Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 7: La Novia mas Cara de la Historia

Capítulo 5: ¡Un Hurra por la Novia!

Parte 7

Tanto los invitados como los guardias cayeron en un estado de pánico y trataron de no perderse ni uno solo de los movimientos de la maga malvada.

―¿Saben cómo me llaman por aquí? Si es así, entonces deberían saber qué clase de magia se está acumulando en la punta de este bastón, ¿verdad? Permitan dejar esto claro, controlar este conjuro requiere una gran cantidad de concentración… Si intentan atacarme por la espalda y pierdo el control del maná, ¡todo cuanto vean explotará! Piensen antes de intentar venir a por mí.

Sencillamente dijo que perdería el control con el mínimo ataque y que los guardias eran libres de ir a por ella si no les parecía mal sufrir las consecuencias.

Una amenaza perfecta para una maga malvada.

Los esbirros rodearon a Megumin dejando una distancia considerable y con una expresión deformada por el miedo. Los guardias que quisieron inmovilizar a Darkness cuando ella trató de escapar por la puerta principal y los que nos persiguieron desde atrás cuando les engañé tenían todos serias dudas sobre si intentar detenernos después de lo que presenciaron. Yunyun permaneció detrás de Megumin vigilando los movimientos de la iglesia en general.

―…¿Umm? Megumin, Kazuma-san ya ha… Mira…

Megumin nos miró a los tres cuando Yunyun se lo indicó, pero especialmente a Darkness, con su vestido de novia rasgado. Comprendió lo que había ocurrido antes de su llegada y sonrió con los ojos entornados. En ese momento apuntó hacia nosotros con su bastón para abrirnos un camino por el que escapar. Al hacerlo, los guardias que había delante de nosotros se dispersaron enseguida y se escondieron entre las filas de asientos.

¡Aprovechamos la oportunidad y nos acercamos corriendo a Megumin…!

―¡¿Q-Qué?! ¡¿De qué tienen tanto miedo, hatajo de imbéciles?! ¡¿No ven que los está engañando con una amenaza falsa?! ¡Esa idiota sabe perfectamente las consecuencias de utilizar su conjuro de explosión aquí! ¡No va a realizar el conjuro, así que vayan a por ellos!

El gobernador gritó a sus esbirros mientras seguía ocupado recogiendo las monedas. Pero cuando la maga escuchó eso…

―¡Jo! ¡¿Piensas que voy a asustarme?! ¡Osas decir que no me atrevo a usar explosión, ¿lo dices en serio?! ¡Pues muy bien, tú lo has querido! ¡Acepto el reto!

―¡Para! ¡No nos acercaremos! ¡No lo haremos, así que para, por favor!

―¡No vamos a atacar a nadie, no lo hagas!

―¡Aldarp-sama! ¡Por favor, no la provoque!

Todos los guardias se retiraron con el rostro tenso al escuchar las palabras de Megumin. Su intimidación había tenido un efecto asombroso.

De todas formas Megumin no va a usar Explosión en medio de la ciudad… No lo hará… ¿Verdad?

Gracias a su amenaza, los guardias nos permitieron reagruparnos con ella.

―¡Quería mostrar a todos mi lado heroico y de repente las dos me robaron el protagonismo en el mejor momento! Pero les agradezco que hayan venido. ¡Gracias!

Megumin sonrió cuando terminé de saludarla.

―El instinto del clan de la Magia Carmesí nos obliga a llevarnos la mejor parte de una forma memorable. En serio, Kazuma, sabía que harías algo aunque al principio decías que te negabas… Y pensar qué actuaste antes que yo…

Me habló con una expresión de satisfacción y no fui capaz de entenderlo muy bien.

―¡Megumin! ¡Incluso has hecho que Yunyun se arriesgue tanto…! Cuando volvamos tengo… tengo algo que decirles a todos. ¡Cuando volvamos… les daré las gracias…!

O Darkness era una persona realmente sentimental o todavía tenía que recuperarse de las emociones fuertes de antes. Ni siquiera era capaz de hablar correctamente, por lo que Megumin respondió un poco cortada.

―De nada, bueno, al fin y al cabo… somos compañeras… ¡¿Cómo podría dejar marchar a una dama tan sensacional?!

Probablemente le dio vergüenza decir la palabra “compañeras” e intentó taparlo con esa última frase, aunque tampoco le resultó fácil decirla. Y cuando Yunyun vio a su compañera de clan actuando de esa manera…

―¡Compañeros…! ¡Qué bueno es tener compañeros, Megumin! Emm, como tu amiga íntima, ¿vendrías también a rescatarme si me encontrase en la misma situación?

―No, tú eres sólo una amiga íntima, y a veces incluso proclamas ser mi rival… No eres una compañera de equipo, así que no…

―¡¿…?!

Megumin puso énfasis en el término “amiga íntima” y rechazó a Yunyun sin piedad.

―¡En serio, este no es el momento para esa clase de conversaciones! ¡Necesitamos un plan!

Puede que por vernos discutir tan despreocupadamente, los guardias consideraron que en realidad no éramos tan peligrosos y comenzaron a estrechar el cerco. Megumin era la enemiga con la que había que tener más cuidado ahora mismo, ya que podría desatar el caos en cualquier momento.

No creo que se atrevan a atacarnos en esta situación…

Probablemente el gobernador se sintió frustrado al ver que sus esbirros se negaban a cumplir sus órdenes y gritó.

―Eh, ese grupo de ahí que está mirando. ¡Miren aquí, les estoy hablando, aventureros! ¡Ahí tienen a unos criminales! ¡Recuperen a mi futura esposa y les daré una gran recompensa a cambio! ¡O incluso puedo contrataros para que sean mis guardias! ¡Así podrán escapar del trabajo tedioso de ser aventureros! ¡Por favor, Lalatina mía! ¡Tráiganme a mi Lalatina!

Los espectadores del exterior de la iglesia se miraron entre sí después de escuchar lo que dijo el aristócrata, y entonces…

―¿…? ¡Eh, ¿es que no me han oído?! ¡¡Les voy a pagar!! ¡¿Cuánto quieren?!

No solo no se movieron, sino que se dieron la vuelta para mirar al sol y se estiraron de repente como si fuera una tarde tranquila de domingo sin mucho que hacer, fingiendo que no habían escuchado nada. Parecía que nos estaban dejando ir.

¡Muchísimas gracias, tan solo con no hacer algo ya han sido de gran ayuda!

―Mira, Darkness. Está pasando lo mismo que cuando te enfrentabas a la hidra tú sola, en esta ocasión también hay muchas personas dispuestas a ayudarte. Ya va siendo hora de que te replantees tu carácter tan testarudo, ¿no crees?

El rostro de Darkness se sonrojó de alegría y asintió haciendo que se le cayesen las lágrimas de los ojos. Las cosas estaban marchando bien… Comprendí lo que estaban pensando esos aventureros, así que no dije nada para no arruinar el buen estado de humor de Darkness. Todos sonreían…

Seguro que cuando regrese a la taberna no dentro de mucho… “Señorita Lalatina, ¿no va a llevar su precioso vestido de novia?”. Harán bromas de ese estilo.

Ahora todos los aventureros de la ciudad sabían que Darkness era una dama de la nobleza. No pensé que estas personas tan sencillas fuesen a tenerle miedo, y menos cuando se conocían desde hacía mucho tiempo.

Yo también quiero participar en los chistes, así que me aseguraré de estar cerca de ella cuando se pase por el gremio.

…Poco después, cuando todavía seguíamos rodeados por los guardias, los asistentes de la boda comenzaron a congregarse a nuestro alrededor; nos encontrábamos en un punto muerto. Los enemigos no eran estúpidos y tampoco matones que esperarían eternamente sin hacer nada hasta que fueran vencidos. Nos superaban ampliamente en número y no nos dejarían escapar tan fácilmente. Si utilizábamos armas dentro de la ciudad, nuestros actos delictivos nos dejarían marcados para siempre, por lo que cometer un crimen estaba fuera de toda cuestión.

―¡…Ugh! ¡Kazuma, estoy llegando al límite, no voy a poder seguir controlando el conjuro! ¿Puedo soltarlo ya? ¡De todas formas ya somos criminales! ¡Ya no puedo aguantar más, ¿puedo lanzárselo a esos tipos?!

Todos se quedaron paralizados cuando Megumin dijo eso sin previo aviso, incluyéndome a mí.

―¡Uuuggggggh, no puedo seguir, va a explotar! ¡Corran, aléjense de mí!

¡¿Ha perdido el control en el momento decisivo?!

Si se hubiera tratado de cualquier otro mago, esa advertencia seguramente sólo habría sido un bluf. Sin embargo, la mayoría de los presentes conocía muy bien a Megumin y empezaron a huir despavoridos con la cara verde. ¡Yo también me cubrí de inmediato…!

―¡Explosión!

Megumin lanzó el conjuro hacia el cielo. Un rayo de luz salió disparado hacia arriba con un estruendo terrorífico acompañado de una gran explosión. La onda expansiva hizo estallar todas las ventanas de la ciudad y el que pudo anticiparse se tiró al suelo cubriéndose la cabeza con las manos.

―Rápido, aprovechemos esta… ocasión…

Megumin había agotado todo su maná y me miró mientras Aqua le ayudaba a sostenerse en pie. Su voz se debilitó de repente… Al final la vi con la mirada perdida.

Bajo aquella mirada que carecía de chispa, me di cuenta de la situación en que me encontraba. Me había hecho un ovillo detrás de Darkness…

―Perdona Kazuma, y pensar que podías hacer algo tan patético como cubrirte detrás de la persona que estás rescatando…

―…Sí, Kazuma lo ha estado haciendo genial hasta ahora, me preguntaba si me estaba pasando algo raro en la vista. Me alegra que sólo haya sido mi imaginación.

―K-Kazuma-san… eres lo peor…

Yunyun me asestó el golpe final con sus palabras. Los espectadores, que se habían echado cuerpo a tierra, me miraron como si fuera un desecho humano. Pero dejando eso a un lado, los guardias quedaron tan aterrorizados por la explosión de Megumin que sin duda ya no tratarían de detenernos.
¡Pretendimos escapar fuera del cerco, pero…!

―¡La magia de explosión sólo se puede utilizar una vez al día! ¡Este es el momento, atrápenlos!

El terror provocado por los efectos del conjuro de explosión sólo duró un instante y los esbirros del gobernador cargaron contra nosotros sin dudarlo. ¡Megumin gritó subida a la espalda de Aqua!

―¡Yunyun! ¡Te dejo este lugar a ti, nosotros nos moveremos primero! ¡No importa lo que me ocurra, no mires atrás en ningún momento y continúa luchando!

¡Lo increíble es que Yunyun escuchó sus órdenes…!

―¡Tonta! ¡¿Acaso no somos amigas íntimas?! ¡De qué estás hablando, cómo podría abandonarte y~ ¡¿Qué has dicho?! ¡¿No pasó algo parecido en el Hogar de la Magia Carmesí?!

Yunyun respondió con dudas.

―¡Por favor, consíguenos tiempo, amiga íntima! ¡La próxima vez te presentaré a mis amigos!

―¡Entendido, yo me encargo! ¡Después de todo somos amigas íntimas, no puedo negarme a prestarte mi ayuda!

Los guardias se mostraron precavidos cuando Yunyun, que recién se animó, se colocó delante de ellos para evitar que avanzaran.

¡B-Bueno, si de verdad no te importa quedarte aquí podría ser tu amigo cuando quieras…!

Tras dejar a Yunyun atrás y escapar…

―¡Sólo es una chica del clan de la Magia Carmesí! ¡Atrápenla antes de que realice algún conjuro!

Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda cuando escuché a uno de los guardias decir eso.

¡Qué remedio, me quedaré atrás para conseguir más tiempo y que Darkness pueda escapar…!

Y justo cuando pensé eso y me di la vuelta…

―¡Eso duele aaaah! ¡¿Por qué me empujas de repente?! ¡Aaah, mis huesos! ¡Mis huesos aaah! ¡Dust, ayúdame!

Un hombre cayó al suelo y gritó.

―¡Oye, Keith, ¿estás bien?! Esto es terrible… ¡Es una fractura muy fea!

Oí unas voces y nombres conocidos.

―¡¿Qué?! ¡Sólo he chocado contigo, no intentes culparme de algo que no he hecho! ¡Salió corriendo de repente y se cayó solo! ¡Eh, ¿por qué me agarras de las piernas si tienes una fractura?! ¡Suéltame!

El guardia replicó.

―¡Eh, eh! ¿Estás intentado darte a la fuga después de haberlo dejado paralítico de cintura para abajo? ¡No me importa si tu jefe es el gobernador o quien sea, eso es pasarse de la raya!

Mientras corríamos pude oír las voces de los delincuentes de la ciudad a mi espalda. El guardia que estaba sufriendo el acoso de esos tipos con malas intenciones les contestó a desgana.

―¿Pero no has dicho que tiene una fractura muy fea? ¿Y cómo es que ahora se ha quedado paralítico? ¡Qué demonios, dejen de molestarme, escorias! ¡Si vuelven a cruzarse por mi camino los dejaré paralíticos de verdad…!

Entonces apartó al delincuente de un empujón.

―¡Me has hecho daño! ¡Soy un ciudadano y has utilizado la violencia contra mí! ¡Me has golpeado! ¡Muy bien, quieres pleito, pues bien! ¡Hace poco un noble también abusó de mí! ¡Ya les tenía asco a los nobles, así que pienso desahogarme contigo!

―¡¿Eh?! ¡Espera, no~!

―¡Vamos a pelear!

―¡Pelea, pelea!

―¡Eh, yo también me apunto!

―¡El gobernador lleva jodiéndome desde hace mucho tiempo!

―¡Espera! ¡¿N-No tenías una fractura?! ¡Dijiste que tenías una fractura! ¡Guaaah!

Corrí sin que me vieran y me escondí detrás de alguien para ver lo que sucedía. Los aventureros curiosos que se encontraban fuera de la iglesia se enfrentaron a los guardias del gobernador en una pelea y no tardaron mucho en darles una paliza.

Les invitaré a un trago cuando las cosas se tranquilicen.

―¡Lalatina! ¡No te vayas, Lalatina! ¡Lalatina!

Los gritos angustiosos clamando por Darkness venían desde muy atrás.