Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 1

Capítulo 10: Menú para Niños

—Oh geez…

Fuimos a la tienda de armas, y el propietario se apoyó en el mostrador y suspiró cuando me vio entrar con Raphtalia.

Correcto. Quería poder de ataque, eso era. Si no conseguía algunas armas, todo esto no tendría ningún sentido.

—Dame un arma que esta chica pueda usar. Mantenlo por debajo de las seis monedas de plata.

—… Hmph.

El propietario suspiró otra vez. —No se sí el país está equivocado, o si simplemente tú estás podrido. Lo que sea. 6 monedas de plata, ¿no?

—Sí. ¿Y tienes alguna otra ropa o capas por ahí?

—… Claro. Puedes llevártelas gratis.

El propietario murmuró tranquilamente mientras ponía unos cuchillos en el mostrador.

—Con tu presupuesto, serían estos.

De derecha a izquierda, había cuchillos de bronce, acero, y hierro.

Aparentemente el precio cambiaba en función del tipo de empuñadura.

Hice que Raphtalia los cogiera y después elegí el que pensé que la encajaba mejor.

—Este.

Raphtalia, con el cuchillo en la mano, parecía pálida. Miró al propietario, después a mí.

—Y aquí están tus ropas y tu capa.

El propietario los lanzo bruscamente hacia mí antes de guiarnos al probador.

Le di a Raphtalia el cuchillo y la ropa y la mandé dentro. Ella se agachó en el interior, y estuvo tosiendo todo el tiempo mientras se cambiaba.

—Probablemente deberíamos darte un baño.

Había un río que fluía por los campos. El río que recorría el país se dividía en otros tres ríos, y yo había movido mi zona de caza en esa dirección recientemente. Había peces en el agua, y si me las arreglaba para capturar uno, me ahorraría el dinero de la cena.

Había peces que podías atrapar con las manos desnudas, lo cual conseguí una vez, y al hacerlo desbloqueé el Escudo de Pesca, y su habilidad: Pescar +1.

Ella terminó de cambiarse en silencio y entonces corrió hacia mí. ¿Seguramente sabía que desobedecerme solo la traería más sufrimiento? Mantuve los ojos en ella, tomé asiento, y empecé a hablar.

—Okay, Raphtalia, esta es tu arma. Quiero que la utilices para combatir monstruos. ¿Entiendes?

—…

Ella mantuvo sus ojos aterrorizados fijos en mí y asintió.

—Muy bien, entonces te daré este cuchillo…

Entonces levanté mi capa para revelar los Globos Naranjas que llevaba. Cogí uno y se lo acerqué a Raphtalia.

—Apuñálalo, y reviéntalo.

—¡¿Heee?!

Cuando sostuve al globo, ella soltó un grito de sorpresa y parecía tan desconcertada que estaba a punto de soltar su cuchillo.

—Yo… uh…

—Es una orden. Hazlo.

—Yo… No.

Ella obstinadamente negó con la cabeza. Pero era una esclava, y había magia que la castigaría por desobedecer.

—Ugh…

—¿Ves? Si no le atacas, eres tú quien termina herida.

¡Cough! ¡Cough!

Su cara estaba torcida por el dolor, y sus manos estaban temblando. Ella apretó el cuchillo.

—Tú…

Murmuró el propietario, mirando hacia nosotros desde el mostrador.

Raphtalia calmó sus nervios, se preparó y apuñaló al globo por detrás.

—¡Eres débil! ¡Esfuérzate más!

—¡¿…?! ¡Pero!

Ella había sido repelida hacia atrás por su ataque. Recuperándose, se estabilizó y se lanzó a por otro ataque.

El globo explotó con un sonoro pop.

EXP 1

Raphtalia ha ganado un punto de experiencia

Las palabras aparecieron ante mí, diciéndome que un miembro del grupo había derrotado a un enemigo, lo que me hizo preguntarme algo.

Ella. Ella nunca se unió a mi grupo, así que aparentemente nunca tuvo la intención de ayudarme.

—Buena esa.

Le froté la cabeza. En respuesta ella me miró confusa.

—Muy bien, siguiente.

El globo más fuerte había estado mordiéndome el brazo durante una semana entera. Lo arranqué y se lo acerqué a Raphtalia, igual que antes. Debería haberse debilitado un poco, estando pegado a mi brazo sin comida ni agua durante una semana. Incluso una débil niña pequeña, de nivel 1, debería ser capaz de reventarlo.

Ella asintió con determinación y entrecerró los ojos antes de atacar al globo por detrás.

EXP 1

Raphtalia ha ganado un punto de experiencia

¿Huh? Había un icono parpadeando en mi campo de visión.

—Parece que estás a la altura. Empecemos.

—…Cough.

Le dije que envainara su arma, y ella hizo lo que le ordené.

—Oh, hey, lo había olvidado.

—¿Qué?

El propietario de la tienda todavía me estaba mirando.

—Tendrás una vida difícil y una muerte cruel.

—Muchas gracias.

Respondí a su sarcasmo con sarcasmo.

Dejamos la tienda y nos dirigimos a los campos. Caminando por la calle principal, Raphtalia parecía asombrada por las tiendas. Ella sujetó mi mano mientras caminábamos y lanzó miradas hacia la izquierda y la derecha. En nuestro camino a través de la ciudad, ambos nos paramos en seco debido a un delicioso olor flotando en el aire.

Todavía tenía… 3 monedas de plata. Pensando en ello, tenía mucha hambre.

Podía escuchar el estómago de Raphtalia rugir a la vez que el mío.

La miré y…

—¡Ah!

Ella rápidamente agitó la cabeza, negando el rugido de su estómago. ¿Por qué lo negaba tan seriamente?

Necesitaba que Raphtalia fuera fuerte si quería conseguir dinero. No tenía sentido comprar un cuchillo si no lo mantenía afilado. Si ella estaba hambrienta, no lucharía tan bien como podía. Miré alrededor buscando un sitio barato en el que comer.

Encontré uno, y mientras entraba…

—¡Adelante!

El lugar estaba un poco lleno, y la camarera parecía un poco confusa mientras nos guiaba hacia nuestro sitio. En nuestro camino hasta la mesa, Raphtalia miró a una familia comiendo a través de la habitación. Ella fijó su mirada en ellos. Los niños estaban comiendo una comida para niños, y ella lo estaba mirando con envidia.

Así que eso era lo que quería. Tomamos asiento, y pedí antes de que la camarera tuviese la oportunidad de irse.

—Yo tomaré la comida más barata. Ella tomará lo que sea que esté comiendo ese niño de allí.

—¡¿Qué?!

Raphtalia se giró hacia mí sorprendida. No entiendo que es tan sorprendente sobre esto.

—Muy bien señor. Serán 9 monedas de bronce.

—Claro.

Le di una moneda de plata, y recibí el cambio.

Esperamos en silencio a que llegara nuestra comida, y Raphtalia miró por todo el restaurante. Noté miradas viniendo de varias mesas en mi dirección mientras murmuraban entre ellos.

Odiaba a todo este mundo.

—¿P…Por qué?

—¿Hm?

Raphtalia dijo algo, así que bajé la mirada hacia ella. Ella estaba mirándome hacia arriba con un aspecto confundido. Supongo que pensaba que era extraño que la alimentara con comida real, considerando que era una esclava.

—Te veías como si quisieras comerlo. ¿Quieres otra cosa?

Ella agitó su cabeza.

—¿Por qué está… dándome de comer?

—Ya te lo he dicho… parecía que querías comer.

—Pero…

Seguro que es obstinada.

—De todas formas, come, y coge algo de fuerza. Si caminas por ahí estando tan delgada, acabarás muriendo.

Incluso si ella moría, podía usar el dinero que conseguimos para comprar un nuevo esclavo.

—Aquí tienen.

Dijo la camarera, trayendo nuestra comida. Ella dejó la comida para niños delante de Raphtalia, y una comida de Bacon delante de mí. No sabía a nada. ¿Estaban todos burlándose de mí? ¿Por qué era toda la comida tan insípida? Todos los demás parecían estar disfrutando sus comidas, pero debían tener sabores extraños.

—…

Raphtalia estaba mirando la comida.

—¿No vas a comer?

—¿…Puedo?

—Sí, puedes. Date prisa.

Tras oír mi orden, ella pareció relajarse un poco.

—Okay.

Dudó por un momento antes de finalmente atacar a su comida con las manos.

Bueno, ella era una esclava, después de todo. No podía esperar que tuviese buenos modales en la mesa.

Me pareció que los murmullos alrededor nuestras estaban aumentando, pero no era nada para preocuparse.

Raphtalia cogió la pequeña bandera de su pollo y arroz y la sostuvo tímidamente mientras atacaba al resto de la comida.

—¿Qué tal está?

—¡Delicioso!

Supongo que yo era el único que no encontraba la comida muy buena. ¿O tal vez ella era cómplice de los demás? Sin embargo, los esclavos no deberían poder mentir… debido a ese hechizo bajo el que se encuentran. ¿Pero y si todo era un engaño? ¿Y si en realidad ella no era una esclava? Ni siquiera sabía cómo empezar a pensar en ello.

De todas formas, almorcé con mi esclava y pensé sobre dónde ir después.