Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 2

Capítulo 18: Aldea Enferma

 

 

Terminamos acampando esa noche. Habíamos dejado toda la comida en los carros, pero Filo parecía estar aprovechándola, así que simplemente decidimos dejarlo así por el momento.

Durante el tiempo que habíamos pasado en el camino, escuchamos rumores sobre otra hambruna en el Norte. Decidimos tomar un desvío hacia el sudoeste para conseguir más comida. Tendrían problemas conservándola de todas formas, y probablemente podríamos venderla por un buen precio.





―¡Tengo hambre!

Filo metió la cabeza bajo la lona con la que habíamos cubierto los carros y empezó a buscar comida.

―¡Oh, cosas ricaaaaaaas!

Ya he oído eso antes.

Filo había terminado su etapa de crecimiento, pero todavía tenía ganas de meterse una tonelada de comida al día. La cantidad que comía todos los días era increíble, pero pagaba por ella llevándonos por el camino a un ritmo muy rápido. En realidad era casi demasiado rápido. Teníamos que detenernos y hacer reparaciones a los carros con relativa frecuencia.

Publicidad G-M1



―¿Qué ha pasado?

Se me ocurrió la idea de cambiar las partes de madera por otras metálicas. Filo siempre se estaba quejando de lo ligeras que eran sus cargas, pero pensar en mejorar la durabilidad me hacía preguntarme cuánto acabaría costando.

Raphtalia había empezado a superar sus mareos por el movimiento, pero Filo pasaba por todas las zanjas y baches del camino tan rápido que la mayoría de nuestros pasajeros terminaba vomitando.

Probablemente deberíamos añadir amortiguadores o algo a los ejes, un sistema que disminuya la fuerza de todos los impactos.

Habíamos conseguido mucho dinero recientemente. Estaba deseando visitar la tienda de armas. Después de pasar un tiempo deambulando alrededor del país, ahora podía decir con certeza que ese viejo tenía la mejor tienda de armas de todo el reino. No sabía dónde conseguía él todos esos equipos, pero en mis viajes aún tenía que encontrar al menos una tienda que fuese tan buena como la suya.

―¡Maestro!

Ugh… Filo corrió y se apoyó sobre mí con sus pesadas alas.

―Ejejeje.

―Ugh…

Raphtalia, por alguna razón, se arrastró para aproximarse más a mí.

―Je, je, je… Todos somos tan cercanos y cariñosos.

―Yo tengo calor, en realidad.

―Filo, aléjate. Si te apartas, entonces estaremos súper cómodos.

―¡No! ¡Raphtalia debería alejarse! No puedes tener al Maestro solo para ti.

―¡No me lo estoy quedando todo para mí!

―¡Las dos, idos de una maldita vez a dormir!

―Pero…

―¡Pero deberíamos dormir juntos! ¡Maestroooooo!

Revisé nuestras provisiones de medicina y pronto me di cuenta de que no íbamos a tener suficiente. Rápidamente empecé a trabajar para hacer más. Me molestaba que no hubiese ninguna forma de saber si había hecho suficiente o no… pero supongo que eso también es parte del trabajo como vendedor.

―Bu…

Filo se enfadó y salió afuera arrastrando los pies. Al mismo tiempo, Raphtalia subió al carro. Supongo que la dejaba hecha polvo dormir en la dura tierra.

―De acuerdo.

Era mi turno de vigilar el fuego, así que me senté y comencé a trabajar en mi composición de medicinas.

―Naofumi-sama.

―¿Eh?

Me giré para mirar al carro. Raphtalia estaba ahí en la parte trasera, haciendo señas para que me acercase.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 2 Capítulo 18 Novela Ligera

 

―¿Qué pasa?

―Durmamos juntos.

―¡¿Tú también?! ¡No! Pues sí que estáis necesitadas… ¿Has tenido mal sueño o algo?

Ella solía tener sueños tan malos que no podía dormir sin alguien cerca. Claro que había buenas razones para soñar pesadillas teniendo en cuenta cómo había perdido a sus padres y todo eso…

―¡No!

Protestó. Pero no importaba cuánto pareciese una adulta por fuera, todavía era una niña en el interior. Debía de necesitar una figura paterna.

―¿No es eso? Deberías hacer que Filo se convierta en una chica, entonces podrás dormir con ella si te sientes sola.

―No es que me sienta sola precisamente.

Raphtalia, repentinamente avergonzada, movió los ojos hacia el suelo.

Eso me recuerda, ¿cuándo dejó de llorar por las noches? Es como si eso hubiese pasado hace mucho tiempo.

―Naofumi-sama… Cuando estabas en tu mundo… ¿había alguien que te… gustara?

―¿Eh? No.

¿De qué demonios está hablando?

Publicidad M-M3

No tenía ni idea de qué podía querer.

―¿Qué pasa contigo?

―Nada. Yo… ¿Naofumi-sama? ¿Qué piensas de mí?

¿Eh? Ugh…

De repente una imagen de la Zorra cruzó mi mente y me enfadé, aunque no fue culpa de Raphtalia. ¿Por qué tuve que pensar en esa Zorra en un momento como este? No me entendía ni a mí mismo.

―Siento que te hago trabajar demasiado duro, que te presiono demasiado incluso para ser una esclava.

―¿Nada más?

―Quiero educarte para que te conviertas en una buena persona. Ya sabes, quiero tomar el lugar de tus padres.

Respondí, pero mi tono de voz dejó claro que estaba un poco confuso por todas aquellas preguntas. Raphtalia estaba poniendo una cara rara también.

―Dijiste que creías en mí, así que… Así que de algún modo pienso en ti como si fueras mi hija. Quiero cuidar de ti.

No habíamos estado tanto juntos si pensabas en ello comparándolo con el paso normal del tiempo en la Tierra, pero la conocía desde que era muy pequeña.

Como acabo de mencionar, ahora ella se veía como una adulta, sin embargo en su interior seguía siendo una niña. Estaba esforzándose mucho para actuar con madurez, pero sin alguien que la protegiera, definitivamente habría cosas que no sería capaz de manejar por su cuenta.

―Oh, um… ¡Vale! ¡Pero espera, ¿no es eso un poco extraño?!

―Para nada. Mañana tendremos un largo día. Ve a dormir un poco.

―Está bien.

Ella asintió y sonrió, pero estaba seguro de que todavía tenía algunas dudas en su cabeza. Volvió a deslizarse dentro del carro e intentó dormir un poco.

Yo, por mi parte, volví a mi trabajo de composición. Oh, eso me recuerda otra cosa: durante el tiempo que seguimos estando de viaje, continuamos combatiendo contra monstruos. Habíamos subido un poco de nivel últimamente.

 


Naofumi: Nivel 37

Raphtalia: Nivel 39

Filo: Nivel 38


 

Ahora incluso Filo era más fuerte que yo. ¿Por qué subía de nivel tan despacio? No, era simplemente porque ellas dos hacían el papel de atacantes. Y Filo era tan rápida y ágil que podía eliminar a los enemigos en un abrir y cerrar de ojos. Es por eso que estaba subiendo de nivel a ese ritmo tan desbocado. Raphtalia también se lanzaba al combate, incluso hasta el punto de ignorar mis órdenes. Aun así, no era tan rápida como Filo.

―¡Maestro!

―¿Qué pasa, Filo?

Todavía estaba trabajando en mi composición cuando Filo, adormilada, cambió a su forma humana y vino para apoyarse en mí.

―¡Maestro! ¿No tienes sueño aún?

―No he terminado de componer toda esta medicina todavía. Dormiré una vez que termine con esto.

―Oh…

―Tú ve a descansar. Eres la que más está trabajando de nosotros después de todo.

Incluso si decía que le gustaba tirar del carro, eso no cambiaba el hecho de que seguía siendo una dura labor física. Ella decía que era fácil, pero aun así sentía la necesidad de pensar en su salud.

―¿No te sientes solo estando despierto sin nadie más?

―Todo depende de cómo pienses en ello. Puedo veros dormir a vosotras dos, y entonces no me siento tan solo.

―¿De verdad? Ajajaja.

Filo se veía feliz y se rió para sí misma, aunque no parecía demasiado emocionada. Tal vez lo estaba imaginando.

―¿Qué ocurre?

―Maestro… ¡Bueno, si no te sientes solo cuando me ves dormir, entonces no pasa nada!

―¿Qué demonios?

―Um… ¿Maestro? ¿En qué estabas pensando cuando me elegiste?

―¿Qué?

En realidad no pensé en nada, sino que la elegí al azar. Es más, cogí el huevo pensando que no me importaría si conseguía lo que estaba buscando o no.


―¿Sabes qué? Me siento muy afortunada por haber sido escogida por ti.

Bueno, si pensaba en ello detenidamente, yo también me sentía bastante afortunado. Ella era una atacante muy fuerte, resultaba divertido tenerla alrededor y además era linda, lo que me hacía experimentar también ese sentimiento paternal hacia ella. No podía negar eso.

Tanto Filo como Raphtalia eran unas niñas todavía, incluso si por fuera parecían adultas. Sabía que en realidad no debería hacerlas pelear por mí. No importaba en qué mundo estuviésemos; independientemente del lugar, nadie con buen corazón ponía a unas niñas pequeñas en la primera línea de batalla. ¿Importaba siquiera si ellas deseaban que fuese de este modo? Yo estaba equivocado, y lo sabía. Lo que realmente debería haber hecho, si hubiese sido posible, es crear un lugar seguro para Raphtalia donde pudiera evadirse de los horrores de la batalla. Pero la realidad era que yo no tenía el poder suficiente para hacer eso, y tampoco dinero.

En cuanto a Filo, ella era una chica normal ahora, y en realidad no tenía ninguna responsabilidad que la obligase a luchar. Si fuésemos libres de hacer lo que quisiéramos, simplemente la dejaría a su aire. Los monstruos deberían poder hacer lo que sea que quieran hacer, como por ejemplo… ¿arrastrar carros? Supongo que no sería muy diferente de lo que estábamos haciendo actualmente.

Lo que sea… Lo mires como lo mires, yo soy el malo aquí.

―Hey, ¿sabes lo que he oído? Me he enterado de que fui barata.

―¿Eh?

Filo siguió hablando. El día que la había dejado en la tienda del traficante de esclavos, estiró sus alas en la dirección por donde yo había salido y estuvo llorando y llamándome durante todo el rato. El traficante de esclavos murmuró para sí mismo: “es muy extraño… Ese huevo que le vendí era solo algo barato… ¿Por qué ha mutado tanto?”

―¡¿Gueh?!

El traficante de esclavos no debía de saber en aquel entonces que Filo podía entender el lenguaje humano, así que simplemente le dijo eso sin pensar a uno de sus asistentes. “Vamos a revisar esto. Este filolial venía de dos pájaros incapaces de volar… y se suponía que sería criado por su carne, ¿correcto?”

El ayudante asintió.

―Bueno, el huevo valió cincuenta monedas de plata… igual que un espécimen adulto…

―¡Guehhhhhh!

Filo batió sus alas con rabia cuando se enteró de lo poco que había costado. Empezó frustrarse.

…“¿Es todo esto debido al poder del Héroe? ¿O es por la carne de monstruo que comió? Se está volviendo blanca también… Sí… si somos cuidadosos aquí, podríamos conseguir mucho dinero”.

―¿Qué deberíamos hacer con este filolial?

―Tenemos que estudiarla. ¡Piénsalo un momento, un espécimen de cincuenta monedas de plata que ha avanzado tanto! ¿Qué pasaría si le suministrásemos al Héroe uno de mayor calidad? Podríamos ganar incluso más dinero. ¡Lo menos que podríamos hacer es arreglar nuestros especímenes más débiles y venderlos por un precio mayor!… Pero piensa lo que podríamos hacer si le diésemos un filolial mejor… o incluso mejor aún… ¡un dragón!

―¡¿Gueeeeeeeeeeeeeeeh?!

―¡Oh no! ¡La jaula!

Filo se había molestado tanto que rompió su jaula. Supongo que quiso mostrar lo poderosa que era… especialmente teniendo en cuenta la forma de la que estaban hablando de ella.

Filo quería que yo decidiera cuánto valía. Habría hecho cualquier cosa que le pidiese, porque si no, nunca entendería en qué otro lugar de este mundo podría encajar. Ella quería, más que nada, remarcar que era MI filolial.

―Maestro… No me abandones. Quiero quedarme contigo…

―Si te comportas bien no te abandonaré.

La había elegido al azar, pero también se podía decir que debido a mis acciones ahora ella estaba disfrutando de un destino diferente del que habría tenido.

Me preguntaba si ella podría haber sido comprada por un cliente normal y simplemente vivir sus días en una granja de algún lugar. Claro que si hubiese sido criada por su carne, no habría sido una vida ideal, pero quizás así es como es la vida para los filolials.

Cuando pensabas en ello de ese modo, todo había sido por mi culpa. Era mi culpa que ella tuviese que lanzarse así a la batalla. Era eso… ¿felicidad? Ser obligado a realizar una tarea y no tener permiso siquiera para opinar es una forma dura de ser tratado.
Yo lo sabía de primera mano. ¿Quién me había pedido que fuera el Héroe del Escudo?

―¿Lo prometes? Si me rompo una pierna o algo, ¿no me venderás y te comprarás una nueva chica?

―Sí, lo prometo. Y yo no miento… normalmente. Sí, tú eres buena.

―¡Sí! Lo haré lo mejor que pueda.

―Eso espero.

Y entonces se apoyó en mi espalda y empezó a roncar.

Vamos… ¿De qué está tan asustada? Supongo que la verdadera raíz del problema soy yo. Estando con Raphtalia y conmigo, debió de haber crecido acostumbrada a que nos dijeran lo horribles que somos y a ver que nunca recibimos una palabra de agradecimiento.

¿Tal vez estaba asustada de que yo pudiese pensar que ella era inútil, como el resto del país parecía considerarnos? Quizás había estado temiendo eso desde el principio. Pero yo era el que en realidad estaba asustado. ¿Y si Raphtalia y Filo decidiesen que no querían luchar más?

Me estaba contradiciendo a mí mismo. La única razón de que yo fuese capaz de pelear era porque Raphtalia y Filo estaban ahí conmigo. Quizás, si yo no hubiese aparecido, nunca habrían tenido que luchar en absoluto, pero cuando las elegí en el local del traficante de esclavos, cambié sus destinos para siempre. Es por eso que necesitaba pensar en mi responsabilidad hacia ellas. Una vez que el mundo estuviese en paz, tendría que crear un hogar para ellas, un lugar donde pudiesen vivir sus días felizmente.

Llegamos al territorio del este.

Todos los árboles estaban marchitos y agrietados, y el aire se sentía pesado. Se suponía que no era una región particularmente fría, pero el cielo estaba negro y todo el lugar parecía encontrarse bañado en la oscuridad. Miré al cielo, que estaba cubierto por una gruesa capa de nubes. Nos estábamos acercando a una cordillera; parecía amenazadora.

―Um…

Llegamos a una bifurcación en el camino y paramos para comprobar el mapa.

―Filo, dirígete hacia las montañas.





―¡Entendido!

―Coged algo de ropa para taparos la boca, solo por si acaso. Se supone que hay una enfermedad propagándose por aquí.

―De acuerdo.

Me cubrí también la boca con una tira de tela y me preparé mentalmente para la defensa solo por si llegaba el caso de que fuese necesario. Nos dirigimos hacia la aldea agrícola.

Para describir la aldea diré simplemente que era oscura. El cielo estaba cubierto de gruesas nubes, y la aldea entera era negra y tenebrosa.

―¿Eres un comerciante? Odio… decirte esto, pero… nuestra aldea está muy enferma. Deberías escapar… cof… mientras puedas.

Un aldeano de aspecto miserable nos informó entre toses sobre la situación.


―Ya me han contado todo eso. Hemos venido para venderos medicina.

―¿De verdad? ¡Maravilloso!

El aldeano salió corriendo y les dijo a todos que un curandero había llegado.

Sinceramente, el lugar se veía realmente mal. No estaba seguro de si tendríamos suficiente medicina para ocuparnos de todos.

Como para estimular aún más mi inseguridad, una oleada de voces se pronunció de repente pidiendo medicina.

―¡El carro del dios pájaro! ¡Estamos salvados!

Oh, no… Con todas estas expectativas, ¿qué pasará si mi medicina no funciona? Perderán toda la confianza en mí. Oh, bueno.

―¿Quién necesita medicina?

Bajé del carro, explicando que mi medicina era más efectiva cuando la administraba yo personalmente.

Publicidad M-M1

―Por aquí, querido Santo.

Vaya, me estaban llamando santo desde el principio… Algo de esto me hizo sentir incómodo. Aun así seguía siendo mejor que ser el despreciado Héroe del Escudo.

Me guiaron hasta un gran edificio lleno de gente enferma. El propio edificio estaba apartado del resto de construcciones de la aldea. Había un cementerio tras él, y se veían varias tumbas recientes.

Si digo que olía a muerte, entenderás perfectamente lo que quiero describir, esa horrible atmósfera que rodeaba hospitales y cementerios. Estaba seguro de que todo eso era lo mismo.

No tenía la certeza de si mi medicina resolvería el problema. Eran solo recetas intermedias, así que no debería confiar demasiado en ellas. Si la medicina no funcionaba, no habría ningún otro plan de respaldo. O sí… Podría ser caro, pero si estaban dispuestos, podía administrarles medicinas más avanzadas.

Deseaba poder ser más flexible con mis productos y ser capaz de hacer medicinas más fuertes incluso si eso significaba enfrentarme a otro libro. Era mejor que quedarse sin opciones. La próxima vez que pasara por ese boticario, tendría que preguntarle si me vendería un libro de recetas de alto nivel.

―¡Por favor, ayude a mi esposa!

―Claro.

Había una mujer ahí, tosiendo sin parar. La puse en posición erguida y le di algo de medicina.

Puf…

Apareció una luz brillante irradiando desde su centro. El color regresó a su rostro.

Excelente. Debe de haber funcionado.

―¡Siguiente!

Levanté los ojos y vi al aldeano allí de pie, con una expresión de asombro en su rostro.


―¿Qué ocurre?

―Yo… um…

El hombre señaló a un niño tumbado al lado de la mujer. El chico había estado tosiendo, al igual que la mujer, pero ahora la tos se había detenido repentinamente.

¿Por qué? ¿Ha muerto?

Me incliné más cerca para comprobar si el niño estaba respirando. Lo estaba.

Bien, aún sigue vivo.

El niño había estado tosiendo muy violentamente hacía solo un momento, sin embargo ahora parecía muy calmado.

―¿Qué ha pasado?

―Cuando usted, querido Santo, curó a mi esposa, en ese mismo momento, la tos de mi hijo se detuvo.

Publicidad M-M4

Um… ¿puede eso haber sido causado por la habilidad de expansión del rango de efecto de las medicinas? Expandir el rango de una medicina… ahora esa es una habilidad impresionante.

Parecía que la medicina sería efectiva en cualquiera que estuviera dentro de un radio de un metro.

Este escudo tiene acceso a todo tipo de habilidades tramposas escondidas, ¿verdad? Pero apuesto a que esta habilidad no ayudaría mucho en una batalla, porque ¿con qué frecuencia estamos a solo un metro de los demás en una batalla? El enemigo tendría que ser bastante débil.

―¡Muy bien, eso hace las cosas fáciles! ¡Cualquiera que necesite curación, que se acerque! La medicina funcionará en cualquiera que esté dentro de este círculo.
Podemos curar a todos a la vez. ¡Deprisa!

―¡Sí, señor!

No había mucha gente allí para ayudar, así que Raphtalia y Filo echaron una mano para llevar a los enfermos al centro de la habitación, donde yo administraba las dosis. Eso nos ayudó a ahorrar medicina, y además era más fácil y rápido. Con esa única botella nos las arreglamos para curar a todos los pacientes del edificio.

Después de que pasara un tiempo, nos dimos cuenta de que aunque los síntomas de todos habían mejorado, ninguno se había recuperado completamente de la enfermedad. No estaba seguro de qué hacer para solucionar esto.

―Supongo que eso es todo lo que puedo hacer con la medicina que tengo.

―¡Muchísimas gracias!

Era genial recibir algo de gratitud, pero sinceramente yo no estaba totalmente satisfecho con mis resultados. Aún existía riesgo de infección, y no habíamos conseguido erradicar la enfermedad.

―¿Podéis decirme de dónde viene esta enfermedad? ¿Es endémica? ¿O es contagiosa y la cogisteis de un viajero?

Si las medicinas que tenía no eran capaces de curarla, entonces debía ser una enfermedad bastante severa. ¿Quién sabe cuándo podríamos contagiarnos nosotros? En el peor de los casos tendríamos que darnos la vuelta y largarnos de allí lo más rápido posible.

―Bueno, un doctor nos dijo que la enfermedad fue arrastrada por el viento desde esas montañas de allí, aunque ese lugar está lleno de monstruos.

―Cuéntame más.

―Puede preguntarle usted mismo.

En mi mundo, un doctor habría entendido la ciencia y cómo usarla para curar a la gente. Aquí, un doctor usaba la magia para la misma tarea.

El médico había estado trabajando en la aldea desde hacía un tiempo, intentando componer una medicina que fuese efectiva contra esta nueva enfermedad. Justo cuando llegamos, se encontraba encerrado con los pacientes en ese edificio y no dudó en ayudarnos.

―Perdona, ¿puedes hacer mejores medicinas que un boticario?

―Sí, estoy fabricando algunas ahora mismo. Y sin embargo, después de ver lo que usted, Santo, pudo hacer con sus propias medicinas y la mejora drástica entre los aldeanos, no creo que mi propio proyecto sea ya necesario.

―Yo seguiría con eso tan pronto como pudiera. No hemos sido capaces de curar completamente la enfermedad, lo que significa que probablemente volverá.

―¡Sí, señor!

―Espera.

El doctor había cogido rápidamente sus herramientas y estuvo a punto de regresar a su trabajo con entusiasmo cuando le dije que aguardase.

―Dijiste que esta enfermedad vino con el viento desde las montañas. ¿Por qué crees eso?

―Sí, bueno… hace aproximadamente un mes, el Héroe de la Espada estuvo en esta región y mató a un poderoso dragón que tenía su territorio en esas montañas.

Oh, sí… Creo que ya he oído algo sobre eso.

―Los dragones normalmente hacen sus nidos lejos de las aldeas humanas, pero éste era un dragón fuera de lo común.

―¿Qué tiene eso que ver con la enfermedad?

―Bueno, en ese momento, un gran número de aventureros se reunieron para ver actuar al Héroe de la Espada. Escalaron la montaña tras la batalla, y todos se llevaron partes del dragón con ellos.

Supongo que puedes fabricar armas y equipos realmente buenos con materiales de dragón…

Estaba un poco celoso, en realidad.

―¿Y?

―Aquí es donde empieza lo interesante. Todo estaba bien hasta que los aventureros descuartizaron al dragón hasta los huesos. En realidad eso trajo un montón de dinero a esta pobre aldea, pero el problema comenzó cuando los restos del dragón comenzaron a pudrirse. Algunos aventureros fueron a ver el cuerpo y regresaron enfermos.

―¿Así que el cuerpo del dragón es el origen de toda esta enfermedad?

―Eso creo.

Si habían ido allí con la intención de coger todo aquello que fuera adecuado para hacer equipamiento, entonces puedo imaginarme lo que quedó: la carne. Sin importar lo increíble que fuese un monstruo de ese tipo, la carne de un dragón muerto se pudriría al igual que cualquier otra cosa. Podía haber expertos por ahí que tendrían un pequeño interés en la carne, pero dejarían allí la gran mayoría hasta que se pudriera. Había leído en historias que la carne de dragón era muy deliciosa, y por eso nada se desperdiciaba. Pero para los estándares de este mundo, ¿quién sabe qué cosas eran o no aptas para cocinar? Tal vez era venenosa o algo.

También estaban los órganos. Las entrañas se pudrían muy rápido. Ren habría intentado hacerse con los materiales más útiles, así que estoy seguro de que él y su grupo dejaron los órganos allí.

¿Qué hay del corazón? Estoy seguro de que el corazón tiene algún tipo de propósito mágico.

―Si sabéis cuál es el problema, ¿por qué no os ocupáis de él?

―Las montañas están llenas de monstruos poderosos. Habría que ser un aventurero muy experimentado para ir allí y tener esperanzas de volver. Ninguno de estos agricultores es capaz de emprender dicha tarea.

―¿Entonces por qué no contratar a un aventurero para que os ayude?

―Para el momento en que averiguamos el origen del problema, toda la ecología de la cordillera había perdido por completo su equilibrio. El aire se volvió venenoso y la enfermedad ya era muy fuerte. Los aventureros normales nunca lo habrían logrado. De todas formas no es que vengan muchos por aquí, todo el mundo tiene miedo de la enfermedad y ya nadie se atreve a acercarse.

Maldición… Desearía que Ren limpiase sus propios desastres.

Ren era el más joven de todos los héroes. Si yo hubiese sido un estudiante de secundaria, probablemente tampoco habría pensado en los efectos persistentes del dragón muerto. Estos efectos no ocurrían en los videojuegos a los que estaba acostumbrado, así que supongo que era de esperar.

―¿Qué deberíamos hacer, querido Santo?

―¿Habéis enviado un informe a la Corona?

―Sí, estamos esperando una entrega de medicina.

―¿Qué hay de los… Héroes?

―Están demasiado ocupados, así que probablemente no somos la primera prioridad para ellos.

Ya fuera Motoyasu o Itsuki, o incluso Ren… no importaba. Todos ellos me molestaban.

―¿Ya habéis mandado dinero a la Corona para recibir su apoyo?

―Sí…

―Y si lo canceláis, ¿el dinero os será devuelto?

El doctor me miró directamente a los ojos.

―¿Va a encargarse usted de ello, querido Santo?

Publicidad M-AB

―Bueno, si va a pasar un tiempo hasta que llegue la medicina, yo también podría intentar algo. Si tengo éxito, aceptaré vuestro pago.

―De acuerdo… Bueno, debería llevarles medio día más, como mínimo.

―Perfecto, estupendo. Voy a ir a encargarme de los restos del dragón. Tomaré el dinero que previamente mandasteis a la Corona.

―Sí, señor.

Y así nos fuimos a las montañas para ver qué podíamos hacer con los restos del dragón.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

6 Comentarios
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios