Overlord

Volumen 5: Los Hombres del Reino

Capítulo 4: Los Hombres Congregados

Parte 3

 

 

Mes de Fuego Bajo (9no Mes), Día 3, 10:27

Camino de vuelta al palacio, Climb se encontraba perdido en sus pensamientos mientras movía los pies.

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Estaba pensando sobre su enfrentamiento con Gazef e imaginaba repetidamente cómo podrían haber salido mejor las cosas. Mientras decidía qué movimientos debería intentar si se le presentaba otra oportunidad, se oyó un grito. Una multitud se había reunido y dos soldados estaban de pie junto a ellos mirando con incomodidad.

Voces ruidosas se oían desde el centro de la multitud; sonidos que no presagiaban nada bueno.

El rostro de Climb se endureció mientras se acercaba a los soldados.

“¿Qué están haciendo ustedes dos?”

Por la súbita voz viniendo de detrás de ellos, los soldados se voltearon y miraron a Climb con sorpresa.

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Estaban equipados con una lanza y una cota de malla, y sobre ésta llevaban una túnica sin mangas con el escudo de armas del Reino. Aunque se trataba del equipo estándar de un guardia, estos dos no parecían estar muy bien entrenados.

Para comenzar, sus cuerpos parecían estar fuera de forma. No estaban bien afeitados y sus cotas de malla estaban mal cuidadas y se veían sucias. En conjunto, tenían un aire de falta de disciplina.

“¿Quién demo…?”

Viendo que Climb, que era más joven que ellos, les hablaba de improviso, el guardia preguntó algo confuso y con cierto tono de irritación.

“Estoy de franco.”

Ante la firmeza en la voz de Climb, la confusión en la voz del hombre se extendió a su rostro. Este chico más joven que ellos les estaba hablando como si fuese su superior.

Como si hubieran juzgado que sería más prudente mostrarse humildes, los guardias enderezaron la espalda.

“Creemos que ha habido algún tipo de conmoción.”

Climb suprimió las ganas de reprenderlos por decir algo que era obvio. A diferencia de los soldados apostados en el palacio, los guardias que patrullaban los alrededores eran reclutados de la gente común y no recibían mucho entrenamiento. En otras palabras, eran como civiles que habían aprendido a blandir un arma.

Apartó los ojos de los incómodos guardias y observó a la multitud. En lugar de confiar en estos dos, sería más rápido si actuaba por su cuenta.

Aunque podría estar sobrepasando su autoridad e interfiriendo con el trabajo de las patrullas, si fuera a ignorar a un ciudadano en apuros, entonces no podría mostrarle el rostro a su benevolente ama.

“Ustedes esperen acá.”

Sin esperar una respuesta, Climb intentó abrirse paso entre la multitud. Aunque había algo de espacio, no podía pasar. No, si algún humano pudiera atravesar por ese lugar eso en sí mismo sería extraño.

Mientras intentaba atravesar a la fuerza aun cuando era empujado hacia atrás, Climb oyó una voz.

“…Desaparezcan.”

“¿Qué? Abuelo, ¿qué acabas de decir?”

“Se los diré una vez más. Desaparezcan.”

“¡Bastardo!”

Esto era malo. Estaban a punto de golpear a un anciano.

El rostro de Climb enrojeció mientras intentaba abrirse paso desesperadamente. Lo que logró divisar fue a un hombre mayor y a los hombres que lo rodeaban. Un joven maltrecho estaba tendido a los pies de los hombres.

El anciano, impecablemente vestido, desprendía tal elegancia que daba la impresión de ser un noble, o alguien que servía a uno. Cada uno de los hombres que lo rodeaban tenía una apariencia tosca y parecía estar borracho. Era obvio cual de los lados estaba en falta.

El más grande entre los hombres mostró el puño. Al compararlo con el anciano, la diferencia era sobrecogedora. El ancho de sus cuerpos, el tamaño de sus músculos, el aire de una violencia que no dudaría en derramar sangre; si fuera a golpearlo, el anciano sería arrojado hacia atrás con facilidad. Las personas alrededor de ellos se habían dado cuenta de esto e imaginando la tragedia que estaba a punto de ocurrirle al anciano dejaron oír un pequeño grito.

Sin embargo, Climb, que estaba en medio de la multitud, sintió una ligera sensación de peligro.

Sin ninguna duda, eran los hombres los que parecían más fuertes. Pero en lugar de eso, sintió como si fuera el anciano el que despedía el aire de fuerza absoluta.

Ese momento de distracción le costó a Climb la oportunidad de detener las acciones violentas del hombre. Éste levantó el puño y—

—Colapsó.

Voces llenas de sorpresa se oyeron en los alrededores de Climb.

El anciano había golpeado con precisión el mentón del hombre. No sólo eso, lo había hecho a una velocidad increíble. Fue tan rápido que alguien como Climb, que había entrenado su visión dinámica, apenas pudo verlo.

“¿Continuarán?”

La calma y habilidad que no podían entreverse por su apariencia, combinadas, no tuvieron problemas en curar el sopor etílico de los hombres. No, incluso los espectadores se vieron atrapados por la energía del anciano. Los hombres habían perdido por completo su deseo de luchar.

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“N-no, fue culpa nuestra.”

Mientras retrocedían unos cuantos pasos al mismo tiempo que se disculpaban al unísono, los hombres tomaron a su líder y huyeron. Climb no tenía intenciones de perseguirlos. Y como si su espíritu le hubiese sido robado por el anciano de la espalda recta, Climb no pudo moverse.

Era una postura tan recta como una espada; una presencia que cualquier guerrero desearía para sí.

El hombre mayor tocó la espalda del joven como para comprobar su estado. Luego le pidió a una persona que tenía cerca que se encargara de él y siguió su camino. La multitud se apartó formando un camino frente a él. Nadie pudo apartar los ojos de su espalda; era una presencia de la que no se podía esperar nada menos.

Climb corrió con rapidez hacia el joven colapsado y tomó la poción que había recibido durante el entrenamiento con Gazef.

“¿Puedes beber esto?”

No hubo respuesta. Estaba completamente inconsciente.

Climb abrió la tapa y vertió el contenido sobre el cuerpo de joven. Aunque era fácil imaginar que, ya que las pociones eran medicina, tenían que beberse, no había problemas en verterlas sobre el cuerpo. Ésa era la grandeza de la magia.

La poción se filtró en el cuerpo de joven, como si su piel estuviera absorbiendo el fluido. Viendo que la complexión del joven recobraba su color, Climb se sintió aliviado y asintió con la cabeza.

La gente alrededor, que vio que Climb usaba un ítem tan costoso como lo era una poción, estuvo tan sorprendida como cuando habían visto la habilidad del anciano. Sin embargo, naturalmente, Climb no lo lamentaba. Siempre y cuando los ciudadanos pagaran impuestos, era el deber de aquellos que vivían de esos impuestos el protegerlos y garantizar su seguridad. Ya que no pudo cumplir con su deber, Climb sintió que por lo menos tenía que hacer ésto.

Aunque la poción debería asegurar que no hubiera más problemas con el muchacho, sería mejor si lo llevaran al templo sólo por si acaso. Climb les hizo una señal a los guardias que estaban a la espera. Parecía que habían buscado refuerzos, otros tres hombres se habían unido a los dos guardias.

La gente alrededor miraba con reproche a los guardias que acababan de llegar. Los guardias se veían nerviosos mientras Climb hablaba con uno de ellos.

“Lleva a este muchacho al templo.”

“¿Exactamente…qué sucedió aquí?”

“Hubieron actos de violencia. Usé una poción de curación así que no debería haber problemas, pero llévalo sólo por si acaso.”

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“¡Sí, entendido!”

Dejándoles el resto a los guardias, Climb juzgó que no había nada más que él pudiera hacer en el lugar. Nada bueno saldría si un soldado que trabajaba en el palacio seguía entrometiéndose con el trabajo de otros.

“¿Asumo que pueden averiguar lo que sucedió aquí de los testigos que vieron todo desde el comienzo?”

“Haré lo que dice.”

Habiendo recibido sus órdenes, los guardias recuperaron la confianza y se movieron con rapidez. Luego, Climb se puso de pie y corrió ignorando las voces de los guardias que le preguntaban a dónde iba.

Climb redujo el paso al llegar a la curva en el camino por la que el anciano había doblado.

Y lo siguió.

Sus ojos cayeron en la espalda del anciano mientras éste caminada frente a él.

Aunque quería hablarle de inmediato, en el momento en que encontrara el valor para hacerlo, Climb agachó el rostro. Se sentía como si la presión lo sobrepasaría — la presión de una pared ancha e invisible.

El anciano dobló por aquí y por allá y el camino comenzó a volverse oscuro. Climb lo seguía por detrás sin ser capaz de decir nada.

Esto era lo mismo que estar persiguiéndolo.

Climb sintió ganas de tirar de su cabello por lo que estaba haciendo. Sin importar que tan difícil fuera hablar con él, esto no era correcto. Aunque no dejaba de preocuparse, Climb continuó siguiéndolo.

Eventualmente, doblaron hacia un callejón sin nadie a la vista. Climb respiró profundamente varias veces y, como un hombre confesándose a la chica que le gustaba, reunió todo su coraje y habló.

“—Disculpe.”

En respuesta a su voz, el anciano se volvió.

Tanto su cabello como su barba eran blancos, pero su espalda recta hacía recordar a una espada forjada de acero. Los claros rasgos de su cara estaban surcados por arrugas y aunque lo hacían verse amable, sus ojos eran penetrantes, como los de un halcón mirando a su presa.

Incluso exudaba un aire de alta nobleza.

“¿Qué sucede?”

Aunque podía sentir la edad del anciano en su voz, ésta sonaba imponente y rebosante de vida. Sintiendo una presión invisible de su mirada, Climb tragó saliva.

“Eh, eh—”

Climb se sintió presionado por la energía del anciano y no pudo hablar. Luego, el anciano pareció liberar la energía contenida que se acumulaba en su interior.

“¿Quién eres?”

Su tono de voz se había vuelto amable. Climb finalmente fue liberado de la presión y su garganta pudo moverse con normalidad.

“…Me llamo Climb, soy un soldado de este país. Estoy aquí para ofrecerle mi más sincero agradecimiento por hacer lo que yo debí haber hecho.”

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Mientras Climb se inclinaba profundamente, el anciano entrecerró los ojos como si estuviera pensando y murmuró un silencioso “Ahh” como si finalmente hubiera entendido lo que significaba.

“…No te preocupes por ello. Bueno entonces.”

Al mismo tiempo que el anciano intentó terminar la conversación y marcharse, Climb levantó la cara y preguntó.

“Por favor espere un momento. La verdad es que… aunque me avergüenza admitirlo, lo he estado siguiendo. En realidad, no me importa si se ríe de mi pedido tan atrevido, pero si está bien con usted, ¿podría enseñarme la técnica que usó hace un rato?”

“… ¿Qué quieres decir?”

“Estoy entrenando para volverme más fuerte y deseo aprender incluso una pequeña porción de los increíbles movimientos y de la técnica que mostró hace un momento.”

El anciano examinó a Climb de la cabeza a los pies.

“Hmm… por favor, muéstrame ambas manos.”

Climb extendió sus manos y el anciano observó sus palmas con una mirada penetrante. Se sintió algo incómodo. El anciano volteó las manos de Climb, examinó sus dedos, y luego asintió con satisfacción.

“Son gruesas y fuertes; unas buenas manos de guerrero.”

Oyendo las palabras que había dicho con una sonrisa, Climb sintió que su corazón se tornaba cálido. Sintió una alegría similar a la que había sentido cuando Gazef lo había elogiado.

“No, alguien como yo es… insignificante como guerrero.”

“No creo que necesites ser tan modesto… a continuación ¿podría pedirte que me muestres tu espada?”

El anciano tomó la espada en su mano y observó la hoja con ojos agudos.

“Ajá… ¿se trata de un arma de reserva?”

“¡¿Cómo lo supo?!”

“Eso pensé, ¿vez la grieta de la hoja en este lugar?”

Mirando al lugar que le estaba indicando, efectivamente, había una ligera grieta a un lado de la hoja de la espada. Él debía de haber fallado alguno de sus cortes mientras entrenaba.

“¡Le he mostrado algo vergonzoso!”

La vergüenza hizo que quisiera desaparecer en algún lado. Climb sabía que no tenía experiencia y era muy cauteloso, incluso nervioso, sobre el estado de su arma, todo para incrementar sus posibilidades de victoria incluso por un pequeño margen. No, sólo había pensado que lo era hasta este momento.

“Ya veo. He obtenido una idea general de tu personalidad. Para un guerrero, las manos y el arma son un reflejo de él mismo. Eres una persona que deja una impresión bastante agradable.”

Rojo hasta las orejas, Climb le dio un vistazo al anciano.

Tenía una sonrisa agradable y amable.

“Entiendo. Te entrenaré sólo un poco. Sin embargo—”

Cuando Climb estaba por darle las gracias, el anciano se detuvo y continuó.

“Tengo algo que me gustaría preguntarte. Dijiste que eras un soldado, ¿correcto? En realidad, sólo hace unos días ayudé a cierta señorita…”

Luego de oír la historia completa del anciano que se presentó a sí mismo como Sebas, Climb sintió una rabia intensa.

Ante el hecho de que alguien estuviera abusando de tal forma de la liberación de esclavos proclamada por Renner; percatándose de que incluso ahora, nada había cambiado desde entonces; le fue imposible ocultar su furia.

No, no era eso. Climb negó con la cabeza.


El comercio de esclavos había sido prohibido por las leyes del Reino. Sin embargo, aunque no se trataba exactamente de esclavitud, no era extraño oír a las personas quejándose por tener que trabajar en condiciones pobres debido a alguna deuda. Había muchas de esas rutas alternas con respecto a esa ley. No. Era debido a que esas rutas existían que la ley que prohibía la esclavitud había logrado ser aprobada en primer lugar.

La ley que Renner había promulgado era casi insignificante. Aunque ese triste pensamiento le recorrió la mente, lo hizo a un lado. Lo que tenía que pensar ahora era la situación de Sebas.

Climb frunció las cejas.

Se trataba de una posición abrumadoramente desventajosa. Aunque podrían contraatacar si investigaban el contrato de la chica, era difícil de imaginar que se les hubiera escapado un punto débil como ése en sus preparativos. Si Sebas fuese a apelar a la ley, definitivamente perdería.

La razón por la que sus oponentes no habían optado por un acuerdo legal era porque habían juzgado que hacerlo a su manera sería más lucrativo.

“¿Sabes de alguien que pudiera detener la corrupción o tendernos una mano?”

Climb únicamente sabía de una persona, su ama. Podía decir con confianza que no había otro noble que fuese más puro y digno de confianza que Renner.

Sin embargo, no podía presentársela.

Los que podían hacer lo que esas personas habían hecho, seguramente tendrían diversas conexiones con gente poderosa. Sin ninguna duda, los nobles de los que eran amigos tendrían una autoridad considerable. Si la princesa, que era parte de la facción real, usaba su autoridad para ordenar una investigación y un rescate y como resultado la facción de los nobles se veía afectada, eso podía llevar a ambos grupos a un conflicto a gran escala.

Ejercer el poder no era fácil, especialmente en casos como los del Reino donde no había garantías de que un conflicto entre las dos grandes facciones no desencadenaría una guerra civil.

Renner no podía provocar el colapso del Reino.

Ésa era la razón por la que habían tocado aquellos temas en la discusión con Lakyus y su grupo. Era por eso que Climb no dijo nada. No, no podía decir nada.

Interpretando algo del silencio de Climb, Sebas murmuró que lo entendía y dijo algo impactante.

“…De acuerdo a la muchacha, había muchos otros además de ella en aquel lugar, sin distinción de género.”

(Imposible. ¿Cómo puede existir un burdel como ése a pesar de no estar manejado por la organización de comercio de esclavos? O… ¿tal vez ése es el burdel del que ellas estaban hablando?)

Climb habló.

“Si sólo se tratara de permitirles escapar… podría preguntarle a mi ama. Ella posee territorios propios así que si ellos fueran a buscar refugio allí…”

“¿Es eso posible? … ¿Y la joven también podría refugiarse allí?”

“…Lo siento, Sebas-sama. No puedo darle una respuesta sin preguntarle primero a mi ama. ¡Pero ella es benevolente, sin ninguna duda estará de acuerdo!”

“Oh. Si tu ama es así de confiable… en verdad debe tratarse de una gran persona, ¿cierto?”

Ante la pregunta de Sebas, Climb asintió profundamente. Nadie era más grande, proclamó.

“Aunque esto concierne a un asunto diferente, ¿qué sucedería si hay evidencia de que el burdel está envuelto en el comercio de esclavos y estuviera por tanto quebrantando la ley? ¿Eso también sería encubierto?”

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“Aunque eso es posible, si la evidencia llegara a las manos adecuadas… quiero creer que el Reino no sería tan corrupto como para ignorarla.”

“…Entiendo. Entonces permíteme preguntarte algo diferente. ¿Por qué deseas ser fuerte?”

“¿Eh?”

Ante el súbito cambio de tema, Climb hizo un ruido extraño sin querer.

“Hace un momento, me pediste que te mostrara mi técnica. Aunque determiné que eres alguien confiable, desearía conocer la razón detrás de tu búsqueda de poder.”

Climb entrecerró los ojos ante la pregunta de Sebas.

¿Por qué quería ser más fuerte?

Climb había sido un niño abandonado y no conocía los rostros de sus padres. Historias como la suya no eran infrecuentes en el Reino. Morir en el barro tampoco era tan extraño.

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Climb también había estado destinado a morir así en aquel día lluvioso.

Sin embargo — ese día, Climb conoció al sol. Un ser que se había estando arrastrando en la tierra, en la oscuridad, fue cautivado por aquella luz.

Cuando era joven soñaba con ella. Y mientras crecía, sus sentimientos cambiaron de forma sin dudarlo.

—Era amor.

Tenía que deshacerse de esos sentimientos. Los milagros como los de las sagas que los bardos cantaban nunca sucederían en la realidad. De la misma forma que un hombre no puede tocar el sol, los deseos de Climb nunca se cumplirían. No, no debían cumplirse.

La mujer que Climb amaba estaba destinada a eventualmente casarse con otro. Una princesa no podía casarse con alguien de origen desconocido como Climb, alguien que era inferior a un plebeyo.

Si el rey fuese a morir y el primer príncipe lo sucediera al trono, Renner tendría que casarse inmediatamente con uno de los grandes nobles. Lo más probable era que tales charlas ya estuvieran en marcha entre el príncipe y la alta nobleza. Ella incluso podría ser enviada a un reino vecino para un matrimonio político.

En lugar de eso, era extraño que, a pesar de tener la edad suficiente para ello, Renner ni siquiera tuviera un prometido, por no hablar de matrimonio.

Para él, este momento era como el oro. Tanto, que estaría dispuesto a pagar cualquier precio por ser capaz de detener el tiempo. Si no dedicara todo su tiempo a su entrenamiento, entonces podría disfrutar de este momento aunque sea un poco más.

Climb era un hombre común y corriente, una persona sin talento. Aun así, al final de su entrenamiento, tenía una habilidad considerable cuando era comparado con los otros soldados. Entonces ¿no sería mejor quedar satisfecho y detener su entrenamiento en este punto para poder servir al lado de Renner sólo un poco más?

Sin embargo— ¿era eso realmente suficiente?

Climb deseaba la luz del sol. Ésa no era una mentira o un malentendido. Era un pensamiento que provenía de su corazón.

Sin embargo—

“Porque soy hombre.”

Climb sonrió.

Así era, Climb quería permanecer a su lado. Un hombre nunca podría permanecer al lado del sol brillante en el cielo. Aun así, él quería elevarse incluso más para poder convertirse en una existencia que pudiera acercarse al sol, sin importar cuán poco.

No deseaba continuar por siempre como alguien que tuviera que levantar la cara para verla.

Aunque eran los pensamientos insignificantes de un chico, de todas formas eran muy propios para uno.

Quería ser un hombre digno de la admiración de una mujer. Incluso si eso no se fuera a concretar nunca.

Estos pensamientos eran el porqué había sido capaz de soportar una vida sin amigos, el duro entrenamiento, y sus estudios que reducían sus horas de sueño.

Si las personas querían llamarlo tonto y burlarse de él, entonces que lo hagan.

Aquellos que nunca hubieran amado en verdad a otra persona jamás entenderían sus sentimientos.

♦ ♦ ♦

 

 

Sebas entrecerró los ojos mientras observaba la sinceridad de Climb. Como si estuviera intentando entender el sinnúmero de significados detrás de la corta respuesta de Climb. Luego con satisfacción, asintió con la cabeza.

“De tu respuesta, he decidido cómo entrenarte.”

Climb trató de expresar su gratitud, pero fue detenido por la mano de Sebas.

“Sin embargo, siento decir que no tienes talento. Entrenarte seriamente tomará mucho tiempo, tiempo del que no dispongo. Deseo entrenarte para que los resultados se muestren rápidamente pero… será muy severo.”

Climb tragó saliva ruidosamente. El brillo en los ojos de Sebas le hicieron sentir un escalofrío en la espalda.

La razón por la que no respondió inmediatamente fue precisamente porque sintió el poder en esos ojos. Era una fuerza imposible, una que excedía incluso la de Gazef luchando en serio.

“Hablaré con honestidad. Podrías morir.”

No era una broma.

La intuición de Climb le decía que hablaba en serio. A él no le importaba si moría o no. Sin embargo, ése no era el caso si era por Renner. No quería perder la vida de una manera egoísta.

No era porque estuviera asustado. No, tal vez ésa era la verdadera razón.

Climb tragó saliva una vez más y luego vaciló. Los alrededores fueron dominados por un breve silencio, tanto como para oír los ruidos a la distancia.

“Si logras sobrevivir o no dependerá de ti… si tienes algo que valoras, una razón por la cual arrastrarte hacia adelante y aferrarte a la vida, estarás bien.”

¿Entonces no le iba a enseñar sobre artes marciales? A pesar de que tales preguntas surgieron en su mente, ése no era el problema planteado. Entendiendo el significado en las palabras de Sebas, Climb lo aceptó y le dio su respuesta.

“Estoy preparado. Me dejo en sus manos.”

“¿Quieres decir que tienes la confianza de que no morirás?”

Climb negó con la cabeza. No era eso.

Se debía a que en su corazón, Climb siempre llevaba consigo una razón para aferrarse a la vida, incluso si tuviera que arrastrarse sobre el suelo. Sebas asintió profundamente, como si hubiera leído lo que estaba escrito en el corazón de Climb con sólo mirar sus ojos.

“Lo entiendo. Entonces comenzaremos el entrenamiento en este lugar.”

“¿Aquí?”

“Sí. Sólo tomará unos cuantos minutos. Por favor levanta tu arma.”

¿Qué estaba intentando hacer? Con la mente llena de ansiedad y confusión por lo desconocido, y con un leve atisbo de expectativa y curiosidad, Climb sacó su espada.

El sonido de la hoja al dejar la funda resonó en el estrecho callejón.

Sebas observó en silencio mientras Climb asumía una postura media.

“Entonces comenzaré. Concéntrate.”

Y al momento siguiente—

—Con Sebas al centro, pareció como si cuchillas de hielo hubieran volado en todas las direcciones.

Climb no podía hablar.

Un vórtice de sed de sangre se arremolinaba con Sebas en su centro.

Una energía tan densa que su color se había vuelto visible, chocaba contra él como una ola enfurecida, haciendo que sintiera que su corazón podría explotar en un instante. Climb pensó que había oído el sonido de un alma gritando mientras era aplastada. Sonaba como si viniera de algún lado a su derecha, de un lugar lejano, o tal vez de su propia boca.

Mientras era tragado por la corriente negra de sed de sangre, Climb sintió que su conciencia se teñía de blanco. El miedo que sentía era tan grande que su mente estaba dejando ir a su conciencia para poder ignorar la situación.

“… ¿Es éste todo el valor de un ‘hombre’? Esto es sólo un calentamiento.”

En su conciencia desvaneciente, la decepción en la voz de Sebas sonaba excesivamente fuerte.

El significado de esas palabras se alojó profundamente en la mente de Climb, más profundamente que cualquier espada. Era suficiente para hacer que olvidara por un breve instante el miedo que lo golpeaba desde el frente.

El latido de su corazón se hacía más fuerte.

“¡¡Haaaa!!”

Climb liberó una gran cantidad de aire.

Sus ojos estaban húmedos por las lágrimas y a pesar de estar tan asustado que quería huir, lo soportó. Sus manos sosteniendo la espada temblaron y la punta de la hoja se sacudió como si se hubiera vuelto loca. El temblor que recorría todo su cuerpo provocó que su cota de malla tintineara ruidosamente.

Sin embargo, Climb apretó sus dientes castañeteantes e intentó soportar la sed de sangre de Sebas.

Viendo su apariencia impresentable, Sebas mostró una sonrisa burlona y lentamente formó un puño en su mano derecha, justo frente a los ojos de Climb. Luego de unos cuantos parpadeos, el puño parecido a una bola estaba completo.

Como cuando se prepara una flecha para ser lanzada, el puño se movió hacia atrás lentamente.

Incluso mientras permanecía ahí temblando, Climb se dio cuenta de lo que estaba por ocurrir y agitó la cabeza de lado a lado. Sobra decir que, su gesto no afectó a Sebas.

“Entonces… muere.”

Como una flecha explotando de una tensa cuerda, el puño de Sebas voló hacia él con el sonido del aire al ser cortado.

—Será una muerte instantánea.

Climb comprendió esto mientras el tiempo se ralentizaba. Parecía como si una enorme bola de acero, aun más grande que él mismo, estuviera precipitándose hacia él a una velocidad feroz. Su mente se llenó por completo con la imagen de esta muerte absoluta. Aun si fuera a levantar su espada y a usarla como escudo, sería fácilmente destrozada por el puño.

Su cuerpo ni siquiera se movió. La enorme ansiedad lo dejó completamente rígido.

—No había forma de escapar de la muerte ante sus ojos.

Climb se rindió a su destino y al mismo tiempo se molestó consigo mismo.

Si no podía dar su vida por Renner, ¿por qué simplemente no había muerto en ese entonces? Hubiera sido mejor para él el morir solo, temblando en la fría lluvia.

Ante sus ojos, vio el hermoso rostro de Renner.

Se dice que cuando las personas están cercanas a la muerte, ven su vida pasar frente a sus ojos. Es un efecto del cerebro al buscar una forma de escapar de la situación en las memorias del pasado. De cualquier forma, él encontraba bastante divertido que la última cosa que veía fuera la sonrisa de su ama a la que amaba y respetaba.

Así era. Lo que Climb vio fue la ‘sonrisa’ de Renner.

Después de salvarle la vida, la joven Renner no sonreía. ¿Cuándo fue que había comenzado a sonreír?

No podía recordarlo. Sin embargo, sí recordaba haberla visto sonreír tímidamente.

¿Acaso su sonrisa quedaría destruida si ella llegaba a enterarse de la muerte de Climb? ¿Como las nubes negras que bloquean al sol?

(—¡No me hagas reír!)

El corazón de Climb se llenó de rabia.

Ella era la que había salvado esa vida que había sido arrojada a un lado del camino. Entonces, la vida de Climb no le pertenecía a sí mismo. Su cuerpo era para Renner, para otorgarle al menos el mínimo de felicidad—

(¡Tiene que haber una manera de salir de esto—!)

Las cadenas del miedo fueron destruidas por la manifestación de una emoción intensa.

Sus manos se movieron.

Sus piernas también se movieron.

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Sus ojos que estaban a punto de cerrarse se abrieron de par en par e intentó desesperadamente detectar a simple vista el puño que se dirigía hacia él a una velocidad vertiginosa.

Todos los sentidos de su cuerpo fueron llevados hasta el límite, hasta el punto en donde incluso podía sentir las vibraciones del aire.

Es sabido que las personas demuestran fuerza sobrehumana durante una emergencia. Ante condiciones extremas, el cerebro libera los mecanismos de seguridad colocados en los músculos y permite que ejerzan una fuerza que de otro modo sería imposible.

El cerebro también secreta químicos en grandes cantidades y concentra la mente sólo en la supervivencia. Procesando rápidamente una cantidad increíble de información, en busca del curso de acción más óptimo.

En este único momento, Climb había dado un paso dentro del mundo de los guerreros de primer orden. Sin embargo, incluso eso era superado por la velocidad del ataque de Sebas. Posiblemente ya era demasiado tarde para esquivar el puño de Sebas. Aun así, tenía que moverse. ¿Cómo podía rendirse?

En ese rápido intervalo de tiempo, sus propios movimientos parecían ser tan lentos como los de una tortuga. A pesar de eso, Climb movió su cuerpo con desesperación.

Y—

Con un rugido, el puño de Sebas pasó al lado de la cara de Climb. La presión de viento producida por el ataque arrancó algunas hebras de cabello de su cabeza.

Climb oyó una voz baja.

“Felicidades. ¿Cómo se siente superar el miedo a la muerte?”

—.

—Incapaz de entender lo que le estaba diciendo, Climb tenía una expresión estúpida en el rostro.

“¿Cómo se sintió encarar a la muerte? ¿Y cómo se sintió vencerla?”

Climb jadeaba con dificultad y se quedó mirando a Sebas con una expresión distraída. Su cara se veía como si se le hubieran zafado unos cuantos tornillos. La sed de sangre había desaparecido sin dejar rastro. Fue sólo después de que las palabras de Sebas finalmente penetraron en su cabeza que pudo sentir una sensación de alivio.

Como si esa intensa sed de sangre lo hubiera estado sosteniendo, Climb colapsó como una marioneta cuyas cuerdas habían sido cortadas.

Apoyado tanto sobre sus manos como sobre sus rodillas, absorbía el aire a sus pulmones con indulgencia.

“…Fue algo afortunado que no murieras por la conmoción. Hay ocasiones en las que el cuerpo cree tan fuertemente que está muerto que pierde la habilidad de sustentar la vida.”

Aún había algo amargo en la garganta de Climb. Éste debía ser el sabor de la muerte, pensó.

“Repetir esto muchas veces te permitirá superar la mayoría de miedos. Pero debes ser cuidadoso. El miedo es lo que estimula el instinto de supervivencia. Si se paraliza por completo, entonces serás incapaz de reconocer incluso el más obvio de los peligros. Debes ser capaz de distinguir entre ellos.”

“…A-aunque estoy siendo grosero, Sebas-sama ¿qué es usted?”

“¿Qué quieres decir?”

“E-esa sed de sangre no era algo que una persona normal podría emitir. Simplemente quién…”

“Por el momento, soy un simple anciano que siente confianza en sus habilidades.”

Climb no podía apartar los ojos de la sonriente cara de Sebas. Aunque parecía sonreír con amabilidad, también parecía la aterradora sonrisa de alguien poseedor de un poder abrumador que superaba por mucho a Gazef.

Era una existencia que incluso podría ser más fuerte que Gazef, el guerrero más fuerte entre los países vecinos.





—Climb decidió que su curiosidad había quedado satisfecha con solo eso. Sintió que nada bueno saldría de indagar más a fondo.

Sin embargo, la única cosa que quemaba en su mente era la pregunta sobre quién era realmente este hombre llamado Sebas. Incluso llegó a considerar la posibilidad de que fuera uno de los Trece Héroes del pasado.

“Entonces intentémoslo una vez má—”

“—¡E-espere! ¡Tengo una pregunta!”

La asustada voz de un hombre resonó desde atrás, interrumpiendo las palabras de Sebas.

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