Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 10: La Mejor Apuesta del Mundo

Capítulo 1: ¡Negándonos a Aceptar este Matrimonio Repentino!

Parte 4

A la mañana siguiente.

―Hey, Kazuma, ¿de verdad quieres aceptar la petición de Iris-sama? Deja que me explique; aunque no tuviésemos en cuenta tu actitud irrespetuosa, creo que con nuestras capacidades actuales probablemente fracasaremos en caso de tener que intervenir en una situación de peligro. Dime, ¿se te ocurre algún otro grupo de aventureros aparte del nuestro que casi haya muerto por intoxicación de veneno de pez globo?

―Lo que pasó ayer no fue un error relacionado con nuestro trabajo de aventureros, así que no cuenta. Nosotros somos los que derrotaron a la mayoría de los líderes del ejército del Rey Demonio, y además el mejor equipo de Axel. Nadie podría quejarse de contar con nosotros como guardaespaldas.

Después de casi haber perdido la vida por intoxicación alimenticia el día anterior, finalmente terminamos los preparativos para viajar a la capital y nos dirigimos al local de teletransporte de Axel.

―Aqua ha ido a dejar al Emperador Zell y a Chomusuke en alguna parte, pero está tardando demasiado, ¿no crees? ¿Le habrá pasado algo?

En ese momento los tres estábamos esperando a Aqua, que había ido a llevar nuestras mascotas a la tienda de Wiz para que ella las cuidara durante nuestra ausencia.

Esa chica no habrá empezado una pelea con Vanir, ¿verdad que no?

Mientras empezaba a imaginarme lo que podía haber sucedido, Aqua apareció finalmente llevando su equipaje a la espalda.

―Ya se los he dejado. Cuando ese tipo depravado de la máscara vio a Chomusuke dijo “¡ojojo, un servidor se distrae durante un momento y de repente ocurre algo interesante, ¿jo?! ¡Fujajajajajaja!” y empezó a rodar de risa o yo qué sé por qué. Bueno, de todas formas no debería haber ningún problema.

¿A qué se habrá referido con “interesante”? ¿Es posible que ese gato se convierta realmente en la chica que decía ser su otra mitad cuando crezca?

Aunque tenía mucha curiosidad por lo que acababa de contarnos Aqua, este no era el momento para ello.

―Escúchenme un momento, chicas, dejen que sea yo el que hable con el dueño de la tienda de teletransporte.
Siempre he querido quejarme de una cosa sobre este sitio.

―¿Quejarte? ¿Acaso, acaso has tenido alguna especie de trifulca con el dueño?

Darkness me preguntó con ciertas sospechas, pero yo no le respondí y abrí la puerta del local. Cuando llegamos a la tienda recordé algo que me había pasado hacía dos meses: después de haber sido separado de Iris por la fuerza, intenté verme con ella en secreto.

―¡Eh, tú, vejestorio, he vuelto otra vez! ¿Podrías por favor teletransportarme a la capital?

―Bienve~ …¡¿No eres tú ese hombre de mala reputación, Satou Kazuma?! ¡¿No he dicho ya que no se te permite teletransportarte a la capital?! ¡¿De verdad tienes tan mala memoria?!

Darkness se quedó sin habla cuando escuchó nuestra conversación.

―¡T-Tú, aparto la vista de ti un momento e intentas ir a ver a Iris-sama! ¡¿Es eso, verdad?!

―Sí. No estoy seguro de si esa prohibición es obra de esa noble que se llama Claire, pero al parecer no me permiten que me teletransporte a la capital. Y además no solo fue esa vez, parece que ahora tampoco. ¡Eh, costal de huesos, mira esto! ¡Es una invitación escrita de puño y letra de un miembro de la familia real y por tanto un documento oficial, así que no lo ensucies, ¿me oyes?!

Saqué la carta de Iris y se la enseñé al encargado de la tienda gritando. Seguidamente él puso una expresión de absoluto desprecio.

―¿Es auténtica? No lo has falsificado en ninguna parte, ¿verdad? No hace mucho me amenazaste diciendo que tenías contactos en la familia Dustiness y que si te hacía perder los nervios me ocurriría algo malo, ¿recuerdas?

―Oye, Kazuma, ven aquí un momento, me gustaría intercambiar palabras contigo.

―Me niego. Mira, vejestorio, esta chica de aquí es la única hija de la Casa de los Dustiness, así que si vives en esta ciudad deberías tener una idea de quién es, ¿no? Pues ahora sabes que lo que te dije ese día no era mentira.

Le dejé claro que mi amenaza no iba en broma mientras aguantaba los tirones de Darkness. Por su parte, el dependiente del local empezó a ponerse pálido por momentos. Darkness lo vio y al emplear todavía más fuerza consiguió llevarme a un rincón de la tienda.

―¡No me digas que te niegas a escucharme! Dime la verdad, Kazuma, no has usado mi nombre más veces para hacer cosas raras, ¿verdad? No has abusado de la autoridad de mi familia para salirte con la tuya, ¿verdad?

―La única vez que mencioné tu nombre aparte de esta que te he contado fue cuando a Aqua la echaron de un restaurante de alta categoría por culpa de su atuendo, ¿vale?

―Ah, pues yo lo único que hice una vez fue decir “tendré unas palabras con Darkness” porque los carpinteros se negaron a hacer unos trabajos de mantenimiento y reconstrucción en la iglesia del Culto de Axis.

―Ah, pues yo lo único que hice una vez fue decir “esto es algo que va a comer la señorita Lalatina, así que por favor, dame las partes más sabrosas” cuando estaba comprando los ingredientes para la cena.

Al escuchar lo que todos dijimos, Darkness se tiró de rodillas al suelo por la impotencia. Se tapó la cara con las manos como si quisiera ocultar la vergüenza que sentía por todos nosotros; parecía que estaba a punto de romperse en lágrimas.

Cuando el dueño de la tienda vio aquella expresión de culpabilidad y vergüenza, esta vez nos habló con un tono más cuidadoso.

―A juzgar por su reacción, puedo ver que realmente usted es una miembro de la casa de los Dustiness. Umm, sobre lo de teletransportarle a la capital, no le cobraré nada por las molestias causadas, de modo que…

―Oh, entonces, si me permites~

―¡Pagaré! ¡Pagaré el precio habitual! ¡No puedo permitirme seguir causando más problemas a los habitantes de esta ciudad!

Darkness me interrumpió mientras yo estaba aceptando la oferta como si se tratara de un regalo de disculpa, se puso en pie de un salto y empezó a rebuscar en su bolso.

―Escúchame atentamente, Kazuma, tengo muchas cosas que hablar contigo cuando terminemos este trabajo. Será mejor que recuerdes bien mis palabras, ¡y lo mismo va para las otras dos de allí! ¡No intenten fingir que no tienen nada que ver en esto!

Los tres rodeamos a Darkness después de que se hubiera acercado rápidamente al mostrador para pagar al dueño y la empujamos hasta el círculo mágico.

―Vaya, qué señorita más terca. Después de todo lo que hemos pasado como compañeros de equipo, ¿no somos ya prácticamente una familia? Nos hacemos favores entre nosotros y también los recibimos, y siempre nos ayudamos los unos a los otros en los momentos de necesidad. Independientemente de que seas una noble, la actitud que tenemos al tratar contigo nunca cambiará, ya ves, eso es lo que verdaderamente significa tener compañeros. Cuando llegue el momento, siéntete libre de usar mi nombre como el aventurero número uno de Axel que soy.

―Tiene razón, Darkness. Avísame siempre que necesites pedir prestada la autoridad del Culto de Axis. Haremos todo lo posible para ayudarte.

―Darkness, aunque me quedé un poco sorprendida cuando me enteré de que eres una dama de la nobleza, para mí tú eres simplemente la única Darkness que conozco. Si necesitas utilizar en algún momento el poder del Clan de la Magia Carmesí, no dudes en hablar conmigo. Puedo escribir una carta a todos los de la aldea.

Al escuchar que nosotros siempre estaríamos dispuestos a ayudarla, Darkness mostró una expresión de genuina felicidad durante un momento fugaz.

―¡A-Amigos…! …¿Um? ¡No, espera, esto es extraño! Por mucho que piense, nunca existirá un momento en que necesite utilizar el nombre de nadie o pedir prestado el poder del Culto de Axis ni del Clan de la Magia Carmesí…

Mientras que Darkness expresaba sus protestas sin sentido, llegamos al círculo de teletransportación y nos quedamos allí quietos esperando. Fue entonces cuando…

―Oye Kazuma, ¿sabes qué? ¡Al parecer, cuando te teletransportas existe una pequeñísima probabilidad de que se produzca un accidente que resulte en una fusión con algún animalillo que pueda haberse metido en el círculo mágico, como por ejemplo un insecto! ¡Según lo que cuentan ciertos rumores, así es como se crearon los hombres lobo y las lamias, ¿no es alucinante?! ¡Qué cosas, ¿verdad?!

Aqua de repente empezó a contar esas historias como si quisiera asustarme, pero…

―Entonces, ¿por qué no capturamos la próxima vez a tres goblins por ejemplo y los teletransportamos a todos contigo? Si la fusión se produce de forma correcta, creo que tu inteligencia se verá aumentada, y bastante además.

―¡Qué estás diciendo, nini estúpido! Tú eres el que necesita teletransportarse con hormigas, a ver si así dejas de ser un vago.

―Ah, umm… Si hacen eso va a ocurrir un accidente, por favor, manténganse quietos dentro del círculo…

Cuando el encargado de la tienda murmuró tímidamente con una expresión preocupada, dejé de pelearme con Aqua y le di la señal.

―¡De acuerdo, viejo, mándanos a la capital!

Hasta ahora, se podía decir que todas las misiones importantes que había emprendido fueron tan solo debidas a ciertas casualidades del destino, pero esta vez no era el caso. Este trabajo lo había aceptado por voluntad propia teniendo en mente un objetivo muy claro, que era mantener a un príncipe que no había visto nunca lejos de mi hermana pequeña.

―¡¿Qu~?, espera…!

Darkness todavía parecía tener algo que decir sobre el asunto, pero el dueño de la tienda la ignoró e invocó la magia en dirección a nosotros.

―¡Teletransportación!