Musaigen no Phantom World

Volumen 2

Tragedia 4: Resurrección

Parte 3

El licántropo abrió las puertas rodantes rompiéndolas.

En seguida en ese momento los heterogéneos fantasmas se dieron cuenta y se empezaron a acercar.

Un búfalo con cinco cuernos. Una mujer con cuerpo de caballo. Un fantasma con colmillos en su quijada.

Por el temor a herirlas, en esta batalla no está usando láseres ni truenos.

El licántropo se aproximó a los fantasmas como un viento violento.

Con una velocidad voraz le lanzó una barrida de golpes y patadas a los fantasmas. Estaba mandando a volar a la multitud de fantasmas que se aproximaban.

En un abrir y cerrar de ojos él estaba en el lugar donde estaba la multitud de fantasmas. Su odio negro y rabia roja se inflaron.

Rápidamente miró los alrededores.

Era un amplio auditorio sin asientos en el cual restaban alrededor de 30 fantasmas de alto nivel. Incluso con sus fuertes golpes y patadas solo derrotó 10 de ellos. Él veía un color gris oscuro siendo expulsado de los restantes.

Y, entonces, 12 ángeles se alinearon en el aire justo enfrente de él. Sus hermosas apariencias lucían increíblemente molestas. El ángel del centro proclamó con una molesta voz.

―Haremos de esta la mejor batalla decisiva. Te enseñaré todas las bendiciones del Señor.

Los 12 ángeles se alinearon en un círculo tomando al licántropo como centro y se mantuvieron ahí. Cada uno materializó espadas, o bien otros crearon esferas de fuego que flotaron en sus manos.

El licántropo invocó a la lanza de hielo Superbia y al escudo cuchilla rápidamente con sus 【PAROLE】.

Con la lanza en su mano derecha y el escudo en la izquierda se puso en guardia.

La cruel batalla a muerte entre el licántropo unicuerno alado con cola de serpiente y 12 ángeles de 10 brazos ha empezado. Él ya había dejado de ser un humano para convertirse en algo parecido a una máquina de matar.

Sin embargo, no había inseguridad.

Él tiene personas en las cual confía.

Sus espadas cortaron, puños golpearon y esferas de fuego explotaron.

La lanza de hielo perforó muchas veces y mientras el escudo giraba cortaba con su cuchilla.

―¡¡GAAAAAAAA!!

Un acercó batiendo sus espadas hacia él desde el frente.

Con un exquisito manejo de la lanza el licántropo rechazó todas las espadas. Sin embargo, ninguna de estas se congeló o se rompió.

¿Estas espadas estaban hechas también de esa tierra especial?

Apuntó el escudo cuchilla que estaba girando. Justo como se esperaba, según la teoría de que el árbol le gana a la tierra, las espadas fueron destruidas.
Sin embargo, los ángeles no tienen la misma mentalidad de “victoria o derrota” de antes.

El licántropo recibió una ráfaga de golpes en la parte de atrás de su cabeza. Sintió que iba a quedar inconsciente del fuerte dolor. No obstante, la severa ira y odio lo retenían fuertemente para que no cayera.

―¡¡GOOOOOOOO!!

Elevando su energía con un chilló tan fuerte que pareciera que fuera a cortar a través de tela, se dio la vuelta y empezó a empujar su lanza cortando la cintura de dos ángeles.

Utilizando todo el poder de su cuerpo, la lanza, la cual había sido potenciada hasta el límite, desprendió el cuerpo de los ángeles desde la mitad. Al mismo tiempo, el cuerpo se congeló y cayó al suelo dispersándose.

Sin darle tiempo de parpadear, unas 10 esferas de fuego se acercaron desde el aire. Entonces, el licántropo giró su lanza a una gran velocidad.

Las esferas de fuego se chocaron contra barrera de hielo que salió de la rotación y se rompieron, ya que se habían vuelto esferas de hielo.

Los ángeles que habían lanzado aquellas esferas, empezaron a brillar y fervientemente se transformaron en láser y se aproximaron desde el cielo.

―¡¡GUOOOOON!!

Entonces, el licántropo se volvió uno con la lanza y se desplazó rápidamente hacia el ángel, chocándose.

La lanza, como un misil, rompió al brillante ángel y este fue destruido.

En medio de una batalla parecida al apocalipsis que revela el fin del mundo, un licántropo ha adquirido profundas heridas por todo su cuerpo. Los choques entre espadas, puños, la lanza, escudos y bolas de fuego se volvieron aún más fuertes.

Al final, cada ángel fue desapareciendo poco a poco llevando a cabo. Esto hizo que no le diera tiempo para regenerarse. Lo único que crecía era su ira en su interior.

Al cabo de unas decenas de minutos, la dolorosa batalla acabó con la derrota de los ángeles. Sangre era derramada de su cuerpo y su canino derecho había sido destruido.

Su poder estaba agotándose. Estaba siendo acechado por un fuerte cansancio.

El licántropo se agachó sobre su rodilla y dirigió su mirada hacia las demás.

Todos los fantasmas habían sido eliminados y en la tierra por aquí y por allá habían restos de llamas azules revoloteando.

A excepción de Leela, quien respiraba fuertemente mientras agitaba sus hombros, y Koito todos estaban con sus manos y pies pegados a la tierra.

Mirándolas una por una, la que más herida resultó ser la miembro femenino del equipo anti-fantasmas. Su uniforme militar estaba andrajoso y sucio, y había perdido la punta de su brazo derecho. Tenía una cicatriz en la frente, cerca del ojo derecho. La hemorragia ya había parado, lo que te haría pensar que fue curada por Leela justo al límite.

El licántropo se levantó utilizando toda su fuerza y se acercó a ellas.

―¡Estás muy herido Haru-kun!

Leela llegó a su lado. Su cuerpo estaba parcialmente cubierto de sangre.

―No te preocupes por mí. El tiempo en el cual me podías curar ya ha pasado…. Ve más bien por las demás.

―Están bien, ¡Esa persona las protegió muy bien! Es por eso que Mai y las demás están a salvo.

―Es así….

A pesar de que ha recibido heridas de tal grado, su ira y odio explotaban en su interior. Su delirio de destrucción actuaba por él e, involuntariamente, intentó extender su mano con garras afiladas hacia Leela, quien estaba en frente de él.

―¡No lo hagas!

Reina, quien había perdido una de las orejas de gato, se puso entre Leela y él.

―Haruhiko-kun, ¡Recuerda por favor! ¡Recuerda esta gargantilla! ── E hizo sonar la campanita que tenía en colgada en su cuello.

El sonido de la campana y sus hermosas y rosadas palabras estimularon sus recuerdos. Ahora se siente como si fueran los recuerdos de otra persona…. Pero recordó claramente que Reina, arriesgando su vida, fue a recuperar aquella gargantilla.

Sintió ira y odio por un tiempo, sin embargo, llegó el momento en el cual se volvieron lejanos. Mientras trataba de juntar su cordura contestó.

―Gracias, Reina-chan, Leela-chan…

De alguna manera pudo expresar esas palabras de agradecimiento.

―¡Como se esperaba Haru-kun es una buena persona! ¡Es la bendición de Eros!

Ahí, mientras la miembro se sentía ida de este mundo, caminaba pesada y lentamente hacia él. Mientras presionaba su brazo derecho sin final con su mano derecha,

―Ichijou, yo ya no puedo combatir….. Mi poder se agotó y mi cuerpo se volvió de esta manera… Todos los fantasmas ya debieron de haber sido derrotados…. A partir de ahora el de las ordenes eres tú….. Lo siento, Ichijou, te encargo…. el resto…..

La miembro femenino del equipo se derrumbó en el lugar donde estaba. Al parecer, era el límite.

El licántropo sostuvo su cuerpo y delicadamente la acostó en el suelo.

―Lo has hecho bien, Kaede-san….

En algún momento llegarán los equipos subsiguientes. El decidió encargar de su cuidado a ellos.

A continuación, Mai y Koito se acercaron. La minifalda de Mai estaba rota en varios lugares y, con sus manos, hizo bailar esos lugares.

―Tu tenías un fetiche con la ropa interior antes ¿verdad? Esta vez puedes mirar todo lo que quieras.

Haruhiko sonrió amargamente.

―Hahaha, será en la próxima oportunidad.

Gracias a ellas se calmó por poco. Si puede mantener esta condición, es posible que no las hiera.

En ese momento, el licántropo estiró su espalda y apretó su cara.

―Encontré unas escaleras por allá. De pronto es donde Touko está.

―El jefe final se acerca. La batalla final ha llegado.

―Le queda poco poder a mis llamas, sin embargo, no tengo intenciones de echarme para atrás.

―Leela todavía esta dura. Los voy a proteger.

―Incluso al final el uso de palabras de Leela-chan está errado. Pero, escucharlo ahora me llena de alivio.

―Ufufuf, Haruhiko-kun ha vuelto a vivir bajo el seno de Eros, que alivio.

― No, no, no, creo que resolver el lavado cerebral que le hicieron a Reina-chan es primero.

―¡Bien! ¡La hora de la batalla final del equipo Eros ha llegado!

El licántropo sonrió de verdad solo por un momento, sin embargo, justo después sintió como era absorbido por su sentimiento de venganza.

Ellos se dirigieron hacia las escaleras…