Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 5: ¡Volviendo a los Orígenes con estos Aventureros!

Parte 1

 

 

Al día siguiente.

―¡Komekko! ¡Komekko, ¿dónde estás?!

Los gritos de Megumin me despertaron muy temprano en la mañana. La escuché dando vueltas por ahí.

―¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué das esos gritos?

Desde que esta niña vino aquí, me he estado despertando más temprano sin darme cuenta. Parece que todavía tiene que encontrar el paradero de sus padres, así que por el momento será mejor que no me comporte como un degenerado para no corromperla.

―Buenos días, Kazuma. Estoy buscando a Komekko. Ya me estoy cansando de esta chica; seguramente ni siquiera se habrá molestado en esperar al desayuno y salió pitando después de coger cualquier cosa de la cocina.

―¿Cómo podría decirte esto? Tu hermana está completamente descontrolada.

No me extraña que sea así después de haber crecido con una hermana que domina la cocina de cangrejo de río.

―Yo no recuerdo haberle enseñado a comportarse de esa manera. ¿En qué quiere convertirse el día de mañana?

Aunque me morí de ganas por responderle “evidentemente en ti”, conseguí mantener los labios sellados, pero a duras penas.

―Por otro lado, como nunca antes había salido del pueblo de la Magia Carmesí, para ella Axel debe de tratarse de un lugar lleno de cosas que estimulan su curiosidad. Si ha ido a jugar al centro de la ciudad no debería tardar mucho.

―Tiene sentido. Yo misma me vi superada por una ciudad tan grande como ésta cuando llegué por primera vez, así puedo entenderla…

Megumin suspiró; aún seguía preocupada.

Por lo menos esta ciudad es muy segura. Aquí, nadie tendría por qué preocuparse aunque una niña pequeña salga sola a la calle.

***

 

 

Seguimos con nuestra rutina y lo primero que hicimos fue tomar el desayuno.

―Dime, Megumin, ¿sabes a dónde ha ido Komekko? Anoche perdí contra ella, y justo ahora estaba a punto de tomarme mi venganza.

Aqua entró en la cocina con un tablero de ajedrez bajo el brazo; era como una niña buscando compañeros para jugar.

―¿Has perdido incluso contra una niña pequeña? ¿No te da vergüenza siendo una adulta?

Aqua se había estado llevando terriblemente bien los últimos días con la hermanita Komekko. Parecían ser muy compatibles, probablemente porque sus edades mentales eran similares.

―No seas tonto, Kazuma, ¿acaso no has oído hablar nunca de las ventajas? Como es una niña, pensé que no debería ser demasiado dura con ella, y es que además reconozco que últimamente mi orgullo no me ha llevado por el buen camino. Empecé la partida con un aventurero menos, que es la pieza más débil.

―Eso apenas supone una ventaja.

Sorprendentemente, y quizás debido a su debilidad por los niños, Darkness también había estado jugando y pasándoselo bien con Komekko los días que llevaba viviendo con nosotros. Intervino en la conversación con impaciencia.

―Un momento, la verdad es que ya lleva bastante tiempo fuera. Puede que haya encontrado a otros niños y se haya quedado a jugar con ellos, o que incluso esté otra vez en el gremio pidiendo comida a los aventureros.

―Es posible, aunque no le gusta mucho jugar con otros niños de su edad, así que probablemente habrá ido directamente al gremio. Después de todo, ¿no dijeron que le iban a preparar una tarta de frutas allí?

Escapándose de casa con esa edad para ir al gremio de aventureros lleno de hombres rudos y mucho mayores que ella… Sin duda, el futuro de esa pequeña chica ya se ve que será resplandeciente. Una persona normal se esperaría que fuera siempre agarrada de la mano de su hermana mayor en una ciudad desconocida, pero Komekko ha demostrado una independencia absoluta de su “onee-chan”. Esta chica tiene potencial para superar a Megumin y convertirse en el nuevo terror de este reino.

―Pero si no hubiera sido por la presencia de Komekko en el gremio, los aventureros no habrían encontrado la motivación necesaria para aceptar las misiones más tediosas. Tienen derecho, o incluso diría que el deber, a invitarla a comer; creo que es perfectamente razonable.

Como dijo Darkness, antes de que llegara la hermana de Megumin, el porcentaje de misiones cumplidas con éxito en Axel no era muy esperanzador precisamente… Sin embargo ahora, los resultados hablaban por sí solos.

Aunque tengo el presentimiento de que si Komekko regresa a su hogar, lo más seguro es que la situación volverá a como era antes.

―De acuerdo, pues vayamos nosotros también al gremio después de comer.

Megumin no pudo tranquilizarse en ningún momento y propuso esto para poder ver cuanto antes a Komekko. A diferencia de ella, Megumin todavía no había conseguido esa independencia de su hermana.

***

 

 

Cuando llegamos a la sede del gremio nos encontramos con una imagen desconcertante.

―Toma, prueba esto también, lo he hecho yo misma.

Podíamos entender por qué Komekko se encontraba allí, pero no el motivo por el que las chicas del negocio de súcubos le estaban dando de comer con tanta emoción.

Konosuba Volumen 11 Capítulo 4 Parte 9 Novela Ligera

 

―Aquí tienes, jovencita, prueba esto también.

―¡Gracias!

Komekko estaba comiendo y disfrutando de los dulces que le daban las súcubos, aunque el hecho de que ellas se encontraran en la taberna era ya de por sí inexplicable.

Señalé a una que ya conocía para que se acercara y nos contara lo que estaba pasando.

―Tú trabajas en ese establecimiento al que suelo ir mucho, ¿verdad? ¡Pero esto es el gremio de aventureros! ¡¿Qué están haciendo aquí?!

―¡Vaya! ¿A qué se deben estos gritos, no es usted uno de nuestros clientes más fieles? Hace mucho tiempo que aprendimos la lección, y sabemos que estar aquí puede resultar peligroso…

Mientras hablaba, la súcubo lanzó una mirada maternal a Komekko, que en ese momento estaba comiendo.

―No entendíamos muy bien por qué, pero cuando la vimos sola no pudimos dejarla así. Luego nos dimos cuenta de que lo más probable es que se deba a su potencial demoníaco inusualmente alto. Sin duda se convertirá en alguien muy importante en el futuro… De modo que, si nos empezamos a ganar pronto su favor…

Después de escuchar aquellas extrañas palabras dichas de una manera tan absolutamente despreocupada, no pude evitar quedarme mirando a Komekko. Las miradas notablemente serviciales que le dirigían las súcubos resultaban también curiosas.

¿A qué se debe esta sensación de fracaso? Me gustaría tener el talento de un demonio malvado antes que suerte o grandes beneficios en los negocios.

Mientras tanto, Aqua estaba vigilando a las súcubos desde detrás de una columna.

Tengo que aclarar que Aqua montó un buen lío hace tiempo cuando descubrió el establecimiento de servicios de súcubos. Me hirvió la sangre cuando averigüé que había intentado arruinar su negocio, y desde entonces renunció a la idea de seguir atacándolas. Sin embargo todavía me ponía de los nervios verla con esa actitud tan recelosa. Es posible que temiera incluso convertirse en la archienemiga de los aventureros masculinos por cometer un genocidio de súcubos.

Es igual, como se atreva a causarles problemas ahora…

―Verá, umm, como Aqua-sama ha decidido obsequiarnos con su presencia, creo que deberíamos marcharnos.

―Apreciado cliente, ¡eche por favor un ojo a Aqua-sama y a Vanir-sama de nuestra parte! Bueno, Komekko, supongo que nos vemos luego.

Sintiéndose intimidadas por la mirada fija de Aqua, las súcubos se dieron la vuelta para despedirse de Komekko y salir de la taberna sin dejar de estar pendientes de la diosa en ningún momento.

―…Dime, Kazuma, ¿cuál es exactamente tu relación con esas mujeres? Esta es la primera vez que veo a unas chicas con ese nivel de atractivo en tu círculo de amigos…

―Deja que se lo explique yo. Son empleadas de una cafetería que llevan unas chicas muy parecidas a ellas. Aunque los platos que ofrecen no son nada del otro mundo, es uno de los establecimientos más frecuentados de la ciudad, algo que me deja totalmente estupefacta. Aun así, ¿qué razones pueden tener para verse tan atraídas por mi hermana?

Megumin nos expresó su confusión. Luego, cuando vimos a unos aventureros hacer una reverencia a Megumin, nos dimos cuenta de que todavía seguían ayudándola con sus pequeñas mentiras.

―Saludos, Megumin-san.

―Megumin-san, hemos acabado prácticamente con todas las misiones que había disponibles. En apenas estos dos últimos días, las misiones más complicadas se han ido resolviendo en una sucesión rapidísima.

Los aventureros hicieron un informe sobre los últimos resultados; ya se habían acostumbrado a llamar a Megumin con el honorífico –san.

―¿De verdad? Entonces ya no tengo que preocuparme de que me obliguen a realizar misiones difíciles. Todos se han dejado la piel estos días, y yo también he estado un poco estresada.

Megumin-san les mostró una sonrisa de alivio. Entonces Komekko hizo lo mismo y se dirigió a su hermana.

―¡Onee-chan, los aventureros de esta ciudad son muy fuertes!

―Es verdad, es verdad… Después de todo viven en la misma ciudad que yo.

La gente de alrededor se dio la vuelta con timidez al escuchar esa conversación. A juzgar por su actitud, parecían estar disfrutando bastante de esta situación.

―¡La chica de pelo azul también es muy poderosa!

―Así es, ¿qué otra cosa podías esperar de alguien que es amiga mía? Hace poco purificó a una espectro que llevaba rondando por este mundo mucho tiempo. Y, aunque Aqua normalmente se comporta de una forma estúpida como la que estás viendo, te animo a que la mires con una luz más positiva.

Al escuchar la conversación entre las dos hermanas, la diosa se volvió completamente presumida y ya no quedó ni un sólo rastro de vergüenza en su cara.

―¡Y también tu chico es muy poderoso!

―Umm, es nada menos que el líder de nuestro grupo. No hay forma de que no sea alguien “poderoso”… Aunque todavía me sigo preguntando si realmente sus resultados se pueden considerar una victoria con la clase de tácticas que suele utilizar…

Calla, ¿es que acaso pretendes desprestigiar mi victoria incontestable contra la princesa de la tranquilidad?

―…¿Eh? U-Umm, ¿y qué hay de mis grandes momentos…?

―Tú no tienes ninguno, ¿verdad?

Darkness se sintió ofendida y se enfurruñó sin decir nada más…

―¿Ves, Komekko? Mis amigos son increíbles, ¿a que sí? Y todos los aventureros de esta ciudad son muy fuertes, ¿verdad? Cuando vuelvas al pueblo… asegúrate de presumir de todos nosotros y de la gente a la que has conocido.

Mientras hablaba, Megumin mostró una sonrisa tímida en dirección a los aventureros.

―Oye, Kazuma, la princesa de la tranquilidad tenía razón, ¿no? Eso que dijo sobre que yo no era más útil que un caracol con una concha de adamantita…

―Por favor, deja de estresarte tanto por haber perdido contra una planta. Eso es agua pasada, supéralo.

Mientras consolaba a Darkness, que se sentía deprimida y abandonada…

―Todos son poderosos excepto Onee-chan.

Komekko soltó una bomba.

―…K-Komekko, ¿qué has dicho? ¿Estás diciendo que yo, tu incomparable hermana mayor, no es poderosa?

Megumin preguntó visiblemente nerviosa. El gremio se quedó al instante en un silencio sobrecogedor.

―Umm, Onee-chan es la única que no es poderosa de verdad.

―¡K-Komekko! ¡¿Qué te está pasando, es que ya has entrado en la edad de la rebeldía?! ¡Últimamente has estado aprendiendo unas palabras muy raras y no has hecho más que desobedecerme; estás haciendo que tu hermana mayor se sienta triste, ¿sabes?!

Komekko ignoró a Megumin mientras ésta se encontraba al borde de las lágrimas y se dirigió hacia donde estaba la recepcionista del gremio.

―Tengo una cosa que pedirte, chica de pechos grandes.

―Komekko, preferiría que no me llamaras así, por favor.

Tras dar a la encargada un apodo tan inesperado como ése, continuó y le pidió lo que quería.

―Por favor, danos una misión que pueda convertir a mi hermana no tan poderosa en una maga de verdad.

Si estaba siendo considerada con su hermana o en realidad pretendía otra cosa, eso sólo lo sabía ella, pero de todas formas no dejaba de ser una petición bastante sospechosa.

―¡Komekko, vámonos a casa! Mis auténticas habilidades sólo pueden salir a la luz en los momentos cruciales, por eso la mayor parte del tiempo parece que no hago mucho. Vamos, esta noche cuando hayamos vuelto a casa haré un espectáculo de fuegos artificiales.

Megumin soltó esas cosas rápidamente mientras intentaba llevarse a Komekko de la mano. Ella siguió mirando a la coordinadora con ojos suplicantes a pesar de que su hermana mayor la estaba arrastrando hasta la puerta.

―Umm~ Si te soy sincera, no nos quedan muchas misiones importantes. Las únicas que todavía no se han cumplido son mayormente de eliminar sapos gigantes… Al fin y al cabo, esta ciudad no es precisamente conocida por su industria ganadera. La carne de sapo también es deliciosa, así que nunca ha habido poca demanda de ella. Es una misión que nunca falla, y también la más popular.

―Con eso servirá.

Komekko respondió al instante dejando a su hermana en un compromiso.

―¿De verdad? Pero los sapos gigantes son unos monstruos muy débiles; sólo se cazan por su carne…

―He dicho que ésa servirá.

Megumin tiró con fuerza y la puso delante suya para impedir que aceptara una misión de forma irresponsable.

―¡¿Por qué ahora estás buscando misiones?! ¿No te das cuenta que incluso has aceptado una misión de eliminar sapos? ¡No puede haber una más fácil que ésa! Quieres hacerla por la carne del monstruo, ¿verdad? Ugh… Está bien, no te preocupes, ¡Onee-chan dejará que seas testigo de su auténtico poder! Vamos, todavía tiene que haber alguna misión importante y peligrosa, ¿me equivoco? Hay que jugar a lo grande; o vas con todo o te quedas en casa. ¡Para que lo sepan, hoy me siento increíblemente motivada, así que saquen los cañones, me da igual que sea un comandante del ejército del Rey Demonio o un dragón!

Megumin exclamó animada. Ahora fue la encargada la que se veía preocupada.

―Te da igual que sea un comandante demonio o un dragón, ¿eh? Pues si de verdad tienes tantas ganas, sí que nos queda una misión más de las complicadas…

La chica tuvo un conflicto interno por si debía decir el objetivo de la misión en alto o no.

―¡Eh, no ofendas a Megumin-san!

―Eso, ha dicho claramente que quiere hacerla, ¿es que no es suficiente?

―Sí, sí, ellos no son un grupo de los que dudan al tomar una misión, ¿a qué viene esa pregunta de confirmación a estas alturas?

De repente, todos los aventureros de la taberna se pusieron a hablar a la vez, y al oírlos, Megumin se sonrojó ligeramente.

―Como ha dicho la gente, ya he dejado claro que por mí no hay problema, así que adelante. Destruiré a cualquier monstruo que el gremio de Axel pueda echarme. ¿O estás insinuando que ese monstruo es aún más poderoso que un comandante demonio?

Otros aventureros empezaron a abuchear a la encargada en ese momento. En respuesta a la pregunta de Megumin, ella negó con la cabeza. Era algo razonable; los monstruos que hay cerca de una ciudad de principiantes nunca deberían ser más fuertes que un semi-jefe como los comandantes del ejército de demonios.

―¡Onee-chan tiene que demostrar su poder!

Los ojos de la niña relucieron de ilusión por el momento de gloria inminente de su hermana. La encargada sucumbió a su ataque y le entregó a Komekko la ficha con la descripción de la misión acompañada de una sonrisa amarga.

―Entendido. En ese caso, debo reservar esta última misión especial a Megumin-san.

Ella devolvió la hoja, y entonces Megumin llenó el salón de la taberna con su potente voz.

―¡Mi nombre es Megumin, la mejor archimaga de Axel, la maestra de la magia de explosión! ¡En cualquier duelo, todos mis enemigos sucumbirán ante el poder de mis explosiones, ya sean comandantes del Rey Demonio o dragones!

―¡Ooojojojojo!

―¡Vamos, Megumin-san, tú puedes!

―¡Ojó! ¡Entonces todos deberíamos ir a echar una mano!

Entre los gritos de ánimo de los aventureros y con los ojos brillando de color rojo, Megumin levantó su capa enérgicamente y realizó una pose legendaria…

―Esta última misión… no consiste en eliminar solamente a un monstruo, sino a una pareja de ellos que está formada por un grifo y una mantícora que llevan luchando entre sí por este territorio desde hace un tiempo…

Al escuchar la explicación de la encargada, el gremio entero se sumió en el más absoluto silencio. Megumin, también, se quedó congelada en mitad de su pose.

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