Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 5: ¡Volviendo a los Orígenes con estos Aventureros!

Parte 3

―¡El grifo ya apareció~!

Incluso los aventureros más valientes, que habían venido con mucho ánimo y querían ayudar a Megumin a cumplir la misión más difícil de todas, se quedaron petrificados con echar tan sólo un vistazo a la enormidad del grifo.

―¡Kazuma! ¡Es más grande de lo que nos habíamos imaginado! Con un pico así de enorme, ¿no será un pariente del Emperador Zell?

―¡¿Podrías dejar de decir estupideces?! ¡M-Megumin, ve y usa tu magia! ¡La mantícora todavía no ha salido, así que olvidémonos de ella y ocupémonos primero del grifo! ¡Esta cosa tiene que ser nuestra máxima prioridad!

―¡E-E-E-E-Entendido! ¡Yo me encargo!

Y por supuesto, nosotros fuimos los únicos de todo el grupo que no se quedaron paralizados. Megumin comenzó a realizar su conjuro, y cuando la oyeron, los aventureros volvieron en sí y prepararon sus armas.

―¡Muy bien, yo seré el cebo! ¡Éste será mi gran momento; debo convencer a Komekko de que la chica con armadura también es muy fuerte! ¡Puede que nos estemos enfrentando a un grifo, pero no hay nadie más con él! ¡Nosotros somos muchos, y si concentramos la determinación de cada uno, sin duda venceremos!

Darkness se lanzó en solitario hacia el frente sin miedo a encontrarse directamente con el grifo. Como si su valentía les hubiera dado fuerzas, los aventureros que se encontraban en la parte delantera del grupo comenzaron a correr tras ella. Los magos también se prepararon para lanzar cada uno su propio hechizo según su especialidad. Pero justo en el momento que Darkness estaba alcanzando al monstruo, otra sombra se abalanzó entre el grupo de ataque contra el grifo y nosotros los que estábamos en la parte más retrasada.

―Vaya, ésa no es forma de hacer las cosas. Es cierto que ese grifo resulta bastante molesto, pero si no fuera por él, ustedes los humanos ya habrían invadido esta montaña.

Una criatura con cabeza humana, cuerpo de león también, la cola de un escorpión y las alas de un murciélago. Ésta era una criatura demoníaca tan desagradable como el monstruo de Frankenstein: la mantícora.

Darkness y el resto de aventureros guerreros quedaron atrapados entre las dos horribles bestias, aislados. El corte repentino en nuestra formación provocó que los magos entraran en pánico. Justo cuando Darkness desenvainó su espada frente a la mantícora y dijo “yo me ocupo de esto”, el monstruo apenas se molestó en echarla un vistazo y entonces… ¡batió las alas y se alzó rápidamente en el aire con un objetivo fijado…!

―¡V-Viene hacia aquí! ¡Oye, Megumin, ese maldito bastardo viene a por ti! ¡Deja tu conjuro para más tarde; si no salimos de aquí ahora mismo nos dejará para el arrastre!

―¡E-E-E-Espera un momento, Kazuma! ¡Deja de sacudirme! Las mantícoras tienen mucha inteligencia. Seguro que se ha visto en peligro por la amenaza de mi conjuro y por eso nos ha señalado como su principal prioridad. ¡A-Ah, ahí v-viene!

Esto no podía estar pasando. Ahora aunque pidiésemos auxilio, los aventureros se encontraban demasiado ocupados atacando al grifo mientras Darkness lo distraía, de modo que no vendrían en nuestra ayuda.

¡Pero yo no soy del tipo que se asusta!

Saqué el arco que llevaba a la espalda y apunté con firmeza.

―¡Cómete esto! ¡Tiro Certero!

Puse rápidamente una flecha y la disparé al cuerpo de la mantícora. ¡Entonces, se dirigió con total precisión y…!

―…¿Qué demonios ha sido eso?

La flecha que había lanzado se desintegró en el aire como si nada. El culpable de esto fue la cola del monstruo.

―¡Megumin~! ¡Ha evitado mi flecha, ¿y ahora qué hacemos?!

―¡Lo que pasa es que sencillamente no ha sido suficiente fuerte! ¡Las mantícoras son monstruos de alto nivel y no deberían estar cerca de un lugar como éste! ¡Para ellas, los ataques de los aventureros novatos no son más que una molestia!

Megumin me gritó mientras reanudaba el encantamiento del conjuro Explosión.

¡No pienso dejar que esta vez interrumpas su conjuro…! ¡Ah, mierda!

―¡Ajá! ¡Sin duda das la impresión de ser todo un caballero, pequeño! ¡Oye, ¿te gustaría ver lo que puedo hacer con este látigo que tengo por cola?!

―¡¿Eh?!

La mantícora dijo algo alarmante en todos los sentidos, y entonces desplegó su cola de escorpión gigante para hacerla descender hacia mí a toda velocidad. Lo único que pensé en ese momento fue proteger a Megumin, por lo que me puse delante de ella y pronuncié el nombre de un conjuro.

―¡Crear Tierra!

No importa lo fuerte que sea un enemigo, hacerle daño en los ojos sin duda conseguirá contenerlo durante un tiempo. Por tanto, una vez que el monstruo quedó cegado, tan sólo necesitábamos unos instantes para que Megumin terminara de decir la frase de activación…

―¡Déjamelo a mí, Kazuma! ¡Los monstruos grandes como esta mantícora o los grifos necesitan poder mágico para volar! ¡Lo que estoy diciendo es que, sin él, se caerán al suelo en ese mismo instante!

Aqua apareció de la nada saltando y dijo eso de repente.

―¡Oye, espera, nunca sale nada bueno de las cosas que haces! ¡Deja que utilice mi combinación de ataque cegadora como siempre y no te metas…!

Pero antes de que pudiera terminar…

―¡Eliminación de Conjuro Sagrada!

Aqua generó un rayo de luz sagrada que atravesó el aire y golpeó de lleno a la mantícora. Supongo que efectivamente usaba magia para mantenerse volando como Aqua había dicho.

¡Con su capacidad de vuelo perdida, la mantícora no tuvo más remedio que obedecer la ley de la gravedad cuando apenas hacía unos momentos se encontraba flotando sobre mí, y…!

―¡¿Guaaaaaaaaaahhhh?!

―¡Ouououououou!

La bestia amenazaba con estrellarse contra el suelo y aplastarme en su caída. Probablemente no resulté demasiado herido gracias al conjuro de aumento de resistencia que Aqua nos había lanzado antes, pero…

―¡No está mal, chico! ¡Realmente eres mucho más de lo que aparentas, si se me permite decirlo!

―¡Que no está mal y una mierda! ¡Pasó lo mismo con Silvia; ¿por qué todos los monstruos híbridos tienen que ser así?!

¡La mantícora estaba tumbada encima de mí con la cabeza en el lado contrario que la mía y tenía mis brazos sujetos con sus piernas…!

―¡Vamos, ¿por qué no intentas probar un buen latigazo de mi cola…?! ¡Gah, ¿y-y ahora qué es esto?!

¡Activé el Toque Drenador y empecé a succionar la energía vital y el maná de la mantícora!

―¡Que alguien me ayude, por favor…! ¡Estoy a punto de perder una serie de cosas muy importantes!

Para ser específico, mi “otra” virginidad, pero por encima de todo, ¡mi vida!

―¡¿…?!

Después de que los ladrones del grupo asaltaran al monstruo por detrás pasando desapercibidos, se levantó rápidamente y se alejó. Sin embargo, una vez que se retiró, la mantícora no prestó atención a los ladrones, sino que en cambio se quedó mirándome presa del terror. Mi Toque Drenador fue probablemente el ataque que le resultó más sorpresivo de todos.

Al ver esto, los magos se distanciaron de nosotros y concentraron toda su atención en lanzar hechizos y ataques mágicos al grifo. No tenía tiempo para averiguar lo que estaba sucediendo en el otro lado del campo de batalla, pero el hecho de que los magos hubieran dejado de prestarnos atención nos dejaba en una situación complicada. Parecía que mi Toque Drenador había sido muy efectivo contra la mantícora, ya que ahora me miraba con cautela. Aproveché esta oportunidad y saqué mi espada.

Sin embargo, no tenía intención de enfrentarme a él directamente. Mi profesión era la más débil de todas, de modo que mi objetivo no era entrar en un combate cuerpo a cuerpo sino conseguir tiempo.

―¡Vamos, maldito! Llevas un rato comportándote de una forma extraña. ¡Si te soy sincero, tengo fobia a los monstruos de tu calaña, así que ahora vas a ver cómo supero mis miedos y te abro las tripas de arriba abajo!

Grité unas frases provocadoras para enfurecerlo y al mismo tiempo dispersar su concentración en la batalla.

Después de todo cuento con otros aventureros cerca que me están ayudando, por lo que si les consigo el tiempo suficiente deberían…

―¡Gah! ¡Otra mantícora! ¡Ésta es una hembra, una mantícora hembra!

―¡¿Habrá venido siguiendo a la otra?! ¡Pues las mantícoras femeninas son más fuertes! ¡Tenemos que acabar con ella antes de que sea demasiado tarde!

Los aventureros que venían corriendo hacia mí para socorrerme cambiaron de dirección y fueron a por la nueva mantícora cuando vieron que pretendía atacar a los magos de la retaguardia.

…

―Chico, tienes agallas. ¡¿Un duelo, eso es lo que quieres?! ¡¿Un duelo entre tú y yo?! Menudo hombretón; ¡permíteme que te abra las puertas de tu jardín trasero!

―¡Perdóname! ¡¡Por favor, perdóname!!

¡¿Pero qué hago?, parece que le estoy pidiendo a gritos que venga a por mí!

―¡Kazuma, ya estoy lista! ¡Voy a terminar con esto enseguida!

Megumin terminó la invocación del conjuro y anunció que estaba preparada desde atrás. ¡Pero la mantícora se encontraba demasiado cerca como para lanzarle una explosión; necesitábamos un poco más de espacio antes de hacerla volar por los aires…!

―¡¿V-Verdad que sí?! ¡Yo también he oído esos rumores sobre que el nivel de los grifos es mucho más alto!

Traté de provocar de nuevo al monstruo. Megumin, conteniendo todo su maná en la punta de su bastón, me ayudó también con los insultos.

―¿Ooh? ¿Os atrevéis a decir que soy más débil que el grifo a pesar de tantos años de lucha ininterrumpida contra él?

Mi deber es conseguir tiempo. Ahora mismo, tal y como están las cosas, vencer a uno de los monstruos cualquiera será suficiente para dar la vuelta al tablero…

―¡Lalatina!

―¡Eh, ¿va todo bien por ahí?!

―¡Lalatina está sufriendo los fuertes ataques del grifo! No, espera, diría que parece contenta… ¡Es como si estuviera tranquila y la situación no fuera peligrosa en absoluto…!

…o al menos eso es lo que debería pasar en teoría. ¿De verdad mejorarían nuestras posibilidades de ganar? Da igual, cuento con ustedes, aventureros de Axel. ¡¿No se supone que eran súper fuertes y todo eso?!

Milagrosamente, mis oraciones fueron escuchadas y oí una voz a lo lejos mientras me encontraba en un punto muerto con la primera mantícora.

―¡Sí, parece que está funcionando! ¡Eh, Kazuma~! ¡Iremos en tu ayuda tan pronto como nos deshagamos de la otra mantícora!

Por supuesto, la que tenía delante de mí también pudo oír eso. En ese momento perdió la calma y pareció entrar en pánico.

―Oye, si quieres salvar a tu mujer puedes ir sin problemas. La archimaga que ahora mismo está conteniendo su magia detrás de mí es la mejor de todo Axel. Puedes seguir luchando aquí y enfrentarte a ella o ir a salvar a tu mujer. Tú eliges.

En respuesta, mostró una expresión de sorpresa…

―¡Parece que las cosas hoy no me están saliendo muy bien! Está bien, te dejaré en paz. Lo que estoy diciendo es que elijo salvar a mi mujer…

Dijo eso y se dio la vuelta rápidamente para correr en dirección a su compañera. Los aventureros que se estaban enfrentando a ella no veían forma de hacerle daño por culpa de los ataques endiabladamente rápidos de la bestia, y fueron derribados desde el aire.

―¡Tienen a Lalatina!

Nada más oír eso me volví hacia el origen de la voz y vi al grifo con la cabeza y el cuerpo levantados. Llevaba a Darkness en la boca y se estaba preparando para echar a volar. Ella, mientras tanto, golpeaba incansablemente al monstruo tan sólo con sus puños, ya que al parecer se le había caído la espada cuando fue capturada. Aunque por supuesto, esta resistencia que estaba ofreciendo tenía un efecto bastante limitado en ese pico de gran dureza que la oprimía.

―¡Kazuma-san, haz algo rápido, por favor! ¡Ese monstruo está a punto de secuestrar a Darkness! ¡Esto me recuerda a cómo el Emperador Zell ha estado atrapando lombrices en el jardín esta mañana; Darkness, tal como está ahora, sospechosamente se parece a un gusano al que el Emperador Zell se va a comer de un momento a otro!

―¡Deja de hacer esas predicciones negativas en un momento tan delicado! ¡¿Por qué siempre tienes que hacer cosas innecesarias?!

Mientras hablábamos, las dos mantícoras escaparon de nuestro cerco y se dirigieron a toda prisa hacia el grifo. El resto de aventureros, los que quedaban en pie, continuaron con su persecución de la pareja de monstruos.

Lo más seguro es que estén intentando usar al grifo para deshacerse de los aventureros y asegurar su ruta de escape, pero esa estrategia me parece demasiado elaborada incluso para un monstruo con cabeza humana.

―¡Darkness, aguanta! ¡Y tú, Megumin, prepárate para liberar tu conjuro en breve!

Cogí de nuevo el arco que portaba a la espalda y apunté a uno de los ojos del grifo.

―¡Acertar a un blanco tan grande no debería ser problema! ¡Tú no tendrás trucos escondidos bajo la manga, ¿verdad?!

Activé mi habilidad de francotirador y disparé la flecha en dirección al ojo monstruoso del grifo. Debió de estar distraído por la feroz resistencia de Darkness, puesto que no pudo reaccionar a tiempo frente a la flecha que iba dirigida a él.

―¡Iiiiiiiiik!

La bestia soltó un chillido muy agudo cuando la flecha se clavó en su ojo. Darkness se percató de ello y la introdujo aún más sin piedad a base de golpes. Probablemente debido al dolor insoportable, el grifo escupió a Darkness propulsándola por los aires y de esa forma ella pudo cobrarse su venganza con un “¡te lo mereces!” dibujado en su cara.

―¡Megumin, ya! ¡Que el poder de la mejor archimaga de Axel haga explotar a esos tres en pedazos!

Ni siquiera me dio tiempo a terminar; Megumin tenía su bastón apuntando al grifo.

―Cuando volvamos a la ciudad, este glorioso momento debe ser contado palabra por palabra a mi hermana pequeña. ¡Yo soy Megumin, la archimaga número uno de Axel, la maestra de la magia de explosión! …¡Ahora, prueba el ataque definitivo que he estado conteniendo todo este tiempo! ¡EXPLOSIÓN~!

Y tras esto, Megumin liberó el conjuro Explosión. ¡Una bola de fuego de proporciones inimaginables salió disparada desde uno de los picos de la cadena montañosa que rodeaba Axel, engullendo al grifo junto a las dos mantícoras…!