Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 9: El Destino Carmesí

Capítulo 2: ¡Haciendo Cambiar de Idea a estos Testarudos Aventureros!

Parte 6

Al día siguiente tras aceptar la petición de Megumin, necesitaba algo de tiempo para hacer los preparativos de la larga expedición que nos esperaba y contarle a todo el mundo que partiríamos por la mañana. Cuando terminé de hacer todas esas tareas me senté en el sofá con las piernas cruzadas y utilicé mis habilidades de fabricación manual para hacer cierto objeto. Darkness también se sentó en el sofá y me observó con intriga. Aqua nos vio y se sentó corriendo a mi otro lado.

—Oye Kazuma, ¿qué es eso?

—Una cosa que he comprado en la tienda de Wiz, una poción que explota al recibir un impacto.

—¡¿Eeeh?!

—¡¿Eeeh?!

Darkness se levantó asustada cuando escuchó mi explicación y comenzó a caminar hacia atrás junto a Aqua.

Todos los materiales que estaba utilizando en ese momento se encontraban colocados de forma desordenada en la mesita, y entre ellos había un trozo de papel, un cuentagotas y un tipo especial de sustrato químico capaz de absorber una gran cantidad de líquido y además de entrar fácilmente en combustión. Al parecer se obtenía de la materia en descomposición de una planta concreta. Utilicé el cuentagotas para transferir el líquido que explotaba con los impactos a la porción de sustrato que había colocado encima del papel. Aqua siguió caminando marcha atrás y me preguntó con inquietud.

—O-Oye… ¿Por qué estás haciendo un objeto que da tanto miedo? ¿Qué planeas hacer con él?

Alejé lentamente la botella de poción que tenía en la mano y la coloqué con cuidado en el suelo.

—Cada vez que lo veía en el estante de la tienda me imaginaba que sería una especie de poción mágica, pero resulta que también explota cuando toca el fuego. Una sola gota puede producir una explosión si entra en contacto con las llamas, así que estaba pensando que esta sustancia es similar al nitrato de amonio.

Nos dirigíamos hacia un campo de batalla muy peligroso, donde en el que además se encontraba un líder del ejército del Rey Demonio. En el frente de batalla también estaban los aventureros con los objetos trampa que obtuvieron tras su reencarnación, pero ni siquiera ellos pudieron hacerse con la ventaja en el combate. Cuando Darkness se vio forzada a casarse con el gobernador Aldarp, pensé en reproducir en este mundo una cosa que provenía de la Tierra, pero en aquel entonces no pude encontrar nada que sirviera para reemplazar el nitrato. Tan solo pude fabricar una réplica similar en apariencia, y aquel objeto acabó siendo destruido por Megumin poco después de terminarlo.

Continué con la explicación mientras que Aqua y Darkness me miraban con una expresión confundida.

—Gracias a esto he podido fabricar algo muy interesante. ¿A qué tipo de enemigo nos enfrentaremos mañana cuando lleguemos a nuestro destino? Si dispongo de los materiales necesarios para hacer esto, podría convertirse en nuestra mejor arma en un futuro no muy lejano.

Tras escucharme, Aqua echó un vistazo a los materiales que había en la mesa y en ese momento pareció haber averiguado lo que estaba fabricando. En efecto, se trataba de la famosa…

—Ya veo… Ahora estamos en verano. La sangre japonesa que corre por tus venas te está llevando a que hagas petardos.

—Es dinamita.

Darkness estaba totalmente perdida y preguntó.

—¿Petardos? ¿Dinamita? Nunca había oído esas palabras. ¿Para qué se utilizan?

Le di las tres barras que acababa de fabricar e inclinó la cabeza confundida. Megumin rompió la que casi conseguí que fuera funcional, pero aún así seguí intentando fabricar más en los ratos que me encontraba aburrido. Ahora mismo estaba haciendo unas cuantas a toda prisa para poder tenerlas listas en la expedición del día siguiente. Aqua cogió una de las barras que imitaban a la dinamita y la examinó con curiosidad. En ese momento la cubrió con ambas manos.

—Kazuma, mira.

¿…?

Devolvió la carga de explosivo a la mesa, pero ahora era prácticamente la mitad de larga que las otras dos…

—Ha encogido.

—¡¡Estúpida!!

Cogí rápidamente la dinamita que Aqua había acortado. No fue como el truco de magia de un presentador de un programa de variedades, sino que realmente su tamaño había disminuido físicamente hablando.

—¡Tú…! ¡¿Qué le has hecho a esto que tanto tiempo he invertido en fabricar?! ¡¿Y ahora qué hago con ella, puedes hacer que vuelva a ser como antes?! ¡¿Acaso se puede utilizar tal y como está?!

—Definitivamente no puede volver a como era antes.

Aqua no mostró ninguna señal de arrepentimiento al decir eso después de haber realizado aquel truco de magia sin avisar y sin permiso.

—¿Es que no lo entiendes? Estoy preparando estas cargas para el viaje de mañana. Veo que eres muy buena usando las manos, así que fabrica una para compensar la que acabas de estropear.

—Me temo que si hago eso, una de las tres barras de dinamita será más pequeña que las otras. ¿Te parece bien?

—¡¿Por qué?! ¡¿Acaso llevas escondida un arma para encoger cosas?!

Tampoco pude soportar la idea de tirar a la basura la barra de dinamita en miniatura, así que probé a guardármela en un bolsillo. Era pequeña y fácil de transportar, lo que me irritó aún más.

Si realmente se puede utilizar tal como está no puedo poner ninguna queja.

Darkness estaba observando el producto final que yo le había puesto en las manos, y después de haber ignorado nuestra discusión me preguntó con curiosidad.

—Entonces, ¿qué es esta cosa exactamente?

—Te lo enseñaré después de comer. Te aseguro que vas a quedar asombrada, pero especialmente lo hará Megumin.

Le anuncié con confianza que lo probaría delante de ella.

—Hora de comer. Recoge la mesa y lávate las manos… ¿Qué pasa? ¿Por qué todos me miran de esa forma?

Megumin era hoy la encargada de cocinar y nos trajo la comida al salón en una bandeja, aunque entró con una expresión de desconcierto.

A mucha distancia de la ciudad, en una colina donde las rocas abundaban bastante. Este parecía ser el lugar que había recomendado Megumin para sus prácticas de Explosión.

—Qué cosa más rara, todos han querido acompañarme para ver mi práctica. Si lo hubiera sabido, habría preparado unas cuantas cajas con comida para llevar en vez de hacerlo en casa y así habríamos podido hacer un picnic.

Megumin probablemente se encontraba encantada de que todos la hubiésemos acompañado para ver su conjuro de explosión diario, de modo que andaba por ahí haciendo girar su bastón con alegría. Poco después realizó su conjuro…

—¡Explosión!

Toda la zona recibió el impacto de la onda expansiva junto con el consiguiente estruendo. El conjuro más potente de todos los que había era capaz de desintegrar cualquier cosa, y por supuesto destruyó como si nada la roca que había señalado como objetivo. Darkness se colocó delante de nosotros tranquilamente durante la lluvia de escombros para protegernos mientras que manteníamos la cabeza agachada. Cuando todo acabó, sostuve a Megumin para que no cayera al suelo después de agotar todo su maná y entonces le inyecté parte del mío mediante mi habilidad; así podría volver a casa caminando por sí misma.

—Jo, hoy te has llevado una puntuación muy alta.

—¿Verdad que sí? Creo que el efecto ha sido realmente bueno. Fiu, estoy satisfecha. Volvamos a casa… ¿…? Kazuma, ¿qué es eso?

Megumin se quedó intrigada cuando saqué dos cargas de dinamita que imitaban a la real. Para fabricarlas envolví el sustrato empapado de poción explosiva en varias capas de papel para estabilizarlo, y después coloqué un cordel impregnado del mismo líquido lo más cerca del centro que pude. Así de simple es la dinamita. Estas cargas que había llevado para la prueba eran suficiente para tratarse del primer prototipo que fabriqué.

—Esta es la primera vez que dispongo de un arma llamada poder financiero, así que he probado fabricar un prototipo de arma haciendo uso de ese dinero para facilitarnos las cosas en nuestras misiones. Observa con atención.

La coloqué detrás de una roca no muy lejana y dejé el cable del detonador, que era el fusible, apuntando lo más alto posible para que yo pudiera verlo con facilidad.

—…Un momento, creo que esa cosa que ha fabricado Kazuma me suena de algo…

Megumin dijo algo en voz baja, pero no le contesté y sencillamente me puse a una distancia segura de la roca.

—¡Llama!

Encendí el fusible desde lo más lejos posible, y entonces comenzaron a salir chispas del cable… De repente se me ocurrió una idea genial y levanté el brazo en dirección a la roca para después gritar:

—¡Explosión!

—¡¿Eh?!

Megumin gritó de asombro. El ruido anuló su grito y, tras la explosión de la barra de dinamita de fabricación casera, apareció una grieta en la roca.

Así que la potencia todavía no se puede comparar con la de las cargas que se utilizan en los trabajos de demolición, pero resulta más que adecuada para emplearla como arma.

—Ah… aaah…

Megumin estaba temblando a mi lado, y en cambio Darkness apretó el puño con la cara ruborizada.

—¡I-Increíble, Kazuma! ¡¿Desde cuándo sabes usar Explosión?!

—Ummf… Ya ves, como soy un tipo mañoso he estado subiendo de nivel en secreto mientras que todas dormían.

Contesté con un ligero tono fanfarrón al ver lo animada que se encontraba Darkness.

—Aaah… Aaaaaah…

Megumin emitió un sonido débil y comenzó a temblar excesivamente. En ese momento, Aqua me tiró de la manga y me pidió lo siguiente:

—Kazuma, Kazuma, dame una a mí también. Me gustaría probar qué se siente al usar Explosión.

—Esto es un prototipo, te dejaré uno después de que consiga hacer una dinamita mejorada y con un cable de detonación más largo. Incluso yo, que soy el que la ha fabricado, estaba preocupado por si resultábamos heridos y la he hecho explotar desde muy lejos.

—Aaaaah… Aaaaaaaaah…

—Entendido. Te recordaré que me dejes jugar con ella cuando hayas terminado.

—Por mí esta bien, pero las pociones de explosión son muy caras y los materiales limitados. Lo siento, pero no puedes malgastarlo para jugar.

—S-Si utilizo eso, ¿podría incluso una caballera como yo crear una explosión? ¿O es que en realidad has aprendido el conjuro mágico? ¡E-Eh, si haces más como esa, a mí también me gustaría probarla…!

Megumin estaba empezando a preocuparme, ya que había permanecido callada todo el rato a diferencia de Aqua y Darkness, que se encontraban muy emocionadas. Pensé que ella tendría la reacción más fuerte, pero simplemente se quedó allí parada emitiendo sonidos ahogados y temblando. Me puse delante de ella y realicé una pose con un brazo extendido hacia un lado.

—¡Mi nombre es Kazuma, el aventurero número uno de Axel, aquel que puede controlar la magia de Explo-!

—¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!

Megumin gritó y me agarró del cuello de la camisa.

—¡Esa cosa! ¡Eso no es magia de explosión! ¡Su poder tan solo está al nivel de la magia de detonación! ¡Esa cosa! ¡Esa… esa…!

—¡Eh, lo pillo, cálmate, déjame explicarte! ¡No es más que una herramienta, solo estaba bromeando! ¡Bromeando he dicho!

Traté de explicárselo desesperadamente, pero Megumin no paraba de gritar y de tirar de mi camisa. Entonces me quitó de la mano la última barra de dinamita.

—¡Eh, oye! ¡Hacer una de esas cuesta mucho tiempo y dinero, devuélvemela!

—¡No! ¡Si ya me tienes a mí, no es necesario que exista una cosa así! ¡Esta, esta cosa…!

Megumin chilló y lanzó con todas sus fuerzas el explosivo que tanto esfuerzo me había costado fabricar.

Aah~…

—¡Si vuelvo a ver esa cosa la mandaré a volar! ¡Maldito objeto endemoniado, no pienso aceptar que uses esa falsificación!

—Lo sé, lo sé, ya me ha quedado claro… En serio, ¿no te das cuenta que estás haciendo esto solo por tu egoísmo?

—¡Puede que sea útil, pero no lo acepto!

Pues entonces lo haré en secreto en mi habitación a espaldas de ella.

…Extendí el brazo hacia la dinamita que Megumin acaba de lanzar. Aprovechando la oportunidad mientras ella refunfuñaba, realicé un conjuro en voz baja.

—…Llama.

Pronuncié la palabra de activación sin que se diera cuenta y encendí el detonador. Esperé que pasaran unos segundos…

—¡¡Explosión!!

—¡¿…?!

Fue una lástima que lanzara por ahí un objeto que tanto esfuerzo me había costado hacer, así que simulé el conjuro de explosión por segunda vez en el día. Al final conseguí que Megumin no me hablara hasta la cena.