Overlord

Volumen 8: Los Dos Líderes

Historia 1 (1/2): Los Turbulentos y Agitados Días de Enri

Parte 3

 

 

Enri se ponía delante del Gran Bosque de Tob. Por supuesto, ella no estaba sola. A su lado estaban los miembros reunidos de la Tropa goblin.

Los goblins estaban equipados con cotas de malla, escudos redondos y machetes robustos, que colgaban de sus cinturones. Vestían túnicas de color marrón bajo su armadura y botas de cuero con pelo en los pies. En el cinturón llevaban bolsas para artículos pequeños. No se podía decir que estaban equipados insuficientemente.

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Los goblins totalmente armados hacían sus comprobaciones finales de su equipo personal. Ellos reponían sus odres y se aseguraban que sus machetes estuvieran en buenas condiciónes.

Todo el mundo estaba bien orientado, pero llevaban poco equipaje. Eso fue porque el plan era completar rápidamente su trabajo y no montar una larga expedición en el bosque.

No todos en la tropa eran asignados a la protección de Enri. Su objetivo era explorar a fondo la zona y comprobar la veracidad de la información que los jinetes de lobo goblins habían recogido. Es decir, tenían que observar cuidadosamente la situación actual en el Gran Bosque. Con el fin de proteger la aldea, los goblins habían decidido explorar sus alrededores y el interior del bosque.

Sólo tres goblins acompañarían a Enri.

Ellos y una persona más: Nfirea.


Había hecho sus preparativos también, vestido con ropa adecuada para la recogida de hierbas en un bosque. Con Nfirea alrededor, el viaje de recolección de hierbas sin duda sería un éxito.

Tal vez había sentido a Enri mirarlo, él se dabao la vuelta, preguntando:

“¿Qué pasa?”

Aunque Enri había ondeado las manos como diciendo “nada, nada,” uno de los goblins de los alrededores se daba cuenta y se acercaba más al lado de Enri.

Él era un goblin cuyo cuerpo era tan musculoso y atlético que sería difícil no distinguirlo a pensar que era un goblin. Su torso estaba protegido por un pectoral y llevaba una gran espada que tenía enfundada en su espalda.

Este era Jugem, el líder de los goblins, nombrado así por un cuento de hadas llamado “Jugem Juugem”. Junto a él había otros jinetes acompañados del resto de goblins.

“No, debe haber nada malo … ¿Qué te pasa Enri?”

“No, en serio ¡está bien! Yo estaba mirándolo a él.”

“Está bien. Después de todo, una vez que estás en el bosque, se puede perder la vida durante incluso un pequeño momento. Si pasa algo malo, dímelo.”

“Así es, Onee-san. Al igual que acordamos antes, todos estamos explorando el bosque, por lo que si pasa algo y no podemos llegar a tiempo… estaremos bien.”

La cara brutal de Jugem se contorsionaba con lo que parecía una expresión de preocupación y miraba a la cara de Enri. Viendo eso, Enri sonreía y le respondía.

“Está bien. No vamos a ir demasiado profundo en el bosque y protéjanme por favor.”

“Es bueno escuchar eso…”

Jugem seguía la línea de visión de Enri que conducía a los tres duendes por delante de ellos. Entonces gritaba.

“¡Oigan! ¡Ustedes punks! Será mejor que ni siquiera tenga un rasguño Onee-san. ¿Entendido?”

“¡Entendido!”

Los tres duendes, Gokoh, Kaijali y Unlai, respondían con un fuerte grito.

“Y Onee-san, vamos a cuidar de ti. ¿Verdad?”

Enri de repente notaba que Kaijali, sin razón aparente, estaba flexionando sus músculos.

“¿Quieres decir que debería tomar el relevo aquí? … ¡Kah! ¡Claro! ¡Puedes contar conmigo para proteger a Enri!”

Por un momento, Enri miraba a Nfirea quien mostraba sus dientes brillantes. El irradiaba confianza en sí mismo a través de su sonrisa. Su actitud era ahora muy diferente de la habitual y para ser sincera se sentía mal. Sin embargo, eso era probablemente sólo por su entusiasmo por entrar en el bosque.

Al igual que si fuera un niño pequeño, Enri sonreía, sintiéndose como si ella era su hermana mayor.

“Gracias, Nfirea. Cuento contigo.”

Extraño, ¿que está haciendo un cofre ahí…? ¿Qué hay con eso?

“Ahhh, eso es nuevo … oh, para hoy, he preparado un montón de objetos alquímicos que he hecho yo mismo ¡Así que déjamelo a mí!”

Después de ver la segunda sonrisa brillante de Nfirea, la sonrisa de Enri decaía.

“Uh … mm. ¿Tu vas a usar eso?”

“Ah, bueno, si algo pasa… aunque. Honestamente hablando, aunque estemos haciendo este trabajo peligroso, esto …”

Jugem volvía a mirar a Enri, mostrándole una expresión agria. Enri estaba empezando a sentirse un poco molesta después de escuchar esta pregunta de nuevo, después de haberla contestado tantas veces, ya que ellos sólo estaban preocupados por ella, ella no sólo podía ignorarlos.

“Eso puede ser cierto, pero el hecho es que sin las hierbas no podemos conseguir el dinero…”

“¿Qué hay de pieles de animales? Podemos conseguir eso.”

“Esa no es una mala idea, pero las hierbas son más valiosas.”

Las pieles de animales y plantas medicinales estaban en diferentes categorías de precios. La diferencia era comparable a la que existe entre los cielos y la tierra. Por supuesto, algunos animales especialmente raros tenían pieles que valían una fortuna, pero eran pocos y distantes entre sí.

“Si Onee-san. Podríamos compartir…”

“Estamos combinando las cuentas de los Bareares y la de nosotros mismos. Trabajamos juntos y dividimos los beneficios. No podemos tomar todo por nosotros mismos.”

Ayudándose unos a otros en situaciones difíciles era una piedra angular en la vida del pueblo y como tal, sólo se esperaba que el 80% de sus ingresos se destinara para el beneficio de la comunidad. Esta era también la razón por la que hogares codiciosos y egoístas no podían establecerse en el pueblo, porque tal comportamiento no se permitiría. La autosuficiencia era un requisito estricto.

Ellos dos comenzaban a mirar de lejos a Nfirea, que estaba en silencio diciendo:

“Kaijali-san, por favor cambia ese estado de ánimo y deja de hacer esas poses extrañas.”

Jugem estaba bastante nervioso. Sabía que no podía dejar que Enri entre en el Gran Bosque.

Aunque Enri no quería hacer las cosas difíciles para Jugem y los demás que se preocupaban por ella, ella no había cambiado su plan original.

Después de todo, ella había decidido aventurarse en el bosque a pesar de conocer sus peligros porque había oído a Jugem decir:

“No podemos reparar nuestros equipos.”

Piedras de afilar ayudan, por supuesto pero la reparación de armas de metal requiere los servicios de un herrero profesional. Lo que significaba que un peligro sutil amenazaba a todos los goblins. Si su equipo se deterioraba, significaría que sus vidas estarían en peligro. El mantenimiento de su equipo de batalla era esencial.

¿Qué podía hacer por ellos, que se habían comprometido con sus vidas para protegerla? Ella no podía esconderse y disfrutar de los frutos de su trabajo. Justo cuando lo habían dado todo por ella, ella también tenía que hacer todo lo posible para ellos. Esa era la decisión de Enri.

Los goblins no eran los guardaespaldas de Enri, eran protectores de la aldea. Si ella decidía seguir en ese momento, ella probablemente podría extorsionar el dinero necesario para equipar a los goblins y ayudar a los aldeanos. Sin embargo, Enri decidía renunciar a esa idea.

No importaba qué, Enri simplemente estaba tratando de pagar el servicio de los goblins a través de sus propios esfuerzos. Esta expedición era la prueba de ello.

“Normalmente, lo más seguro que deberíamos hacer sería confirmar que la zona este libre de peligro antes de ir en …”

Interrumpiendo por atrás, estaba el mago goblin, Dyno.

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Era un hechicero arcano que llevaba un cráneo humanoide parecido a un casco.

En verdad era un personal que era aún más alto que ella. Vestía algún tipo de traje exótico en todo el cuerpo. Su rostro parecía más suave que las de los goblins guerreros. Enri podía reconocer esto porque ella había pasado mucho tiempo con los goblins, pero la gente normal, probablemente no sería capaz de reconocer esos detalles.

“Sin embargo, no se puede confirmar que el bosque sea seguro, ¿verdad?”

“Mm, eso es correcto. Lamentablemente, no podemos hacer eso. Lo mejor que podemos hacer es confirmar que el bosque parece tranquilo, pero incluso eso necesita tiempo. Y no podremos saber cuándo podrá pasar algo.”

Si pasaba algo, ellos podían perder la oportunidad de recoger las hierbas deseadas. Después de escuchar las palabras de Dyno, una firme convicción aparecía en sus ojos y ella respondía.

“Estaremos bien, no vamos a ir demasiado profundo.”

Después de escuchar esas palabras, Jugem se daba cuenta de que no podía cambiar la mente de Enri. En cambio, miraba a los tres goblins que viajarían con ella. Las instrucciones que les daba eran las mismas que las que les había indicado a ellos anteriormente.

“No vamos a ser capaces de proteger a Onee-san, por lo tanto ustedes van a tener que hacerlo por nosotros. ¡Será mejor que se mantengan a salvo! ¡Y a Onee-san también!”

“¡Entendemos!”

“Sería más seguro si fuéramos todos juntos como de costumbre. La división de nuestra fuerza de combate no es muy buena idea.”

Dyno murmuraba en voz baja.

“Si pasara algo, entonces estaríamos obligados a reaccionar ante el enemigo, ¿verdad?”

“Eso es correcto. Si alguno de los monstruos que vienen a la aldea decide establecerse en el bosque, deshacerse de ellos para siempre sería extremadamente problemático. Una vez que construyen un nido, nunca se van. Incluso si los expulsamos, sé que volverán después.”

Dado que el equilibrio de poder en el bosque había cambiado, reconocían que el Gran Bosque – especialmente en la zona que rodea el pueblo – era crítica.

Este era el primer paso. El próximo paso era entender que el peligro era muy grande. Como tal, sólo podían organizar a tres personas para ser escoltas de Enri.

“Bien. Pues bien. ¡Vamos a irnos! ¡Cuando terminen reúnanse aquí con Onee-san!”

En respuesta a la llamada de Jugem, la tropa goblin gritaba con valor.

♦ ♦ ♦

 

 

El interior del Gran Bosque.

Aunque sólo habían caminado unos 150 metros, la temperatura había descendido varios grados. Esto era simplemente porque no había luz del sol aquí. Dicho esto, el interior no estaba completamente a oscuras y Enri todavía podía ver lo que estaba sucediendo a su alrededor. De esta manera, Enri y los otros cuatro miembros del equipo avanzaban hacia el interior del bosque.

Por el momento, el bosque estaba dominado por el silencio. Aparte del suave sonido de las ramas de los árboles que se mecían y los gritos ocasionales de aves, no había nada más. Los pasos de Enri y sus compañeros hacían eco. El otro equipo dirigido por Jugem ya había avanzado más hacia lo profundo del bosque y ya no podían escucharlos.

Enri y compañía hacían una formación más o menos triangular a medida que avanzaban hacia el interior del bosque. En el centro de la formación iban Enri y Nfirea.

Era muy difícil mantener una amplia formación en el bosque. Normalmente, habrían ido solo los goblins, pero con el fin de protegerlos, los goblins habían insistido en hacer las cosas de esa manera. Como resultado perdían velocidad, pero de esta manera era más seguro.

A medida que avanzaban hacia el interior, a lo más profundo, Nfirea comenzaba a mirar hacia arriba y hacia el norte.

Estaba buscando el tesoro durmiendo en la espesura del bosque…hierbas medicinales.

Enri no era una principiante en la recolección de hierbas. Como una chica de su edad ella conocía todo acerca de las hierbas que podían tomarse por vía oral o que podían ser aplicadas en una zona afectada o las hierbas comunes utilizadas como ingredientes para pociones. Sin embargo, en este campo estaba completamente superada por Nfirea. El no sólo estaba completamente familiarizado con las hierbas medicinales, incluso sabía cuáles eran útiles como base para compuestos alquímicos.

“¿Has encontrado algunas hierbas raras?”

De todas las preguntas que Enri formulaba esta parecía la que había estado esperando. Los goblins los rodeaban y tomaban sus posiciones.

¿Un doble bíceps flex de nuevo… es que es la última tendencia o qué entre ellos?

Enri inclinaba su cabeza y no se daba cuenta de la leve expresión de molestia en el rostro de Nfirea.

“Por favor paren de posar… ¿es malo no tener valor? Entonces, ¿hay un musgo marrón por allí?”

Al final resultaba que había un musgo marrón que crecía donde Nfirea había señalado.

“Eso es Bebeyamokugoke. Mezclar un poco con una poción de curación y va a mejorar un poco sus efectos.”

“¡Oh! ¿En serio? Pensé que era sólo un simple musgo y lo ignoré. Si Nfirea no hubiera estado probablemente lo habría ignorado por completo. Como era de esperar de Nfirea.”

“Realmente, es bastante increíble Onee-san. ¿Vale la pena?”

“Vale un poco de dinero … ah, espera. No los recojas aún. Enri me estaba diciendo que más adelante podíamos encontrar cosas que valgan la pena. Si no podemos encontrar, entonces las recogeremos a éstas en el camino de regreso.”

“Ya veo.”

“Lo entendemos.”

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“Hablando de eso, Onee-san, este bosque debe ser como un tesoro, ya que es tan fácil de hacer riquezas., Ah ~ con Onee-san me siento mucho más a gusto.”

“Este tipo de cosas…”

La actitud de los goblins alrededor cambiaba.

“Sí, hm, bueno, en realidad podría ser así. Una cosa es segura, la gente que viaja conmigo no la van a tener difícil. Estoy bastante seguro de eso.”

“Mmm. Nfirea definitivamente puede lograrlo.”

Un humor embarazoso fluía a través del bosque dormido.

“Entonces, Onee-san, ¿eso es todo?”

“¿Hmmm? Kaijali-san, ¿a qué te refieres?”

“¿Hmm? No, en realidad, nada … ah … ahora que lo pienso bien, hay una pregunta que me olvidé de hacer.”

¿Qué clase de hierbas estás buscando?”

“¿No se los dije? Es una hierba llamada Enkaishi. Después vamos a dejar que Nemu se las lleve para que las pueda moler.”

“Ah, así que eso es lo que buscas. Lo tengo. Aunque, incluso si nos lo describes a nosotros, no vamos a ser capaces de ver la diferencia. Entonces, mejor vamos a seguir avanzando.”

Paso a paso, se aventuraban más dentro del bosque. A medida que caminaban, sus narices comenzaban a sentir picazón del grueso aroma de la fragancia del bosque.

No había ni rastro de la actividad humana aquí. Inmerso en este lugar, Nfirea se sentía como si estuviera en un mundo donde los seres humanos eran débiles y pequeños. Luego, abría la boca para hablar.

“Vamos a empezar mirando por aquí. Estamos buscando lugares con mucha sombra y humedad … ¿existen fuentes de agua cerca? Esta hierba crece cerca de ellos. No hay señales de actividad de los monstruo por aquí, lo que es un golpe de suerte.”

Con su vasta experiencia como herbolario, era poco probable que Nfirea cometiera un error .. Los goblins y Enri respondían aprobándolo.

El grupo ponía sus cosas en el piso y la carga sobre ellos disminuía considerablemente.

“Ahhh … Onee-san, ¿podrías ir a dar a Nfirea una mano?”

“Ah, sí, es cierto. Nfirea debe tener las manos llenas de tantas hierbas recogidas por el mismo.”

Enri se acercaba donde Nfirea había dejado su equipaje y le ayudaba en sus labores.

“Gracias, Enri.”

“No hay problema, Nfirea. Aunque, ahora que lo pienso, todo este equipo especial es increíble. Tú necesitas tantas cosas …”

Por el rabillo de sus ojos, Enri podía ver a los goblins asintiendo con un “muy bueno”, sin decir palabras. Aunque ella se sorprendía del por qué estaban tan contentos, Ella al final decidía que estaban haciendo eso porque estaban haciendo su trabajo.

“¡Entonces, vamos a empezar la búsqueda!”

Con un sonido bajo “¡Oh!” para reducir el ruido, comenzaban de inmediato. Los goblins miraban el perímetro, mientras que Enri y Nfirea comenzaban a reunir las hierbas.

Enri se había preparado para el trabajo que iba a ser difícil y pensaba que les iba a tomar bastante tiempo, pero eran afortunados y pronto se encontraban con la planta Enkaishi. Las hojas densas crecían en las grietas de los troncos de los árboles.

“Es por ahí. Encontramos donde crecen casi de forma inmediata. Es como pensaba, es mejor cuando estoy con Nfirea.”

“No, no es nada de eso. Tenemos suerte de que lo encontramos en una zona desierta. Si hubiera pistas de haber monstruos cerca, sería bastante más difícil.”

Para los dos humanos, la gran cantidad de hierbas, era exactamente como un tesoro en sí mismo, era similar a una pequeña montaña de monedas. Enri luchaba desesperadamente por su deseo que ardía en su corazón. Este lugar era peligroso, ella ponía su avaricia a un lado y trabajaba para completar el trabajo de manera rápida.

A continuación, Enri se arrodillaba y empezaba a arrancar las hierbas desde la raíz ocupándose de retirarlas bien.

El valor medicinal del Enkaishi residía en sus raíces. Ellos no podían simplemente tirar de las raíces de manera brusca. Hierbas como estas eran increíblemente resistentes y crecerían de nuevo, siempre y cuando las raíces se mantuvieran. Era una lástima, pero si agotaban este lugar de hierbas por la sobreexplotación, sería como matar a la gallina de los huevos de oro.

Un olor fuerte quemaba la nariz mientras cosechaban, pero ya estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, el olor no era óbice para su trabajo. En comparación a la casa de Nfirea, este olor era como el cielo.

Arrancaban las hierbas tallo por tallo, mientras celebraban la cosecha y las ponían bajo los brazos para evitar el aplastamiento por accidente y luego con cuidado lo colocaban en la bolsa. Si los goblins vinieran a ayudar, probablemente deberían terminar más rápido, pero estaban demasiado ocupados vigilando su entorno. Enri no era tan tonta como para sacarlos de su deber de centinela para ayudarlos.

En comparación, los métodos de recolección de Nfirea eran como poesía en movimiento. Rápidamente las sacaba de la tierra y sin pausas, de tal manera que no dañaba las plantas. Esta técnica podía incluso impresionar a compañeros de profesión en su campo.

Enri en silencio observaba a Nfirea, que estaba mirando a las hierbas con una expresión diligente en su rostro. La cara que se había vuelto tan familiar parecía de otra persona ante ella.

… Era un hombre ahora.

“…¿Qué pasa?”

Nfirea de repente levantaba la cabeza. Él debía de haber percibido que Enri se había detenido en la tarea que estaba ejecutando.

Aunque ella no había hecho nada, Enri bajaba la cabeza avergonzada.

“Ah, creo que Nfirea es increíble …”

“¿De Verdad? Yo no creo ser tan bueno. Yo sólo soy un aficionado del momento de la herbolaria. Mi actual nivel es básicamente promedio.”

“…¿Es asi?”

“Supongo.”

La conversación terminaba así y el tiempo pasaba lento, el tamaño de sus mochilas crecía debido a las hierbas. Después de llenar un poco más de la mitad de sus paquetes, los goblins agachados se acercaban junto a ellos dos, como si buscaran un lugar para esconderse.

Al ver la cara de sorpresa de Enri, Kaijali daba en silencio una señal con la mano. Esta era una emergencia. Enri, lo entendía, así que aguzaba sus oídos. Desde la distancia se oía el sonido de plantas que estaban siendo pisoteadas.

“Eso es…”

“Algo está viniendo. Está acercándose a nosotros… o más bien, está avanzando y lo más probable es que va a terminar aquí, así que tenemos que salir de aquí rápido.”

“… Entonces, ¿no vamos a utilizar los señuelos?”

“Así es, Onee-san. Es mejor si no tenemos que usar esos. Se siente como que las cosas van a ir mal si lo hacemos. Ahora vámonos.”

Los cinco comenzaban a alejarse de la dirección de donde provenía el sonido, escondiéndose en la sombra de un árbol cercano. Ellos no iban más allá, ya que no querían hacer ruido en la vegetación cercana. Si la otra parte estaba avanzando hacia adelante, no había necesidad de correr el riesgo de descubrirse a sí mismos.

Dado que el árbol no era muy grande, no podía ocultar a todos ellos. Lo más que podían hacer era agacharse en sus raíces y esperar.

Así, los cinco contenían sus respiraciones y esperaban que la fuente del sonido se dirigiera en otra dirección. Pero, por desgracia, esto no ocurría y la figura haciendo el ruido finalmente entraba en el campo de visión de Enri.

“¡¿Eh?!”

Un pequeño grito de sorpresa se escapaba de la boca de Enri.

Lo que veían era un pequeño goblin.

Su cuerpo estaba cubierto de pequeñas heridas que sangraban profundamente. Su respiración era rápida y desigual y el olor de su sangre y el sudor se extendían por toda la zona.

A pesar de que los goblins eran más pequeños que los humanos, este era pequeño incluso para los goblins.

Habiéndolo observado con más detalle, Enri y los goblin llegaban a la misma respuesta.

“Es un niño.”

El niño goblin miraba con temor en la dirección de donde había venido. Había escuchado los pisoteos en la vida vegetal de lo que lo seguía a su espalda. Dado el aspecto de las cosas, se veía que él estaba siendo cazado.

Frenéticamente, el pequeño goblin movía sus pies en forma espasmódica y se escondía en un árbol, Enri estaba cubierta en una sombra de un árbol.

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“Oye…”

“…No hables.”

Gokoh ni siquiera había mirado a Enri cuando la interrumpía. Sus ojos implacables estaban fijos en la dirección donde el niño había venido.

Poco más de diez segundos más tarde, el cazador se revelaba.

Era una enorme bestia mágica que se asemejaba a un lobo negro. La razón por la que podían decir al instante que no era ningún lobo ordinario era a causa de la cadena envuelta alrededor de su cuerpo. La cadena de serpiente no obstaculizaba sus movimientos en absoluto, como si se tratara de una mera ilusión. Y dos cuernos sobresalían de su cabeza.

Nfirea murmuraba el nombre de la bestia para sí mismo.

“Barghest…”

A pesar de que no podía haberlo oído responder, el barghest ladraba como un perro. Entonces…su rostro se contraía. Tenía una sonrisa maligna que no pertenecía a una mera bestia. Lentamente miraba a su alrededor y sus ojos se posaban en el árbol donde el niño duende se había escondido.

La bestia se acercaba, el barghest tenía el sentido del olfato de un sabueso. No había manera de que no pudiera olfatear al niño duende que había sangrado mucho hasta aquí.

Dado el aspecto de las cosas, la razón por la que el niño goblin había logrado llegar hasta aquí no era porque él podía resistir al barghest. Más bien era porque el barghest era una criatura sádica o tal vez porque era un cazador que le gustaba jugar con su comida.

De repente, el barghest dejaba de moverse, mostrando la sorpresa en su rostro. Se quedaba mirando al lugar donde se habían reunido las hierbas.

Ah…

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Enri giraba su cara hacia atrás para ver al animal. Los otros rápidamente seguían el ejemplo.

Detrás del tronco del árbol.

Enri abría las manos. Su piel era verde y salpicada con trozos sueltos de materia vegetal. A su lado, Nfirea hacía lo mismo.

La savia y los jugos de las hierbas que cortamos…

Esta era el mismo tipo de pasta con la que Nemu se empapaba, cuando molía las hierbas. Aunque las personas con narices entumecidas (como ellos) no podían olerlo, el hedor potente todavía flotaba en el aire. Su corazón se aceleraba y Enri pensaba que estaban en problemas.

“¿Empezó a moverse? … ¿Viene hacia acá? No, no se ha dado cuenta, ¿verdad?”

Unlai, tenía la oreja contra el árbol para poder escuchar y hacía una seña con su mano.

“… ¿Me estás diciendo que no puede utilizar su sentido del olfato?”

“¿Qué quieres decir, Onee-san? ¿El monstruo tiene la nariz muy sensible…?”

“Es por eso.”

Decía Nfirea cuando lo explicaba él mismo.

El punto clave es que, ya que tenía un sentido del olfato muy sensible, el hedor flotante en esta área era particularmente eficaz en contra de él. El barghest había confundido el olor de las manos de Enri y las bolsas que tenían las hierbas ya cosechadas. Eran aún mejor. El fuerte olor había encubierto el olor de ellos.

También era posible que el barghest había perdido el aroma del niño gracias al hedor de las hierbas.

Aunque el poderoso hedor estaba en todas partes, si huían a toda prisa, el aire sería desplazado desde donde huían y podía atrapar la atención del barghest.

“Entonces, vamos a usar al niño como una carnada y salimos de aquí. No sabemos qué tan fuerte es este barghest y la participación sin conocimiento previo sería demasiado arriesgado.”

Eran palabras frías y Enri miraba a la cara de Gokoh.

Sin embargo, estas palabras eran lógicas. Los goblins ponían la seguridad personal de Enri como su principal prioridad. Con esto en mente, era de esperarse que evitaran el combate con esa bestia mágica. Ellos debían sacrificar a uno de su propia especie sin pensarlo dos veces.

Las palabras que él decía, a juzgar por su convicción, no se equivocaban en lo absoluto.

Sin embargo, Enri odiaba este tipo de cosas. Incluso si se trataba de un ser de una especie diferente, no ayudar a alguien que podía necesitar ayuda sería deshonrarse a sí misma como un ser humano.

Posiblemente si no hubiera sido una chica de un pueblo tonto, la cual nunca había conocido un ataque goblin y carecía de una sensación de peligro, ella podía no haber pensado de esa manera.

Enri miraba a su alrededor en dirección a los demás. El resto conocía el deseo de Enri. Ellos simplemente no querían decirlo. Después de eso, Enri miraba a Nfirea.

” Nfirea…”

“Haa… Te ayudaré. Quién sabe, ese niño goblin podía convertirse en una valiosa fuente de información. Si no sabemos por qué huía, puede llegar a causar peligro para el pueblo.”

Los duendes fruncían las cejas.

“¿Hay alguna posibilidad de que pudiéramos perder?”

“Ciertamente. Pero si eso es un barghest, estamos de suerte. Esta bestia es más pequeña que un barghest normal. Pero a partir de lo que vemos, de las cadenas y el tamaño de sus cuernos, no creo que sea de ese tipo. Si es un barghest inferior, estamos seguros de ganar.”

“Espera un minuto. Onee-san te vas a quedar aquí, ¿verdad? Usted debe evitar el peligro.”

Ella sabía que lo que estaba diciendo era sólo para satisfacer su ego y sus palabras necias pondrían en peligro no sólo a ella, sino a los demás a su alrededor. Pero aun así, Enri todavía abría la boca para hablar.

“… Si abandonamos a alguien que podríamos haber salvado, sería tan malo como atormentarlo nosotros mismos. Yo no quiero ser como esas personas que hacen daño a los débiles. ¡Por favor!”

Kaijali, que había estado observando la expresión sincera de Enri, suspiraba en señal de derrota. Al mismo tiempo, la extraña cadena del monstruo sonaba. Podían escuchar claramente el sonido de la risa burlona en su interior. En respuesta llegaba un gemido lastimero del niño goblin.

No había más tiempo para la confusión o el debate.

“No se puede evitar. ¡Ayúdenlo, muchachos!”

Los goblins tomaban la iniciativa de saltar al ataque, seguidos de Nfirea.

Enri sentía un dolor terrible, desgarrador en su corazón mientras veía a los guerreros que iban a la batalla para cumplir sus deseos.

Lo único que podía hacer era verlos desde atrás.

Entonces, Enri pensaba. Por lo menos debería quedarme aquí y ver qué pasaba, sin dejar de perder la concentración ni por un solo momento.

Los cuatro que habían saltado veían al barghest presionando al niño goblin por debajo de ella. El niño duende lucía nuevas heridas pero no estaba muerto todavía, porque el barghest tenía la mala costumbre de jugar con su presa.

Los movimientos del Barghest se detenían y miraban al grupo de personas que habían saltado y luego al niño goblin. Tal vez tenía miedo de que su presa lo había llevado a una trampa.

“Hey hey, vamos chico.”

Decía Unlai, señalándose a sí mismo con el pulgar.

“¿Quieres jugar? Voy a jugar contigo. Vamos.”

El barghest gruñía, lleno de furia.

De una manera natural, Kaijali sacaba el machete de su cintura. Los otros goblins hacían lo mismo.

“No hay necesidad de pensar tanto. Te voy a enseñar a ti perro viejo, un par de nuevos trucos. ¿Qué tal si empezamos con “el muerto”?”

“¡Ashaaaa!”

Como respuesta a las burlas de los goblins, el barghest apretaba al niño goblin que estaba pisando y dejaba escapar un gruñido enojado.

A pesar de que no podía hablar, sus acciones mostraban sus intenciones claras. Hacían un movimiento y mataba al mocoso. Sin embargo…

“¡Muy bien! ¡Vamos, hay que matarlo!”

Los tres goblins ignoraban la burla del barghest y salían gruñendo en señal de ataque.

Esta respuesta inesperada creaba confusión a los ojos del barghest.

El barghest no podía saber si los goblins que habían aparecido tenían la intención de salvar al niño duende. Ellos sólo estaban aquí por el deseo de Enri y su actitud era “siempre y cuando tratemos de salvarlo, es suficiente.”

Dado que se habían mostrado dispuestos a una confrontación, si no mataban al barghest, su preciosa Enri podría salir lastimada. Debido a eso, necesitaban acabar con el barghest a la brevedad. Aunque el niño goblin fuera asesinado, en caso de que desperdiciara la primera acción de su oponente y dejar que ellos tomaran la iniciativa, a continuación, los goblins con mucho gusto dejarían morir al niño.

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Viéndose reflejado en las hojas de tres machetes, el barghest comprendía que no podía usar el rehén en contra de ellos y dejaba de moverse. Estaba confundido en cuanto a si debía o no matar al niño que estaba en el piso.

Tomar su vida sería fácil. Se habría ido con un solo bocado. Sin embargo, si lo hacía, no había duda de que sería cortado en pedazos por las armas de sus enemigos.

La amenaza a su vida conducía al barghest hacia una decisión. No tenía alternativa.

Ignorando al niño goblin, el barghest saltaba hacia los goblins para completar su ataque.

Un barghest era más pesado que un goblin. El barghest esperaba fijar a sus enemigos debajo de sí mismo y acabar con todos ellos, al arrancarles las gargantas con sus colmillos.

Sin embargo, esta era una mala elección.

Los goblins dirigiéndose hacia el fácilmente, desviaban el intento de ataque y al mismo tiempo los otros dos goblins de la izquierda y la derecha cortaban al barghest con sus machetes.

Una de las hojas era desviada por las cadenas del Barghest, pero la otra cortaba su cuerpo, derramando sangre por todas partes.

Al mismo tiempo, un pequeño frasco arrojado hacia el se destrozaba después de golpear la punta de la nariz del barghest.

“¡Shaaaaa!”

El barghest no podía ver nada y su nariz dibujaba un aullido de agonía.

Y en ese momento, tres golpes más de dolor corrían a través de su cuerpo.

Se podía sentir que estaba en problemas observando el brote de sangre. El barghest gemía y con su visión débil y borrosa, hacía su movimiento. Su objetivo era lo primero que había visto…un ser humano.

Sin embargo, el barghest sólo había dado unos pasos cuando sus pies quedaban atrapados en algo debajo de él y no podía moverse.

Mirando hacia abajo, veía que el suelo estaba cubierto de un líquido similar al pegamento. El líquido extraño no era absorbido por la tierra.

“¡El pegamento no durará por mucho tiempo! ¡Mátenlo de un solo golpe!”

En respuesta a la voz del ser humano, los goblins gritaban. Además, el hombre lanzaba un poderoso hechizo en esa dirección.

“¡¡¡SHAAAAAAAA !!!”

El barghest había utilizado toda su fuerza para tratar de sacar los pies del suelo. Aunque sus movimientos eran lentos debido a que sus pies todavía estaban recubiertos con el adhesivo y la suciedad, él todavía era capaz de luchar.

Viendo a los goblinss que se acercaban para atacar de nuevo, el barghest utilizaba su intelecto superior (en comparación con una bestia regular) para aceptar el hecho de que “estos goblins eran enemigos poderosos”.

Reconocía que éstos eran goblins diferentes a los regulares de una manera fundamental…eran enemigos que lo podían matar.

Este barghest sabía tres métodos de ataque. El Goring, perforando a su enemigo con sus cuernos. Morder, golpeando a su enemigo hacia abajo y rastrillando con sus garras. A diferencia de los barghests más fuertes, no tenía ninguna habilidad especial. Pero, en verdad, tenía un as bajo la manga.

Esta táctica podía abandonar por completo la defensa, así el barghest simularía estar condenado. Pero ahora no era el momento de preocuparse para cubrirse la espalda. Tenía que hacer uso completo de lo que podían ser los últimos segundos de su vida.

El barghest aullaba salvajemente, comprobando el avance de los goblins que lo rodeaban.

“¡「 Reforzar Armor 」!”

El hechizo, proyectado por el hombre, hacía que las armaduras de los goblins resplandecieran brillantemente. El barghest entraba en pánico, el pensaba que se trataba de algún tipo de hechizo de mejora, pero los duendes en frente de el simplemente sonreían.

Tal vez los hizo temerarios, pero con su armadura reforzada, los duendes avanzaban como uno. Tal vez se podría llamar un movimiento insensato, pero entonces también se podía decir que era un paso valiente hacia adelante para poner fin rápidamente a lo que podía ser una larga batalla.

Eso era lo que hubiera pasado…si el barghest no los hubiera esperado para hacer uso de su as bajo la manga.

Si un barghest pudiera cambiar sus rasgos faciales tan fácilmente como un ser humano, habría sonreído para sí mismo.

Las cadenas en su cuerpo hacían los sonidos de una serpiente. Entonces, las cadenas de unión del barghest de repente cobraban vida.

Las cadenas gruesas y pesadas comenzaban a girar con una fuerza tremenda.

Overlord Volumen 8 Capítulo 1 Parte 3

 

Era ‘Cyclone Chain’. La habilidad especial que lastimaría gravemente a los goblins, hasta el punto de matarlos por completo.

El barghest estaba dándolo todo. Este era un gran movimiento que sólo podía ser utilizado una vez al día y después de utilizarse las cadenas serían incapaces de usarse como armas durante al menos diez segundos. El riesgo era alto.

El inesperado ataque confundía a los goblins por un segundo. Este era un error fatal. Sin embargo…

“¡Abajo!”

Un trueno cortó el aire antes de que las cadenas los cortaran.

El barghest que había apostado todo en este ataque miraba al otro hombre, que había gritado y producto de la sorpresa sus ojos se abrían desmesuradamente.

Los goblins que debían haber reaccionado demasiado tarde para evadir el ataque, habían caído ágilmente al suelo, como si la voz les hubiera inyectado una buena dosis de vitalidad.

El barghest quedaba mirando al comandante que estaba detrás del hechicero.

Y entonces, las patas delanteras del Barghest y una pierna trasera eran separadas de su cuerpo. Aullaba de dolor. Trataba de recuperar sus cadenas y dejaba al descubierto sus colmillos, en señal de amenaza, pero los goblins no temían a nada de eso.

“Onee-san, no hay necesidad del apoyo con magia. Por motivos de seguridad, sólo hay que poner una alarma en torno a este lugar.”

El barghest, que sabía que ya había perdido, estaba tratando desesperadamente de escapar.

Su cuerpo normalmente ágil ahora era torpe y lento. Eso era lógico teniendo en cuenta que tres de sus cuatro patas estaban ahora cortadas. Aun así, el barghest quería huir con toda su fuerza.

Pero los goblins pensaban lo contrario.

Su Sangre pegajosa cubría la hierba por todas partes y su hedor ahogaba el olor de las plantas.

Los goblins miraban al niño goblin desde donde estaban parados, machetes ensangrentados en la mano, hasta las rodillas, la sangre y las vísceras que desbordaban el cadáver del barghest.

El chico había sido herido gravemente y había perdido la fuerza para huir, pero él todavía obligaba a su cuerpo a levantarse y ponerse en posición vertical contra un árbol.

“Hey, ¿quiénes son ustedes? ¿De qué tribu son?”

Los goblins se miraban, preguntándose cómo responder a las preguntas de un niño que estaba medio asustado y medio sospechoso.

Se miraban los unos a los otros y sin decir palabra discutían la estrategia para qué tipo de actitud produciría los mayores beneficios y qué tipo de información deberían revelar, pero Enri sentía que había asuntos más urgentes que eso.

“Tenemos que cuidar de sus heridas primero. ¿Qué podemos hacer, Nfirea?”

El chico estaba muy mal herido y ya había perdido mucha sangre. Si lo dejaban solo, definitivamente moriría. Aunque Enri no tenía idea de cómo ayudarlo, ella esperaba que su amigo de la infancia sabría qué hacer.

“Las hierbas solo pueden detener la hemorragia, no ayudarán contra la pérdida de sangre. Sin embargo…”

Nfirea comenzaba a hurgar en su bolsa.

“Tengo la poción de curación de nueva creación. Quería dárselo a Gown-san, pero … ¿podrías mostrarme tus heridas?”

Nfirea avanzaba y sacaba la poción de su túnica.

“E..espera, ¿Qué es este líquido de aspecto peligroso? ¿Es veneno?”

La Hostilidad cruzaba el rostro asustado del chico al ver la poción púrpura. Desde el punto de vista de Enri…tal vez incluso el punto de vista Nfirea…esta era una reacción natural. La poción se parecía demasiado a un veneno por lo que no podía bajar su guardia. Sin embargo, los goblins estaban muy molestos por las palabras del niño y de inmediato lo acecharon.

“Oye tu. Onee-san es la que decidió salvarte. Será mejor que cuides bien tus palabras que diriges a las personas que te rescataron. Eso es por tu propio bien.”

El chico volvía a mirar a los cuchillos de los goblins ante él. A pesar de que era sólo un niño, todavía sabía que sería una mala idea enfadar a los goblins en frente de él. Ante esto, el se cobijaba de forma visible, como una marioneta cuyos hilos habían sido cortados.

Enri sentía que sería mejor si no tenían que intimidar al niño, pero ella sabía que los goblins tenían sus propias reglas.

“Yo…yo lo siento mucho.”

“Ah, está bien. No te preocupes.”

Tan pronto el respondía, Nfirea aplicaba la poción en el cuerpo del niño. Las heridas empezaban visiblemente a cerrarse.

“¡Uuuoooh! ¿Qué es esto? ¡El color es tan sospechoso, pero es tan increíble!”

El chico sentía las miradas de los duendes rodeándolo y temblaba.

“Ah … no, yo, ah, gr-graci y-que muy mucho m …”

“Oh, parece que el punky tiene buenos modales, después de todo.”


“Muy bueno. De esta manera, puedo decirle a Gown -san que el experimento se completó sin ningún problema.”

Nfirea miraba a su alrededor, buscando tímidamente la aprobación de los demás. Los goblins asentían

La poción que Nfirea había creado estaba hecha de los materiales proporcionados por el gran hechicero Ainz Ooal Gown, que era el salvador de Villa Carne. No había necesidad de gastar dinero en honorarios de investigación. Incluso les había ofrecido todos los ingredientes necesarios. Con esto en mente, el significado y el valor de la poción que había creado era claramente evidente.

El hecho de que Nfirea había decidido usarlo por su propia cuenta era un problema importante, pero tal vez podía pasarlo como una evaluación práctica de los efectos de la poción.

Si se lo explicaba a Gown-san después de esto, él probablemente lo aprobaba… la experimentación era el principio fundamental de los farmacéuticos, de todos modos.

“¡Tú, tú me usaste como un conejillo de indias!”

El niño abría la boca en estado de shock, mientras Enri y Nfirea sonreían en respuesta. Una reacción como ésta era natural de alguien que no conocía todos los detalles de la situación.

Aunque los dos se reían ante esta reacción, los demás presentes no eran tan indulgente. Los goblins presentes no podían moderar su furia y escupían expresiones como: “¡ese pequeño bastardo!” y así sucesivamente.

Enri levantaba las manos para tratar de calmarlos. Esta reacción era natural en un chico desorientad y debido a que era un niño, no había que reaccionar de forma exagerada.

“Bueno, si Onee-san lo dice … de todos modos, debemos empezar a movernos. ¿Quién sabe si otros monstruos sean atraídos por el olor de la sangre.”

“Y a pesar de que ganamos … Onee-san. Por favor, no hay que hacer este tipo de cosas de nuevo, ¿de acuerdo? Nuestro trabajo es que ustedes estén protegidos.”

“Que desastre. Sin embargo, al oír la voz de Enri, realmente me asustó.”

“… Bueno, es gracias a esa voz que estamos bien. Oye mocoso, es mejor que no te quedes aquí. Tenemos un montón de preguntas para ti y si no quieres volver a casa en pedazos será mejor que contestes con la verdad.”

“Unlai-san …”


“…Onee-San, esto es por el bien del pueblo también… ven aquí, chico.”

El chico se levantaba, lentamente y con mucho esfuerzo. Sus heridas habían sanado, por lo que no deberían impedir su movimiento, pero su resistencia obstinada hacía sus movimientos lentos.

Gokoh, cuyo machete estaba teñido de rojo con la sangre, escupía al suelo.

Enri volvía hacia Nfirea pidiendo ayuda. Sin embargo, en silencio, él se negaba con la cabeza. Cuando se volvía para mirar a los goblins, veía que había furia en sus ojos y con él, la aprobación silenciosa de las acciones de su colega.

“… Onee-san, no te preocupes, no lo voy a matar. Sólo quiero hacerle algunas preguntas acerca de lo que está pasando. Además, ¿no crees que va a morir si lo dejamos aquí?”

Parecía como si la pregunta estaba dirigida más al niño goblin que a Enri en sí misma. Parecía entenderlo y la resistencia en su corazón se desvanecía.

“Lo entiendo… No voy a salir corriendo …”

“Eso es bueno. Entonces será mejor que empieces a moverte. Chico, ¿puedes confirmar que sólo hay uno de esos barghests?”

“… No puedo. Aparte de ellos, hay varios ogros también. No sé si alguno de ellos me persiguían después. Y yo no soy un niño, soy Agu, el cuarto hijo de Ah, el cacique de la tribu Gigu.”

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“Agu-kun, hm.”

“Pensé que ‘niño’ era suficiente para él …”

“Hablaremos de eso más tarde. No es que sea lo suficientemente importante para argumentar al respecto ahora. Ahora Agu quiere que usemos su nombre, tal vez deberíamos usarlo, con el fin de fomentar la confianza entre nosotros.”

“Onee-san es muy maduro. Entonces vamos a reunir nuestras cosas y nos iremos.”

De acuerdo con las palabras de Kaijali, el grupo partía en silencio mientras miraba su entorno con cautela. La pesada atmósfera que colgaba alrededor de ellos era casi visible a simple vista. Aunque Enri quería aligerar el ambiente con la conversación, el bosque no era un lugar para la humanidad. Ella no podía actuar a la ligera aquí, sobre todo teniendo en cuenta que podía haber otros perseguidores detrás de ellos.

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