Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 10: La Mejor Apuesta del Mundo

Capítulo 4: ¡Apoyando a Esta Princesa Guerrera!

Parte 4

 

 

Llegó la mañana del día siguiente y la cálida luz del sol entró por las ventanas de la habitación iluminándola por completo. Sin embargo, durante este agradable tiempo de descanso, nuestro humor se encontraba más bien por los suelos.

―¡Oiga, déjenos salir! ¡¿De qué se nos acusa?! ¡Dígannos cuál es nuestro crimen! ¡Este arresto es injustificado!

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Konosuba Volumen 10 Capítulo 4 Parte 4 Novela Ligera

 

Desde que amaneció, Aqua estuvo gritando y golpeando los barrotes de la celda sin parar. Sí, en ese momento nos encontrábamos en la cárcel. Pensaba que mi plan era perfecto y que no podría fracasar de ninguna manera.

Cuando fuimos detenidos nos confiscaron todo nuestro equipamiento y nos encerraron en una celda de la comisaría central de policía de la capital. El edificio estaba hecho de piedra, pero para estar en esa época del año, la temperatura nos resultó sorprendentemente cálida. La propia celda también se había construido a base de piedra en su mayoría, y la entrada estaba protegida con unos barrotes de metal que no dejaban hueco suficiente para pasar entre ellos. Además había unas cuantas cadenas ancladas a la pared para contener a los prisioneros más rebeldes y un retrete de aspecto más bien nauseabundo.

Por alguna razón, Darkness se encontraba sentada en el suelo de la celda con la cara ruborizada. Lo que más me inquietaba es que miraba las cadenas intensamente sin realizar el más mínimo movimiento. En respuesta a las protestas de Aqua, la expresión del guardia, que estaba sentado frente a la prisión haciendo trabajo de oficina, se tensó.


―¿M-Me preguntas por sus crímenes…? Nunca me imaginé que te atreverías a decir algo tan descarado, pero… Ayer por la noche no se les ocurrió otra cosa que utilizar una magia muy poderosa y provocaron un ruido tan fuerte que casi pareció un trueno. ¿De verdad creyeron que nadie iba a enfadarse?

Megumin se agarró a los barrotes de la puerta y contestó.

―En la ciudad donde vivo, simplemente me advirtieron que la zona cercana al núcleo de población podría sufrir un cambio irreparable y que fuera a hacer mis explosiones en otra parte. ¿No es esta la primera vez que he liberado mi magia cerca de la capital? La gente de este país es bastante cerrada de mente, ¿no?

―¡Idiota! ¡Si lo que quieres es acusarnos de hacer cosas raras, es precisamente la gente de su país la que no está bien de la cabeza! ¡Los habitantes de esta ciudad pensaron que se había iniciado una guerra y prácticamente todos saltaron de sus camas, ¿entiendes?!

El guardia tiene algo de razón en lo que está diciendo.

―La inspectora llegará en breves momentos. Si tienen algo que alegar, háganlo con ella, por favor. Bueno, en realidad usar magia en medio de la noche y perturbar el sueño de todos los ciudadanos no es un delito tan grave. Probablemente no les pasará nada malo, así que compórtense de forma madura y no causen más problemas.

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Después de prestar atención a los consejos del guardia, pensamos que lo mejor sería no decir nada más y esperamos obedientemente en la celda de la comisaría.

La noche anterior, mientras todo el mundo dormía, salimos de la ciudad por la puerta de la muralla sin que los guardias nos detectaran. Pensé que para aumentar las probabilidades de éxito de mí plan no estaría mal causar un poco de caos en el palacio, así que confié a las chicas la tarea de crear una distracción en las inmediaciones de la ciudad. Pero entonces Megumin de repente dijo “si encontramos una pequeña colina, podré realizar un conjuro de explosión que se oirá en toda la ciudad. Confíen en mí, soy una experta en esto”. Aunque la última parte quedó como un misterio para mí, decidí seguirle la corriente y proseguir con el plan. Una vez que provocara la explosión, yo me aprovecharía del caos que se generaría en la ciudad y me infiltraría en el castillo del príncipe. El objetivo era llegar hasta sus aposentos, y al lado de su cama le dejaría una carta clavada a la mesa con un cuchillo. En ella habría escrito:

“Estúpidos humanos, ¿de verdad pensaron que los ignoraría simplemente por declararse neutrales en la guerra? ¡En cuanto me encargue de ese reino tan molesto en que se ha convertido Belzerg, vosotros seréis los siguientes!”

…Algo así. De este modo les introduciríamos en la cabeza la idea de que el Rey Demonio jamás aceptaría la neutralidad y les obligaríamos a unirse a nuestro bando mediante sus ayudas económicas. Era un plan muy elaborado e infalible con el fin de crear un escenario de crisis total. Después de recibir la carta, seguramente sentirían el peligro acercándose y tomarían la decisión de cooperar con nosotros… Eso es lo que pensaba que ocurriría, pero no.

Ya entrada la mañana, cuando se podían escuchar los sonidos de actividad humana desde la celda, apareció una mujer. Con un atuendo que se adecuaba perfectamente a sus medidas y unas facciones perfectamente formadas, daba la impresión de ser una persona inteligente y muy capaz. Añadido a eso, llevaba su pelo de color rojo recogido en la parte de atrás de la cabeza con una coleta. Cuando entró en la sala de celdas nos miró con dureza.

Me recuerda a esa inspectora que vino a Axel para inculparme, Sena. Esa mujer tenía la misma aura imponente, pero me pregunto cómo le irá en estos momentos. Los rumores dicen que tras resolver cierto incidente regresó a Axel para continuar con su trabajo de inspectora de la capital.

La mujer colgó su abrigo en un perchero cerca de la pared de la entrada, preparó algo que parecía ser té negro y nos miró desde el otro lado de la puerta de barrotes. Al poco rato se giró hacia el guardia; todavía no había dicho una sola palabra desde que llegó.

Seguramente le querrá preguntar “¿son estos de aquí?”.

―Como alguien había usado magia de explosión a las afueras de la ciudad, me dirigí hacia allí a toda prisa. Cuando llegué me encontré a este grupo siendo perseguido por una horda enorme de zombis. Habían salido de la ciudad a altas horas de la noche y además decidieron usar esa clase de magia para eliminar no muertos, de modo que decidí arrestarlos por alteración del orden público. El informe está aquí.

Después de contestar con tranquilidad a la pregunta muda de la mujer, el guardia señaló a unos documentos que tenía sobre la mesa. En la sala grande que daba acceso a las celdas había una alfombra, y encima de ella únicamente una mesa, un taburete y un pequeño sofá.

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Si este lugar es una comisaría, al menos a mí no me lo parece.

Por lo visto, la inspectora percibió nuestras miradas clavadas en ella y antes de comenzar a hablar dio un sorbo a su taza de té.

―Este es el reino de Elroad, un país que se ha hecho poderoso gracias a los casinos. Particularmente no es un lugar que tenga demasiados criminales, por lo que este edificio donde nos encontramos es algo así como una instalación de seguridad para aquellas personas que se hayan arruinado hasta el punto de no poder pagarse una estancia y también para turistas borrachos. Un albergue para asegurarnos de que nadie muera de frío por no poder dormir bajo un techo… Y ahora que he resuelto sus dudas, voy a hablar con cada uno de ustedes por separado.

Nos miró con frialdad al decirnos cuál sería el próximo paso. Decidió interrogarnos en esa misma sala delante de los demás, que se encontraban encerrados en la celda, aunque quizás lo hizo con un propósito determinado. En vez de llevarnos a una sala aislada, el interrogatorio tuvo lugar en la única mesa de la sala de vigilancia.

El guardia se quedaría de pie detrás de la persona que estaba siendo interrogada para que esta pudiera ser reducida fácilmente en caso de que intentara algo raro.

Parece que el interrogatorio estaba programado para que comenzase en este momento exacto. En una situación normal, lo mejor sería llevarnos por separado a una sala privada para dar pie a que nuestros testimonios se contradigan y así poder inculparnos.

Eso fue lo que pensé tratando de emplear la lógica, pero… Mis dudas quedaron inmediatamente resueltas cuando vi el objeto que sacó la inspectora, uno que ya conocíamos perfectamente.

―Bien, escuchemos los que tengan que decir. ¿Están preparados? …Una cosa antes de empezar, aquí tengo un objeto mágico que emitirá un sonido en cuanto alguien diga una mentira… Por lo tanto no tiene sentido que traten de hacer coincidir sus testimonios con la intención de engañarme.

Tras explicarnos el funcionamiento de aquel objeto con forma de timbre para mostrador, lo dejó sobre la mesa. Entonces entrecruzó los dedos y miró con una expresión amenazadora a la persona que tenía delante de ella.

―…Umf, juro en el nombre de Eris y por todas las cosas buenas de este mundo que sigo siendo una caballera y por tanto no mentiré.

…Por alguna razón, la cara de Darkness estaba sonrojada y sus ojos resplandecían como si hubiese estado deseando verse en una situación así. En respuesta a su juramento, la inspectora murmuró un “como quiera” sin que apenas se le pudiese oír. Miró los documentos que había elaborado el guardia tras la detención y comenzó con las preguntas.

―Su oficio es el de caballero, y además es una creyente de la Iglesia de Eris… Muy bien, lo primero de todo, dígame su nombre…

―Me acojo a mi derecho de no declarar.

Darkness dijo eso con una determinación imponente.

―…¿Eh?

La mujer levantó la cabeza para reflexionar y miró a Darkness con evidentes sospechas.

―He dicho que no quiero declarar. ¡Si realmente deseas saber mi nombre, entonces tendrás que recurrir a la tortura o seguir preguntándome hasta que se te agoten las fuerzas! ¡En nombre de la prestigiosa Casa de los Dustiness, te aviso que no voy hablar fácilmente!

―¿Dustiness, ha dicho? …Emm, no vamos a torturarla ni nada parecido, ¿sabe? En un mundo donde podemos hacer uso de la magia para descubrir la verdad, esos métodos ya han quedado obsoletos. Por favor, puede estar tranquila… Casa de los Dustiness, ¿eh…? ¿La famosa familia Dustiness? …No puede ser… Sin embargo, el timbre no ha sonado. ¿…?

La inspectora miró al detector de mentiras como si temiera que se hubiese estropeado y empezó a hablar para sí.

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…¿No sería mejor que le explicara yo solo la situación?

Como pude adelantarme a los acontecimientos que ocurrirían en un futuro cercano por culpa de estas chicas, empecé a sentir lástima por la mujer.

―Responda a esto, Dustiness, ¿por qué fue precisamente a ese lugar para usar la magia de explosión?

―Mis labios están sellados. Si quiere que hable no tendrá más remedio que emplear la fuerza bruta.

Darkness siguió negándose a declarar irracionalmente.

¿Pero cuántos problemas y molestias planea dar esta chica?

―…Si se decide por permanecer en silencio, entonces asumiré que hay un crimen del que usted es culpable, ¿lo comprende? He dicho que no voy a utilizar esos métodos obsoletos para hacerla confesar, aunque sí que dispongo de ellos. Sin embargo, sea cual sea el delito que haya cometido, de ninguna manera voy a recurrir a ellos. Se lo aseguro, no tiene de qué preocuparse, su sentencia será leve. Por favor, no sea testaruda y confíe en mi palabra. Para su información, si determino que los sospechosos están relacionados con un delito importante y no quieren hablar sobre ello, tengo permiso para utilizar la tortura. Le recomiendo que no actúe de forma tan imprudente…

―¡Exactamente como a mí me gusta! ¡De acuerdo, trata de sacarme la información con los métodos más crueles y efectivos que tengas!

Al ver a la caballero apoyarse sobre la mesa totalmente excitada por lo que acababa de decir, la inspectora dio unos pasos hacia atrás con una expresión de inquietud. En ese momento miró al detector de la mesa como deseando que sonara… pero por supuesto no lo hizo.

Una vez confirmado que Darkness estaba diciendo la verdad sobre lo de recibir tortura, la mujer se puso todavía más nerviosa.

―…Umm, es suficiente… ¡El siguiente, por favor!

―…¿Qué es esto…? Una situación donde he sido capturada y sometida a un interrogatorio y a una posible tortura… Probablemente esto no me volverá a suceder en la vida… Y pensar que se acabaría tan rápido…

―Oye, deja de dar problemas a los demás por culpa de tu fetiche.

Cuando Megumin fue llamada a la mesa, Darkness volvió a entrar en la celda con una expresión deprimida. De algún modo me dolía ver la cara de cansancio que tenía la inspectora después de hablar con tan solo la primera de las chicas.

Megumin decidió tomar asiento y la mujer fue capaz de tranquilizarse para poner de nuevo un expresión firme. Como había hecho en el interrogatorio anterior, colocó las manos encima de la mesa y entrecruzó los dedos.

―…Veamos, usted es la persona que realizó el conjuro mágico, ¿correcto? Y si no me equivoco, su oficio es el de archimaga. Bien, primero déjeme oír su nombre.

―Me llamo Megumin.

La inspectora mantuvo su gesto de frialdad.

―…Perdone, ¿qué ha dicho?

―Me llamo Megumin.

La mujer miró instintivamente al timbre cuando escuchó las palabras de Megumin… pero por supuesto no emitió ningún ruido. La sospechosa se dio cuenta de los movimientos de la mujer y…

―Oye, si tienes algún problema con mi nombre me lo puedes decir a la cara.

―¡N-No! Por favor, disculpe mi comportamiento irrespetuoso.

La inspectora trató de recobrar la calma lo más rápido que pudo.

―…Muuuy bien, ¿por qué invocó esa magia tan poderosa en medio de la noche?

―Tengo una norma personal que me obliga a hacer una explosión por día. En Axel, donde yo vivo, la gente considera mi explosión diaria como si fuera un espectáculo de fuegos artificiales.

De nuevo la inspectora se quedó paralizada con el testimonio de Megumin. Bajó la vista al detector de mentiras como ya se podía esperar, pero como la niña maga estaba diciendo la verdad, no hizo el menor ruido. Megumin no había respondido exactamente a la pregunta, pero pareció que a la mujer le entró la curiosidad cuando mencionó su norma de “un día, una explosión”.

―…¿Qué ocurriría si no pudiera cumplir esta norma de la que habla y se quedara sin liberar su explosión durante más de un día?

―No quiero ni pensarlo, pero si alguna vez me viera en esa situación extrema, supongo que se produciría un gran “kaboom”.

¿A qué te refieres con un “kaboom”?

Al parecer la inspectora se estaba preguntando lo mismo que yo. Miró al timbre, que siguió sin reaccionar, y continuó en voz baja.

Un momento, ¿por qué no ha sonado el detector? ¡¿Acaso ese “kaboom” podría ocurrir de verdad?!

―Vamos a cambiar de pregunta. En relación con haber utilizado magia explosiva en medio de la noche, ¿qué piensa sobre ello? ¿No cree que perturbar el sueño de todos los ciudadanos se podría considerar un delito?

―En absoluto, porque creo firmemente que en mi vida anterior fui un dios de la destrucción. Como herencia de mi vida pasada, las actividades destructivas están completamente justificadas.

Cuando Megumin llegó al punto donde empezó a divagar sobre cosas incomprensibles, la inspectora apartó la vista de ella y se quedó absorta mirando al timbre… pero por supuesto se mantuvo en silencio.

…A lo mejor es que el detector de mentiras está roto.

―Oye, Aqua, hoy estás asombrosamente hermosa.

―Um um, ¿qué mosca te ha picado de repente? ¿Qué te pasa, Kazuma? ¿Acaso estás celoso porque hace unos días ese grupo de chicos intentó ligar con nosotras y casi~?

Chi-ring

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El timbre se activó antes de que Aqua pudiera terminar de hablar.

―…Por favor, no interfieran en el interrogatorio.

―Lo siento, solo estaba intentando averiguar si el detector estaba roto o no…. ¡Au! Oye, tú, para. ¿Qué haces? ¡Te he dicho algo bonito, no entiendo por qué quieres estrangularme! Para empezar, hace ya mucho tiempo intentaste probar si el detector estaba roto haciendo exactamente lo mismo conmigo.

Mientras que trataba de liberarme de las manos de Aqua, vi que la inspectora pareció sentirse algo aliviada después de que el detector hubiese hecho ruido al menos una vez.

―Déjeme preguntárselo por última vez. ¿Por qué usó la magia de explosión en medio de la noche y en un lugar tan cercano a la ciudad?

Le preguntó con una actitud más amigable para ver si eso surtía efecto.

―Porque esa es mi función en la vida.

La inspectora dudó una vez más de su explicación. Miró de nuevo al detector, algo que para ella ya se había convertido en una rutina…

―…Emm, el siguiente, por favor.





No se produjo ninguna reacción por parte del timbre y la mujer dejó caer los hombros visiblemente agotada. Parecía que ya estaba empezando a hartarse de nosotros.

―…Me llamo Aqua, ¿vale? Soy algo así como la líder o la cuidadora de esos tres que están encerrados en la celda.

Los tres nos quedamos mirándola fríamente desde el otro lado de la puerta de barrotes. Para ser preciso, lo que estábamos mirando fijamente era el timbre para mostradores de recepción que tenía delante de ella.


―Aqua-san… ¿sí? Se llama igual que la Diosa del Agua.

Por algún motivo, el detector no funcionó con la última explicación de Aqua.

…Uuuuh, no me puedo creer que esté diciendo la verdad…

―Me he dado cuenta de una cosa: siempre que la persona que habla tenga una fuerte convicción en lo que está diciendo, el timbre no sonará aunque sea una mentira. Ocurrió lo mismo cuando Megumin empezó a hablar sobre esas cosas tan raras de su pasado, ¿verdad que sí?

―Oye, ¿qué quieres decir con “cosas raras”? ¡Venga, dímelo a la cara, no tengas miedo!

Si es como dice Darkness, ¿entonces esa idiota cree de verdad que está cuidando de nosotros? Como sea eso, le voy a dar una buena bofetada nada más la vuelvan a encerrar.

―Pues cuénteme su versión. ¿Por qué razón se encontraban en ese lugar y en una hora como esa?

―Porque ese hombre de ahí que se llama Kazuma lleva todo el año con un deseo sexual incontrolable. Lo llevamos hasta esa colina a las afueras de la ciudad porque no había otra manera de evitar que se colara en los dormitorios de las chicas por la noche y las asustara. Al menos así podríamos asegurarnos de que eso no ocurriera.

Será desgraciada, ¿acaso esto es una venganza por esa mentira que dije para que sonara el detector? Espera, hace un momento ha dicho que era nuestra cuidadora y no se ha activado. Si es como dice Darkness, entonces ¿de verdad cree que salimos de la ciudad para controlar mis impulsos sexuales? A mí me da que esta chica cree firmemente esas cosas porque su mente se encuentra en modo “anormal” por defecto, pero aun así…

La inspectora observó reflexivamente el timbre, pero otra vez más ni se inmutó. La teoría de Darkness estaba ganando fuerza. Probablemente la mujer pensó que el testimonio de Aqua era cierto, por lo que me miró con desprecio.

…N-No te creas las cosas que está diciendo. Un momento, ¿de verdad, de verdad que ese detector no está roto?

―Emm, bueno, vale… Desde su punto de vista, ¿por qué cree que su grupo usó magia de explosión en medio de la noche…?

―¡Pues para proteger la ciudad de una horda de monstruos que se estaba aproximando! ¡Sí, en compañía de esos tres, yo, la grandiosa Aqua, conseguí salvar a la ciudad de un peligro inminente!

A pesar de la mentira tan descarada que estaba contando a la agente, el timbre, como ya era de esperar, no se activó. Al verlo, la mujer se vino abajo completamente.

―…Parece que… no está mintiendo. ¿Qué dice…? ¿Usted protegió a esta ciudad? ¿En serio…?

Su expresión se convirtió en una de disculpa al poco tiempo de conocer “la verdad” y miró a Aqua directamente a los ojos. Entonces corrigió su postura y concluyó el interrogatorio.

―Como representante de las fuerzas del orden de esta ciudad, permítame expresarle mi gratitud. Usted es Aqua-sama, ¿verdad? Y su oficio es arcipreste, ¿correcto?

Aqua se levantó del taburete a toda velocidad cuando escuchó aquellas palabras de agradecimiento. ¡Entonces…!

―¡Fufu, el título de arcipreste solo es una tapadera! Ya no hace falta que siga escondiendo mi verdadera identidad. ¡No soy otra más que la única e inigualable Diosa del Agua! ¡Sí, la diosa Aqua, esa soy yo realmente!

Al oír eso, no solo la inspectora y todos nosotros, sino que también el guardia, que hasta ahora había permanecido al margen, miró atentamente al timbre… pero este no sonó. La mujer suspiró y empezó a hablar para sí.

―Ah, al final resulta que está roto, um…

―¡¿Por qué dices eso…?!

Como Aqua empezó a actuar de forma violenta, el guardia la empujó contra la mesa y una vez que la situación quedó bajo control la devolvió a la celda. Después de escuchar los testimonios de las tres chicas, la inspectora pidió al guardia que se llevara el detector de mentiras a reparar y se frotó los ojos por el cansancio acumulado.

…Me siento mal por ella.

Sentí cierta empatía con ella y me giré a Aqua para hablar en voz baja y que nadie pudiera oírnos.

―Oye, ¿por qué no ha sonado el detector si claramente estabas mintiendo? ¿Acaso tienes algún tipo de magia para bloquearlo?

Me respondió con una tranquilidad absoluta.

―Con mis ojos divinos he podido ver que lo que hace ese aparato, en realidad sólo detecta las malas intenciones de la persona que está mintiendo. Después de todo soy una diosa, ¿sabes? Es imposible que tenga malas intenciones solo por contar esa mentira de nada. Y aunque eso ocurriera, mi aura divina y radiante las disiparía al momento. Si ese cacharro fuera capaz de detectar algo que saliera de mi boca, supongo que sería una mentira tan gorda que ni yo misma pueda creérmela, y para empezar eso iría en contra de todos mis ideales y de mi ética.

Lo dijo como si fuera algo corriente.

Hay que reconocer que en ocasiones demuestra las habilidades de una diosa propiamente dicha, ¿eh? Ya sea para bien o para mal.

―…¿Um? ¿Significa eso que no reaccionará a no ser que cuentes una mentira muy grande y además en contra de tu voluntad? Hace un tiempo, el detector que trajo Darkness a casa sonó cuando dijiste una cosa buena sobre mí,
¿verdad? Entonces básicamente no…

―Que salga el último… por favor.

Justo cuando me disponía a preguntar a Aqua sobre lo que ocurrió en nuestra anterior experiencia con ese aparato, me sacaron de la celda y me hicieron sentar delante de la pobre inspectora a la que el cansancio ya se le podía notar incluso en la voz.

***

 

 

―…¡Mis más sinceras disculpas! ¡Nunca me imaginé que usted podría estar relacionado con las famosas familias aristocráticas de los Dustiness y los Sinfonía!

Cuando me llegó el turno, la actitud de la mujer se relajó por completo. La causa de este cambio se debía a los collares que Darkness y Claire me habían confiado en distintos momentos de la misión. Fue cuando la inspectora los vio que empezó a disculparse por las molestias que hubiera podido causarme.

―Ya, ya, que hayamos utilizado el conjuro de explosión en mitad de la noche es un hecho indiscutible. Sin embargo… ¿no te has dado cuenta? Hay una razón que justifica totalmente haber hecho eso. Lo que quiero decir es que mi país y el tuyo son aliados y además tienen buenas relaciones, ¿no? Hemos venido aquí en secreto, así que nos gustaría que esto no se convirtiera en un incidente mediático…

―¡Sí, entendido, comprendo perfectamente su situación! ¡Si esto se nos fuera de las manos se podría convertir en un problema de alcance internacional! ¡Prometo no hacer demasiadas preguntas sobre por qué hicieron eso!

Como podía esperar de la autoridad de los nobles. Y pensar que tan solo con estos dos colgantes iba a ser capaz de cerrarle la boca tan rápidamente, sin duda me he hecho con una gran herramienta.

―Muy bien, ¿somos libres ya de volver a nuestro alojamiento?

La inspectora me mostró una sonrisa de alivio al oír que yo no tomaría medidas contra ella. Incluso se molestó en acompañarnos hasta la entrada principal de la comisaría. Pero justo cuando nos íbamos…

―Umm… señora, el detector estropeado que me ha dado antes, verá, no he podido encontrar nada roto. Bueno, de todas formas lo he cambiado por si acaso, pero no creo que… Eh, tú, a partir de ahora vamos a usar uno nuevo, así que deja este en el almacén.

El guarda vino al encuentro de la inspectora, habló con ella en voz baja y luego llamó a otro guardia. La mujer se quedó con la cabeza ladeada por la intriga al no saber qué había pasado con el timbre durante el interrogatorio.

Ahora se estará preguntando si cuando Aqua comentó que era una diosa estaba diciendo la verdad.

Mientras me ponía en el lugar de la inspectora, ella me miró directamente.

―…Solo es por curiosidad, pero, sobre lo que dijo esa chica de pelo azul antes, ¿de verdad sus deseos sexuales son tan incontrolables que sería capaz de colarse en las camas de las chicas por la noche solo porque sus miradas se hayan cruzado durante un instante…?

―¡Eso es mentira! ¡Por supuesto que es una sucia mentira!

A pesar de la seguridad de mi respuesta, la inspectora se alejó unos cuantos pasos de mí.


―¿E-En serio? Bueno, en cualquier caso no yo diré nada, no se preocupe…

Darkness estaba escuchando mi conversación con la agente y me dio unos golpecitos en el hombro.

―U-Umm… Nosotras te creemos. Sabemos que aunque estuviésemos a solas e indefensas, tú nunca intentarías hacernos nada. ¿No te reconforta poder contar con nuestra confianza?

Chi-ring

Algo sonó dentro de la comisaría cuando Darkness dijo eso. En ese momento, la inspectora dio otro paso más hacia atrás, ahora visiblemente asustada.

―Nadie cree que Kazuma sea capaz de hacer esa clase de cosas. Cuando a él le tocaba la tarea de vigilar por la noche, en mi caso nunca sentí la necesidad de tener un ojo siempre abierto por precaución.

Chi-ring

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…La inspectora caminó lentamente hacia atrás hasta darse contra la puerta del edificio. ¡Y entonces, una cierta persona que nunca podía leer el ambiente apretó el puño y…!

No, espera, siempre y cuando no se trate de una mentira muy grande de la que ella misma se sienta avergonzada, no podrá emitir malas intenciones.

―Le creo. ¡Yo le creo, ¿vale?! ¡Kazuma no es un pervertido en absoluto, y que yo sepa nunca se ha colado en la habitación de Darkness por la noche! ¡Creo sinceramente que en el fondo es un hombre de un corazón extremadamente amable y también sensible, ¿vale?! ¡Todas las cosas que he dicho antes eran mentiras!

Chi-ring, chi-ring, chi-ring, chi-ring…

―¡Paren ya de una vez con el escandalo! ¡¿Entonces así es cómo me ven, malditas?! ¡¿Saben?, tengo algo de conciencia y ya he recapacitado sobre lo que hice en el pasado, así que por favor, no digan nada más! ¡Lo siento muchísimo!

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