Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 9: El Destino Carmesí

Epílogo 2: Querido Onii-sama

Había pasado una semana desde que volvimos a Axel. Estaba a punto de ponerle un plato de comida a Chomusuke cuando Megumin entró en la cocina y me interrumpió.

—…Kazuma, ¿no crees que le estás dando demasiada comida? No deberías ser tan permisivo con él, ¿te quedó claro?

—Pero es que este pequeñín siempre tiene hambre… Toma, toma, come más para que crezcas pronto…

Espero que nos llevemos bien para cuando te conviertas en esa chica. Y también, perdona a Megumin por haber utilizado magia de explosión contra ti, por favor.

—…Hay una carta para Kazuma, aunque la verdad no sé de qué se trata.

¿Una carta para mí?

—¿No será del que me vendió el huevo de dragón? Desde que le compré al Rey Zel no ha parado de dejarme folletos de publicidad en el buzón todos los días.

La idiota que se dejó engañar está atrayendo demasiados estafadores a esta casa.

—Si está dirigida a Kazuma probablemente no sea nada bueno. Déjame que le eche un vistazo.

—Toma, aquí tienes… No sé dónde, pero me da la sensación de que ya había visto este tipo de sobre en alguna parte…

Megumin le pasó el sobre a Darkness… Ella lo abrió tranquilamente y miró dentro antes de sacar su contenido. En ese momento se guardó el papel en el bolsillo de la blusa sin un solo segundo de demora.

—…Oye, ¿qué pretendes hacer con esa carta que va dirigida a mí?

—…Es como dice Aqua, solo es una carta publicitaria del vendedor de dragones.

—¡Ajá, lo he adivinado! ¿No es genial, Kazuma? Y además era bastante difícil, porque en las que me envía a mí siempre pone “esta carta está dirigida a aquella que está destinada a poseer un dragón, una aventurera de gran fama y coraje”.

Aqua empezó a decir cosas estúpidas de nuevo, así que la ignoré y seguí insistiendole a Darkness mientras ella trataba de evitar mi mirada.

—Oye, dame esa car~

—Me niego.

Contestó sin darme tiempo siquiera a terminar la frase. Entonces se encogió haciéndose una bola; parecía una mujer embarazada tratando de proteger a su bebé. Nada más ver su reacción pude averiguar quién me había mandado la carta puesto que ya había visto a Darkness haciendo eso.

—¡Es de Iris, ¿verdad?! ¡Iris me ha mandado esa carta, ¿a que sí?!

—¡¿Cómo lo has adivinado?! ¡No, quiero decir, solo es publici~!

Estiré los brazos sin piedad en dirección al pecho de Darkness mientras ella trataba desesperadamente de negar algo que ya era más que una suposición.

—¡Aaaaaaaah!

—¡Mira! ¡Es como yo pensaba, es una carta que me ha escrito Iris!

Darkness la habia cubierto entre sus brazos y el pecho, y por encima puso sus rodillas.

Umf, no creas que voy a renunciar a coger esa carta solo porque te la hayas puesto en el pecho. Después de todo ya no soy el cobarde de antes, he renacido como un hombre despiadado.

Mientras experimentaba con gusto la emoción de mi victoria, desdoblé la hoja que ahora se encontraba arrugada…

Querido onii-sama,

He oído hablar sobre tus grandes logros en la fortaleza cercana a la capital. Parece que siempre te gusta zambullirte de cabeza en el peligro, así que me encontraba un poco preocupada por tu seguridad…

Tan solo leer el encabezado de la carta hizo que me embargara una sensación cálida.

En esta ocasión tengo algo que pedir a mi onii-sama, que se ha convertido en uno de los mejores y más grandes aventureros de este reino.

Entonces proseguí a leer la última línea de la carta.

Verás, dentro de poco voy a conocer al príncipe de un país vecino con el que me han concertado un matrimonio, de modo que me gustaría poder contar con mi onii-sama como guardaespaldas…

Y la rompí en trozos cada vez más pequeños hasta que me cansé.

– FIN DEL VOLUMEN 9 –