Sword Art Online

Volumen 16: Alicization Exploding

Capítulo 19: La Sacerdotisa de la Luz

Parte 6

«¿Alguna vez has tenido una premonición de muerte?»

Repentinamente, un sonido distintivo penetró los oídos de Bercouli Synthesis One, y sus ojos se abrieron bruscamente.

Los rayos del alba, teñidos de un color desconocido, comenzaron a extenderse lentamente por la oscura tienda. El aire era frío como el hielo, y su aliento exhalado tenía rastros de blanco.

Él sabía que actualmente eran las 4:20AM. Bercouli, cuya consciencia era una con el Instrumento Divino «Espada Perforadora del Cielo», la cual una vez había sido la manecilla de la hora de la cara de un reloj gigante, era excepcionalmente ávido al determinar la hora. En diez minutos, necesitaría transmitir una orden a los guardias mensajeros para soplar los cuernos y despertar a todos.

Llegando detrás de su cabeza con dedos gruesos, el viejo Caballero pudo escuchar las palabras que habían irrumpido en sus sueños.

¿Alguna vez has tenido una premonición de muerte?

La que le había preguntado era su única superiora, la Highest Minister Administrator.

Él ya había olvidado la naturaleza de este recuerdo. ¿Hace cien años? ¿O fue hace ciento cincuenta años? En el pasado, para evitar que su alma se rompiera, los recuerdos considerados innecesarios habían sido eliminados de su mente. Bercouli no podía organizar cronológicamente recuerdos de hace mucho de manera adecuada.

Pero la escena de entonces aún permanecía tan clara.

Tal vez ella estaba cansándose más de esos días infinitamente repetitivos —aunque era de su propia voluntad para empezar—Administrator ocasionalmente llamaría al hombre cuya edad era segunda solo ante la de ella, Bercouli, a su alcoba para beber vino juntos.

La gobernante de cabello plateado se recostaba en un sofá rojo oscuro, usando solo una fina bufanda de seda. Ella había hecho esa pregunta particular mientras jugaba flojamente con su copa de vino.

Él se sentó en el suelo y cruzó sus piernas. Después de engullir una mordida del queso que acompañaba al vino, Bercouli movió su barbilla y torció su cuello.

Él estaba acostumbrado a las travesuras repetitivas de la gobernante; Bercouli no estaba esperando complacerla, sino solo decir lo que quería decir.

Una premonición de muerte. Cuando yo aún era un joven mocoso y fui derrotado por un Caballero Oscuro de la generación anterior o la generación antes de esa, pensé que fue muy peligroso.

Así que la Highest Minister rio con su mano sobre su boca, girando gentilmente su copa de cristal.

¿Pero no rebanaste su cabeza de todas formas? Recuerdo que pareciste transformarla en una piedra preciosa y la colocaste por allá. Ya no deberías tener premoniciones.

«Sí, no podía recordarlo. ¿Pero por qué piensa de esa manera? Su Excelencia no debería estar relacionada con este tipo de presentimientos.

Ante esta pregunta, la antigua joven desplazó su cuerpo y cruzó sus largas piernas, sonriendo tímidamente.

«Fufufu, no lo entiendes, Bercouli. Cada día… tengo este presentimiento cada día. Siempre que despierto… No, también en mis sueños. Porque aún no he reinado sobre todo. Aún hay enemigos con vida. Y, tal vez en cierto momento en el futuro, se crearán nuevos enemigos.»

«En serio, ser la Highest Minister es un trabajo muy estresante.»

Cien años después de esa conversación, alejado del Mundo Humano en un bosque del Dark Territory, Bercouli sonrió valientemente.

«Ahora, finalmente entiendo sus palabras.»

La llamada premonición de muerte solo era otro lado de los letales peligros de uno.

Un enemigo fuerte que se da cuenta del final de todo, buscando una muerte apropiada, incapaz de resistir sin importar cuánto patee o grite… Estuvo buscándolo, después de todo.

Como yo ahora mismo.

Como yo, quien no siente claramente a la muerte tocando la puerta ahora mismo…

Después de la muerte de Administrator, el Caballero Comandante Bercouli, quien se había convertido en el humano más longevo del mundo, se quitó sus tapaderas y se puso una camisa blanca sobre su musculoso cuerpo. Ató su cinturón, ató  sus zapatos, y guardó su amada espada en su cintura.

Saliendo al frío aire matutino, Bercouli se dirigió hacia la tienda de los guardias mensajeros para transmitir la llamada de despertar.

* * *

Casi exactamente al mismo tiempo.

Cerca al campamento militar del Dark Territory a dos kilol hacia el norte, contra el alba llegando lentamente atisbado desde el horizonte, diez dragones despegaron en el aire.

En los puños de los Caballeros Oscuros sobre sus espaldas estaban amarradas gruesas cuerdas de paja. Un extremo de cada una estaba atado a estacas de madera en el suelo al borde del gran cañón.

Mientras que las sogas extendidas pitaban en el viento, los dragones volaban por el valle de casi cien mel de amplitud y llegaron al extremo sur. Los Caballeros que desmontaron no estaban blandiendo espadas, sino arrastrando grandes mazos. Comenzaron a golpear nuevas estacas en el suelo con algo de desconocimiento.

Las nuevas órdenes del Emperador Vector eran—

Que el Gremio Guerrero y la Orden de los Caballeros Oscuros cruzaran el valle con esas diez cuerdas.

El enemigo interferiría naturalmente atacando, pero debían cruzar de todas maneras.

Los que caían no debían salvarse.

No se transfería comida y otros suministros necesarios.

En otras palabras, iban a sacrificar a demasiadas personas en una despiadada pelea a muerte, sin provisiones. El líder del Gremio Guerrero Iskahn y el joven sucesor del ex-Caballero Oscuro Comandante Shasta rechinaron sus dientes con furia.

Pero no tenían la opción de desobedecer al Emperador, su gobernante definitivo.

Al menos esperaban cruzar el valle antes de que el enemigo los notara —pero los deseos de los generales fueron defraudados cuando los exploradores de caballería del Mundo Humano en vigilancia nocturna avistaron al ejército del Dark Territory desde una colina alejada, luego giraron sus caballos hacia la loma a un kilol al sur.

* * *

Con su boca cerrada, Asuna masticó el duro pan tostado con queso, carne ahumada y fruta seca, pensando mientras estaba lánguida por dormir.

Ya que se ha acelerado la hora por mil, puedo comer mil comidas en el tiempo en el que las personas del mundo real les toma comer su comida. Eso no me engordará, ¿no…?

Echando un vistazo delante de ella, vio a la Caballera de la Integridad Alice y a la líder de guardia Sortiliena picando sus emparedados, con sus ojos también nublados con sueño. Aunque era a través del tejido de sus batas, ella pudo distinguir sus cuerpos, sin una pizca de flacidez.

¿Había algo como enfermedades relacionadas al estilo de vida en este mundo? ¿O eran tipos de cuerpo decididos por parámetros concedidos y establecidos de nacimiento? O —¿las apariencias eran meramente reflejos de la mentalidad?

Además de ellas, Ronye estaba partiendo los emparedados en pedazos del tamaño de mordidas y alimentando al Kirito medio despierto. De acuerdo a Alice, su vida había sido preservada por medio de la alimentación, pero siempre le pareció que el cuerpo de Kirito estaba adelgazándose más cada día.

Justo como si quisiera desaparecer de este mundo.

—Se ve un poco mejor esta mañana, Kirito-senpai.

Ronye murmuró repentinamente, como si hubiera leído los pensamientos de Asuna.

—Y también está comiendo.

—¿Podría ser el efecto de que cuatro chicas lindas durmieran a su lado?

Asuna no pudo evitar sonreír complicadamente ante la ocurrencia de Alice.

Anoche se había convertido eventualmente en una situación en la cual ellas cuatro se habían acostado al lado de Kirito y charlado en lo profundo de la noche. Cada una de ellas había compartido sus recuerdos junto con Kirito, pero tomaron demasiado tiempo, y eventualmente se entregaron al demonio del sueño.

Lo que se sintió como un instante después, el llamado del cuerno las despertó. Luego, escavaron en el desayuno que Ronye trajo como estaban haciendo ahora, mientras que Asuna pensaba en su amante.

Kirito-kun no cambia donde sea que esté. Es tan amable con todos, lo cual le causa demasiada carga, hiriéndose en el proceso.

Pero este tiene que ser un gran paso. Colocar todo un mundo sobre tus hombros. Necesitabas depender de mí y de otras personas. Porque les gustas a todos demasiado.

«Por supuesto, a quién más le gustas es a mí.»

Asuna sintió que su corazón se llenaba de determinación una vez más. Cuando Kirito despertara, ella le diría con una sonrisa “No te preocupes, todo se ha solucionado. Lo que querías proteger, yo y todos los demás lo hemos protegido.”.

La voluntad de Asuna pareció infectar a las otras tres a su alrededor. Alice, Ronye, y Sortiliena miraron hacia ella con miradas completamente despiertas ahora, y asintieron enérgicamente.

Luego, el cuerno que anunciaba un ataque enemigo resonó en todo el campamento con un ritmo urgente.

Con pan colgando de su boca, Alice corrió a su tienda, se deslizó en su armadura, blandió la Espada de Olivo Fragante y corrió de vuelta.

Después de reunirse con Asuna, quien también estaba preparada para la batalla, ella le dijo a Ronye y a Tiezé, “Por favor cuiden de Kirito”, y se fue al extremo norte del campamento.

En el borde del oscuro bosque, ella vio la silueta de Bercouli con su espada. Después de recibir el reporte de los exploradores de caballería, el Caballero Comandante vio mientras que Alice, Asuna, y, después de unos pocos segundos, Renri y Scheta llegaron, entonces gruñó con una expresión seria.

—Ya veo, parece que el enemigo… los sujetos del Real World realmente tienen trucos bajo la manga. Parece que el Emperador Vector es muy despiadado.

Lo que dijo después hizo que Alice mordiera su labio.

Un contundente cruce de un valle de cien mel meramente por cuerdas gruesas. Si caes, mueres. Una tarea imposible sin fortaleza física y mental firmes. Para ser capaz de utilizar tal estrategia, a Vector no debía importarle los detalles —o más bien, él veía las vidas de sus soldados como una mera papelera.

En ese caso, incluso si un tercio del enemigo perecía en el puente, sus fuerzas principales aún eran casi siete mil. Mil tropas del Mundo Humano que los recibiera de frente no tenía esperanzas de victoria.

Su estrategia original de atacar con artes mientras se ocultaban en el bosque ahora era imposible en la luz del día. ¿Debían retirarse más al sur y esperar otra oportunidad para emboscarlos?

Las palabras del Caballero Comandante Bercouli interrumpieron la confusión de Alice.

—Esta es la guerra.

El antiguo héroe murmuró suavemente. Con protuberancias de músculos visibles en su cuello, él siguió.

—Dejando de lado a la forastera Asuna-san, este no es momento de simpatizar con el Dark Territory. Si queremos vivir, tenemos que tomar esta oportunidad.

—¿Oportunidad… dices?

Ante la sorprendida pregunta repetida de Alice, Bercouli respondió con un resplandor en sus ojos.

—Eso es. …Caballero Renri.

Con su nombre repentinamente siendo llamado, el joven Caballero de la Integridad enderezó su espalda inmediatamente.

—S… Sí.

—¿Cuál es el alcance más lejano de tus Instrumentos Divinos las «Filos de Alas Gemelas»?

—Sí. Normalmente treinta mel, pero bajo la Release Recollection, casi setenta… no, cien mel.

—Muy bien. Entonces… ahora nosotros los cuatro Caballeros asaltaremos a la fuerza principal enemiga en el valle. Alice y yo dirigiremos, con Scheta enfocándose en proteger a Renri. Renri utilizará sus Instrumentos Divinos para cortar las cuerdas del enemigo en un extremo.

Alice jadeó tranquilamente.

Entonces —los enemigos definitivamente protegerán sus cuerdas de cruce con sus vidas. Incluso si bloqueaban la apertura con un escudo humano, los cuchillos de lanzamiento se curvarían en el vuelo, pasarían sobre sus cabezas y atacarían directamente las cuerdas. Como Bercouli dijo, esta era una estrategia despiadada.

Pero el joven Caballero de solo quince años de edad asestó su mano derecha al lado izquierdo de su pecho, con su rostro lleno de resolución firme.

—¡Sí, señor!

Entonces, Scheta, la Silenciosa, dijo con una voz baja.

—No hay problema. Te… protegeré.

Después, Asuna, quien había sido dejada fuera intencionalmente por Bercouli, avanzó hacia adelante.

—También iré. Entre más defensores, mejor.

Alice cerró sus ojos por un momento, luego se dijo a sí misma suavemente.

Con la situación como está ahora —yo, quien quemó a diez mil tropas de semi-humanos hasta la muerte con un arte gigantesco y asesinó a mil Hechiceras Oscuras con el Arte de Control Completo de Armamento, ya no estoy calificada para buscar una pelea honorable.

Ahora, solo puedo desenvainar mi espada, y asesinar al enemigo. 

—Apresurémonos.

Asintiendo a los cuatro, Alice miró hacia la loma del norte. La línea serpenteante negra ya estaba teñida con el resplandor rojo oscuro del amanecer.

* * *

—¡Deprisa!

—¡Deprisa! ¡Deprisa!

Presionando sus puños, el líder del Gremio Guerrero Iskahn gritó silenciosamente por enésima vez.

Encima de las diez gruesas cuerdas extendidas por el profundo valle, los Guerreros y los Caballeros Oscuros se dividieron y empezaron a cruzar, uno por uno.

Ellos habían intentado abrazar con las manos y pies las cuerdas y avanzar lentamente mientras colgaban boca arriba, pero los soldados, nunca habiendo experimentado alguna clase de entrenamiento en esa área, se movieron de una manera extremadamente torpe. Si hubieran ocupado el tiempo para preparar y distribuir arneses de seguridad para todos, habría sido beneficioso, pero el Emperador no había otorgado dicho tiempo.

Además, el pedido de Iskahn de ser el primero en cruzar había sido rechazado completamente. Parecía ser una expiación por ir por encima de órdenes de anoche, castigo por solo tomar un pequeño número de sus subordinados para asaltar al enemigo. Todos ustedes deben seguir mis órdenes. La voz fría del Emperador resonó en sus oídos.

Ante Iskahn, quien estaba rechinando sus dientes y observando directamente hacia adelante, el subordinado del frente finalmente llegó a la mitad del puente de cuerdas.

Él podía ver desde esta distancia que la piel roja cobriza irradiaba calor en el frío aire matutino, con gotas de sudor que reflejaban la luz. Qué tarea tan ardua.

Entonces.

Una fuerte ráfaga de viento sopló por el valle.

¡Pyoooo! Las cuerdas crujieron en protesta y comenzaron  a sacudirse de izquierda a derecha.

—¡Ah…!

Iskahn gritó involuntariamente. Un manojo de soldados tribales, con sus manos goteando con sudor, se resbalaron de la cuerda y se lanzaron hacia abajo.

Rugidos bestiales sacudieron el valle. El joven líder presionó sus dientes esos no eran gritos de terror. Esos eran bramidos de muertes arrepentidas, incapaces de permitirse un final honorable en el campo de batalla, obligados a realizar acrobacias.

Después de que el viento pasó, la cantidad de Guerreros y Caballeros Oscuros que habían caído en la interminable oscuridad del valle alcanzó las dos cifras.

Pero los soldados de atrás siguieron cruzando valientemente. Cada tres mel un nuevo soldado sostendría la cuerda.

Más ráfagas de viento ocasionalmente tomaba vidas en ellas de manera implacable cada vez. Sin que lo notara, los puños de Iskahn comenzaron a flamear de rojo.

Muertes en vano.

No, ni siquiera eso. Ni siquiera dejaban cuerpos para enterrar.

Y la meta esta vez no era el deseo de las cinco razas de la tierra de la oscuridad; meramente era el deseo por una mujer llamada la «Sacerdotisa de la Luz» del Emperador. Ni siquiera sabía cómo disculparse con los miembros de la tribu así.

Más rápido, más rápido. Todos crucen, antes de que alguien se interponga en el camino otra vez.

Como si los deseos del joven líder lo hubieran alcanzado, o como si meramente se hubiera acostumbrado a sus acciones, el que estaba adelante aumentó su velocidad y finalmente llegó al otro lado. Después de casi cinco minutos, un segundo pisó tierra firme.

A este ritmo, tomaría optimistamente más de una hora para que diez mil soldados cruzaran el valle sobre diez puentes de cuerdas. En este largo periodo de tiempo, no había modo de que el enemigo no los descubriera aquí.

Pero ahora solo podía orar por su afortunada oportunidad de una en diez mil.

El sol se elevó en el cielo oriental a una velocidad aterradora, arrojando luz rojiza sobre la tierra negra.

En contraste, el número de soldados que habían cruzado solo incrementó a un ritmo exasperantemente lento. Más y más caían en el valle, incrementando de cincuenta a cien, a doscientos, y justo cuando ese número llegó a los trescientos.

En la línea negra del horizonte del cielo rojo, aparecieron cinco siluetas a caballo.

A esta distancia, incluso Iskahn con su visión súper humana fue incapaz de discernir los rasgos de los enemigos a caballo.

Solo cinco de ellos… ¿Exploradores? Entonces aún hay tiempo antes de que el enemigo ajuste sus movimientos.

Ese veredicto, o más bien, esperanza, fue destrozado instantáneamente.

Los cinco Caballeros se dirigieron repentinamente hacia el valle con velocidad alarmante. Aleteantes capas blancas, armaduras brillantes multicolor, y lo que resaltaba más para Iskahn, quien fue incapaz de negar lo que veía emanando de ellos cinco, densa intención de pelea poderosa alzándose de ellos como vapor.

¡Caballeros de la Integridad! ¡¡Y cinco de ellos!!

—¡¡Ataque enemigo!! ¡¡Defiéndanse!! ¡¡Protejan las cuerdas a todo costo!!

Iskahn gritó, sin saber si su voz podría llegar al otro lado a esta distancia.

Aparentemente oyendo la orden, la mitad de los trescientos o más soldados que habían cruzado el valle exitosamente rodearon las estacas de madera atadas con cuerdas, formando un arreglo circular. El resto se preparó para repeler el ataque.

Los Caballeros enemigos que volaron por casi mil mel del páramo desde las colinas hasta el valle saltaron de sus caballos simultáneamente, se agruparon, y embistieron hacia las cuerdas en el lado derecho.

Guiándolos estaba un hombre corpulento  con  sueltas  prendas blancas.  A su derecha estaba una Caballera con dorado cabello brillante y armadura. A su izquierda estaba la Caballera con la que Iskahn había luchado anoche, llamada Scheta.

Rodeado por ellos tres estaba un pequeño Caballero, y detrás de él parecía haber otro, pero no pudo ver exactamente.

Con sudor volando de sus cuerpos desnudos, decenas de Guerreros corrieron hacia ellos.

—¡¡Uraaaa!!

Con gritos poderosos, puños y pies volaron hacia los Caballeros.

Flash, flash, flash. Numerosos destellos instantáneos de luz.

Lluvias de sangre se arrojaron al cielo como una cascada invertida. Las manos, pies y cabezas de los guerreros fueron rebanados fácilmente de sus cuerpos.

Entonces.

Luz plateada que brilló en su camino voló en lo alto del aire desde detrás de los tres Caballeros.

Dibujó un camino curvo sobre las cabezas de los Guerreros en el rojo ocaso —volando directamente hacia la gruesa cuerda del extremo derecho con un gran número de soldados aún caídos sobre ella—

—¡¡Detenteeeeeeeee!!

Los agudos oídos de Iskahn, inalterados por su propio grito de desesperación, detectaron el bzzp de un suave sonido cortante.

La cuerda se quebró, danzando en el aire como una gran serpiente.

Decenas de guerreros fueron lanzados instantáneamente y cayeron hacia abajo.

Mientras que esta escena se quemaba en sus ojos completamente abiertos, Iskahn sintió que las palabras se abatieron desde su entumecida boca.

—¿Esto es… esto es, la guerra? ¿Puedes llamar a esto guerra?

Detrás de él, su ayudante Dampe se quedó completamente sin palabras.

Obligados a realizar acrobacias, sus colegas miembros de tribu que fueron incapaces de estar de pie en frente del enemigo, devorados por una grieta en el suelo, definitivamente no habían soportado su extenuante entrenamiento para encontrar dicho final.

¿Cómo iban a explicar esto a sus ancianos padres e hijos e hijas de vuelta en su tierra natal? No habían muerto honorablemente en batalla —sino desaparecieron en el suelo sin una herida en sus cuerpos. ¿Cómo iba a decir tal cosa?

Congelado en el lugar, los oídos de Iskahn resonaron con los chillidos de remordimiento de sus luchadores.

Los vengaré a todos ustedes. Así que por favor perdónenme. Perdónenme.

Incluso mientras murmuraba en su corazón, Iskahn fue incapaz de apuntar inmediatamente con el dedo a quien debía acusar.

Enfrentando a un enemigo varias veces más que ellos, los Caballeros de la Integridad enemigos ya estaban dando su todo. Alegar con ellos para que se detengan hasta que la última persona cruzara el valle era imposible. Al contrario, su audacia para aprovechar la oportunidad y solo enviar a cinco personas para atacar era impresionante.

¿Entonces quién?

¿Quién debe pagar por las muertes sinsentido de los guerreros?

¿Su comandante, quien solo puede presionar sus puños e inmovilizarse como un tonto?

O—

Repentinamente, un dolor insoportable que se disparó por su ojo derecho hizo que Iskahn rechinara sus  dientes. Luz roja sangre nubló su visión.  Pero ante él, dos cuerdas más se rompieron, danzando en el aire.

* * *

En un instante, tres de los diez puentes de cuerda fueron cortados. Gabriel veía desde detrás de sus propias tropas, con su mejilla sostenida en su mano.

Como se esperaba, en términos de AI, las unidades del Mundo Humano resaltaban un poco más. No, solo por el control de la situación, él pudo ver una gran disparidad entre ellas. Incluyendo la primera batalla de anoche, se le volcaron las cosas al ejército del Dark Territory en un instante, y sufrieron contraataques dolorosos. Sin importar cómo lo pensara, no parecía un juego de simulación en el cual luchaba contra el CPU.

Los resultados de este juego involucraron que Gabriel perdiera más del 70 por ciento de sus unidades. Pero él no sintió ni una pizca de impaciencia.

Incluso mientras veía que cientos de unidades de la fuerza principal eran eliminados, meramente estaba esperando. Esperando «ese momento».

En este momento, Critter, en control del cuarto de control principal de la Ocean Turtle, había disminuido exitosamente la frecuencia de FLA a 1:1, una acción que sincronizó su hora con la del mundo real. Habían pasado demasiado tiempo haciéndolo para minimizar el impacto de disminuir la frecuencia y para evitar que el trabajador de RATH que se había conectado a Underworld lo notara.

Al mismo tiempo, por medio de la red de satélites, él había publicado una URL en un sitio web de medios sociales de videojuegos de gran escala en los Estados Unidos. El vínculo se dirigía a cierto sitio web de publicidad que Critter había establecido rápidamente.

En el sitio web, una fuente de letra sensacional acompañada con efectos especiales de salpicadura de sangre declaraba lo siguiente:

Un nuevo VRMMO ahora está abierto para una beta cerrada de tiempo limitado.

Nació el primer juego de solo PvP del mundo.

Avatares completamente humanos. Sin niveles, ni límites de ética.

Los usuarios que vieron estas feroces palabras se maravillaron ante la tremenda audacia de la compañía de desarrollo, pero se regocijaron más allá del alivio.

En cuanto a ahora —julio 2026, como parte de una iniciativa antiterrorista, los VRMMOs americanos habían sufrido limitaciones legales. Incluso para los juegos independientes desarrollados mediante el uso del paquete de software The Seed. Si no hubiera sido revisada por las juntas de clasificaciones industrial y tuviera un código de ética aplicado, administrar sus servidores sería exageradamente difícil.

Por consiguiente, las actividades de crueldad  estaban  estrictamente limitadas; si  uno insistía en añadir contenido de «desmembramiento», los personajes debían establecerse a figuras insectoides, como «Insect Site» [18]. Estas restricciones, peores que las de Japón, el lugar de nacimiento de los VRMMOs, frustraron a los jugadores por todos los EEUU. Pero ahora, un misterioso anuncio de beta cerrada había aparecido repentinamente.

La URL fue distribuida por todo SNS, y las personas descargaron, copiaron, y resubieron el cliente de conexión con una velocidad aterradora. En unas meras cuatro horas, el número de AmuSpheres conectados al cliente que Critter había creado rompió las treinta mil conexiones.

El plan más grande de Gabriel por el que no estaba dispuesto a sacrificar tiempo del mundo real valioso.

Ese era entregar las cuentas de Caballero Oscuro del Dark Territory a toda la base de jugadores de VRMMOs americanos, dejándolos conectarse a Underworld para exhibir  su propia fuerza de pelea.

Ni siquiera Kikuoka Seijirou, líder de RATH, o el diseñador de Underworld Higa Takeru podrían soñar una situación tan absurda.

Pero la arquitectura subyacente de Underworld meramente utilizaba el paquete de software de VRMMO estándar de The Seed. Si fuera un mundo de juegos expresado meramente por polígonos, cualquiera podría conectarse siempre que poseyeran un AmuSphere, y podrían tocar objetos —o matar a otros personajes.

Y no había ninguna diferencia si los personajes asesinados fueran personas del mundo real o personas de Underworld.

[18]  Juego mencionado en el volumen 7, Mother’s Rosario.