Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 8: El Culto de Axis Contra la Iglesia de Eris

Capítulo 3: ¡Dejando a Cargo a este Talentoso Consejero!

Parte 5

―¡No pueden vender eso sin permiso! ¡¿Por qué los del Culto de Axis siempre tienen que causar problemas?!

―¿Qué quieres decir con “eso”? Este es un puesto planeado especialmente por la Madre Aqua. ¡¿Cómo te atreves a insultarlo?!

Una de las personas que estaba discutiendo era Cecily. Al parecer tenía algún tipo de problema con uno de los policías que estaba patrullando por las calles del festival.

―Eh, ¿qué están haciendo? ¡Les pedí que se mostraran entusiastas, no que se metieran en una discusión! En cuanto giro un momento la cabeza para mirar a otro lado ya están causándole problemas a la policía, ¿es que siempre tienen que ser así?

―¡Oh, genial! Escucha, Kazuma-san. ¡Este tipo se está metiendo con nosotros para entorpecer nuestro negocio!

―¡Yo no me estoy metiendo con nadie! ¡Lo que ocurre es que sencillamente no está permitido vender esas cosas!

¿Por qué están discutiendo?

Entonces miré al puesto que había desatado la trifulca. Allí había muchos renacuajos dentro de un balde de agua.

―…¿Qué demonios es esto?

Esos renacuajos son un poco grandes.

Y en ese momento…

―La Madre Aqua dijo que en un festival en condiciones siempre debe haber un puesto para pescar carpas. Yo no estoy muy familiarizada con eso de la pesca, pero he hecho todo lo posible para recrear la escena. Y como es muy complicado encontrar carpas de colores salvajes, he utilizado unos renacuajos como sustituto…

Cecily explicó la situación y me miró como si estuviera pidiéndome ayuda.

No, ¿por qué querría alguien pescar esto? Por cierto, ¿no serán…?

―Espera, ¿no son estos renacuajos demasiado grandes? ¿De verdad son renacuajos?

Y en respuesta a mis sospechas…

―¡En cualquier caso está prohibido vender sapos gigantes en este lugar, aunque solo sean renacuajos! ¡Dentro de poco estas cosas se harán muy grandes! ¡Si los niños los compran, la ciudad quedará invadida por los sapos gigantes de aquí a un mes! ¡¿Cómo piensas compensar todo eso?!

―Eh, echa un poco de pesticida por aquí, rápido.

Al escuchar las palabras del policía, decidí deshacerme de esas cosas. Cecily trató desesperadamente de pararme.

―¡Para! ¡No arruines mi tenderete! ¡La Madre Aqua dijo que te sentirías nostálgico al ver esto y que te pondrías muy contento! ¡Debería gustarte la pesca de carpas, ¿verdad?!

―¡Sí, la verdad es que me gusta! ¿Pero quién querría pescar esas cosas tan desagradables? ¡Si los soltamos por ahí sin cuidado podríamos provocar un desastre, así que si no quieres que los mate tendrás que llevártelos muy lejos! ¡Me dijiste que podía dejarlos a sus anchas en cuanto les consiguiera el permiso, pero mira ya lo que hicieron!

Cecily se rió entre dientes al escucharme.

―¿Te crees que solo hay un puesto del que el Culto de Axis pueda sentirse orgulloso? ¡Para este festival, los miembros del culto de la ciudad nos reunimos y pensamos en muchísimas cosas creativas!

Cecily extendió el brazo para señalarme una calle ocupada por varias barracas distintas. Era cierto que había otros miembros del culto en esta ciudad aparte de Cecily. Esto me recordó a ciertos animales; aunque solo veas a uno, eso no significa que no pueda haber otros treinta escondidos. Había bastantes personas a cargo de todos esos puestos, lo que hacía que esta zona estuviera muy animada. Por un momento me sentí aliviado al ver que esta gente había trabajado duro, pero de repente encontré algo que no cuadraba en esos puestos de venta…

―¡Tentáculos de calamar gigante fritos! Están hechos con crías de calamar. ¡Calamar gigante poco común, no lo encontrarán en otro sitio! ¡Está delicioso!

―Un momento, ¿pero esto no es un calamar normal y corriente? Realmente el sabor no se diferencia en nada al de uno normal…

―¿Qué está diciendo? ¿Alguna vez ha comido un calamar gigante auténtico? ¡El Culto de Axis le garantiza que esto es sin duda calamar gigante frito!

Había una chica vendiendo tentáculos fritos que según ella provenían de un calamar gigante.

―¡Vengan a visitar la Barraca de las Maravillas! ¡En estos momentos estamos exhibiendo un espécimen único, un híbrido que ha salido de la unión entre un hombre-pez y una sirena! Y capturado por los valientes miembros del Culto de Axis… ¡Ah! ¡Señor, por favor, no pierda los nervios dentro de la barraca!

―¡Esto es un timo! ¡Devuélveme mi dinero, bastardo! ¡No es más que un pez grande dentro de una piscina!

―¡Ya se lo he dicho antes, es la descendencia híbrida entre un hombre-pez y una sirena!

…En cuanto entró un cliente vi que se produjo un problema en la Barraca de las Maravillas.

―¡Acérquense para jugar al tiro al blanco! Hay un gran premio para el que consiga acertar al objetivo entre los ojos…

―¡Eh, el blanco se parece a Eris-sama! ¡Detén esta blasfemia ahora mismo contra ella!

―Ugh. ¡Unos seguidores de Eris han intentado destrozarnos los puestos en el primer día del festival! ¡Policía, por aquí! Arresten a esos fieles de Eris… Ah, ¿qué están haciendo? No les he pedido que vengan a cerrarme la tienda, ¡lo que quiero es que arresten a esos seguidores de Eris…!

…Y ahí va uno al que la policía le ha cerrado la barraca.

Por último…

―Señorita, ¿eso es un dragón de verdad?

―Sí, por supuesto que es un dragón. Ahora mismo, el Culto de Axis posee varios ranchos para criar dragones. Puedes llevarte uno por quinientos eris. Vamos, cómpralo.

Y una idiota que habrá cazado unos cuantos lagartos en alguna parte, los ha pintado con colores llamativos y está engañando a los niños para que los compren.

―Eeh… Quinientos eris es todo lo que tengo. Si lo compro no podré hacer nada más en el festival. No, gracias, de todas formas parece un lagarto…

―¿De verdad? Qué lástima, pero si ese es el caso no podré vender a estos pequeños. Por supuesto, no podré soltar en la naturaleza a los dragones que no consiga vender porque son peligrosos. Solo podría dárselos a los refugios de animales… Pero si allí tampoco encuentran un dueño, en algún momento los sacrificarán…

El niño se puso nervioso al escuchar esas mentiras tan sucias.

―¿P-Por qué tiene que ser así? E-Esto es un lagarto, ¿verdad? Si lo sueltas no pasará nada.

―¿Pero qué dices? ¡Es un dragón auténtico! Oye, ¿piensas a comprarlo o no? ¡¿Vas a dejar que lo sacrifiquen?!

Aquella idiota siguió molestando al crío y chantajeándolo emocionalmente hasta el punto de casi hacerlo llorar.

―Ugh… P-Pero si lo compro, me gastaré todo…

―¿Entonces no lo compras? ¡Pues te aseguro que vas a arrepentirte! ¡Esos pobres dragones están destinados a morir en un refugio de animales!

―¡Si sigues contando más mentiras yo sí que mandaré a tu pollo al refugio de animales! ¡¿Cómo puedes estar haciéndole eso a un niño pequeño?, imbécil!

Golpeé a Aqua en la parte de atrás de la cabeza.