuevo!

¿Así que ése es su ataque definitivo secreto? Supongo que tampoco tuvo la ocasión de usarlo en rápida sucesión durante la última pelea.

La cosa no se veía bien. Nos estábamos quedando sin opciones. Mientras Filo mantenía a Glass ocupada, Raphtalia se había puesto detrás de ella y lanzó un ataque sorpresa. Apareció de la nada, por lo que debió haber usado magia para ocultarse.

―¡Ahora! ¡Filo!

Había esperado el momento perfecto para que Glass dejara expuesta una zona desprotegida. Seguramente recibiría un gran daño si fuese atacada por la retaguardia. No obstante…

―¿Qué estás haciendo?

¡No! Raphtalia se había escabullido detrás de Glass y dirigió un ataque directo a su espalda, pero ella lo había detenido sin siquiera darse la vuelta.

―Es inútil.

Glass parecía un poco molesta. Suspiró y movió su abanico, desviando la espada de Raphtalia. Se movía tan suavemente como una brisa, pero el sonido metálico de su abanico contra la espada demostraba la fuerza que realmente escondía.

¡Clang!

―Qu…

¡La espada de Raphtalia… ¿se ha roto?! ¿Cómo puede ser tan fuerte esta chica? Claro que los Abanicos de Hierro han sido conocidos durante mucho tiempo por ser capaces de romper una espada, pero ¿ella puede hacerlo tan fácilmente?

Había lanzado Primera Guardia sobre mí mismo y cambiado a mi escudo más resistente, pero incluso así apenas podía detener sus ataques. Ahora, sólo Filo tenía una oportunidad de derrotarla. Pero ella no era lo suficiente fuerte.

―Ugh…

Raphtalia saltó hacia atrás para poner algo de distancia entre ella y el enemigo. Después sacó otra pequeña espada que había estado escondiendo. ¿Tendría alguna posibilidad?

―¿Es éste realmente tu verdadero poder? Siendo sincera, esperaba más de una pelea contra ti.

―Eso es lo que consigues por dar por hecho cosas antes de tiempo. ¡Hemos estado dándolo todo desde el principio!

―Qué lástima.

El cuerpo de Glass empezó a emitir luz.

¡No! ¡Es el ataque que ha derrotado a los otros héroes!

―¡Raphtalia, Filo!

Glass comenzó a girar, como si estuviese bailando. ¡Solo había un segundo, casi ni podíamos movernos a tiempo! Raphtalia y Filo saltaron detrás de mí.

―¡Escudo Prisión!

Me fijé a mí mismo como objetivo e inmediatamente nos vimos rodeados por una jaula mágica de escudos. Ésta era la otra forma de usar el Escudo Prisión. No era sólo para detener al enemigo, también podía usarlo para protegernos.

El muro de escudos nos protegería mientras estuviésemos dentro. De entre todas mis habilidades, el Escudo Prisión era la que tenía el mayor poder defensivo.

―¡Danza Circular Cero! ¡Flor Lunar de Nieve Invertida!

Se produjo un fuerte viento y una lluvia de estrepitosos Abanicos de Hierro destruyeron el Escudo Prisión.

―Ugh…

El ataque fue increíblemente fuerte. Si pudo destruir la Prisión y herirnos, parecía normal que hubiese diezmado a los demás héroes.

―¡Estáis bien las dos?

―Sí…

―¡Duele!

Me giré y las encontré sufriendo por el ataque. Rápidamente apliqué ungüento curativo en mis propias heridas. Estaban dentro del rango de mi habilidad, así que el ungüento también funcionó en ellas, produciendo exactamente el mismo efecto.

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―Impresionante. Que puedas mantenerte en pie tras mi ataque demuestra tus aptitudes defensivas.

El tornado se desvaneció y el enemigo caminó en nuestra dirección.

―Me alegra que hayamos conseguido tu aprobación.

Nos veíamos harapientos y estábamos cansados, pero aún no habíamos perdido.

―¿Qué es lo siguiente? ¿No vas a usar ese escudo de llamas de antes?

¿Se cree que me estoy conteniendo? O no exactamente… Es como si estuviese esperando que use el Escudo de la Ira II.

¿Qué debía hacer? ¿Seguir luchando una batalla perdida? ¿Dejar que Filo enloqueciera y usar el Escudo de la Ira II, sabiendo que me consumiría? Si íbamos a perder igualmente, ¿debería aceptar los remordimientos por utilizarlo?

―Está bien. ¡Pero no sabes en lo que te estás metiendo!

Cambié al Escudo de la Ira II.

―¡Gaaaaaaaaah!

Filo corrió hacia Glass otra vez y liberó un frenesí de patadas.

―Tus ataques son más fuertes que antes, pero por desgracia…

Glass ni siquiera cambió de posición. Todas las patadas de Filo estaban dando en el blanco, pero la chica del kimono se mantuvo completamente imperturbable.

―¿Qué sentido tiene esto?

Usó su abanico para mandar lejos a Filo con facilidad.

―¡Gah!

Apenas la tocó, pero Filo voló cinco metros por el aire.

―Ugh…

¿Cuánta fuerza tenía esta chica? Si esto fuese un juego, me habría esperado que el inevitable “evento de derrota” ya hubiese empezado.

―Ugh…

Pero yo aún seguía en pie. Tenía confianza. No importaba con cuánta fuerza me superase el odio, nunca sería capaz de hacerle frente al sentimiento que tenía por aquéllos que creían en mí. Aunque si permitía que continuase durante demasiado tiempo, sería peligroso.

El sudor frío bajaba por mi cara, pero de todas formas di un paso adelante, indicando a Raphtalia que retrocediese.

―Naofumi-sama… ¿estás seguro?

―Sí, puedo controlarlo.

Seguí caminando hasta posicionarme cerca de Glass. Todavía quedaba algo de Agua Curativa Espiritual en la botella que había robado a la Zorra. Me la bebí y recuperé mis SP. Sentí como si de repente pudiera concentrarme. Me notaba renovado. Sentía como si pudiese impedir que el escudo me consumiera por completo.

―Por favor, muéstrame lo que tienes.

―¡Por supuesto que lo haré!

Su abanico se abrió con un movimiento rápido y se dirigió hacia mí. Sí, este ataque era mucho más fuerte que el del Escudo Víbora de Quimera. Preparé mi arma.

Auto-maldición Ardiente activada, centrada en mí. Las llamas ardían con una intensidad proporcional a mi ira, pero me las había arreglado para controlarla, de modo que eso probablemente estaba limitando el poder del contraataque. De todas formas, la llama seguía estando maldita. Raphtalia retrocedió en cuanto la vio.

Un momento después, el Escudo de la Ira II explotó con llamas negras formando una espiral hacia el cielo. Glass fue golpeada por ellas.

―¡¿Qué?!

Pero no se vio afectada. Se quedó ahí, plácidamente, como si el viento estuviese masajeándola. ¿Era esto posible? La Auto-maldición Ardiente era el contraataque más fuerte que yo había visto. ¿Podía ella dejar que la golpease sin preocuparse en absoluto? ¡¿Cuánta resistencia tenía esta chica?!

―¿Por qué sigues jugando?

¡Maldición! ¡Es demasiado fuerte! ¡Ni siquiera el Escudo de la Ira II puede oponerse a ella!

―¿Es eso todo lo que tienes? ¡Ruptura de Danza Circular, Grieta de Caparazón de Tortuga!

Movió hacia atrás su Abanico de Hierro y después lo empujó con fuerza en mi dirección. Emitió algo así como una flecha de luz afilada.

¡Maldita sea!

Levanté mi escudo y lo sentí retumbar debido al fuerte y pesado impacto. Me dolía todo el cuerpo. Había recibido daño directamente a través del escudo.

―Ugh…

―Así que puedes absorber un ataque con tanto poder… Impresionante.

Era difícil mantenerse concentrado por culpa del dolor. Pero no podía perderme a mí mismo. No ahora.

―Ése ha sido un buen ataque.

Debió de ser un ataque perforador. Aparecían en los juegos de vez en cuando. Tenían una probabilidad alta de ignorar el poder defensivo del objetivo. Algunos ataques podían incluso causar más daño a los objetivos con mayor poder defensivo.

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¿Es eso a lo que se referían los otros héroes cuando dijeron que los escuderos se vuelven inútiles con el tiempo?

Los puntos de experiencia, en los juegos en línea, tendían a volverse más y más difíciles de acumular a medida que ibas subiendo de nivel. No sabía con qué clase de juegos estaban familiarizados los demás héroes, pero en los que yo había jugado, se me ocurrían algunos ejemplos que lo demostraban.

El primero era el más simple. El poder de ataque del enemigo superaría tarde o temprano las capacidades defensivas del escudo. El siguiente estaba basado en la capacidad de esquivar, ya que según subías de nivel, habría más y más enemigos que podían matarte de un solo golpe. El último eran los juegos del tipo potencia de fuego, en los que las habilidades defensivas de los escuderos no eran ni de cerca tan útiles como la habilidad de sobrepasar al enemigo con tu poder de ataque.

Había pensado mucho en el rechazo de todo el mundo hacia la clase escudero, pero ninguna de esas opciones parecía ser la cuestión en este mundo. No podía entenderlo, pero no tenía otra opción más que seguir avanzando.

Lancé Primeros Auxilios sobre mí mismo para curar mis heridas.

―He descubierto la debilidad de tus ataques.

Glass habló con una confianza extravagante.

―Las llamas negras aparecen en respuesta a los ataques en tus inmediaciones. Si eres atacado a distancia no se activarán. Es entonces cuando gritas a tus subordinados que apunten al objetivo.

Maldición. Lo había descubierto todo. Era una auténtica guerrera. Y su capacidad de observación era muy aguda.

Dos olas atrás fue una bestia negra; después una quimera. Esta vez era un ser inteligente. Una persona. ¿Qué eran estas olas? ¿No se suponía que eran simples desastres naturales?

―Así que eso es todo lo que debo hacer para ganar. Derrotaré a tu grupo, y entonces te atacaré a ti a distancia. Será muy sencillo. Pero sinceramente, tal estrategia ni siquiera es necesaria en una batalla como ésta.

―Ugh…

―Golpéame con tu ataque más fuerte.

Era como si estuviese jugando conmigo. Ni siquiera parecía estar preparándose para esquivar mi ataque. Y yo sabía por qué. Era porque luchar contra mí le parecía divertido.

Si hacía frente a mi ataque más fuerte y recibía todo su daño sin ceder, conseguiría humillarme. Pero no iba a perder tan fácilmente. ¡No podía!

―¡Cállate ya! ¡Escudo Prisión! ¡Cambiar Escudo (ataque)!

Glass fue atrapada de inmediato en el Escudo Prisión, y los escudos se convirtieron rápidamente en elementos que podían atacarla. Y entonces…

―¡Dama de Hierro!

Usé mi más habilidad reciente: una de muerte instantánea.

Una cámara de hierro masiva con la forma de una mujer apareció en el cielo y arrastró al Escudo Prisión a su interior. La puerta se cerró de golpe, y los propios escudos fueron atravesados.

―¡¿Qué tal eso?!

Pero…

―Eres más poderoso de lo que esperaba.


La puerta se abrió y Glass seguía sana y salva en su interior. La Dama de Hierro no la había herido demasiado, y se disolvió en pequeñas partículas antes de desvanecerse.

Desapareció, dejando a Glass ahí, sin un solo rasguño. Como si no hubiese pasado absolutamente nada.

―Pero…

No quedaban más opciones.

―Muy bien, entonces consideraremos esta ola terminada, y nosotros hemos salido victoriosos. No te guardo ningún rencor. Sin embargo…

Antes de que terminase su discurso, la cuenta atrás del icono del reloj de arena en una esquina de mi campo visual cambió rápidamente.

 

00:59

 

Apareció un nuevo conjunto de números.

―¿Es la hora? Pero es mucho más pronto que…

¡Ahora! Raphtalia sincronizó su respiración conmigo y rápidamente invocó un hechizo mágico.

―¡Primera Luz!

Una bola de luz apareció justo delante de Glass, y explotó con un gran destello lumínico. La chica quedó aturdida por la intensidad de la luz y a consecuencia inmóvil durante un momento. Inmediatamente cambié al Escudo Víbora de Quimera y corrí hacia Filo. Ella se puso de pie, preparada para enloquecer, pero rápidamente recuperó sus sentidos.

―¡Sácanos de aquí!

―¡Espera!

―No pongas en duda su velocidad. Escaparemos sin problemas.

―¿Alterarás las reglas de las olas? ¡No puedo dejar que ganéis tiempo de esa forma!

―¡Estoy cansado! ¡¿Qué pasa?!

Supongo que realmente no esperaba que peleásemos. Si la Dama de Hierro no funcionaba, entonces yo no tenía más opciones.

―Muy bien. Es decepcionante, pero parece que nos hemos quedado sin tiempo.

Glass caminó hacia una grieta gigante. Antes de entrar en ella, se detuvo y se dio la vuelta.

¿Qué? ¿Qué quiere decir?

―Me retiraré por ahora, pero no tendrás tanta suerte la próxima vez. No te des el lujo de olvidar que seremos NOSOTROS quienes saldremos victoriosos de las olas. Si ésa era tu verdadera fuerza, será sólo cuestión de tiempo.


¿A qué se refería con “nosotros”? Lo estaba diciendo como si se tratara de algún tipo de competición. No lo entendía. Creía que las olas eran algo natural y que iban a destruir el mundo. Aunque pensándolo mejor, me di cuenta de que nadie parecía saber nada sobre ellas. Teníamos que descubrir qué eran. Por lo menos ya habíamos aprendido que el enemigo era inteligente, y tenía una fuerza igual de temible.

La Basura y su Zorra realmente me estaban retrasando. Acabábamos de averiguar quién era el verdadero enemigo, es decir, a quién tendrían que combatir los héroes.

―Mierda… ¡Enemigos, da igual a dónde mire, siempre hay más enemigos!

―Naofumi. Recordaré tu nombre. Lame tus heridas y aguarda mi regreso.

―No te molestes en aprenderte mi nombre. No tenemos intención de perder contra ti.

Ella asintió, satisfecha. Después mató a un devorador de almas que había estado ocultándose cerca de la brecha antes de dar un paso hacia su interior y desaparecer.

¿Acaba de matar a su aliado? Glass es humana, pero aun así debería de estar del lado de los devoradores de almas…

Tras la retirada de Glass, las grietas se cerraron y al mismo tiempo la cuenta atrás del reloj de arena desapareció de mi vista.

―Fiu…

―Hemos conseguido salir con vida, pero ¿quién era esa mujer?

―¿Quién sabe?

―¡Fiiiiuuuu!

Filo estaba sin energía y se tumbó en el suelo. Por un segundo quise imitarla.

―Bueno, nos las hemos arreglado para finalizar la ola.

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―Lo hicimos.

―¡Estoy agotada!

―Yo también. Dejemos a los héroes donde están y recojamos los materiales.

Sinceramente, había sido una derrota terrible. ¿Cómo íbamos a saber que el enemigo era tan fuerte? Si no podíamos ganar a pesar de saber todos los secretos del juego, ¿qué esperanzas teníamos? ¿Y qué era esa cuenta atrás que apareció al final? De todos modos, los demás ya debían haber ascendido de clase, y aun así fueron derrotados. Necesitábamos algo más, algún tipo de ventaja decisiva.

Y así, la Tercera Ola de la Destrucción llegó a su fin, y nosotros logramos salir con vida.

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