Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 1

Capítulo 22: El Choque de la Lanza y el Escudo

Habían alterado los jardines para hacer espacio para nuestro duelo.

Había antorchas por todo el perímetro, y todos los que estaban disfrutando del banquete vinieron a ver el combate entre héroes.

Pero por supuesto todos sabían ya cuál sería el resultado.

Yo no era capaz de atacar, y me iba a enfrentar al Héroe de la Lanza.

Pero esta no era una batalla entre el Héroe del Escudo y el Héroe de la Lanza. Esta era una batalla entre Motoyasu y yo. Él era demasiado orgulloso. No podía soportarle.

Aun así, cualquiera podría ver como acabaría todo.

Todos estaban gritando sus apuestas, y yo no podía oír nada además de todo el jaleo.

El castillo estaba lleno en su mayoría de nobles y caballeros, pero también había algunos aventureros aquí, gente que había luchado junto a nosotros contra la ola. Supongo que era natural que iban a hacer apuestas.

Así que aparentemente todos sabían que yo iba a perder, y querían aprovecharlo para ganar dinero.

Ren e Itsuki estaban observando desde la terraza de castillo mientras se reían.

Maldición. Maldición. Maldición. ¡Maldición!

Todos ellos, todos ellos querían librarse de mí.

Durante la batalla, ellos habían disparado fuego sobre mí.

Todo el mundo era mi enemigo. Todos eran enemigos que se reían de mí.

Muy bien. Todo lo que podía hacer era perder. Esa era mi única opción. Pero no iba a caer sin luchar.

Mírame, Motoyasu. Te odio. Te ODIO, más de lo que crees. Más de lo que te puedas imaginar. No puedes detenerlo.

—¡Ahora comienza el duelo entre el Héroe del Escudo y el Héroes de la Lanza! El duelo terminará cuando uno de los contrincantes no se pueda mover o admita su derrota.

Estiré el cuello, chasqueé los dedos, y me puse en posición.

—En una batalla entre un Escudo y una Lanza, ¿cuál ganará? Dadme un descanso. Estás cayendo.

Motoyasu se rascó la nariz y se rio de mí. Ugh, le odio.

—Ahora entonces…

Motoyasu, te mostraré que la victoria no significa solo derrotar a tu oponente.

La victoria consistía en conseguir tus objetivos. Nuestros objetivos eran diferentes desde el principio. La mejor lanza del mundo era la que mataba a sus oponentes, pero el mejor escudo del mundo era el que protegía a su portador. No intentaban realizar las mismas cosas en absoluto.

—¡Empezad!

—¡AHHHHHHHHHHH!

—¡GRAHHHHHHHHHHH!

Me preparé para el impacto y corrí hacia Motoyasu. Motoyasu preparó su lanza y corrió hacia mí. Él quería acabar esto con un solo golpe.

Repentinamente, estábamos muy cerca. Yo estaba en su rango, y él lanzó todo su peso contra la lanza y la empujó contra mí.

Si sabía desde donde vendría el ataque, probablemente podría defenderme de él.

—¡Puñalada Caótica!

La lanza de Motoyasu instantáneamente se dividió en múltiples lanzas, y todas vinieron hacia mí.

¡Una habilidad! Él realmente estaba yendo a por mí.

Pero él no podía detener mi avance. Protegí mi cabeza con el escudo y corrí hacia él.

Ugh… Lanzas afiladas golpearon dos partes de mi cuerpo: mi hombro y mi costado.

Eran arañazos, solo me habían rozado, pero el ataque de un héroe realmente era mucho más fuerte que el de los monstruos que habíamos enfrentado hasta ahora. Pero la habilidad tenía un tiempo de recarga, aparentemente, y ahora estaba en modo de enfriamiento.

—¡Toma esto!

Él se giró y empujó la cuchilla de su lanza hacia mí.

Eso era lo que hacía débil a una lanza. Era magnífica para pelear a cierta distancia, pero una vez que el enemigo se acercaba, se volvía difícil de manejar muy rápidamente.

Normalmente, él querría matar al enemigo antes de que se acercara demasiado. Pero él no pudo hacer eso porque mi escudo me dio suficiente defensa para pasar a través de su primer ataque.

Esquivé la puñalada de la lanza, puse todo mi peso en el escudo, y le empujé contra el suelo.

Después levanté mi puño y le golpeé justo en la cara.

¡Clang!

¡Maldición! Realmente no podía hacer ningún daño.

¿Era ese mi único ataque? No, tenía algo más.

Motoyasu sonrió cuando notó que mis ataques no le hacían daño. Se estaba riendo de mí.

¿Por cuánto tiempo pensaba que podría reírse de mí?

Aparté mi capa, saqué mi arma secreta y la empujé contra su cara.

—¡Ahh!

Todos habían ardido durante la lluvia de fuego, pero cogí algunos más durante el viaje al castillo.

—¿¿Qué demonios??

Ahaha… Motoyasu estaba gritando confundido.

El globo le mordió profundamente.

—¡Ouch! ¡Owww!

Le estaba mordiendo en su cara, en su pequeña y perfecta cara.

Eso es correcto, yo no podía atacar por mi cuenta. Es por eso que tenía estas armas especiales, diseñadas para atacar a otra gente, y se llamaban globos.

—¡Ahaaaa!

Puse dos en su cara, y después en sus piernas para evitar que escapase. Luego puse otro en su entrepierna para asegurarme.

—¿Qué demonios son estos globos?

La gente estaba gritando.

¡Como si me importara!

Puse todo mi peso en el globo, y me aseguré de que sus dientes se estaban clavando profundamente en su entrepierna.

—Qué… ¡Tú! ¡Te atraparé!

—¡Si de todas formas no puedo ganar, por lo menos puedo hacerte tan miserable como sea posible! ¡Empezaré con esa cara que usas para controlar a las chicas, y me encargaré de tu pequeño amigo que tienes ahí abajo! ¡Sin tú cara ni tus pelotas, no eres nada! ¡Mujeriego!

—¡¿Qué?! ¡Arghhhhhh!

—¡No te vas a levantar!

Intentó quitarse a los globos, pero yo le sujeté los brazos.

Eventualmente se las arregló para quitarse el globo de la cara, pero como estaba en el suelo, no podía balancear su lanza. Cuando se arrancaba un globo, yo le lanzaba otro, y él me compraba algo de tiempo.

Aunque no eran solo globos, también estaba usando Eggugs, y había tantos que intentar encontrar a Motoyasu era como buscar una aguja en un pajar.

Me estaba centrando únicamente en hacerle tan miserable como fuese posible.

Iba a perder yo de todas formas. Si era así, quería traumatizarle tanto como pudiese.

—¡Ahaaaaa!

—¡Maldito seas!

Intentó levantarse, pero lancé todo mi peso sobre él para mantenerle en el suelo y después lancé más globos.

Hey, si iba a perder de todos modos, había algo que quería intentar.

Cambié mi escudo al Escudo del Perro Negro de Dos Cabezas.

Motoyasu no podía poner ninguna fuerza en su lanza desde ese ángulo, así que yo era capaz de parar sus débiles ataques con el escudo.

Sonaba como clavos arañando una pizarra.

El efecto especial, Mordisco de Perro, se activó, y las cabezas de perro en el escudo aullaron y mordieron a Motoyasu.

Un contador apareció para el efecto del Mordisco de Perro.

El efecto duraría treinta segundos, y las cabezas de perro morderían al enemigo durante toda esa duración.

Normalmente la habilidad haría un poco de daño mientras sujetaba al enemigo, pero también podía utilizarla así.

—¡Ah, ouch!

¿Huh? Así que realmente le estaba hiriendo. ¿Tal vez podría ganar?

Si era así, entonces también tenía algunas otras ideas.

—¡Escudo de Ataque Aéreo!

Apareció sobre el estómago de Motoyasu, y su peso le empujó contra el suelo.

¡Esta era una nueva forma de usar esta habilidad!

—¡De…Déjame ir!

—¿Crees que puedes vencerme? ¡Hazlo entonces! ¡Cobarde!

Espero que haya estado pensando durante mucho tiempo en desafiarme, pensando que yo no tendría forma de resistirme.

Sostuve el Escudo de Perro y esperé a que Motoyasu girase su cara en mi dirección. Después empujé las cabezas contra él.

El efecto se activó, y ellas se lanzaron contra su cara.

—¡Maldición! ¡Argh!

—¿Y a mí que me importa?

Oh mierda… El efecto del Escudo de Ataque Aéreo se había terminado.

—¡Escudo Prisión!

—¡Ugh!

Ahora él estaba atrapado en una gran jaula. Él nunca sería capaz de escapar, rodando sobre su espalda. Lancé todavía más globos y Eggugs contra él.

¡Podía ganar esto! Él no tenía ninguna experiencia luchando contra otros humanos, ¿verdad?

—¡Guh!

El Escudo Prisión se rompió. Pero el tiempo de enfriamiento para el Escudo de Ataque Aéreo ya había acabado, así que invoqué otro Escudo de Ataque Aéreo al mismo tiempo.

Los globos seguían mordiéndole, y cada vez que encontraba una apertura, me abalanzaba sobre él con el Mordisco de Perro. ¡Podía ganar esto!

—¡Date prisa y admite la derrota! ¡¿Quieres ganar tras hacer el ridículo de esta forma?!

—¡¿Qué le está haciendo el Héroe del Escudo al Héroes de la Lanza?!

La gente comenzó a quejarse. ¿A mí que me importa? ¿Por qué debería hacer caso a la gente que escuchó en silencio mientras yo era acusado?

—¿Va a ganar el Héroe del Escudo?

—No, ¿eso no puede ser…?

Se estaban volviendo locos.

—¿Has oído eso, Motoyasu? Ríndete. ¡Has perdido!

—¿Rendirme? ¡Ha!

—¡Entonces te sujetaré hasta que no puedas soportarlo más! ¡Yo realmente estoy ganando!

Miré al rey. Él estaba viendo el combate, como si fuera el juez. Él obviamente estaba mirando el combate, mientras estaba planeando hacer algo. ¿Pero qué?

Todo lo que yo podía hacer era seguir atacando la cara y las extremidades de Motoyasu.

Si no lo hacía, sería como si ellos no pudiesen decir quién estaba ganando.

O eso pensaba…

—¡Agh!

Alguien me empujó con fuerza desde atrás, y yo me tambaleé.

Miré alrededor salvajemente, desorientado, mientras buscaba al atacante.

¡Después la vi, esa mujer! ¡Myne!

Se estaba escondiendo entre la multitud, pero su brazo estaba levantado y su palma apuntaba hacia mí.

Debió haber sido algún tipo de magia de viento.

Creo que se llamaba “Ráfaga de Viento y era una magia que lanzaba un puñetazo de viento contra el objetivo.

Era un puño hecho de aire, así que naturalmente era transparente. A no ser que lo mirases a propósito, serías incapaz de verlo.

Myne sonrió y me sacó la lengua.

—¡Arrrrghhhh!

Mis gritos fueron ahogados por Motoyasu, que había conseguido levantarse, y después hizo su repentino contraataque.

Él reventó todos los globos, y apuntó su lanza hacia mí.

Me había quedado sin globos. Todo lo que podía hacer era utilizar un escudo que pudiese contraatacar.

¡Menudo cobarde!

El resto fue muy unilateral.

Todo lo que yo podía hacer era usar el Mordisco de Perro contra él.

Finalmente, caí al suelo tras recibir muchos de sus ataques, y Motoyasu, respirando pesadamente, puso la punta de su lanza en mi cuello.

—Huff… Huff… Yo… ¡He ganado!

Se veía en mucho peor estado que al final de la ola de la destrucción, pero se giró hacia el público y anunció su victoria.