Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 10: La Mejor Apuesta del Mundo

Capítulo 5: ¡Poniéndole Fin a esta Conspiración!

Parte 5

Llegó la noche de ese mismo día. Era una hora demasiado temprana para irse a dormir pero al mismo tiempo demasiado tarde como para hacer algo que mereciera la pena…

En cuanto a la apuesta que hice con el príncipe en la sala de audiencias, no hace falta que diga nada, ¿verdad? El primer ministro entró en cólera, sin embargo, en contra de mis expectativas, todos los seguidores del joven gobernante mostraron una expresión de alegría. En cierto modo, seguramente estaban satisfechos porque su príncipe había tomado la primera decisión por sí mismo desde hacía ya bastante tiempo.

Puede que a partir de ahora ya nadie vuelva a llamarle príncipe idiota.

Las partidas económicas de ayuda para la guerra contra el ejército del Rey Demonio quedaron restablecidas al final. Pero aún conseguimos más, y es que esas partidas de dinero también incluían los fondos adicionales para pagar a las fuerzas encargadas de atacar. Por otro lado, Iris se ganó el título de cazadora de dragones, de modo que no sería un error decir que este había sido el mejor de los resultados posibles.

…Sin embargo había una cosa que aún faltaba por zanjar. Antes de que me hubiese dado cuenta, el príncipe empezó a interesarse por Iris. La razón por la que había mostrado esa actitud tan arrogante durante nuestra primera reunión fue para mantener las distancias con ella y su país, pero ahora que el problema de las ayudas se había resuelto, nos invitó a una recepción con él. Esta vez en cambio preparó un banquete sin reparar en gastos. No es necesario mencionar que durante la cena, ambos parecieron llevarse bastante bien.

Sí, a diferencia de su primer encuentro, parece que ahora su relación es muy buena.

Esta situación había sobrepasado mis cálculos. Para empezar, el motivo por el que acepté acompañar a la princesa fue para evitar su matrimonio con aquel chico desconocido. Afortunadamente para mí, el príncipe se mostró distante con ella sin necesidad de que yo tuviera que hacer nada, así que me sentí aliviado. Sin embargo, en este momento no pude evitar recordar mi deber original.

¿Qué debería hacer? ¿Utilizar Robar contra ese mocoso para dejar al descubierto sus partes íntimas delante de Iris? …No, dejar que vea algo tan raro sería malo para su desarrollo psicológico. Puede que mi rival sea un niño, pero también es el príncipe de una nación. No puedo usar ningún método que resulte demasiado bestia…

Aceptamos la invitación del primer ministro por la que nos ofreció quedarnos a dormir ese día en el palacio, y ahora mismo me encontraba dando vueltas en la cama sin poder quitarme esos pensamientos de la cabeza. Mientras refunfuñaba en voz alta… alguien llamó con cuidado a la puerta y me habló.

―Kazuma, ¿estás aquí? Me gustaría hablar contigo sobre una cosa, ¿te importa que sea ahora?

Pude oír la voz de Megumin fuera de mi habitación. Como todavía no pretendía dormir, había dejado la puerta sin echar el cierre.

―Está abierta…

Dije en dirección a la puerta.

―Perdóname por molestarte a estas horas…

Megumin me dio una disculpa en voz baja al entrar. Vi que su cara estaba ligeramente roja.

¿De qué querrá hablar? ¿Algo sobre darme las gracias por todo lo que he hecho por Iris? Sí, ahora que lo pienso, esta chica parece haber estado haciendo algo en secreto con ella. Bueno, no estaría mal preguntarle ahora que tengo la oportunidad.

…Mientras pensaba en eso…

―Umm, ¿puedo sentarme a tu lado?

Se sentó en la cama sin esperar mi respuesta.

¿Qué le pasa hoy? No hay duda de que tiene muchas ganas de estar conmigo.

…Y entonces algo se me disparó en la mente.

Sí, acabo de recordar lo que pasó hace un tiempo. ¿Qué le dije en ese momento? Ah, ya lo sé, creo que fue algo como “…¡de acuerdo, si por fin has podido quitarte la culpa de encima por lo que le hiciste a esa diosa y algún día te apetece hacer esto de nuevo, no tendré excusa para negarme…!”. Y luego ella me contestó “¿de verdad? Si realmente llega ese día, entonces iré a tu habitación para jugar otra vez”.

Mi corazón se desbocó en ese momento, pero hice todo lo posible para parecer tranquilo.

―C-Claro, por qué no. ¿Qué te ha traído hoy por aquí? ¿Acaso no puedes dormir y has venido un rato para entretenerte? Si ese es el caso, te advierto que Darkness está a la altura de tu nivel en el ajedrez, así que ve a su habitación y~

Megumin acercó su cara a la mía, lo cual me hizo parar en medio de la frase.

Puede que esté muy animada, si no sus ojos no estarían brillando. Me parece que se está formando un ambiente muy serio que no permite ninguna clase de broma.

Tragué saliva mientras reflexionaba.

―Quiero dormir contigo esta noche. Umm, ¿te… parece… bien…?

Resolvió mis dudas con un tono de voz muy bajo. Seguidamente me agarró de la mano con fuerza y apartó la cara avergonzada.

No sé cómo, pero por fin ha llegado este día. Se terminó la espera, el momento de la victoria se está aproximando. Pero antes de nada tienes que calmarte. Primero, cierra la puerta con el seguro para que nadie pueda entrar. Una vez hecho esto, mantente tranquilo y no te dejes llevar. Soy el mayor de la pareja, así que debo ser yo quien la guíe.

Agarré a Megumin firmemente por los hombros y los solté enseguida para levantarme. Con la intención de ir a la puerta…

―Umm, ¿Kazuma? Yo, umm, no tengo un cuerpo tan desarrollado como el de Darkness, así que me imagino que para ti no será muy agradable… ¿verdad?

―Nada de eso. Soy un hombre que valora la igualdad por encima de todo; no tengo reparos ni con los tamaños grandes ni con los pequeños. Por favor, no pienses que soy un remilgado.

Como reacción a mis palabras, Megumin se alejó un poco de mí.

―¿D-D-De verdad? Entonces… umm, me da un poco de vergüenza, ¿podrías cerrar los ojos durante un instante?

―Me niego.

―S-Si te niegas no voy a poder hacerlo, pero… Hay mucha luz en la habitación, ¿no ves? Por favor, tan solo será un segundo…

Megumin perdió totalmente la calma al ver mi actitud.

Supongo que no hay más remedio. Debería hacerle caso y cerrar los ojos. Pero antes no se me puede olvidar cerrar la puerta, porque si no, entonces cierta persona que no se entera nunca de nada seguro que vendrá para meter las narices donde no le llaman…

En el momento que cerré los ojos nervioso aunque con ilusión…

…perdí la consciencia.

***

―…Mm… pero, tú estás…

―…No, Dark… Yo… Eres…

Oía a un hombre y una chica hablando. Entonces, a pesar de tener la mente confusa, empecé a pensar en lo que me había ocurrido exactamente.

―¡¿…?!

En el momento que volví en mí completamente, me di cuenta de que me encontraba amordazado. Pero no solo era eso, mis manos e incluso mi cuerpo estaban atados con cuerdas, de forma que no podía moverme ni siquiera un poco. No importaba cuánto tratara de forcejear, era imposible soltarme. Se me ocurrió utilizar la habilidad que me permitía ver en la oscuridad y averigüé que estaba encerrado en alguna clase de armario o almacén.

…¡Esto otra vez nooooooo!

Volví a oír las mismas voces mientras agonizaba en el interior del armario.

―P-P-Pero Kazuma, hay una diferencia insalvable entre nuestras clases sociales, no es tan sencillo como quieres hacerlo parecer… ¡No, por supuesto que no te odio~! Pero sigue siendo demasiado pronto para esto o para cualquier cosa que se le parezca…

Esa era sin duda la voz de Darkness.

¿Qué demonios está diciendo esta chica?

Mientras me preguntaba qué podía estar sucediendo… Escuché una voz al otro lado de la puerta del almacén que me hizo dar un respingo involuntario.

―¿A qué te refieres con diferencias entre nuestras clases? Juro que aunque tenga que renunciar a mi estatus, tú serás la única persona a la que amaré en mi vida, Darkness. ¡Por esa razón te lo imploro, ven aquí y…!

Esa era mi voz.

―¿Renunciar a tu estatus? ¿Qué cosas dices? Pero si no eres más que un plebeyo.

―¿Eh~? ¿Uh~?

La voz respondió a la pregunta de Darkness con un tono entrecortado y de estupefacción, pero no cabía duda de que era la mía propia.

―¿Sabes?, últimamente te has estado comportando de una forma un poco rara. Si quieres un ejemplo en concreto, te diré que el hecho de mantenerte completamente calmado estando únicamente en compañía de mí en una habitación es desesperante.

¡Pero esta chica…! Quiero salir de aquí y darle una buena bofetada. ¡Me parece que tienes demasiada confianza en ti misma! Ya he llegado al límite, no pienso seguir de brazos cruzados e ignorándote para siem~ …Um, debería mantener la calma en estos momentos, pero…

―N-No, por supuesto que me siento nervioso cuando estoy a solas contigo. Y no solo eso, mi vista suele posarse sola en…

Escuché de nuevo mi voz intentado explicarse, pero antes de que “yo” pudiera terminar la frase, Darkness…

―…Oye, pues por ahora no me has mirado a los pechos ni una sola vez. ¿Qué se supone que significa eso? Tienes una mirada tan inocente, incluso en una situación así… ¡Bastardo, tú no eres el auténtico Kazuma, ¿quién eres tú?!

―¡Kuh~!

Mierda, no puedo hacer nada ahora mismo.

Aunque no sabía con seguridad lo que estaba ocurriendo al otro lado del armario, por lo que pude escuchar, un impostor estaba imitando mi voz.

¿Debería alegrarme de que haya descubierto al impostor o estar enfadado por esas cosas tan crueles que me ha dicho pensando que ese era yo?

―Si de verdad crees eso, entonces no me dejas otra opción. ¡Haré todo lo posible para reducirte! Esta es la habitación de ese hombre y ya has visto que no se encuentra aquí, ¿no? ¡Si te resistes, entonces nadie sabe lo que podría pasarle…!

Oh no, la situación se está poniendo fea. Si ese impostor se atreve a decir esas cosas, entonces la chica orgullosa que siempre está protegiendo a sus amigos se…

―¡¿Qu~?! ¡Maldito cobarde, ¿te atreves a tomarlo como rehén?! ¡¿Q-Qué pretendes hacerme con esas cuerdas y unas esposas?! ¡¿Vas a dejarme inmovilizada?! ¡¿Acaso planeas esposarme, atarme y hacerme cosas innombrables?!

—No, no pretendo hacerte ninguna cosa depravada, lo único que necesito es que te quedes aquí y no te muevas… ¿Q-Qué? Parece que lo que acabas de decir ahora mismo iba en serio, ¿no?

―¡Kuh, no me importa si me haces esas cosas a mí, pero no te atrevas a poner una mano encima a mis amigos! ¡Ah, las esposas están muy frías…! Oye, tú, ¿podrías seguir usando la voz de antes y decir “¡jeje, qué vistas tan excelentes me estás ofreciendo, Darkness! Ya sabes lo que te va a pasar ahora mismo, ¿verdad?” con un tono ligeramente cruel?

Sí, para una pervertida fetichista a la que le estaba encantando totalmente esta situación, la naturaleza estaba simplemente siguiendo su curso.

―Tú… N-No, ya vale. Estoy intentando atarte, así que deja de retorcerte de placer. ¡Eh, te he dicho que no voy a hacer nada raro, así que no te sonrojes!

―¡Pero es que lo estás haciendo con una cara tan viciosa que…! Eh, ¿qué pretendes hacer conmigo? ¡¿Acaso vas a dejarme encerrada en este armario y…?!

Justo cuando escuché algo acercándose, el armario se abrió de un golpe delante de mis ojos. La mirada de Darkness se cruzó con la mía durante un breve instante.

―…¿Has estado escuchando esta vergonzosa escena todo el tiempo?

Asentí con la cabeza.

***

Habían amordazado y atado a Darkness y la metieron en el armario al igual que a mí, pero ella tenía la cara roja por la vergüenza de saber que yo había oído toda la conversación. Los dos mirábamos con miedo al hombre, bastante apuesto por cierto, que nos había hecho esto.

―Y ahora permitanme contarles quién soy y por qué estoy haciendo tal cosa.

No habría pasado nada si ese hombre de cuerpo atlético cuyo aspecto era exactamente el mismo que el mío hubiera preferido mantener su plan en secreto, pero por alguna razón parecía estar deseando contárnoslo. Mi doble se rio sin demasiadas ganas y entonces se transformó en una silueta humana de color negro intenso.

―Mi nombre es Ragcraft, el líder de la división de inteligencia del ejército del Rey Demonio, también conocido como Alter Ego Ragcraft. Vaya, vaya, sin duda me han hecho pasarla mal con el asunto del dinero.

El monstruo que decía llamarse como el primer ministro tenía una cara sin facciones reconocibles y prácticamente sin ángulos; ni siquiera tenía nariz o una boca. Empezó a hablarnos sobre unos hechos del pasado que no venían mucho a cuento como si quisiera jactarse de su victoria.

***

―…Y eso es lo que pasó hace treinta años. Finalmente conseguí hacerme ministro de interior después de haberme presentado al cargo un sinfín de veces y de pasar por una cantidad enorme de pruebas de selección. A partir de ahí me dediqué en cuerpo y alma al trabajo sin flaquear un solo día. Compañeros inútiles del ministerio que nunca salían de los casinos, miembros de la realeza que se habían vuelto locos con los casinos y otros nobles que amaban las apuestas tanto como ellos; ¿tienen idea de cuánto tuve que trabajar para sacar el país adelante por culpa de sus derroches y su malversación del dinero..? Abandonar este país en realidad sería beneficioso para el ejército del Rey Demonio, ¿no? ¿Saben cuántas veces he pensado eso?

Pensé que iba a presumir, pero resultó que solo quería quejarse de su trabajo. Cuando un cerebro malvado captura a sus enemigos se supone que debería dedicarles unas últimas palabras amables o algo por el estilo, pero al parecer lo único que hizo fue desahogarse de su frustración acumulada. Y de esa forma, Ragcraft continuó hablando de sus problemas y de todo el trabajo que tenía que hacer sin final a la vista.

Él, que trabajaba con seriedad y nunca tuvo interés en el juego, se ganó inmediatamente la confianza de la familia real. Hasta entonces todo le había salido bien, sin embargo, cuando finalmente llegó a su cargo como ministro de asuntos internos, vio por primera vez el estado real del país. El reino estaba perdiendo dinero a un ritmo alarmante y llegó a acumular una deuda jamás vista. La familia real ignoró estos problemas y siguió jugando con el dinero de los ciudadanos cada día.

―¿Lo entienden ya? La gente de esta nación vive del dinero que ganó el primer rey en las apuestas, pero ahora sus descendientes han llevado al país al borde de la quiebra. Y la persona que le dio la vuelta a toda esta situación fue…

Parece que debido a su naturaleza seria y responsable, Ragcraft había estado trabajando en el gobierno de Elroad con esmero. Su misión original era ser un espía para el ejército del Rey Demonio, pero debido a su personalidad y a sus increíbles habilidades de gobernante, ascendió rápidamente por la escala social. Al final se olvidó se su objetivo inicial y continuó trabajando sin descanso por el bien de este país. Quizás después de llegar al puesto más alto dentro del ministerio de interior, que era el de primer ministro, de pronto se dio cuenta de cierta cosa…

―No hacía falta que les contara todo eso, ¿verdad?

Ahora lo veo. En realidad no es una persona seria, sino más bien un idiota.

―Después de conseguir este cargo empecé a moverme. Sí, por fin ha llegado el momento de hacer algo por los intereses de su majestad el Rey Demonio. A pesar de los rumores absurdos que ustedes, imbéciles, van por ahí contando sobre él, mi señor es en realidad una persona maravillosa por la que merece la pena trabajar…

La historia de Ragcraft, que trataba sobre quejas, dificultades en su trabajo y algo de autocompasión, continuó durante un rato más. Cuando terminó, soltó un suspiro de absoluta satisfacción.

―Fuu~. Siempre he querido hablar con alguien sobre mis largos años de dificultades y de duro trabajo, pero hasta hoy no he podido hacerlo. Gracias por escucharme.

¿Entonces solo querías quejarte de tu vida?

―Y ahora me gustaría cobrar mi venganza contra ustedes, humanos, que han hecho que todos mis años de trabajo continuo no hayan servido al final para nada. Al principio lo único que deseaba con todas mis fuerzas era matarlos, pero estuve reflexionando y cambié de idea.

No pude evitar pensar que esto podría ponerse aún peor, y al parecer, Darkness también estaba teniendo el mismo mal presentimiento.

―De las cosas que yo podría hacer, ¿qué es lo que odiarían más? Sí, seguro que están pensando hacerle daño a la princesa.

―¡Mmm, mmm!

Al oír eso, Darkness empezó a revolverse como una loca. Pero como se encontraba atada por todas partes, no pudo hacer mucho más que eso.

―¡Ah, esa es la reacción, esa es la reacción que quería ver! Jajajaja, los dejaré aquí de momento si no les importa. Después, lo primero que haré será adoptar tu apariencia, ir a las habitaciones de sus compañeras para quitarlas de en medio al igual que he hecho con ustedes y contarles la misma historia. ¡Entonces solo me quedará ir a los aposentos de Iris!

Ragcraft me miró directamente mientras nos contaba su plan.

―Muy bien, seguiré tomando prestado tu cuerpo bastante poco atractivo solo durante un rato más. ¡Muajajajajaja, sí, esa es la expresión de impotencia que tanto he esperado para ver! ¡Oh, qué emoción, qué placer! ¡¡Este es sin duda un momento magnífico!!

Copió mi aspecto diciendo aquellas cosas tan horribles y salió de la habitación.