Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 7: La Novia mas Cara de la Historia

Capítulo 1: ¡Dándole un Respiro a este Exitoso Aventurero!

Parte 3

―…Vuelvo en un momento… Perdóname por obligarte a hacer esto, Megumin.

―No pasa nada. Aqua se niega a salir si no lo hago. Y es verdad que solamente ella es capaz de lidiar de tú a tú con ese demonio.

Al día siguiente me dirigí a la tienda de Wiz acompañado de Aqua y Darkness. Megumin se quedó en casa para vigilarla. A pesar del ambiente caluroso no le quedó otra opción que encender la chimenea y sentarse frente a ella para incubar el huevo que compró Aqua. Aparte de la temperatura también hacía falta rotarlo cada cierto tiempo, por lo que se trataba de una tarea tediosa en todos los sentidos. Tuvimos que llegar a este compromiso con Megumin porque Aqua no quiso salir con la excusa de que tenía que incubar el huevo, por lo que al final fui con las otras dos a la humilde tienda que se encontraba bastante alejada de las calles principales de la ciudad.

―¡Abre la puerta! ¡¡Abre la puerta!! ¡He dicho que la abras, ya es por la mañana! ¡Rápido, abre, abre!

Aqua había cogido confianza a la hora de visitar la tienda de Wiz y comenzó a aporrear la puerta. Todavía era muy pronto. Mientras ella gritaba, unas fuertes pisadas se oyeron en el interior y la puerta se abrió de un golpe.

―¡No haga tanto ruido a estas horas de la mañana, piense un poco en los vecinos, mujer impertinente y molesta! ¡Todavía falta bastante para que llegue la hora de apertura, vuelva cuando se haya lavado la cara!

La persona que salió fue un dependiente con una máscara extraña. El archidemonio Vanir rugió nada más al vernos.

―¡Hoy venimos de visita, pero después tenemos otros asuntos de los que ocuparnos! Cuando abras la tienda estarás ocupado, ¿verdad? Deberías agradecernos que hayamos venido pronto para no molestarte luego. Rápido, dame las gracias.

Aqua se puso en la cara de Vanir y mostró una mueca de desprecio. La tienda era más próspera que nunca, y todo gracias a los nuevos productos que inventé. Como el trato que hice con ellos consistía en venderles los derechos intelectuales de los inventos, por muchos que vendieran yo no recibiría ni un solo céntimo más. Es cierto que puede parecer una situación desventajosa, pero como inventor me sentía contento por ver mi mercancía venderse tan bien.

―Ver que usted está siendo considerada conmigo a pesar de que no sabe cómo tratar a las personas me pone de los nervios. Hace que uno se pregunte qué podrá estar tramando… No importa, un servidor sabe por qué está aquí. Es por la paga de ese jovenzuelo de ahí recién estrenado en las clases altas. Entren y esperen, un servidor la traerá enseguida.

Aqua siguió incordiando a Vanir después de entrar en la tienda.

―¡Dame las gracias! ¡¡Dime que estás muy agradecido por hacer que pase parte de mi tiempo con un demonio inútil como tú!!

―¡¡Ya le he dicho que es una persona molesta!! ¡La dueña de la tienda está durmiendo en estos momentos tras haber pasado varias noches seguidas trabajando, así que no haga ruido! ¡Si arruina la reputación de mi tienda por formar demasiado alboroto, un servidor le maldecirá haciendo que le crezca aloe del trasero!

―¡Inténtalo si puedes! ¿Crees que la maldición de un pequeño demonio miserable como tú funcionará conmigo? ¿Eres estúpido? Dijiste que la máscara es tu verdadero cuerpo, ¿entonces dónde está tu cerebro?

―¡Jajajaja! ¡Jajaja! ¡Como esperaba, un servidor tendrá que dejarle claro una serie de cosas! ¡Muy bien, salgamos afuera!

―¡Dejen ya de discutir cada vez que se ven! ¿Y qué es eso de que Wiz ha pasado varias noches seguidas trabajando, acaso va tan bien el negocio?

Separé a los dos cuando comenzaron a empujarse entre sí y le pregunté a Vanir.

―Sí, esto es lo que significa reírse todo el camino hasta el banco [2]. Como la producción es equivalente a las ventas, un servidor hizo que la dueña de la tienda trabajara en el mostrador por el día y fabricara los productos por la noche durante unas dos semanas sin comer ni dormir. Últimamente empezó a llorar y reír sin motivos y se hizo emocionalmente inestable. Ahora ya no puede atender a los clientes, así que la he dejado descansar.

―O-Oye, tú…

En respuesta a mi expresión de incredulidad, Vanir regresó de la trastienda con un saco lleno de dinero en una mano.

―Un servidor tuvo una visión. Se trata de un futuro donde la dueña arruinará el negocio y se verá agobiada por las deudas en caso de que la deje sola. Después de observarla en los últimos tiempos, me di cuenta de que esa mujer hará cosas innecesarias si se le deja en un estado de inactividad, de modo que intenté hacerla trabajar las veinticuatro horas sin darle tiempo ni siquiera para comer, y como esperaba fue muy efectivo.

Vanir me contó algo escalofriante mientras me entregaba el saco.

Incluso una liche no muerta se merece un descanso. Ahora ya no sé quién es el dueño y quién el empleado.

―Hablando de inactividad…

En ese momento se giró para mirar a Darkness.

―Vaya, la que siempre se encuentra libre de tareas. La lujuria se está acumulando en su cuerpo maduro con el paso del tiempo aunque aún no la hayan desflorado, pero cada noche…

―¡¡Qué estás diciendo, aaaah!!

Darkness se lanzó a por él con un rugido, pero Vanir la esquivó sin inmutarse.

―…Umm, la emoción negativa que más destaca en usted es la vergüenza, delicioso… Chica acorazada, usted posee la “marca de la destrucción”. Probablemente sea por culpa del resplandor que emite la mujer molesta y deslumbrante de su lado, pero un servidor no puede vislumbrar el futuro con claridad. Para compensarle por su ayuda por haber formalizado este trato tan importante, intentaré leerle el futuro.

Al decir eso mostró una sonrisa siniestra que encajaba perfectamente con la de un demonio.

―Oye, ¿con lo de mujer deslumbrante se está refiriendo a mí? Aqua siguió tirando de la ropa de Vanir.
―…¿La marca de la destrucción?

Darkness le preguntó con una expresión de inquietud, y yo…

―¡Deja eso para otro momento y cuéntame lo que ibas a decir antes sobre lo que Darkness hace todas las noches!

Las orejas de la dama se pusieron rojas por completo y me atacó sin previo aviso mientras se le caían las lágrimas.

[2] Frase hecha que significa haber obtenido un beneficio por algo que los demás consideraron absurdo o que criticaron. N. del T.