Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 8: El Culto de Axis Contra la Iglesia de Eris

Capítulo 1: ¡Gloria para este Dragón!

Parte 7

―…Así están las cosas. Ya le había pedido ayuda al Asistente antes, pero si fuera posible me gustaría que todos me echen una mano con las reliquias divinas.

Chris nos explicó la situación. La mayor parte del tiempo estuvo mirando fijamente a la piel vacía de Vanir, que hacía las veces de nido para el Rey Zeltman, y finalmente suspiró. Una vez terminó su explicación, Darkness arrugó la frente en una expresión de disculpa.

―Me gustaría ayudarte… pero vas a tener que perdonarme, Chris. Como el gobernador se encuentra desaparecido, ahora yo me tengo que encargar de los deberes de terrateniente por mi padre, ya que todavía no se ha recuperado. Por lo tanto solo podré ayudar cuando su salud haya mejorado…

―No hay problema. Al fin y al cabo, tu trabajo es más importante. Al menos me alegra que estuvieras dispuesta a hacerlo en otras circunstancias. Gracias, Darkness.

Chris sonrió y le contestó a Darkness, entonces miró a las otras dos chicas que quedaban con bastante expectación.

―Yo ayudaré si es posible, pero mis capacidades son muy limitadas, ¿sabes? Si esas reliquias divinas están en manos de los villanos, podría ayudarte amenazándolos con magia de explosión.

―G-Gracias, Megumin. Si llega el momento y te necesito, entonces te llamaré. Uh, y ahora…

Chris miró impaciente a Aqua. Ella estaba acariciando al Rey Zel, y en cuanto le tocó el turno se negó tajantemente.

―Es un trabajo lamentable. Yo no voy a ayudar.

Quizás sorprendidos por esas palabras, todos miramos a Aqua.

―Aparte de dar de comer a ese pollo, lo único que haces es ser holgazana, ¿no? Tú eres la más vaga de los que estamos aquí, así que muévete y ayuda.

Abrazó a su mascota y apenas sonrió al escuchar mis ofensas. Era frustrante, pero la conversación no podría avanzar si la hacía llorar.

Como si la sensación de tener las diminutas alas del Rey Zel entre sus brazos le resultara agradable, continuó acariciándolo y respondió con satisfacción.

―Kazuma, ¿eres capaz de comprender los sentimientos de los padres?

―…¿A qué viene esa pregunta de repente? Si pudiera comprender esa clase de cosas, mis amigos de internet no me llamarían “Kazuma-san, el que hizo llorar a su madre”.

―Sí, es cierto. Eso es lo que eres para ti. Te limitas a jugar con el ordenador todos los días sin ir a la escuela, ignorando cualquier intento de persuasión. Qué pena… Pero incluso un hijo tan inútil como tú sigue siendo adorable a los ojos de unos padres.

Si Aqua estaba hablando de mí tendré que darle una tunda.

―Los niños que no tienen remedio son lindos, ¡pero aun así quiero que este pequeño sea más fuerte que nadie y se convierta en el dragón más respetado de todos! Se necesita una educación de élite para llevarlo hasta la cima del mundo de los dragones… así que como soy tan inteligente he pensado en esto. Mira, la gente dice que los niños crecen siguiendo el ejemplo de sus padres, ¿verdad? Pues mi plan es hacer que este pequeño vea lo poderosa y respetada que soy.

En ese momento le hice una pregunta a Aqua, que había hablado más seriamente que nunca.

―¿Qué pretendes hacer exactamente?

―Creo que mi poder actual es un poco insuficiente para vencer al Rey Demonio, así que llevarlo para que presencie una batalla contra él será el último recurso.

―…No sé qué clase de poder tienes como para que solo sea un poco insuficiente a la hora de matar al Rey Demonio, pero ¿no pretendías en un principio usar al pollo como fuerza de combate contra él? Parece que tus intenciones han cambiado.

―Kazuma, ¿qué estás diciendo? ¿Cómo podría dejar que mi adorable pequeño haga algo tan peligroso?

―Tú eres la que está diciendo sandeces.

¿Acaso le ha despertado el instinto maternal a esta idiota mientras incubaba el huevo?

―Pero hacer que vea mi poder puede esperar. Comparado con eso, ahora mismo hay una cosa mucho más importante.

…¿Una cosa más importante?

Aqua nos miró a todos de uno en uno.

―¿Alguno ha oído hablar sobre el Festival de Acción de Gracias de la Diosa Eris?

Preguntó eso de pronto.

El Festival de Acción de Gracias de la Diosa Eris. Se trataba de una fiesta donde la gente daba las gracias llena de alegría a la Diosa de la Suerte Eris por haber sobrevivido un año más. Según se decía, era una tradición de este mundo que se llevaba a cabo una vez al año sobre esta época.

Seguidamente miré a Chris, que estaba bebiendo té negro a mi lado. Al darse cuenta apartó la mirada con timidez.

―En esta ciudad van a organizar el Festival de Eris, ¿verdad? En mi pueblo también lo hacen. Se dice que si ese día vas vestida como la Diosa de la Suerte Eris pasarás el año que viene sin sufrir ningún percance hasta el siguiente festival.

Eh. ¿De verdad eso está bien?

Suspiré y miré hacia ella de nuevo, pero negó lentamente con la cabeza; al parecer solo era una superstición.

―Mi familia participa todos los años en el Festival de Eris. Todas las generaciones de los Dustiness han respetado siempre a los seguidores de la Diosa de la Suerte, por lo que cada año donamos una gran cantidad de dinero para que se celebre el evento.

Entonces Chris se ruborizó al oír eso.

―Eso significa que podremos ver a la gente haciendo cosplay de Eris-sama por toda la ciudad… ¡Eh, la verdad es que estoy deseando que llegue el día!

―¿En serio? Pues a mí no me gusta mucho esa celebración porque, ¿no son solo las mujeres las que se visten como la diosa Eris?

―Eso es evidente.

Llegado a ese punto, Aqua dio un golpe en la mesa e intervino.

―¡Vamos a ver, ¿por qué están tan animados?! ¡No todos disfrutan de esa celebración! Me están dejando fuera… ¡Ouch, ouch, ouch! ¡Rey Zel, ¿por qué me picoteas?! ¡¿Qué es lo que no te gusta de mamá?!

Aqua estaba a punto de decir algo, pero el golpe que dio en la mesa asustó al pollito y provocó que le picara en la mano.

―¿A dónde quieres llegar?

Respondió sin perder tiempo.

―Como hay una festividad de Eris, sería injusto no organizar también un festival de Aqua. ¡Vamos a acabar con el Festival de Eris de este año y pondremos en su lugar el de Aqua!

Chris escupió el té que se estaba tomando y comenzó a toser. Aqua ignoró a la chica y continuó hablando casi a gritos.

―¡¿No creen que es muy injusto?! Si hay un festival para Eris, ¿entonces por qué no hay una celebración para Aqua, que es una diosa superior a ella? ¡¿No piensan que estaría bien tomar su lugar aunque sólo sea una vez cada cierto tiempo?! ¡Quiero que el Rey Zel vea lo increíble que soy!

¿Qué está diciendo esta chica delante de la propia Eris?

―¡Además, no sé por qué Eris es tan popular! Esa chica parece muy recatada, pero en realidad es bastante depravada, ¿saben? Y encima toma la responsabilidad de muchísimas cosas por propia voluntad. No es más que una chica aburrida que intenta hacerlo todo por su cuenta. ¡He tenido que ayudar a esa diosa inmadura a arreglar sus desastres tantas veces…!

Me acerqué más a Chris, que todavía seguía tosiendo por haberse atragantado con el té, y le susurré al oído.

―¿De qué está hablando? ¿De verdad le has dejado que te ayude tantas veces como dice?

―…S-Solo fue una vez. Como tenía que estar encargándome constantemente del trabajo que ella me obligaba a hacer, el mío propio comenzó a acumularse sin darme cuenta… Y cuando me vi superada por la montaña de trabajo, ella me dijo con una cara de satisfacción “¡de verdad, no tienes remedio! ¡No puedes hacer nada sin mí!” y me ayudó…

Espera, ¿lo está diciendo en serio?

Darkness ignoró nuestra conversación privada y se enfrentó a Aqua.

―En serio, Aqua, ¿sabías que tienes tan mala suerte por culpa de estar haciendo siempre comentarios impertinentes para despreciar a Eris-sama? Tus ofensas constantes serán sin duda motivo de un castigo divino por parte de ella.

―¡¿Qué?! ¡¿Entonces cuando un perro callejero con el que me puse a jugar empezó a perseguirme de repente y me mordió o cuando se me cayó el helado al suelo fue por culpa de Eris?! ¡¿Por qué esa chica tan mona se porta así?!

Giré la cabeza y vi a Chris negando violentamente con la cabeza llorando.

―Uh, lo que sea. Por supuesto que yo no pienso ayudar. Ya lo he dicho antes, tengo mucho trabajo que hacer como gobernadora temporal. Tampoco podré sacar tiempo para estar con ustedes durante las celebraciones.

―¡¿Por qué?! ¡Pero si ayudé a Kazuma a rescatarte de esa boda e incluso eliminé la maldición que habían puesto en tu padre!

―Ugh… S-Si lo pones así no tengo nada con lo que replicar, pero a pesar de todo sigo siendo una devota de la iglesia de Eris…

Chris suspiró de alivio al escuchar la respuesta de Darkness.

―¡Suficiente! ¡Darkness solo es una mujer usada y una novia abandonada en su noche de bodas!

―¡¿Quieres decir que soy una mujer de segunda mano?! ¡Espera, Aqua, ese insulto es…!

―¡¿Megumin?! ¡¿Qué dices tú, Megumin?! ¡Tú me vas a ayudar, ¿verdad?!

―Una mujer usada y novia abandonada…

La mujer de segunda mano se encontraba a punto de llorar y bajó la cabeza. En ese momento, Megumin respondió mientras acariciaba con cuidado al Rey Zeltman.

―No tengo inconvenientes puesto que no pertenezco a la iglesia de Eris. Además conozco a algunos miembros del culto de Axis que cuidaron de mí hace un tiempo.

―¡¿…?!

Darkness levantó la cabeza sorprendida, mientras que Aqua mostró una expresión inocente de alegría.

―¡Esa es mi Megumin! Kazuma por supuesto que también…

―No lo haré.

―¡Ven a ayudarme, nini inútil! ¡Te la pasas durmiendo todo el día! ¡Te lo estoy pidiendo por favor, si quieres te dejaré dar de comer al Rey Zel! ¡Pero solo una vez!

―¡No! ¡¿Por qué consideras que dar de comer a ese pollito es una recompensa?!

―Uh, la verdad es que a mí sí me gustaría…

Al parecer se trataba de una recompensa suficiente para la mayoría de las que estaban allí.

―Es igual, es imposible acabar con el Festival de Eris. Sus feligreses se pondrían furiosos, ¿sabes?

―Eh… Resolver esa clase de cosas es trabajo de Kazuma…

―¿Estás de broma?

Chris se alegró visiblemente al escuchar mis negativas, pero Aqua se levantó con agresividad y gritó.

―¡Olvídalo, Kazuma, eres un mezquino! ¡Ya me encargaré yo de todo junto a Megumin y Chris!

―¡¿Eeh~~~?!

Pero enseguida empezó a llorar haciendo más ruido que ninguna otra en todo el día.