Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 3: ¡Piedad Divina para esta Devota Inquebrantable!

Parte 1

Era un momento del día muy temprano para que fuera mediodía pero al mismo tiempo demasiado tarde como para llamarlo “mañana”. Más o menos era la hora en que uno se prepararía el almuerzo. Entré en el salón con el pelo completamente alborotado y bostezando; acababa de levantarme de la cama. Las chicas estaban ocupadas haciendo el almuerzo.

―Buenos días. ¿Qué hay para desayunar? No voy a querer sopa de miso durante una buena temporada, porque en la capital me servían todos los días cosas raras con ella.

Darkness me vio dar unos golpecitos en la mesa con un cuenco y se quedó mirándome.

―¿Pero no habías recuperado tu memoria? Entonces recordarás lo que esos niños te escribieron, ¿verdad? Despertarse tan tarde no es lo correcto. Olvídate del desayuno, en breve vamos a almorzar. Lo de hoy será langosta, porque cuando probé el plato secreto del Clan de la Magia Carmesí que hizo Megumin en Elroad me quedé cautivada por su sabor. Esta vez por fin he conseguido convencerla para que me enseñe los ingredientes necesarios, pero me ha costado unos cuantos intentos.

Después de escuchar la explicación bastante apasionada de Darkness, me giré hacia Megumin y ella evitó el contacto visual.

Debe de estar asustada porque nunca se habría esperado que una dama de la nobleza pudiera disfrutar tanto de una receta básica de langosta. Espero que esta señorita siendo tan egocéntrica no encargue unos platos tan humildes como estos en sus fiestas.

Decidí no desvelar la verdad que se escondía tras la receta de langostas cuando vi su expresión de felicidad mientras Megumin preparaba el almuerzo.

―B-Bueno, como quieras. Estoy de acuerdo en que el plato de Megumin está bastante rico. Es igual, ¿qué van a hacer hoy? …¿De verdad tenemos que ir a la taberna de aventureros?

Como había recuperado mi memoria, me vinieron una vez más a la mente los recuerdos del tiempo que pasé con Iris después de que mis compañeras de equipo se hubieran marchado. Incluso recordé la imagen de Iris diciéndome “me gustas mucho, Onii-chan”.

Si no hubiera dicho eso, probablemente ahora estaría bullendo de entusiasmo por las cartas de apoyo que me enviaron los niños.

―A ver, yo me imaginaba que querrías ir. Durante tu ausencia hemos tenido bastante tiempo para pensar… así que, si estás totalmente decidido a aceptar misiones, yo también.

―A mí no me metas en eso. Pregúntale a Aqua para ver si ella quiere ir o no.

Aqua y yo llevábamos un tiempo quitándonos la responsabilidad de encima y echándosela al otro. Ella no era de las que le gustaban las misiones peligrosas, así que probablemente pensaba de la misma forma. Pero al ver mi falta de espíritu, la vena furiosa de Darkness comenzó a hincharse y lanzó su tenedor contra la mesa.

―¿Es que esas cartas no los han motivado en absoluto? ¡Escucha, Kazuma, eres todo un ídolo al que admirar para esos niños! ¿Acaso no quieres ser un ejemplo a seguir para ellos?

―Puedo entender por qué me admiran, pero después de todo lo que ha pasado… Bueno, eso ya lo sabes. Piénsalo detenidamente. Se puede ganar experiencia tan solo con comer platos especialmente elaborados, no hace falta salir por ahí y arriesgarse en peligrosas aventuras.

Darkness negó con la cabeza como diciendo “este tío no tiene remedio”.

―Eh, Aqua, tú también te llevas muy bien con los niños, ¿verdad? ¿No juegas muy a menudo con los más pequeños del barrio? ¿Y no haces que te llamen diosa como cuando estabas en la capital? Entonces, vencer al Rey Demonio debería ser tu deber prioritario.

El tono de desdén de Darkness atrajo la atención de la autoproclamada Diosa del Agua.

―Por supuesto que soy una diosa, la del agua concretamente, Aqua-sama… Aunque es extraño que lo digas teniendo en cuenta que ustedes nunca me creen cuando lo hago yo. Oye, ¿acaso han dejado de tener dudas y aceptaron por fin mi divinidad? Entonces, como he estado viviendo con ustedes durante tanto tiempo, debo de parecerles más importante que esa Eris, ¿verdad? ¿Por qué no se convierten al Culto de Axis?

Aqua se había vuelto muy escéptica hacia todos debido a mi último incidente con ella. Y como Darkness se pensó que engañarla sería tan fácil como recoger una fruta madura que está a punto de caerse del árbol, se quedó de piedra cuando la vio defenderse.

―…P-Pero todas las generaciones de mi familia han sido defensoras leales de este reino y de su religión. Mi deber me impide creer en cualquier otra corriente religiosa que no sea la Iglesia de Eris…

―¡Mentirosa! ¡Lo que pasa es que todavía no me crees! ¡Darkness, te digo que de verdad soy la Diosa del Agua! ¡¿Acaso no te has preguntado por qué entonces una persona normal puede estar sumergida durante tanto tiempo y convertir cualquier líquido que toque en agua?!

Como Aqua la estaba presionando, Darkness apartó la mirada.

―Ha-Hablando de eso… He oído que los sacerdotes de Axis son muy poderosos debido a la devoción de sus seguidores, así que no me sorprendería que puedan convertir en agua cualquier cosa que toquen. Además, los miembros del Culto probablemente ni siquiera necesiten respirar…

―¡Discúlpate, ahora! ¡Discúlpate por hacer parecer a mis hijos unos monstruos! Y no sólo eso… Todo lo que escribiste en esas cartas eran cumplidos para Kazuma. Creo que ya va siendo hora de redimir el nombre de los seguidores de Axis; ¡siendo más específica, yo también quiero recibir cartas de admiradores!

Los ojos de Darkness se encendieron al oír las demandas de la diosa….

―¡E-Entendido! Iré otra vez allí si es lo que quieres, pero no~

…que habían dejado entrever una verdad importante.

―…Eh, ¿acaba de decir que…?

Darkness se tapó la boca inmediatamente. Pero vaya, mala suerte, porque ya era demasiado tarde.

―¿Volver a dónde, exactamente? …Oye, Darkness, las cartas que me enseñaste en la capital eran supuestamente de los niños que me admiran, ¿verdad?

Bajo mi presión, Darkness dio un golpe en la mesa y se levantó como un resorte.

―¡Eso es justo lo que pasó, ¿vale?! ¡¿Hay algún problema?! ¡Incluso tuve que pagar a esos niños para que las escribieran! ¡¿Acaso piensas que tenía otra opción?! ¡Sabes que no habrías querido volver a casa de ninguna otra manera!

Cuando Darkness hizo esa acusación infundada como respuesta a mis insistentes preguntas, yo también me levanté.

―¡¿Pero cómo puedes estar culpando a la víctima?! ¡Incluso me guardé mis primeras cartas de admiradores como un recuerdo importante!

―¿D-De verdad te gustó tanto recibirlas? Entonces no tengo más remedio que disculparme por eso…

Y entonces se disculpó en voz baja.

Esta mentirosa, ahora te comportas como una noble ¿eh?

―Antes eras una mujer honorable que se negaba a abusar de su posición social. ¡¿Cuándo aprendiste a engañar a la gente de esta manera?! ¡Me parece que últimamente te has estado divirtiendo mucho abusando de tu poder, amenazando a éste y seduciendo al otro! ¡Y ahora tú…!

Así es, la antigua Darkness siempre se esforzó al máximo para mantener sus asuntos familiares al margen de todo lo demás. Pero ahora que había aprendido a usar su poder y todos los medios que le brindaba su estatus, era como si de repente hubiera sido sustituida por un noble viejo y corrupto.

¿Es eso lo que ocurre cuando te haces mayor?

―¡B-Bueno, ¿y de quién te crees que es la culpa?! ¡Eso es, es toda tuya! ¡Si he caído tan bajo es sólo por tu culpa!

Darkness ahora estaba cargando con todo sin control ninguno, pero Aqua y yo decidimos devolverle los golpes.

―¡¿Y por qué demonios tengo que ser yo el cabeza de turco?! ¡¿A quién le estás tomando el pelo, sucia mentirosa?! ¡Cuando nos conocimos no eras así en absoluto, debería darte vergüenza!

―¡Discúlpate ahora mismo! ¡Esas cartas me habían conmovido, y mucho! ¡No sólo a Kazuma, a mí también me debes una disculpa!

―Cálmense todos, chicos, la comida se va enfriar, así que comamos de una vez. Me ha costado mucho hacerla.

Justo cuando la situación se estaba encendiendo, incluso poniéndose peligrosa, alguien llamó a la puerta principal. Realmente estaba cansado de discutir tanto con las chicas, así que fui rápidamente a la entrada para saludar a nuestros posibles invitados.

―¡Eh, Kazuma, todavía no hemos terminado!

―¡Cállate, mujer decepcionante! ¡Ve a comer tus cangrejos de río!

―¿Qué cangrejos?

Mientras Darkness inclinaba la cabeza confundida, yo abrí la puerta.

―¡Ho-Hola!

―¡¿Está Mendigu ~?! Quiero decir, M-Megumin-san, ¿está en casa?

Delante de mí se encontraban dos chicas del Clan de la Magia Carmesí que me sonaban bastante, y de la mano llevaban a la hermana de Megumin, Komekko.