Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 9: El Destino Carmesí

Capítulo 4: ¡Adorando a Estas Diosas sin Prestigio!

Parte 2

 

 

Después de que Aqua y yo nos despidiéramos temporalmente de Mitsurugi, me reuní con todas mis compañeras a solas en una de las habitaciones.

—De acuerdo, vamos a empezar por hablar sobre nuestros futuros planes.


Giré la cabeza y las miré a todas de una en una mientras les hablaba sentado desde la cama.

—¿Qué planes futuros? Acabo de encontrarme con el oficial al mando de este fuerte y le he contado que tenemos experiencia en derrotar a unos cuantos jefes del ejército del Rey Demonio, así que ha renunciado a su autoridad de mando en favor de nosotros.

Cuando me enteré de que Darkness nos había complicado más la situación de lo que estaba mientras no le prestaba atención, sentí el impulso de llevarme las manos a la cabeza y gritar con todas mis fuerzas. Siendo sincero, esa vez las cosas se habían puesto demasiado complicadas para nosotros.

Mi plan original consistía en protegernos a nosotros mismos quedándonos dentro de la fortaleza, y cuando el enemigo se presentara por allí para realizar una incursión, le lanzaríamos un ataque preventivo con el conjuro de explosión de Megumin, que era el hechizo ofensivo de mayor alcance de todos. No importaba si el líder de los enemigos era un espíritu, un dios o un demonio, Explosión era capaz de hacer daño a cualquier ser de este mundo. Si hubiésemos podido actuar siguiendo este plan habríamos acabado con la mayoría de los enemigos, pero si uno de ellos tenía la opción de utilizar el mismo conjuro, entonces la ventaja que nos aportaba el alcance de nuestros ataques quedaba anulada.

—Pues hoy nos hemos enterado de que ese jefe llamado Wolbach puede utilizar la magia de explosión.


—¡¿…?!

Cuando escuchó lo último que dije, una de las chicas se levantó de pronto y dio una patada a su silla; había reaccionado al término “magia de explosión”.

—¡¿Explosión?! N-Nunca me lo habría esperado… Conozco perfectamente el poder destructivo de ese conjuro por Megumin, y para ser sincera, no sé cómo podría defenderme de él…

Yunyun agachó la cabeza para disculparse.

—¡No pasa nada, yo me ocuparé de eso! ¡Ya he recibido antes un golpe de lleno de una explosión! Yo haré de señuelo, así que cuando el enemigo deje a la vista un punto débil después de realizar el conjuro, ustedes aprovechen la oportunidad y acaben con ella.

—Ahora mismo no tienes tu armadura porque acabó hecha pedazos, e incluso con los encantamientos de apoyo de Aqua no hay garantías de que vayas a salir con vida.

En la lucha contra el dragón zombi del otro día, la armadura de Darkness resultó demasiado dañada como para seguir utilizándola. Dejó caer los hombros desilusionada al escucharme, pero Aqua asintió mostrando su acuerdo.

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—Así es como están las cosas. Aunque hayamos hecho todo el viaje hasta aquí, creo que deberíamos dejar en paz a esa mujer que dice ser un dios maligno. No estoy siendo indulgente, es solo que nunca había oído hablar de una diosa maligna menor con el nombre de Wolbach. Es un poco triste eso que hace, ¿verdad?

La diosa autoproclamada fue la primera en acobardarse cuando se enteró de que nuestra adversaria era capaz de utilizar el conjuro de explosión. En ese momento, Megumin hizo girar su capa tras haberse mantenido todo el tiempo en silencio y sin moverse.

—¡Mi nombre es Megumin! ¡La maga número uno de Axel, aquella que persigue el dominio del conjuro de explosión definitivo! ¡¿Decís que la líder del ejército del Rey Demonio que asegura ser una diosa malvada sabe usar la magia de explosión…?! ¡Esa es la rival digna de competir contra mí que he estado buscando desde siempre!

—¡¿Eh?!

Por alguna razón, Yunyun se sorprendió al escuchar el discurso de su compañera de clan.

—¿Qué quieres decir con “eh”?, solo alguien que domina la magia de explosión es digno de convertirse en mi rival. ¡Si muero a causa de sus conjuros, abandonaré este mundo de la forma que siempre he deseado! ¡¡Sí, no me importaría en absoluto morir de una forma tan grandiosa!!

Tras esas palabras incorregibles de la chica a la que le faltaba un tornillo, Yunyun se enfadó con ella mientras le caían lágrimas de los ojos.

—¡¿Pero qué tonterías estás diciendo? ¡¿No se suponía que yo era tu rival?! ¡¿Por qué le has dado un rango tan honorable a un jefe del ejército del Rey Demonio que ni siquiera conoces, y encima así de fácil?!

—¡¿P-Por qué te has puesto tan nerviosa de repente?! Qué chica más problemática, si lo que quieres es que te reconozca como mi rival verdadera, entonces aprende magia de explosión. Si quieres empezar te llevaré todos los días conmigo a mis prácticas.

—¡No quiero aprender magia de explosión, y no me importa si te vas a practicar por ahí sin mí! ¡Nuestra enemiga en esta ocasión sabe utilizar el hechizo de explosión! Un oponente así no se puede tomar a la ligera…

—¡¿Cómo te atreves a decir que no quieres aprender Explosión?! ¡De acuerdo, voy a tomarme esto como un desafío contra mi persona y por supuesto que voy a aceptarlo! Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que tú y yo tuvimos un duelo. ¡Si pierdes, tendrás que ahorrar tus puntos de experiencia hasta que puedas usarlos en aprender magia de explosión!

—¡N-No quiero tener esa clase de duelo! Una competición que decidirá mi camino en la vida, yo nunca… ¡Espera, Megumin, tus ojos están empezando a brillar! ¡¿Lo estás diciendo en serio?! ¡Eh, ¿lo que estás diciendo va en serio?!

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Ignoré a la pareja que había empezado a discutir y continué explicando el plan al que nos ceñiríamos a partir de ahora.

—Megumin ha dicho unas cuantas cosas imprudentes, pero les recuerdo que en esta ocasión, el enemigo es demasiado poderoso. Podría acabar con nuestras vidas de un solo ataque, y si todos acabamos hechos papilla, Aqua no podrá utilizar su magia de resurrección. Lo mejor será que nos retiremos de esta batalla…

—¡¿Qué demonios estás diciendo?! ¡¿Cómo pretendes que salga corriendo ante un oponente de ese calibre?! ¡Ella es la auténtica rival que me ha regalado el destino, sí, no me cabe ninguna duda de ello!

Megumin se exaltó hasta límites nunca vistos y colocó una pierna encima de su silla mientras que sus ojos desprendían un brillo de color rojo intenso.

—¡La persona que amenaza la vida de mi querido Chomusuke es esa poseedora de la magia de explosión, la comandante del ejército de demonios que dice ser un dios maligno! ¡Para mí no existe otra opción que derrotar a Wolbach y robarle el título de comandante y el de dios!

—¿No te das cuenta de lo que estás diciendo…? El riesgo es demasiado alto si pretendes luchar contra ella directamente. La primera de las dos que ataque será la ganadora, y en esa lotería nosotros nos encontramos en desventaja.

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—No hay ninguna desventaja para nosotros. El conjuro que más me gusta es el de explosión, mi única afición son las explosiones; si hablas de mí, no podrás evitar hablar de magia de explosión. Eso es, yo soy la maga de las explosiones de Axel. Desde el momento que aprendí este hechizo, lo he estado utilizando todos los días sin faltar una sola vez. ¡Ya sea en términos de velocidad, precisión o poder destructivo, tengo tanta confianza en mis capacidades que nadie en este mundo puede ser mejor con la magia explosiva que yo!

Después de que Megumin soltara todo eso, respiró profundamente con una expresión de absoluta confianza en su rostro.

—¿Pero no perdiste con Wiz cuando luchamos contra la Fortaleza Destructora?

—Eso ya es historia. Después de mi subida de nivel he aprendido todo tipo de habilidades enfocadas a aumentar el poder de mis explosiones. Hace un tiempo volví a competir contra Wiz de manera amistosa para ver quién conseguía la explosión más potente y gané yo. Ahora mismo soy la número uno de Axel.

¿De verdad hizo todo eso mientras yo no estaba atento?

—En serio, no nos pasará nada malo. Incluso cuando no puedo dormir por las noches, me repito a mí misma las frases de activación como si fuera un cántico hasta que vuelvo a coger el sueño. ¡Da igual cuál sea mi contrincante, terminaré de recitar el conjuro antes que él!

—¡¿Qué diantres, hiciste algo tan peligroso dentro de casa?!

Cuando me disponía a echarle una bronca a Megumin, la fortaleza entera se sacudió con un estruendo ensordecedor. El techo de la habitación comenzó a desmoronarse y todos excepto Megumin nos protegimos la cabeza con las manos. Todos los días oía el sonido de sus explosiones de práctica, de modo que era imposible que identificara erróneamente aquel ruido. Lo que acababa de hacer temblar los mismísimos cimientos del fuerte era sin duda un ataque con magia de explosión. En ese momento, Megumin murmuró algo para sí visiblemente preocupada mientras el ruido de una alarma estaba causando una conmoción en el fuerte.

—Ugh, ese temblor es de un nivel bastante alto. Sumado a la longitud de onda del maná que ha sido liberado antes de realizar el conjuro, diría que es sin lugar a dudas una explosión perfectamente ejecutada. No, quien haya hecho eso no ha aprendido el conjuro de explosión solo para alardear en un momento de estupidez.

—¿Por qué le estás haciendo una evaluación?

Pero como asistente de explosiones, yo también podía asegurar que la calidad de aquel hechizo fue realmente alta. Si hubiese tenido que asignarle una nota, le habría dado más de noventa puntos.

—Es igual, apresúrate, Megumin. ¡Ahora que está atacando, es nuestra oportunidad para derrotar a esa líder del ejército del Rey Demonio!

—¿Eh? Q-Qué es lo que te pasa, Kazuma, tu actitud acaba de dar un giro de ciento ochenta grados.

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Me golpeé la pechera que formaba parte de mi armadura y entonces me puse en pie con mi arma en la mano. En ese momento me dirigí a las chicas, que se encontraban estupefactas por el cambio radical que habían tomado mis acciones…

—Como ha realizado el conjuro de explosión hace escasos momentos, eso significa que hoy no podrá volver a usar ese tipo de magia.

—¡Ah!

Incluso si el enemigo se trataba de un comandante, era imposible realizar el conjuro de explosión dos veces en el mismo día puesto que requería una cantidad ingente de maná.

Después de todo, incluso Wiz, que también era una líder superior al servicio del Rey Demonio, agotó la mayoría de su maná después de ejecutar una sola explosión. Y ahora que nuestra enemiga actual ha empleado su poder mágico en ese ataque, ya no tenemos de qué preocuparnos si aparecemos frente a ella.

Salí como un rayo por la puerta de la habitación tras confirmar que las demás me seguían y me dirigí hacia el muro exterior del fuerte que había sido destruido por los múltiples impactos de las explosiones, el que me enseñó Mitsurugi. Pero cuando llegamos a dicho lugar casi sin aliento…

—Esto es terrible.

Tras recibir este último ataque de explosión en el mismo punto donde se encontraban las fisuras anteriores, finalmente una parte de la muralla quedó reducida a escombros y éstos cayeron al fondo del enorme cráter que se había generado a los pies de la fortaleza. En la parte alta del muro había otros aventureros y caballeros militares que se habían acercado a toda prisa al lugar del desastre igual que hicimos nosotros. Entre ellos encontré una cara conocida y cuando llegué hasta él le pregunté.

—Eh, ¿a dónde ha ido la jefa del ejército enemigo? ¿No es más fácil acabar con ella ahora que se ha quedado sin maná?

Aquella pregunta iba dirigida a Mitsurugi, que se había quedado con la mirada perdida después de echar un vistazo a la muralla destruida. Quería saber a dónde había ido la culpable de aquel desastre. Y la respuesta fue…

—Wolbach se ha ido hace mucho… Esa es la razón por la que nos encontramos en esta situación tan miserable. El dios maligno Wolbach aparece frente a la fortaleza sin previo aviso, realiza su conjuro de explosión desde la distancia y entonces se retira de la batalla mediante teletransportación antes de que podamos siquiera acercarnos a ella.

Mitsurugi siguió contándome la forma de luchar tan terrible de la comandante enemiga.

—Las unidades de élite del ejército del Rey Demonio están apostadas en el bosque que hay cerca de la fortaleza. Probablemente escapa allí, y cuando recupera todo su maná, regresa para seguir causando daños. No solo el número de soldados es abrumador, sino que ese bosque es el hogar de muchos monstruos. No tenemos posibilidades de vencer si luchamos fuera de los muros del fuerte, y menos si el enemigo cuenta con la ventaja del terreno. Pero por otra parte, si nos mantenemos aquí defendiendo la fortaleza, en cuanto el muro exterior haya caído por completo, los soldados de élite que hasta el momento permanecen inactivos aprovecharán la ocasión y lanzarán un ataque brutal.

La situación que acabábamos de presenciar probablemente se había producido ya varias veces. Todas la personas que veía a mí alrededor tenían la mirada en el suelo como si ya no pudieran ver esperanzas de victoria. Si intentábamos ir tras la líder después de invocar la explosión, las fuerzas de élite nos destrozarían nada más poner un pie en el bosque. Pero si esperábamos dentro del fuerte a que ellos atacaran, la magia de explosión terminaría sellando del mismo modo nuestro destino.

Su plan era básicamente crear un cerco alrededor del fuerte y obligar a los combatientes atrincherados en él a salir con la magia de explosión. No sería más que una victoria mediante la fuerza bruta, pero mientras fuese efectiva…

Cuando Mitsurugi terminó le di mis conclusiones.

—Entonces solo podremos hacer algo si desaparece Wolbach o bien las fuerzas de élite del Rey Demonio…

Agarró la empuñadura de su espada mágica y cerró los ojos con frustración…

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—…De acuerdo, salgamos de aquí.

—Está decidido. Cuando vuelva a Axel le haré una casita al Rey Zel, una mucho más cómoda que esa piel siniestra. El Rey Zel estará contento con una cama de primera clase. No te preocupes, incluso los jefes del ejército del Rey Demonio serán asesinados en un instante cuando ese pequeñín crezca.

Después de regresar a mis aposentos, Aqua y yo comenzamos a hacer los preparativos para el viaje de vuelta a casa. Al vernos, Darkness trató de obstruirnos desesperadamente.

—E-Espera, Kazuma, me han obligado a tomar el mando de este fuerte. Si digo que abandono y que me voy a casa, sería un poco…

—¡¿Y por qué has aceptado un cargo tan complicado justo en este momento?!

—¡La culpa es tuya por haber usado mi nombre para intimidarlos!

Mientras discutía con Darkness…


—¿Umm? ¿Dónde se ha metido Yunyun? ¿No estaba con nosotros hace un momento?

—Si buscas a Yunyun, se ha ido a ayudar con las reparaciones del muro exterior utilizando su magia.

—Ya veo, no podía esperar menos de una miembro decente del clan de la Magia Carmesí. Iré a comprobar que nadie haya resultado herido.

—Entonces dime cuál es la miembro indecente.

Aqua escapó de Megumin cuando sus ojos empezaron a brillar. Curiosamente, en esta ocasión había dicho algo que sí encajaba con su trabajo de sacerdotisa, y entonces salió de la habitación. Darkness asintió al ser testigo de esta escena.

—Aqua y Yunyun están ayudando cada una de la manera que mejor sabe. Increíble, como podía esperar de unas aventureras veteranas. Oye, Kazuma, nosotros también somos unos veteranos, ¿verdad?

Darkness me enfureció cuando vi sus ojos iluminados por la excitación en un momento de emergencia como este.

Parece que admira a los héroes y a las personas valientes. Ahora que lo pienso, para ella sería imposible abandonar el fuerte justo cuando se encuentra en un momento de crisis.

Mientras me preguntaba si sería posible convencerla de que abandonase esas ideas suicidas, Megumin, a su lado, puso una cara de disculpa.

—Escucha, Kazuma… Sé que esto es peligroso, pero ¿podrías al menos darme una oportunidad de hacer algo? Si quieren, los demás pueden quedarse aguardando en el fuerte. Yo esperaré a Wolbach, que seguro aparecerá tarde o temprano, y entonces le lanzaré una explosión en toda la cara nada más salir.

Era extraño verla agachando la cabeza delante de otras personas con aquella expresión.

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…De verdad, no hay ni una sola que no me dé problemas.

—…Yo puedo detectar enemigos, además tengo Clarividencia y habilidades de ocultación. La probabilidad de que esa emboscada que planteas funcione será mayor si te acompaño. Está bien, iré contigo, pero todo dependerá de ti cuando esa mujer aparezca.

Los ojos de Megumin se abrieron de par en par cuando me escuchó, y entonces su boca se curvó lentamente formando una sonrisa.

—¡Yo me encargo!

Ahora Megumin tenía una amplia sonrisa y los ojos centelleantes; su pecho todavía infantil estaba hinchado de orgullo, lo que le hacía parecer una persona totalmente confiable.

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