Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 8: El Culto de Axis Contra la Iglesia de Eris

Capítulo 2: ¡Buscándole un Nuevo Dueño a esta Armadura Sagrada!

Parte 8

Como esperábamos, no había nadie vigilando dentro de la mansión de Undine. Después de todo, el índice de criminalidad de esta ciudad era el más bajo de todas; probablemente ese era unos de los motivos de la ausencia de guardias. Yo caminaba delante mientras avanzábamos por un pasillo oscuro en la dirección que indicó Chris con su habilidad de detectar tesoros, pero…

―Gran Jefa, ¿podrías dejar de pararte cada vez que nos encontramos con un tesoro? Vayamos directamente a por la reliquia divina y volvamos a casa lo antes posible para dormir.

―Ugh. Sí, tienes razón. Aunque, ¿cómo podría decirlo? Cada vez que detecto un tesoro, mis instintos de ladrona hacen que se me acelere el pulso… Mi mano se mueve sola cuando considero que un objeto como este podría ayudar a muchos niños en situación de pobreza…

Siempre que pasábamos por delante de un cuadro o de una figura decorativa en nuestro camino hacia la reliquia, Chris se paraba para observarlo de cerca.

―¿Podrías por favor ser la ladrona solidaria solo cuando no esté contigo? Además, en la bóveda del tesoro tiene que haber seguro objetos más valiosos y menos voluminosos que estos.

―Eso es verdad. Asistente, veo que estás muy familiarizado con el arte del robo… Y ya has subido bastantes niveles, así que debes de estar cerca del nivel que te permite cambiar de oficio, ¿no? Deberías cambiar el trabajo de aventurero por el de ladrón.

―Mi siguiente objetivo es tener una vida sin sobresaltos, así que para conseguirlo lo mejor será seguir siendo un aventurero débil pero capaz de aprender diferentes habilidades. La próxima habilidad quiero que sea Crear Golem de Tierra. Me pregunto si podría utilizar esa habilidad para crear un golem que me ayude con las tareas de casa.

―…Sin duda te gusta derrochar la magia y los puntos de habilidad en cosas raras. Pero ahora hablándote en calidad de diosa, desearía que aprendieras algunas habilidades realmente útiles que te ayuden a preparar la batalla contra el Rey Demonio…

¿Pero qué cosas le estás diciendo a la persona que tiene el récord en este mundo de mayor número de muertes?

Con la ayuda de la habilidad Detectar Tesoro de Chris, por fin llegamos a una puerta acorazada. En ese momento, mi habilidad de detección de trampas que muy pocas veces utilizaba se activó.

―Parece que aquí hay una trampa. Déjame echar un vistazo… Oh, es una trampa de alarma… ¿Necesitas que te lo repita, Asistente?

―No soy estúpido, no voy a cometer el mismo error que hice en el palacio… L-lo digo de verdad, no me mires de esa forma…

Utilicé la habilidad Detectar Enemigos para ver si había alguien cerca mientras Chris desarmaba la trampa.

―¿…?

No es un enemigo.

Mi habilidad no detectó enemigos, pero sí una débil presencia en el interior de la bóveda del tesoro. No se trataba de la presencia de un humano ni tampoco la de un monstruo.

―¡Vale, trampa desarmada! ¡Además también he abierto el cierre, Asistente!

Chris me avisó con mucho entusiasmo que había terminado y colocó una mano en la puerta.

―Ah. E-espera, Gran Jefa, dentro~

Abrió la puerta antes de poder advertirle sobre la presencia misteriosa.

―¿…? ¿Qué sucede, Asistente?

―¿Eh?

No había nadie en la sala segura. Era posible que se tratara de una alucinación, pero todavía seguía sintiendo una presencia allí. Dentro había una montaña formada por objetos muy valiosos y poco comunes, aparte de otros tesoros…

―¡Asistente! ¡Asistente, mira! ¡Este objeto es carísimo!

―¡Venga, Gran Jefa, estás haciendo trampa, yo lo vi primero!

Me olvidé por completo de la presencia y me di el gusto de rebuscar entre todos aquellos tesoros.

―Te lo diré con antelación: todo el tesoro que robemos lo donaremos a los necesitados, ¿de acuerdo? Aunque la persona a quien estamos robando es un malvado, no deberíamos llevarnos sus cosas para nuestro propio beneficio…

―Ssh. ¿Qué es esa cosa que brilla tanto? ¡Parece que vale un pastizal! Oh, ¿y esa piedra con forma extraña? Recuerdo que a Aqua le gusta coleccionar piedras. Nos la llevaremos para dársela como regalo.

―…Te he dicho que no, Asistente. ¿Acaso me estás escuchando? No podemos hacer eso, ¿vale? De verdad que no podemos.

Me di cuenta en ese instante. Lo que me hizo detenerme fue que, aunque en esa sala había objetos valiosos en grandes cantidades, la armadura no estaba allí, y ese era el objeto más importante para nosotros.

―Gran Jefa, yo no veo nada que se parezca a la reliquia divina.

―¡¿Eh?! Uh, pues es verdad. Pero siento la presencia de una de ellas aquí mismo… ¿Por qué no podemos verla?

Entonces volví a interesarme por la presencia que había detectado antes de entrar en la cámara y miré en esa dirección. Allí había una pared, no parecía nada fuera de lo común…

―¡¿Ugh?!

En cuanto toqué la pared, una parte de ella se hundió hacia dentro. Entonces comenzó a abrirse como si fuera la sala secreta de la casa de un ninja.

―Una puerta secreta. No está mal, Asistente.

―Al fin y al cabo tengo confianza en mi suerte, que tan solo está por debajo de la suerte de la Gran Jefa.

Entramos con cuidado en la nueva sala que se había abierto tras la pared. En el centro había un traje de armadura encadenado a varios puntos como si alguien hubiera tenido toda la consideración del mundo para que no pudiera ser utilizada. Aquella armadura de color blanco plateado parecía ser toda una obra de arte; no se veían uniones de ningún tipo entre las partes, lo que hacía que sus líneas fueran muy suaves. Mi corazón se aceleró al verla incluso teniendo en cuenta que yo era totalmente ajeno a esta clase de equipamiento. Daba la impresión de ser un traje invencible.

―Esto es…

―Es la Armadura Sagrada Aégis… La reliquia divina más resistente de este mundo y que traerá la victoria a su portador en cualquier batalla.

Nos acercamos a la armadura, que estaba encadenada, para poder hacernos una buena idea de su aspecto.

―Ahora que la veo desde más cerca me he dado cuenta de que tiene daños por todas partes.

Chris colocó una mano sobre el traje emocionada mientras escuchaba el resultado de mi examen.

―…Sí. Después de todo, es la armadura que protegió a su dueño contra los ataques del ejército del Rey Demonio. No importaba a qué reto se enfrentara su portador, jamás perdió contra nadie llevándola puesta.

Parecía estar comprobando uno por uno cada pequeño daño que había en la superficie de la armadura.

―Veo que trabajaste duro hasta que tu dueño murió por una enfermedad…

Entonces le susurró a la armadura y le dio un golpe suave.

Ah, en momentos como este realmente parece una diosa…

Mientras pensaba en Chris y la miraba pasmado…

[Eh, chico. No me toques de esa manera.]

La voz de un hombre sonó de repente en mi cabeza rompiendo el ambiente de seriedad. Chris era la que estaba tocando la armadura y probablemente también la escuchó.

―¿Eh? ¿Ch-chico? ¡¿Te refieres a mí?! ¡No, ¿qué está pasando?! ¡¿La voz de hace un momento eras tú?! ¡¿La Armadura Sagrada Aégis?!

[Oh, ¿qué? ¿No eres un chico? Entonces puedes tocarme todo lo que quieras. Permíteme que me presente. Es un placer conocerlos, mi nombre es Armadura Sagrada Aégis. Soy una reliquia divina con diversas capacidades, entre ellas hablar y cantar. Podéis llamarme Aégis-san [1]]

Eh, ¿qué pasa con esta reliquia divina parlante? Este tipo debe de ser la presencia tenue que había sentido con la habilidad para detectar enemigos.

―Uh… Estoy un poco impactada porque nunca había oído sobre una reliquia divina que pudiera hablar. Por lo tanto, Aégis…

[Te he dicho que me llames Aégis-san, mocosa.]

―¡No soy una mocosa! ¡Además, ¿por qué una reliquia divina se comporta de forma tan arrogante?!

―¡Gran Jefa, no nos hemos colado aquí en medio de la noche para discutir con un ser inorgánico! ¡Vamos a cumplir nuestro objetivo de una vez!

Detuve a Chris cuando empezó a discutir y golpear el pecho de la reliquia divina. Entonces saqué las cosas que llevaba a mi espalda para poder cumplir nuestro principal objetivo. Chris parecía haberse enfadado bastante y se negó a quitar la mano de la pechera de la armadura.

―…Vale, Aégis…san. Hemos venido para que alguien pueda hacer uso de tu poder una vez más. Te ayudaré a encontrar un nuevo dueño, y esa persona provendrá de un mundo paralelo como tu anterior dueño. ¡Será de un lugar llamado Japón, una persona destinada a salvar el mundo!

¡A Chris se le ocurrió ese discurso y sonrió para animar a Aégis…!

[¿Ah? ¿Qué estás diciendo? ¿Por qué tendría que volver a hacer esa clase de cosas ahora? Imposible, me niego. Para que alguien haga uso de mi poder tendré que hacer el trabajo de una armadura y proteger a mi portador, ¿verdad? ¿Eres estúpida? Incluso una armadura siente dolor cuando la golpean.
¡Mi bonito y brillante cuerpo de antaño acabará más estropeado todavía! Por cierto, ¿cómo es ese nuevo dueño del que me has hablado? ¿Es alguien que yo pueda aceptar?]

Su sonrisa se quedó congelada al verse obligada a enfrentarse a las protestas de Aégis.

―…Uh, no puedo asegurarlo, pero tu nuevo dueño debería ser una persona valerosa, honrada y muy amable con los demás…

[No, no. ¡Su personalidad no importa! Lo importante es su aspecto, ¡me refiero al físico! ¿Tiene las tetas grandes? ¿O es una modelo súper delgada? Si es igual que ese mocoso que me tocó antes, entonces olvídalo. Ah, y prefiero a las chicas lindas antes que a las que son puramente atractivas. Mi anterior dueño era un espadachín, así que esta vez sería mucho mejor tener a una espadachina. Espero que sea de las que les gusta llevar poca ropa debajo de la armadura.]

……

―Yo solo lo pregunto, ¿de verdad esta armadura maleducada es tan importante? Creo que sería mejor dejar que se hunda en el fondo del mar.

―Asistente, entiendo cómo te sientes, pero no deja de ser una reliquia divina. Sí, a mí también me pasa lo mismo cuando la veo; por favor, aguanta un poco más como yo.

Al parecer Eris todavía deseaba recuperar esa reliquia. Saqué el embalaje de burbujas en silencio…

[¿Umm? Eh, ¿qué está haciendo ese tío? …Por cierto, ¿quiénes son ustedes? Antes mencionaron algo sobre colarse en medio de la noche…]

Aégis me preguntó esta vez a mí.

―Sí, somos ladrones, y vamos a sacarte de este lugar y entregarte a tu nuevo dueño. Eres una reliquia divina, y en concreto una armadura sagrada, ¿no? Pues entonces haz tu trabajo.

Chris me observó desde un lado mientras lo preparaba todo para transportar la armadura. Poco después se puso a comprobar las cadenas que inmovilizaban el cuerpo de Aégis.

―No hay muchas chicas en este mundo que vengan de Japón, así que no será fácil satisfacer tus demandas. Pero si se nos presenta una, haré que seas una reliquia prioritaria para ella…

Entonces Aégis gritó con bastante fuerza en el momento que Chris le dijo eso. Seguramente todos habían podido oírlo en la mansión:

[¡¡Secuestradores~~!!]

Me entraron ganas de hacer de tipo serio y gritar “¡pero si ni siquiera eres humano!”.

[1] Cuando una persona hace referencia a sí misma con los honoríficos –san o –sama por ejemplo, ésta denota una enorme arrogancia, algo muy mal visto en la sociedad japonesa. N. del T.