Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 10: La Mejor Apuesta del Mundo

Capítulo 2: ¡Educando a Estas Dos Chicas Mimadas!

Parte 1

Después de ser enviados a la capital mediante Teletransportación, aparecimos delante de un castillo que ya conocíamos. Los dos guardias que se encontraban en la puerta principal nos miraron de arriba a abajo con sospecha.

―¡Alto! ¡Los que no tengan asuntos que tratar con alguien del palacio no pueden entrar! ¡Este no es lugar para aventureros!

Entregué la carta de Iris a los dos guardias de aspecto amenazador como si les estuviera enseñando una insignia policial.

―Soy el famoso Satou Kazuma, un aventurero de la ciudad de Axel. Hemos venido porque la princesa Iris nos ha solicitado que hagamos un trabajo para ella. ¿Hay algún problema con eso?

Al ver el emblema de la familia real en el sobre, las caras de ambos guardias se pusieron pálidas e inmediatamente corrigieron su postura.

―¡P-Perdone mis modales…! ¡Iré ahora mismo a llamar a mis superiores, esperen aquí un momento, por favor! ¿Podría confiarme el sobre, si es tan amable?

―Um, supongo que puedo fiarme de ti.

Mientras estaba mostrando una actitud un tanto altiva delante de los dos guardias atemorizados, Darkness me dio un golpe con el codo. Uno de los guardias, el que estaba confirmando el contenido de la carta, inclinó la cabeza ligeramente.

―Disculpe, el papel que está dentro se encuentra bastante dañado. ¿Qué es~?

―¡Vaya, por favor, ignórelo! Ya sabe, cuando se es un aventurero suelen ocurrir muchas cosas, ¿no? ¿Entiende? ¡Monstruos y todo eso, ya sabe!

―Aah, ya veo… Bien, por favor aguarden un momento en la antesala de allí.

De ninguna forma podía haberle contado que rompí una carta escrita por un miembro de la familia real a causa de la rabia que me entró. Seguí obedientemente a uno de los guardias hasta la sala indicada. Cuando todas empezaron a sentarse en el sitio que mejor les pareció, los ojos del guardia que nos había traído hasta aquí comenzaron a brillar de emoción. Nos informó sobre los rumores que corrían por la capital acerca de nuestro grupo.

―…Perdone por no haberle saludado antes como es debido, Sir Satou Kazuma, su nombre se ha estado oyendo mucho por la capital en los últimos tiempos, ¿sabe? A mí también me han contado esas historias, ustedes prestaron su ayuda en la fortaleza que estaba en el mismísimo frente de batalla y de la que más tarde Dustiness-sama tomó el mando. Entonces, tras una serie de batallas aparentemente sin demasiada importancia, consiguieron dirigir a nuestras tropas hacia la victoria. Normalmente dicen que su líder, Kazuma-dono, actuó con inteligencia y tacto, y que además posee muchas habilidades. Y junto a él, la caballera y terrateniente Dustiness, una adorable archimaga que guarda en su interior una enorme cantidad de poder, y por último, una albañil; todos forman un equipo increíblemente poderoso.

―Hey, gracias por lo que has dicho, pero solo quería señalar que te has olvidado de la intervención de la adorable arcipreste.

En cualquier caso también somos el grupo de aventureros que hizo morder el polvo a la gran mayoría de comandantes del ejército del Rey Demonio. Mejor dicho, lo raro es que nuestros nombres no se hayan hecho famosos hasta ahora.

―Aunque solo se pudieron confirmar los nombres de Kazuma-dono y Dustiness-kyou, ¿es posible que esa chica de ahí sea la gran maga de los rumores que sabe utilizar la magia de explosión? A pesar de haber jugado un papel absolutamente importante en la batalla, por alguna razón su nombre sigue siendo aún desconocido. Como nadie lo sabe, se rumorea que usted es una persona muy humilde y misteriosa a quien no le gusta quedarse con la fama…

Al escuchar lo que dijo el guardia, la cara de Megumin se sonrojó ligeramente y la boca se le quedó un poco abierta. Sin embargo, ahora que se había forjado una reputación como maga humilde y discreta, le respondió con un tono pausado.

―…Um, ¿de verdad dicen eso los rumores? Bueno, supongo que no se equivocan cuando dicen que soy humilde, después de todo le doy todo el dinero que gano en las misiones a Kazuma.

―Eh, yo solo quería decir que mi nombre tampoco es conocido. No entiendo por qué nadie lo recuerda a pesar de lo mundialmente famosa que soy.

Probablemente había otras razones por las que el nombre de Megumin no había ido pasando de boca en boca, pero como me imaginé, ella se puso extremadamente contenta cuando se enteró que la consideraban como una persona humilde y misteriosa.

Bueno, parece que su mente ya ha empezado a navegar en esa dirección.

Al ver la reacción de Megumin, los ojos del guardia se iluminaron y al mismo tiempo se sintió conmovido.

―¡I-Increíble, ¿está diciendo que de verdad no tiene ningún interés en la fama o la riqueza?!

―Fu… Mi único deseo es alcanzar los límites de la verdadera esencia de la magia. Cuando el líder Kazuma solicita mis poderes, entonces le digo que lo único que deseo a cambio es la ración mínima de comida y que me sufrague otros pequeños gastos. ¡Ah, y también un lugar o una situación donde poder utilizar mi poder en condiciones…!

―¡Oooooooh!

Esta chica… Recuerdo que cuando estuve a punto de echarla del grupo, empezó a llorar y me suplicó diciendo “¡no me importa si solo me das comida y me ayudas con otros gastos menores, por favor, no me abandones!” mientras se le caían las lágrimas.

Entonces…

―¡Aah! ¡No me puedo creer que al final haya venido!

Un grito que sonó a angustia desgarradora se pudo escuchar en el pasillo justo cuando las puertas de la sala de espera se estaban abriendo. Tras ellas apareció una maga que llevaba una caperuza grande y que todos conocíamos; se trataba de la noble a la que se le confió la educación y la protección de la princesa, Rein.

―Es un poco cruel decir eso de “no me creo que al final haya venido”, ¿no te parece? He viajado hasta aquí porque Iris me lo pidió. Y ya que tú vas dando ejemplo de educación, ¿no crees que en vez de recibirnos de esa manera deberías preparar un buen banquete para felicitar al grupo que derrotó a otro líder más del ejército del Rey Demonio?

―Um… P-Pues…

Rein desvió ligeramente la mirada cuando empezó a sentirse intranquila. Al parecer ella también se dio cuenta de lo que había hecho.

Sin embargo, esto solo duró un breve momento, ya que a los pocos segundos tiró a Darkness del brazo y se la llevó a un rincón de la sala. Mientras se alejaba me lanzó unas cuantas miradas y empezó a hablar en susurros con ella.

―¡Dustiness-sama, ¿no dijo que encontraría alguna manera de hacer que él mismo rechazase la proposición?! Si dejamos que ese individuo esté a cargo de la seguridad de Iris-sama, estoy segura de que tendremos problemas con el resto de países…

―Sí, lo entiendo, pero a pesar de mis esfuerzos, su resistencia fue inesperadamente fuerte. Sin embargo aún nos queda una esperanza, y es que ese individuo cree que ya no voy a intentar nada más, por lo que ha bajado la guardia. Lo drogaré cuando lleguemos a la capital del país vecino para que se quede dormido durante toda la estancia de la princesa Iris allí.

―¡Oooh, no podía esperar menos de Dustiness-sama! ¡Si ese es el caso, entonces ya puedo descansar más tranquila!

…¿Qué estarán tramando exactamente esas dos? Un momento, Darkness quiso retenerme en su casa por petición del propio gobierno, ¿eh?

En cuanto a la razón de por qué sabía lo que estaban diciendo en su conversación privada…

―¿Qué haces, Kazuma? ¿Por qué las estás mirando fijamente?

―Ah, solo estaba confirmando la eficacia de una habilidad que aprendí hace poco.

Sí, fue gracias a mi nueva habilidad Lectura de Labios, la cual me permitía entender lo que se decía en una conversación tan solo con ver los movimientos de la boca.

En un principio la aprendí con la intención de usarla para espiar a los aventureros en el gremio durante mi tiempo libre, pero para ser sincero, realmente no tuvo ningún sentido haber invertido mis puntos en ella. Sin embargo debo decir que al final resultó ser una habilidad bastante útil. Unos minutos más tarde, escuchamos un grito a todo volumen fuera de la sala de espera.

―¡¿Satou Kazuma?! ¡¿Es cierto que Satou Kazuma ha venido?!

Aquella voz también conocida pertenecía a la señorita con la que tuve algunos problemas de protocolo. Pusimos nuestras miradas en la puerta al instante como respuesta, y entonces, la dama de la alta nobleza cuya seña de identidad era su traje blanco y a la que se le había encargado la protección de Iris, Claire, entró en la sala como una locomotora. Nada más verme se dirigió a mí y me tiró del brazo hasta llegar a otro rincón…

―…Oh, ¿qué tal va todo, Traje Blanco? ¿También estás en contra de que sea un guardaespaldas?

Intenté ir con cautela, pero Claire se inclinó hacia delante y me susurró al oído.

―No me llames Traje Blanco, imbécil. Sin embargo has venido en el momento perfecto. Te doy las gracias.

…

―¿Me estás dando las gracias, a mí? ¿Pero qué te ha pasado? ¿Qué es lo que planeas?

Como resultado de su inesperada actitud amable hacia mí, me puse aún más alerta que antes. Entonces se acercó todavía más y respondió.

―No estoy planeando nada… No, en realidad no sería correcto decir que no tengo algo entre manos. Oye, tú, coge esto.

Me entregó con bastante brusquedad un collar que tenía grabado el escudo de su familia. Este collar era idéntico al que Darkness llevaba siempre consigo excepto por el emblema, un objeto muy preciado que servía como prueba de su condición aristocrática.

―…En serio, ¿qué te pasa? A pesar de la actitud que has tenido siempre conmigo, ¿es posible que realmente sientas algo por mí? Bueno, siento tener que decirte esto, pero hace poco he empezado a llevarme muy bien con cierta chica. Como hombre abierto y sincero que soy, te aviso que no me puedo permitir hacer algo contigo de lo que luego es posible que me arrepienta. De nuevo te pido perdón, pero lo mejor será que te olvides de mí.

―¡Ya no me cabe ninguna duda de que eres un completo idiota, ¿por qué ibas a gustarme?! ¡Además, todavía no he dicho nada, ¿por qué estás rechazando mi petición de antemano?!

Claire levantó la voz a causa de la exasperación, pero se calmó rápidamente cuando se dio cuenta de en qué lugar estábamos y con quién.

―No tiene nada que ver con eso. Creo que tú y yo podemos cooperar para conseguir un objetivo común, aunque solo será por esta vez. Sé que la reunión con el príncipe del país vecino tiene muchas implicaciones políticas, pero… en primer lugar, antes de que todo esto pasara, yo ya estaba en contra del matrimonio de Iris-sama.

―Ahora nos estamos entendiendo. De acuerdo, cuéntame todos los detalles que sepas.

Al ver que ahora me encontraba preparado para tener una conversación seria, Claire sacó algo de su bolsillo.

―Como ya deberías saber, el hombre con el que se va a ver Iris-sama es el príncipe primogénito de un país vecino. Sin embargo, debido a que fue un niño consentido y que su educación fue bastante laxa en cuanto a su actitud, ahora mismo no es más que un mocoso egoísta. No tiene ni punto de comparación con Iris-sama, que nació con talento para la batalla y las estrategias; seguramente su aspecto físico también se encuentra muy por detrás de la adorabilidad y la belleza de la princesa. Por otro lado, el país vecino, Elroad, siempre ha intentado quedar por encima de nuestra nación. Si Iris-sama contrajese matrimonio con su monarca, seguro que esos cretinos hablarán mal de ella para hacerla quedar mal en comparación con el príncipe y la mirarán con ojos de desprecio… Por eso quiero que tú tengas esto.

Me entregó una bolsita de cuero de color negro con una mirada firme.

―¿Qué es esto?

―Es un veneno cuya comercialización está prohibida y que utilizan los nobles para quitar de en medio a sus enemigos políticos…

Tiré la bolsa en el momento que Claire me explicó su utilidad.

―¡Oye, ¿cuánto dinero crees que me he gastado para conseguir tan solo esa pequeña cantidad?!

―¡No intentes convertirme en un asesino! ¡Te ayudaré con gusto a impedir ese matrimonio concertado, pero no tengo intención de convertirme en un peón al que puedas sacrificar, ¿me oyes?! ¡Tú…! ¡Planeas matarme socialmente inculpándome el asesinato de ese tío, ¿verdad?!

Claire chasqueó la lengua ligeramente.

―Supongo que no tengo más remedio. En ese caso tengo otra cosa que pedirte aparte de participar en la misión de guardaespaldas. Siempre y cuando lleves contigo el collar que te acabo de dar hace un momento, deberías tener la posibilidad de usar libremente la autoridad de mi familia, la Casa de los Sinfonía, aunque solo hasta cierto límite. Por esta vez, y solo esta vez, podrás contar con el prestigio de mi familia ¿En qué cabeza cabe que yo entregue a Iris-sama a una persona tan sospechosa e inmerecida de ella? Haz todo lo que sea necesario para acabar con este compromiso.

―Si ese es el caso, entonces será un placer aceptar tu propuesta. ¿Cómo podría quedarme de brazos cruzados mientras veo la desdicha caer sobre Iris? Por favor, deja que me encargue de esto. Si la persona en cuestión es realmente un niñato caprichoso y maleducado como dices, haré todo lo posible para interponerme en su camino.

Al escuchar mi respuesta inmediata, la expresión de Claire se iluminó de entusiasmo.

―Al parecer había malinterpretado tus intenciones hacia Iris-sama. Por favor, perdona el poco respeto que te he tenido hasta ahora. Ya no me preocupa tanto dejar a Iris-sama en tus manos.

―No te molestes, aunque ahora que lo dices, yo por mi parte también tengo muchas cosas por las que pedirte disculpas. Parece que tu lealtad hacia Iris es auténtica, como debe ser. A pesar de mi apariencia, soy un hombre que se ha encontrado con una cantidad absurdamente alta de enemigos poderosos; un adversario de este nivel será pan comido para mí.

En el mismo instante que ambos, dos personas que siempre nos habíamos peleado en los asuntos que estaban relacionados con Iris, llegamos a un entendimiento mutuo… Claire y yo levantamos nuestras manos derechas al mismo tiempo y nos dimos un fuerte apretón.

―En esta situación, creo que tú eres la persona en la que más puedo confiar. Puesto que yo no puedo salir del país, mi única aportación es prometerte una gran recompensa en caso de que tengas éxito, así que el resto te lo dejo a ti.

―Estoy agradecido de contar con alguien tan poderosa como tú para apoyarme. Y en cuanto a la recompensa… Supongo que cuando todo esto se haya resuelto sin el menor percance, deberíamos quedar tú y yo una noche para que me cuentes lo adorable que era Iris también hace unos años mientras acompañamos la conversación con una copa de vino.

―Qué hombre tan poco ambicioso. Cuando cumplas tu cometido, hablaremos si quieres hasta que se haga de día. Te contaré todo acerca de lo revoltosa que era Iris-sama durante sus años de niñez.

Y de esa forma, sin que nos importara un comino las miradas de los demás, intercambiamos una sonrisa…

―Parece que lo están pasando muy bien ustedes dos.

Miré enseguida hacia el origen de aquella voz extremadamente triste. En la puerta de la sala se encontraba una chica joven que, como si tuviera miedo de las personas desconocidas, había asomado la cabeza por el marco y estaba echando un vistazo para comprobar quién había venido de visita. En el instante que las miradas de la princesa Iris y la mía se cruzaron, ella me dijo con timidez:

―Hace mucho tiempo que no nos vemos, Onii-sama. ¡Te he estado esperando…!