Overlord

Volumen 10: El Gobernante de las Conspiraciones

Intermedio

 

 

En lo más profundo de la Teocracia Slane.

Muy pocas personas tenían permitido el ingreso a este santuario inviolable.

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El primero era el miembro de más alto rango en la Teocracia, el Pontífice Máximo.

Los siguientes eran los Cardenales, los poseedores de los nombramientos más altos de las seis sectas devotas a los Seis Dioses. A propósito, cada uno de ellos (aparte del que pertenecía a la misma secta que el actual Pontífice Máximo) era un potencial candidato para ser el siguiente Pontífice Máximo.

El Cardenal de Fuego — Berenice Nagua Sandeni.

Ella era la única mujer en el grupo. Tenía alrededor de 50 años y era un poco regordeta, posiblemente debido a su edad. Su bien alimentado rostro mostraba una sonrisa maternal que calmaba a todos los que la veían.

El Cardenal de Agua — Ginedine Delan Gwerfe.

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Él era un anciano arrugado. Era tan viejo que no se podía adivinar su edad con exactitud y su piel era de un color marrón grisáceo. Aunque las personas se preocupaban por su salud, nadie podía sobrepasar su intelecto.

El Cardenal de Viento — Dominic Ire Partouche.

Él se veía como un anciano amable, pero originalmente era un miembro de la Escritura de Luz Solar y había exterminado a muchos seres heteromórficos durante su época como guerrero sagrado. Su ira era como el fuego salvaje mientras que su intención asesina era como una escalofriante helada.

El Cardenal de la Tierra — Raymond Zag Lauransan.

Él era un hombre de mirada perspicaz y el más joven de su actual compañía. Dicho esto, de todas formas era un hombre a mediados de los 40 años, aunque su energía hacía que ese hecho fuera difícil de creer. Él era un antiguo miembro de la Escritura Negra a la que había servido por 15 años. Un héroe que había defendido su nación.

El Cardenal de la Luz — Ivon Jasna Dracrowa.

Sus ojos estrechos y su físico delgado lo hacían verse como una persona siniestra, pero ése definitivamente no era el caso. Todos aquí sabían la razón. Como usuario de magia divina, él se encontraba casi a la cabeza de todos los presentes.

El Cardenal de la Oscuridad — Maximilian Oreio Lagier.

Él estaba rodeado de incontables libros apoyados sobre versiones mejoradas del hechizo 「Tabla Flotante」. Usaba unos lentes redondos y originalmente había sido un sacerdote de la judicatura. Por esta razón, muchos de los libros levitando a su lado guardaban relación con la ley.

Adicionalmente, estaban los líderes de la Rama Judicial, la Rama Legislativa y la Rama Ejecutiva del gobierno de la Teocracia. Estaba la cabeza del instituto de investigación que se encargaba de la investigación mágica. Y adicionalmente estaba el Gran Mariscal, el poseedor del nombramiento más alto en la milicia.

Estas 12 personas conformaban la autoridad ejecutiva de la Teocracia Slane.

Luego de ingresar a la habitación, tomaban las herramientas de limpieza y comenzaban a limpiar el cuarto. Algunos se deshacían del polvo con plumeros. Algunos usaban trapos secos para trapear, mientras otros usaban trapos húmedos. Alguien usaba un ítem mágico para aspirar el polvo.

No había derroche en sus acciones y limpiaban la habitación con movimientos bien practicados.

Ni una sola de estas personas, que se encontraban en la cima de la Teocracia Slane, estaba holgazaneando. El sudor empapaba sus frentes, sus hermosas y prístinas túnicas estaban manchadas por el polvo y ninguno de ellos detenía sus esfuerzos hasta que la habitación estaba impecable.

La habitación ya había estado bastante limpia cuando comenzaban a trabajar en ella. Ahora, parecía brillar.

Ninguno se limpiaba el sudor de la frente. En su lugar se alineaban frente a las seis estatuas, que parecían estar defendiendo la habitación y agachaban las cabezas.

“Hoy agradecemos a los dioses que los seres humanos como nosotros sigamos vivos.”

Luego de que el Pontífice Máximo dijera esas palabras, todos las repetían después de él.

“Por lo tanto ofrecemos nuestra gratitud.”

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Levantaban sus profundamente agachadas cabezas y guardaban los equipos de limpieza en una esquina del cuarto. Entonces, lanzaban hechizos de 「Limpiar」, limpiando sus ropas y equipo. Las recién enjuagadas toallas que usaban para limpiarse el sudor olían dulce.

Era un asunto trivial el limpiar el polvo y la tierra usando un hechizo de primer nivel. Ampliar este hechizo permitiría que la habitación entera sea limpiada con facilidad. Sin embargo, no había nadie entre ellos lo suficientemente sacrílego como para hacerlo en este cuarto sagrado.

Luego de limpiarse, tomaban asiento en la mesa redonda.

Esto incluía al Pontífice Máximo de la Teocracia Slane.

En esta mesa, todos eran iguales. Aquí no había superiores ni inferiores. Todos eran colaboradores y camaradas. En efecto, todo esto era para la gloria de la humanidad.

“Entonces, comencemos la reunión.”


El organizador de esta reunión era el Cardenal de la Tierra, Raymond Zag Lauransan.

“Nuestro primer tema es la toma de la Ciudad Fortaleza de E-Rantel y de sus áreas circundantes del Reino para convertirse en el corazón del Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown, hace quince días.”

No había nada que podía ser más importante que la súbita aparición de esta misteriosa nación.

Sin embargo muy pocas personas conocían los detalles de la situación. La mayoría de lo que sabían no eran más que rumores.

Para comenzar, sabían que el Rey Hechicero era una criatura no-muerta, que era un lanzador de magia extremadamente poderoso que había arrasado con el Ejército Real, que controlaba a un ejército de la muerte, que había un Caballero de la Muerte entre esos no-muertos y cosas similares.

Raymond, que comandaba a las Seis Escrituras, informaba de estos detallas en su calidad de organizador de la reunión.

En ese momento, alguien hablaba.

“¡Sabía que no debíamos aceptarlo tácitamente, debimos de haber intervenido en esa guerra!”

“…¿Qué dices? Una batalla abierta contra un lanzador de magia que controla a un Caballero de la Muerte es extremadamente peligrosa. ¿No estuvimos todos de acuerdo en eso antes? Hubieras objetado en ese entonces, pero no trates de cambiar nuestras decisiones anteriores…Aunque, no pensé que en realidad fundaría una nación.”

El grupo asentía con la cabeza uno después del otro.

“¿Qué planea hacer el Imperio? Son aliados del Reino Hechicero y han apoyado la fundación de esa nación. ¿Así que eso significa que ahora son colaboradores oficiales? ¿O están siendo controlados por medios mágicos?”

“Lo dudo. Paradyne está allí.”

“Entonces, supongo que cometimos un error al pensar que se podía confiar en ese Emperador.”

“…Bueno, un problema más importante es el hecho de que él es uno de los pocos individuos talentosos que no está siendo utilizado apropiadamente. ¿Deberíamos dar inicio al plan para atraerlo a nuestro lado?”

“Entonces…”

Luego de unos breves aplausos, el debate que estaba a punto de acalorarse se enfriaba de pronto.

“…El Astrólogo de las Mil Millas estuvo observando la batalla entre el Imperio y el Reino. Sin embargo, ha habido un pequeño problema, así que el reporte se ha retrasado. Suplico su perdón.”

El problema en cuestión probablemente se refería al hecho de que ella se había encerrado en su habitación y había estado allí ya por un buen tiempo. Al menos eso era lo que todos pensaban.

“Entonces, distribuiremos los registros de lo que ella ha visto. Estos no han sido verificados por otros. Son sólo el relato de lo que ella vio del ejército del Rey Hechicero en el campo de batalla.”

Qué molesto, pensaban todos, aunque no lo decían. Miraban los registros y los estudiaban.

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Se detenían luego de la última hoja de papel. Repasaban la misma parte una y otra vez. Todos tenían las mismas expresiones rígidas y sus rostros se hacían lentamente más pálidos.

Raymond sonreía al ver los cambios en sus expresiones. Él había pasado por lo mismo que ahora les sucedía a ellos y estaba contento porque la miseria amaba la compañía.

Y entonces, como si estuviera hablando por todos, Maximilian gritaba. Su boca se abría tan ancha que sus lentes se caían, pero eso parecía no importarle.

“¡Imposible! ¡¿Cómo es posible que algo como esto exista?!”

“Ya se los dije antes. ¿No? Ésta es sólo una descripción de lo que ella afirmó haber visto.”

Maximilian se callaba ante la fría respuesta de Raymond.

Respiraba con dificultad como si hubiera estado corriendo. Mientras Maximilian se esforzaba por mantener su respiración bajo control, Berenice decidía hacer otra pregunta, para ver si alguien compartía sus opiniones.

“¿Puedes repetirlo? ¿Es esto realmente cierto?”

“Si todos los aquí presentes siguen creyendo en la palabra del Astrólogo de las Mil Millas, entonces lo es.”

Con expresiones de dolor en el rostro, todos miraban de vuelta a los papeles que sostenían.

Todos se habían detenido en el mismo lugar. En la composición del ejército del Rey Hechicero.

“Cientos de Caballeros de la Muerte (por lo menos 200), cientos de Devoradores de Almas (por lo menos 300)…¿Es así? Si enloquecían, no importaba si se trataba del Reino, del Imperio, de la Alianza de Ciudades-Estado o del Reino Sagrado. ¡Todos serían destruidos!”

“…Al igual que nosotros. Si esas cosas nos atacaran, necesitaríamos siglos para recuperarnos del daño.”

Caballeros de la Muerte. De una dificultad estimada de 100 o más. Eran capaces de crear Escuderos Zombis que podían ellos mismos crear otros Zombis. Los Zombis mismos no poseían mucho poder de combate, pero podían llevar a la aparición de no-muertos más fuertes.

Devoradores de Almas. De una dificultad estimada de 100 a 150. Eran no-muertos con habilidades de áreas a corta distancia. Ellos podían consumir las almas de los muertos para su sustento y hacerse más fuertes mientras más consumían. Irradiaban un aura de miedo y sin lanzadores de magia de por lo menos del 3er nivel, incluso hacerles frente sería imposible.

Todos ellos eran no-muertos de un nivel con el que podían destruir un país o ciudad pequeña por sí solos.

“¿Se ha equivocado? Tal vez el Rey Hechicero se percató de nuestra vigilancia y usó ilusiones para confundirnos.”

Era Ivon quien formulaba esa posibilidad al mismo tiempo que estiraba sus marchitos brazos parecidos a ramas.

“Oh.”

Murmuraban las personas alrededor, pero Raymond hacía trizas esa posibilidad.

“La Escritura Negra conoce de muchos monstruos. Aunque es verdad que ella podría no haber visto una imagen completa de los hechos. Pero ella, el Astrólogo de las Mil Millas, está a cargo de proveer apoyo de inteligencia al grupo. No hay forma de que pudiera haberse equivocado. Adicionalmente, hemos verificado avistamientos de Caballeros de la Muerte y de Devoradores de Almas en la capital del Reino Hechicero. la antigua ciudad de E-Rantel.”

Varios suspiros de derrota eran la respuesta a eso.

Todo lo que podían hacer era reconocer el hecho con voces llenas de fatiga y luego continuaban discutiendo el asunto.

“¿Qué deberíamos hacer? ¿Cuál es el mejor curso de acción para nosotros, como los protectores de la humanidad? ¿Qué podemos hacer contra 500 monstruos, cada uno de los cuales puede destruir una nación por sí mismo?”

“Así que sus fuerzas son equivalentes a 500 países pequeños…¿Es una locura, cierto? ¿Qué tanto puede ese país alterar el equilibrio entre las naciones?”

“La pregunta es. ¿Qué planea hacer el Rey Hechicero con ese tipo de poder militar? Si sólo pretende hacer que defiendan su territorio, no será un problema en el corto plazo.”

“¿Cómo podría ser así? Es demasiado para utilizarlo sólo de defensa. Además ¿No es que el Rey Hechicero es un no-muerto, quienes odian a los vivos? Estoy seguro de que usará su poder para atacar a los países vecinos.”

“No importa cómo esté planeando usar su fuerza militar. Lo que importa es lo que podamos hacer al respecto.”

Era una opinión válida y la dirección de la reunión comenzaba a cambiar.

“Entonces…¿La Escritura Negra puede encargarse de ello? Eso es lo más importante.”

Ellos eran el haz en la manga de la Teocracia Slane, una unidad de fuerzas especiales compuesta de héroes. Se podía pensar en ellos como en aventureros de rango adamantita, pero había una diferencia crítica entre los dos.

Los dioses les habían dejado equipos divinos en este mundo. En cambio los aventureros necesitarían ir en búsquedas épicas, del tipo de las que hablaban las sagas heroicas, todo para obtener una única pieza de su panoplia.

En contraste, cada miembro de la Escritura Negra poseía múltiples artículos de dichos equipos.

Si incluso ellos no podían encargarse de una amenaza como ésta, entonces todavía podían llevar a cabo un ritual para invocar al ángel del nivel más alto para hacerle frente al problema.

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Seguramente el más excelso de los ángeles sería capaz de triunfar contra los Caballeros de la Muerte y los Devoradores de Almas. Sin embargo, el gran número de enemigos los inquietaba mucho.

Todas las miradas se volvían hacia Raymond.

Él se reía. Algunos sonreían en respuesta a su risa, pero esas sonrisas se congelaban en sus caras cuando oían lo que decía a continuación:

“Es imposible. Digo esto como el antiguo 3er escaño de la Escritura Negra. Cualquiera que espere que nos enfrentemos a 500 de ellos debe ser un absoluto demente. Hubiera sido lo suficientemente malo incluso con que estuvieran presentes en números iguales. Si no fuera así, entonces. ¿Por qué el Astrólogo de las Mil Millas se encerró con desesperación? Sin embargo…”

La naturaleza de su sonrisa cambiaba.

“…Es diferente para los Divinos.”

“Ohh.”

Se oían los sonidos de regocijo.

“Ellos dos deberían ser capaces de encargarse del ejército de Caballeros de la Muerte y Devoradores de Almas. Por supuesto, sólo por si acaso, de todas formas necesitaremos darles el mejor apoyo que podamos.”

“Así que estará bien con esos dos.”

“Bueno, es un alivio.”

En medio de esta alegría, sólo Ginedine decía.

“Hmph.”

Sintiendo el aire pesado de la fatiga alrededor de él, todos se calmaban.

“…No nos has dicho todo. ¿Cierto?”

“Ginedine. ¿Qué estás insinuando?”

“La ley no prohíbe el falso testimonio ni tampoco el oscurecimiento de la verdad en este lugar, pero somos colegas sirviendo bajo la misma bandera y mentir es una ofensa grave. Si estás de acuerdo con esto, entonces deja que te lo pregunte una vez más. ¿Qué escondes?”

“Ginedine. ¿Qué te pasa? ¿Por qué dices eso?”

“Dominic, tengo una pregunta. ¿Por qué se encerró el Astrólogo de las Mil Millas?”

Sabiendo que nadie podía responder esa pregunta, él continuaba hablando.

“Lo hizo por desesperación. O tal vez debió haber sufrido algún tipo de conmoción. Es verdad que un ejército de muertos es aterrador. Sin embargo, ella es miembro de la Escritura Negra. ¿Realmente creen que ella se escondería sólo por eso?…Se debe a que vio algo que ni siquiera los Divinos podrían derrotar. Este reporte está incompleto, ¿cierto?”

Todos miraban a Raymond y a Ginedine.

“…¿Qué intentas lograr al ocultar ese punto? Confío en ti. Sé que no eres el tipo de hombre que usaría las Escrituras para su propio beneficio. ¿Pero por qué ocultas esto?”

“Buen trabajo. Era de esperarse de ti, Ginedine. Simplemente quería explorar las posibilidades…entonces, lo diré. Ser el único sufriendo por este problema simplemente me provocaría una úlcera, así que estaré contento de compartirlo con todos ustedes caballeros aquí presentes.”

Raymond miraba a su audiencia sentada.

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¿Cuánto saben de la batalla entre el Reino y el Imperio…no, entre el Reino y el Reino Hechicero?

La persona que respondía por todos era el Pontífice Máximo.

“He oído que el Rey Hechicero usó un hechizo poderoso. Como resultado, el Ejército Real fue dispersado y derrotado. Debido a eso, ellos acataron las exigencias hechas antes de la batalla y cedieron E-Rantel al Reino Hechicero para la fundación de una nación. Eso es todo.”

“¿Y el número de muertes?”

El Pontífice Máximo simplemente negaba con la cabeza hacia Raymond.

“No lo sé. No me han llegado noticias aún. Debería ser igual para el resto de ustedes. ¿Correcto?”

“Sí. Ni sacerdotes ni comerciantes viajan a E-Rantel ahora que se ha convertido en el corazón del Reino Hechicero, con un rey no-muerto. Así que todo lo que oímos son rumores de procedencia desconocida.”

“Así que necesitamos a las Escrituras. Este tipo de cosas son más adecuadas para la Escritura del Agua Clara que para la Escritura de la Amapola. ¿Cierto?”

“Sí y ésa es la razón por la que sólo el comandante de las Seis Escrituras, es decir, tú, conoce la verdad. Todo lo que sabemos es lo poco que se filtró.”

“…Ya veo. Entonces, libera para nosotros la versión completa e integra, de lo que el Astrólogo de las Mil Millas vio durante la batalla.”

Luego de leer el reporte, la habitación se llenaba con el silencio de la desesperación.

Sintiendo que no podía permitir que esto continuara, Ivon hacía una pregunta:

“Ya veo, ya veo… Temías que nuestros corazones se detuvieran si veíamos esto primero. ¿Correcto?”

“En realidad no. Sus corazones son lo suficientemente fuertes como para que les críen pelos. Sólo temía que si comenzábamos con esto, ninguno de ustedes lo creería.”

Ivon asentía con la cabeza, incapaz de refutar eso.

“Es verdad que hubiéramos dudado si veíamos esto primero. No lo habríamos creído en absoluto. Pero luego de entender la realidad del ejército del Rey Hechicero, no tenemos otra alternativa más que creer.”

“Sin embargo…no quiero creerlo. Con sólo un hechizo mató a la mitad del Ejército Real. Durante esta batalla, el Reino movilizó a 260000 hombres. La mitad de eso serían por lo menos 130000 personas. ¿Cierto? Oí que el Ejército Real había sido derrotado pero esto…”

“Sólo ella lo vio. ¿No? No es extraño que los conteos de muertos y víctimas sean exagerados…”

“Aun así, la descripción de la aniquilación de un ala completa del Ejército Real con un hechizo significa más de 80000 muertes. Y luego están esos monstruos horripilantes invocados por esos sacrificios…”

“No puedo negar más tiempo, lo que ella vio. Ésta es magia de los dioses. Magia del 11vo nivel. ¿Verdad? Eso debería ser.”

“La venida de los dioses.”

“Lo que está escrito aquí es parecido a la descripción de ese dios…¿Es posible que Él haya descendido de los cielos una vez más?”

“Imposible. Las tradiciones orales señalan que el Dios de la Muerte, Surshana-sama, fue asesinado por los Ocho Reyes de la Codicia. Esto debe ser algo diferente. Y si Surshana-sama hubiera descendido en verdad una vez más, esa persona seguramente nos lo habría dicho. Después de todo, esa persona es el primer seguidor de Surshana-sama.”

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“Entonces. ¿Por fin ha sucedido?”

“Probablemente, sí. Luego de 200 años.”

“Debería ser correcto, a juzgar por las tradiciones orales. Podría aparecer en algún lugar del continente.”*
(*Realmente me parece que esa parte final debía ser ‘Pudo haber aparecido en cualquier lugar del continente.’ Pero no estoy seguro.)

“Y su poder nacional se ha incrementado tan lentamente debido a que esos montones de basura arruinaron el plan.”

“Esos idiotas del Reino…”

Todos tenían miradas de odio en los ojos mientras oían esas palabras.

Geográficamente, el Reino era el país más seguro de todos. Debido a eso, la Teocracia Slane los había ayudado con la esperanza de que el Reino se convirtiera en la nación que salvaría a la humanidad. Al reproducir grandes cantidades de humanos en una tierra segura y fértil, muchos individuos talentosos aparecerían también y podrían ser educados para ser héroes que pudieran resistir las invasiones de no-humanos. Sin embargo, la paz y la prosperidad provocó que cayeran en la depravación y el Reino se pudrió desde dentro.

Lo más preocupante era la forma en la que producían narcóticos y los exportaban al otro país prometedor, el Imperio.

Por lo tanto, la Teocracia había cambiado sus planes.

Su plan de contingencia era permitir que el Imperio devorara al Reino y entonces educarían a los individuos talentosos en su interior.

La razón por la que la Teocracia no había conquistado al Reino, ellos mismos, se debía a que entonces serían vecinos de la República*, lo que podría conducir a un peligroso movimiento dentro su propia gente para destruir la República.
(*Me parece que esto lo han traducido antes como Alianza del Consejo Agrand o Confederación Agrand, yo también lo dejé así en el volumen 4 y en el mapa.)

El dogma básico de la Teocracia era que la humanidad era la escogida por los dioses y que todas las otras razas tenían que ser exterminadas.

Por lo tanto, a las personas les inculcaban la postura de que estaban rodeados de enemigos y que no tenían otra alternativa más que trabajar juntos. Ésta era la única forma en la que podían concentrar su poderío nacional y convertirse en un país fuerte. Sin embargo, si se convertían en vecinos de la República, existía la posibilidad de que su filosofía pudiera llevarlos en una dirección peligrosa.

Todos aquí entendían que la única forma en la que podían planear el futuro de la Teocracia Slane, era conociendo la fuerza de su país, la de los otros países y qué asuntos priorizar. Sin embargo, la gente común pediría a gritos una guerra con la República con el objetivo de destruir a los enemigos de la humanidad.

Eso sería desastroso.

La República era muy fuerte.

Para ser precisos, el peligro se debía a uno de los concejales de la República, el Lord Dragón de Platino, hijo del Emperador Dragón. Si ellos luchaban contra él, contra el más poderoso de los Lores Dragón, corrían el riesgo de que su país sea reducido a cenizas. ¿Pero qué pasaba con las personas que no sabían eso? ¿Qué pensarían? Ellos verían a enemigos que necesitaban destruir y sin embargo todo lo que podían hacer era morderse las uñas y esperar.

Por supuesto, todos aquí podían aplastar tales resentimientos a la fuerza, pero eso produciría repercusiones negativas que debilitarían su poder nacional. Además, no podían negar que una guerra podía estallar en el futuro.

Por lo tanto, la Teocracia no podía compartir una frontera con la República, ni tampoco podían controlar directamente al Reino. Incluso si quisieran gobernar el Reino desde las sombras, éste era demasiado grande.

“Primero consideremos al Rey Hechicero. Para comenzar, él debe haber sido quien destruyó a la Escritura de Luz Solar, hace algún tiempo.”

El aire parecía crepitar y congelarse.

“Un lanzador de magia con ese nombre apareció en un pueblo cercano casi al mismo tiempo. No creo que estemos equivocados ¿cierto?”

“¿Qué hay de la Vampiro que encontró la Escritura Negra? ¿Una sirviente del Rey Hechicero tal vez?”

“Es muy posible, pero creo que lo más seguro es que sea un ser en el mismo nivel que el Rey Hechicero, justo como aquellas personas. De lo contrario no hay forma de explicar ese poder.”

“Ciertamente, así que ya que estamos en el tema de la múltiples apariciones, Jaldabaoth debería ser uno de esos seres, ¿correcto? Eso explicaría el poder que demostró en el Reino, así también como la razón para la repentina aparición de un monstruo con ese tipo de poder.”

“¿Entonces qué hay sobre Momon? Parece que él había estado persiguiendo a esa vampiro, pero si esa predicción es correcta, él debería ser una entidad parecida al Rey Hechicero. Eso explicaría por qué era tan fuerte como Jaldabaoth. La pregunta es si es o no un aliado del Rey Hechicero…”

“Momon mató a la vampiro y se enfrentó a Jaldabaoth. Dado que podrían ser del mismo tipo de criatura y sin embargo opuestos el uno al otro. ¿Es posible entonces que ellos sigan siendo enemigos? Luego de eso, Momon negoció una tregua con el Rey Hechicero y se convirtió en su aliado. ”

“Entonces sólo queda la cuestión de por qué mató a la vampiro y se opuso a Jaldabaoth. Tal vez la mató porque estaba controlada por el Tesoro Supremo. De todas formas. ¿Por qué se opondría a Jaldabaoth? …Si Momon era camarada del Rey Hechicero. ¿En qué tipo de escenario sería enemigo de Jaldabaoth?”

“…Tal vez la vampiro y Jaldabaoth trabajaban juntos, mientras que el Rey Hechicero y Momon eran aliados. O podría haber un escenario en el que la vampiro, Jaldabaoth, el Rey Hechicero y Momon eran todos enemigos. También hay otras posibilidades. Pero hay muy poca información para afirmarlo.”

“El peor escenario sería si los cuatro estuvieran del mismo lado, pero la probabilidad de que sea así es muy baja. Momon es demasiado modesto. Normalmente, alguien con tanta fuerza la presumiría mucho más. Sí, justo como los Ocho Reyes de la Codicia. O quizás, como nuestros Dioses.”

“Ya veo. Así que la razón por la que no hizo eso fue porque estaba en busca de los otros. No, tal vez fue porque estaba en alerta de otros del mismo nivel que él.”

“Entonces, ya que el Rey Hechicero ha tomado el escenario y comenzado la construcción de su nación, alguien entrará en acción para compensar la diferencia en el poder de lucha. Si podemos confiar en las palabras de Momon, Honyopenyoko tiene un compañero. Tenemos que tener cuidado de eso, así como también de Jaldabaoth.”

“De momento todo esto son simples conjeturas. Lo único en lo que debemos pensar es en contactar al Rey Hechicero o a Momon.”

“Es muy arriesgado. Demasiado arriesgado. En lugar de eso deberíamos ir al Imperio, obtener información de las personas allí y luego entablar contacto con el Emperador.”

“Eso estaría bien, siempre y cuando el Emperador no mueva la cola ante el Rey Hechicero.”

“Es una apuesta, pero no hay remedio. Si no hacemos nada más que ocultarnos en un rincón, terminaremos teniendo que ponernos al día con los otros.”

“Aun así, cuando dices que es una apuesta…¿Una apuesta de qué cantidad? Si cometemos un error, éste se convertirá en casus belli para que nos ataquen ¿Cierto? Antes de hacer contacto, deberíamos tratar de entender la postura del Emperador.”

Mientras todos aceptaban estar de acuerdo con esa propuesta, alguien hacía una pregunta razonable.

“…Sin embargo. ¿No han habido revueltas en E-Rantel, esa ciudad gobernada por los no-muertos? ¿Es que han matado a todos? ¿O es que han instituido un reinado de terror perfecto?”

Luego de oír la pregunta, casi ninguno podía creer en la respuesta de Raymond.

“De acuerdo a nuestros reportes, parece ser que la gobiernan en paz.”

“¡¿Hah?!”

Ese sonido no era para nada apropiado para estas personas, pero no podía evitarse que lo hicieran.

“Hmm. A mi edad, realmente termino oyendo cosas que no son, pero parece que mi condición ha empeorado de pronto. Raymond…¿Qué dijiste sobre ese lugar?”

“Parece que mañana el sol saldrá desde el norte.”

“…Muy bien, ya basta de bromas. Si Raymond está diciendo la verdad, eso ciertamente sería una visión inimaginable. ¿Nuestro informante es un demente o un humorista?”

“Los reportes afirman que los Caballeros de la Muerte son usados como guardias de la ciudad, los Liches Ancestrales como funcionarios públicos, mientras que los Devoradores de Almas son usados para tirar de las carretas de carga.”

Aparte de Raymond, todos se quedaban con la boca abierta.

“No no no, espera un minuto. ¿Qué? ¿Podrías repetir eso?”

De cara a Maximilian y a sus lentes faltantes, Raymond no cambiaba sus palabras mientras las repetía.

“¡¿Haaah?!”

Una vez más, dejaban escapar ese sonido inadecuado.

Cada uno de ellos era una criatura no-muerta de un poder sobrecogedor. Pero ahora, ese caballero del inframundo mantenía el orden público como un pequeño soldado, ese amo del laberinto se sentaba en un escritorio administrando el flujo de mercancías y un monstruo que podía masacrar una ciudad entera hacía el trabajo de un caballo y de su cuidador.

Y tal país existía justo al otro lado de sus fronteras.

“Qué demonios. ¿De qué abismo del infierno vino eso?”

Los no-muertos paseaban por las calles y administraban la ciudad. Todo lo que ellos podían imaginar era que todos los humanos estaban muertos.

“No. Los antiguos residentes de E-Rantel, los actuales residentes del Reino Hechicero, viven sus vidas ordinarias allí. Había algo de confusión al principio, pero ahora todo está tranquilo.”

“…Parece ser que todo este tiempo estuvimos subestimando al Reino.”

“Umu…¿Qué tan fuertes son sus espíritus?”

Sólo imaginar el acto de caminar al lado de una criatura no-muerta que odiaba a los vivos hacía que todos los presentes temblaran de miedo.

Eso sería como vivir al lado de un monstruo hambriento. Sería normal que una persona ordinaria sintiera miedo.

“Ellos probablemente lo soportan porque confían en ese gran aventurero heroico, Momon el Guerrero Oscuro.”

Raymond compartía un relato de lo que sucedía en el primer día del gobierno del Rey Hechicero sobre E-Rantel.

Todos escuchaban atentamente.

“Como pensé. Es imposible que Momon haya sido compañero del Rey Hechicero.”

“Ara. ¿No es eso una prueba más de que Momon y el Rey Hechicero están confabulados? Se presentaron prácticamente al mismo tiempo. ¿Correcto? ”

Mmm… Todos sostenían sus cabezas en contemplación.

Pensaban que la posibilidad de que era así no era insignificante, pero honestamente no había forma de estar seguros.

“¿Hay alguna forma de enfrentar a Momon contra el Rey Hechicero? Tal vez si usamos a la gente de E-Rantel, podríamos…”

“Eso es peligroso, demasiado peligroso. Si sale mal, tanto Momon como el Rey Hechicero serán nuestros enemigos al mismo tiempo.”

“Tienes razón. Como están las cosas, hemos sufrido pérdidas considerables. Aunque los muertos han sido revividos, la Escritura Negra seguirá estando corta de personal, mientras que la Escritura de Luz Solar está efectivamente disuelta. La Corona ha sido robada, la Princesa Miko y Kaire están muertas. Nos tomará por lo menos 10 años recuperar nuestra fuerza. En este estado no podemos ir por allí asando carne al lado de un dragón dormido.”

“Sí. Tenemos que evitar abrir dos frentes al mismo tiempo.”

En ese momento, la hostilidad en la habitación parecía aumentar.

“Esos sucios traidores.”

“Esos elfos bastardos.”

Actualmente la Teocracia se encontraba en guerra con los Elfos del Gran Bosque del Sur. Originalmente, la Teocracia y los elfos tenían una relación de cooperación. Pero esa relación se había roto y ahora la Teocracia se encontraba luchando contra los Elfos con su propio poder.

Habían construido una base de avanzada en el Lago Creciente, sede de la Capital Élfica. De acuerdo al plan, la Capital debía haber sido destruida en unos pocos años, pero lentamente aquel plan estaba descarrilándose.

“¿Qué tal un alto al fuego con ellos por ahora?”

“No seas insensato. ¿Cuánta sangre crees que se ha derramado en la lucha hasta este momento? En primer lugar. ¿Cómo podríamos dejar de vengarnos por esa persona?”

“Esa niña…”

Luego de decir esto, el anciano sonreía con amargura.

Él la trataba como niña debido a su apariencia, pero el hecho era, que ella era mayor que cualquiera en esta habitación.

“…¿Cómo se encuentra ella?”

“Cerca, en la misma habitación, como siempre.”

“Umu, tenemos que darle una oportunidad de vengar a su madre.”

“Sí, de otro modo sería demasiado desafortunado. Su corazón probablemente debería tranquilizarse luego de cobrar venganza.”

Las caras de todos los presentes mostraban expresiones de dolor.

“…Francamente, me ofenden los sacerdotes de esa época. Criaron a una pobre niña pequeña con ese tipo de personalidad.”

“Bueno, si quieres decir eso, también podrías echarle la culpa a los bárbaros del bosque. Los Cardenales no pensaron que estaría bien arrebatarla de los brazos de su madre.”

“…Qué tema tan molesto.”

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“Aun así, si enviamos a esa chica, ese Lord Dragón podría responder del mismo modo.”

“El poder de los dioses, Caída del Castillo y del País, probablemente no funcionará en ese tipo que puede usar magia salvaje, a diferencia del Lord Dragón de la Catástrofe. ¿Qué tal si lo usamos en el Rey Hechicero?”

El cuarto de conferencias se sumía en el silencio. Era una propuesta en la que pensaban, pero no podían hablar.

“…No es una mala idea, pero me inquieta el hecho de que no sepamos qué tipo poder poseen los subordinados del Rey Hechicero.”

“…Si tan sólo pudiera imaginarme y planificar sin límites, no habría problemas.”

“¡Cómo te atreves! ¡Los dioses dieron sus vidas por protegernos a nosotros, la humanidad! ¿Y pensar que estarías insatisfecho con los tesoros secretos que dejaron atrás? ¡Qué osadía!”

Luego de la reprimenda, el anciano agachaba la cabeza profundamente.

“Me expresé mal.”

“¡Cuida tu lengua!”

“Entonces, de vuelta al tema. ¿Todos estamos en contra de usar Caída del Castillo y del País con el Rey Hechicero?”

“Es demasiado peligroso.”

“Si apareciera el Lord Dragón de la Catástrofe, podríamos controlarlo y usarlo como vanguardia…”

No tenía sentido tener esperanzas en algo que no estaba allí.

“No hay remedio. ¿Deberíamos enviar un mensajero para hablar con ese Lord Dragón sobre los elfos?”

“Quién sabe lo que pedirán.”

“Si el pedido no es demasiado disparatado aceptémoslo sencillamente. Después de todo, es por la paz del alma de esa niña.”

No había objeciones. Todos aquí estaban sumidos en introspecciones.

“Fufu…”

Una débil risa dejaba oírse y las miradas de todos se movían hacia la persona que había hecho el sonido.

“Fufu. Ahora que las personas que sabían de la situación en ese entonces, están todas muertas…bueno, ustedes son un grupo demasiado compasivo.”

Esas palabras podían haberse sentido insultantes, pero el tono de voz decía otra cosa.

“…Nuestro objetivo es defender la humanidad de las otras razas y toda la humanidad incluye a esa chica. Creo que se nos puede perdonar abusar un poco de nuestros cargos si es para salvar a un camarada.”

“…No tengo razones para objetar si esto no resulta en ninguna muerte.”

Cuando oía esto, el Gran Mariscal sonreía con amargura.

“Sería mejor distribuir este conocimiento directamente en lugar de transmitirlo oralmente. ¿Cierto? Todo estará bien si enfrentamos a alguien distintivo, pero será peligroso si el tipo se ha ocultado. Diseminar el conocimiento también hará más fácil la obtención de información.”

Ésta era una sugerencia que muchas veces se había hecho a lo largo de los siglos. Naturalmente, siempre había sido rechazada.

“Nuestro mundo es tan frágil como un pequeño bote arrojado al océano. Mientras menos gente sepa de ello, mejor. Después de todo, alrededor de cada 100 años podría haber un tifón. ¿Crees que las personas podrían dormir tranquilas si lo supieran? El hecho es que, los poderosos no se pueden ocultar por mucho tiempo en las sombras. Llamarán mucho la atención, incluso si intentan vivir una vida normal.”

“Si ése es el caso. ¿Qué crees que hará ese antiguo Cardenal-dono?”

Todos tenían expresiones complicadas en el rostro.

“No estoy del todo seguro, pero hay muy altas probabilidades de movimiento… Tal vez hay algún tipo de carta del triunfo a la espera.”

“O tal vez el antiguo 9no escaño, Ráfaga de Viento, podría saber algo…”

“Qué preocupante. ¿Ella está cerca? Nada es más preocupante que eso…”

Había muchos suspiros en la habitación.

“¿Qué tal si le pedimos ayuda a los miembros retirados de la Escritura Negra? De esa forma podemos recuperar nuestra capacidad de combate, no, con eso podemos mantener nuestra vigilancia. Podemos enviarlos al Reino Dracónico como refuerzos. Las probabilidades de que mueran son muy bajas.”

La Escritura Negra era comúnmente asignada a tareas muy peligrosas y por eso tenían una tasa de bajas muy elevada. Sin embargo, siempre y cuando quedaran los cadáveres, podían ser devueltos a la vida. El problema era que las resurrecciones consumían la fuerza vital y era necesario entrenar por mucho tiempo para recuperar la fuerza que se tenía antes de morir. Por lo tanto, algunas personas escogían retirarse en lugar de eso.

También había algunos que se habían retirado debido a su edad, pero sin importar la razón, cualquier jubilado tenía prioridad en cualquier puesto que quisiera. Si bien algunos estaban contentos viviendo un estilo de vida degenerado y sin trabajo, esos eran muy pocos. La mayoría no sería capaz de soportar las repetidas miradas de sus esposas y preguntas como “Papáaa. ¿Porqué no has encontrado trabajo aún…?” y por lo tanto regresaban a trabajar.

Tomaría algún tiempo el familiarizar nuevamente a estas personas con la sensación del combate real y también estaban aquellos algo mayores que debido a su edad no podían rendir como lo habían hecho en su juventud. Sin embargo, ellos eran más confiables que la mayoría de los otros.

“Sólo explícales la situación y hazles nuestro pedido. No esperes que todos tomen las armas, sin embargo.”

“Por supuesto. Haría falta un verdadero bastardo para presionar a aquellos que han cumplido misiones en los lugares más peligrosos y que luego se retiraron.”

“Sí. Sólo pregúntaselos. Pero si alguno acepta, págales más de lo que esperaban.”

“Si tan sólo nos pagaran algo a nosotros.”





Unas risas autocríticas hacían eco en la habitación.

Quejarse por la falta de salario era un chiste privado para ellos.

En la Teocracia, dejaban de haber salarios una vez que uno ascendía pasado un cierto rango. Ésta era una forma de auto-purificación, con el objetivo de asegurar que las personas no estuvieran motivadas a subir de rango por la codicia. Por lo tanto, muchos de los que asumían los altos cargos lo hacían para servir a su nación.

Luego de que terminaban de reír, el Pontífice Máximo hablaba de nuevo:

“Entonces, todos comencemos con el siguiente tema. Adelante, Raymond.”

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