Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 8: El Culto de Axis Contra la Iglesia de Eris

Capítulo 4: ¡Iluminando el Cielo Nocturno!

Parte 6

―¿Sabes, Gran Jefa? Es bueno que no haya descubierto nuestra verdadera identidad, pero encontrarnos con ella en un momento como este ha hecho que empiece a dudar de nuestra suerte.

―Si tú y yo estamos juntos es imposible que tengamos mala fortuna. Mira, incluso hemos conseguido la carta de una admiradora.

―Desearía poder ayudarlos con esto, pero creo que debería volver a casa y disculparme con alguien…

Megumin nos dijo eso mientras hablábamos en susurros y se marchó. Aunque creo que mientras se alejaba nos miró con algo de arrepentimiento por no poder estar más tiempo con nosotros.

¿Pretende ir a disculparse conmigo?

―Gran Jefa, ¿crees que yo también debería volver a casa antes de tiempo? En realidad si regreso ahora creo que podría activar un evento con Megumin.

―Ni lo sueñes. ¡Esta es la mejor oportunidad que tenemos para entrar en la mansión en prácticamente todos los factores! ¡¿Y a qué te refieres con que a lo mejor podrías activar un evento con Megumin?! ¡Tienes que decidirte de una vez entre ella o Darkness!

Entonces no hay elección. Tengo que terminar este trabajo rápido.

En ese momento vi que Chris se estaba guardando la carta de Megumin por dentro de la ropa.

―…Gran Jefa, cuando terminemos aquí decidiremos quién se queda con esa carta.

―Vale. Nos lo jugaremos a suertes con piedra-papel-tijeras.

―¡No es justo decidirlo por azar!

Debido a cierto incidente inesperado me vi con la necesidad de volver esa noche a casa antes de lo planeado.

Tenemos que acabar con esto rápido.

―¿Por qué no dejamos a los guardias fuera de combate? Hoy me siento genial, creo que será fácil encargarnos de dos personas a la vez.

―Cuando entramos en el palacio por la fuerza estabas igual de motivado… Veo que por las noches estás lleno de energía. ¿Eres alguna especie de demonio o algo parecido?

―Si lo fuera, todos los ninis de Japón también serían demonios. Gran Jefa, vamos a usar Ocultarse para acercarnos a ellos. Esta noche hay luna llena y las hogueras del festival siguen encendidas, por lo que hay muchísima luminosidad. Habrá que tener cuidado.

Chris y yo activamos la habilidad Ocultarse, después nos pegamos a las paredes del edificio y comenzamos a reptar en dirección a los guardias como si fuéramos ninjas. Los dos centinelas se encontraban charlando tranquilamente, de modo que debía ser posible atacarles sin que se dieran cuenta. Escuché pacientemente su conversación para poder entrar en acción en el momento adecuado.

―¡El festival de este año ha sido alucinante, es tan diferente de todos a los que he ido hasta ahora…! Debe de ser gracias al Culto de Axis, que se ha sumado este año a la organización. ¡Pero lo más importante, el tipo al que se le ocurrió hacer que las chicas de los puestos llevaran bañador es un maldito genio!

―Opino lo mismo con lo de permitir el cosplay de súcubos; por ejemplo, gracias a eso he encontrado a una chica increíble. Este festival ha sido sencillamente fabuloso, ¿pero has oído una cosa? Al parecer, este año ha venido alguien de fuera para ayudar en la organización.

Oh, están hablando de mí. ¡Soy lo suficientemente famoso como para ser tema de conversación entre los soldados, qué sensación tan maravillosa!

―Esa ayuda externa de la que hablas es de ese tipo, ¿verdad? Poniendo a la Iglesia de Eris y al Culto de Axis uno contra otro para después avivar las llamas de la rivalidad y sacar una comisión enorme de todo ello… Hablas de ese bastardo…

―Oh, cierto. Meter al Culto de Axis, permitir los disfraces de súcubo, hacer que las chicas de los puestos lleven bañador… También he oído decir que todas esas ideas fueron suyas. ¿Cuál era su nombre? Me parece que era algo así como~

Salté desde las sombras. Cuando se dieron cuenta llevaron inmediatamente su mano a la espada que llevaban a la cintura…

―¡Doble Toque Drenador!

Pero les tapé la boca con mis manos y utilicé el Toque Drenador para succionarles toda su energía. Los centinelas, que a poco estuvieron de desvelarle un secreto muy peligroso a Chris sin saberlo, dejaron de forcejear enseguida.

―¡No seas tan imprudente, Asistente! ¡Está bien que los hayas sorprendido, pero han estado a punto de dar la alarma!

―Hoy me encuentro en unas condiciones estupendas, así que estaba completamente seguro de que podía encargarme de ellos. Y al final lo he conseguido, ¿o no? Por lo tanto no hay problema, puedes confiar en mí.

Eso estuvo muy cerca.

No me preocupó que pudieran gritar y dar la alarma al resto de guardias, pero sí que me dio miedo recibir un castigo divino si les permitía seguir hablando. Los dos guardias quedaron inconscientes a causa de la pérdida de maná y Chris los arrastró para ocultarlos tras unos árboles.

―Aunque haya salido bien, sigo pensando que no deberías haber sido tan descuidado. La mayoría de los soldados estuvieron ayudando en la defensa de la ciudad contra la invasión de insectos. Solo estaban despistados por el cansancio, así que en cualquier otra situación no lo habrías conseguido a tiempo.

―Lo sé, pero será mejor que continuemos. Quiero regresar pronto y ponerme en modo amoroso con Megumin.

―¿Pero no te llevabas muy bien con Darkness? No pienso asumir la responsabilidad por otra resurrección si acabas muerto por culpa de jugar con quien no debes.

No digas esas cosas, haces que la gente se ponga nerviosa.

―Por cierto, sobre el tema del que estaban hablando esos dos guardias antes de que los atacaras… Comentaban que alguien de fuera de la ciudad ha venido a ayudar con el festival. Asistente, ¿tú sabes algo acerca de eso?

―N-No…

Esa era otra razón por la que tenía que acabar este trabajo pronto.

Nuestro allanamiento en la mansión de Undine fue mucho más sencillo esta vez. En parte se debió a que ya conocíamos bastante bien la disposición de las estancias, ya que era la segunda vez que entrábamos, pero la causa más importante por la que todo estaba saliendo bien era que contaba con la Diosa de la Suerte a mi lado. Realmente no quería pensar mucho sobre lo ocurrido entonces, pero… si yo no hubiera disparado la alarma cuando nos infiltramos en el palacio, esa misión también habría salido a pedir de boca.

No tardamos mucho en llegar a la cámara del tesoro y cuando tuvimos la puerta de la sala secreta ante nosotros, nos miramos y asentimos. Saqué del bolsillo un objeto que sería esencial en esta misión, y ya preparado para actuar abrí la puerta. Antes de que Aégis pudiera gritar, lancé un objeto mágico de cristal al suelo que había comprado, y una vez se hizo pedazos, la sala entera quedó aislada mágicamente del resto de la casa.

No lo compré en la tienda de utensilios mágicos de Wiz, si no que se trataba de un objeto común que ciertamente era bastante útil. No sería durante mucho tiempo, pero este cristal mágico tenía el poder de crear un campo al que nada podría acceder. Por lo tanto, aunque Aégis gritase de nuevo con su telepatía, nadie que se encontrara fuera de la sala podría oírlo. Mientras tanto Chris sacó de su mochila una bolsa mágica capaz de bloquear la magia de poco nivel. Este objeto era de la misma tienda donde yo compré el cristal. Si cubríamos a Aégis con este saco tampoco podría usar la telepatía una vez que estuviéramos fuera de la sala aislada.

[Me preguntaba quién sería. ¡Ustedes son esos ladrones de la otra vez! ¿Por qué no se rinden de una vez? ¡Ladrones! ¡¡Ladrones~!!]

Aégis gritó en cuanto nos vio entrar, pero yo lo ignoré y comencé a soltar las cadenas que mantenían atada a la armadura.

[Eh, ¿qué estás haciendo? ¡¿Por qué no tienes miedo?! Esta es la mansión de un noble, si los atrapan serán ejecutados… Espera, la mansión está demasiado silenciosa. ¿Qué ha pasado?]

―Ja, ¿pensabas que no habíamos vuelto preparados? ¡Qué mal, tu telepatía está bloqueada para el resto de personas que se encuentran en la mansión!

Me reí delante de Aégis con un tono vengativo mientras le quitaba las cadenas.

[¡¿Que han hecho qué?! ¡Vale, está bien, lo entiendo! ¡¡En ese caso hagamos un trato!! ¡Ustedes buscan mi poder, ¿verdad?! ¡Pues entonces encuéntreme un dueño que merezca la pena y cooperaré con gusto! ¡¡Incluso estoy dispuesto a ceder un poco respecto a cómo será mi dueño, así que por favor!!]

Aégis nos suplicó desesperado.

¿A dónde ha ido su arrogancia de antes?

―¡Debiste haber dicho eso la primera vez que vinimos, mendrugo! ¿Y sabes otra cosa, idiota? ¡Hemos decidido que tu dueño será un hombre con músculos grandes y relucientes! ¡¡Será mejor que te vayas preparando para servir a tu nuevo dueño!!

[¡No digas chorradas, imbécil! ¡Para un momento y piensa desde la perspectiva de una armadura! ¡Por favor, hazlo! Seguro que tú no querrías que un viejo sucio y descuidado te llevara puesto allá donde fuera, ¿verdad? ¡Si tuvieras que proteger a alguien, ¿no preferirías que fuera a una tía buenota?!]

―Estoy totalmente de acuerdo contigo, pero la culpa es tuya por habernos intentado delatar la última vez. ¡Ahora ya no vamos a escuchar amablemente tus condiciones, idiota! ¡Sí, eso es, eres un completo idiota!

―A-Asistente. Sé que yo también lo hice la otra vez, pero ponerse a discutir con una armadura es demasiado infantil.

Chris sostenía el saco abierto y parecía que ya no pudo seguir soportando más verme discutir con Aégis del mismo modo que ella lo hizo la primera vez que intentamos robarlo.

[¡Aaaaagh! ¡No, no, no! ¡Una mujer, si alguien tiene que llevarme debe ser una mujer! No me importa si es una belleza de pelo negro o una lolita rubia, o incluso una morena sexy. ¡Llegado a este punto no me importa cómo sea siempre y cuando se trate de una mujer! ¿Sabes?, mi dueño sudará mucho con el calor que producirán los movimientos de la batalla, ¡piensa en cómo me sentiría si me empapo con el sudor de un hombre!]

Aégis comenzó a llorar angustiado y sentí un poco de lástima por él. En el pasado se le asignó la tarea de proteger a un hombre, por lo que acabó empapado de su sudor. Este destino era tan horrible que ni siquiera se podría considerar como uno de esos castigos por perder [5] de la tele.

―Ríndete ya. Oh, y no te molestes en intentar pedir ayuda a gritos cuando salgamos de aquí. El saco que tiene Chris ahí puede bloquear la magia de nivel bajo, así que vamos a envolverte con él. Es igual, tú ni siquiera estás vivo, ¿se puede saber por qué tienes tantas exigencias? Te aconsejo que dejes de ser tan caprichoso.

Quité la última cadena que estaba sujeta a Aégis mientras decía eso.

[¡Tomaaaa!]

El grito vino seguido por un golpe en la mandíbula que me dejó aturdido.

―¡¿A-Asistente?! ¡Espera, ¿qué?! ¡¿Por qué te estás moviendo?!

Levanté de nuevo la cabeza y aunque todo me daba vueltas miré a Aégis para hacerme una idea de la situación…

[Lo he decidido. Realizaré un viaje para encontrar a una bella mujer que sea digna de llevarme como protección. Puede que no esté mal que las doncellas de la mansión me abrillanten y me pulan todos los días, pero es posible que vuelvan a presentarse tipos como ustedes. No tengo más remedio que encontrar a mi propia dueña.]

Aégis me había dado un puñetazo de repente cuando quedó liberado de todas las cadenas y entonces empezó a decir cosas absurdas. Chris siguió tratando de convencerlo para que no huyera.

―Aégis, espera. ¡Este mundo necesita tu poder! Si esto sirve de algo, hasta que encontremos a tu nuevo dueño yo podría llevarte puesto…

[¡A la mierda con eso! ¡¿Qué gracia tendría ser utilizado por una asaltante de casas andrógina?! Como he dicho, pienso encontrar a mi propia dueña, pero como veo que te mueres por llevarme te daré una oportunidad y evaluaré nuestra compatibilidad. Umm, a tu cara le pongo un sobresaliente. Nuestra afinidad de oficios es un notable bajo, pero el tamaño de tus pechos está incluso por debajo del suspenso. Lo siento, pero nuestra asociación sencillamente no estaba destinada a producirse.]

―¡Arrrgh~! ¡¿Sabes?, estaba intentando ser buena contigo, pero no me has dejado más remedio que utilizar la fuerza! ¡Atar!

Chris finalmente perdió la calma y gritó al lanzar el cable que llevaba colgado de la cintura. ¡Tiró un alambre metálico para acabar con la breve libertad de Aégis…!

[¿Oh? ¿Qué pretendes hacer con este cable? ¿Qué, quieres que lo use para dejarte atada? Jeje, parecías tan inocente… ¡pero resulta que tienes unos gustos muy retorcidos!]

Pero no funcionó. El cable que había lanzado Chris cayó al suelo sin saber exactamente por qué. Aégis se encogió de hombros y se burló delante de Chris, que se había quedado estupefacta.

―¡Atar!

Utilicé la misma habilidad que ella, pero mi cable se comportó de igual manera.

[¿Todavía no han aprendido la lección? ¿Qué, en serio no comprenden lo que está ocurriendo? ¿Quién creéis que soy yo? Pues no soy otro que la legendaria Armadura Sagrada Aégis, el objeto más resistente que hay en este mundo. Soy inmune a la magia y a las habilidades especiales y puedo sanar a mi portador. ¡Soy la reliquia divina que puede incluso cantar y bailar! ¡¡Es imposible que pierda contra unos ladrones de pacotilla como ustedes!!]

¡Será imbécil!

―Gran Jefa, puede que las habilidades sean inútiles contra él, pero no será tan poderoso como dice si han sido capaces de encadenarlo. ¡Trabajemos en equipo para inmovilizarlo!

―¡E-Entendido! ¡Yo me acercaré por la derecha, Asistente, tú rodéalo!

Aégis se puso en posición de combate al escuchar nuestro plan.

[¿Aun así quieren luchar? Debería haceros saber que mis puños son literalmente de acero. ¡Sí, eso es, soy un arma andante!]

―¿Pero qué está diciendo este tío? ¡Es tan ruidoso y molesto! ¡Eres demasiado hablador para ser una armadura, iaaah!

―¡Sí, lo tengo!

Chris y yo saltamos sobre él al mismo tiempo y le forzamos a agacharse.

―¡Gran Jefa, intenta quitarle un brazo! ¡Sepáralo del cuerpo y mételo en el saco! ¡Habla demasiado, así que lo mejor será dejar el casco en esta sala!

[Oye, esa forma de pensar es muy peligrosa. Pero desafortunadamente para ustedes mi cuerpo no se puede desmontar. Cuando mi dueño quería llevarme puesto tenía que decir en voz alta una frase de activación. En vez de llevarme en una bolsa, ¿no creéis que sería más fácil equiparme directamente? La frase es “¡quiero ser una chica con armadura!”. Venga, prueba a decirlo.]

―Q-Quiero ser una chica con ar~

―¡Es imposible que la frase de activación sea tan estúpida, Gran Jefa, te está engañando! ¡Hey, guah! E- Esta cosa es mucho más fuerte de lo que me imaginaba.

¡Le teníamos sujeto por los brazos, pero Aégis se desprendió de nosotros y comenzó a correr hacia la salida de la sala…!

―¡Gran Jefa, esto no es bueno! ¡Si sale de la sala secreta dejará de estar silenciado!

―Oooooh, entonces supongo que no hay más opción. ¡Oye, Aégis, obedece mis órdenes! Soy Eris, la diosa que se encuentra a cargo de este mundo. ¡Tengo la obligación de mantenerte controlado, así que sé obediente y ven aquí!

[No te esfuerces más, déjalo de una vez. Qué lástima, tu cara es muy linda, pero supongo que uno siempre debe tener en cuenta el interior después de todo. Tendré que ser más precavido cuando empiece a buscar a mi nueva dueña.]

―¡¿Qué has dicho~~?!

Chris se volvió loca de furia cuando vio que Aégis dudó de su condición divina.

[Bueno, ya es hora de que nos despidamos. Si tanto me deseas, primero tendrás que aprender a ser lo suficientemente encantadora como para atraer la atención de los hombres, pequeña. Y para que lo sepas, el tamaño de los pechos es el factor más importante. Algunos dirán que los pechos planos son exóticos, pero personalmente creo que eso solo es un engaño de los que simplemente no tienen lo necesario para triunfar.]

―¡¿Pero qué~~?!

Aunque Chris estaba agarrando el brazo de Aégis con una furia desmedida, él simplemente nos arrastró con él hasta la salida de la sala secreta.

[Esto es para la casa de Undine, que no han podido mantener seguro a un tesoro de la máxima categoría como yo. ¡Me habéis cuidado muy bien hasta ahora! Por favor, perdonen que me marche solo en busca de un nuevo dueño. ¡Si quieren que vuelva, entonces será mejor que me preparen una belleza digna de mí! ¡Si lo hacen, no duden que regresaré lo antes posible!]

Un mensaje telepático tan fuerte como para provocar un dolor de cabeza a todo el mundo se pudo escuchar por la mansión.

[¡Ah, libertad! ¡Sí, soy totalmente libre! ¡Ahora el límite está en el cielo! ¡¡Patada Voladora de Aégis!!]

Tras deshacerse de nosotros con una sacudida, Aégis salió de la cámara del tesoro y escapó por la ventana del tercer piso atravesándola con una patada voladora. Al mismo tiempo, todas las luces de la mansión se encendieron y se oyeron gritos por todas partes. El estruendo debía de haber despertado a los habitantes del edificio.

―¡¿Qué?! ¡¿Los ladrones han vuelto?!

―¡Esa era la voz de Aégis! ¡Comprueba la bóveda del tesoro!

Esto es malo. ¡Escucho voces viniendo en nuestra dirección!

La última vez improvisamos una cuerda con las cortinas de una ventana y escapamos de la cámara del tesoro, pero en esta ocasión no había nada parecido. Algo que posiblemente se trataba de una medida defensiva o simplemente porque todavía no habían conseguido una nueva para reponer la anterior.

―Gran Jefa, tenemos problemas. Estamos en el tercer piso y no tenemos una ruta de escape. ¡Vamos a tener que enganchar tu cable a esa columna para poder bajar por él!

―Eh, tú también tienes un cable, ¡usa el tuyo!

―¡Pero este es un objeto especial y personalizado que me ha costado una barbaridad! ¡Si siguen la pista podrían relacionarlo conmigo!

―¡Así que por eso te diste tanta prisa en recogerlo cuando la habilidad Atar falló! ¡Pero el mío también está personalizado, podrían encontrarme igual que a ti si lo investigan!

Entonces no nos queda otra opción. Vamos a tener que escapar por la fuerza al igual que hicimos en el palacio.

―Prepárate, Gran Jefa. Hace ya un tiempo que no nos hemos visto obligados a utilizar nuestras verdaderas capacidades.

Traté de mantener un ritmo de respiración constante.

―No hay por qué tener miedo. No te preocupes, nosotros siempre encontramos una manera de salir. ¿Has olvidado quién soy? ¡Soy la Diosa de la Fortuna!

Chris mostró una sonrisa juguetona como si estuviera contando un chiste. De repente se produjo un fuerte destello en el exterior de la mansión y todas las ventanas de la casa de Undine se rompieron al mismo tiempo. Mientras que los trozos de cristal volaban, el rugido de la explosión al que todos los habitantes de la ciudad estaban acostumbrados desgarró el cielo de aquella noche veraniega.

[5] En los concursos y programas de la televisión japonesa se suele castigar a los perdedores con una prueba cruel o absurda. N. del T.