Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 9: El Destino Carmesí

Capítulo 5: ¡Sellando el Destino de esta Diosa Malvada con una Explosión!

Parte 5

Como Wolbach había estado yendo día y noche durante mucho tiempo para asediar la fortaleza con magia de explosión, los enemigos debieron de pensar que la victoria ya estaba a la vuelta de la esquina, pero…

—¡Explosión~!

Ese tipo de magia que llevaba consigo la muerte segura fue lanzada al centro del campamento instalado por el ejército del Rey Demonio. Como estaban tan seguros de que la victoria sería fácil para ellos, los demonios se dedicaron a preparar fiestas todos los días y por eso no pudieron evitar el ataque. El campamento se sumió en un estado de caos.

Los monstruos que se encontraban cerca de la zona cero salieron volando por los aires, y en el centro del campamento lo único que quedó fue un enorme cráter.

—¡¿Q-… Qué, qué está pasando~~~?!

—¡¿Q-Qué ha sido eso?! ¡¿Magia de explosión…?!

—¡Es el enemigo, nos han tendido una emboscada…!

Los demonios de mayor inteligencia se pusieron a inspeccionar los alrededores enseguida para encontrar a los culpables.

—¡Ah! ¡Miren allí, fueron ellos…! Son dos miembros del clan de la Magia Carmesí y…

—¡Teletransportación…!

Pero en el instante que nos descubrieron, Yunyun ya había activado su magia de teletransporte.

—…¡Ha sido todo un éxito!

Regresamos a la fortaleza gracias a la magia e informamos a todo el mundo de nuestros fantásticos resultados. La ansiedad y frustración reprimidas de los caballeros y demás aventureros fueron liberadas en forma de gritos de júbilo. Se podían escuchar gritos como “¡es lo que se merecen!” y “¡yo lo he podido ver todo desde la torre de vigilancia!”. Todos se encontraban de un humor insuperable. Entonces…

—¡Los enemigos han comenzado a moverse…!

Los aventureros a cargo de vigilar regresaron corriendo al patio y señalaron en dirección al bosque. Todos se colocaron según la formación que habíamos concretado de antemano y nos preparamos para enfrentarnos al ejército del Rey Demonio. Los demonios del campamento probablemente se encontraban furiosos debido nuestro ataque de antes, por eso, cuando llegaron a los muros de la fortaleza se podía ver que en sus miradas había intenciones asesinas. Además, se habían presentado allí a toda prisa sin haber preparado siquiera una formación de combate.

Una vez que nosotros cumplimos nuestro trabajo, los soldados y los aventureros debían continuar con la batalla a partir de ahí. Nos veríamos en serios problemas si intentábamos atacarlos a causa de la diferencia en el número de unidades de cada bando, pero si se trataba de defenderse ya era una historia completamente distinta. En un campo de batalla caótico y desorganizado como ese, yo no tenía posibilidad de desplegar mis habilidades, por lo que no participaría.

—¡Hermanos aventureros! ¡Dejamos el resto en vuestras manos!

Al escuchar mi señal, los combatientes del fuerte gritaron con tanta intensidad que incluso superaron a las voces que clamaban sangre en el ejército del Rey Demonio.

Al día siguiente…

—¡Explosión~!

—¡Aaaaaaaah!

—¡Son esos tipos otra vez! ¡¡No dejen que esta vez se escapen, a por ellos!!

—¡¿Cómo se atreven a matar a mis compañeros?! ¡No piensen que los voy a dejar vivir! ¡Rodeenlos, ahora!

Una gran variedad de monstruos y demonios, que entre ellos formaban la élite del ejército enemigo, comenzaron a proferir gritos de rabia sin control.

—¡Teletransportación~!

Continuamos atacando todos los días casi al mismo tiempo que Megumin recuperaba su maná por completo.

—¡Explosión~!

—¡La comida! ¡Acaban de volar por los aires el almacén de la comida!

—¡Madita sea, han vuelto! ¡¿Podrían al menos no hacerlo justo cuando está amaneciendo?!

—Date prisa y avisa a Wolbach-sama. ¡Dile que haga explotar a esos imbéciles!

—¡Hay que aguantar un poco más! ¡Si esperamos unos días más, los muros de su fortaleza caerán seguro! ¡Y cuando eso ocurra podremos deshacernos de esa plaga en tan solo una jornada de batalla!

—¡Pues hoy yo no pienso dejarles escapar! Impidan que usen~

—¡Teletransportación~!

Les lanzábamos un hechizo de explosión día sí y día también hasta el punto de haberse convertido en una rutina.

—¡Guajajajajaja! ¡Mi nombre es Megumin, la maga número uno de Axel! ¡Venid todos, así se convertiran en puntos de experiencia!

—¡Han vuelto a aparecer…!

—¡¡Corran, salgan de aquí lo más rápido posible…!!

—¡Idiotas, no se agrupen! ¡Esa fanática Maga Carmesí disparará en los sitios donde haya muchos juntos! ¡Alejense!

—¡No, por ahí no! ¡Tenemos que separarnos todavía más si no queremos que nos ataque con~!

—¡Explosión~!

Al mismo tiempo que su nivel empezaba a estar por las nubes, su poder mágico y la fuerza destructiva de sus explosiones crecieron sin dar signos de que pudieran parar algún día. Megumin se encontraba al borde de dejarse llevar por el placer y la adrenalina de su conjuro mágico.

Mierda, incluso ha llegado al punto de ponerse a reír como una desquiciada antes de realizar el hechizo.

—¡Guajajajajaja! ¡GUAJAJAJAJA! ¡Hoy también he vuelto!

—¡Ya basta, ya entendimos! ¡Nos rendimos! ¡Es más, nos habíamos rendido hace tiempo! ¡Toma, ¿quieres llevarte algunos dulces?!

—¡Aún tengo una madre de la que cuidar en mi hogar, así que por favor…!

—El nombre del Clan de la Magia Carmesí y el de los clanes de demonios se parecen bastante [6], ¿saben? ¡Oye, creo que podríamos hacernos muy buenos amigos!

—¡Vamos a discutir esto tranquilamente, ¿de acuerdo?! ¡Estoy seguro de que juntos podremos llegar a un acuerdo pacífico! ¡Después de todo, la guerra es para los idiotas!

—¡Mira, nosotros ya hemos tirado las armas al suelo, ¿lo ves?! El gran y honorable clan de la Magia Carmesí no atacaría a unos enemigos indefensos que~

—¡Explosión~!

Cuando los demonios nos avistaron en nuestra siguiente visita…

—¡Megumin, por ahí! ¡Parece que esos están corriendo en todas direcciones, pero en realidad se están agrupando!

—¡Entendido! ¡No piensen que van a escapar de mí!

—Guaaaaaaaaaaaah. ¡¡Por favor, dios, sálvame!! ¡¡¡Wolbach-sama, por favor~!!!

—¡Si pudiera cambiar de vida y empezar de cero, no me gustaría ser un soldado demonio! Prefiero ser un gato… Quiero que mi dueña me dé de comer todos los días… y que me abrace…

—Tranquilo, esto solo es un sueño. Eso es, cuando me despierte, mi madre volverá a casa después de haber salido a comprar y me preparará filetes de jabalí para comer…

—¡Y-Y-Y-Yo soy un candidato para ascender a comandante del ejército del Rey Demonio! ¡Si me dejas vivir, estoy seguro de que el Rey Demonio pagará un rescate sustancioso por mí…!

—¡Explosión~!

Empezaron a correr en todas direcciones tratando de encontrar desesperadamente un lugar donde esconderse.

—¡Esto no ha acabado! ¡¿Por qué piensan que los dejaría escapar…?! ¡Ah, espera!

—…Ya vale, es suficiente. Por hoy ya hemos terminado nuestro trabajo.

Había perdido la cuenta de los días que pasaron desde que comenzamos a atacar el campamento del ejército del Rey Demonio. Las primeras veces salían a contraatacar diligentemente nada más que les lanzábamos por sorpresa el hechizo de explosión, pero ahora su moral parecía haberse hundido sin remedio. Daba la impresión de que en cualquier momento recogerían sus cosas y regresarían corriendo al territorio de los demonios…

—Ya no sé si los malos son el ejército del Rey Demonio o nosotros…

Yunyun hizo ese comentario algo aterrada después de habernos estado acompañando todo este tiempo. Los últimos días, cuando los enemigos veían a Megumin, se lanzaban directamente al suelo de rodillas. Otros simplemente se sentaban y empezaban a rezar, pero en general ya ni siquiera se molestaban en escapar.

Me da la impresión de que no habría ningún problema si desertaran del ejército, pero parece que la jerarquía entre las filas del Rey Demonio es brutalmente opresiva y por eso ninguno se atreve a desobedecer las órdenes de sus superiores.

—Ah, esto es preocupante. Me parece que ya nunca podré volver a subir de nivel a este ritmo…

—Solo voy a recordártelo, pero no hemos venido aquí para conseguir puntos de experiencia, ¿sabes?

La emoción que había antes en los ojos de Megumin se había disipado por completo, lo que significaba que probablemente era el momento de parar.

Mierda, incluso yo estoy empezando a sentirme mal haciendo esto.

Las fuerzas de élite del Rey Demonio habían perdido ya más de la mitad de sus unidades a causa de nuestros ataques diarios con magia explosiva. Además, los muros de la fortaleza se reparaban con mucha frecuencia bajo las órdenes de Aqua y siempre estaban como nuevos, tanto que incluso los combatientes dedicaban su tiempo a decorarlos con pinturas. Con todo ello, el estado de los muros era bastante mejor que cuando llegamos por primera vez. Para ser sincero, pensé que a Aqua le iría mejor siendo una artesana o una obrera, por lo menos así contribuiría muchísimo más a la sociedad que si mantuviera su oficio de arcipreste.

De cualquier forma, ya debería ser suficiente.

—De acuerdo, Yunyun, hoy ya hemos acabado aquí. Aunque es una vergüenza no haber podido usar mi conjuro de explosión, siempre podemos volver otra vez, por ejemplo esta noche cuando esos tíos empiecen a sentirse seguros. Bien, ahora por favor empieza a preparar el teletransporte.

Megumin aceptó que nos retirásemos por el momento y habló con su bastón apoyado en el hombro. Pero fue entonces cuando…

—Llevo mucho tiempo buscándoos, chicos, pero parece que por fin nos encontramos.

Wolbach salió de la nada, pero parecía que había abandonado la idea de atacarnos por completo. Su expresión indicaba cansancio y dolor.

[6] La palabra magia en japonés (魔法) y la palabra demonio (魔) comparten el mismo kanji, de ahí que ambos nombres sean similares. N. del T. en inglés.