Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 7: La Novia mas Cara de la Historia

Interludio: Los Demonios se Ríen a Altas Horas de la Noche

―Aah… ¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea, aaah!

Descargué mi rabia contra el demonio harapiento que se encontraba en la cámara oculta bajo mis aposentos. Patee tantas veces al demonio perturbado Max que no creí posible que fuera capaz de cumplir un deseo de nuevo.

―Yee~ yee~ yee~

El diablo profería unos sonidos extraños cada vez que recibía un golpe y estaba agachado con las manos cubriéndose la cabeza.

¿Cuánto tiempo hace que invoqué a este demonio de nivel bajo con la reliquia divina?

Normalmente, cuando pasaba mucho tiempo con una persona me era muy sencillo habituarme a ella y llevarme bien, sin embargo todavía no fui capaz de tragar a este personaje.

―¡Toda la culpa es tuya! ¡Si fueras un demonio un poco más fiable, no me habrían arrebatado a Lalatina justo delante de mis narices! ¡¿Tan limitado es tu poder para manipular los sucesos?! ¡Basura, basura! ¡Eres una basura inútil!

―Yee~ yee~ yee~ Mis poderes de demonio se debilitan cuando entro a una iglesia. Pero lo más preocupante de todo es que alguien parece haber deshecho la maldición, Aldarp.

Max mantuvo la misma posición que cuando estuvo resguardándose de mis patadas y dijo algo inesperado con un tono que no encajaba con su situación.

―¡¿La maldición se ha roto?! ¡¿Por qué?! ¡¿Es que no puedes maldecir a un simple humano hasta la muerte?!

Rugí mientras pateaba a Max con bastante fuerza. Este ser con una memoria horrible incluso se olvidó de que no había recibido una recompensa a cambio de cumplir lo que le ordené. Lo utilicé durante tanto tiempo solo porque no era necesario pagarle con nada… ¿Iba siendo ya el momento de deshacerme de él?

El problema era que aún necesitaba sus poderes para hacer borrón y cuenta nueva de todo lo que había sucedido. Después de todo, lo que le dije a Lalatina delante de aquellos nobles influyentes y de los habitantes de la ciudad fue realmente inapropiado. Me dejé llevar por la situación y utilicé un lenguaje vulgar con ella, y eso que su prestigio es mucho más alto que el mío. Pero no todo fueron malas noticias, ya que al menos tenía un motivo para ejecutar a ese maldito mocoso que se coló en la ceremonia como si fuera el rey del país. Lalatina tendría que venderse de nuevo para poder salvarlo.

―¡Max! ¡Quiero que mañana a primera hora trastoques los recuerdos de todos los que asistieron a la boda además de los que me escucharon o simplemente presenciaron la escena, y que así resuelvas todo! ¡¿Lo has entendido?!

Pensé en qué podría hacer al día siguiente después de dar esa orden al demonio y salir de la cámara donde prácticamente no había luz…

―Yee~ yee~…No puedo hacer eso, Aldarp, no soy tan poderoso.

Su protesta hizo que me detuviera.

…¿No puede hacerlo?

Este demonio desquiciado nunca me había contradicho una orden directa. No importaba lo que deseara o cuántas vueltas de tuerca quisiera darle a mis caprichos, él nunca dijo que algo fuera imposible.

Es la primera vez que lo dice.

―…¿No puedes hacerlo? Soy consciente de que no eres más que un demonio de nivel bajo, después de todo esa reliquia divina te invocó al azar… ¡Pero aun así no tienes derecho a negarte, hazlo! ¡No sé qué es lo que puedes hacer o no, pero simplemente hazlo! ¿Acaso son demasiadas personas? ¡¿No se supone que tu punto fuerte es la manipulación de recuerdos?! ¡Haz lo que te he dicho ahora mismo!

Pero a pesar de mi réplica…

―No puedo hacerlo. Hay una luz… Yee~ Es la misma luz poderosa que deshizo mi maldición, de verdad que no puedo hacerlo.

Cuando escuché su respuesta negativa, mi rabia llegó a su límite.

―¡Ya he tenido suficiente contigo, demonio inútil! ¡Romperé el contrato e invocaré a un demonio más poderoso! ¡Esta es mi última orden! ¡Tráeme a Lalatina…! ¡Utiliza tu poder para manipular sucesos y tráeme a Lalatina ahora mismo! ¡Si lo haces te pagaré aún más de lo que acordamos!

Max reaccionó a esta última frase.

―¿Pagar? ¿Quieres pagar lo que me debes?

―De verdad, lo digo en serio. Eres demasiado estúpido, por eso te olvidas de que ya te he pagado varias veces. Pero en esta ocasión será una gran recompensa. Ve, trae aquí a Lalatina.

Fingí un tono amigable y le ofrecí un trato al demonio que carecía de la capacidad para retener recuerdos y a quien ya había engañado en muchas otras ocasiones. En ese momento…

―¿Se encuentra aquí el señor de este territorio? Soy yo, he venido a disculparme por lo que sucedió ayer, ¿podría concederme una audiencia…?

Alguien llamó a la puerta de la cámara, aunque nadie debía saber la existencia de este lugar.

¡¿Por qué a estas horas, por qué conoce este sitio?! ¡Pero todo eso da igual!

¡Nunca podría confundir aquella voz…!

―¡Lalatina! ¡¿Eres tú, Lalatina?! ¡Genial, gran trabajo, Max! ¡Espléndido, lo has hecho estupendamente! ¡No sé cómo lo has conseguido, pero voy a cumplir lo prometido y te pagaré la recompensa! ¡El contrato ya se ha terminado, eres libre! ¡Oh, Lalatina, ahora mismo abro la puerta!

―¡Yo no he hecho nada, yee~ yee~! ¿Quieres pagar el precio? ¿Terminar el contrato?

Ignoré a Max por un momento mientras mascullaba sobre algo y abrí la puerta de la cámara. La persona que me estaba mirando era sin duda Lalatina. Llevaba puesta una bata seductora y mostraba una sonrisa tierna que casi nunca había visto. Descendió lentamente por las escaleras de la sala.

Su ropa y su sonrisa despertaron los deseos oscuros que había en mi interior. Entonces me habló con un tono dulce y cálido y una expresión de disculpa.

―Lo siento mucho, señor… Me disculparé apropiadamente por lo que ocurrió ayer en cuanto se haga de día… ¡Pero por favor, permítame primero ofrecerle mi cuerpo a cambio de las vidas de mis camaradas…!

Lo comprendí todo al escucharla.

¡Justo como esperaba, esta mujer ha venido aquí para pedir piedad por sus compañeros!

¡Ya no pude aguantar más! La mujer que había estado deseando tener todos estos años se encontraba ante mí y vestida de esa forma. No pude esperar a que terminara de bajar los peldaños que le quedaban, pero cuando me disponía a ir a por ella… De su boca enormemente abierta salió una carcajada y su silueta se distorsionó como un espejismo. Entonces donde ella había estado antes, ahora…

―¡Jajajaja! ¿Pensó que era Lalatina? ¡Qué mala suerte, pues no! ¡Oh, qué emociones negativas tan intensas! ¡Delicioso, delicioso! ¡Jajajaja!

Un hombre enmascarado se encontraba en mitad de la escalera vestido con un esmoquin parecido al de Max.

―¡¿…?! ¿Q-Quién eres tú? ¡¿Quién demonios eres tú?! ¡Espera, esta sensación escalofriante, es como la que tengo cuando estoy con Max! ¡Demonio! ¡Debes de ser un demonio!

Señalé al hombre que se había presentado en mi propiedad y que probablemente era un demonio. Entonces él se rio.

―¡Max! ¡Mata a este demonio despreciable ahora mismo!

Grité mientras seguía señalándole con el dedo. ¡Había que ser muy perverso para tomar la forma de la mujer con la que tanto había soñado y celebrar mis sentimientos de tristeza y decepción!

¡Ah, estoy tan decepcionado como si hubiera caído en un abismo! ¡No pienso perdonarlo nunca, nunca!

―¿…? ¿Por qué debería matar a alguien de mi familia? ¿Yee…? ¿Te conozco de algo?

Max ignoró mi orden y preguntó algo absurdo.

¿Cuántas veces me ha desafiado hoy? ¿Qué le pasa a este demonio? No está bien de la cabeza.

Mientras pensaba en lo desdichado que era por haber conocido a Max, el demonio enmascarado desplegó unos modales perfectos que incluso harían sentir envidia a un noble como yo y saludó a su congénere con una reverencia.

―Esta es la enésima vez que un servidor se presenta ante usted. Y por supuesto que en esta ocasión también tendré que hacerlo… ¿Cómo le va, Maxwell? Maxwell el manipulador de sucesos, el retocador de la verdad. Un servidor es el demonio que puede verlo todo, Vanir. ¡Demonio retocador de la verdad Maxwell, he venido para recogerle!

¿El demonio loco no se llama Max sino Maxwell? Espera, ¿ha dicho que ha venido para llevárselo…?

―¡Vanir, Vanir! ¡¿Por qué, por qué tu nombre me suena tanto?! ¿Nos conocemos?

―¡Jajajaja, siempre dice lo mismo cada vez que nos vemos! ¡Usted se llama Maxwell! ¡Llegó a este mundo sin sus recuerdos, yo soy un familiar suyo! ¡Vayámonos de aquí y regresemos al lugar al que pertenece, de vuelta al infierno!

―¡E-Espera un momento! ¡Él es mi sirviente! ¡No puedes llevártelo por tu cuenta como si nada!

Exclamé por reflejo, pero el demonio llamado Vanir se rio de mí.

―¿Sirviente? ¿Piensa que Maxwell, uno de los duques del infierno al igual que un servidor, puede ser su sirviente? Usted no es más que un bajito arrogante cuya única fortaleza es la suerte. Eso es lo único favorable que tiene. Solamente ha podido disfrutar de los servicios de Maxwell gracias a ella, ya que fue el primer demonio que invocó por casualidad. Sin duda usted es muy afortunado. ¡Si hubiese invocado a cualquier otro demonio, éste le habría descuartizado en el mismo momento que usted se hubiera negado a pagarle la recompensa, sin embargo posee una suerte excepcional! ¡Estamos hablando del ignorante de Maxwell, poderoso pero tan simple como un niño! ¡Si ha llegado a donde está ahora es sólo gracias a él, por lo que debería pagarle como es debido!

No sabía de qué estaba hablando.

¿Ese Max del que me he estado encargando era un duque del infierno? No, todo lo que tengo lo he conseguido con mi propio trabajo. Ese demonio perturbado sólo ha contribuido mínimamente.

Lo que dijo Vanir me dejó bastante confuso, y entonces continuó con una sonrisa de superioridad.

―Además, antes de que un servidor apareciese, usted le dijo lo siguiente a Maxwell: “¡voy a cumplir lo prometido y te pagaré la recompensa! ¡El contrato ya se ha terminado, eres libre!”.

En ese momento me di cuenta de que había metido la pata. Pensé que Max había utilizado sus poderes para traer aquí a Lalatina, y en un momento de excitación le dije todas esas cosas.

…Así que este es el demonio capaz de verlo todo. Sabía que esto iba a ocurrir y escogió este preciso momento para aparecer por aquí. Y además también parece saber lo que estoy pensando en todo momento.

―En efecto, el contrato entre usted y Maxwell era el problema. Vaya, realmente me hizo avanzar en círculos.

…¿Avanzar en círculos?

―E-E-Entonces tú… tú, ¡¿es posible que…?!

―¡Sí, es exactamente como se imagina! ¡Un servidor le dio la oportunidad a ese chico de pagar la deuda y le habló sobre usted! ¡Jajajaja! ¡Esto, esto es genial, unas emociones negativas magníficas! ¡Delicioso, absolutamente delicioso!

Apreté los puños temblando de ira.

―¡Cómo te atreves! ¡Cómo te atreves a hacer tal cosa…! ¡Si sólo querías a este demonio perturbado, entonces tenías que habérmelo dicho antes! ¡Si hubieses revelado tu identidad te lo habría dado desde el principio! ¡No era necesario que implicaras a toda la ciudad y que me dejaras en ridículo delante de todo el mundo…!

¡Por supuesto, si hubiera sabido que existía un demonio capaz de verlo todo como él no habría hecho algo tan temerario maltratando a este loco…!

Vanir me miró y habló de una forma ridículamente alegre.

―¡Qué interesante! ¡Jajaja, un espectáculo genial, sin duda! ¡Incluso en esta ocasión, esa diosa ha estado comiendo de la palma de mi mano! Cuando esa delincuente participó en la ceremonia me pidió ayuda para que cuidara de su huevo y lo incubara. ¡Me dejó probar las emociones negativas de la vergüenza absoluta! ¡El amor que usted siente finalmente floreció tras años de tormentos debido a la lujuria, pero en el momento que consiguió su objetivo, le arrebataron a la novia de las manos! ¡Oh, los sentimientos de desesperación en ese instante…! ¡Fue tan delicioso que un servidor no habría puesto reparos si le hubieran derrotado en ese momento!

¡Pero qué está diciendo, qué está diciendo este demonio!

―Pues bien, señor terrateniente. Un servidor ya no tiene nada más que tratar con usted. Llevaré a Maxwell de vuelta al infierno y continuaré trabajando duro bajo las órdenes de esa dependienta alocada.

Al parecer pretendía marcharse llevándose a Max con él. No podía hacer nada para impedirlo, y además ocurrió justo cuando me enteré de que Max era en realidad un demonio muy poderoso. Pero todavía me quedaba una opción aunque no contara con él en el futuro.

¿Qué debería hacer mañana? A partir de ahora no podré eliminar las pruebas de mis delitos.

Mientras pensaba preocupado por lo que me depararía el futuro…

―¡Yee! ¡Yee! ¡Vanir, Vanir! ¡Antes de volver quiero que Aldarp me pague lo que me debe! ¡Dijo que quería darme una recompensa!

El animado Max silbó imitando el sonido de una flauta y habló con una alegría extrema.

Mierda, es verdad que dije eso.

―Lo entiendo, lo entiendo, quieres tu recompensa, ¿eh? Te pagaré, así que date prisa y…

“Desaparece de mi vista enseguida”. Pero antes de que pudiera terminar la frase, un golpe sordo reverberó en las paredes de la cámara. Me di cuenta de que el origen de ese sonido fueron mis brazos fracturándose…

―…¡¿Eh?! ¡Ah, aaaaaaah!

Fue justo cuando vi a Max agarrando mis brazos rotos.

―¡¿Yee?! ¡Yee~! ¡¿Duele, duele?, aaaah!

Grité mientras el monstruo seguía sujetando mis brazos con firmeza.

―¡Aldarp! ¡¡Aldarp!! ¡Tus gritos son geniales, Aldarp! ¡Yee~ yee~!

El demonio perturbado no dejaba de decir cosas sin sentido.

―¡¿Qué estás haciendo?! ¡Suéltame, Max! ¡Para! ¡Me duele, para!

Al escuchar mis gritos, el demonio con el que había pasado tanto tiempo expresó una emoción por primera vez. Su cara, tan inexpresiva como la máscara de su pariente, se contorsionó y mostró una sonrisa de felicidad desde lo más profundo de su corazón. Entonces Vanir intervino.

―¡Jajaja! Maxwell, podrá continuar con esto en el infierno. Este hombre le debe una gran recompensa, así que lléveselo con usted al infierno y haga que pague lentamente.

Aunque mis sentidos se vieron afectados a causa del dolor, escuché algo que no pude tomarme a la ligera.

―El precio que tendrá que pagar por los servicios que le ha prestado Maxwell será acorde con el tiempo estipulado en el contrato, durante el cual usted deberá liberar todas las emociones negativas que sean del gusto de Maxwell… Sí, ha hecho que él trabaje realmente duro y ha llevado una vida depravada… Probablemente no podrá pagar su deuda ni siquiera en todo el tiempo que le queda de vida.

Las palabras del demonio enmascarado me provocaron un escalofrío. Incluso el dolor que sentía en los brazos fue apartado a lo más profundo de mi mente mientras trataba por todos los medios de negociar con él.

―¡Vale, de acuerdo! ¡Fue un error obligarte a trabajar tanto! ¿Qué te parece esto?, en primer lugar mi gran fortuna…

―Su riqueza, ¿eh? Cuando Maxwell regrese al infierno, todas sus fechorías saldrán a la luz, sus bienes serán confiscados y administrados por la Casa de los Dustiness… Después de eso, el dinero será devuelto al tipo que ahora mismo está mascullando en su casa y diciendo cosas como “no debería haber tirado todo mi dinero de esa forma, tenía que haber sido un poco más inteligente” y “debería hacer que esa mujer me pague con su cuerpo por haberla salvado aunque me pida clemencia”, así como a los ciudadanos y al reino. Vanir, el demonio que puede ver a través de todo y de todos, declara que usted se encuentra en la ruina absoluta.

Mis dientes empezaron a castañetear y casi pierdo el conocimiento al escuchar eso.

¡Todo el dinero que he ido acumulando con el tiempo…!

―En…

―Lo que usted iba a decir es que en ese caso, Max se puede quedar con todas las personas de la mansión que quiera en lugar suyo, ¿verdad? ¡Por desgracia para usted, el contratante tiene la obligación de realizar el pago personalmente! …Oh, esta es una emoción negativa difícil de obtener, pero la desesperación no es del gusto de un servidor. Sin embargo creo que Maxwell la prefiere.
Finalmente conseguí parar de temblar.

―M-M-Max… ¡Max! T-Te he hecho muchas cosas crueles… cosas horribles. Pero por favor, ¿puedes perdonarme? ¡Perdóname, Max, en el fondo no te odio…! ¡Es cierto! ¡Por favor, Max!

Vanir apenas soltó una risita al escuchar mis súplicas, pero por alguna razón no quiso desmentir lo que decía. Max me soltó los brazos y caí al suelo. Levanté la cabeza aterrado con una pequeña esperanza de recibir su perdón al ver que me había liberado. Estaba sonriendo de felicidad, una sonrisa pura e inocente. El demonio que jamás había mostrado emoción alguna ahora estaba sonriendo como un niño.

―¡Aldarp! ¡Aldarp! ¡Yo tampoco! ¡A mí también me agradas, Aldarp!

Vanir continuó riéndose por lo bajo mientras me miraba; yo no sabía qué estaba ocurriendo. El demonio loco que conocía desde hacía bastante tiempo siguió soltando gritos de júbilo con la cara sonrojada.

―¡Aldarp, Aldarp! ¡Me gustas, Aldarp! ¡Quédate conmigo en el infierno, Aldarp! ¡Quiero disfrutar de tu desesperación para toda la eternidad, Aldarp!

Oh, ahora lo entiendo. Así que el motivo por el que nunca estuve a gusto con este demonio es que en el fondo me aterrorizaba. Me daba miedo la naturaleza oculta de este ser.

Ya no pude seguir soportando el miedo al ver al demonio sonriente delante de mí.

―Oh, dios mío.

―Oh, veo que el sentimiento es mutuo, Aldarp. Maxwell es del tipo de persona que nunca está conforme, ¡sin duda querrá jugar con usted día y noche! ¡Jajaja! ¡Jajajaja!

Por favor, Dios, haz que este demonio loco pierda su interés en mí y me conceda una muerte rápida…

Recé a los dioses por primera vez en mi vida con la risa de ambos demonios llenando mis oídos.

―¡Cuidaré de ti, Aldarp! ¡A diferencia de las mujeres que abandonaste después de engañarlas, yo tendré cuidado de no romperte el corazón! ¡¡Yee~ yee~ yee~ yee~!!