Musaigen no Phantom World

Volumen 2

Tragedia 1: Desesperación

Parte 6

Poco después, Reina salió del hospital.

Haruhiko se acercó, dejando el pincel a un lado, a Reina, quien había llegado acompañada de Koito al salón A del primer año. Él había visitado a Reina todos los días al hospital y también estuvo presente el día de su salida, pero,

―Reina-chan, una vez más felicidades por por tu salida del hospital. Desde ahora estamos en la misma clase.

―Gracias, Haruhiko-kun. Siempre he estado esperando el día en el que podamos asistir juntos a clase.

Sonriendo con vergüenza, dijo alegremente.

Haruhiko sintió como la nube pesimista de color gris que cubría su pecho se disipaba.

Y, en ese momento,

―Nee, Ichijou-kun, dibújame rápido.

Se escuchó una voz desde atrás de una Senpai de tercer año. Haruhiko volteó su cabeza, y

―Disculpeme, espereme un momento. ─ Respondió y una vez más miró a Reina.

―Lo siento Reina-chan, tengo alguien en espera.

―Uhuhu, es como lo escuché. Haruhiko-kun se ha convertido en alguien muy famoso en el instituto.

―Fmuh, solo es el tonto de Haruhiko que se deja llevar. ― Koito lanzó palabras venenosas.

Aquellas palabras hicieron eco tanto en sus oídos como en su corazón. De alguna razón pareciera que hubieran vuelto a sus antiguas actividades de club. Una profunda nostalgia y un poco de tristeza se retorcían en su pecho.

Haruhiko, por segunda vez, se disculpó ante Reina y Koito y se devolvió a dibujar a su superior.

Justo después de terminar de dibujar, el maestro llegó y la clase empezó.

Debido a que en el tiempo de descanso habían estudiantes que pedían dibujos sin parar no tenía tiempo libre para hablar un poco con Reina. Mientras se lamentaba por eso, hoy a la última hora de clases un pequeño memo apareció desde el asiento de adelante

En medio de clases está prohibido el uso de terminales móviles individualmente, por lo que incluso después de unos veinte años que han pasado desde que comenzó el siglo 21, este medio de comunicación pasado de moda no está obsoleto.

Haruhiko abrió el memo.

―Después de clase ven al cuarto vacío del piso al oeste de salón del club. Estaré esperándote junto a Mai y a Reina. Si no vienes, te incineraré.

Había pasado un tiempo desde que había escuchado, no, había visto esas palabras “Te incineraré”. Mientras recordaba cómo le infundía temor, veía la espalda de Koito, que estaba unos puestos adelante.

Koito sintió el miedo en la afilada mirada de Haruhiko y, batiendo su cabello el cual tenía un adorno de estrella, gira el cuello y mira fijamente hacia él. Luego, como si estuviera dibujándolo con solo sus labios rojos:

―In-ci-ne-ra-ré.─ Transmitió, solo moviéndolos.

Sintiendo un miedo que congela su columna vertebral, Haruhiko asintió.

Después de que Koito volteara, no pudo prestarle atención al contenido de las clases. ¿Qué habrá sucedido? ¿Será que está mal que no haya estado con Reina a pesar de que acaba de salir del hospital? El pensar que estaba sentado en una cama de espinas le hizo sentir que el tiempo se había hecho extrañamente largo.

Justo después de que se acabara las clases, Haruhiko escribió en grande “Hoy no hay dibujos” en su cuaderno, rompió esa hoja y la dejó sobre el escritorio.

Puesto a que están en la misma clase, él que pensó que estaría bien ir junto a Reina y a Koito, pero ellas ya habían dejado el salón apuradamente. La inseguridad aumentó en Haruhiko. Sin embargo, no había manera de que pudiera romper la promesa.

Haruhiko guardó sus utensilios en su anticuada maleta de cuero y llevó sus pesados pies a cierto cuarto al oeste del piso 21.

Debido a que un fácil mapa fue educadamente dibujado en el memo, Haruhiko llegó al cuarto sin problemas. Después de suspirar profundamente abrió la puerta.

Y, en ese momento, sonidos de “Pan, papan” se pudieron escuchar.
Con un “Hiiii”, Haruhiko gritó y echó su cuerpo para atrás.

―Felicidades por regresar a clases/salir del hospital.

La dueña de la voz era Mai, que tenía una tira confeti en la mano. Mai, Reina, Koito, incluso como si fuera obvio, Tokiwa Leela estaban ahí.

Todas a excepción de Koito, quien estaba inexpresiva, estaba sonriendo.

En el cuarto estaba una pequeña bolsa que tenía escrito con mala letra, de pronto fue escrita por Mai, “Fiesta de celebración de regreso a clases/salida del hospital” como banner horizontal.

―¿Que se supone….. Qué es esto…?

―No seas tonto, ¿Con solo verlo no lo entiendes? Es una fiesta, una fiesta.

Mai puso sus dos brazos en la cintura e infló sus grandes pechos.

―Discúlpame Haruhiko-kun, les dije a los demás que quería que fuera un secreto.

―Fue interesante ver el rostro de Haruhiko atemorizado por no saber nada.

Reina y Koito continuaron. Kotio expresó cruelmente sin motivo alguno.

―Oyeeee, olvidarse acerca de Leela es malo. Yo fui la que dijo esto desde el principio. ─ La pequeña Leela parecía estar rebotando

Haruhiko recordó lo que era sentir movido emocionalmente hasta que su cuerpo se sintiera entumecido.

Muchos de negro negro auto indulgencia y desilusión que había estado en el fondo de mi corazón se desvanecerán a la vez. Muchos de los sentimientos oscuros y pesados de auto condenación que acechaban en su corazón se estaban desvaneciendo al mismo tiempo.

En cambio, un profundo agradecimiento y sentimientos cálidos fluyeron como si fuera una fuente hacia ellas.

La calidez subió suavemente a su cara y, como si sus dos ojos se llenaran con fuego, su cara se calentó e involuntariamente lágrimas fluyeron de sus ojos.

―……Gra, gra…..cias..

―Oye, oye, ¿Por qué lloras? Es su fiesta, así que no te pongas triste.

Mai le dio un pequeño golpe a Haruhiko en la frente. A pesar de que hizo eso, los ojos de Mai se pusieron un poco húmedos.

Mientras se sobaba la nariz llorando, trató de impedir que las lágrimas salieran, pero al ver que enfrente Reina también estaba llorando no podía dejar de hacerlo. Mientras, por alguna razón Leela estaba llorando como un niño pequeño.

―¿Po-por qué incluso Leela-chan está llorando?

―Uuhwhu, es qué…. Me siento conmovidaaa.

Debido a las lágrimas de Leela, Haruhiko, en cambio se apaciguó.

(Leela-chan es una chica misteriosa…… Pero, en realidad se preocupa por mí….)

Cuando el tiempo de las lágrimas se acabó ellos se sentaron en una pequeña mesa redonda rodeándola. Sobre la mesa habían papas fritas, jugos, etc.

Ellos habían olvidado las lágrimas y estaban charlando divertidamente.

―Dios, en serio, esa vez que me encontré agarrada por ese mono gigante fue de verdad horrible…

―Las piernas de Cthulhu-san del día del entrenamiento estaban muy ricas…

―Si hubiera podido incinerar al gato fantasma ese que apareció en la mansión ese día hubiera estado bien.

―Los fantasmas de antes eran mucho más lindos….

En mitad de la viva conversación, Haruhiko agarró unas papas. Se sentía capaz de comer unas ahora. Abrió su boca tímidamente y, lentamente masticando, fluyó a través de su garganta. No hubo signos de regurgitación al ingresar al estómago, aunque el sentimiento de incompatibilidad permaneció en el esófago que se había vuelto más estrecho.

Haruhiko involuntariamente hizo una sonrisa.

Al ver eso, las demás, dijeron cosas como “Lo hiciste” o “Menos mal” entre aplausos.

Solo Koito dejó salir un aliento por la nariz, pero sonaba como si estuviera riendo. Por segunda vez, las glándulas lagrimales de Haruhiko se relajaron.

Después de tomar lo que sobraba de jugo de naranja del vaso de papel.

―Hablando de eso, Haruhiko, al parecer últimamente te has vuelto muy popular en la academia.

―Iya, no es nada como eso. Es solo que la reputación de mis dibujos ha crecido.

―Dibujos ehhh… Muéstramelas un momento.

―……Esto, el dibujo se lo doy a la persona que dibujé.

―Fun, ¿Es así? Pensando en lo que de verdad tratas de hacer con tu patrón. De todas maneras, tú sigues dibujando a las personas en las que estás pensando ¿No? Así es desde cuando estabas en el club.

Mai hizo un gesto malicioso. Haruhiko se sorprendió. No es mentira que el devolvía el retrato dibujado a la persona dibujada. Pero, es como dice Mai, en realidad, después de regresar a casa el vuelve a dibujar a las personas que le interesaron. Es por eso que en su maleta de cuero hay dibujos de esas personas. Pero…

Desde abajo de la mesa se podía escuchar un sonido de crujido. Haruhiko miró y Leela estaba debajo de la mesa. Había abierto la maleta de cuero con decoraciones de orfebrería sin ningún permiso.

―E-Espera.

―Claramente mi dibujo está aquí. SI no lo estuviera no te perdonaría.

Revisando la maleta, sacó varios papeles donde habían varios dibujos y los puso encima de la mesa redonda.

―Entonces, revisémoslas.

Mai cogió un papel donde había un dibujo. Koito y Leela la siguieron. Reina dudándolo, con un “Con permiso” se disculpó ante Haruhiko y acercó unos dibujos.

Por alrededor de tres minutos, mientras ellas intercambiaban los dibujos que ya habían visto las veían en silencio.

Haruhiko sintió un sudor frío recorriendo su espalda. Como es usual, Mai miró las imágenes y sonrió como si fuera una bruja.

―Hmmh, como se esperaba. Más de la mitad son de chicas lindas.

―No- no es así, Senpai. No cruzaba ningún pensamiento extraño a la hora de dibujar. Yo solo estaba simplemente eligiendo lo que estimula puramente mi ojo estético.

―Uuhuhu, es entendible que Haruhiko-kun se vaya recuperando poco a poco.─ Reina dijo sonriente.

―Incluso hueco, Haruhiko es Haruhiko. ─ Koito juzgó fríamente.

―¡No está mi dibujo!─ Leela parecía sorprendida.

Haruhiko mientras estaba asustado.

―E-es porque la apariencia de Leela-chan es muy estimulante.

―¿Estimulante? ¿Qué clase de dibujo le ibas hacer dibujar?─ Mai no dejó pasar ni una palabra de lo que había escuchado jugar de Haruhiko.

―Que clase dices. Solamente quería un retrato desnudo artístico. Pero, como Haru-kun es tan tímido se negó.

―Desnudo…. Sabía que habías cambiado de como eras antes, pero no tanto, Haruhiko.

Mai agitó su cabeza de la cual tendía su cola de caballo rubia, sorprendida.

Tratando de componerse, escogió un dibujo y se lo pasó a Haruhiko.

―Especialmente esta foto, parece que le hubieras metido mucho esfuerzo. Su nombre es Miyama Sakura-chan. ¿No? Ella es la pareja de Shousuke.

¿Por qué sabe eso? Haruhiko estaba sorprendido. Debería ser un secreto, sin embargo, no hay razón de preocuparse por temas como la confidencialidad.

―Ahh, yo también pienso que el dibujo de Miyama-san es el mejor.

―Ciertamente se puede sentir la obsesión altruista de Haruhiko.

―Se ve muy amoroso este cuadro.

Reina y las demás también asintieron. Mai suspiró.

―Haruhiko. Tú, obviamente vas a dibujar. Para nosotras, digo.

―¿He…? ¿No- no es obvio? Si así lo desean puedo dibujar infinitas pinturas.

―Está decidido. Entonces, dibújanos rápido. Pero, vas a tener que hacerlo y estar con nosotras hasta que nos convenza el dibujo.

Con una siniestra premonición en su pecho, el cuerpo de Haruhiko no paraba de ponerse rígido.