Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 1

Capítulo 1: Invocado a Otro Mundo con una Clase Común

Parte 3

Habían pasado dos semanas desde que Hajime fue etiquetado como el miembro más débil e inútil de la clase. Actualmente estaba en la biblioteca usando el tiempo de descanso que tenía entre sesiones de entrenamiento para investigar algo. En sus manos había un libro titulado “Monstruos del Continente Norte, un Libro de Dibujos.” Como su nombre lo indicaba, era un libro ilustrado sobre monstruos.

En cuanto a por qué estaba leyendo un libro así, fue porque no había crecido en absoluto después de dos semanas de entrenamiento. De hecho, las últimas dos semanas sólo habían servido para destacar lo patéticamente débil que era. Esperando cubrir sus deficiencias físicas con conocimiento, Hajime pasó la mayor parte de su tiempo libre en la biblioteca.

Miró el libro ilustrado durante un rato antes de suspirar repentinamente y lanzarlo sobre el escritorio. El bibliotecario pasaba por allí mientras lo hacía, así que Hajime se encontró con una mirada de reproche.

Hajime saltó, claramente sorprendido, y se disculpó apresuradamente. La mirada furiosa del bibliotecario implicaba que no toleraría que sucediera por segunda vez. ¿Qué demonios estoy haciendo? Hajime pensó con un suspiro.

De repente, Hajime sacó su placa de estado y la miró fijamente, con sus manos apoyadas en su barbilla.

Nombre: Hajime Nagumo  –  Edad: 17  –  Nivel: 12

Trabajo: Sinergista
Fuerza: 12
Vitalidad: 12
Defensa: 12
Agilidad: 12
Magia: 12
Defensa Mágica: 12
Habilidades:

• Transmutación
• Comprensión de Lenguaje

Ese fue todo el crecimiento que tuvo para mostrar tras dos semanas de entrenamiento duro.
¡Ni siquiera puedo decir que me he vuelto más fuerte! Hajime gritó internamente. En comparación, las estadísticas de Kouki habían crecido a un ritmo astronómico.

Nombre: Kouki Amanogawa Edad: 17 Nivel: 10

Trabajo: Héroe
Fuerza: 200
Vitalidad: 200
Defensa: 200
Agilidad: 200
Magia: 200
Defensa Mágica: 200
Habilidades:

• Afinidad Elemental
• Resistencia Elemental
• Resistencia Física
• Hechicería Avanzada
• Espadachín
• Fuerza Sobre Humana
• Habilidad de Armadura
• Mayor Recuperación de maná
• Detección de presencia
• Detección Mágica
• Ruptura de Limite
• Comprensión de Lenguaje

Su tasa de crecimiento fue cinco veces más rápida que la de Hajime. Y para empeorar las cosas, Hajime había descubierto que no tenía afinidad real para la magia.

¿Qué significaba exactamente no tener una afinidad mágica? Bueno, tenía que ver con cómo funcionaba la magia en este mundo. En el mundo de Tortus, la magia funcionaba de una manera muy específica. Cantando un conjuro, uno podía transferir su maná a un círculo mágico, y el hechizo inscrito dentro de ese círculo se activaría, lanzando así magia. Era imposible para cualquiera manipular directamente su maná, así que cada hechizo necesitaba su propio círculo mágico.

Además, la longitud de un conjuro era directamente proporcional a la cantidad de maná que se podía verter en un círculo mágico, por lo que la efectividad de un hechizo era directamente proporcional a la cantidad de maná utilizado para lanzarlo. Y cuanto más complicado era un hechizo, o cuanto mayor era el área de efecto que tenía, más inscripciones se necesitaban en el círculo mágico para completar el hechizo. Lo que naturalmente significaba que el círculo mágico también debía ser más grande.

Para la comparación, el hechizo de bola de fuego estándar que aparecía en la mayoría de los RPGs y similares normalmente requería un círculo mágico de unos diez centímetros de diámetro. Cada hechizo necesitaba las inscripciones básicas para el elemento, la fuerza, el alcance, la extensión y la absorción mágica (la cantidad de maná que alguien necesitaba para proporcionar el círculo mágico con el fin de activar el hechizo). Si uno quería añadir parámetros adicionales como la longitud, el hechizo se mantiene, luego inscripciones adicionales también eran necesarias para eso.

Sin embargo, había una excepción a esta regla. Y esa excepción era la afinidad mágica.

La afinidad mágica era básicamente una medida de lo bien que la constitución natural les permitía acortar las inscripciones. Por ejemplo, alguien con una afinidad por el elemento fuego ya no necesitaría añadir la parte del elemento de la inscripción a su hechizo siempre y cuando fuera un elemento basado en fuego. Las personas con aptitud para algo podían usar una imagen mental para reemplazar la inscripción. No necesitaban tallar la inscripción en ningún lugar del círculo mágico. Simplemente imaginando llamas mientras cantaban el hechizo, eran capaces de añadirle el elemento fuego.

La mayoría de la gente tenía algún nivel de afinidad mágica, lo que significaba que el círculo mágico mencionado de diez centímetros sería generalmente más pequeño. Sin embargo, Hajime no tenía absolutamente ninguna afinidad por la magia en absoluto, lo que significa que además de las inscripciones para las cinco propiedades básicas, tenía que incluir inscripciones para la trayectoria, extensión e incluso conclusión para cada uno de sus hechizos. Para él, el hechizo estándar de la bola de fuego requería un círculo mágico de dos metros de diámetro, haciendo la magia completamente inviable en combate.

En un tema algo relacionado, había dos tipos diferentes de círculos mágicos. El más común de los dos eran círculos mágicos dibujados sobre un tipo especial de papel desechable. El otro tipo eran círculos mágicos tallados en minerales específicos. El primero permitía muchas variaciones diferentes de hechizos, pero se quemaban después de un uso y su poder estaba generalmente en el lado bajo. Por otro lado, estos últimos eran voluminosos y limitados en los hechizos que podían lanzar, pero eran reutilizables y mucho más poderosos que sus contrapartes de papel. Los bastones de Ishtar y los otros sacerdotes llevaban todos los círculos mágicos de tipo mineral grabados en ellos.

Debido a sus estadísticas bajas, el combate cercano era imposible, y debido a su falta de afinidad mágica, tampoco podía confiar en la magia. La única habilidad que su trabajo le había proporcionado, Transmutación, simplemente le permitía transformar la forma de varios minerales, o forjarlos juntos en aleaciones. Era efectivamente inútil. También se le dijo que no había artefactos útiles para los sinergistas, y simplemente se le dio un par de guantes con círculos mágicos relacionados inscritos en ellos.

Después de mucho entrenamiento, finalmente fue capaz de hacer trampas y protuberancias en el suelo, y cuanto más entrenaba, más era capaz de incrementar sus tamaños, pero… tenía que estar en contacto directo con el objetivo para activarlos. Correr delante de un enemigo y luego agacharse para poner sus manos en el suelo no era mejor que el suicidio, así que incluso esas habilidades no le ayudarían realmente en el combate.

Durante las últimas dos semanas, Hajime había llegado a ser tratado como un completo desperdicio de espacio por sus compañeros de clase. Había intentado aumentar sus conocimientos como último intento para volverse útil de alguna manera, pero incluso esa perspectiva parecía tener pocas esperanzas, por lo que suspiraba cada vez con más frecuencia a medida que pasaba el tiempo.

Si voy a ser inútil por aquí, mejor me voy de viaje o algo así, pensó Hajime mientras miraba por la ventana de la biblioteca. Había llegado al final de su cuerda. Hajime había pasado las últimas dos semanas dedicándose más que nadie a las conferencias que se le daban sobre el mundo, pasando todo su tiempo pensando adónde ir.

Estoy pensando que la tierra de los semi-humanos sería probablemente la mejor… No puedo decir que he estado en otro mundo si no he visto ni siquiera un par de orejas de animal. Pero supuestamente su territorio está realmente en lo profundo del mar de los árboles. Y aparentemente son discriminados en todas partes, así que aparte de unos pocos esclavos, no se ve a muchos de ellos fuera de su tierra natal.

Según lo que Hajime había aprendido hasta ahora, los semi-humanos fueron duramente discriminados, por lo que vivían en las profundidades del bosque de Haltina para evitar el contacto con otras personas. Fueron supuestamente discriminados porque no poseían ningún maná.

La leyenda decía que a partir de Ehit, cada uno de los dioses formó con magia los cimientos del mundo. La magia que todos usaban ahora era supuestamente una versión deteriorada del poder que los dioses solían tener. Por esa razón, era creencia común que la magia misma era un regalo de los dioses. Por supuesto, dicha creencia fue fortalecida por el hecho de que la Santa Iglesia la predicaba como la verdad. Debido a eso, los semi-humanos, que no poseían maná y eran incapaces de usar magia, eran vistos como criaturas malvadas que habían sido abandonadas por los dioses.

Esto naturalmente había llevado a Hajime a preguntarse, “¿Pero qué hay de los monstruos?” Sin embargo, parecía que los monstruos simplemente eran considerados como desastres naturales, por lo que nadie los consideraba criaturas que habían recibido “la bendición de Dios” o algo parecido, y eran vistos como bestias salvajes. Qué interpretación tan conveniente, pensó Hajime, claramente disgustado.

Peor aún, aunque todos los demonios adoraban a un dios diferente del “Lord Ehit” de los humanos, también discriminaban a los semi-humanos.

Los demonios supuestamente tenían una afinidad mágica mucho más alta que los humanos, así que podían lanzar hechizos con conjuros mucho más cortos y círculos mágicos más pequeños que ellos. Residían en el centro del continente meridional, en el reino demoníaco de Garland. Aunque eran pocos en número, parecía que incluso los niños del reino eran capaces de ejercer una poderosa magia ofensiva. Así que, en cierto modo, cada ciudadano del reino era un soldado.

Los humanos de este mundo vieron a los demonios que adoraban a un dios diferente como sus enemigos mortales, gracias a las enseñanzas de la Santa Iglesia, y despreciaron a los semi-humanos como alimañas sin Dios. Y aparentemente los demonios no eran mejores. Aunque no podía estar seguro, Hajime adivinó que los semi-humanos sólo querían quedarse solos. Tenía sentido considerando lo exclusivos que parecían ser los otros dos grupos.

Hmm… Si navegar por el inmenso mar de árboles parece imposible, ¿entonces quizás debería intentarlo por el océano occidental? Si recuerdo bien, hay una ciudad llamada Erisen que está junto al mar. Si no puedo ver suficientes orejas de animales, al menos quiero ver sirenas. Criaturas fantásticas como ésas son el sueño de todo hombre. Además, quiero ver cómo son los alimentos marinos en este mundo.

La ciudad costera de Erisen era el hogar de un grupo de semi-humanos conocidos como marineros, y descansaba en las orillas del océano occidental. Eran el único grupo de semi- humanos que el reino protegía. La razón es que la ciudad producía cerca del 80% de los alimentos marinos del reino. Una razón práctica.

¿Qué pasó con ellos siendo una raza sin Dios? Hajime había pensado sarcásticamente cuando se enteró por primera vez de ellos.

Pero para llegar al mar occidental desde su ubicación, primero había que cruzar el desierto de Gruen. Dos lugares importantes que se utilizaron como marcadores de punto de referencia para los comerciantes en el desierto fueron el oasis Ducado de Ankaji y el Gran Volcán Gruen. Y el Gran Volcán Gruen era uno de los siete laberintos del mundo.

Los siete laberintos se referían a los siete lugares altamente peligrosos esparcidos por todo el mundo. Al suroeste del reino de Heiligh, entre la capital y el desierto de Gruen, se encuentra otro de ellos, el Laberinto del Gran Orcus. El Bosque de Haltina anteriormente mencionado también era otro de estos laberintos. Aunque se les llamaba los siete laberintos, en verdad, sólo tres de ellos habían sido documentados. El resto eran lugares que se creía existían debido a la evidencia proporcionada en libros antiguos y otros manuscritos similares.

Aunque su existencia no había sido confirmada, habían sido marcadas provisionalmente en los mapas. El desfiladero de Reisen, que dividía los continentes del norte y del sur, era uno de esos lugares, mientras que las cavernas heladas que yacían en los Campos de Nieve Schnee era otro candidato potencial.

Probablemente no podré atravesar ese desierto… En ese caso, la única forma en que podré ver a los semi-humanos es ir al imperio y ver a los esclavos que tienen, pero no estoy seguro de poder soportar ver a esas pobres orejas de los animales sufriendo como esclavos. El imperio al que se había referido era el Imperio Hoelscher. Era un país que se había formado hace trescientos años, durante una de las guerras más grandes entre humanos y demonios. Había sido formado por cierto grupo mercenario, y era un país militarista que contaba con una gran población de aventureros y mercenarios. Se atuvieron a la doctrina de que el poder hace lo correcto, y eran un país de reputación bastante desagradable.

Sus ciudadanos creían en usar todo lo que podían para promover sus propios fines, ya fueran esclavos semi-humanos o cualquier otra cosa, por lo que la trata de esclavos floreció allí.

El imperio estaba al este del reino, y entre ellos estaba la república mercantil independiente, Fuhren. Como su nombre lo indica, eran una ciudad neutral que no dependía de ninguno de los dos países para su apoyo. Siendo una república mercantil, ellos presumían de una gran cantidad de riqueza, y el flujo de dinero jugaba un papel importante en su política. Fue también lo que les permitió permanecer neutrales. Se decía que en esa ciudad se podía comprar cualquier cosa que el corazón quisiera, tal era su influencia económica.

Haaah, pero si alguna vez quiero volver a casa, no puedo huir… Esperen, mierda, ¡es casi la hora de entrenar! Dándose cuenta de que simplemente intentaba apartar la vista de la realidad, Hajime agitó su cabeza y abandonó rápidamente la biblioteca para no llegar tarde al entrenamiento. Solo era una distancia pequeña de la biblioteca al palacio, pero el bullicio de la capital se podía apreciar incluso en un trayecto tan corto. Las voces de los comerciantes que vendían sus mercancías se mezclaban con la risa alegre de los niños que jugaban y el regañón furioso de sus padres. La capital era una ciudad pintoresca y pacífica.

Como no parece que vaya a estallar una guerra pronto, tal vez pueda convencerles de que me devuelvan… Hajime soñó con lo imposible mientras volvía al palacio. Sólo quería evitar pensar en la desesperación que le esperaba una vez que llegara.