Sword Art Online

Volumen 17: Alicization Awakening

Capítulo 21: Despertar

Parte 4

 

 

Koujiro Rinko corrió de vuelta a la sala de control secundaria y se sentó en la silla de malla previamente ocupada por Higa Takeru.

Unas ventanas estaban abiertas en el monitor de gran tamaño directamente en frente de ella, pero la primera que ella miraba era una pequeña ventana en la parte inferior. Mostraba que había un gráfico tridimensional que representa el estado del Fluctlight de Kirigaya Kazuto.

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En el centro directo de la luz reflejada, cambiando gradualmente entre los colores espectrales, había una mancha oscura que representaba un «defecto principal del cuerpo».

Actualmente, Higa Takeru estaba controlando cuatro unidades STL, preparándose para reparar este defecto utilizando los recuerdos en la mente de tres niñas que tienen relaciones profundas con Kazuto. Para hacer eso, él había logrado escabullirse en el eje inferior, el cual era un enjambre de enemigos, él mismo – espera, había otra persona.

En ese momento, los atacantes se centraban actualmente en enfrentarse a «Ichiemom», que había sido puesto desde las escaleras como un señuelo. Pero incluso un robot con cuerpo de acero no podía soportar la mayor parte del salvaje ataque de rifles de asalto. Cuando Ichiemom fue destruido, no había duda de que el enemigo podría pensar: ¿Pero qué demonios estaban planeando los japoneses?

– ¡Más rápido, Higa-kun!

Cuando ella dijo eso en sus adentros, la puerta corredera se abrió con un silbido, y un hombre vestido con una camiseta hawaiana y zuecos se precipitó en el interior.

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“¿Cómo… Cómo está la situación de Kirito-kun?!”

“Higa-kun está iniciando la operación ahora. ¿Funcionó el señuelo?”

Cuando ella le respondió su pregunta con otra pregunta, Kikuoka Seijirou, con su respiración entrecortada y sus hombros temblorosos, subió sus gafas, que se habían deslizado hacia abajo.

“Tiramos todas nuestras granadas de humo atrás de Ichiemom. Eso debería darnos un poco más de tiempo antes de que el humo se disperse del pasillo, pero si no sellamos la partición después de eso, será peligroso. No queda mucho tiempo”.

“Higa-kun dijo que tomaría cinco minutos a lo mucho que muestre resultados…”

Rinko cerró su boca, mirando hacia el monitor de nuevo.

El Fluctlight de Kirigaya Kazuto se mantenía sin cambios. Ella pensaba en ese viejo refrán de América, “el que espera, desespera”, así que apretó los puños con fuerza y movió sus ojos hacia el centro de la pantalla.

Vio un mapa parecido al de un mundo de fantasía ficticio- no, en cierto sentido, era precisamente un mapa de un mundo de fantasía ficticio, Underworld.

En comparación con el mapa completo del Imperio humano que ella veía hace unos días cuando había llegado por primera vez a Ocean Turtle, este mapa muestra un área mayor. Justo al sur de una sierra circular que rodea el Imperio Humano, había una señal artificial que parecía estar compuesta por cuatro rectángulos unidos entre sí, que se asemejaban a ruinas. El punto que representa la posición actual de Yuuki Asuna, los píxeles azules que representan el ejército del Imperio Humano, y los píxeles blancos que representan a los jugadores japoneses de refuerzo estaban marcados densamente todos juntos en ese lugar.

El gigantesco cuadro de color carmesí que los rodeaba eran los jugadores americanos quienes habían hecho inmersión después de ser incitados por los atacantes – o eso debería ser, pero su escala era demasiado inmensa. Su número ya era de 20, no, 30 veces mayor al de los japoneses.

¿Realmente estaba bien? Rinko buscó la imagen de las otros dos, aparte de Yuuki Asuna, y finalmente descubrió un punto de color azul agua muy lejos al sur de las ruinas. Esa debería ser Asada Shino.

Entonces, ¿dónde se había ido Kirigaya Suguha? Rinko recorrió el mapa, y al fin encontró un punto amarillo verdoso a lo lejos, muy al norte del principal campo de batalla. También había un grupo de enemigos rojos presentes allí, pero Higa había dicho sin duda que ambos de sus puntos de acceso estaban en las coordenadas de Yuuki Asuna. Rinko no pudo evitar fruncir el ceño, contemplando una razón de causa –

Justo en ese entonces, pareció darse cuenta de otro punto blanco parpadeante debajo del punto brillante del Suguha, como si estuviera cubierto por ello.

“¿………?”

No debe haber nadie del lado del Rath que haya hecho inmersión con un STL. ¿Qué demonios era ese punto, entonces?

Ella inconscientemente movió su ratón, cuidadosamente alineó el cursor con el punto e hizo clic en él una vez, abriendo una nueva ventana. Rinko examinó las diminutas letras inglesas.

“Um… Restricción, Índice confrontacional… Detección de Umbral… ¿Informe? ¿Qué es esto?…”

Justo cuando estaba a punto de decir, “No puedo hacer cara o cruz de la misma”.

“¿Que… Quéééé?!”

Kikuoka de repente gritó en voz alta, enfocando su mirada en la imagen del Fluctlight de Kirigaya Kazuto. Rinko saltó de su asiento en estado de shock.

“¿Q-Qué pasa?

Pero Kikuoka no respondió de inmediato, en lugar de eso arrebató el ratón de Rinko y amplificó la ventana que acababa de abrir. Luego se acercó hasta el monitor, murmurando a un ritmo extremo.

“¡Unf… Sí, no hay duda de ello, es otra Fluctlight que rompió sus límites! Pero, ¿por qué ahora?!”

Los ojos de Rinko se abrieron, y miró a Kikuoka, quien estaba furiosamente rascándose la cabeza.

“Eh… ¿qué quieres decir, una segunda «A.L.I.C.E.»?”

“Sí, exactamente… Ah, no, espera … Esto es …”

Kikuoka se desplazó rápidamente a través de la ventana que mostraba un registro detallado, y comenzó a murmurar de nuevo.

“… En sentido estricto, no es del mismo calibre que «Alice». Rompió las limitaciones de una Fluctlight artificial no a través de su sistema de circuitos lógicos, sino su circuito emocional…, no obstante, es una muestra de igual importancia. Si sólo pudiera quedarse allí y no se moviera… ¡Oh, maldición, se mueve al sur, hacia el grupo de los Americanos no están muy lejos!”

Rinko le arrebató el ratón al angustiado Kikuoka y se quedó mirando el registro detallado de la Fluctlight artificial en el momento en que había roto sus límites.

“Hmm… Sí, un nuevo nodo se ha generado por una reacción en cadena en su zona emocional… ¿Eh-? ¿Oye, Kikuoka-san? ”

“¿Qué…Qué pasa?”

Retorciendo su cuerpo y gruñendo por la consternación, Kikuoka estiró su cuello hacia el monitor.

“¿Qué es este comando externo enchufado aquí? Se siente muy fuera de mí… Es demasiado deliberado… Casi como si hubiese sido creado para impedir el circuito”.

Rinko entrecerró los ojos, examinando el código impreso en letra minúscula.

“El implante de dolor simulado… en el dominio visual derecho? Pero entonces, incluso si un Fluctlight artificial pasa todo ese esfuerzo para romper los límites, sería detenido por el dolor creado por este proceso. ¿Ustedes incluso colocaron una restricción de este tipo en los residentes de Underworld? ”

“No… No, nosotros no hicimos eso. No hay manera de que lo hiciéramos, ese tipo de acción va en contra de nuestro objetivo… Eso es prácticamente una obstrucción evidente”.

“Hmm… Buen punto. Además, el estilo de programación de este pedazo de código no es el mismo que el de Higa… Ah, hay un comentario en la misma fachada… «Código 871»? ¿Qué es 871?”

“¿871? Nunca he oído hablar de ese número… No, espera… espera, espera, creo… No hace mucho tiempo…”

Kikuoka repente comenzó a moverse, los zuecos en sus pies golpeaban con fuerza en el suelo. Se lanzó hacia una silla cercana, cogió una bata blanca sucia colgada de su respaldo, la abrió con un whap, y miró el interior del cuello.

“Oye, ¿que está mal, que pasó?”

En la investigación de Rinko, Kikuoka, con sus ojos muy detrás de las gafas de marco negro, tendió la bata blanca hacia Rinko, invitándola a mirar la etiqueta de su cuello.

Allí, claramente inscrito con marcador permanente negro, estaba [871].

“Esta capa blanca… pertenece a ese técnico llamado Yanai que acaba de ir abajo con Higa…”

Murmurando eso, Rinko repente detuvo su discurso.

Yanai. YA NA I. Significaba 8 7 1 en japonés.

“¿… 8 7 1?”

Rinko y Kikuoka gritaron al unísono, poniéndose de pie al mismo tiempo.

* * *

 

El líder del Gremio de Boxeadores, Iskahn, estaba mirando a la legión carmesí acercarse a través de su oscuro ojo izquierdo.

Después de reducir su círculo que los rodeaba a veinte mels, aquellos soldados que hablaban una lengua extraña, aparentemente habían confirmado que los boxeadores han agotado su moral, y asintieron con la cabeza el uno al otro.

Luego emitieron gritos ensordecedores, completamente incomprensibles, y saltaron desde el suelo a la vez.

Con la mano izquierda destrozada, Iskahn firmemente agarró la mano de la Integrity Knight sentada junto a él. Ella le devolvió el apretón muy rápidamente, lo que le causó a él un dolor tranquilizador, momentáneamente restaurando la sensación de su mano izquierda entumecida.

Él bajó la cabeza, y cuando estaba a punto de cerrar sus ojos y aceptar el final, justo en ese momento-

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“¿……… Que es…?”

La voz de Sheyta le hizo levantar la cabeza de nuevo.

Vio un gran grupo de soldados de asalto en su dirección desde el otro lado del valle, al norte del campo de batalla, levantando polvo en el cielo.

Poseían físico grande y gordo, hocicos largos y planos que se curvaban hacia arriba, y orejas caídas.

Orcos.

“… ¿Por qué?”

Iskahn murmuró sin comprender. Después de que se le haya sido ordenado por el Emperador Vector, el ejército orco todavía debía estar a la espera de órdenes en el «Gran Puerta del Este» en el norte. Dado que el emperador había desaparecido, ahora esa orden debería ser inquebrantable. De hecho, los Dark Knights restantes también estaban debidamente a la espera de órdenes sin fin al otro extremo del valle, no muy lejos.

Confundido, Iskahn examinó el batallón de orcos y vio una pequeña, diminuta silueta humana corriendo en su parte frontal.

No era un orco. Su pelo amarillo, con un matiz de color verde, estaba flotando en el viento, y sus extremidades que se extendían desde su comapsivo traje verde eran tan blancas que estaban brillando. Sin lugar a dudas un ser humano, y una mujer joven del Imperio Humano.

¿Pero esta persona, que parecía una pequeña, muy pequeña espadachina, estaba liderando todo el ejército orco?

Al parecer detectando las tropas de carga en esta dirección, los soldados rojos que rodeaban a los boxeadores dejaron de moverse.

Una luz cegadora explotó en un ser. La chica sacó una katana plateada su espalda.

En ese instante, la mano derecha de Sheyta, que estaba agarrando la izquierda de Iskahn, se sacudió con violencia una vez, al parecer sintiendo algo.

Cuando la chica humana embistió el centro del puente, levantó su katana en el aire. En ese momento ella todavía estaba a más de doscientos mel lejos de los soldados rojos.

Pero –

La espada y las manos de la chica se volvieron borrosas como el humo. Incluso la vista de Iskahn fue incapaz de capturar ese corte. Un destello de luz plateado había terminado en un abrir y cerrar de ojos, y luego hubo un espectáculo aterrador.

Un rayo deslumbrante de la luz cayó sobre el suelo oscuro – pero no sólo eso; las decenas de soldados rojos que estaban de pie encima de ese rayo que se extendía en silencio fueron rebanados, colapsando en el suelo antes de que pudieran gritar de angustia.

La katana que había cortado hacia abajo drásticamente cambió hacia dirección en manos de la chica, y cortó hacia arriba con una escalofriante velocidad. Un segundo rayo de luz penetró en la legión color rojo, y los soldados vestidos con armadura pesada fueron partidos en dos, con caparazón y todo.

“…… Que fuerte.”

Sheyta murmuró con voz apenas audible.

* * *

 

Sin un momento de vacilación, Sinon levantó su amada arma, Hécate II, que se había transformado del Arco de Solus.

Ella estaba actualmente a menos de 20 metros de Subtilizer. Demasiado cerca para que un rifle de francotirador anti-material. Incluso el acto de bloquear los movimientos del enemigo con su alto alcance de amplificación era muy difícil.

Como tal, Sinon decidió determinar el resultado de la batalla antes de que Subtilizer hiciera su movimiento; apretó el gatillo el instante en que vio una sombra negra a través de su lente de amplitud.

Un destello de luz. Un rugido explosivo.

El retroceso intenso actuó en el cuerpo flotante de Sinon, y trató con urgencia de controlarse cuando ella comenzó a inclinarse y girar. Cada ronda causaría que su cuerpo se mueva, por lo que era completamente imposible disparar en repetidas ocasiones, pero siempre y cuando ese tiro de hace un momento hubiera dado en su objetivo, todo habría terminado.

Con dificultad, Sinon estabilizó su cuerpo, y miró a Subtilizer.

Entonces sus ojos se abrieron con sorpresa.

El hombre de pie en la parte posterior de la criatura alada había levantado la mano, y sus cinco dedos se cerraron en una forma de garra.

En su palma estaba un torbellino de oscuridad y luz, girando violentamente, y en su centro estaba una partícula de luz brillante; era sin lugar a dudas la bala que había disparado Sinon.

En otras palabras, ¿él podría absorber esa bala como había absorbido la conciencia de Sinon?

Una bala capaz de perforar una placa de acero de dos centímetros, disparada desde un rifle de francotirador anti-material calibre .50…

El miedo ligero surgió dentro del corazón de Sinon. Junto con ello, la oscuridad de la mano izquierda de Subtilizer parecía más feroz.

“No pierdas…”

Sinon respiró inconscientemente, entonces, gritó con vehemencia:

“¡¡No pierdas, Hécate!!”

Bang.

Con este sonido, la luz penetró en la oscuridad.

Un gran agujero se fundió a través de la mano izquierda de Subtilizer; la carne y sangre dieron vueltas a través del aire.

– ¡¡Puedo hacer esto!!

Sinon respiró profundo y retiró el perno de la Hécate II. El casquillo de la bala expulsada se reflejó en el aire y cayó hacia el suelo.

Subtilizer miraba su mano izquierda herida en silencio. Aún así un líquido viscoso, de tono negro estaba en este momento reparando el enorme agujero en su palma, una herida grave que no parecía fácil de curar.

Él levantó su cara, la cual ahora estaba desprovista de risa, y se quedó mirando a Sinon.

Su mano derecha se movió y sacó la ballesta de su cintura.

“Hmph…”.

Sinon expulsó un poco de aire por la nariz. ¿Cómo podría algo como eso competir con un rifle de francotirador anti-material…

Flexión.

La ballesta de repente se contrajo.

Las extremidades izquierdas y derechas del arco se comenzaron a doblar, y se alargaron por lo menos dos veces su longitud. La estructura de madera comenzó a adquirir un brillo metálico negro.

Después de un corto segundo, la mano derecha de Subtilizer estaba sujetando un rifle de francotirador tan grande como el Hécate. Sinon reconocía inmediatamente esta arma.

El XM500 Barrett.

Al igual que la Hécate II, disparaba rondas calibre 50, pero era un rifle de francotirador anti-material aún más avanzado.

Una sonrisa retorcida apareció una vez más en las comisuras de la boca de Subtilizer.

“… Adelante.”

Sinon murmuró, y con fuerza presionó el mango de la Hécate II en su hombro derecho.

* * *

 

— Oh dios… ¿E-estás bien?

Las palabras aparentemente preocupadas de Yanai causaron que Higa olvidara momentáneamente su dolor y gritara:

— O… ¡Oye, tú fuiste el que me disparó, ¿y ahora escupes cosas como esa?!

— No, no, realmente no quería golpearte, en serio. No tengo intención de asesinar; me tomó mucho esfuerzo comprar ese hermoso condominio en la costa oeste, pero si tengo que vivir mis días con miedo, ¿de qué me sirve?

Una vez que Higa comprendió que Yanai parecía estar realmente serio, una ola de debilidad brotó dentro de él y perdió la sensación en ambas manos. Sabía que estaba en problemas; se atrajo a si mismo frenéticamente y examinó la herida en su hombro con algo de miedo.

Al parecer la bala había alcanzado el conducto del cable, rebotó, y lo golpeó en algún lugar debajo de su clavícula. Higa no sentía mucho dolor; en su lugar, un gélido entumecimiento empezó a extenderse por todo su cuerpo desde el hombro derecho. El abdomen lateral de su camisa ya estaba teñido de rojo oscuro. Esto no se veía como un simple rasguño.

El miedo por la situación actual, y por su desarrollo futuro, comenzó a subir lentamente desde el estómago de Higa, ocasionando que comenzara a respirar en jadeos involuntariamente. Unos cuantos metros sobre su cabeza, Yanai seguía charlando con una mirada complaciente en su rostro.

— Para ser honesto, yo sólo quería obstaculizar ligeramente tu trabajo, Higa-san. Después de que destruí el conector de mantenimiento escaparía al cuarto de control principal más abajo. De esa manera sería capaz de escapar en el submarino. Nadie de Rath ha muerto de todas formas, así que si mi lado puede recuperar con éxito a Alice, entonces todos estarán felices.

— ¿Nadie… murió…?

Higa preguntó a Yanai, olvidando una vez más su dolor.

—…Si no aprovecho esta oportunidad para sanar a Kirigaya-kun, ¡su consciencia se irá para siempre! ¡La persona que mató su alma fuiste tú, Yanai-san! ¡Y tú dijiste que no estás listo para asesinar a nadie!

— Ahh. Ahh… Bien…

El rostro de Yanai se puso en blanco repentinamente. Bajo la iluminación de las luces de emergencia naranja, su mejilla sin afeitar se crispó un par de veces.

— Hmm… A quien le importa si ese mocoso muere.

— Qué……

— Porque, él fue la persona que la mató. Mi más importante Admii-chan.

— ¿Ad… mii…?

Yanai miró hacia Higa, quien estaba confundido por el nombre desconocido, y gritó como si estuviera confundido.

— ¡Su eminencia, la Highest Minister Administrator de la Iglesia Axiom! Le prometí que haría todo lo posible para ayudarla a establecer un dominio total sobre Underworld. Y acordé con ella que guardaría con seguridad su Light Cube si el servidor fuera a ser formateado.

Los ojos de Higa se abrieron ampliamente por el impacto.

La Iglesia Axiom era la organización que reinaba sobre el Imperio Humano en Underworld. Sostenía control total en toda la población por medio de leyes extremadamente estrictas y una fuerza militar poderosa.

La razón por la que Higa no había obtenido el Fluctlight rompedor de límites «Alice» cuando había aparecido por primera vez era esa, en el Underworld de tiempo acelerado, la Iglesia Axiom alejó rápidamente a Alice y aplicó modificación de memoria en su Fluctlight.

Si, su velocidad fue demasiado rápida, y sus métodos fueron demasiado efectivos.

Como si ellos estuvieran completamente conscientes de lo que era una Fluctlight Artificial.

Sin embargo la verdad era precisamente eso. La Iglesia Axiom, o al menos la Fluctlight Artificial con el nombre de «Administrator», quien parecía estar a cargo, comprendía la estructura de este mundo.

—… ¿Fuiste tú quien corrompió Underworld?

Gimió moderadamente Higa, y Yanai chasqueó sus labios con exageración.

—No, no, ese chico llegó y me contactó primero. Estaba trabajando un cambio al momento, y luego escuché la voz de una chica viniendo del altavoz, casi hace que me cagara del susto… Había descubierto toda la lista de comandos de Underworld ella misma, y luego abrió una línea de contacto con el exterior. Si estamos siendo técnicos, tú eres el culpable principal por olvidar eliminar el comando que mostraba toda la lista, Higa-san.

Neheheheh. Yanai rio entre dientes profundamente unas cuantas veces como si estuviera acordándose de algo, luego continuó con su mirada distraída.

—No dejaba de pensar eso, a ese ritmo, Underworld sería totalmente formateado inmediatamente. Todo iba a ser eliminado de todos modos, así que no importaba, y por eso es que usé secretamente un STL para entrar y ver a Admii-chan. Y luego… Dios, nunca había visto una chica tan hermosa. Los niños que Sugou-san encerró en ALO eran bastante lindos, pero la personalidad de Admii-chan, su voz, y su manera de ser, golpeó todo mi ser…… Ese chico me prometió antes. Si yo la ayudaba, entonces a cambio ella se volvería mi sirviente número uno. En el futuro reinaría el mundo real junto conmigo, haciéndome un rey…

— No.

La persona corrupta era este hombre.

Higa sentía que todos los pelos de su cuerpo se levantaban por el miedo. Yanai podía ser un traidor ridículo, pero no era un idiota. ¿Qué tipo de persona era Administrator, para ser capaz de seducir y controlar a alguien como él tan delicadamente?

Justo entonces, el rostro aparentemente recordante de Yanai se quedó en blanco de nuevo.

— Pero… ese chico está muerto ahora. Asesinado… Ese mocoso no sólo detuvo el experimento de Sugou-san, mató a Admii-chan. Si no la ayudo a vengarse, eso sería simplemente demasiado triste para Admii-chan…

Yanai abrió sus ojos inyectados de sangre y apuntó el arma hacia Higa de nuevo. Los revólveres automáticos movían automáticamente el martillo después de disparar una ronda, así que el segundo disparo requeriría mucho menos presión en el gatillo comparado con el primero. Si su dedo índice presionaba sólo un poco, otra bala sería disparada.

—… Si, es correcto… Si, tengo que matar al menos uno, como un sacrificio por ese chico…

Las pupilas reducidas de Yanai temblaban ligeramente en medio de sus ojos abiertos.

“… Maldición. Esta vez está siendo serio.”

Higa no pudo evitar cerrar sus ojos.

* * *

 

“No lo haré.”

Sintiendo que en la lejanía Asuna, Klein y Lisbeth se habían sumido en apuros, Leafa no pudo evitar morderse el labio.

Pero ante sus ojos, casi 3,000 soldados armados en rojo estaban bloqueando su camino.

Ella le había pedido un favor a Rirupirin, quien al parecer era el jefe de la tribu de los Orcos: brindar refuerzos en dirección al sur a fin de asistir a Asuna y Kirito, pero por los que ellos habían gastado una gran cantidad de esfuerzo para localizarles no eran las tropas del Ejército de Defensa del Imperio Humano.

De acuerdo con Rirupirin, las pocas cientos de personas que estaban siendo rodeadas por la armada que hizo inmersión desde el Mundo Real eran el Gremio de Luchadores, quienes estaban unidos al Ejército Oscuro como los Orcos. Leafa estuvo desconcertada por un momento al saber esto, pero decidió ayudarlos muy rápidamente.

— Cargaré contra el enemigo sola. Rirupirin, ustedes agrúpense con el Gremio de Luchadores, y sólo necesitan luchar contra los enemigos que los ataquen primero.

Ante esta sugerencia, Rirupirin protestó con fiereza: “¡Quiero luchar también!” Pero Leafa negó firmemente con la cabeza, sujetando firmemente las manos envejecidas del Orco, diciendo:

— No, no quiero que otro más de ustedes muera. No te preocupes por mí… ni siguiera decenas de miles de esa clase de enemigos son rival para mí.

Después de decir eso con una sonrisa, Leafa permaneció en soledad ante la legión roja.

Ella ya sabía que Terraria poseía suficiente HP y regeneración casi ilimitada. Lo que es más, las personas del mundo real en frente, como ella, tenían vidas virtuales. Incluso si era demasiado tarde para alcanzar a Kirito y ayudar, Leafa no podía mirar a los Orcos morir en vano aquí.

Después de ejecutar decenas de enemigos con su ultra-largo ataque a distancia combinado, Leafa irrumpió justo en el centro directo del enemigo sin titubea.

Por alguna razón desconocida, ella fue capaz de activar Habilidades de Espada con intervalos varias veces más grandes que los de ALO, sin detenerse. Cada vez que la llamativa luz salía del equipo de GM de Terraria la «Verduras Anima», una gran mancha de sangre pulverizaba en un patrón radial.

Pero durante el tiempo de espera entre Habilidad de Espada y Habilidad de Espada, incontables hojas de espada aprovechaba la grieta en su armadura y llegaban volando. Ella fue incapaz de evadirlas todas, y el número de heridas en su cuerpo crecía; un dolor agudo e hirviente provocaba mareos en su cabeza y estrellas en sus ojos… Pero.

— ¡¡HA… …AAH!!

Gritó agudamente y estampó su pie derecho en el suelo. Una luz verde emergió desde la planta del pie e instantáneamente curó todas las heridas de su cuerpo.

Leafa soportó en persistente dolor, incapaz de ser purgado completamente, y se concentró en balancear la espada que empuñaba.


Incluso si cada pulgada de su cuerpo estaba pulverizada, al menos tenía que conducir a todos los enemigos de vuelta al mundo real.

A pesar de que sus coordenadas de inmersión se habían desplazado a algún otro lugar que la ocasión intencionada, si ella tuviera que nombrar alguna de sus responsabilidades, sería indudablemente salvar tantos residentes de Underworld como pudiera. Estas eran las personas que Kirito amaba y había jurado rescatar.

¡¡Ella es como un jefe!!

Leafa usó su mano izquierda para detener una espada apuñalando hacia ella durante ese grito.

— ¡¡Haiyah!!

Un solo contrataque venció al propietario de la espada.

Leafa clavó sus dientes en la espada apuñalada en su mano, la arrancó y la escupió en el suelo junto con una bocanada de sangre.

* * *

 

Sus segundos disparos parecían descargar al mismo tiempo.

Balas disparadas por dos rifles antimateria de francotirador pasaban rozándose unas con otras, luego se desviaban enormemente en sus trayectorias y desaparecían en el cielo.

Sinon no perdió su balance esta vez; estampó los dos pies en el aire, suprimiendo el retroceso. Frente a sus ojos, Subtilizer también estaba parado firmemente en la parte posterior de la criatura alada, que movía furiosamente sus alas.

Era la primera vez que Sinon experimentaba un espacio donde todas las direcciones estaban extremadamente abiertas, y una batalla entre dos rifles de francotirador antimateria. Un juego como GGO naturalmente no soportaría vuelo entre los jugadores; por otra parte, el Hecate estaba supuesto a ser disparado con su bípode y una postura de tirador acostado. El retroceso por disparar mientras estaba en el aire estaba mucho más allá de sus expectativas.

Este enfrentamiento……

Cualquiera que fuese capaz de controlar su retroceso y disparar la siguiente ronda antes de que el enemigo lo hiciera, incluso por sólo un instante, ganaría. Sinon pensaba esto mientras retiraba el cerrojo.

Subtilizer probablemente tenía la misma idea. Mientras Sinon volaba a la derecha para intentar rebasarle, él comenzó a volar a la izquierda para contrarrestarla.

Al mismo tiempo virtualmente, ambos comenzaron a moverse a una velocidad de vértigo.

Bajo la condición de que no perdiera el balance, maniobró en ángulos agudos en direcciones arbitrarias. Mientras capturaba firmemente a su enemigo con el cañón de la pistola, tenía que ser cuidadosa en no dejar que el cañón del enemigo se centrara en ella.

Pero el Barrett alzado de Subtilizer se movió repentinamente a una velocidad apenas perceptible, por lo visto prediciendo los movimientos de Sinon antes de que ella pudiera hacer lo mismo.

— ¡¡Ya viene!!

Sinon apretó los dientes y abrió mucho sus ojos.

Llamas brotaron del cañón del Barrett.

Sinon voló tan rápido como pudo mientras torcía su cuerpo hacia la izquierda.

La bala mortal rugió más allá de su pecho, lo suficientemente cerca como para quemar la piel de su pecho. Su armadura azul se partió con un crujido.

— ¡Esquívalo!

Esta era su primera y última oportunidad. ¡Debía disparar en el instante que Subtilizer había dejado de controlar su retroceso!

Sin embargo, al momento en que Sinon había levantado su Hecate.

Vio otra bala volando directamente hacia ella.

“¡¿Fuego repetido… por qué?!”

“Ah… maldición.”

A diferencia del Hecate, cuyo cerrojo necesitaba volver a ser arrastrado hacia atrás con cada disparo, el Barrett era semiautomático.

Cuando este pensamiento flotó en su cerebro, la pierna izquierda de Sinon fue desgarrada por encima de su rodilla.

Sword Art Online Volumen 17 Capítulo 21 Parte 4

 

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Poniéndose en contra de la situación desesperada, luchando en el campo de batalla hasta el final, estaba Asuna, protegida por una Súper Cuenta, Integrity Knight Renri, un residente de Underworld, y su dragón, junto con la Espadachín Aprendiz Tieze y la Líder Guardiana Sortiliena, quienes estaban siendo protegidas por el caballero pero a pesar de todo balanceaban sus propias espadas.

Aunque sus ojos excesivamente agotados palpitaban de agonía, Asuna observó cómo el Caballero Renri luchaba valientemente.

Alrededor de diez minutos atrás, ese diminuto caballero había aparecido allí en la primera fila, y comenzó inmediatamente a lanzar sus cuchillos arrojadizos en forma de cruz. Los cuchillos arrojadizos se elevaban a través del aire a su antojo, matando cada enemigo que cargara hacia ellos. Este aterrador poder fue suficiente para vencer por varios minutos incluso el asalto furioso de los jugadores de países vecinos. Las llamas arrojadas por el dragón inculcaban un miedo extremo en los enemigos, solidificando el estatus de los Integrity Knights como los verdaderos caballeros dragones en este lugar de otro mundo, Underworld.

Pero no le tomó mucho tiempo a los enemigos darse cuenta. Mientras Knight Renri lanzaba sus cuchillos y los controlaba, su persona estaba prácticamente indefensa.

En su enésima vez expulsando sus cuchillos arrojadizos, al instante en que estaba a punto de hacer un barrido limpio de la primera línea de soldados rojos, incontables lanzas largas fueron arrojadas desde la parte trasera del enemigo. El enemigo finalmente estaba usando la táctica de batalla que había aparecido durante su batalla contra los Amerianos, la cual Asuna temía en su corazón.

Las lanzas caían como un torrente de lluvia negra desde el cielo carmesí.

El dragón de Renri extendió sus alas y cuerpo, protegiendo a su maestro de la primera oleada de ataques.

Pero luego colapsó en el suelo con las escamas hechas añicos y chorreando sangre.

Inmediatamente, otra ronda de lluvia de lanzas se arrojó en su camino.

Knight Renri levantó la vista hacia las innumerables puntas de lanzas rugiendo e hizo un giro para envolver a Tieze detrás de él con un abrazo, protegiéndola con su cuerpo.

En el siguiente instante, dos lanzas se enterraron en la espalda de Renri, forzándolo a caer hacia delante sobre el cuerpo de Tieze. Habiendo perdido el control, los cuchillos arrojadizos en forma de cruz brillaron una vez en el aire antes de dividirse en dos, luego quedaron enterrados en el suelo en un lugar lejano.

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En ese momento, en otras partes del campo de batalla, los combates habían concluido.

Tratando de pasarse los unos a los otros, los soldados rojos se abalanzaron todos a la vez, lanzándose hacia los jugadores japoneses que habían caído exhaustos, hundiendo filosas espadas dentro de sus cuerpos. Carne y sangre danzaban en el aire, mientras sobrevenían gritos débiles de agonía, pero desaparecían muy rápidamente.

Una gran cantidad de escudos y armaduras de las personas estaban rotos y destrozados, y fueron tirados en el suelo, completamente indefensos. Las lágrimas de arrepentimiento que corrían por sus rostros eran tan intolerables de ver como la sangre que fluía de sus heridas.

Los dos mil jugadores convertidos que componían el arsenal defensivo quedó completamente incapacitado, hasta que el Ejército del Imperio Humano que estaba siendo protegido en el medio fue finalmente expuesto.

A fin de proteger al desarmado equipo de suministros y el equipo de ascetas, casi 400 Guardianes del Imperio Humano se habían reunido en una formación circular y levantaron sus espadas en sus manos. Sus caras estaban llenas de una determinación casi trágica mientras esperaban silenciosamente por el momento, preparándose para la indetenible legión roja que se acercaba para ejecutar su fatal asalto.

—…….. Deténganse……..

Asuna escuchó tal voz escurriéndose de sus propios labios.

No era una voz que se emanaba por el dolor envolviendo su cuerpo, sino una voz de desesperación y tristeza, de su espíritu finalmente rindiéndose.

— Se los suplico… Por favor deténganse…

Mientras hablaba, el estoque en su mano derecha cayó al suelo. Lágrimas se deslizaban por sus mejillas, salpicando sobre la espada mutilada.

Pero la sombra roja frente a ella en su lugar emitió un expletivo lleno de hostilidad, y levantaron sus espadas de dos mano en lo alto del aire.

…… En ese instante.

Un estruendoso rugido resonó, deteniendo las espadas que se lanzaban hacia Asuna y todas las luchas que tenían lugar en varios lugares del campo de batalla.

¡¡ALTOOOOOOOO!! —El que había gritado en un volumen absolutamente ensordecedor era el hombre del poncho negro, que hasta ese momento había estado observado la batalla desde lejos. Era el fantasma de PoH, el líder del gremio asesino: Laughing Coffin.

Los jugadores de los países vecinos parecían confirmar si el hombre de poncho negro realmente era el comandante a través de algún tipo de marca en él, y bajaron sus armas de mala gana. El hombre a punto de ejecutar a Asuna chasqueó sus labios ruidosamente y envainó su espada, pero aun así le dio una patada brutal.


Asuna cayó hacia delante sobre su cabeza, pero empujó su cuerpo hacia arriba desesperadamente con sus impotentes manos.

Levantó su cabeza y observó, sólo para ver un hombre alto caminando hacia ella, ondulando su poncho negro. Parecía estar diciendo algo a los jugadores rojos de los alrededores en una voz baja pero explicita, pero dado que era en coreano, Asuna fue incapaz de entender algo.

Entonces, los soldados rojos alrededor de ellos asintieron uno tras otro, y comenzaron a trasmitir algún tipo de mensaje a sus compañeros de al lado.

De manera repentina, el hombre que estaba al lado de Asuna la agarró del pelo y tiró hacia arriba. Ella no pudo evitar soltar un grito de dolor, pero el hombre la ignoró completamente, en su lugar la arrastró violentamente hacia delante.

La misma situación estaba ocurriendo en todos sus alrededores. Al parecer estaban juntando a todos los jugadores japoneses sobrevivientes en un solo lugar.

El hombre en poncho negro caminó despreocupadamente hacia los Guardianes del Imperio Humano, quienes todavía alzaban sus espadas. Se giró y agitó la mano, haciendo alguna especie de seña en dirección al hombre con un puñado del pelo de Asuna en sus manos.

Entonces Asuna sintió un pie pateando su espalda y cayó varios metros abajo, aterrizando en el suelo. Uno por uno, los jugadores japoneses fueron arrojados a su alrededor.

Quedaban menos de 200 sobrevivientes.

Parecía que los puntos de salud se correlacionaban directamente con la superviviencia; las personas restantes eran en su mayoría jugadores de alto nivel. Asuna los escaneó, pero fue incapaz delocalizar inmediatamente a los Señores de ALO, o a los miembros de Sleeping Knights.

Su equipamiento o bien había sido destruido o arrebatado; todo lo que les quedaba eran ropas andrajosas en sus cuerpos. Muchos tenían expuesta piel que estaba surcada con decenas de heridas, e incluso pedazos de cuchillas filosas se habían roto dentro de ellos. A pesar de todo, sus caras estaban goteantes de la misma profunda impotencia y frustración.

Asuna no podía mirarlos más. Deseaba echarse en el suelo a esperar que el final llegara.

Pero ella siguió viendo los jugadores convertidos a través de sus ojos inundados de lágrimas, con la intención de grabarse su apariencia en la mente.

Sus ojos recorrieron toda el área una vez, y vieron a una jugadora abrazando sus rodillas no muy lejos de allí, con sus hombros temblando. Su corto cabello rosa estaba manchado de suciedad, y su ropa marrón hecha trizas.

Moviéndose casi al punto de arrastrase, Asuna llegó a su lado y envolvió sus brazos alrededor de su mejor amiga.

El cuerpo de Lisbeth se puso tenso repentinamente, luego descansó su cabeza en el pecho de Asuna. Su rostro se estremeció, llenó de un completo lío de sangre y lágrimas, y ella susurró con la voz ronca:

— Todos… Le hice esto… a… todos…

— No… ¡No, Liz!

Dijo Asuna llena de lágrimas en un fuerte susurro.

— No es tu culpa, Liz. Fue mía… Si sólo hubiera pensado esto mejor, si sólo hubiera predicho esto…

— Asuna… Yo… no sabía nada. Qué tan horrible es la guerra… Qué doloroso es perder… no sabía nada…

Asuna no pudo pensar en una respuesta, y solo abrazó a Lisbeth con firmeza. Las lágrimas comenzaron a deslizarse de sus ojos. Entonces oyó un leve sollozo, haciéndole girar para ver a Agil inmóvil en el suelo y a Silica arrodillada a su lado.

Las heridas de Agil eran tan severas que era atónito verlo todavía vivo. Quizás fueron por pelear larga e intensamente a fin de proteger a Silica. Su gigantesco cuerpo estaba apuñalado con muchas espadas y lanzas rotas, y sus extremidades estaban destrozadas, más allá de ser reparables. Se veía más desdichado que cualquier otro. Asuna lo observó mientras apretaba con fuerza sus dientes; debía estar soportando una agonía inimaginable.

Cerca de Agil pudo ver a Klein, sentado cabizbajo en el suelo con las piernas cruzadas. Su brazo izquierdo había sido cortado más allá de su hombro, y cubierto la herida con lo que podría ser llamado su firma, la banda de la cabeza.

Todos los sobrevivientes estaban esencialmente en la misma condición.

El hombre en el poncho negro miró a las 200 personas sentadas derrotadas en el suelo, despojadas de sus armas, armaduras, y moral… y su boca expuesta se partió en una muy grande sonrisa bajo su capucha.

Entonces se giró suavemente y miró hacia Los Guardianes de la Armada del Imperio Humano.

Asuna esperó, atemorizada por el momento en que levantaría su mano derecha, dando la orden de masacrarlos a todos.

Pero en su lugar, el hombre del poncho negro dijo algo inesperado en japonés.

— Tiren sus armas y ríndanse. A continuación vamos a prescindir de sus vidas y la de esos prisioneros detrás de nosotros.

La conmoción se mostró momentáneamente en los rostros de los Guardianes, pero rápidamente se convirtió en una furia hirviente. Uno de ellos dio varios pasos hacia delante; era el líder mujer de los Guardianes, Sortiliena. Su espada ya se había apagado y la sangre le corría por la frente, posiblemente por pelear en la primera línea con Klein y los demás.

Incluso así, eso no impedía su fuerza. Sortiliena gritó con fuerza:

—… ¡¿Qué clase de broma es esa?! Realmente crees que nos rendiríamos a este punto…

— ¡¡Hagan lo que dice!!

Asuna gritó con desesperación, interrumpiendo a Sortiliena.

Abrazando con fuerza a Lisbeth, levantó su rostro lleno de lágrimas y suplicó miserablemente.

— Por favor… ¡no pueden morir! ¡¡No importa que tan humillados estén, deben vivir!! Esa es… nuestra… única……

Esperanza.

Asuna sintió que su pecho se detenía antes de que fuera capas de terminar su oración.

Pero, incluso aunque Sortiliena y los Guardianes apretaron sus labios con fuerza, fruncieron las cejas furiosamente y se estremecieron por un momento, al fianl, sus hombros se inclinaron lentamente hacia abajo.

*Clang, clang*. Viéndolos lanzar sus armas al suelo, los jugadores de países vecinos que los habían rodeado apretadamente dejaron salir un grito celebrando la victoria, el cual rápidamente se convirtió en un canto incesante de los nombres de sus propios países.

El hombre vistiendo la capucha negra levantó una mano, llamó a algunos jugadores, y les hizo una especie de gesto. Ellos asintieron inmediatamente, dividieron la Armada del Imperio Humano rodeada, y caminaron en la formación circular.

Antes de que Asuna comprendiera que estaban a punto de hacer, el hombre del poncho negro caminó hacia ella con pasos crujientes.

Incluso a una distancia tan cercana, ella no podía distinguir la oscuridad bajo su capucha. Sólo podía ver las duras comisuras de su boca y el pelo negro rizado alrededor de su cuello.

Su boca estalló en una sonrisa contorsionada, y emitió una voz un tanto alegre.

— Oye, tiempo si vernos, «Destello»

“… ¡¡Realmente es él!!”

Asuna contuvo su respiración, y exprimió las palabras escondidas en lo profundo de su corazón.

—… Tú eres… ¡PoH…!

— Aw, qué nombre tan nostálgico. Me da bastante gusto que alguien lo recuerde.

En ese momento, Klein, quien se había edererezado con su mano derecha, alzó la vista hacia la capucha negra con ojos flameantes.

— Tú… realmente eres tú. Tú sigues vivo… ¡¡tú maldito asesino!!

Klein le lanzó un golpe con la mano, pero la bota del hombre lo mandó hacia un lado fácilmente.

Asuna apretó los dientes con fuerza y susurró:

— ¿Esto es… venganza? ¿Venganza contra los miembros de los Progesores, quienes destruyeron Laughing Coffin…?

—……

PoH bajó la vista hacia Asuna en silencio por un momento. Asuna pudo ver sus hombros temblar ligeramente.

Segundos después, finalmente se vio incapaz de contenerlo, y explotó. Su cuerpo se retorció bajo su manto mientras rugía con una risa incesante: *jejeje, jajajajaja*.

Después de que su burlesca y epiléptica risa finalmente concluyera, PoH sacó su dedo índice derecho y habló con una voz dulce:

— Ah, hmm… ¿cómo lo dirían los japoneses…. He estado en los Estados Unidos durante mucho tiempo, incluso he olvidado toda la jerga.

Su dedo giró una y otra vez en el aire, luego finalmente chasqueó los dedos.

— Ah si, “¿eres un idiota?” Simplemente hilarante, realmente es…

El hombre se inclinó, mirando directamente la cara de Asuna desde una distancia muy corta, sus ojos brillaban muchísimo bajo su capucha.

—… Te diré entonces. El que secretamente dejó entrar a muchos Progressors en la base oculta de Laughing Coffin, fui yo.

— Qué……

Asuna, Klein, e incluso Agil, que estaba a punto de morir, abrieron mucho sus ojos.

— Por qué… harías eso…

— Naturalmente, porque quería ver a un puñado de monos matándose entre ellos…. Pero por supuesto la más importante razón fue probablemente esta: Quería… quería hacerlos a todos «asesinos». Por todos, me refiero a los héroes que pasaban todo el día pensando en lo extraordinarios que eran, los Progressors que se daban tono de pretensiosos en las líneas del frente. El trabajo de preparación tomó una maldita eternidad… Tuve que mandar una advertencia a la gente de LaughCof en el último momento, y calcularlo viendo para que no pudieran huir pero si atacar.

“¿Entonces por eso es qué se divulgó prematuramente la información sobre su operación para asaltar esa base secreta?” —Asuna estaba impactada, pero continuó pensando.

Por esta misma razón, los Progressors, quienes tenían la ventaja en nivel y equipamiento, en realidad estaban en desventaja no mucho después de que la batalla comenzara, e incluso unos cuantos de ellos perecieron. Ellos sólo eran capaces de cambiar la corriente debido a los esfuerzos de Kirito, el cual era un jugador en solitario que aun así se las arreglaba para obtener reconocimiento por su fuerza. Sólo eran capaces de cambiar la situación porque él se había encargado de cierta fuerza que lideraba Laughing Coffin…

—… ¿Ese era… tú objetivo?

Asuna susurró con voz ronca.

— ¿Hacer que Kirito-kun… cargara con el peso de matar a un jugador…?

Si. Absolutamente si.

PoH afirmó la pregunta de asuna con un deje de pasión en su voz.

— En aquel momento, estaba oculto cerca viendo esa demostración de una batalla. Cuando Blackie-sensei enloqueció y mató a dos personas, casi me eché a reír y salir de mi escondite. El plan era más tarde dejarlos a ustedes dos con Parálisis y luego entrevistarles en vivo seriamente para preguntarles como se sintieron… Pero no esperaba que el juego terminara en el piso 75.

Por un instante, una ira ardiente hizo que Asuna olvidara el dolor de sus heridas.

— ¡¿Ti… tienes alguna idea de cuánto angustia y sufrimiento pasó Kirito-kun por lo que sucedió en ese entonces?!

— Oh, eso es maravilloso.

La voz de PoH fue tan fría como el hielo, creando un rígido contraste con la de ella.

— Pero, eso es raro. Si él realmente está arrepentido… típicamente, nunca estaría dispuesto a buscar otro juego VR de nuevo, ¿ahora lo haría? Debido a la culpa hacia la gente que mató y todo eso. Sé que está aquí, puedo sentirlo. Aunque no sé por qué estaría escondido en un carruaje… Como sea, le preguntaré en persona.

PoH le sonrió a Asuna, que se encontraba sin palabras, luego se puso de pie con fuerza.

En medio de los vítores ininterrumpidos viniendo de su alrededor, una voz glacial y escalofriante resonó:

¡It’s show ti-me!

Él dijo su eslogan de los tiempos en los que había estado activo dentro de la oscuridad de SAO. Luego levantó rápidamente su mano derecha, y justo en frente de él…

Apareció una silla de ruedas siendo empujada por un soldado rojo, y una chica en uniforme gris tambaleándose desesperadamente detrás de él.

Ah…

Alto.

Todo menos eso.

Asuna oró y suplicó miserablemente con su corazón. Klein, sin embargo, trató de saltar del suelo, pero fue inmediatamente empujado hacia abajo.

PoH se inclinó, observando la silla de ruedas que tenía frente a él.

—……… ¿Hmm?

Hizo un ruido de sorpresa y empujó las delgadas piernas colgando de la silla de ruedas con su pie.

— ¿Qué es esto? Oye, Blackie, levántate. ¿Me oyes, estimado Espadachín Negro?

Incluso aunque fue llamado con su antiguo sobrenombre, Kirito no mostró ninguna reacción en absoluto.

Su cuerpo llevaba puesto una camisa negra, pero no ocultaba el hecho de que Kirito estaba tan delgado que hacía que uno sintiera lástima por él. Estaba apoyado en el respaldo, con su cabeza inclinada hacia abajo. Su manga derecha vacía ondulaba con el viento, y los huesos en su mano izquierda, los cuales se envolvían en dos espadas, se asomaban por su piel.

Ronye corrió al lado de Asuna, parpadeando con sus ojos rojos de tanto llorar, y susurró:

— Kirito-senpai… mientras todos ustedes estaban luchando, siguió t-tratando de levantarse… a pesar de que se calmaba rápidamente porque había perdido su fuerza… pero… lágrimas… lágrimas seguían fluyendo por su cara…

— Ronye-san…

Asuna extendió su mano izquierda y abrazó con gentileza el delgado y temblante cuerpo de Ronye.

Luego alzó la vista y le gritó estridente a PoH:

— Ahora lo entiendes. Peleó, peleó, y siguió peleando, y terminó siendo gravemente herido. ¡Así que deja de meterte con él! ¡¡Deja a Kirito-kun descansar!!

Pero el hombre del poncho negro al parecer no escuchó a Asuna en lo absoluto, y siguió observando el rostro de Kirito desde una distancia extremadamente cercana.

— Oye, oye, ¡oye, tienes que estar bromeando! ¡¿Cómo vamos a terminar así?! ¡Oye, despierta! ¡Oye, levántate! ¡¡¡Buenos… días!!!

PoH extendió su pie izquierdo y pateó con fuerza la rueda plateada.

La silla de ruedas fue derrumbada con un fuerte sonido metálico, y el frágil cuerpo dentro de ella fue arrojado al suelo.

Asuna y Klein trataron de levantarse al mismo tiempo, pero fueron retenidos por las espadas de los soldados. Agil dejó salir un leve bramido de rabia, mientras que Lisbeth, Silica y Ronye gritaron suavemente.

Pero PoH no se fijó para nada en ellos, en su lugar caminó al lado de Kirito, y lo volteó bruscamente con la punta de su pie.

— Qué demonios… ¿realmente está jodido? ¿El gran héroe es sólo una mascota ahora?

Sujetó la empuñadura de una de las dos espadas que el brazo izquerdo de Kirito seguía abrazando con fuerza. Luego, la sacó poderosamente de su vaina, sólo para ver la mitad de una hoja, y el punto donde se había roto cruelmente.

PoH chasqueó sus labios bulliciosamente, y estaba a punto de tirar la espada. Pero…

— Ah… Ah…

Kirito emitió un sonido ronco, y su mano izquierda se extendió impotente hacia la espada blanca.

— ¡¿Eh?! ¡¡Se movió!! ¿Qué, la quieres?

Sword Art Online Volumen 17 Capítulo 21 Parte 4

 

PoH bamboleó la espada blanca como si lo estuviera tentando, después la lanzó al azar. Luego agarró con violencia la mano izquierda de Kirito, la cual se extendía hacia el en medio aire, y la tiró a sus pies.

— ¡¡Oye, di algo!!

PoH le dio bofetada a Kirito con su mano izquierda.

La visión de Asuna había sido teñida de rosa con una furia palpable. Pero justo cuando estaba a punto de levantarse de nuevo, Klein ya había explotado con un sangriento alarido.

— ¡¡Bastardo!! ¡¡No toques a Kirito, hijo de puta!!

Cuando Klein trató de golpear y agarrar PoH, una espada gigantesca se enterró en su espalda y lo clavó sin piedad en el suelo.

Escupió bocanada tras bocanada de sangre, pero ignoró la creciente laceración en su cuerpo, tratando de arrastrarse hacia delante.

— ¡¡Sólo… TÚ!! Nunca… perdones…


*¡¡Crack!!*

Con un fuerte ruido, una segunda espada perforó directamente la espalda de Klein.

Lágrimas inexpugnables brotaron de los ojos de Asuna una vez más, como si las estuviera agotando totalmente antes de que terminara el día.

* * *

 

En ese momento, el miedo en el corazón de Sinon era más por su incapacidad de volar libremente que el dolor producido por toda una pierna despedazada.

Antes, Sinon había volado libremente al pisar sobre el aire. Pero ahora sólo era capaz de evadir rápidamente con su pie derecho, el cual se convirtió en un rápido descenso mientras giraba caóticamente.

— Urgh……

Sinon apretó sus dientes, cambiando sus movimientos por la única maniobra que podía seguir realizando… volar hacia atrás sin detenerse. La sangre que emanaba de su pierna izquierda dibujaba una brillante línea roja en medio del aire.

Incrementó su distancia entre ella y Subtilizer a la máxima velocidad que pudo, mientras apuntaba hacia él y disparaba un tercer tiro.

Pero, el enemigo se acercó a ella fácilmente, y el rifle de francotirador en sus manos también emitió el brillo de un cañón, disparando una cuarta vez.

Las dos balas corrieron en dirección a la otra en la misma línea recta, emitieron un agudo ruido disonante e hicieron chispas en el momento en que se arañaron, y luego se desviaron de sus caminos y volaron en el aire.

Sinon arrastró hacia atrás el cerrojo, descartó su interminable miedo expandiéndose junto con el cartucho de balas vacío y disparó su cuarto disparo.

Dos estruendos de trueno se solaparon el uno al otro. Dos balas explotaron en un inmenso monto de energía al hacer contacto una con la otra, luego cada una se salió en espiral y desapareció.

El quinto tiro. El sexto tiro.

Los resultados fueron iguales. Subtilizer obviamente estaba coordinándose a propósito y disparando al momento que Sinon disparaba, haciendo que las balas colisionasen entre ellas sin parar.

Tal habilidad no podría existir en GGO, sin mencionar a este mundo. Pero en este mundo, la imaginación precedía a todo. No sólo Subtilizer, quien estaba creando este resultado intencionalmente, se había dado cuenta de esto, incluso Sinon lo había hecho; por eso era que este bizarro fenómeno en el que balas supersónicas chocaban entre si interminablemente seguía pasando.

Incluso así, aparte de las tres acciones de arrastrar hacia atrás el cerrojo, apuntar el enemigo y jalar el gatillo, Sinon seguía incapaz de hacer algo más.

El séptimo tiro soltó un intimidante rugido, se desvió en una gigantesca curva a la izquierda, y se desvaneció.

Expulsar el cartucho. Apuntar.

…… Click.

Cuando el dedo de Sinon se retrajo, el gatillo emitió profundo sonido de click.

La capacidad del magazine del Hecate II era de siete ondas. Ella no había respaldado magazines.

Por el contrario, la capacidad del magazine del Barrett XM500 era de 10 rondas. Quedaban dos más.

Sinon podía ver claramente la fría sonrisa surgiendo en el rostro de Subtilizer a más de 100 metros de distancia de ella.

Llamas surgieron violentamente de su rifle de francotirador alzado.

Siguiendo su pierna izquierda, la pierna derecha de Sinon explotó también.

Esto impidió que volara en una línea recta, y comenzó a descender lentamente.

Controlando el retroceso, Subtilizer presionó su ojo derecho contra la mira, preparándose para disparar el tiro final. Ese ojo similar a un cristal azul se apoderó de todo el lente, dirigiendo su visión con precisión al corazón de Sinon.

“Lo siento.”

Lo siento, Asuna. Lo siento, Yui. Lo siento… Kirito.

Después de que Sinon se murmurara a ella misma, la décima ronda del XM500 voló fuera de su cañón.

La bala trazó una espiral de fuego detrás de ella, volando precisamente a lo largo del camino de la visión de Subtilizer, demoliendo la armadura azul de Sinon, incendiando sus prendas, y penetrando en su cuerpo…

*¡¡Bang!!*

Se hicieron chispas una vez más.

Sinon ensanchó sus casi cerrados ojos, viendo la bala rotando rápidamente ser detenida por un muy delgado disco de plata.

Directamente en el centro de las chispas blancas giratorias, el resplandor brillante de ese metal de apenas dos milímetros de espesor equivalía a su propia fuerza de voluntad. En el instante en que vio todo esto, las lágrimas de Sinon se derramaron por sus párpados.

“No me puedo rendir.”

No me puedo, rendir nunca. Tengo que creer. Creer en mí misma. Creer en Hecate. Y creer en ese chico conectado a esta pieza de metal.

Sinon levantó firmemente el Hecate y puso su dedo índice sobre el gatillo.

Incluso si esta arma se había transformado en una pistola con su imaginación, su propiedad inherente del sistema no cambiaría… eso es, el poder del Arco de Solus; la habilidad de absorber automáticamente recursos de su alrededor y conservarlos como poder de ataque.

Luego era capaz de disparar. Incluso si las balas dentro de su magazine habían sido agotadas, el Hecate definitivamente respondería.

— ¡¡Va… mooooooooss!!

Sinon jaló el gatillo.

Lo que se disparó no fue una ronda perforadora-de-armadura- envuelta en metal.

Un rayo de luz de color blanco puro condensado, una energía infinita estalló en un halo caleidoscópico desde la punta del cañón, cortando directamente a través del cielo.

La sonrisa se desvaneció del rostro de Subtilizer. En el instante en que trató de moverse a la derecha para esquivarlo, la luz blanca atacó al Barrett.

Una bola de fuego naranja comenzó a expandirse, devorando completamente a Subtilizer……

Un ensordecedor estallido. Una explosión.

Sinon sintió una ardiente ventisca presionando sobre su cara mientras caía como una piedra, y segundos después chocó contra el suelo lleno de rocas.

No tenía las fuerzas para arrastrarse, mucho menos para volar. El terrible dolor de sus piernas desmembradas le hacía difícil incluso mantenerse consciente.

Incluso así, Sinon mantuvo sus ojos abiertos, observando los resultados de su ataque directo.

El viento dispersó el humo negro dominando el muy lejano cielo.

Apareciendo allí… estaba Subtilizer, todavía flotando en medio del aire.

Pero no estaba intacto. Su mano derecha había sido completamente despedazada por la explosión de su rifle de francotirador, un leve humo negro salía de sus hombros. El lado derecho de su alguna vez liso rostro había sido carbonizado, y un chorro de sangre fluía de su boca.

La determinación cruel y asesina por fin se revelaba a sí misma en el rostro de Subtilizer.

“Vamos. Te ganaré, sin importar cuánto lo intentes.”

Sinon concentró su fuerza restante, tratando de levantar su Hecate.

Segundos después, Subtilizer miró a la distancia. La criatura alada bajo suyo cambió de dirección y, trazando un delgado mechón de humo negro, voló directamente al sur.

Sinon puso suavemente el rifle de francotirador antimateria en el suelo; tan sólo sostenerlo la cansaba más allá de lo que imaginaba. Al instante que tocó el suelo, regresó a ser el original arco blanco.

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Usó sus últimas fuerzas para levantar las manos, acariciando la parte donde el collar había salido de su pecho.

—………… Kirito…

Mientras murmuraba, las lágrimas se deslizaban suavemente por sus mejillas.

* * *

 

Leafa por el momento era incapaz de gastar tiempo removiendo las filosas cuchillas perforando su cuerpo.

Todo el dolor de su cuerpo se unió, como si agujas perforaran directamente sus nervios expuestos.

Algunas de sus heridas eran claramente letales. Cada vez que se movía, las dos espadas desgarrando directamente su abdomen dañarían sus órganos internos, y la espada que entraba en su espada y salía por su pecho había pasado directamente a través de su corazón.

Pero Leafa no paró de moverse.

— ¡¡Ura…AAHHHHHHHH!!

Mientras una gran cantidad de sangre salpicaba mientras rugida ferozmente, activó una Habilidad de Espada que había activado quien sabe cuantas decenas de veces… o cuantas centenas de veces.

La catana «Veduras Anima» se deslizó horizontalmente en dirección a nada con un brillo verde. Después de concentrar poder por un momento, la curva de luz a su alrededor se expandió silenciosamente, y los cuerpos de incontables soldados enemigos fueron mandados a volar.

Unos cuantos enemigos aprovecharon la oportunidad de su tiempo de espera después de que activó tan grande habilidad, cargando contra ella. Ella saltó hacia atrás al último momento, pero a pesar de que se las arregló para esquivar la mayoría de los ataques, una gran alabarda consiguió atravesar su brazo izquierdo.

Ella estampó con fuerza ambos pies en el suelo para estabilizar su cuerpo, el cual casi se había caído por el impacto…

— ¡¡HAAAHHH!!

Su espada cortó horizontalmente una vez, y tres hombres caducaron al instante.

Leafa recogió su brazo que había caído al suelo, lo junto con su herida, y pisoteó con fuerza el suelo con su pie derecho.

Flores y hierba emergieron del suelo con un destello de luz verde, luego desaparecieron. Su salud había sido restaurada a lo normal y a pesar de que sus repugnantes heridas seguían presentes, su brazo izquierdo fue reconectado.

En este tipo de situación, la regeneración infinita concedida a la cuenta de Terraria ya no podía ser llamada la bendición de un dios.

En su lugar, maldición sería una palabra más apropiada. No importaba cuantas heridas sufría, que tan intensa era la agonía que probaba, a ella nunca, nunca, se le permitía fallar. No era capaz de morir, aunque no era invencible; estaba afrontando una inimaginable tortura.

La única cosa que hacía continuar a Leafa era la fe.

“Si yo fuera Onii-chan.”

Él nunca se rendiría por sólo éstas heridas.

Así que no me puedo rendir tampoco. Sólo son tres mil personas, por supuesto que me voy a deshacer de ellos yo sola. Porque… yo soy…. de Onii-chan… el «Espadachín Negro» Kiito…

—… ¡¡Su hermana mayorrrrrrrrrr!!

Una luz carmesí se disparó de la punta de la catana que sostenía.

*¡Zoom!* La catana irrumpió hacia delante con un bajo sonido metálico, disparando una gigantesca lanza de luz que perforó directamente a través del campo de batalla de cientos de metros en anchura.

Los cuerpos enemigos fueron retorcidos, y finalmente desaparecieron.

—… Huff… Huff……

Sus rápidas inhaladas se convirtieron rápidamente en bocanadas de sangre.

Leafa limpió su boca, se sacudió, y una lanza llegó rugiendo, golpeando la derecha de su ojo izquierdo y saliendo a través de la parte trasera de su cabeza.

Se tambaleó unos cuantos pasos; pero Leafa no cayó.

Ella agarró el mango de la lanza con su mano izquierda y la quebró de una vez. Una sensación que no era dolor surgió en el interior de su cráneo.

— ¡Urgh… Uraaaaaaaaagh!

Ella gritó, estampando su pie violentamente para recuperar HP. La temporalmente perdida parte izquierda de su visión se regeneró en un chasquido.

En un vistazo, antes de que hubiera dado cuenta, sólo quedaban alrededor de cien enemigos.

Leafa sonrió, extendió su sangrienta mano izquierda, apuntó su palma hacia arriba; y movió sus dedos cerrados.

Contra la legión que llegaba como una tormenta en su dirección, emitiendo aullidos totalmente desesperados, balanceó su catana con un pesado *whoosh*.

— Eeyah… AAAAHHH!

La espada destelló.

La sangre roció el aire mientras Leafa se precipitaba sin temor dentro del obstruido centro de la legión enemiga.

Aproximadamente tres minutos después, después de que el último enemigo había caído, el cuerpo de Leafa había sido desgarrado por otras diez piezas de metal.

Sus extremidades perdieron toda sensación mientras se tambaleaba y caía hacia atrás, entonces fue suspendida en medio del aire por las espadas y lanzas penetrando su espalda que habían alcanzado el suelo.

Escuchando a Rirupirin y los otros gritando su nombre, así como las pisadas corriendo hacia ella, Leafa cerró sus ojos y murmuró suavemente:

— Yo… hice lo mejor que pude, ¿cierto?… Onii-chan…

* * *

 

Mientras Yanai apretaba el gatillo, un grito ahogado resonó simultáneamente en el auricular izquierdo de Higa.

— ¡¡Higa-kun, esquiva!!

¿Eh?

¿Esquivar… esquivar la bala?

Mientras este pensamiento apagado flotaba en su mente, Higa oyó el pitido del algo que caía de un lugar muy alto.

*¡Clang!*

Ese no era el sonido de una descarga de arma de fuego. Era el sonido de algo cayendo desde la abertura del conducto de cable muy por encima de él, y que chocó con su frente.

Los ojos de Yanai se abrieron y giraron hacia arriba. Su mano izquierda agarró la escalera que de repente se deslizó.

— Whoa… Espera…

Higa de repente olvidó el dolor en su hombro, sujetó la escalera, y acercó su cuerpo lo más cerca posible al conducto de cable.

Una llave tan grande que uno se preguntaba de donde había venido, y luego una pequeña pistola que todavía olía a pólvora cruzaron su visión.

Finalmente, el cuerpo inconsciente de Yanai se encajó en el hueco entre Higa y el conducto, luego se detuvo.

— Hee… ¡Heee!

Los hombros de Higa se contrajeron inconscientemente y presionó su espalda con fuerza contra la pared.

El cuerpo de Yanai se deslizó lentamente, ahogando el olor a sudor de la camisa de Higa, avanzando lentamente…

—……… Ah.

Mientras Higa hacía ese sonido, Yanai se hundió 50 metros hacia abajo en el agujero. Varios chasquidos sonaron por chocar con las escaleras, y luego se escuchó un retumbo cuando aterrizó en el fondo.

—……… Um.

¿Está… muerto? No, por lo que parece, él probablemente se rompió dos o tres huesos… No, probablemente seis…

Mientras la cognición de Higa estaba a punto de detenerse, lo que sonaba como un grito vibró en su oído, interrumpiendo sus pensamientos.

— Higa-kun… ¡¡Oye, Higa-kun!! ¡¿Estás bien?! ¡¡Respóndeme, oye!!

—……… Ah, no, sólo me sorprendió… que incluso tú puedas hacer ese tipo de sonido, Rinko-senpai.

— Cómo… ¡¿Cómo puedes decir algo así en este momento?! ¡¿Estás herido?! ¡¿Te disparó?!

— Ah, um…

Higa miró en dirección a la herida en su hombro derecho.

La cantidad de sangre que estaba perdiendo era algo aterradora. Su mano derecha había perdido toda sensación, y se sentía muy frio. Incluso sus pensamientos no eran tan rápidos como de costumbre.

Pero Higa tomó una gran bocanada de aire, y después de acumular la fuerza en el estómago por un momento, dijo tan alegre como le fue posible:

— ¡No, estoy completamente bien! Sólo un rasguño. Continuaré la operación, ¡¡Por favor regrese para monitorear la situación de Kirito-kun, Senpai!!

— ¡¿Realmente estás bien?! Voy a creerte, ¡¿De acuerdo?! Si intentas engañarme nunca te lo perdonaré, ¿está bien?

— Sobre eso… Sólo confía en mí.

Higa levantó la vista y agitó cuidadosamente su mano hacia Rinko, quien asomaba la cabeza en la entrada a decenas de metros de altura. La gran distancia, combinada con la iluminación inadecuada, debía haber hecho difícil para ella ver que él estaba sangrando.

— Entonces… Volveré al control principal primero, y si la imagen cambia, ¡volveré pronto! ¡¡Buena suerte, Higa-kun!!

Al momento en que su silueta estaba a punto de irse, Higa no pudo evitar llamarla en voz baja:

— Ah… Rin-Rinko-senpai.

— ¡¿Qué, pasa algo malo?!

— No… Um, uh…

“¿Sabes? En la universidad, no sólo Kayaba-senpai y ese bastardo de Sugou estaban obsesionados contigo, incluso yo lo estaba.”

Higa quería decir esto, pero seguía sintiendo que si decía algo así, su propia supervivencia disminuiría drásticamente, así que dijo algo al azar.

— Um, después de que todo esto esté resuelto, ¿te gustaría comer algo juntos?

—…… Recibido. Te invitaré a unas hamburguesas, o tazones de res, o lo que sea, ¡¡buena suerte!!

Después la silueta de la profesora Koujiro desapareció de la vista de Higa.

“… Ella sale realmente barata.”

Pensando en ello, en la escala de «últimas palabras famosas», no sería demasiado diferente.

Higa sonrió con amargura, luego volvió a la computadora portátil en su mano izquierda. Puso sus entumecidos dedos derechos sobre el teclado u comenzó a escribir comandos cuidadosamente.

STL #3… Conectado a #4. #5, #6… Conectado.

Posiblemente debido a la pérdida de sangre, las palabras frente a los ojos de Higa comenzaron a duplicarse. Sacudió la cabeza y murmuró en silencio.

— Muy bien, Kirito-kun, casi es tiempo de levantarse.

* * *

 

A través de una cortina de lágrimas, Asuna contemplaba la figura de su amado, rezando.

“Por favor, Kirito-kun. Estoy dispuesta a dedicar mi corazón, mi vida, mi todo.. Así que por favor, despierta.

“Kirito-kun.”

* * *

 

“Kirito.”

* * *

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“Onii-chan.”

* * *

 

………… Ahora… Kirito…

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[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

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