Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 2: ¡Castigando a este Compañero de Casa!

Parte 5

Solté un fuerte suspiro y, tras haberme tranquilizado, decidí dejar de estar en contacto con el cuerpo de Megumin. …Sin embargo ella no me dejó ir.

―Oye, Megumin, no me voy a ir a ninguna parte. Ya estoy en casa, así que ¿no crees que ya es el momento de que me sueltes?

Tenía miedo de que si seguíamos así más tiempo, abrazados, podrían terminar ocurriendo cosas subidas de tono. Y aun así, Megumin no se movió ni un ápice; en vez de ello me respondió.

―Si hubieras dejado que Darkness te ayudara a subir, creo que tu entrada habría sido mucho más sencilla puesto que ella es más fuerte que yo. Pero a pesar de saber eso, has venido específicamente a mi habitación, así que…

Soltó una risita.

Sin embargo, yo sólo había escogido su ventana porque Vanir me había dicho que así conseguiría un evento especial; la verdad es que ni siquiera se me había ocurrido pensar en cuál de las dos tenía más fuerza ni nada por el estilo.

Ya que estoy aquí, será mejor mantener la verdad en secreto. Aunque hay que reconocer que realmente se ha ganado el nombre de Demonio Vidente. Éste debe de ser el suplemento del que me habló. La próxima vez que le vea, tengo que regalarle a su tienda un “existencias agotadas”. Por cierto, ¿cuál es exactamente mi relación actual con Megumin? Claro, nos dijimos que nos gustamos en su momento, pero nos hemos quedado estancados desde entonces. No, es comprensible teniendo en cuenta el asunto de trabajar como guardaespaldas en Elroad sumado a todo eso sinsentido que ocurrió después. ¿No va siendo ya hora de que se produzca algún avance?

Al final no ocurrió nada importante entre Iris y yo, lo que me convertía en un hombre absolutamente fiel. Y como Megumin por voluntad propia quiso abrazarse conmigo, supuse que ésta vez podía pasar a la ofensiva. Justo cuando pretendía devolverle el abrazo…

―Date prisa y arregla las cosas con Aqua, ¿vale? Todos los días ha estado diciendo cosas como “¿todavía no ha vuelto a casa ese nini caprichoso? ¡¿Todavía no?!”. Mientras tú estabas fuera, siempre parecía aburrida, un poco triste incluso.

…

―También preparaba la cena cada noche para ti diciendo “éste es el plato del niño caprichoso, que todavía sigue por ahí disfrutando de la vida”. Al final, como tú no volvías, obligaba a Darkness a comerse lo que había cocinado de más.

Así que Darkness también ha sufrido una parte de la depresión de Aqua.

Después de escuchar lo que me había contado Megumin, cambié mi abrazo por un apretón reconfortante en su hombro.

Pocas veces voy a tener otra vez una oportunidad tan magnífica y un ambiente así de perfecto…

―…Deja que me ocupe de los cabos sueltos que tengo con esa idiota. Luego cuando vuelva podremos continuar.

―¡N-No vamos a continuar, por supuesto que no!

Aunque no estaba dispuesta, su cara mostró un matiz de decepción. Sin embargo me pareció mucho más importante ver que se sentía contenta por estar de nuevo con todos sus amigos.

―¡Venga, date prisa!

Me habló a la espalda mientras yo salía de la habitación en busca de Aqua.

―…¡Aah! ¡Ladrón! ¡Darkness, un ladrón acaba de entrar en la mansión de la bella diosa! ¡Ve a por él!

Me encontré con ella de camino a la entrada delantera y se puso a gritar. Su reacción al verme estando descalza y en pijama no hacía mucho favor precisamente a esa imagen de “bella diosa” que decía tener.

Al escuchar su orden, Darkness solo pudo mirarnos a los dos con un grave conflicto interno.

―…Oye, Aqua, ¿no crees que ha llegado el momento de hacer las paces con Kazuma…? ¡Oioioioioi! ¡Para ya, Aqua, no me tires del pelo!

Y al poco se puso a gritar cuando Aqua le dio un tirón en su trenza.

―Darkness, ¿de verdad disfrutas tanto cuando este nini te abandona? Cuando recibiste la carta donde decía que quería quedarse a vivir con Iris, empezaste a respirar con fuerza y estuviste todo el día quejándote de que te había puesto los cuernos. ¡Si seguimos consintiéndole sus caprichos, entonces ya no habrá forma posible de salvar a este hombre despreciable! ¡Qué digo, si creo que ya ha llegado al punto donde no se puede hacer nada por él!

Esta maldita mujer…

―Escúchame, no es que esté buscando pelea ni nada parecido, pero tengo que dejar las cosas claras; yo nunca las he traicionado, chicas. Piénselo un momento, ¿de verdad soy una persona tan superficial como dicen? ¿De verdad creen que abandonaría a mis queridas compañeras por Iris? No soy tan cerdo ni tan lolicon como para hacer eso. Aunque es cierto que Iris es una chica muy importante para mí, al final del día no deja de ser mi hermana. ¿Cómo pueden pensar que mi objetivo es intentar algo con niñas de esa edad?

Aqua se quedó un instante sorprendida cuando estallé, pero…

―TÚ, que te paseas por la vida en calidad de saco de basura y cuyas únicas habilidades destacables de su vida anterior eran jugar a piedra-papel-tijeras y a los videojuegos, en primer lugar deberías reflexionar sobre el modo en que moriste. Recuerda a quién intentaste salvar antes de ser enviado a este mundo. Si la persona en cuestión hubiese sido una mayor, probablemente no te habrías molestado en mirarla siquiera. Vamos, deja a un lado esa dignidad superficial y muéstranos tu verdadera personalidad. ¡Di “me llamo Satou Kazuma y soy el Lolinini”!

―¡¿Desde cuándo intentar salvar a una estudiante de primaria le convierte a uno en un lolicon?! ¡Y no te vengas tan arriba por haber conquistado mi casa; te voy a enseñar una lección esta misma noche!

Ya no pude seguir aguantando los insultos de Aqua.

―¡Darkness, protégeme! ¡Ven aquí y haz de escudo frente a este intruso tan peligroso!

―¡¿Eh, qué?! ¡Espera un momento…!

Aqua se escondió inmediatamente detrás de la caballera. Mientras tanto, apreté los puños y empecé a analizar mis opciones.

―¡Miren cómo les robo toda su energía con mi Toque Drenador, las dejaré inmóviles con Atar y las meteré en el corral del Emperador Zel! ¡Arrepiéntanse!

―¡Ven a por mí entonces, maldito nini! ¡¿De verdad crees que la habilidad de un espectro puede afectarme?! ¡Mira bien, esto es un dos contra uno, no te hagas ilusiones de ganar!

―¡E-Espera, yo nunca dije que lucharía contra Kazuma…!

Pero antes de que pudiera terminar, me abalancé sobre Aqua.

―…I-Imposible.

Gruñí tumbado boca arriba en la moqueta; tenía a Aqua encima y no me dejaba mover. A mi lado también estaba Darkness, rodeada por cuerdas, inconsciente y con la mirada perdida debido a los efectos del Toque Drenador.

Aqua podía deshacer fácilmente hechizos como el de Atar y Darkness era capaz de bloquear cualquier ataque a corta distancia, de modo que, tras haberse lanzado un conjuro de apoyo a sí misma, la primera de ellas consiguió reducirme. La había subestimado. Sus estadísticas básicas superiores no mentían, y otras habilidades como Golpe Divino o Réquiem Divino hacían realmente que te preguntaras si ella era de hecho la diosa de las peleas de bar.

De verdad, desearía que esta chica usara aunque sólo fuera una décima fracción de su potencial en el día a día.

En una nota aparte, diré que Darkness cayó solamente porque se vio atrapada entre nosotros dos.

―¡Uuff… uuff…! Ha… ha sido duro encargarme de ti, ¿eh, Kazuma? ¡Pero de todas formas, como la victoria ha sido clara, venga! ¡Discúlpate! ¡Solo tienes que decir “lo siento” y entonces te perdonaré!

Aqua proclamó con orgullo su victoria mientras seguía encima de mí.

Y le contesté…

―…Esta vez no he hecho nada malo. No recuerdo nada de haberme quedado con Iris para satisfacer sus deseos, en realidad me han borrado todos los recuerdos de mi estancia en el palacio. ¡Por lo tanto, no tengo por qué disculparme! ¿No te has dado cuenta de que yo siempre tengo un último truco escondido bajo la manga? Acuérdate de mis palabras: ¡mañana estarás suplicando mi perdón mientras lloras como una niña!

Como no había cometido ningún error del que avergonzarme, decidí mantener el honor y me negué a pedirle perdón.

―Vaya, luchando hasta el último aliento, ¿eh? Estaba a punto de terminar este asunto aquí, pero parece que todavía quieres más. ¡Pues entonces no hay problema! Tú tienes tus sucios trucos y yo mis contramedidas. ¡Kazuma, yo aquí presente juro que, como la Diosa del Agua, jamás podrás volver a dar un paso en esta casa sin que antes te disculpes! ¡Ahora tienes la entrada prohibida! ¡Ya puedo verte llorando mañana suplicando mi perdón!