Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 5: Explosión Kouma, LET’S GO!

Capítulo 4: ¡Buscando Justicia en esta Noche Ajetreada!

Parte 7

 

 

La señora abrió la puerta con cara de pena tras escuchar la alarma. Recogí mi espada y salí disparado de la habitación junto a Megumin. Cuando salimos afuera nos encontramos con Silvia completamente cubierta de heridas.

—¡Ah… aaaah! ¡Solo un poco más! ¡Un poco más…! …Aah, ¡¿por qué tengo que encontrarme contigo en un momento como este?! ¡Cómo me esperaba, el ataque de distracción de mis subordinados no ha funcionado contigo para nada! ¿Has venido aquí corriendo después de comprender mi verdadero objetivo? Mitsu~

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—Eres muy molesta, cállate.

Saqué mi espada aún con el pijama puesto y con los pies descalzos y me acerqué a Silvia lentamente. Cuando escuchó mi contestación…

—¿Me estás pidiendo que me calle? Puede que poseas una espada mágica, pero que un simple humano se atreva a~

—¡¿No te he dicho que te calles?! ¡¿Buscas pelea?! ¡Mira que interrumpirme cuando las cosas estaban yendo tan bien, ¿pero quién te crees que eres?! ¡¿Qué hora piensas que es, acaso los vecinos no necesitan dormir?!

Corté a la líder del ejército del Rey Demonio y le rugí como si nunca antes me hubiese enfadado.





—Per-perdona…

Silvia comenzó a ponerse nerviosa al enfrentarse a la ira explosiva de un humano como yo. Pero enseguida recobró la compostura.

—Eh, ¿cómo te atreves a gritarme? Sin duda tienes agallas. ¡Ven a por mí junto a esa chica de ahí, acabaré con ustedes de un solo golpe!

Me di la vuelta al oír esa amenaza. Megumin se había acercado a mí con un bastón en sus manos antes de que me hubiera dado cuenta. Cuando nos vio a los dos juntos, Silvia entornó sus feroces ojos amarillos.

¿De qué especie será…? A primera vista parecía una mujer humana muy atractiva. Si puede moverse libremente por el día, entonces no es un vampiro. Sus orejas son un poco puntiagudas, ¿será alguna clase de demonio? Aunque tampoco lleva armas consigo. Me pregunto para qué servirá esa especie de cuerda que lleva en la cintura.

Reuní algo de valor llevado por la furia de haber visto arruinada mi gran noche y me posicioné delante de Megumin, como tratando de protegerla del enemigo. Cuando Silvia vio mi gesto se lamió los labios y mostró una sonrisa lasciva.

—Vaya, vaya, ¿te lo estabas pasando bien con esa niña de ahí? Entonces sí que he hecho algo que te ha arruinado el asunto.

Se burló de nosotros mientras que al mismo tiempo bajaba la guardia. Por la forma en que miraba mi katana de vez en cuando, probablemente seguía confundiéndome con Mitsurugi.

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—¡Eh! ¡¿Por qué hay tanto ruido en medio de la noche?! ¿Qué está pasando? ¿Acaso Megumin se ha cansado de dormir y ha provocado una explosión?

Al parecer Aqua acababa de despertarse debido a la conmoción del exterior y sacó la cabeza por la puerta de la entrada.

—¡Mira, Aqua! ¡Nos está atacando un jefe del ejército del Rey Demonio! ¡Haz que Hyoizaburo-san o la señora vengan aquí!

Aqua se metió en la casa de inmediato. Yo tenía muchas ganas de cortar en pedazos a Silvia por haber interrumpido mi momento de felicidad.

—¡No pienso contenerme porque seas una belleza! ¡Yo estoy a favor de la igualdad de género, por lo que no dudaré a la hora de patear a una mujer malvada!

—Ah, esperaba que tuvieras un poco de piedad conmigo. ¡Gracias por llamarme belleza! ¡Ahora tengo muchas ganas de devorarte!

Pensé en utilizar una combinación de magia de tierra y viento para cegarla, pero por desgracia ya había empleado todo mi maná en cosas estúpidas. Ahora no podía usar ninguna habilidad mágica. En ese momento le lancé a Silvia una bolsa que había cogido antes de salir a toda prisa de la habitación.

—¿Umm, qué es esto? ¿Un regalo para mí?

Ella no lo esquivó, sino que la atrapó con una mano. En ese mismo instante ataqué con la espada, pero ella detuvo el golpe enseguida con su otra mano.

¡Eh, ¿pero qué pasa con esta líder?!

Silvia había retenido mi katana con facilidad y ahora se negaba a soltarla. Al final mostró una expresión confundida.

—…¿Esto es una espada mágica? La forma en que está fabricada es demasiado tosca… ¿De verdad eres Mitsurugi? ¿Realmente ésta es la espada mágica Gram?

Oh no, por culpa de la calidad del arma y mi pobre manejo de la espada se ha dado cuenta enseguida. ¡Pero no, esto no ha acabado, tengo que~

—Se llama Chunchunmaru.

—…¿Ah?

Planeaba seguir intimidándola con mentiras, pero Megumin habló antes de que pudiera hacerlo.

—He dicho que esa espada se llama Chunchunmaru, un nombre completamente normal. No la compares con la Gram, que es un nombre que suena como a un hueso de caballo.

La culpable de que mi espada tuviera un nombre tan extraño dijo eso apasionadamente.

—…¡Fufu, jajajaja! ¡Tú no eres el dueño de la espada mágica, Mitsurugi, ¿verdad?! ¿Puedes decirme tu verdadero nombre y por qué estabas fingiendo ser Mitsurugi?

Silvia comenzó a reírse a carcajadas.

¿Qué te hace tanta gracia?

—…Me llamo Satou Kazuma, y fingí ser Mitsurugi porque no quería que supieras mi nombre real y me buscaras en un futuro.

—¡Ah, jah! ¡Jajajajaja! ¡Asombroso, tu idea es maravillosa! ¡Me encanta!

Cuando escuchó mi respuesta, pareció que se activó un extraño interruptor en el cerebro de Silvia y comenzó a reírse como una maníaca. La puerta de la entrada volvió a abrirse y Aqua asomó la cabeza.

—¡Eh, ya se lo he contado a la señora y está despertando a Darkness, estará aquí enseguida!

Todo ocurrió en un instante. Silvia tiró de la katana que yo tenía agarrada y por tanto perdí el equilibrio precipitándome sobre ella. La solté al momento, pero aun así fue demasiado tarde; mi cara cayó directamente sobre los pechos de Silvia. Ella tiró la espada hacia un lado y me apretó más hacia su pecho.

Gracias por tu hospitalidad… ¡No, no, no, es una trampa! Eso es, aunque sea una mujer de pechos grandes, piel suave, alta y delgada, es decir, una belleza con todas las curvas donde tienen que estar, este no es el momento para sentirse contento por ello… ¡Gracias por la hospitalidad!

Enterré mi cara entre los pechos de Silvia y me resistí inútilmente…

—¡Deja de resistir! ¡Atar!

Esta habilidad restringía los movimientos del oponente.

¡Ya la había visto antes, y debería ser algo que solo los aventureros con trabajos de ladrón tuvieran derecho a aprender! ¡¿Acaso es una jefa con habilidades de ladrón?!

Silvia ató mi cuerpo a su cintura mientras yo mantenía la situación de tener la cara enterrada en su pecho. Con mi cuerpo tan cerca del suyo y una cuerda entrelazándonos, me preguntaba si me quedaba mucho tiempo de vida.

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—¡Este hombre es mi rehén! ¡Tú, la chica de ahí, no sé por qué todavía no has realizado ningún conjuro, pero si lo haces este hombre también se verá afectado!

—¡Qué…! ¡Ka-Kazuma! ¿Estás… bien? Parece que estás disfrutando.

Megumin me miró con unos ojos fríos como el hielo.

¡No puedo evitarlo, apresúrate y sálvame! ¡Bueno, no hace falta que te des prisa, pero sálvame!

—¿Un? ¡Pareces un demonio! No voy a dejar que escapes, porque ese que está jadeando con fuerza en tu pecho ahora mismo es mi… importante… ¡Eh, Kazuma! ¡¿Cuál es mi relación contigo?! ¡¿Qué debería decirle para parecer genial?!

Aqua parecía querer detener a Silvia con magia y gritó. Creo que esta chica llevaba demasiado tiempo en la aldea y había recibido la influencia del clan de la Magia Carmesí, por lo que se negó a realizar un hechizo sin antes decir una frase que impresionara.

Solo basta con decir “un compañero importante para mí”, así que apúrate.

Eso es lo que yo quería gritar, pero con mi cabeza atrapada entre los pechos de Silvia me fue imposible decir nada.

…¿Pero qué me está pasando últimamente? Desde el día que Yunyun me dijo que quería tener un hijo conmigo hasta esta noche: Yunyun, las orcos, Megumin y Silvia. Contaré a las orcos como un castigo, pero aun así, por lo general mi suerte está siendo muy buena. Al fin y al cabo esta es mi etapa popular. ¿O solo es ese mi punto fuerte? ¿Será que mi nivel alto de suerte está funcionando a la perfección?

Enterré aún más mi cara entre sus pechos y le dejé hacer lo que ella quisiera.

—Oye, chico, no me eches encima tu aliento caliente, estás haciendo que me excite. Sé un buen chico y más tarde te daré una recompensa.

¡Mi etapa popular ha llegado para quedarse!

—Pero, pero entonces así no podré respirar…

Era una sensación placentera, pero no podía respirar. Mientras me revolvía para cambiar de postura…

—¡Exorcismo Sagrado!

Silvia había bajado su guardia por mirar hacia mí, y Aqua aprovechó esta oportunidad para atacar con un conjuro. Una gran columna de luz se precipitó sobre Silvia. ¡Y por supuesto yo quedé atrapado con ella en el ataque…!

—¡¿…?! ¡¡Aaaaaah!!

La mujer gritó con fuerza. El conjuro de purificación también me engulló a mí, pero no sufrí ningún daño. En cambio, el vestido de Silvia de convirtió en jirones cuando recibió el impacto.

—¡Tú, tenías que hacerlo ahora…! ¡Incluso has estropeado mi vestido de una pieza hecho con la piel de demonios de nivel bajo…! Pero qué mala suerte, no soy un demonio puro. Puede que me duela algo, pero no ha resultado letal. ¡Escucha, si vuelves a atacar lo mataré!

Silvia, que ahora estaba medio desnuda, amenazó a Aqua mientras deshacía mis ataduras. Me dio la vuelta y me atrajo hacia sí, por lo que ahora la parte de atrás de mi cabeza estaba apoyada sobre sus pechos. Había resuelto mis problemas para respirar compasivamente.

—¡Mi nombre es Silvia! ¡Directora de la división de mejora de monstruos, y puedo modificar mi propio cuerpo! ¡Eso es, soy una quimera, la quimera ardiente Silvia, y me voy a llevar a este chico conmigo! ¡Vamos, mi chico guapo, conviértete en uno conmigo de nuevo! ¡Atar!

…“Mi nombre es Silvia”, eh… Parece que sus constantes batallas contra el clan de la Magia Carmesí le han afectado.

Mientras Silvia daba a conocer a los demás su identidad, empezó a atarme de nuevo a ella con el conjuro Atar. Sinceramente no tenía armas conmigo y me encontraba de espaldas al enemigo, por lo que no tenía ninguna forma de luchar. Por eso ni siquiera me molesté en resistirme y levanté los brazos para cooperar y permitirle que me atara con sus cuerdas.

—¡Ka-Kazuma! ¡Devuélvenos a Kazu…! …Kazuma, no te estás resistiendo, ¿lo haces a propósito?

—No.

Negué rotundamente esa acusación con la cabeza enterrada profundamente entre los grandes pechos de Silvia. Como ella era bastante alta, mis pies no podían tocar el suelo si mi cabeza se encontraba a la altura de su pecho. Cuando terminó de atarme estaba colgando de ella.

¿Qué significará esta sensación cálida y apacible?

Fue como encontrar el hogar que tanto había estado buscando durante todo ese tiempo. Megumin no dejaba de mirarme con una expresión gélida. En ese momento…

—¡Ugh…! ¡He sido demasiado ingenua…!

Cuando oí esa voz conocida me giré y vi a Darkness con ropa para dormir y sin armadura. Respiraba con dificultad mientras se dirigía hacia mí. Tan solo llevaba una blusa fina de color negro y una falda ajustada. En sus manos sostenía su espada de caballero.

Seguramente ha venido aquí corriendo cuando la señora la ha despertado.

Darkness, con el pelo sin arreglar, se plantó delante a Aqua y miró fijamente a su enemiga.

—¡Tú, líder del ejército del Rey Demonio! ¡Los habitantes de este vecindario han ido a buscar a otros miembros del clan de la Magia Carmesí! ¡Es solo cuestión de tiempo que lleguen los refuerzos, así que libera a ese hombre desvergonzado que tiene los ojos cerrados de felicidad mientras su cabeza está entre tus pechos y desaparece! ¡Si lo que quieres es un rehén a toda costa… utilízame a mí! ¡Yo ocuparé su lugar! ¡Por favor, deja que yo sea tu rehén en vez de Kazuma!

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Darkness dijo todo eso sin previo aviso, y Silvia se rio al escucharlo.

—¡Vaya, ¿eh?, eres todo un Don Juan! ¿Dos amantes? Pero no, me gusta. Eh, tú eres Kazuma, ¿verdad? ¿Qué te parece unirte al ejército del Rey Demonio? Creo que tú y yo nos llevaríamos muy bien.

Acarició mi cabeza con dulzura al decir eso.

—…Eh, Kazuma se ha vuelto muy cercano al enemigo sin que me diera cuenta, incluso le está acariciando la cabeza.

Aqua no sabía qué responder a eso y Darkness continuó.

—…Escúchame, Kazuma, ¿por qué te has dejado atrapar en un lugar como ese…? Aah, no puedo distraerme contigo ni un segundo. Seguro que los pechos de esa mujer te han seducido. Qué le vamos a hacer, voy a salvarte, así que quédate quieto…

—No te molestes.

—¿Eh?

Mi respuesta inmediata hizo que las cuatro gritaran al mismo tiempo. Me recosté hacia atrás como si estuviera sentado en un sillón de clase alta, restregando mi cabeza tanto como pude contra los exuberantes pechos de Silvia.

—He dicho que no te molestes. Todas ustedes, especialmente Darkness. Últimamente su actitud hacia mí ha sido horrible. Y aquí, Silvia-san me trata muy bien, no como ustedes, que lo han hecho como si fuera basura. Incluso estoy pensando que no estaría mal entregar mi lealtad al ejército del Rey Demonio. ¡Así que discúlpense, ya es hora de que me pidan perdón por obligarme a participar en todos los problemas que van causando por ahí! ¡Megumin me ha dado las gracias hace solo un momento, así que el resto también!

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Mi discurso iba dirigido a Darkness. Ella se quedó de piedra cuando dije esas deliberadas palabras, al igual que Aqua.

—Eh… Eh, Kazuma, no hagas bromas así. Eres realmente convincente, la verdad es que no parece una broma es absoluto. Emm… es cierto, hemos sido malas contigo… Emm, fui demasiado lejos cuando me presenté a la familia de Megumin, lo siento. Oh, sí, ¿no dijiste que querías una medalla? Lo comprendo, tus logros son ejemplares, cuando regresemos a Axel te prometo que…

—¡¿No puedes hacer algo mejor?! ¡Ya es demasiado tarde para tentarme con dinero, muéstrame tus verdaderos sentimientos! ¡Mira la situación en que nos encontramos! ¡Silvia-san me está mostrando sus enormes pechos! ¿Qué hay de tu punto fuerte? ¡Dilo, dilo ahora mismo!

Interrumpí a Darkness y lo solté todo eso de una sola vez. Ella se mostró un poco dubitativa y se retorció al responderme.

—¿Mi, mi defensa…?

—¡Mal! ¡¿Acaso tu punto fuerte no es tu cuerpo cachondo que puede seducir a cualquier hombre?! ¡¿Por qué estás diciendo estupideces y fingiendo ser una chica inocente?!

—Eh, a este hombre ya no se le puede salvar. Está diciendo cosas raras, así que entreguémoslo al ejército del Rey Demonio.

—No, no podemos, a pesar de todo sigue siendo útil en los momentos cruciales.

Megumin y Aqua hablaban entre sí con susurros.


Seguramente deben de estar debatiendo la mejor forma de rescatarme.

Darkness se cubrió el cuerpo con los brazos y habló tímidamente.


—¡Yo, yo…! ¡Nunca he seducido…!

Arrugó la frente mientras se limpiaba las lágrimas, pretendiendo negar mis acusaciones.

—¡Sí que lo has hecho! ¡De verdad, tu cuerpo es tan suculento! ¡Esta noche mi estadística de suerte está al máximo! ¡Seguramente sea la etapa más popular de mi vida, así que discúlpate ahora mismo! ¡Si no quieres que en el momento más popular de mi vida me vaya con Silvia-san, entonces discúlpate! Por ejemplo… déjame pensar…

Konosuba Volumen 5 Capítulo 4 Parte 7 Novela Ligera

Konosuba Volumen 5 Capítulo 4 Parte 7 Novela Ligera

 

Dejé que mi arrogancia sacara lo mejor de mí y dije en voz alta todas esas ideas, que dejaron a Darkness sin habla. En ese momento, Silvia colocó las manos sobre mi cabeza e intervino.

—Bien, bien… ¡como esperaba del hombre en el que he puesto el ojo! ¡Te dejaré unirte al ejército del Rey Demonio! Pero no acoses demasiado a esa caballero, ¿de acuerdo? Tienes que tratar los delicados corazones de las mujeres con cuidado. Darkness miró a Silvia al escucharla.

—Eres un demonio, pero puedes empatizar con los sentimientos de las chicas jóvenes, eh… Es imposible adivinar la edad de los demonios según su aspecto; ¿puede ser que esa preocupación por las demás provenga de la experiencia de una mujer de mil años?

Preguntó a Silvia con la espada en alto, y ella le contestó en el acto.

—Ah, por supuesto que los comprendo, ya sean los corazones de las chicas jóvenes o de los chicos.

Jojo, no podía esperar menos de una belleza de la especie demoniaca, es capaz de comprender los sentimientos de ambos sexos.

Silvia continuó mientras acariciaba mi cabeza.

—Después de todo, una mitad de mí es de hombre.

Añadió eso como si nada.

—…¿Qué?

No podía entender lo que acababa de decir y me di la vuelta para mirarla. Probablemente algunas partes de la aldea se encontraban ardiendo, lo que iluminó el cielo a sus espaldas. Me di cuenta de algo en ese momento.

La mandíbula inferior de Silvia. No solo eso, hay una ligera mancha de color azul alrededor de su cara…

—¿Umm, no te lo había dicho ya?

Silvia me respondió. El pendiente azul de su puntiaguda oreja derecha estaba brillando…

—Soy una quimera. Estos pechos que tanto te gustan no son naturales, sino añadidos por encima de la realidad.

Hablaba de ello como si no fuera algo importante. Mi cerebro estaba trabajando a plena capacidad para rechazar lo que estaba oyendo, haciendo todo lo posible para no comprender esas palabras.

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Porque entonces eso significaría… que me he estado excitando con los pechos de un hombre durante todo este tiempo, que… ¿Ah…? ¿Umm?

—…¡¿Ka-Kazuma?! Emm… ¡escucha, recupera la razón…! ¡Eh! ¡Despierta de una vez! No, no pasará nada, calma… cálmate…

Escuché la suave voz de Megumin y recordé un rumor que había oído hacía ya un tiempo: los hombres que llevan un pendiente en la oreja derecha son… [2]

—Por cierto, no te he dicho que eres un todo hombre… Solo con acariciar tu cabeza de esta forma hace que mis pechos y la parte baja de mi cuerpo se exciten.

Debido a la diferencia de altura, mi trasero se encontraba al mismo nivel que la región pélvica de Silvia.

Ahí…

—Silvia-san, Silvia-san, creo que hay algo duro presionando contra mi trasero, pero solo es mi imaginación, ¿verdad?

Silvia dijo tímidamente aquella frase popular japonesa.


—Lo hice a propósito.

Entonces mi mente se paralizó.

 

 


[2] Homosexuales, gais, maricones, etc…

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