Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 1

Prólogo: Lunes

La luz rápidamente se desvaneció cuando la oscuridad comenzó a tragarlo. La cara de Hajime Nagumo se retorció aterrorizado al contemplar la luz que se desvanecía sobre él. Estiró su mano desesperadamente, agarrando la luz que sabía que nunca podría realmente agarrar. Sintió como sus regiones bajas se tensaban mientras caía libremente a través de la oscuridad.

El abismo en el que había caído era tan profundo que parecía casi como si estuviera cayendo al infierno. Y la luz que estaba mirando era el portal al mundo de los vivos. Había caído bajo una grieta masiva en la tierra mientras exploraba un calabozo. El agujero era tan profundo que seguía cayendo mucho después de que el pequeño destello de luz se había reducido a nada. Toda su vida pasó ante sus ojos, con nada más que el sonido del viento que pasaba corriendo acompañando su zambullida a las profundidades infernales de abajo.

Retrocedamos un poco el reloj y recordemos cómo un joven japonés se encontró en un mundo que era demasiado cruel y despiadado para que la palabra “fantasía” fuera un descriptor preciso. Después de todo, los eventos duros e injustos que él había experimentado, y que aún estaba experimentando, estaban demasiado desprovistos de las maravillosas esperanzas y sueños que uno imaginaba cuando escuchaba esa palabra.

***

Lunes. Posiblemente el día más deprimente de la semana. La mayoría de la gente estaba, sin duda, suspirando pesadamente mientras se lamentaba del comienzo de la semana y del fin de su glorioso fin de semana. Hajime Nagumo no fue la excepción. Sin embargo, en su caso, su depresión se multiplicó por el hecho de que la escuela no era sólo un dolor, sino un verdadero infierno.

Como siempre, Hajime apenas llegó justo antes de que sonara la campana del primer período. De alguna manera logró estabilizar su cuerpo privado de sueño y abrió la puerta de su aula. Se encontró en el extremo receptor de una multitud de miradas de desprecio y chasquidos molestos de la lengua de la mayoría de los estudiantes masculinos tan pronto como puso un pie en el aula. Ninguna de las estudiantes femeninas parecía demasiado contenta de verlo. Hubiera estado bien que simplemente lo hubiesen ignorado, pero ellos también lo habían despreciado.

Hajime hizo todo lo posible para ignorar a sus compañeros y se sentó en su asiento. Pero como siempre, había algunos estudiantes que no pudieron resistir la oportunidad de insultarlo.

“¡Otaku asqueroso! ¿Otra vez estuviste despierto toda la noche jugando videojuegos? Apuesto a que estuviste jugando juegos porno todo el tiempo.”

“Vaya, qué asqueroso. ¿Qué clase de pervertido repugnante se queda despierto toda la noche jugando juegos porno?”

Todos los chicos se rieron, como si encontraran esa declaración de algún modo hilarante. El
estudiante que llamó primero a Hajime fue Daisuke Hiyama, el cabecilla de los torturadores de Hajime. Daisuke nunca pareció cansarse de molestar a Hajime, ya que se le acercaba a diario. Los que se reían perversamente a su lado eran Yoshiki Saitou, Reichi Kondou y Shinji Nakano. Fueron esos cuatro los que siempre hicieron miserable la vida de Hajime.

Como Hiyama había dicho antes, Hajime era de hecho un otaku. Pero no era particularmente feo ni odioso, así que el apodo de otaku asqueroso apenas le hacía justicia. Tenía el pelo corto y ordenado. Además, tampoco tenía problemas de comunicación de ningún tipo. Seguro, no era el tipo más hablador de por aquí, pero no tenía ningún problema en responder a la gente que hablaba con él. Era una persona tranquila en general, pero no hasta el punto de que pudiera considerarse sombrío. Simplemente le interesaba un conjunto muy específico de medios de comunicación: manga, novelas, videojuegos y películas.

Si bien era cierto que la opinión pública de los otakus no había sido muy positiva últimamente, a lo sumo al ser un otaku te ganabas unas cuantas miradas, no ese tipo de intimidación dirigida. Entonces, ¿por qué todos los estudiantes masculinos odiaban tanto a Hajime?

La respuesta era simple.

“¡Buenos días, Nagumo-kun! Hoy también apenas llegaste a tiempo. Creo que al menos deberías hacer un esfuerzo para venir antes.” Una de las chicas sonrió suavemente mientras caminaba hacia Hajime. Ella era una de las pocas personas en toda la escuela que lo trataba amablemente, y también la razón por la que todos lo odiaban.

Kaori Shirasaki, una de las chicas más populares en la escuela, y lo suficientemente hermosa como para ser considerada una diosa por muchos. Tenía el pelo liso y negro que llegaba hasta la cintura, y ojos grandes y seductores llenos de bondad. Su nariz pequeña encajaba perfectamente en su cara, y sus labios rosados eran el epítome de la perfección.

Parecía que siempre tenía una sonrisa en la cara, y su habilidad para cuidar de los demás, combinada con su fuerte sentido de responsabilidad, la convirtieron en una de las estudiantes más respetadas de la escuela de Hajime. Además, ella era tolerante y comprensiva a una falta, hasta el punto de que nadie la había visto lucir infeliz.

Y, por cualquier razón, Kaori se había interesado en Hajime. La mayoría de la gente asumió que Hajime era un estudiante terrible porque siempre dormía en clase debido a sus frecuentes noches de desvelo (en realidad, tenía calificaciones bastante promedio). Y, puesto que Kaori siempre estaba cuidando de otros estudiantes, ellos creían que esa era la razón por la que ella hablaba con él.

Si sus propuestas hubieran convencido a Hajime para que se convirtiera en un mejor estudiante, o si hubiera sido naturalmente un tipo más apuesto, a los otros chicos no les hubiera importado tanto el interés de Kaori sobre él. Sin embargo, él era tristemente tan promedio como se podía ser, y su lema favorito era “pasatiempos sobre la vida real”, así que obviamente su actitud hacia la escuela tampoco había mostrado signos de mejora. Por lo tanto, los otros estudiantes masculinos promedio de su clase no podían soportar el hecho de que Hajime fuera tan cercano a Kaori. “¿Por qué él y nosotros no?” pensaron. Mientras tanto, las otras chicas simplemente pensaban que estaba siendo grosero con Kaori. Estaban descontentas porque ni siquiera intentaba reformar sus hábitos.

“Buenos días, Shirasaki-san.” La cara de Hajime se endureció al sentir las miradas sedientas de sangre de sus compañeros de clase, y devolvió torpemente el saludo de Kaori.

En contraste, Kaori sonrió feliz mientras lo miraba. ¿Por qué siempre me miras así? Hajime desesperó al sentir que las miradas de sus compañeros de clase ardían en él.

Hajime honestamente estaba desconcertado. No entendía por qué la chica más linda de la escuela se preocupaba por un tipo como él. Para él, parecía que tenía que haber algo más que su disposición natural para ayudar a los demás.

Por supuesto, no era tan vanidoso como para creer que ella pudiera tener algún interés romántico en él. Hajime era muy consciente del hecho de que había abandonado muchas cosas para vivir una vida totalmente dedicada a sus pasatiempos. Sabía que su apariencia, calificaciones y habilidad atlética eran completamente promedio. Había un montón de chicos mejores que él que eran mucho más adecuados para ser su pareja, incluso entre sus conocidos. Es por eso que encontró su comportamiento tan desconcertante.

Honestamente, ¡desearía que te dieras cuenta de que eres la razón por la que todo el mundo me odia ahora mismo! Hajime gritó dentro de su cabeza. Sin embargo, no dio voz a sus pensamientos. Sabía que algunos de sus compañeros de clase, sin duda, lo arrastrarían detrás del gimnasio una vez terminadas las clases si alguna vez se atrevía a hacerlo… En el momento en que Hajime terminó su conversación con Kaori, tres personas nuevas se acercaron a ellos. Los habían estado vigilando como buitres, esperando a que terminaran de hablar. Entre este grupo nuevo estaba, por supuesto, uno de los “mejores” que se habían mencionado anteriormente.

“Buenos días, Nagumo-kun. Debe ser duro estar despierto tan tarde todos los días.”

“Kaori, ¿Cuidándolo de nuevo? Eres demasiado amable para tu propio bien.”

“En serio. Hablar con un fracasado como él es una pérdida total de tiempo.”

La única persona que saludó a Hajime entre los tres fue Shizuku Yaegashi, la mejor amiga de Kaori. El pelo negro de Shizuku estaba atado en su cola de caballo característica. Sus ojos en forma de almendra le dan una mirada bastante aguda, pero en lo más profundo de su mirada moraba una bondad que la hacía parecer genial en vez de fría.

Con 172 centímetros de alto, ella era mucho más alta que la mayoría de las otras chicas de su clase. Eso, combinado con su cuerpo bien construido, hizo que pareciera una samurái digna. Y samurai era una analogía bastante acertada, ya que su familia realmente dirigía un dojo que enseñaba el estilo Yaegashi, y la propia Shizuku era una espadachina sin par que nunca había perdido un solo torneo de kendo. De hecho, ella había aparecido en revistas y tenía una base de fans bastante rabiosa. La prensa incluso llegó a llamarla la belleza samurái moderna. Muchas de las estudiantes más jóvenes habían empezado a llamarla onee-sama de una manera casi adoradora.

El tipo que había saludado a Kaori con esa frase tan estereotipo sobre su amabilidad era Kouki Amanogawa. Era perfecto en casi todos los sentidos. Excelente en deportes, guapo y con calificaciones sobresalientes. Hasta su nombre parecía heroico. Escrito con los caracteres de “luz” y “resplandor”, producía una impresión bastante deslumbrante.

Tenía el pelo castaño suelto, rasgos suaves, medía 180 centímetros de alto, y a pesar de su cuerpo delgado aún tenía músculos notables. Era amable con todos los que conocía, y tenía un fuerte sentido de la justicia (o de todos modos eso creía él).

Como Shizuku, había asistido al dojo Yaegashi desde que estaba en la escuela primaria y era lo suficientemente hábil como para haber competido en torneos nacionales. Él y Shizuku eran amigos de la infancia. Docenas de chicas se habían enamorado de él, pero debido a que siempre estaba rodeado por Shizuku y Kaori, muy pocas habían tenido el valor de confesarse. Sin embargo, todavía recibía por lo menos dos confesiones al mes de chicas que no iban a la escuela de Hajime. Un verdadero casanova de pies a cabeza.

Ryutarou Sakagami, el mejor amigo de Kouki, fue el último que añadió perezosamente su propio comentario al de Kouki. Ryutarou tenía el pelo corto, recortado y una mirada que parecía alegre y severa a la vez. Él medía 190 centímetros de alto, y tenía una figura enorme parecida a un oso. Como su constitución sugería, era un cabeza de músculo que no tenía mucha delicadeza.

Debido a su amor por el trabajo duro y las acciones de sangre caliente, no le gustaba Hajime, que pasaba todo su tiempo en la escuela durmiendo. Ryutarou no le dio a Hajime más que una sola mirada antes de escupir desdeñosamente e ignorarlo.

“Buenos días Yaegashi-san, Amanogawa-kun y Sakagami-kun. Bueno, ya saben lo que dicen, cosechas lo que siembras. Es culpa mía por estar levantado todo el tiempo.” Hajime sonrió irónicamente mientras saludaba a Shizuku y a los demás. Los dos tipos lo miraban de forma cortante, con sus ojos gritando: “¿Qué te da derecho de hablarle a Yaegashi de esa manera tan casual?” Después de todo, Shizuku era casi tan popular como Kaori.

“Si te das cuenta de que es un problema, ¿no deberías intentar solucionarlo? No creo que sea justo para Kaori dejar que te siga malcriando. Ella tampoco tiene el tiempo para estar siempre cuidando de ti.” Kouki advirtió severamente a Hajime.

Kouki también pensaba claramente que Hajime era un fracaso de un estudiante que simplemente derrochaba la bondad de Kaori. Hajime quería gritar desesperadamente: ¡Ella no me ha estado malcriando! Y, de hecho, ¡realmente preferiría que ella me dejara en paz!, pero él sabía que si lo hacía sus compañeros lo “escoltarían” a algún lugar tranquilo después de la escuela. Además, Kouki era el tipo de persona que siempre pensaba que tenía razón, así que Hajime simplemente cerró la boca y no dijo ni una sola palabra.

Además, no había nada que arreglar. Hajime ya había decidido convertir sus aficiones en el centro de su vida. Su padre era diseñador de juegos y su madre autora de manga femeninos, por lo que había trabajado a tiempo parcial en ambos lugares de trabajo para adquirir experiencia en el campo.

Con su experiencia e intereses, la mayoría de los empresarios se interesaron por él, ya que no requería formación adicional y sus planes para el futuro estaban perfectamente establecidos. Hajime creía firmemente que ya se estaba tomando en serio su vida, por lo que no veía la necesidad de cambiar sus hábitos a pesar de lo que alguien le dijera. Y si Kaori no hubiera empezado a meter la nariz en sus asuntos, habría sido capaz de graduarse tranquilamente sin llamar la atención.

“Sí, supongo. Ahaha…” Es por eso que Hajime simplemente trató de reírse de las palabras de Kouki. Pero, por supuesto, la diosa de la escuela tuvo que ir y tirar sin querer otra bomba.

“Kouki-kun, ¿de qué estás hablando? Estoy hablando con Nagumo-kun porque quiero.” Toda la clase estalló en un alboroto por esas palabras.

Si las miradas pudieran matar, Hajime habría muerto cien veces por las miradas fulminantes que recibió de los estudiantes masculinos. Apretaron los dientes mientras lo miraban, mientras el grupo de Hiyama fue un paso más allá y empezaron a discutir qué lugar sería mejor para arrastrar a Hajime durante el descanso del almuerzo.

“¿Eh…? Ah, ya veo. Kaori, realmente eres demasiado amable.”

Parecía que Kouki interpretaba eso como que Kaori era amable para no herir los sentimientos de Hajime. Aunque era perfecto en muchos aspectos, o tal vez exactamente por ese hecho, tenía un defecto bastante evidente. Era que estaba demasiado convencido de su propia justicia. Al decidir que corregirlo sería demasiado molesto, Hajime en vez de eso decidió escapar de la realidad mirando por la ventana.

“Lo siento por eso.” Shizuku se disculpó en silencio con Hajime, ya que era la única que era lo suficientemente astuta como para captar los sentimientos de todos. Hajime simplemente se encogió de hombros y sonrió irónicamente en respuesta.

Mientras tanto, la campana que indicaba el comienzo de las clases finalmente sonó, y el maestro entró al aula. El maestro comenzó los anuncios matutinos, aparentemente demasiado acostumbrado a la atmósfera turbulenta en el aula como para preocuparse. Entonces, como siempre, Hajime se fue a la tierra de los sueños cuando empezó la clase.

Kaori sonrió mientras veía dormir a Hajime. Shizuku le miró fijamente, sorprendida, y pensó que Hajime era toda una celebridad en cierto sentido. Los chicos se mofaron de él mientras el resto de las chicas lo miraban fijamente, con miradas llenas de desprecio.

Después de un tiempo, el aula comenzó a hacer ruido de nuevo. El cuerpo de Hajime, como una persona que duerme la siesta habitualmente en el salón de clases, se había sintonizado naturalmente para saber cuándo despertarse. Por eso su conciencia borrosa fue capaz de discernir por el ruido que le rodeaba que era la hora del almuerzo.

Hajime rebuscó en su bolso y sacó su almuerzo, una comida sencilla que podía terminarse en diez segundos, pero que aun así lo sació por completo. Parecía que la mayoría del grupo de compra de almuerzos ya se había ido a la cafetería, ya que faltaba gente del salón de clases.

Sin embargo, la mayoría de los alumnos de la clase de Hajime traían su propio almuerzo, razón por la cual todavía quedaban alrededor de dos tercios de la clase. Además, parecía que algunos de los estudiantes tenían preguntas para la profesora de estudios sociales del cuarto período, Aiko Hatayama, ya que estaban rodeando el podio de la profesora.

¡Sluuurp! ¡Gulp! Habiendo terminado de recargar su energía en sólo diez segundos, Hajime se recargó en su escritorio, planeando cerrar un poco más el ojo. Sin embargo, la diosa de la escuela, quizás más una demonio en el caso de Hajime, sonrió alegremente mientras se acercaba a su asiento, impidiéndole regresar a su sueño.

Hajime gimió internamente. El lunes debe haber hecho que se despidiera de su ingenio. Normalmente, habría comido su almuerzo rápidamente y saldría corriendo del aula para encontrar un lugar apartado para su siesta de la tarde, pero dos días seguidos de noches despierto le habían pasado factura.

“Nagumo-kun, esto es extraño. Todavía estás en el aula. ¿No trajiste un almuerzo? Si quieres, puedes tomar algo mío.” Hajime gritó internamente mientras la atmósfera fría descendía sobre el aula una vez más.

Estoy cansado de esta mierda, su mente exasperada gritaba en un dialecto extraño. Hajime intentó resistir lo inevitable mientras ese pensamiento cruzaba por su mente.

“Ah, Shirasaki-san, gracias por la oferta. Pero ya he terminado de comer mi almuerzo, así que
¿por qué en vez de eso no vas comer con Amanogawa-kun?” Le mostró a Kaori los restos de su almuerzo empaquetado mientras decía eso. El resto de sus compañeros probablemente también lo odiarían por negarse, pero al menos era mejor que pasar su hora de almuerzo caminando sobre un lecho de clavos.

Sin embargo, una resistencia tan débil no significaba casi nada ante la gran diosa, así que ella continuó implacablemente.

“¿¡Huh!? ¿Eso es todo lo que tenías para almorzar? Eso no servirá para nada, ¡necesitas comer bien! Toma, te daré un poco del mío.”

¡Por favor, por favor, dame un respiro! ¿Por qué no te das cuenta ya? ¡Lee el estado de ánimo por una vez! Con cada momento que pasaba, Hajime podía sentir cómo aumentaba la presión, y sus salvadores finalmente aparecieron mientras un sudor frío empezaba a correr por su espalda. Kouki y Ryutarou.

“Kaori, almorcemos todos juntos. Parece que Nagumo necesita dormir un poco más. Y no permitiré que nadie coma el almuerzo delicioso hecho a mano de Kaori mientras duerme a medias “. Kouki mostró a Kaori una sonrisa deslumbrante mientras decía esa línea pretenciosa, pero Kaori simplemente parecía desconcertada. Kaori era un poco lenta, o más bien una cabeza hueca, así que el atractivo de Kouki no funcionaba en ella.

“¿Eh? Kouki-kun, ¿por qué necesito tu permiso para compartir mi almuerzo?”

Shizuku soltó una sonrisita involuntaria mientras escuchaba a Kaori hacer esa pregunta de una manera tan seria.

Kouki empezó a reírse con dificultad e intentó cambiar de tema, pero lo importante era que los cuatro más famosos de la escuela estaban sentados junto a Hajime y el resto de la clase no estaba nada contento. Hajime suspiró profundamente y continuó refunfuñando.

Ojalá todos estos tipos fueran convocados a otro mundo o algo así. Sólo mírenlos, son el grupo perfecto de cuatro. Incluso se ven como el tipo de grupo que sería enviado a otro mundo. ¿No puede un dios, una princesa o una sacerdotisa o algo invocarlos lejos de aquí? Tratando de escapar de la realidad, Hajime envió sus pensamientos a cualquier otro mundo que estuviera ahí fuera. Se levantó y estuvo a punto de dar su respuesta evasiva habitual, cuando de repente se congeló.

Había un circulo plateado grabado con varios patrones geométricos brillando delante de Hajime, a los pies de Kouki.

El resto de los estudiantes también vio el círculo extraño. Todo el mundo estaba congelado en su lugar, mirando fijamente al extraño patrón brillante que, por falta de una palabra mejor, parecía un círculo mágico.

El círculo mágico comenzó a brillar más y más, hasta que su luz envolvió a toda la clase. El círculo en sí mismo también comenzó a expandirse, y cuando finalmente creció lo suficiente como para cubrir los pies de Hajime, todos finalmente se descongelaron y comenzaron a gritar. Aiko-sensei, que había permanecido en el aula, gritó “¡Todos! ¡Fuera del aula!” al mismo tiempo, el círculo mágico estalló en una explosión de luz brillante.

Después de unos segundos, o quizás unos minutos, la luz finalmente comenzó a desvanecerse y el color volvió al salón de clases. Sin embargo, la habitación estaba desierta. Algunas sillas fueron derribadas, las loncheras estaban sobre los escritorios, y los palillos y las botellas de plástico estaban esparcidos por toda la habitación. El aula todavía tenía todo dentro de ella, excepto las personas.

El incidente de la desaparición masiva de estudiantes de preparatoria causó un gran revuelo en todo el mundo, pero esa historia era mejor guardarla para otro momento.