Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 1

Capítulo 3: La Princesa Vampiro Dorada

Parte 2

Hajime continuó conquistando el laberinto.

Descendió piso tras piso, hasta que había pasado otros 50 pisos más allá del que tenía el Tiburón Alquitrán. Había perdido todo sentido del tiempo en el calabozo, y no tenía forma de adivinar cuántos días habían pasado. A pesar de que todavía llevaba tiempo, estaba claro que estaba progresando por el laberinto a un ritmo ridículamente rápido.

Mientras progresaba, tuvo innumerables roces con la muerte y tuvo que luchar contra todo tipo de monstruos increíblemente poderosos.

Entre ellos había una enorme rana de color arco iris que escupía veneno y una polilla gigante que, extrañamente, se parecía mucho a Butterfree. La rana que había encontrado en un suelo que tenía una tenue niebla venenosa esparcida por él, y la polilla tenía la capacidad de esparcir sus escamas por el aire. Escamas que paralizaban todo lo que tocaban. Si no hubiera sido por la ambrosía que estaba constantemente bebiendo, Hajime habría muerto incontables veces buscando por el laberinto.

El veneno escupido por la rana había asaltado su sistema nervioso y le dolía casi tanto como la primera vez que comía carne de monstruo. Era sólo el pequeño frasco de Ambrosia que mantenía pegado a sus dientes traseros lo que le había salvado. El frasco que había colocado allí estaba hecho de una roca débil que fácilmente se rompería con un solo mordisco. Estaba eternamente agradecido de haberlo preparado como último recurso para situaciones de emergencia.

Se había comido tanto la polilla como la rana. Había habido cierta reserva al comerse la polilla, pero se recordó a sí mismo que era para hacerlo más fuerte, lo que le ayudaba a tener poder a través de esa comida. Hajime había recordado haberse sentido un poco molesto cuando descubrió que la rana había probado mejor que todos los demás monstruos hasta ahora.

Y aunque estaba muy bajo tierra, incluso había pasado por un suelo que se parecía a la selva amazónica. Había estado increíblemente húmedo y el aire estaba espeso a su alrededor. Ese había sido con diferencia el peor piso que había atravesado. Los monstruos a los que se había enfrentado en ese piso habían sido ciempiés gigantescos y árboles vivos.

Endurecido como estaba para la mayoría de las cosas, incluso Hajime se había sentido completamente asustado cuando un ciempiés gigante se estrelló desde una rama de árbol en lo alto. Era la vista más asquerosa que jamás había visto. Y el ciempiés también se había dividido en varios segmentos para atacarlo. Lo que él había pensado que era sólo un enemigo, repentinamente dividido en treinta, como un ejército de cucarachas saliendo de una cocina particularmente asquerosa.

Hajime había disparado a [Donner] tan rápido como podía para destruirlos, pero tristemente había habido demasiados. Como habría tardado demasiado tiempo en recargar, se resignó a masacrarlos con su [Garra de viento]. Pero ni siquiera eso era suficiente para eliminarlos a todos, así que tuvo que recurrir a la patada, que no era su fuerte en absoluto. Cuando esa batalla terminó, Hajime se juró a sí mismo que trabajaría para mejorar sus tiempos de recarga y sus habilidades de patada. Estaba cansado de que lo bañaran en la sangre púrpura y asquerosa del ciempiés.

Los monstruos arbóreos de ese piso eran básicamente los Treants que había visto en los RPG. Usaron sus raíces para atacar desde el subsuelo, mientras que también lanzaban sus ramas alrededor como látigos.

Aunque la verdadera fuerza de esos falsos Treants no estaba en esas habilidades tan simples. Cuando se encontraban en problemas, empezaban a sacudir sus cabezas salvajemente, arrojando fruta carmesí a sus enemigos. La fruta que arrojaron no dolió, y sólo para probarla, Hajime había intentado comer una. Cuando lo hizo, había permanecido arraigado en el lugar durante casi una hora. La fruta no contenía veneno. De hecho, sabía delicioso. Era dulce y refrescante, como la sandía. A pesar de las expectativas, no era como una manzana.

El hecho de que el suelo era el más desagradable que había encontrado hasta entonces, voló completamente fuera de la cabeza de Hajime. Incluso su determinación de conquistar el laberinto abandonó temporalmente su mente. Era la primera vez que comía algo aparte de carne de monstruo en meses. Sus ojos se convirtieron en los de un cazador, y pasó mucho tiempo cazando a los falsos Treant. Para el momento en que su anhelo por sus frutos había sido finalmente saciado, los Treant habían sido cazados a punto de extinguirse.

Y así, continuó avanzando por los pisos hasta que había pasado 50 de ellos antes de darse cuenta. Y aun así el laberinto continuaba interminablemente hacia abajo. Para la información, las estadísticas actuales de Hajime eran así.

Nombre: Hajime Nagumo  –  Edad: 17  –  Nivel: 24

Trabajo: Sinergista
Fuerza: 850
Vitalidad: 970
Defensa: 860 
Agilidad: 1040
Magia: 760
Defensa Mágica: 760

Habilidades:

• Transmutación
  – Apreciación de Materiales
  – Transmutación con Precisión
  – Percepción de Minerales
  – Desíntesis de Mineral
  – Sintesis de Mineral
  – Duplicar Transmutación
• Manipulación de mana
• Estomago de Hierro
• Campo Eléctrico
• Compresión de lenguaje
• Resistencia al Veneno
• Danza Aérea
  – Aerodinámica
  – Paso Supersónico
  – Piernas de Acero
• Garra de Viento
• Visión Nocturna
• Sentir Presencia
• Presencia Oculta
• Resistencia a la Petrificación
• Visión a Distancia
• Detención Mágica
• Resistencia a la Parálisis

Pasó algún tiempo en la base que había creado para este piso, el quincuagésimo desde el tiburón, entrenando sus habilidades de tiro, patada y transmutación. Ya había descubierto las escaleras que conducían al siguiente piso, pero había un lugar en este piso que parecía muy distinto a él. Una atmósfera ominosa parecía impregnar el espacio a su alrededor.

Al final de uno de los pasajes laterales había una habitación que contenía un conjunto de majestuosas puertas dobles de tres metros de altura cada una. A cada lado de la puerta había una estatua de un cíclope hundido profundamente en los huecos de la pared.

Cuando intentó entrar en la habitación, Hajime sintió escalofríos en su espina dorsal, y se había retirado apresuradamente, decidiendo que la habitación era peligrosa. Por supuesto, el retiro fue sólo temporal. Iba a volver a prepararse, y no tenía intención de pasar por esa habitación. Después de todo, fue lo primero que encontró en los últimos 50 pisos que era “diferente”. No había forma de que no fuera a comprobarlo.

Estaba lleno de expectativas y temor mientras pensaba en la puerta. Sin embargo, una vez que lo abrió, supo que se esperaba algún tipo de desastre. Sin embargo, también fue una oportunidad para llamar los vientos del cambio en este infierno interminable.

“Es como la caja de Pandora… Ahora bien, me pregunto qué esperanza me espera cuando la abra.” mentalmente corrió a través de sus habilidades, sus armas y sus habilidades. Revisó cada uno de ellos, asegurándose de que estaba en perfectas condiciones.

Cuando todos sus preparativos estaban completos, Hajime lentamente sacó a [Donner] de su funda, y luego lentamente lo apretó contra su frente mientras cerraba los ojos. Ya había reforzado su determinación hacía mucho tiempo, pero no había inconveniente en dedicar unos minutos a reforzarla un poco más. Hajime buscó profundamente dentro de sí mismo, dando voz una vez más a su más querido deseo.

“Quiero sobrevivir y volver a casa. De vuelta a casa… a Japón. Cualquier cosa que se interponga en ese objetivo es mi enemigo. ¡Y los enemigos deben ser… Eliminados!” Abrió los ojos, y con su siempre presente sonrisa intrépida, se dirigió hacia lo desconocido.

Los pasos de Hajime se volvieron cada vez más desconfiados mientras intentaba entrar en la habitación con las puertas dobles. Llegó hasta la puerta sin encontrar a nadie.

Al verlo más de cerca, Hajime se dio cuenta de que la artesanía de las puertas era aún más impresionante de lo que inicialmente había pensado. Y que había un círculo mágico tallado en un pequeño hueco en cada uno de los dos.

“¿Eh? Eso es extraño. Estudié bastante en el castillo… pero todavía no reconozco esta inscripción.” Cuando todavía lo habían ridiculizado como un inútil, Hajime había pasado todo su tiempo estudiando para compensar su falta de habilidad de combate. Por supuesto, no había tenido suficiente tiempo para aprender todo lo que había que saber sobre este mundo, pero era inquietante que no pudiera reconocer ni un solo símbolo en los círculos.

“¿Significa eso que este hechizo es muy viejo?” Hajime reflexionó sobre los círculos mágicos mientras investigaba las puertas, pero no pudo descubrir nada importante. La conspicua colocación de los círculos le gritó “trampa” a Hajime, pero no tenía suficiente conocimiento como para derivar algún indicio de su investigación.

“Supongo que mi única opción es transmutarlo como siempre.” Ya había intentado empujar y tirar de las puertas, pero no se habían movido. Y así, se había convertido en su fiel habilidad de transmutación. Puso su mano derecha sobre la superficie de la puerta y empezó a transmutar.

Pero en el momento en que empezó a verter maná en su mano… ¡Zap!

“¿Uwaah?” Un rayo rojo corrió por la puerta, volando la mano de Hajime. Se levantó humo surgieron de su mano. Maldiciendo, bebió algo de Ambrosia para curarse. Un segundo después, oyó un profundo rugido.

“Uoooooooooooooooooooooooooooh!!” resonó por toda la habitación.

Hajime retrocedió hacia atrás, alejándose de la puerta, y se agachó en cuclillas con la mano sobre su funda, listo para desenfundar en un instante. Mientras esperaba escuchó los sonidos de algo moviéndose mezclado con el rugido.

“Wow, esto es demasiado cliché al parecer.” Hajime sonrió sardónicamente mientras observaba las dos estatuas de los cíclopes que repentinamente resucitaron y comenzaron a destruir la pared que las sostenía. Su piel petrificada recuperó rápidamente su color, pasando de gris a verde oscuro.

Los cíclopes se ajustan a la descripción de la fantasía para ellos a una T. Cada uno de ellos blandía espadas de casi cuatro metros de largo que habían sacado de Dios sabe dónde. En la actualidad, luchaban por liberar sus mitades inferiores, aún enterradas, decididas a eliminar al inoportuno intruso.

Hajime disparó con [Donner] directamente al ojo brillante del cíclope derecho. Con un golpe feroz, la bala de taur acelerada eléctricamente atravesó su ojo, hizo carne picada de sus cerebros, y pulverizó la pared detrás de ella mientras salía por la parte posterior de su cabeza.

El cíclope de la izquierda miró fijamente a su ahora fallecido compañero. Por otro lado, el muerto se movió durante unos segundos antes de desplomarse hacia delante, lo que hizo temblar a toda la habitación, ya que su enorme armazón se estrelló contra el suelo, levantando una enorme nube de polvo.

“Lo siento, pero no soy tan amable como para esperar a que te liberes.” Los cíclopes muertos no lo habían visto venir, en más de un sentido. Para Hajime, que había sobrevivido a través de incontables luchas de vida y muerte, era simplemente un curso natural de acción a tomar. Sin embargo… todavía sentía pena por los cíclopes.

Probablemente no era nada más que un humilde guardián que había sido sellado y encargado de proteger las puertas. Debió pasar una eternidad esperando que alguien, cualquiera, pasara por aquí.

Entonces, finalmente, alguien capaz de sobrevivir tanto tiempo en las fosas del infierno y buscando profundizar aún más, había aparecido ante él. Es muy posible que él, estuviera encantado de tener un propósito. Pero entonces, antes de que pudiera empezar a luchar, su oponente aplastó su preciado ojo y lo mató instantáneamente. Si eso no es lamentable, entonces no sé lo que es.

El resto de los cíclopes tenían una expresión espeluznante en su cara mientras miraba a Hajime. Aunque no hablaba, su cara gritaba claramente: “¡Cómo te atreves, bastardo!”.

Hajime miró fijamente al resto de los cíclopes, completamente inmóvil mientras miraba. Actuó con cautela debido a su desconocida arma y se agachó hasta el suelo, listo para esquivar en cualquier dirección, mientras miraba fijamente hacia él. Diez segundos pasaron, luego veinte… Eventualmente, se cansó de la competencia de miradas fijas y con un rugido ensordecedor, los cíclopes restantes cargaron a Hajime.

Pero antes de hacer cinco pasos, se plantó en el suelo.

En el momento en que se precipitó, toda la fuerza se le había escapado de las extremidades, y se agachó al suelo. Confundido, el cíclope intentó volver a ponerse en pie, pero no pudo hacer más que agitarse impotente en el suelo.

Rugió, incapaz de comprender lo que acababa de pasar, mientras Hajime lentamente se acercó a él. Sus pasos resonantes eran como una cuenta atrás para la muerte de los cíclopes. Se detuvo a centímetros de su cara, y puso su arma en su cabeza. Entonces, sin dudarlo, apretó el gatillo.

¡Bang! El sonido de un disparo resonó por segunda vez por toda la habitación.

Sin embargo, algo inesperado sucedió en ese momento. El cuerpo de los cíclopes brilló brevemente, tras lo cual su piel repelió la bala que debería haberla matado.

“¿Hmm?” Hajime adivinó que era por su magia especial. Por lo que pudo decir, temporalmente le dio al cíclope un impulso de defensa masiva. Aunque todavía estaba boca abajo en el suelo, los cíclopes le sonreían despreciativamente.

Sin perplejidad, se retractó y apuntó una patada a la cabeza del cíclope. Gracias a su habilidad [Piernas de acero], las patadas de Hajime fueron tan poderosas como las del Conejo Maestro Pateado. Su pie trazó un arco limpio a través del aire antes de chocar contra el cíclope y voltearlo sobre su estómago. Luego presionó a [Donner] hacia el ojo.

Aunque no estaba seguro, parecía que el cíclope entraba en pánico. Aun así, no le hizo caso y apretó sin piedad el gatillo. Como él esperaba, el endurecimiento del cuerpo no se extendía al ojo, y el segundo cíclope tenía el cerebro reventado como el primero.

“Esta vez tomó unos veinte segundos. Eso es más lento de lo normal… ¿Es porque tiene un cuerpo más grande?” Hajime murmuró para sí mismo, analizando los resultados de su experimento

¿Por qué ese cíclope colapsó repentinamente antes? Eso había sido gracias al poder de su granada aturdidora. Lo había hecho usando las escamas que había cosechado de los Butterfree. Utilizando una pequeña explosión controlada, podía esparcir las balanzas por toda una habitación, paralizando todo lo que había en ella. En el instante en que el cíclope de la izquierda se distrajo por la muerte de su compañero, Hajime lo lanzó al aire.

“Bueno, lo que sea. Supongo que cosecharé la carne más tarde…” Cuando miró hacia la puerta, una idea brotó en su mente.

Usó la [Garra de viento] para abrir los ciclopes y extraer sus cristales de maná. Ignorando el hecho de que estaban goteando sangre, llevó los dos cristales de maná del tamaño de un puñetazo hasta las puertas dobles y los colocó en las dos ranuras.

Encajan perfectamente. Después de un breve retraso, comenzaron a verter en los círculos mágicos gotas de maná rojo oscuro. El sonido de un chasquido resonó en la distancia y la luz comenzó a desvanecerse. Mana comenzó a difundirse por la habitación al mismo tiempo, haciendo que las paredes circundantes brillaran con una luz brillante. La habitación estaba repentinamente llena de más luz de la que Hajime había visto en años.

Parpadeó ante el repentino brillo, y luego abrió la puerta, claramente buscando trampas.

La habitación del otro lado de la puerta era negra, sin encontrar ni una sola fuente de luz. Sin embargo, una combinación de su [Visión Nocturna] y la luz que se derramaba desde el exterior de la habitación era suficiente para que pudiese distinguir suavemente su entorno.

El interior de la sala estaba compuesto por la misma sustancia de mármol que Hajime había visto por primera vez en la catedral de la iglesia. Dos filas de gruesos pilares, espaciados a intervalos regulares, se extendían hasta el final de la habitación. En el centro mismo de la sala había una enorme losa cúbica de roca. Su superficie era brillante, y brillaba por la luz reflejada que entraba de la habitación de atrás.

Hajime miró más de cerca el cubo, notando que había algo que brillaba levemente sobresaliendo del centro de su cara frontal. Parecía casi como si brotara de la roca.

Intentó acercarse más, abrió las puertas de par en par y buscó algo para mantenerlas en su sitio. No quería cometer el clásico error de película de terror y entrar sólo para encontrar la puerta cerrada detrás de él.

Sin embargo, antes de que pudiera arreglarlas en su lugar, cualquier cosa que estuviera en el centro del cubo se movía.

“… ¿Quién va allí?” Escuchó una voz débil, ronca y femenina. Asustado, Hajime volvió a mirar hacia el centro de la habitación. El “algo” que había visto antes se retorcía un poco. La luz de la otra habitación reveló que algo de su forma verdadera

“Una… persona?”

El “algo” que brotaba de la roca era una persona.