Sword Art Online

Volumen 17: Alicization Awakening

Capítulo 21: Despertar

Parte 2

 

 

Al volver al mundo real, Gabriel Miller, dentro de STL # 2, levantó lentamente sus párpados.

Para ser exactos, no volvió, en realidad fue inesperadamente exiliado. Permaneciendo inmóvil en la cama de gel, Gabriel asimiló el sabor del asombro que quedaba en su boca.

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¿Cómo perdió un combate cara a cara en un mundo virtual? El oponente ni siquiera era un ser humano; Era una IA.

¿Por qué perdió contra ese caballero? Gabriel pasó unos preciosos segundos pensando en cuál podría haber sido la razón detrás de aquel resultado.

¿La fuerza de voluntad? ¿Los vínculos entre las almas? ¿El poder del amor que conecta a las personas…?

—Completamente absurdo.

Las comisuras de la boca de Gabriel se elevaron para formar una fría sonrisa. Sea el mundo real o un mundo virtual, si verdaderamente existen aquellas fuerzas invisibles, entonces sólo puede existir una: la fuerza del destino que lo lleva hacia adelante.

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En otras palabras, su derrota fue inevitable. Porque era fundamental. El destino quería que Gabriel no luchara con un avatar prestado como Vector, sino con su verdadera forma. Le estaba pidiendo que bajara a ese mundo una vez más, de la manera correcta.

Luego él acompañará esa noción hasta el final.

Completando su reflexión, Gabriel se deslizó tranquilamente de su asiento.

Mirando hacia el otro STL, se sorprendió al ver que su ayudante Vassago Casals todavía estaba inmerso. Pensó que había muerto hace mucho tiempo y cerrado su sesión, pero parece que este hombre también ha encontrado algo que perseguir.

—Bueno, haz lo que quieras.

Encogiéndose de hombros, Gabriel abrió la puerta que conducía a la sala de control principal. El miembro del equipo que tiene su cabeza afeitada desvió su mirada de la consola al frente de él y luego habló con una voz imperturbable:

—Has trabajado mucho, capitán. Ahh, tú también has terminado.

—Deme un informe de la situación.

Gabriel le preguntó indiferente. Critter cambió ligeramente su expresión e informó:

—Bueno, como ordenó, he depositado secuencialmente los 50.000 jugadores que fueron reunidos de diferentes partes de los Estados Unidos. La mitad de ellos han sido desconectados, pero la meta de aniquilar el ejército del imperio humano debe todavía estar a nuestro alcance. En cuanto a cualquier incertidumbre, Rath ha tomado el mismo curso… Hemos confirmado una conexión a gran escala en el campo de batalla proveniente de Japón. Sólo cuentan con 2.000 unidades, así que no creo que representen una gran amenaza.

— ¿Oh…?

Alzando una ceja, Gabriel miró la pantalla principal.

Un mapa topográfico de Underworld estaba exhibido allí. Una línea negra se extendía hacia el sur directamente desde la «Gran Puerta Oriental» y terminaba con una marca «X», que era probablemente el registro de movimiento del Dios Oscuro Vector o en otras palabras el de Gabriel. Todavía le quedaba más de la mitad del recorrido hasta la consola del sistema en el extremo sur del mundo, pero Alice todavía debe estar en ese punto marcado con una X en el mapa.

Después de eso, una gruesa línea blanca se movía hacia el sur como si estuviera en busca de la línea negra. Ese debe ser el Ejército del Imperio Humano. Parecían muy densos y se habían detenido por ahora.

Las tropas blancas del Imperio Humano parecían estar a punto de ser aplastadas por el enorme ejército de color rojo. Asumiendo que el ejército rojo son los jugadores americanos, entonces el grupo azul que forma una pared protectora entre los ejércitos rojo y blanco deben ser los 2.000 conectados de Japón.

— ¿Esos son los japoneses usando las cuentas por defecto del Ejército del Imperio Humano?

—Yo creo que sí, ¿qué pasa con eso?

—Nada…

Gabriel tomó una botella de agua mineral que Critter le entregó y bebió de ella.

¿Podrían esos adictos japoneses haber convertido una mitad de ellos mismos, no, en cierto sentido, un personaje que valoran más que su ser real en un avatar de Underworld?

Gabriel nuevamente sonrió con frialdad.

Hace alrededor de medio mes, Gabriel había participado en un torneo PvP en un servidor japonés en el VRMMO «Gun Gale Online». Incluso si esos jóvenes, a los que él fácilmente había aplastado, entraron en Underworld por simple interés, nunca se arriesgarían a perder sus personajes.

Una imagen pasó a través de su mente.

Esa francotiradora de cabello azul, que había caído bajo su llave mortal, pero luchó hasta el final.

Gabriel rápidamente volvió en sí.

—Buen trabajo, me sumergiré de nuevo. Convierte esta cuenta a Underworld.

Cogió un pedazo de papel y una pluma que estaba convenientemente en la consola, anotó su identificación y contraseña y se la pasó a Critter.

Critter no pudo evitar mostrar una expresión de sorpresa.

— ¿Usted también, capitán?

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— ¿”También”, que quieres decir…?

—Bueno, Vassago también regresó después de morir y de alguna manera parecía feliz, convirtió su cuenta y volvió a entrar.

— ¿Oh…?

Los ojos de Gabriel cayeron sobre una hoja de papel que estaba a un lado de la mano de Critter. Entre las letras que parecían ser la identificación de Vassago, las primeras tres le atrajeron más la atención.

—Ya veo.

Jejeje

Una rara y genuina risa salió de la garganta de Gabriel. Cuando Critter pareció estar aún más sorprendido, Gabriel le dio una palmada en el hombro y le dijo:

—No te preocupes por eso. Puede que no lo notes, pero tiene… sus propios problemas. Pues bien, te dejaré el resto.

Gabriel se dio vuelta y se dirigió hacia la sala del STL, una sonrisa contorsionada adornaba su rostro.

* * *

 

Mientras tanto, Vassago Casals sonreía bajo su capucha negra mientras miraba por encima del campo de batalla.

De pie sobre la cabeza de una estatua erigida en la entrada de las ruinas, fue capaz de ver sin problemas el sangriento combate entre los jugadores americanos y japoneses.

No, más puntualmente, fue una masacre unilateral.

En medio de la entrada, 2.000 japoneses formaron un semicírculo gigantesco y de forma continua derrotaban los soldados carmesí casi sin perder ninguno de los suyos. Una de las razones de esto fue la enorme diferencia en las estadísticas de los equipos de ambos ejércitos y el nivel de trabajo en equipo, pero el sistema de soporte en su parte trasera fue su punto decisivo. Los jugadores heridos eran transportados inmediatamente al campamento dentro de las ruinas y tratados con conjuros de curación para luego precipitarse con fuerza sobre la línea del frente.

El hecho de que poseyeran una moral tan alta dentro de Underworld, donde se siente un dolor similar al del mundo real, es realmente algo digno de admiración. Pero en términos realistas, el hecho de que 2.000 jugadores estuvieron dispuestos a convertir sus propios personajes para unirse a la lucha en este mundo ya era un milagro en sí mismo.

Una situación como esta, era imposible incluso para Gabriel Miller.

Sin embargo, fue casi perfectamente predicha por Vassago Casals.

Si la conexión desde EE.UU era posible, entonces era probable que Japón también enviaría refuerzos. Por otra parte, Vassago incluso había predicho el hecho de que lograrían este objetivo convirtiendo sus cuentas.

Entre estos valientes luchadores japoneses, aparte de “The Flash” Asuna, había varios otros rostros familiares y esto le trajo una sincera emoción.

Después de todo, el juego de la muerte al que había renunciado a ser capaz de disfrutar de nuevo, había reaparecido ante él en una forma diferente.

No, incluso si mueren en este mundo, las vidas reales de los jugadores no pueden ser robadas.

Pero en Underworld, había algo que estuvo ausente en ese castillo flotante y dentro de ese castillo flotante existía algo ausente en Underworld.

En otras palabras:

En Underworld hay «dolor».

Pero no hay “Código de Prevención del Delito”.

Obviamente esto le trajo una gran alegría, posiblemente sea la parte más emocionante de tomar una vida con sus propias manos.

Kek, Kekek, kekkekkek.

Vassago no pudo reprimir una risa sorda que salía de debajo de su capucha.

* * *

 

—No lo hice.

Sinon contempló silenciosamente el cuerpo ensangrentado del caballero de avanzada edad y la joven de cabellos dorados sollozando mientras lo abrazaba con fuerza.

Los dos grandes dragones al lado del caballero bajaron sus cabezas, como si compartieran el lamento.

Con el fin de alcanzar a la «Radiant Medium» Alice, en quien descansaba el destino del mundo, al dios oscuro Vector que la había secuestrado y al Comandante Bercouli, que estaba en la persiguiéndolos a ambos, Sinon había estado volando frenéticamente. Había utilizado a toda potencia su habilidad de vuelo libre, entrenada intensamente en ALO y voló hacia el sur a la mayor velocidad permitida por el sistema, pero la batalla había terminado hace mucho tiempo cuando finalmente los alcanzó.

No… Lo que mereció elogios fue la fuerza de Bercouli.

Debido a que había alcanzado a Vector considerado algo inalcanzable y luego derrotar a una Súper Cuenta casi invencible.

Pero al final hubo una gran injusticia.

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La muerte del comandante Bercouli es también la desaparición total de su alma. Sin embargo, para el Dios Oscuro Vector, que había muerto de la misma manera, su alma no estaba acobijada por esta regla.

Sinon sabía que debía transmitirle esto a Alice, que había cesado finalmente su llanto y ahora mantenía su cabeza abajo como si se hubiera derrumbado, el peligro aún no había pasado, pero no pudo encontrar las palabras para decírselo.

Después de pasar varios valiosos minutos en silencio, la primera en hablar fue la Integrity Knight, Alice.

Incluso con las mejillas humedecidas por las lágrimas, la impresionante belleza de Alice hizo que Sinon contuviera el aliento. Alice la miró a los ojos, estos brillaban como azul cobalto tan transparentes como la superficie del agua. Sus labios de color cereza se movieron, emitiendo una voz que parecía el tintinar de una campana:

— ¿Tú también eres… del mundo real?

—Sí…

Sinon asintió y habló con dificultad.

—Soy Sinon. Amiga de Asuna y de Kirito. Vine a salvarte a ti y a Bercouli-san de Vector… Lo siento, no pude hacerlo.

Sinon se arrodilló en lo alto de la cumbre que aún mantenía las marcas de una intensa batalla e inclinó profundamente su cabeza hacia Alice.

Alice, sin embargo, sacudió suavemente su cabeza.

—No… Fui estúpida. No presté atención a lo que había detrás de mí y me detuve como un niño; Todo es culpa mía ¿Cómo puedes comparar mi insignificante vida con la de Oji-sama… con la del gran comandante de los Integrity Knights?

El profundo odio a sí misma y el rencor mezclado en su voz dejaron a Sinon sin palabras. Reprimiendo las lágrimas con toda su fuerza, Alice hizo otra pregunta:

— ¿Cómo va la guerra?

—…Asuna y el ejército del Imperio Humano apenas están logrando bloquear al ejército rojo del mundo real.

—Entonces también regresaré al norte.

Alice tropezó mientras se ponía de pie, dirigiéndose hacia uno de los dragones, pero Sinon le gritó para detenerla.

—No puedes hacer eso, Alice-san. Debes continuar hacia el sur, hacia el «World End Altar». Si eres capaz de tocar la consola… no, la tableta de cristal en lo alto del altar, podrás escuchar un mensaje proveniente del mundo real.

— ¿Por qué debería? ¿El emperador Vector ya está muerto?

—… Ese no es el caso.

Sinon le explicó la situación a Alice.

Incluso si una persona del mundo real muriera en Underworld, no perderían su vida. Es muy probable que el enemigo que estaba usando la cuenta del Emperador Vector obtenga un nuevo avatar y ataque de nuevo.

Alice reaccionó con furia, como si todas las emociones que había estado suprimiendo hasta ahora de repente estallaron con furia.

— ¡¿Oji-sama…sacrificó su propia vida para matar al enemigo pero este no murió?! Simplemente desapareció por un instante y pronto volverá a revivir como si nada hubiera pasado… ¿Es eso lo que quieres decir?

Alice se acercó a Sinon, su armadura dorada crujió.

— ¿Cómo puede esto ser tan absurdo? Entonces… ¿Qué hizo Oji-sama…? ¡¿Por qué tuvo que sacrificarse?! Un combate en el que una sola persona pone su vida en juego…es sólo…es sólo una…mala actuación…

Las lágrimas brotaron una vez más de sus ojos azules, sin embargo, Sinon sólo pudo mirarla en silencio.

No tengo el derecho de decirle algo.

He muerto muchas veces en batallas de GGO y ALO. Y, como Vector, puedo seguir viviendo si muero en esos mundos virtuales. Alguien como yo no tiene el derecho…

Pero Sinon, mirando fijamente a Alice a los ojos, respiró hondo y dijo:

—Entonces… Alice-san, ¿quieres decir que el dolor de Kirito también es falso?

La guerrera dorada súbitamente se quedó sin habla.

—Kirito también es del mundo real. Incluso si muere en este mundo, su alma real no desaparecerá. Sin embargo, las lesiones que sufrió son reales. El dolor que sintió y su alma rota, son completamente reales…

Sinon se detuvo un poco, luego continuó mientras una ligera sonrisa aparecía en sus labios:

—Yo… amo a Kirito. Lo quiero mucho. Asuna también lo ama. Hay muchas más personas que lo aman. Están preocupados por Kirito, todos ellos. Están desesperadamente orando por su recuperación. Además, incluso si nadie lo dice, todo el mundo piensa: “¿Por qué Kirito tuvo que esforzarse tanto?”

Sinon extendió su mano, la apoyó suavemente sobre los hombros de Alice y habló con firmeza:

—Kirito se sacrificó para salvarte, Alice. Esa es la única razón por la que luchó con tanto ímpetu. ¿Me estás diciendo que sus sentimientos eran falsos? No, no sólo Kirito, el comandante Bercouli también. Con el fin de salvarte, fue golpeado varias veces, incluso creó una oportunidad a costa de su vida, sólo para que pudieras escapar de las garras del enemigo y comprar un tiempo muy valioso.

Sinon no oyó inmediatamente una respuesta.

Alice miró en silencio el cuerpo de Bercouli, tendido en el suelo.

Una vez más, grandes lágrimas salieron de sus ojos. Entonces Alice los cerró con fuerza y levantó su rostro como si estuviera resistiendo desesperadamente algo invisible. Luego preguntó con voz ronca:

—Sinon, si… si voy al Mundo Real a través del “World End Altar”, ¿podré volver? ¿Seré capaz de ver a mis seres queridos otra vez…?

Sinon no poseía el conocimiento para responder claramente la pregunta de Alice. La única cosa de la que podía estar segura era que si Alice caía en las manos del enemigo, todo Underworld sería borrado y eventualmente desaparecería por completo.

Si pudieran proteger tanto a este mundo como a Alice, definitivamente podrían saber si pueden cumplir su deseo. Es lo único que pudo Sinon creer en ese momento.

Por lo tanto, asintió lentamente.

—Sí. Mientras tú… y Underworld, estén a salvo.

—Ya veo… Entonces voy al sur. No sé qué me espera en el «World End Altar»… Pero si esta es la voluntad de Oji-sama y Kirito…

Alice extendió gentilmente su falda mientras se arrodillaba en el suelo. Ella movió su mano y acarició gentilmente el pelo de Bercouli, luego colocó suavemente sus labios en su frente.

Cuando se levantó de nuevo, un aura completamente distinta emanó de su cuerpo.

—Amayori, Takiguri. Por favor, ayúdenme un poco más.

Después de decirle eso a los dos dragones, Alice se dirigió hacia Sinon.

— ¿Qué… harás entonces, Sinon-san?

—Esta vez, es mi turno de poner mi vida en juego.

Sinon sonrió levemente y continuó:

—El dios oscuro Vector probablemente revivirá aquí. Intentaré derrotarlo con mi máximo esfuerzo… o al menos entretenerlo el tiempo suficiente.

Alice mordió su labio suavemente, luego inclinó su cabeza profundamente.

—Te lo dejo a ti. No traicionaré tus intenciones.

Después de ver a los dos dragones partir hacia el sur, Sinon tomó en sus manos el arco blanco que colgaba de su hombro.

El grupo que había atacado el «Ocean Turtle» era probablemente un grupo militar privado contratado con la ayuda de una agencia del gobierno estadounidense. Uno de los combatientes había utilizado la Súper Cuenta 04, «Dark God Vector», para atacar a Alice.

En el mundo real, Sinon, una simple estudiante de secundaria, no tiene ninguna oportunidad contra un oponente como ese.

Pero en este lugar, siempre y cuando sea una batalla cara a cara en un mundo virtual…

No importa a quién me enfrente, debo ganar.

Al jurar tan importante voto, Sinon esperó el momento en que el enemigo vuelva a iniciar sesión.

* * *

 

Cuando él tiró de su puño derecho, su hueso dejó salir un crujido seco.

El líder del gremio de luchadores Iskahn apartó la mirada del soldado al que había golpeado en el centro de su armadura y se quedó mirando su mano derecha en silencio.

Ya habían desaparecido sus nudillos de hierro, capaces de aplastar cualquier metal. En su lugar había una esfera de piel hinchada que cubría huesos rotos y carne desgarrada.

Su puño izquierdo se había vuelto en el mismo estado hace no mucho tiempo. Sus pies estaban cubiertos de hematomas. Ya no podía correr y mucho menos lanzar patadas.

—Usted ha luchado como un verdadero guerrero, campeón.

La voz ronca de su ayudante, Dampe, hizo que Iskahn mirara hacia atrás.

Después de perder por completo sus dos brazos, el hombre fornido sentado en el suelo había mantenido la lucha sólo mediante cabezazos y embestidas, como lo demuestran las heridas de espada en su rostro y cuerpo. Sus ojos, que brillaban con el espíritu de lucha y sabiduría, ahora estaban oscurecidos, dejando claro que la vida de Dampe estaba a punto de agotarse.

Iskahn levantó su puño destrozado en un gesto de respeto hacia el alma de ese guerrero y respondió:

—Sí, si sucumbimos de esta forma, no nos avergonzaremos una vez que conozcamos a nuestros antepasados en la otra vida.

Arrastrando sus pies, se lanzó al lado de su ayudante, derrumbando su cuerpo en el suelo.

Después de una larga y feroz batalla, la legión carmesí que al principio contaba con más de veinte mil unidades se había reducido ahora a alrededor de tres mil. Pero a cambio, sólo había alrededor de trescientos sobrevivientes de los luchadores. Además, cada uno de ellos había sido mutilado y herido de gravedad. Incluso no pudieron reunirse para una formación completa, simplemente formaron un grupo y esperaron a ser sacrificados.

Pero la única razón por la que los tres mil soldados enemigos que los rodeaban estrechamente no habían lanzado su asalto final era…

Un caballero y un dragón, todavía luchando como demonios justo delante de los ojos de Iskahn y Dampe.

Su cuerpo físico y su espíritu ya se habían desgastado mucho más allá de sus limitaciones.

A pesar de todo, tan pronto como la sombra de un enemigo apareció dentro de su oscura visión, la Integrity Knight Sheyta Synthesis Twelve todavía levantaba su brazo derecho y balanceaba su Black Lily Sword.

Se oyó el ruido pesado del aire siendo cortado.

La espada delgada se hundió en el hombro de un enemigo. Su retroceso, como innumerables agujas de hierro clavándose en su carne, viajó de su muñeca a su codo.

— ¡HA…AAHHHH!

El gruñido de rabia que salía de su garganta estaba muy alejado de su apodo «The Silence». Su espada atravesó la voluminosa armadura y desgarró en línea recta, cortando el cuerpo del enemigo por la mitad.

Una vez que el soldado se derrumbó, maldiciendo en una lengua incoherente, Sheyta arrancó su espada de su cuerpo.

La razón detrás de su agotamiento se debió en parte al número casi ilimitado de enemigos y también debido a la manera misteriosa que los soldados rojos se sentían al otro lado de su espada.

Su encarnación apenas tuvo efecto. Aunque las armas y la armadura del enemigo no eran nada comparadas con el instrumento divino de Sheyta, siempre que los cortaba, sentía una preocupante resistencia. Sus ataques eran los mismos. Claramente se basaban sólo en fuerza bruta, atacando con toscos movimientos, pero eso hacía que Sheyta no pudiera predecir sus próximos movimientos.

Estaba luchando prácticamente contra fantasmas. Este ejército era como una masa de hombres que no estaban aquí, sino sombras proyectadas de sus verdaderos ser.

Luchar contra ellos no era para nada divertido. Sheyta se dio cuenta de esto mientras cortaba esas sombras, que sólo habían nacido para ser cortadas, no podía experimentar nada más que una intensa repugnancia.

¿Por qué?

No importa si mis adversarios son sombras o cuerpos, o incluso estatuas de piedra, debería estar satisfecha siempre y cuando sean lo suficientemente sólidos. Soy un mero títere que solo sabe cortar…

La Black Lily Sword es un instrumento divino con la prioridad más alta dentro de las espadas ultra-delgadas. Era una herramienta creada únicamente para cortar, al igual que Sheyta. Si alguno de ellos falla en seguir cortando, el significado de su existencia se disiparía.

La Highestest Minister había transformado un lirio negro en una espada, fue una flor que Sheyta había recuperado de un antiguo campo de batalla en el Dark Territory. Cuando elle le concedió la espada a Sheyta, le dijo algo:

“Esta espada es la manifestación física de la maldición grabada dentro de tu alma. Una maldición que es un impulso asesino, creado por las fluctuaciones en los parámetros de la herencia de personalidad. Cortar, cortar, y seguir cortando. Sólo cuando hayas seguido este sangriento camino hasta el final descubrirás la clave para liberarte de esta maldición… Posiblemente lo hagas.”

En ese momento, Sheyta no entendió el significado detrás de aquellas palabras.

Ella simplemente obedeció sus órdenes y se abrió paso a lo largo de ese camino, durante años y años que parecieron una eternidad. Entonces, por fin, encontró su oponente destinado. Era alguien más duro que cualquier persona que ella hubiera cortado con su espada: ese Luchador.

Deseaba luchar contra él una vez más. Sólo a través de la batalla podría eventualmente entender algo.

Impulsada por este pensamiento, Sheyta se separó del ejército del imperio humano y permaneció en este campo de batalla. Sin embargo, parecía incapaz de luchar de nuevo contra ese guerrero pelirrojo.


Ella tragó su última bocanada de agua y tiró la bolsa de cuero vacía mientras miraba detrás de ella.

Ella vio, sentado en lo alto de una roca que estaba muy lejos, el Jefe del gremio de luchadores, con todo su cuerpo cubierto de heridas. Inexplicablemente, el dolor se deslizó hacia su ojo izquierdo mientras él la miraba fijamente

De repente, Sheyta sintió que le picaba el pecho.

¿Qué es este dolor?

Debería anhelar matar a este hombre. Quiero probar de nuevo el sabor de esa batalla y luego cortar esos puños que son más duros que los diamantes. Eso debería ser todo lo que deseo. Sin embargo, ¿por qué mi corazón…? ¿Qué es esta agitada sensación…?

Agrietarse.

De repente, un débil crujido surgió de su mano derecha.

Sheyta levantó su Black Lily Sword para inspeccionarla en silencio. En el oscuro centro de la espada que parecía capaz de absorber toda la luz corría una fisura más fina que la tela de una araña.

Ahh…

Ya veo.

Sheyta inhaló profundamente y sonrió.

Todas sus preguntas se disolvieron en ese momento. Sheyta finalmente entendió el significado detrás de las palabras de la Highest Minister y cuál había sido su maldición.

Una onda de presión hizo retumbar el suelo. Al mirar detrás, sólo para ver a un soldado enemigo cargar contra ella, blandiendo un brutal martillo de guerra.

Sheyta desvió con fluidez el primer ataque del enemigo y su mano derecha clavo su espada directamente en el centro de la armadura roja.

Su ataque final había sido, fiel a su nombre, silencioso. Como si se estuviera deslizando en el corazón del enemigo quitándole la vida diestramente. Luego, empezando por el centro, se disolvió silenciosamente en innumerables pétalos de flores y se dispersó en todas direcciones.

Sheyta movió sus labios melancólicamente a la empuñadura de su espada y susurró:

—… Gracias, por todo este tiempo.

En ese instante, ella pareció detectar la ligera fragancia de una flor.

A su derecha, el dragón Yoiyobi, su antiguo compañero, aplastó a un enemigo con su cola.

Las escamas grises del dragón habían sido teñidas de rojo por la sangre que brotaba de sus innumerables heridas y sus garras y colmillos estaban destrozados y fragmentados. Había agotado hace mucho tiempo sus llamas y sus movimientos se habían ralentizado a un ritmo poco característico de su agilidad original.

Sheyta se aseguró de que el asalto del enemigo se había detenido, luego caminó hacia al lado de su amado dragón y le pasó su mano derecha por el cuello.

—Gracias, Yoiyobi. También estás cansado, ¿verdad? …Descansa un poco.

Entonces, Sheyta y su dragón se apoyaron uno contra el otro mientras se dirigían hacia la pequeña colina donde se habían reunido los restantes supervivientes del Gremio de Luchadores.

Permaneciendo sentado en el suelo, el jefe de los luchadores levantó su mano derecha, que estaba tan hinchada que podría estallar en cualquier momento y saludó a Sheyta.

—He fallado… Dejé que tu preciosa espada se rompiera…

Sheyta sacudió su cabeza ante la disculpa:

—Está bien. Porque finalmente lo veo, veo por qué he estado cortando todo este tiempo…

Ella cayó débilmente sobre sus rodillas, levantó ambas manos y tomó la cara del joven guerrero suavemente con sus diez dedos.

—Fue para encontrar algo que no deseara cortar. He estado luchando por encontrar lo que deseo proteger. Ese eres tú. Así que ya no necesito esta espada.

En un instante, el ojo izquierdo del Luchador se ensanchó y una gota de un líquido transparente brotó de su interior. Esto hizo que Sheyta se sorprendiera un poco.

El joven apretó sus dientes con fuerza y murmuró, con su garganta ahogándose:

—Ah… mierda. También quiero empezar una familia contigo. Definitivamente vamos a tener un niño fuerte. Un niño más fuerte que mis antepasados, más fuerte que yo, que puede convertirse en el más fuerte de los Luchadores…

—No. Ese niño se convertirá en un caballero.


Los dos se miraron por un momento, luego ambos sonrieron. Con un apenado hombre fornido mirándolos, Sheyta e Iskahn se abrazaron, después se sentaron uno al lado del otro.

Trescientos combatientes del gremio de Luchadores, un Integrity Knight y un dragón esperaron en silencio mientras que los soldados carmesí acortaban gradualmente la distancia entre ellos.

* * *

 

—Parece que fue un… juego, set y partido ¿No es así?

Dijo Klein mientras Asuna y él regresaban al campamento trasero.

—Sí.

Respondió ella.

Sus dos heridas estaban siendo tratadas por uno de los magos de los jugadores japoneses que estaba usando las Sacred Arts que acababa de aprender. Ella era incapaz de amplificar la eficacia de las Arts con su imaginación como lo haría un mago de Underworld, pero como el nivel de su personaje era alto había recibido una autoridad de “aprender artes” muy alta la cual resultó en una abundante habilidad curativa.

—Muchas gracias por venir a ayudarnos.

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Asuna le agradeció a la maga y luego le agradeció a Klein, quien estaba junto a ella.

—Gracias también, Klein. Realmente no sé cómo darte las gracias…

Al ver a Asuna perder el habla momentáneamente, Klein se frotó la nariz con vergüenza.

—Hey, no me trates como un extraño. Te debo a ti y a ese bastardo de Kirito mucho más, esto está lejos de ser suficiente… Él está aquí también, ¿verdad?

Klein no pudo evitar bajar la voz. Asuna asintió ligeramente.

—Sí. Anda a verlo después de la batalla. Si escucha algunas de tus bromas sucias, podría ser incapaz de resistir el impulso de golpearte y despertar.

—Hey, eso es un poco cruel.

Una sonrisa se extendió sobre la eternamente brillante cara de Klein, pero sus ojos mostraban una evidente preocupación. Él también sabía lo severas que eran las heridas en el alma de Kirito.

—Ah, pero, en realidad…

Después de que todo terminara, después de haber rechazado los enemigos de Underworld y del «Ocean Turtle», si Sinon, Leafa, Klein y el resto de los jugadores originales de SAO, junto con Sakuya y la gente de ALO… además de Alice, Tiese, Ronye, Sortiliena y los demás alrededor de Kirito, entonces no había forma de que no despierte, ¿verdad?

Ella tenía que seguir luchando, de modo que cuando ese momento llegue, pueda saludarlo con una sonrisa.

Tan pronto como sus heridas se cerraron, Asuna agradeció a la maga una vez más y se levantó.

Como Klein había dicho, el destino de la batalla era ahora seguro e indudable. El número de jugadores americanos ya había disminuido y eran casi tantos como los jugadores japoneses. Y estaban actuando como si hubieran perdido completamente su espíritu de lucha, lanzando ataques suicidas repetidamente.

Pero esta batalla dentro de estas antiguas ruinas era simplemente una escaramuza.

El punto crucial era la “Radiant Medium” Alice, que había sido secuestrada por el Emperador Vector. Mientras que el comandante Bercouli y Sinon estaban obstaculizando su progreso, ellos tenían que alcanzar a Vector y traer a Alice de vuelta. Por lo tanto, debían seleccionar a la élite entre la élite de los jugadores convertidos, pedir prestado los caballos del ejército del imperio humano, y dirigirse al sur tan rápido como pudieran.

Si eran capaces de alcanzarlos, incluso si el enemigo estaba usando una Súper-Cuenta, no sería un combate simple contra una élite conformada por los mejores jugadores de Japón elegidos a dedo. La abrumadora fuerza que poseían permitió a Asuna declarar esto. Los valientes espadachines se habían equipado con espadas, escudos y armaduras que reflejaban un brillo poli cromático, parecido al Einherjar de los mitos nórdicos…

Asuna se secó las lágrimas y apartó la mirada de la línea delantera, hacia la parte de atrás.

Los carruajes tirados por caballos del equipo de abastecimiento ya habían sido jalados cerca de la entrada de las ruinas del sando, y allí se había levantado un campamento temporal. Asuna sentía que la visión de los japoneses heridos, sanados por las artes de los residentes de Underworld, también tenía un valor indescriptible.

—… Está bien, todo estará bien… eso es seguro.

Los pensamientos murmurados de Asuna recibieron una respuesta vigorosa de Klein:

—Por supuesto. Todo estará bien, vamos a seguir adelante.

—Sí.

Asuna asintió, luego se volvió hacia la línea de adelante otra vez.


Pero su atención fue capturada por algo que pasó por el borde de su visión, provocando que ella se moviera violentamente hasta detenerse.

—Qué es eso. Algo negro… oscuro, como una mancha…

Los ojos de Asuna vacilaron por un momento, luego finalmente lo vio.

Las gigantescas estatuas de los dioses que recubrían los dos lados del sando en las ruinas.

Encima de la estatua más cercana, a la derecha, estaba alguien.

Debido a que la estatua estaba contra la luz, sólo pudo distinguir una oscilante silueta negra, casi como si estuviera a punto de derretirse en el cielo carmesí del Dark Territory.

¿Era un americano que había abandonado el campo de batalla? ¿O un explorador de los japoneses?

Sorprendida, Asuna miró más de cerca y fue entonces cuando se dio cuenta de que la silueta se balanceaba porque la persona estaba vestida con una capa negra. La capucha de la capa había sido empujada hacia abajo, por lo que el rostro de la persona era completamente invisible.

Pero…

—Oye, Klein. Ese hombre…

Klein estaba a punto de moverse hacia la línea delantera, pero Asuna tiró de su manga con su mano derecha y señaló con su izquierda.

—Ese hombre de pie, ¿sientes como si lo hubieras visto antes?

— ¿Huh…? Vaya, está viendo el espectáculo desde allá arriba. Maldición, ¿quién es?… Está usando una capa. Ni siquiera puedo ver su cara, y mucho menos… recordarlo…

La voz de Klein se interrumpió de repente.

Asuna se volvió para mirar, sólo para ver a Klein congelado, su rostro arrugado había perdido todo color, estaba blanco como una hoja de papel.

—Oye, ¿qué pasa? ¿Lo conoces? ¿Quién es?

—No… ¿Cómo? De ninguna manera, eso es… ¿Estoy viendo… a un fantasma…?

— ¿Un fantasma…? ¿Qué quieres decir?

—Por… Porque, esa capa negra, no, ese poncho de cuero… es de LaughCof…

En el instante en que oyó ese nombre, Asuna sintió que su cerebro se congelaba en un abrir y cerrar de ojos.

LaughCof. Oficialmente conocido como «Laughing Coffin». Desde la mitad hasta el final del juego de la muerte SAO, había sido el gremio rojo más fuerte, difundiendo el terror a través del castillo flotante Aincrad.

Un gran número de infames Player Killers, incluyendo a «Red-Eyed XaXa» y «Johnny Black», estaban bajo su ala, y habían posado su mano venenosa sobre innumerables jugadores… Finalmente, después de una lucha a muerte contra un equipo compuesto de los jugadores de las líneas delanteras, fueron destruidos con éxito.

Durante esa batalla, casi todos los miembros de “Laughing Coffin» fueron asesinados o enviados al Palacio de Hierro Negro, pero un hombre escapó. El líder del gremio, el hombre que había desaparecido misteriosamente cuando emboscaron a la guarida del gremio, el mismo hombre que había, ya sea por su propia mano o por medio de métodos indirectos, asesinado a la mayoría de los jugadores de SAO. Su nombre «PoH». Ese demonio asesino se había vestido a menudo con un poncho de cuero negro y tenía una gran daga que parecía una cuchilla de carne. Sin embargo, dos años más tarde había llegado a Underworld, ahora de pie y mirando a Asuna y Klein.

—………. De ninguna manera.

Asuna sólo pudo reunir un susurro ronco en ese momento.

—Es falso. Estoy mirando a un fantasma… Vete.

Pero, como si se estuviera burlándose del deseo de Asuna, la silueta negra que vacilaba como un espejismo levantó lentamente su mano derecha. A continuación, ligeramente agitó su mano hacia adelante y hacia atrás, como si se burlara de ella.

Lo que siguió… Sólo podría ser descrito como su peor pesadilla. Una nueva silueta se materializó junto al hombre con el poncho negro. Luego otra, y otra.

Sobre el techo de las inmensas ruinas del palacio que se conectaban al fondo de la estatua, apareció en silencio una legión carmesí. A la izquierda del techo del palacio, decenas de siluetas flotaban.

—Detente. Sólo detente.

Asuna rezó desesperadamente. Temía no poder soportar más una desesperación como ésta.

Y aun así…

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La nueva legión carmesí continuaba apareciendo sin cesar, como si fuera literalmente interminable. Mil, cinco mil, diez mil.

Cuando la cantidad superó los treinta mil, Asuna dejó de contar.

Imposible.

Más de cincuenta mil americanos acababan de ser invocados. Era imposible que tantas tropas pudieran ser ubicadas en tan poco tiempo, y no podían ser japoneses. Si se hubiese difundido un anuncio en Japón, Klein y los demás habrían sido los primeros en saberlo.

Estos eran fantasmas. Todas eran sombras incorpóreas creadas con Arts.

En cierto punto, los jugadores japoneses, que estaban a punto de demoler completamente a los jugadores estadounidenses en la línea de enfrente, habían dejado de pelear y se quedaron mirando aquella escena. El espacioso campo de batalla se llenó de un silencio misterioso.

El parloteo, que provenía del ejército rojo que había llenado completamente la azotea del palacio, llegó a los oídos de Asuna como un viento siniestro.

Por un momento, Asuna fue incapaz de descifrar exactamente su idioma mezclado con el vibrante ruido. Ella enfocó desesperadamente su oído, y finalmente logró detectar algunas palabras que fueron pronunciadas más fuerte que otras.

—Bigeobhan ilbon-in.

—Uli nalaleul jikyeola.

—Ganchuu renmen.

No era inglés. Tampoco era japonés.

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En ese momento, Klein soltó un gemido completamente irreconocible:

—Ah… Esto es malo… Esto es realmente malo… Ese enorme ejército no es de Japón ni América…

Asuna sintió un sudor frío correr por su espalda mientras escuchaba sus propias palabras:

—……… Son de China y Korea del sur.

Sword Art Online Volumen 17 Capítulo 21 Parte 2

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