Ultimate Antihero

Volumen 1 – Traidor Invencible e Inigualable

Capítulo 3

Parte 6

Homura y Kinugasa y también Onjouji, se alejaron del patio para cambiar el sitio de su conversación.

Escogieron la sala del Presidente de la Junta para la conversación.

En el camino, Kinugasa primero expresó su gratitud a Homura.

— Homura-san, gracias por responder el llamado desde un lugar tan lejano.

— En serio, solo pensé ¿Qué es esto? El día que me dijeron que me inscribiera en la escuela… Bueno, ya había pensado que debía haber algo oculto, pero quien hubiera imaginado que el pez gordo más grande de Japón era quien me llamó.

Ahora Homura entendía porque la boca de Onjouji fue sellada.

— Pero ¿Está bien? Si bienes a encontrarte conmigo directamente en el medio del día, esos gobernantes del mundo no cerraran su boca, ¿cierto?

Esa pregunta era una preocupación natural.

Él era el Usuario del Dios Maligno que fue tachado de traidor y fue exiliado por el gobierno mundial.

Si un gobernante de algún país bajo el cuidado del gobierno mundial intentara contactar a esa persona, lo tomarían como un acto de rebelión.

Pero hacia la preocupación de Homura, Kinugasa solo se encogió de hombros un poco.

— Ya sea que venga en la tarde o de noche, Homura-san está siendo monitoreado las veinticuatro  horas del día. La hora realmente no importa. Además “El sinvergüenza que aniquiló al inocente ejercito de la Unión de China” ha entrado en la esfera de la vida de Tokio que es la jurisdicción del gobierno japonés. Como parte de la orden de preservación pública, es solo natural para mí mostrar mi cara.

La respuesta llegó en un tono bromista.

Homura soltó una risita por la manera en que le respondió el hombre.

— Ya veo, ciertamente eso es obvio… Tu charla indirecta se ha vuelto argumentativa, huh.

— Haha. Es una enfermedad del trabajo. Homura-san se ha vuelto realmente alto.

— La última vez que nos vimos fue cuando tenía doce, ¿cierto? En todo ese tiempo por supuesto que voy a crecer. Tu pelo blanco también ha crecido huh.

—… Hacer cosas a las que no se está acostumbrado realmente te agota.

Diciendo eso, Kinugasa mostró una sonrisa cansada.

Pero Onjouji dio su opinión sincera sobre esas palabras desde un lado.

— Eso no es cierto. Primer Ministro Kinugasa, se está menospreciando mucho. Ese es su mal hábito.

Eso era un hecho.

Durante “La Noche de Walpurgis”, mientras los ancianos que una vez gobernaron el mundo temían al “Rey Demonio Typhon” y se apresuraban para ser los primeros en escapar, tirando lejos a su país y a su gente, Kinugasa a pesar de ser un simple joven director de oficina en ese tiempo, se quedó atrás en la línea frontal y continuó luchando como un Representante Temporal. Sin siquiera un pequeño descanso durante los diez días, continuó manteniendo las funciones gubernamentales literalmente luchando a muerte.

Si él no hubiera estado ahí, el país llamado Japón no hubiera sobrevivido a “La Noche de Walpurgis”.

No era una exageración decir eso.

Incluso Homura reconocía el valor de este hombre.

En el Japón actual no había un mejor hombre para estar en la cima que este hombre.

Todas las personas que vivían en la esfera de la vida de Tokio pensaban igual.

De cualquier forma, la persona en cuestión no pensaba así.

— Haha… me pregunto sobre eso. En realidad, con mi fuerza no hubiera logrado hacer nada sobre “La Noche de Walpurgis”. Si debo decir lo que podía hacer en ese momento, era llevar a cabo las mínimas tareas de una organización llamada gobierno, de alguna forma solo lleve eso a cabo. Eso es lo mejor que podía hacer… Si no hubiera sido por el poder de Homura-san no hubiera habido nada que se pudiera hacer.  Lo que el mundo necesitaba era el poder de Homura-san. Eso fue hace cinco años, y también… justo ahora en este momento.

—…

Instantáneamente, la atmósfera entre ambos cambió.

Homura sintió ese cambio.

A partir de ahora sería la razón por la cual Kinugasa vino aquí hoy. Y también la verdadera razón de llamar a Homura desde Londres.

Lo que yacía más adelante no era algo para ser hablado mientras caminaban por el corredor.

Justo en el momento, la sala del Presidente de la Junta apareció frente a sus ojos.

Homura alargó su mano hacia la puerta del Presidente de la Junta para pedir que continuaran adentro… fue en ese momento.

— ¡…!

— Uh, esto es…

Súbitamente, los dos hombres aparte de Homura lanzaron un grito ahogado, con sus caras palidaz mientras se alejaban de la puerta.

— ¿Qué sucede?

Homura hizo flotar un signo de interrogación sobre su cabeza ante la acción de ambos.

En contraste, Onjouji que tenía sudor frio en la frente dio una respuesta con una sensacion amarga.

—…Te envidio. Ser incapaz de sentir esta aura siniestra.

— Ahora que lo mencionas, Homura-san no es bueno sintiendo el poder de la gente, ¿correcto?

— Perdonen por ser tan insensible… Pero que ambos digan eso, ¿significa que hay alguien dentro?

—… S-sí. Tal vez.

Homura era insensible a los poderes de otras personas a causa de que su propio poder era tan grande que no podía entenderlo.

De todas formas los otros dos eran diferentes. Ya que ellos eran diferentes, lo sintieron completamente.

Lo que escapaba de las entre ranuras de la puerta, era una presencia enfermiza.

Un miedo como si un ciempiés se escurriera entre la piel y la carne de la espalda.

Más allá de esta puerta, algo poseyendo un poder mágico atrozmente maligno estaba esperando. Eso era por lo que su cuerpo, su alma, se reusaba a abrir esta puerta.

La puerta de la sala del Presidente de la Junta se veía como las fauces de un dragón negro azabache para ambos Onjouji y Kinugasa.

— ¿Una emboscada huh?

Alguien parecía estar ahí.

¿Un espía de algún otro país? O tal vez algo más.

Incluso cuando Homura sacudió su cerebro, los candidatos eran tan numerosos que no podía adivinarlo.

— Bueno, tampoco nos podemos quedar aquí para siempre.

Diciendo eso, Homura abrió la puerta y entró descaradamente a la habitación.

Podía hacerle frente a cualquier tipo de ataque sorpresa preparado por cualquiera.

Era un acto que venía de tal confianza.

Pero, no llegó el ataque sorpresa que temía.

La razón era que el intruso ni siquiera escondió su presencia.

— *Mogumogu.* [2]

El intruso estaba sentado en el sofá para visitantes mientras comía pastel.

Viendo a la figura de la chica en un vestido carmesí llenar sus mejillas con pastel, Homuro suspiró con asombro

—… Cuando pensaba quien podría ser, solo eras tú huh. Vel.

Dijo el nombre de la chica.

[2] Sonidos de masticar.