Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 1

Capítulo 18: Armadura de Bárbaro

—Vaya, pero si es nuestro pequeño Héroe del Escudo. Ha pasado una semana.

Cada vez que volvíamos a la Ciudad del Castillo, solo visitábamos la zona de la ciudad en la que estaban las tiendas.

El dueño de la tienda de armas, por alguna razón, se quedó mirando a Raphtalia sorprendido.

—Ha pasado un tiempo, así que puede que mi memoria me esté fallando… pero realmente has crecido en una buena mujer, ¿verdad?

—¿Huh?

No tenía ni idea de lo que estaba hablando. El viejo estaba diciendo sinsentidos.

—Sí, y también has engordado un poco. Eras todo piel y huesos la última vez que te vi.

—¡Hey, ten cuidado con cómo lo dices!

Raphtalia se frotaba las manos y se reía mientras respondía.

Ugh, esa actitud me iba a volver loco. Me recordaba a ella…

—¡Gahahaha! Realmente has criando a una chica linda.

—¿Criarla? Ella solo ha subido unos niveles.

Hace una semana, ella estaba en el nivel 10, pero ahora estaba en el nivel 25. Supongo que los niveles estaban afectando su apariencia.

—Huh… ya no eres tan amigable, ¿verdad, chico?

—No sé de qué estás hablando.

Cualquiera la miraría y vería a una linda chica de unos diez años. Había estado dándole buena comida últimamente, así que había ganado un poco de peso, supongo.

Ella siempre se estaba quejando de que tenía hambre, por lo que cada vez que matábamos algún monstruo, yo cocinaba un poco de su carne para ella. Estaba un poco preocupado por el balance nutricional, así que intentaba usar tantas hierbas y vegetales como pudiese cuando cocinaba su carne.

Había dejado de toser. La medicina que le había estado dando debe haber tenido algún efecto.

—¿Qué habéis estado haciendo durante esta semana? ¿Solo luchar?

—Uno de los posaderos me enseñó los modales en la mesa porque quería comer apropiadamente, como Naofumi-sama.

—Entonces supongo que todo está yendo bien.

El viejo parecía estar de muy buen humor.

Tal vez podría usar eso para conseguir un descuento en nuestro equipamiento.

Sigue haciéndole la pelota, Raphtalia.

—Entonces, ¿qué puedo hacer hoy por vosotros?

—Queríamos conseguir equipamiento nuevo.

Dije, señalando a Raphtalia. Ella repentinamente frunció el ceño, y agarró mis hombros.

—¿Oh? ¿Pensaba que estábamos aquí para conseguir equipamiento para TI?

—Lo sé, lo sé. Relájate, ¿vale? ¿Por qué te estás molestando?

—Creo que sabes por qué.

—Solo estaba intentando prepararme para la ola, pero lo que sea.

—¡Huh! Muy bien, ahora veo qué clase de hombre eres, Y qué es lo que esa chica quiere decir.

No tengo ni idea de lo que estaban diciendo estos bichos raros. Ya habíamos decidido comprar equipo para mí.

—¡Entendido! Así que estáis buscando algo de defensa, ¿cierto? ¿Cuál es vuestro presupuesto?

—Mantenlo por debajo de 180 monedas de plata.

Dijo Raphtalia, hablando antes de que yo pudiera decir una palabra.

Hombre, realmente estaban empezando a molestarme. ¡Si se gastaba todo mi dinero, no podríamos comprarle a ella ninguna buena arma!

—Muy bien… Con un presupuesto como ese, lo que estáis buscando es una cota de malla.

—¡¿Cota de malla?! ¡Ha!

Antes de que me diera cuenta, este abismo de odio e ira empezó a agitarse dentro de mí. De repente me sentí triste, como si tuviera que volver a comprar el equipamiento que ya había tenido.

—Bueno, si mi pequeño Chico del Escudo lo odia tanto…

Se rascó la nariz, entendiendo instantáneamente porque estaba tan enfadado. Entonces comenzó a mirar alrededor buscando otra cosa.

—Es un poco ajustado, considerando vuestro presupuesto, pero podríais conseguir una armadura de hierro.

Estaba apuntando a algo en la pared.

Había una placa de hierro forjado. Parecía el tipo de armadura que se ve en los castillos.

Sin embargo, ya sabía lo que iba a decir: la armadura era pesada, no te podrías mover bien con ella, si te caes, no te podrás volver a levantar, si caes en un pantano, morirás tratando de salir. Decían todas esas cosas en mi mundo también.

—Si fueras lo suficientemente fuerte, estarías bien, pero el verdadero problema es que no hay ninguna pieza de ‘Estela Aérea’

—¿’Estela aérea’?

—Sí, es un tipo de proceso de producción que permite que la pieza absorba la magia del portador para hacer la armadura más ligera de lo que es en realidad. Es realmente impresionante.

—Ya veo.

Supongo que eso significa que, en este mundo, era mucho más difícil moverse con armaduras que no estuviesen hechas con ‘Estela Aérea’.

Pero no… Él dijo que, si era lo suficientemente fuerte, estaría bien. Pero yo no era muy fuerte.

—Parece que, si quitases las partes más pesadas, se volvería más ligera, y más barata…

—Sabes, pensé que podrías decir eso.

—Me conoces demasiado bien.

—Podrías comprar solo el peto, eso sería lo suficientemente barato, pero no te protegería tanto.

—Bueno, necesito más defensa, pero si no me puedo mover no sirve para nada.

Podría ser un buen muro, pero si no me podía mover, ¿cómo podría defenderla?

Decidí evitar cualquier armadura que sacrificase mi movilidad.

¿Qué hay del proceso de ‘Estela Aérea’? Me pregunto cuánto costaría hacerlo.

—O… Si me traéis algunos materiales, podría hacer algo a medida.

—Genial. Me encantan esas cosas.

—Parece que podrías… Eso creo.

El dueño extendió un pergamino que estaba garabateada con diagramas y listas de materiales.

—No puedo leerlo.

No podía leer nada en este mundo. El escudo estaba traduciéndolo todo para mí, así que nunca tuve que pensar en ello.

El dueño de la tienda parecía preocupado mientras explicaba el proceso.

—Necesitarás comprar algo de bronce barato y hierro aquí. Después trae piel de Usapil y de Puercoespín, y también algunas plumas de PikyuPikyu.

—Ya tengo las pieles y las plumas.

Raphtalia, viéndose muy satisfecha consigo misma, buscó en nuestra bolsa y sacó las pieles y las plumas. Habíamos estado usándolas para calentar nuestras camas por las noches… Pero no importa.

—Parecen un poco desgastadas, pero nada que no pueda usar.

—¿Y qué puedes hacer con estas cosas?

—Armadura de Bárbaro. En la defensa, es similar a la cota de malla reforzada, pero es mucho más cálida, y protege un área más amplia.

—Hmmm…

Armadura de Bárbaro… Suena como algo peligroso.

—Además, si traes unos huesos, podemos añadirle algún efecto mágico. Pero eso se puede hacer después, así que simplemente trae las cosas cuando las consigas.

—Gracias. Es una gran ayuda. Okay, iremos a conseguir algo de bronce y hierro.

—¡Sí! ¡Vamos! ¡Vayamos ahora mismo!

Raphtalia casi explota de la emoción. Agarró mis manos y me arrastró.

—¿Por qué estás tan emocionada?

—Porque ahora empezarás a verte como un verdadero Héroe. ¡Tenemos que darnos prisa!

—Um… Bueno, okay.

Supongo que, como dijo ella, realmente me veo como un simple aldeano normal. No es que la Armadura de Bárbaro vaya a hacer que me vea mucho mejor – pero será mejor que nada. Visitamos al herrero y compramos algo de bronce y hierro.

Supongo que la tienda de armas tiene algún trato con la herrería, ya que conseguí los materiales por un precio más bajo de lo que me esperaba.

Y ese tipo, también, seguía diciendo que me bajaría el precio porque Raphtalia era muy linda, y muy encantadora, y cosas así. El herrero la estaba mirando mientras sonreía, y cuando ella lo notó respondió con una sonrisa y agitó sus manos hacia él.

Me hizo querer dar una clase sobre la pedofilia, y sobre lo extendida que estaba en este mundo.

—Muy bien, eso ha sido fácil. Ya tenemos los materiales.

—Eres muy trabajador, pequeño Chico del Escudo.

—Claro, pero creo que todos tus amigos son Lolicon. Me gustaría señalar a dos o tres de ellos.

—¿Lolicon? ¿De qué estás hablando?

—¿No lo sabes? Creía que el escudo lo traduciría por mí.

—Nah, lo entiendo. Simplemente no creo que conozca a nadie al que le gusten las niñas pequeñas.

—Todos siguen diciendo que bajarán el precio porque Raphtalia es muy linda.

—Hey… ¿Quieres decir que realmente no lo sabes?

—¿Saber qué?

—Ya, ya… No hay necesidad de seguir con eso.

Raphtalia estaba moviendo la cabeza vigorosamente.

El viejo suspiró pesadamente, como si no pudiera creer lo que estaba oyendo, luego entrecerró los ojos y los dirigió en mi dirección.

—Lo tendré terminado para ti mañana. Hazme un favor y espera hasta entonces.

—Eso es muy rápido. Pensaba que tardarías por lo menos unos días.

—Eso es lo que tardo para la gente que no conozco, ¿pero para ti? Tú eres mi pequeño Héroe del Escudo.

—Supongo que debería estarte agradecido.

—Ahaha, me estás avergonzando.

Ahora me siento estúpido por expresar mi gratitud.

—Muy bien, ¿y cuánto costará esa armadura hecha a medida?

—Incluyendo el precio de los materiales… Puedo hacerlo por 130 monedas de plata. También incluiré las opciones de modificación en ese precio.

—¿Te refieres a los huesos? ¿Y solo tengo que traerlos?

—Correcto. Entonces la modificaré gratis, pero no puedo ponerlo más barato que esto.

—Es justo. Suena bien.

Cogí 130 monedas de plata de mi bolsa y se las pasé.

—Gracias.

—Por ahora, ¿qué armas podemos conseguir por 90 monedas de plata?

—¿Para la muchacha?

—Sí.

La espada que ella había estado usando ya estaba totalmente afilada. Y todavía teníamos la que estaba vieja y oxidada. La saqué.

—Raphtalia.

—Sí.

Sacó la espada de su cintura y la dejó sobre el mostrador.

—Cambiaremos estas también, si podemos.

—Bueno, bueno, parece que esta vez has cuidado bien de ella.

—Mi escudo lo hizo.

Había desarrollado el hábito de poner la espada en el Escudo Afilador mientras dormíamos, así que siempre estaba como nueva por la mañana. Se mantenía muy afilada.

—Tienes un buen escudo. Quiero uno para mí.

—Sí, pero no puedo utilizar ningún arma.

Mi poder de ataque era tan bajo que yo era básicamente un muro defensivo.

Si a él le pareciese bien eso, entonces se lo daría en ese mismo momento. Aunque no es como si pudiera, de todas formas.

—Eso complica las cosas.

Soltó una vulgar y fuerte carcajada que realmente me puso de los nervios. Así que cambié el tema.

—Esa vieja espada oxidada parece mucho mejor ahora. Ese escudo tiene algunas habilidades impresionantes.

Parecía sorprendido, mientras giraba la espada en sus manos, inspeccionándola.

—Bien… hmm… supongo que podríamos empezar con una espada mágica de hierro.

Recuerdo haber oído sobre eso. Era mejor que lo que ella tenía ahora.

—Estoy seguro de que está tratada con una cubierta de ‘Sangre Limpia’, ¿verdad?

—Ah, por supuesto. Lo haré gratis. Además, puedo ver qué tan duro estás trabajando.

Era un buen tipo. Pensando en ello, él me había ayudado, constantemente, desde el principio.

—Gracias…

Le di las gracias de corazón.

—Claro chico. Tus ojos se ven igual que la primera vez que nos encontramos. Eso está bien. Me has enseñado algo bueno.

Parecía satisfecho, y le dio la espada mágica a Raphtalia.

—Cualquiera se puede volver más fuerte si tiene armas fuertes. Pero si tus habilidades no son suficientes para la tarea, deberías sentirte mal por la pobre arma. Sé que vosotros dos no la desperdiciaréis. Buena suerte, y sigue así, chica.

—¡Gracias!

Sus ojos estaban brillando mientras metía la espada en la funda de su cinturón.

—Bien entonces, volved mañana sobre esta hora.

—Okay.

—¡Muchas gracias!

—Largaos de aquí.

Así que dejamos la tienda.

Una vez fuera, vi lo alto que estaba el sol en el cielo y noté que era la hora de comer.

Nada de lo que comía tenía sabor, pero aun así tenía hambre.

Después de las compras, nos quedaban 10 monedas de plata. ¡Toda una semana de trabajo se ha ido, así como así!

No importa. Si la nueva arma era mucho mejor, entonces podría pensar en ella como en una inversión. Y hay muchas maneras de conseguir dinero.

—Hey, ¿quieres ir al restaurante al que fuimos la última vez?

—¿Podemos?

—Claro, y puedes comer lo que quieras.

—¡Para ya! Sabes, no sigo siendo una niña.

Ella había estado contenta todo el día, pero su humor cambió hacia mí instantáneamente.

¿Por qué los niños siempre actúan como si fueran adultos?

Supongo que estaba entrando en la fase rebelde.

—Vale, vale, entiendo. Pero aun así quieres comer. Así que vamos.

—Naofumi-sama, tú simplemente no escuchas, ¿verdad?

—Lo que sea, no tienes que fingir ser una adulta. Vamos… quiero decir, quieres comer, ¿no?

—¿Y qué? ¿Crees que eres todo poderoso, y puedes ser amable conmigo y todo será genial? ¡No necesito tu caridad!

Oh geez… otro niño enfadado.

Entramos en el restaurante del menú para niños.

—¡Bienvenidos!

El personal se había vuelto mucho mejor. Nos llevaron a una mesa.

Me pregunto si era por el corte de pelo que le había hecho a Raphtalia. Estaba fatal la última vez que vinimos.

—Yo tomaré la comida más barata que tengáis. Ella quiere el menú para niños con la banderita.

—¡Naofumi-sama!

La camarera miró al menú, y después una y otra vez a Raphtalia y a mí. Se veía como si estuviese en una posición difícil.

—Voy a tomar la comida más barata también.

—Oh, sí. En seguida.

—¿Qué pasa contigo? ¿Realmente no te gusta?

—Ya te lo he dicho, estoy bien.

—Hmmm…

Oh bueno, simplemente la dejaré hacer lo que quiera.

Esa era mi responsabilidad. Y yo le había dicho que podía pedir lo que quisiera.