Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 12: La Canción de Cuna de la Mujer Paladín

Capítulo 5: ¡Un Banquete con este Conde Demonio!

Parte 9

“… No hay nada que pueda decir”.

“Si, en serio.”

Tras abandonar el castillo del conde Zereschrute, Darkness abatida y yo íbamos en el carruaje de regreso a la ciudad para buscar un lugar donde pasar la noche.

“… No esperaba que tú y ese demonio fueran tan compatibles”.

Dije mientras estaba sentado al lado de Darkness.

“… No hay nada que pueda decir”.

“Sí, realmente es así”.

Zereschrute, el Señor de la Brutalidad.

Realmente hace honor a su nombre una vez que comienza a pelear.

“… No esperaba que realmente te olvides de que estuve allí y lo disfrutaras completamente…”.

“¡Oye, no hagas que suene tan obsceno! ¡Esa es la primera vez para mí también! Pensar que podría estar ocultando algo tan horrible bajo ese lindo exterior…”.

Durante la batalla entre el pingüino y Darkness, el pingüino desabrochó la cremallera de su espalda, y desde dentro apareció…

“Bueno, terminé viendo algo increíble, así que supongo que está bien…”.

“¡Por favor olvídalo! ¡Uf, primero Vanir y ahora Lord Zereschrute, realmente odio lidiar con los demonios!”.

Por su honor, tal vez sea mejor que no recuerde lo que sucedió.

“Es una gran cosa que los demonios no tengan sexo, de lo contrario…”

“¿No dijiste que te gustaba hace poco…?”.

Frente a mi mirada de reproche, Darkness desvió la mirada.

Aún así, ¿qué deberíamos hacer ahora?

Ese pingüino estaba tratando de hacer que Darkness sintiera miedo, pero en cambio ella terminó feliz más allá de lo que se podría creer.

Después de no poder obtener las emociones oscuras que deseaba, eventualmente perdió interés y nos envió lejos.

A juzgar por cómo están las cosas, es poco probable que nos dé otra oportunidad de negociar…

Justo cuando estaba preocupado por esos asuntos, vi la figura de un ladrón familiar por delante.

“Oye, Darkness, mira eso”.

“… Realmente, no hay nada que pueda decir… ¿Es Chris? ¿Qué está haciendo ella aquí?

La figura de pelo plateado que nos saludó mientras corría hacia nuestro carruaje es en verdad mi Big Boss, Chris.

No tengo idea de por qué ella aparecería en esta ciudad.

Chris corrió hacia la Darkness aún abatida y,

“Oye, tu viejo amigo ha venido a ayudar”.

La saludó con una brillante sonrisa en su rostro.