Sword Art Online

Volumen 18: Alicization Lasting

Capítulo 23: Retorno a Casa

Parte 3

Paso

…… Paso.

El sonido se detuvo a mi lado.

Y alguien pronunció mi nombre.

“…… Kirito-kun”

Una voz suave y clara, que pensaba nunca volver a oír.

“Como siempre, cuando me voy por un momento, te vuelves en un bebé llorón… lo sé muy bien, porque eso es lo que eres”.

Lentamente levanté mis ojos, que estaban húmedos por las lágrimas.

De pie allí con sus manos detrás de su espalda, Asuna inclinó levemente su cabeza con una sonrisa en su rostro.

No pude encontrar que palabras decir, así que solo seguí mirando la cara de Asuna, a sus hermosos ojos color avellana.

Arrastradas  por  la  cálida  brisa,  las  mariposas  que  volaban  entre  nosotros desaparecieron en el cielo azul.

Asuna, luego de verlas, se dirigió hacia mí y extendió su mano.

Al tocarla, temía que se derritiera, como si fuera un espejismo. Pero la agradable calidez proveniente de la palma blanca me decía que aquella a quien amo estaba realmente aquí.

Asuna entendía todo. Que este mundo pronto quedaría aislado. Que la próxima oportunidad de regresar al mundo real tal vez podría nunca llegar.

Y aún así se quedó. Por mí. Si estuviera en su lugar, habría hecho la misma elección.

Extendí mi otra mano y envolví firmemente las pequeñas manos de Asuna.

Confiando en el apoyo de sus manos, me levanté, y luego la miré a los ojos.

No pude decir una sola palabra.

Pero no necesitaba decir nada. Así que simplemente acerqué su esbelto cuerpo hacia mí y la abracé fuertemente. Asuna, quien puso sus manos sobre mi pecho, me preguntó en un susurro:

“¿… Alice se enojará cuando se dé cuenta de que nos quedamos aquí?”

Imaginé vívidamente cómo una formidable caballero dorada de brillantes ojos azules nos regañaría.

“No pasa nada, lo importante es que nos recordemos el uno al otro, no olvidaré el tiempo que pasé con Alice”.

” … Sí. Es verdad. Alice, y los demás… Liz, Klein, Egil-san, Silica-chan… y a Yui. Si siempre los recordamos, entonces todo estará bien, ¿verdad?”

Abrimos nuestros brazos, tocamos nuestras cabezas y miré a mi alrededor el templo vacío.

“El World End Altar”, que dejó de funcionar, dormía tranquilamente en el borde del mundo bajo la suave luz del sol.

Dimos media vuelta y nos alejamos por el camino de mármol, tomados de  la mano.

Después de un tiempo, dejando atrás las flores brillantes, llegamos al extremo norte de la isla voladora.

Bajo el cielo azul puro, el mundo continuaba hasta el infinito.

Asuna me miró y me preguntó:

“¿Cuánto tiempo vamos a estar en este mundo?”

Permanecí en silencio por un momento, y luego le dije la verdad.

“Parece que por lo menos unos cien años”.

“Muy poco”.

Asuna asintió y sonrió de una forma que no había visto en mucho tiempo.

“Aún si pasan mil años, no es demasiado tiempo, ya que estamos juntos… Vamos, Kirito-kun”.

“… Vamos, Asuna, hay mucho por hacer… Este mundo acaba de nacer”.

Y tomados de la mano, extendimos nuestras alas y dimos el primer paso hacia una libertad infinita.