Overlord

Volumen 8: Los Dos Líderes

Historia 2 (2/2): Un Día en Nazarick

Parte 1

Tiempo en Nazarick 10:30

“Estás haciendo demasiado ruido. Tranquilízate.”

Ainz hacía una seña con su mano izquierda y mantenía esa pose.

Luego, daba un paso atrás y volvía a su posición inicial.

“Estás haciendo demasiado ruido. Tranquilízate.”

Una vez más, él hacía una seña con su mano izquierda y se congelaba en medio de la pose. Comprobaba el reflejo de sí mismo en el espejo y ligeramente ajustaba la posición de su mano izquierda.

“… ¿Bien? … ¿Es ésta la pose? No… ¿Sería más genial si extiendo mi mano un poco más a la izquierda?”

Volvía a su posición inicial.

“Estás haciendo demasiado ruido. Tranquilízate.”

Finalmente satisfecho con la pose, Ainz cogía el block de notas en la mesa junto a él.

“Como ya he terminado la pose… debería trabajar en las líneas mientras tenga tiempo extra.”

Encerraba la frase que estaba practicando anteriormente y volteaba la página. La mayoría de las frases escritas en la página eran variaciones sobre la frase “Voy a considerarlo.”

Las frases que eran demasiado exageradas y por lo tanto inutilizables estaban tachadas.

Para Ainz, que solía ser una persona promedio, actuar como un líder era difícil. Así, en varias ocasiones, él practicaba desempeñando ese papel sólo en caso de que la situación lo requiera. Por supuesto, todo el block de notas estaba lleno de frases que se le habían ocurrido.

A pesar de que había pasado una hora desde que Ainz comenzaba a practicar, él no requería ningún descanso.

Ainz era el señor supremo, pero en realidad, apenas hacía algo. A menos que hubiera decisiones importantes o situaciones de emergencia que requieran su liderazgo no había nada que hacer. Albedo se encargaba de todos los detalles y todo lo que Ainz tenía que hacer era echarle una ojeada a los reportes.

Dado que nunca había nada en los informes que requiera su atención en realidad él sólo tenía que revisarlos. No era una actitud propia de un gobernante pero siempre y cuando Albedo esté cerca y no haya ninguna emergencia no debería haber problemas.

De todos modos, todas las organizaciones apropiadas deberían ser así. No es bueno para alguien, que está por encima de los demás, trabajar en la línea del frente.

Para el comandante supremo de un ejército, era un movimiento tonto participar en una batalla en la línea del frente, a menos que esté allí para levantar la moral. Ya que habían peligros incalculables.

¿Debería renunciar a este negocio de aventurero y reunir conocimientos para hacer frente a las situaciones de emergencia? Sé que también tengo que entrenar mi mente, pero ¿qué debería hacer? ¿Quién va a ser el maestro…? ¿Cómo hago para no arruinar la imagen de Ainz Ooal Gown, en la que todos creen…?

Todos dentro de Nazarick respetaban a Ainz como el señor supremo y se arrodillaban ante él. Eso era lo correcto. Ainz recibía el respeto de sus subordinados, que sus antiguos camaradas habían creado y eran en cierto modo sus hijos. Al igual que cómo un padre no podía traicionar la admiración de su hijo, él no podía traicionarlos a ellos. Por eso, él practicaba la actuación, con la esperanza de que al menos pueda parecer que interpreta bien el papel.

Ainz era plenamente consciente de que esto era vergonzoso. De lo contrario, ¿Por qué iba a cerrar la puerta y prohibir a las sirvientas y a los Eight Edge Assasins que lo custodien afuera de la entrada? A veces, incluso plantaba su cara en la almohada y gritaba “¡Arrrgghhh-!” Cuando no podía soportarlo más.

“Algo adecuado al señor supremo de Nazarick… Una figura que es respetada…”

Ainz volteaba la página mientras se sentía como si estuviera tosiendo sangre. Había muchas más líneas que se le habían ocurrido en su tiempo libre y parecía como si la línea definitiva aún estaba en algún lugar más allá del horizonte.

Ainz Ooal Gown era un no-muerto y sus emociones, mas allá de cierto umbral, estaban suprimidas. Pero…

“Necesito un descanso…”

La conciencia de Suzuki Satoru estaba cansada de la fatiga mental y él gritaba en voz alta. Gritaba que ya no quería más esto.

Pero, de las fuertemente apretadas mandíbulas de Ainz, venía un sonido diferente.

“¿Qué estás haciendo? Tengo que trabajar más duro.”

Ainz se flagelaba a si mismo por querer evadir todo esto y sus ojos recuperaban sus fuerzas. Él se miraba al espejo.

De repente, un ruido digital “pipipipipi” sonaba.

La fuente de ese sonido era el brazalete en su brazo izquierdo. Este era un sonido celestial para Ainz. Él apagaba el repentino pitido y dejaba escapar un gran suspiro.

“Si el tiempo ya se acabó, entonces no se puede evitar. Sí, se acabó el tiempo.”

Ainz ponía el block de notas en una caja. Cuando cerraba la tapa, podía escuchar el sonido de varias cerraduras engranándose. Si alguien intentara abrir la caja forzosamente debería desencadenar una extensa variedad de hechizos de ataque centrando todos esos ataques en la caja para destruirla. A menos que fuera alguien de nivel 90 y con un trabajo de clase bandido o un personaje con un nivel mayor de 80 y con una completa especialización como la de un bandido, sería casi imposible abrirla. Ese era el seguro de la caja.

Sólo después de resguardar el block de notas con tal ítem de seguridad, ponía el ítem en el espacio de bolsillo. Su espacio de bolsillo también tenía un sinnúmero de otros ítems raros. Sin embargo, un ladrón de alto nivel sería capaz de robarle esos ítems. El hecho de que un ladrón podía hacer eso, no significaba que dicho ladrón solo iba a inmovilizar a sus oponentes y robarles en seco. El límite de robo era de uno o dos ítems por jugador. Aun así, la posibilidad de ser robado una o dos veces hacía que Ainz, quien no debería experimentar ningún miedo ya que era un no muerto, se estremeciera de miedo.

En este nuevo mundo, había hechos desconocidos como los talentos. Por eso, él ponía la caja de tal manera para que los otros vayan por los ítems raros en vez de la caja. Después de guardarlo, comprobaba de nuevo. Él comprobaba la caja en varias ocasiones, como un ama de casa asegurándose de haber cerrado la puerta con llave antes de salir de viaje. Sólo cuando se convencía a si mismo de que la caja estaba allí se permitía suspirar de alivio.

Ainz finalmente salía de su dormitorio. El lugar al que se dirigía era la habitación que él regularmente utilizaba como un despacho. Los que se inclinaban profundamente ante Ainz eran la sirvienta regular, Albedo y Mare.

No había nada de sorprendente en que la sirvienta o Albedo estén allí, pero él se sorprendía de que Mare, quien rara vez venia por estos lares, estaba en la habitación. Ainz cruzaba la habitación, se daba la vuelta hacia la mesa y se sentaba con un movimiento que había practicado durante más de treinta veces. El punto clave era no pisar su túnica y no empujar la silla hacia fuera.

La siguiente postura que tomaba era una que le hacía inclinarse hacia atrás en la silla. No se vería bien para él inclinarse demasiado cerca o demasiado lejos. Los reyes tenían una manera real de tomar asiento…tal vez.

No sé cómo toman asiento los reyes… Debería hablar con un rey de algún sitio…

Se recomendaba a los hombres de empresa sentarse ligeramente en el medio de la silla sin apoyarse en el respaldo. Pero Ainz Ooal Gown ya no era un hombre de empresa.

Por lo tanto, Ainz practicaba las posturas de un rey ideal en su mente.

“Levanten sus cabezas.”

Los tres levantaban la cabeza. El hecho de no levantar sus cabezas, a menos que se les diera una orden, se sentía como una pérdida de tiempo pero Ainz no podía ignorar sus intenciones de querer mostrar su mayor lealtad en todo momento. Por eso, Ainz se controlaba a sí mismo y pasaba por el mismo ritual de siempre.

“Entonces, primero te preguntaré a ti, Mare. ¿Cuál es tu asunto?”

“¡Ah, sí!”

Ya fuera porque él estaba nervioso, Mare dejaba escapar una voz chillona. Ainz sonreía, pero como no había músculos de su cara, nada se movía. Sin embargo esto hacía que el ambiente parezca más cálido. Como si sintiera eso, Mare respiraba más fácilmente. También parecía menos tenso.

“Yo, eh, traje esa, eh, cosa.”

Ainz no dijo “¿De qué estás hablando?” como un jefe con mala personalidad. En cambio, él simplemente lo recibía de Mare. Lo hacía debido a la posibilidad de que podía haber olvidado lo que le había ordenado antes.

“Ya veo…no, está bien.”

Con un movimiento de su mano Ainz detenía a la sirvienta, que se preparaba para recibir el objeto de Mare.

“Mare, tráelo directamente hacia mí.”

“¡Sí!”

Mare enderezaba su espalda, se acercaba a Ainz y le entregaba un folder. Ainz abría lentamente el folder.

Esto… es el folder de notas.

Los tres Guardianes habían aceptado la propuesta de Ainz y encerraban la opción “Participar”.

“Considerando el orden de los nombres, habría estado bien si el subordinado de Cocytus hubiera venido en su lugar. Has trabajado duro, Mare.”

“No, no. ¡Estoy feliz de servir! Además, como Cocytus-san está trabajando, vine aquí en su lugar. También…”

Mare acariciaba suavemente el anillo en su dedo anular izquierdo. Era una acción llena de cuidado y amor.

…el anillo de Ainz Ooal Gown. Estoy feliz de que a él le guste, pero llevarlo en ese dedo es un poco… Y ¿por qué él está mirándome de esa manera…?

Ainz sentía un escalofrío repentino y miraba a Albedo. Ella tenía la hermosa sonrisa de siempre en su cara.

Ainz miraba su dedo anular izquierdo. Al igual que Mare, había un anillo allí, como si fuera el lugar adecuado para que los anillos estén.

¿Cómo era, una antigua historia griega?

Ainz recordaba haber oído de Yamaiko, en el pasado, que poner los anillos en diferentes dedos significaba cosas diferentes.

Hay una vena, en el dedo anular izquierdo, que conduce directamente al corazón, o algo así, ¿verdad? también mezclaban las medicinas con el dedo anular izquierdo, porque si había algo venenoso allí, el corazón se vería afectado… ¿el sous-chef también hace algo como eso? Ah, me distraje… ellos aún están mirándome.

Ainz juntaba ambas manos en la parte superior de la mesa.

“¿Qué pasa, Mare? ¿Qué estás mirando? ¿Hay algo gracioso en mi cara?”

Ainz hacía el mayor esfuerzo para asegurarse de que esas palabras no salgan de una manera vil.

“N-no. Nada como eso. Sólo pensé que Ainz-sama es genial…”

“¿Soy… genial?”

Ainz acariciaba inconscientemente su rostro esquelético.

“Ahhahah… Mare, eres muy bueno con la adulación.”

“¡No es adulación!”

Era una voz ruidosa, que nadie había pensado venir de Mare.

“Yo-yo me disculpo. Pero, realmente pienso que Ainz-sama es genial. Incluso cuando usted se sentó, fue un movimiento verdaderamente acorde al Supremo Soberano de Nazarick.”

Ainz miraba a la sirvienta de manera interrogativa y la homúnculo asentía con su cabeza, como si entendiera lo que Ainz le estaba preguntando. Albedo también asentía vigorosamente hacia arriba y abajo a pesar que no le habían preguntado. De hecho, sus alas también se agitaban hacia arriba y abajo.

“¿Eso es así? Me alegra escucharlo.”

Después de la corta respuesta de Ainz, él se levantaba y se acercaba a Mare. Mientras estaba de pie delante del chico, que estaba petrificado y preguntándose si sería regañado, en vez de eso, Ainz le acariciaba suavemente su cabeza. Fue un gesto áspero, pero amable.

“A-Ainz-sama…”

“Gracias, Mare. Tus palabras siempre me hacen feliz.”

No reveló la vergüenza de Suzuki Satoru.

“Siempre he sentido que tengo que dar las gracias a mis compañeros.”

“¿Los otros seres supremos?”

Ainz se arrodillaba para mirar a Mare, de ojo a ojo.

“Eso es correcto. Estoy agradecido con ellos por haber creado esta Gran Tumba de Nazarick y que te hayan creado a ti Mare y a todos los demás. Todos ustedes, evidentemente incluyéndolas Albedo y Sexta.”

Las alas de Albedo se extendían, como si ella estuviera a punto de llegar al clímax. Además, la sirvienta que repentinamente era nombrada se veía como si no supiera qué hacer. Ella era usualmente tranquila y serena pero este lado que mostraba hacía que Ainz se riera de buena gana.

“Todos ustedes son mis tesoros.”

Ainz levantaba a Mare, como si estuviera permitiéndole que suba a sus hombros.

“Incluso no quiero entregarte a Bukubukuchagama-san.”

“Me siento honrado, Ainz-sama.”

Sexta, quien agradecía a Ainz en nombre de Mare, tenía lágrimas de alegría que fluían por su rostro.

“En nombre de Nazarick, le doy las gracias por permanecer aquí con nosotros, de todos los seres supremos. Sé que hay muchos casos en los que nosotros lo hemos ofendido y usted encontró nuestras deficiencias. ¡Sé que es de mala educación pedirle esto al creador, pero por favor, permítanos servirle lealmente!”

 ”Lo permitiré. En el pasado, dije algo como esto a Albedo y Demiurge: Yo soy el gobernante de la Gran Tumba de Nazarick y su señor, Ainz Ooal Gown.”

Ainz se sorprendía de que estaba tan cómodo diciendo estas cosas, que no las tenía preparadas. Aunque en cierto modo no era tan sorprendente, ya que todo lo que había hecho era vocalizar lo que realmente sentía.

Mare abrazaba a Ainz y hundía su rostro en el hombro de Ainz. Una calmada voz, en la mente de Ainz, le decía que era algo bueno que él no esté en su atuendo habitual. Una sensación cálida y húmeda venía desde el hombro de su túnica, pero Ainz dejaba llorar a Mare. Después de que el sollozante ruido se calmara un poco Ainz bajaba a Mare al suelo, mientras suavemente le acariciaba su cabeza.

Ainz sacaba un pañuelo de su bolsillo para limpiar la cara de Mare. Puesto que él nunca antes había hecho esto por otra persona terminaba siendo un poco más brusco de lo que esperaba, pero Mare se quedaba parado y dejaba que Ainz haga lo que le parezca.

“Entonces, ve a lavarte la cara, Mare.”

“¿Que-qué hay de Ainz-sama?”

“Hmm. Necesito ir a E-Rantel ahora. Tengo una reunión con el Maestro del Gremio. Lo había rechazado hasta ahora porque era molesto, pero no puedo posponerlo más. Si no…”

Ainz miraba a Albedo, que estaba de pie en silencio. Era difícil saber qué expresión estaba haciendo, porque su larga cabellera cubría su cara. Pero el hecho de que ella estaba temblando ligeramente, hacía que Ainz se asustara. Se parecía a un volcán lleno de furia justo antes de la erupción.

“¿Qué pasa, Albedo?”

En ese momento…

“…Ku. ¡Ha!”

El campo de visión de Ainz repentinamente se movía y él sentía que algo golpeaba su espalda.

Eso no le dolía ya que Ainz sólo tomaría daño de algo con propiedades mágicas. Esto solo fue un suave choque, lo suficiente como para indicarle que algo había golpeado su espalda, pero nada de eso estaba cerca de ser doloroso. Sin embargo, la reacción del lado humano de Ainz le hacía parpadear por un momento sus ojos sin párpados.

La situación era tan repentina que Ainz no podía pensar con claridad por un momento. Como su mente de no-muerto era inmune a la confusión, debía haber sido Suzuki Satoru el que estaba nervioso.

“Mm, umm.”

Cuando abría sus ojos, los Eight Edge Assasins venían a su vista. Ainz comprendía que estaba tendido de alguna manera en el suelo y trataba de levantarse, pero apenas podía moverse, a causa de que algo suave y misterioso lo mantenía presionado.

¿Cómo es esto posible? Yo tengo resistencia a la obstaculización y otros ítems que inhiben los movimientos de restricción. En el momento en que fui completamente inmovilizado, debí haber sido liberado… Esto significa que el oponente tiene un elevado nivel de habilidad de restricción!

Ainz miraba a la criatura que estaba tratando de mantenerlo inmóvil y confirmaba que se trataba de Albedo, como lo había sospechado.

“¡Ainz-samaaaaa!”

Después de lanzarse sobre Ainz, entre sus dos piernas y montándolo con firmeza, Albedo levantaba la parte superior de su cuerpo.

“¿Q-qué es esto? ¡¿Qué pasa?!”

“¡Yo no necesito… mantenerlo más, bien!”

Albedo abría ampliamente sus ojos. Sus pupilas parecían dividir sus apartados iris dorados, dándole a Ainz una sensación escalofriante por su espalda.

“¡¿Q-qué estás hablando?!”

Ainz entraba en pánico, pero Albedo lo ignoraba y ponía sus manos en su vestido, cerrando los dedos alrededor de la abertura de su escote. Con un gruñido de “Hmph!” Ella trataba de rasgar su vestido, pero el material no cedía. ( ͡͡ ° ͜ʖ ͡ °)

“La ropa mágica es molesta. Debería usar un ítem con habilidad de destrucción o simplemente quitármelo normalmente.”

“Debes contenerte a ti misma, Albedo. ¡Bájate de mí en este mismo instante!”

Ainz trataba de empujarla por la fuerza, pero el oponente era una guerrera de nivel 100. Además, él no podía usar su fuerza porque estaba agarrando algo extremadamente suave al tratar de empujarla. Las manos de Albedo cedían y trataban de abrir la túnica de Ainz.

“¡No trates de quitarme la ropa! ¡No muevas tus caderas! Oi!” ( ͡͡ ° ͜ʖ ͡ °)

“Ah. Awawawawawawa…”

“¡Esto es su culpa, Ainz-sama! Yo me contuve hasta este momento, pero usted empezaba a decir cosas como esas ¡Y ya no pude contenerme más! ¡Todo es culpa de Ainz-sama! ¡Sólo necesito un poco! ¡Solo un poco! En realidad ¡Un poco! Por favor ¡Deme un poco de su aprobación! Esto acabará en el momento en que usted haya terminado de contar el número de los Eight Edge Assasins en el techo!”

Si Albedo hubiera mencionado que esto era culpa de Ainz por haber cambiado su configuración él habría perdido toda voluntad de resistencia. Sin embargo, Albedo parecía que estaba a punto de devorar por completo a Ainz y el miedo de ser comido, como una presa acorralada por un depredador, anulaba la culpabilidad de Ainz y él forcejeaba contra ella.

Por último, sus subordinados, que estaban confundidos por esta situación repentina, entraban en acción.

“¡Albedo-sama ha perdido la cabeza!”

“¡Albedo-sama ha perdido la cabeza!”

Los Eight Edge Assasins saltaban del techo simultáneamente.

“¡Quítenla de Ainz-sama! ¡No, no! ¡No intenten contenerla con habilidades! ¡Sólo conseguirán ser canceladas! ¡Utilicen su fuerza!”

“¡Es demasiado! ¡Para ser tan fuerte, de hecho que es la Supervisora de los Guardianes! ¡Mare-sama, ayúdanos!”

“¡…Awawa! s, sí!”

Ainz arreglaba su ropa después de haber sido finalmente liberado y señalaba a Albedo, que estaba siendo sostenida por las cuatro extremidades por los Eight Edge Assasins.

“Albedo, no se te permitirá salir por tres días”

Los Egiht Edge Assasins arrastraban a Albedo fuera de la habitación.

“U-uh, Ainz-sama… ¿Está bien?”

“Estoy bien… Pero, ¿Cuándo Albedo se volvió tan rara? ¿Ha comido algo mal…? Los demonios no necesitan comer, pero no debería ser un problema con la comida… ¿verdad?”

Mare miraba hacia otro lado, cuando Ainz hacía la pregunta.

“Bueno… supongo, eh, mmm, esto habrá ocurrido por ella. Albedo debe estar bajo mucho estrés por el trabajo.”

Ainz se levantaba del lugar donde había sido sometido por Albedo y llamaba a la sirvienta. Para recuperar su dignidad, hablaba con la voz más elegante que podía manejar.

“…¡Dile a Narberal y a Hamsuke que se preparen. Es hora de ir a E-Rantel”.