Sword Art Online

Volumen 16: Alicization Exploding

Capítulo 19: La Sacerdotisa de la Luz

Parte 5

 

 

Asuna sostenía la taza de té con una mano, mientras que observaba la fogata chispeante.

Qué llamas tan realistas.

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Ni siquiera estaban en la misma dimensión que las llamas de efectos especiales retratadas con los motores de procesamiento de SAO y ALO. Cada chispa que danzaba cuando la madera seca crujía, el denso olor carbonizado flotando en el aire, e incluso la calidez que sentía en su rostro y manos, todo estimulaba los sentidos de Asuna de una manera más realista que la realidad misma.

No solo el fuego. La rigidez del asiento de la silla plegable, la suave sensación de la taza de madera, y el rico aroma relajante del té; junto con los árboles a su alrededor, con sus hojas crujiendo frescamente en el viento nocturno.

Desde que entró a Underworld, teniendo que lidiar con el drama interminable, Asuna había sido incapaz de experimentar completamente este mundo. Mientras revivía sus sentidos, estaba verdaderamente impresionada por la «Visual Mnemotécnica» del STL.

Parecía que Kirito, quien se había conectado sin saber que este era un mundo virtual, debió haberse vuelto muy experimentado antes de darse cuenta de las circunstancias. Después de todo —no había ni un solo NPC en este mundo.

Asuna se apartó de la fogata y miró hacia las personas reunidas en el redondo desmonte del bosque. Ya se habían intercambiado presentaciones rápidas.

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Sentado a su izquierda y abrazando lo que parecía ser una botella de licor de cosecha estaba el Caballero de la Integridad Comandante Bercouli. A su lado estaba la Caballera de la Integridad Alice, vestida completamente con una armadura dorada. Contra el resplandor anaranjado del fuego, sus mechones dorados se profundizaban en color; Asuna no pudo evitar reconocer su aturdidora belleza.

A la izquierda de Alice se sentaba un joven vago de casi quince o dieciséis años de edad, que parecía ser un Caballero de la Integridad de la «clase» más alta. Su nombre era Renri.

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Más alejada, una Caballera delgada se sentaba tan tranquilamente como una sombra. Su brillante armadura nueva parecía no adaptársele: de vez en cuando, jalaba los cinturones, o los aflojaba, pareciendo una principiante en un VRMMO. Pero cuando se le presentó como Scheta, en la fracción de segundo en la que Asuna encontró esos grandes ojos estrechos, una indescriptible osadía parecía residir dentro.

A la izquierda de Scheta, al otro lado de la fogata de Asuna, cerca de diez personas, dirigidos como los líderes guardias, se sentaban lado a lado en una fila de sillas. Entre los robustos rostros endurecidos, había una mujer.

A la derecha de Asuna, las jóvenes chicas uniformadas de antes estaban encorvadas, sentadas tan tranquilamente y alejadas tanto como era posible. La chica pelirroja llamada Tiezé y la chica de cabello de color té, Ronye, parecían ser estudiantes más jóvenes de la academia en la que Kirito se había inscrito hasta hace medio año.

Después de catalogar a cada uno de los más de diez espadachines, Asuna estaba conmovida.

Sin duda, eran humanos reales.

Su apariencia, acciones, e incluso sus respiraciones estaban desprovistas de artificialidad. Además, el hecho de un solo fluctlight, Alice, hubiera logrado superar su «incapacidad de desafiar la ley y el orden», era bastante increíble.

Ella ahora entendía completamente el deseo de proteger a cada uno de ellos de Kirito.

Heredaré esa voluntad.

Asuna reforzó su determinación, luego tomó un profundo respiro, y habló.

—Saludos a todos. Creo que esta es la primera vez que nos hemos conocido. Mi nombre es Asuna. Soy del mundo exterior.

 

 

Mientras que solo había pasado ocho días desde su partida, Alice estaba empezando a extrañar el corto tiempo idílico que había pasado viviendo aisladamente con Kirito en la aldea fronteriza de Rulid, cuando empujaba frecuentemente a Kirito en su silla de ruedas hacia la granja cercana.

Rodeadas por una cerca de madera blanca, las lanosas ovejas pastarían tranquilamente en el césped verde, y entre ellas, los corderos blancos correrían, llenos de energía.

Alice no podía evitar maravillarse ante sus vidas bendecidas. Sin tener que preocuparse por el mundo afuera de la cerca, viviendo pacíficamente en cautiverio, por el mundo.

Ella nunca esperó que—

Las personas de este mundo eran vidas dirigentes exactamente como esas ovejas.

Las palabras de esa chica extraordinaria Asuna habían asestado un shock descabellado a los todos los Caballeros y líderes de guardia. Incluso el Caballero Comandante Bercouli, mientras mantenía su expresión relajada habitual, debió haber estado completamente conmocionado dentro.

Asuna había llamado al mundo donde existían el Mundo Humano y el Dark Territory utilizando una palabra de la Lengua Sagrada: “Underworld”. Y afuera —no geográficamente, sino conceptualmente—había un reino extraño llamado el “Real World”.

Por supuesto, los líderes de guardia alzaron sucesivamente varias preguntas sobre ese mundo, el cual no parecía diferente de la tierra de los dioses.

La visitante respondió. Las personas que vivían en el Real World, como ellos, eran seres humanos con emociones, deseos, y vida limitada.

Y ahora mismo, en una locación altamente específica en el Real World, dos poderes estaban desbancándose por el control de Underworld.

Asuna parecía ser una mensajera de uno de ellos. Su meta era proteger Underworld.

La meta del otro lado era recuperar un solo humano de Underworld. Después de eso, emprendería la destrucción de todo el mundo, reduciendo todo lo que conocían a la nada absoluta.

Escuchando esas palabras, los líderes de guardia comenzaron a montar un jaleo temerario.

Lo que calmó este disturbio fue el bramido estruendoso de Bercouli.

—¿No es lo mismo? —El héroe de 300 años de edad señaló. —Más allá del Mundo Humano yace el interminable Dark Territory, con un ejército de decenas de miles esperando una oportunidad para invadir. Hasta hoy, no ha habido uno solo que se haya sentado y pensar cuidadosamente sobre esta realidad. Es solo un mundo extra fuera del nuestro, ¿de qué tienen miedo?

Después de que este razonamiento fuera transmitido a través de una firme y segura voz, todos aceptaron su opinión. Bercouli volteó hacia Asuna y preguntó —¿Quién es la persona a la que tus enemigos están buscando?

Los ojos marrones claros de la forastera pivotaron de Bercouli hacia Alice.

Alice lo comprendió tras que la línea se visión se mantuvo durante varios segundos, no esperaba que señalara su propia cara

—¿Y… Yo…?

No solo Renri; Tiezé, Ronye e incluso Scheta revelaron expresiones de shock. Solo Bercouli asintió como si estuviera esperando tal respuesta.

—Ya veo… así la «Sacerdotisa de la Luz»…

Asuna no entendió lo que significaba. Ella le parpadeó al Caballero Comandante, luego volteó para responder.

—Ya no tenemos mucho tiempo. Para evitar que Underworld sea destruido, Alice tiene que venir al Real World conmigo. Si Alice ya no está aquí, el enemigo dejará de interferir con este mundo…

—N… ¡¡No bromees!!

Alice gritó, incapaz de contenerse más. Ella saltó de su silla, abofeteó su peto con su mano derecha, y proclamó, con intensidad creciente.

—¡¿Pedirme que huya?! ¡¿Yo?! Abandonar este mundo, y abandonar a todos aquí, y a mis camaradas en el Ejército de Defensa… ¡¿para huir al Real World?! ¡Imposible! ¡Soy una Caballera de la Integridad! ¡¡Mi única y más grande misión es proteger el Mundo Humano!!

Ahora Asuna se puso de pie. Lanzando su cabello castaño que era semejante a las bellotas del roble plateado, respondió con una voz como una campana plateada.

—¡Con más razón! ¡Si el enemigo… no es del Dark Territory, sino un ladrón del Real World, si fuera a obtenerte y arrastrarte fuera de este mundo, todos aquí… no solo ellos, incluso la tierra, el cielo, todo será destruido! ¡Ni siquiera sabemos cuándo atacará el enemigo!

—Espera, acerca de eso, llegas un poco tarde para eso, Asuna-san.

El Caballero Comandante habló tranquilamente.

—Y que, el enemigo del que hablas ya está aquí.

—Uh…

Como si se burlara de Asuna, quien repentinamente quedó sin habla, el Caballero Comandante tomó un lento sorbo de licor y siguió.

—Parece que todo se ha revelado. La Sacerdotisa de la Luz. El Dios de la Oscuridad Vector, quien está persiguiéndote. El dios Vector que está dirigiendo sus tropas ahora mismo debe ser alguien del Real World como tú.

—Dios de… la Oscuridad.

Asuna susurró, con su rostro pálido. Ella continuó con algunas palabras incomprensibles.

—En realidad no pensé en eso… la súper cuenta del Dark Territory no fue bloqueada con una contraseña o algo…

—Dis… Discúlpeme.

Rompiendo el breve silencio, el joven Caballero Renri alzó tímidamente su mano.

Viendo que todos voltearon para mirarlo, el chico preguntó suavemente, con su rostro enrojecido.

—Acerca de eso, ¿qué exactamente es una Sacerdotisa de la Luz? Y, los ladrones del Real… ¿World? ¿Por qué quieren a Alice-dono?

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La que respondió su pregunta fue alguien que todos pensaban que permanecería como «La Silenciosa» durante esta reunión, la Caballera gris Scheta.

—Porque ella rompió el Sello del Ojo Derecho.

Alice saltó ante eso, olvidando momentáneamente su indignación. Su mano se movió inconscientemente a su ojo derecho, y preguntó.

—Tu… ¡¿Tu como sabes de eso, Scheta-dono?! ¡¿Cómo?!

—Al pensarlo… mi ojo derecho aún duele. El ser más poderoso del mundo, cortando a través de la invencible Catedral Centra… debió ser divertido.

—…

Los Caballeros y líderes de guardia guardaron un fino silencio. Bercouli tosió y pretendió no escucharlo.

—Ah, creo que hay otros aquí con experiencias similares. Si se albergara la más mínima pizca de insatisfacción o resistencia contra el poder de la Highest Minister o el cuerpo autoritario de la Iglesia Axiom, un globo ocular derecho empezaría a destellar con luz roja, acompañada con un dolor punzante. Típicamente, cualquier pensamiento que uno tenga sería olvidado debido a la incomodidad insoportable. Pero si uno continuara estos pensamientos inestables, el dolor se intensificaría sin fin, y la visión derecha sería teñida completamente de rojo… y eventualmente…

—Todo su ojo derecho explotaría.

Alice susurró, con sus recuerdos de ese momento detestable aún frescos.

—Entonces… Alice-dono…

Ante la voz horrorizada de Renri, Alice asintió lentamente y siguió, con su voz suave.

—Yo, enfrenté al Chief Elder Chudelkin, y a la Highest Minister Administrator. Para invocar esa determinación, perdí temporalmente mi ojo derecho.

—Erm… esto…

Una voz aún más pequeña que la de Renri pidió una oportunidad para hablar, perteneciente a la chica Ronye del equipo de suministros, quien había estado escuchando con los ojos bien abiertos hasta ahora.

—También Eugeo-senpai, para protegerme… cuando balanceó su espada por Tiezé y por mí, y cometió los crímenes, de su ojo derecho… sangre…

También debió ser así. Alice asintió. Enfrentar incontables batallas como civil, derrotar incluso al Caballero Comandante, y desplegar Encarnación perfecta contra Administrator. Ese joven definitivamente fue capaz de superar el mero Sello del Ojo Derecho.

Es cierto, durante la batalla en el piso más alto de la Catedral, Administrator pareció decirle algo sobre el Sello del Ojo Derecho a Alice. ¿Era Code ocho siete…?

Sin esperar que Alice recordara las palabras de Administrator, Bercouli habló mientras frotaba su barbilla.

—Hm… En otras palabras, esos ‘enemigos’ están buscando a los que rompieron el Sello por sí solos- Asuna-san, ¿ustedes las personas del Real World también tienen el mismo sello?

—No.

Después de vacilar por un momento, el cabello castaño se balanceó de lado a lado.

—No tengo ninguna experiencia. Tal vez la única diferencia entre las personas del Real World y las personas de Underworld es si pueden romper las leyes u órdenes.

—¿Eso significa que ahora Alice Jou-chan es una existencia igual que ustedes? ¿Pero no crees que es extraño? Si son iguales, ¿por qué tienen tal demanda? ¿No hay muchas personas en el Real World?





—Eso es…

Vacilando más de lo que había hecho antes, Asuna guardó silencio.

Pero justo cuando expulsaba sus recuerdos congelados, el grito de Alice interrumpió las palabras de Asuna.

—¡Eso es! ¡Code ocho siete uno!

Retorciendo sus manos, ella dijo frenéticamente.

—La Highest Minister llamó al Sello del Ojo Derecho Code 871. ¡Ella dijo que fue añadido por «esa persona»! Aunque no sé exactamente lo significa… No es Lengua Sagrada, ¡¿así que es el idioma del Real World?!

—¿Code87,1…?

Asuna repitió, perpleja. Sus cejas se doblaron con sorpresa.

—¿Alguien… de RATH añadió el Sello…? ¿Pero eso no sería… interferir con su propósito…?

Ella se sentó de nuevo, pensó por un momento, entonces—

Repentinamente se vio petrificada. Con sus pálidos labios rosados temblando, ella expulsó un susurro ronco.

Pero Alice no entendió lo que dijo.

—¡Maldición…! ¡Hay un topo en RATH…! ¡En el otro lado de esta pared…!

 

 

Asuna estaba profundamente conmocionada.

La obediencia ciega de un poder más alto. Para remover la única falla en la joya del fluctlight artficial, Higa Takeru y los técnicos de RATH habían puesto un esfuerzo inmenso.

Esto era porque los fluctlights artificiales actuales eran incapaces de evaluar la moral o la utilidad de las órdenes que se les daba. Si eran cargadas como IAs en máquinas de guerra, incluso si su sistema de comando fuera hackeado y se les ordenaba atacar a las tropas a las que pertenecían o cometer un asesinato indiscriminado de civiles, no serían capaces  de evaluar sus órdenes, en lugar de elegir ejecutarlas directamente. Eran diferentes de las regulaciones dentro de los ejércitos occidentales, quienes poseían la capacidad de oponerse a las órdenes.

Por consiguiente, para maquinar inteligencia artificial que fuera capaz de superar esta limitación, RATH realizó experimentos simulados en Underworld que perduró cientos de años.

Sin embargo, si el Sello del Ojo Derecho o el «Code 871» fuera un aparato para evitar que el experimento tuviera éxito, hubiera sido insertado por alguien desconocido dentro de RATH.

Este intento de alteración probablemente se originó de una normativa promulgada por los atacantes de la Ocean Turtle.

Y ahora este topo aún era capaz de moverse libremente en el eje superior de la Ocean Turtle. Si quisiera hacerlo, incluso podría burlar a los técnicos y entrar a la habitación número 2 del STL, donde Kirito y Asuna yacían indefensos.

Eliminando el escalofrío que recorrió su espalda, Asuna siguió pensando.

Su única opción era reducir su HP de la «Diosa de la Creación Stacia» actual a cero —hasta la muerte, en otras palabras. Pero si eso ocurría, ella no sería capaz de conectarse de nuevo con esta súper cuenta. Ya que los los comandos de autoridad de administración del sistema están actualmente bloqueados, no eran capaces de resetear los datos de la cuenta.

Ya que los atacantes estaban utilizando al Dios de la Oscuridad Vector, una cuenta del mismo nivel, él era invencible ante una cuenta de civil. Para proteger a Alice, y luego desconectarse de manera segura, ella necesitaba esta cuenta sin importar qué.

¿Qué hacer? ¿Qué debo hacer primero?

Después de devanarse los sesos por una fracción de segundo, Asuna inhaló profundamente, y decidió.

Ella priorizaría Underworld. El mundo corría a una velocidad diez veces la del Real World. Antes de que el movimiento más pequeño ocurriera en el Real World, aún debían tener algo de tiempo.

En este tiempo, ella tenía que idear un plan para proteger a Alice del ejército del Dark Territory liderado por el enemigo, y retirarla al Real World. Si fracasaba en eso, y Alice caía en las manos del enemigo, esas personas destruirían todos los otros LightCubes sin vacilación para solidificar su status como los propietarios de la única AI verdadera. Destruirían Underworld, por el cual Kirito había puesto su vida en juego.

* * *

 

Por los reportes que estaban recibiendo, parecía que el juicio de Yuuki Asuna había sido completamente correcto.

Pero ni ella, ni Higa Takeru y Kikuoka Seijirou de la Ocean Turtle, se habían dado cuenta de una verdad importante.

Desde que Gabriel Miller y Vassago Casals se habían conectado, la frecuencia FLA había estado decreciendo lentamente. La operación estaba siendo realizada por Critter, el técnico del equipo atacante, pero el que dio la orden fue Gabriel.

En cerca de veinte horas, personal armado de las JSDF del destructor Aegis «Nagato» asaltarían la estructura flotante. En esa clase de situación, era comprensiblemente inconcebible para RATH que el equipo atacante redujera la frecuencia de aceleración y estrangularan sus propios cuellos.

Por supuesto, la razón detrás de su reducción de la frecuencia de aceleración estaba más allá que la imaginación de cualquiera.

Pero—

En este instante, solo una persona había visto a través del motivo de Gabriel.

Escondida en la terminal portátil de Yuuki Asuna, «ella», la inteligencia artificial «top down» más avanzada del mundo, planeaba sigilosamente mientras volaba por la internet.

* * *

 

—¿Ocurre… algo?

Alice había dejado de usar honoríficos hace algún tiempo. Escuchando sus palabras, Asuna alzó repentinamente su cabeza y la sacudió.

—No… no es nada. Perdón por interrumpir.

—No interrumpiste, aún estamos esperando tu respuesta.

Alice dijo de forma irritable.

—Entonces, ¿tienes alguna pista sobre el nombre «Code 871»?

—Sí, estaba a punto de explicarlo.

Alice respondió frescamente. Incluso Asuna estaba perpleja ante eso.

Asuna no podía recordar discutir con alguien. Ella estaba en buenos términos con sus amigas —Lisbeth, Silica, Leafa, Sinon, e incluso con sus compañeros en la escuela.

Hablando de ello, ¿cuándo fue la última vez que había competido con algo así? Ella pensó por un momento y casi estalló de risa. Sin duda, esa persona sería Kirito.

Desde que se habían conocido en el primer piso de Aincrad y de alguna manera entablaron una relación interdependiente para empezar a completar el juego de la muerte, Asuna había mirado y gritado al rostro de Kirito numerosas veces, ocasionalmente llegando a lo físico.

Tal vez, llegaría un tiempo en el que pudiera llevarse bien con esta chica llamada Alice.

No, eso no es muy probable.

Mientras Asuna pensaba, ella abrió su boca.

—Entonces, la persona que colocó a lo que Alice-Jou-chan llamó «Code 871», o el Sello del Ojo Derecho, fue alguien del Real World… en confabulación con el enemigo.

—Hmm… Bueno, además de destruir el ojo derecho, ¿hay otra manera de remover este llamado Code?

Ante la pregunta de Bercouli, la chica forastera sacudió su cabeza disculpándose.

—Lo siento, tampoco lo sé… No creo que sea algo que pueda removerse desde dentro de Underworld.

Escuchando la voz clara de Asuna, Alice se sintió incómoda.

Por supuesto, su primera impresión de ella fue terrible. Que Asuna se acercara tanto repentinamente a Kirito sin explicación la dejó profundamente enojada. Después de todo, ella fue la que había protegido y cuidado a Kirito y sus heridas.

Una vez más, esta chica llamada Asuna, como Kirito, era del Real World. Juzgando por sus palabras y acciones, ella debió haber tenido alguna relación con él allá. Entonces, ya que lo persiguió a otro mundo, al menos tenía algo que decir sobre el tema.

¿Esta era la razón para su ansiedad? Ella había pensado que era la única en este mundo más obligada y responsable por Kirito, ¿pero ahora repentinamente viene alguien para desafiar eso?


¿O era su espíritu competitivo hacia el aterrador manejo de la espada de Asuna?

Esa fue la primera vez de Alice presenciando un ataque con una velocidad tan ridícula. Era una velocidad que ni siquiera la  Caballera Vicecomandante Fanatio podía igualar. No era meramente un ataque continuo; se sentía más como puñaladas múltiples que llegaban al mismo tiempo. Si sus espadas se hubieran desviado ligeramente tras golpearse entre sí, su oponente probablemente se habría recuperado más rápido.

¿O era—

Porque Asuna era tan extraordinariamente bella que solo mirarla te hacía suspirar?

Un rostro exótico sin siquiera el matiz más mínimo de severidad, como si fuera la personificación de la palabra “exquisito” misma. El fuego iluminaba  intensamente su  piel blanca y su suave cabello castaño ondulado, el cual parecía ser hebras de seda de alta calidad trenzadas. Los ojos de los líderes de guardia revelaban miradas intoxicadas de admiración. Si Asuna se hubiera llamado a sí misma la diosa Stacia, la habrían creído sin duda.

Ella quería saber.

No sobre el Real World o sobre el enemigo, sino sobre esta Asuna. La relación entre ella y Kirito.

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Encontrándose flotando dentro de sus propios pensamientos, Alice recobró sus sentidos, luchando para concentrarse y seguir la conversación. Asuna siguió hacia el Caballero Comandante.

—El «enemigo» tiene miedo de los que han roto el Sello en Underworld… en  otras palabras, si su «Sacerdotisa de la Luz» proverbial aparece y es secuestrada por una fuerza externa. Porque la Sacerdotisa de la  Luz en el Real World en realidad es una existencia extremadamente preciosa.

—Eso es lo que no entiendo.

El Caballero Comandante Bercouli murmuró, dando vueltas a su botella de licor.

—Tu «Sacerdotisa de la Luz», o Alice-Jou-chan, debería ser una existencia igual a la de una persona del Real World, ¿no? Pregunté ¿por qué todos ustedes están tan obstinados por esto? Sea el enemigo, o Asuna-san, ¿qué exactamente quieres que Alice-Jou-chan haga una vez que te la lleves?

—Um…

Asuna mordió su labio.

Sus largas pestañas cayeron mientras mostraba una expresión adolorida.

—Lo siento, pero aún no puedo decirles. Porque, yo… espero que Alice-san pueda venir a ver y juzgar al Real World con sus propios ojos. No es el reino de los dioses, ni es una utopía fantástica. De hecho, es mucho más feo y sucio que este mundo. Creo lo mismo sobre los motivos de las personas tras Alice-san. Dicho esto, creo que ella no perdonaría al Real World y a las personas que viven allá. Pero… no es solo eso. Hay muchas personas que desean proteger este mundo. Como… Como Kirito-kun.

Alice escuchó silenciosamente el largo discurso difícil de la otra chica.

Pero se encontró sorprendida, asintiendo lentamente.

—Está bien. No haré más preguntas por ahora.

Ella separó lentamente sus manos, y se encogió de hombros.

—Sin importar qué, no voy a hacer lo que no quiero hacer. Además, aún no he decidido ir. Aunque deseo ver el mundo exterior, aún es un asunto que podemos discutir después de que… derrotemos al Dios de la Oscuridad Vector, a su ejército invasor, y establezcamos la paz.

Alice pensó que Asuna la reprendería ferozmente otra vez. pero solo vaciló por un momento y habló lentamente.

—Sí. Ya que el ejército del Dark Territory está siendo controlado por una persona del Real World, sería bastante peligroso que Alice-san y yo nos fuéramos por nuestra cuenta. El enemigo también debe haber pensado en eso. Yo… lucharé junto con todos. Por favor déjenme la pelea con Vector.

Ovaciones fueron escuchadas de los líderes de guardia. Para ellos, sin importar lo que ella misma afirmara, Asuna no era diferente de la diosa Stacia. Al menos, si ella tenía ese estruendoso súper ataque, no importaría si el enemigo tuviera veinte mil o doscientas mil tropas.

El Caballero Comandante parecía estar considerando lo mismo. Él cruzó sus brazos y preguntó.

—Bien, apartaremos el asunto del Real World por ahora. De vuelta al problema en cuestión… Esa Skill que usaste ahora, Asuna-san, ¿puede usarse infinitamente?

—Lo siento, pero esto te decepcionará.

Asuna encogió hombros y sacudió lentamente su cabeza.


—Esa clase de poder coloca una gran sobrecarga mental en su usuario. Sería capaz de soportarla si fuera meramente incomodidad, pero si lo uso sin restricciones, tal vez sea eyectada a la fuerza al mundo para preservar mi salud mental. Si eso ocurre, nunca podré volver. Desafortunadamente, solo puedo realizar comandos geográficos de gran escala una o dos veces más.

Defraudados por su anticipación excesiva, los rostros alrededor de la fogata se vieron decepcionados. Notando esto, Alice se puso de pie otra vez.

—¡¿Cómo solo podemos depender del poder de una forastera para proteger nuestro mundo?! Ella ya nos ha brindado suficiente ayuda. ¡Ahora, es nuestro turno para demostrarle a la forastera lo que nosotros, los Caballeros y guardias, somos capaces de hacer!

Después de este feroz llamado a la acción, Alice sintió la mirada sorprendida de Asuna sobre ella y evitó sus ojos avergonzadamente.

El primero en concordar fue Renri, el Caballero más joven presente.


—A… ¡Así es! ¡Es justo como dijo Alice-san, no es una diosa, ella es humana como nosotros! ¡Entonces también podemos luchar!

Con palabras que parecieron resonar de los dos Instrumentos Divinos en su cintura, el joven Caballero miró hacia la chica pelirroja a una distancia de Asuna. Alice rio internamente.

A continuación, incluso Scheta «La Silenciosa» murmuró.

—Yo también deseo… enfrentar a esa persona otra vez.

Los líderes de guardia pronto asintieron como uno, intercambiando miradas entre sí.

—Es cierto, todos trabajaremos juntos y protegeremos lo que amamos. —Chillidos y gritos de los guardias que estaban reunidos en el césped a su alrededor. Como si aspirara las voluntades de la multitud, el fuego también comenzó a crepitar de manera más vívida, con el humo volando hacia el cielo nocturno.

* * *

 

¿Esto… realmente estuvo bien?

En su tienda asignada, Asuna comenzó a pensar mientras removía su armadura blanca perlada.

De acuerdo a las intenciones de Higa y Kikuoka en el Real World, se suponía que Asuna llevara rápidamente a Alice a una consola del sistema y extraerla a la seguridad de la habitación de sub control.

¿Pero entonces qué? De acuerdo a Kikuoka, siempre que consiguieran el fluctlight de Alice y analizaran su estructura, podrían cargarla a un arma autómata como la base para su AI. Los diez mil fluctlights restantes perderían todo su propósito. Tampoco les haría bien desperdiciar una inmensa cantidad de energía y espacio para conservarlos.

Incluso si solo rescataban a Alice y destruían el resto de Underworld, ¿qué pensaría Kirito después de que despierte? No, ¿sería capaz de despertar en primer lugar…?

No, ella no podía titubear así otra vez. Ella había venido hasta aquí para encontrarlo, así que debía dar su máximo esfuerzo para conectarse con él, hablar con él, y buscar la clave para su recuperación. Higa había dicho que solo podían esperar un milagro desde dentro de Underworld para curar a Kirito.

Ahora mismo, ella quería estar en la tienda de suministros donde él estaba, para abrazarlo, y hablarle. Durante este periodo de inmersión, quería estar siempre a su lado. Ella no quería abandonarlo en ningún momento hasta viajar a la consola del sistema en el lejano sur.

Al menos, solo por esta noche…

Tomando su decisión, Asuna removió toda su armadura, se cambió a un hábito de falda y túnica, luego se trasladó a la entrada de la tienda para escuchar.

Pese a sus protestas, el Caballero Comandante le había asignado un guardia como seguridad. El joven, nervioso con su tarea como el guardaespaldas de la diosa Stacia, estaba deambulando sin descanso por los alrededores de la tienda.

Cuando las pisadas pasaron por el césped directamente en frente de ella y se acercó al centro de su espalda, Asuna dejó apresuradamente la tienda. En tres silenciosos y enormes pasos, ella se ocultó dentro de la sombra de un árbol gigante a diez metros.

Dando un vistazo detrás de ella, vio que el guardia no pareció haber notado nada, siguiendo sus rondas. Después de disculparse con él silenciosamente, Asuna entró en  las profundidades del bosque.

El Ejército del Mundo Humano, cansado después de su batalla de gran escala, se había retirado temprano, con la excepción de unos pocos centinelas. Los centinelas estaban concentrados en las afueras del bosque, así que Asuna fue capaz de escabullirse en el área de la tienda de suministros sin ser detectada.

«Cierra los párpados y concéntrate.»

Ella no sabía si era el poder de su  súper cuenta o intuición  pura,  pero podía  sentir inmediatamente la ubicación de su amante.

Dando unos cuantos pasos en esa dirección, Asuna notó repentinamente de reojo un destello de luz dorada.

«Mierda.» pensó y volteó tímidamente para mirar.

Una silueta estaba de pie con su espalda contra la tienda, con brazos cruzados. Usaba una vestido simple parecido a la túnica que usaba Asuna. Cabello dorado fluido que ondeaba con el viento nocturno. Ojos azules oscuros que proyectaban un resplandor aterrador.

—Sabía que vendrías.

Alice resopló suavemente, sacudiendo su cola de caballo dorada.

Observando directamente a su oponente de la misma altura, mismo cuerpo, y misma edad, Alice estuvo a punto de decir sus palabras preparadas.

«¿No te dije que no te acercaras? Regresa tranquilamente a tu tienda.»

Pero el aire que había inhalado se sintió difícil de vocalizar. Porque dentro de los ojos de la forastera Asuna, vio una emoción que no podía ser más clara.

Anhelo. Dolor debido a ese anhelo, y determinación debido a ese anhelo.

—Fuu —Suspirando profundamente, Alice se preguntó a sí misma.

No es que me rinda. Soy la que tiene la mayor responsabilidad de asegurarme de que Kirito despierte. Esta realidad no cambiará. Porque Kirito ha luchado conmigo, se ha herido conmigo, y ha caído por el cansancio ante mis ojos.

Así que esto es —una parte de lo que tengo que hacer para asegurarme de que Kirito regrese.

—Hagamos un trato.

Escuchando el corto comentario de Alice, Asuna parpadeó con confusión.

—Te dejaré ver a Kirito. También te diré lo que sé. A cambio, dime todo lo que sabes sobre Kirito.

Después de menos de un segundo de confusión, Asuna sonrió confiadamente.

—Bien. Pero es una larga historia. Una noche no sería suficiente para contarla.

«Qué incómodo.» Haciendo pucheros otra vez, Alice demandó.

—¿Cuánto tiempo has estado con él?

Entonces, los ojos marrones claros de Asuna observaron el cielo nocturno, luego enroscó los dedos en sus manos y respondió.

—Bueno… fuimos compañeros de batalla por dos años. Luego salimos por un año y medio. Incluso pasamos dos semanas viviendo juntos.

”Salimos” significaba una relación romántica, ¿cierto? No, tal vez… Pero he vivido con él por más tiempo…

Alice titubeó ligeramente, luego sacó su pecho y se negó a admitir la derrota.

—He pasado una noche entera luchando a su lado. Luego lo cuidé en el mismo techo, permaneciendo a su lado por medio año.

Era el turno de estar sorprendida de Asuna, pero se recuperó rápidamente.—Es así. —Ella murmuró.

Las dos se miraron de mala manera la una a la otra, como si estuvieran completamente vestidas con armaduras, listas para desenvainar espadas y tener un duelo. El aire nocturno crujió, y hojas secas suficientemente desafortunadas que aterrizaron entre ellas explotaron, pishi, pishi.

La que entró valientemente en la batalla entre una Caballera de la Integridad y la Diosa de la Creación fue —la fina voz de una joven.

—Esto…

Impactada, Alice giró en esa dirección. Asuna siguió su ejemplo.

La voz había venido de una joven aprendiz del equipo de suministros con una gorra suave sobre su cabello color té y un camisón gris —Ronye. Ella aplaudió tímidamente en frente de su pecho, y habló otra vez.

—¡En realidad, yo, yo pasé dos meses limpiando la habitación de Kirito-senpai, y también me enseñó Sword Skills, e incluso nos regaló pasteles de miel de la Posada del Venado Saltarín varias veces! Parece muy poco comparada a ustedes dos, pero… también quiero compartir…

Alice parpadeó unas cuantas veces antes de intercambiar miradas con Asuna otra vez. Sus bocas sonrieron burlonamente al mismo tiempo, como si suspiraran juntas.

—Seguro, Ronye-san. Eres una compañera, después de todo.

Alice se encogió de hombros y asintió hacia la pequeña chica. Ella no pudo evitar elogiar a la aprendiz que exhalaba y sonreía con alivio: qué valentía tan admirable.

Pero —ella no era la única rival.

Ronye acababa de poner en la tienda y ya otra nueva voz sonaba.

—¿Puedo participar en el intercambio de información?

Un tono aparentemente masculino, pero una voz femenina mesosoprano. Una mujer muy alta había aparecido bajo la luz de la luna sin un ruido. Viendo sus agraciadas características, Asuna dejó salir una voz débil.

—Tú eres, la de antes…

Sin duda, ella era la líder del cuerpo de guardias de la reunión de hace un momento.

La mujer, cuyo cabello marrón estaba atado en una larga cola de caballo, asintió.

—Soy Sortiliena Serlut de la Orden de Caballeros de Norlangarth Norte. Aunque quería esperar hasta después de que la batalla hubiera terminado… o eso planeaba, pero debido a mi larga asociación con Kirito, no pude evitar unirme.

Alice suspiró otra vez, alzó sus hombros, y le habló a la alta líder de guardia.

—¿Y qué clase de asociación es esa, líder de guardia Serlut?

—Si no le importa, por favor llámeme «Liena», Caballera-dono.

Sortiliena tosió suavemente antes de jugar su as en la manga.

—Cuando estuve en la Academia de Maestría de la Espada del Imperio de Norlangarth, Kirito me sirvió como mi valet por un año. También le pasé algunas Sword Skills.

—…

Las otras tres guardaron silencio ante esta revelación.

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 19 Parte 5

 

Asuna y Alice encontraron sus miradas, demostraron simultáneamente expresiones de “En serio, ahora”, y asintieron.

—Entonces también debes tener mucha información, Liena-san. Por favor ven con nosotras.

Con una extraña atmósfera, ellas cuatro empezaron a moverse silenciosamente, y Alice las llevó a la pequeña tienda. Ropa de cama sencilla yacía sobre dos de cuero tendido una al lado de la otra. Una de ellas estaba vacía, mientras que un joven de pelo negro con sus ojos cerrados yacía en la otra. Asomándose por la manta de lana, dos vainas de espadas largas eran levemente visibles.

Viendo esto, los labios de Asuna temblaron con un profundo anhelo. Alice no lo percibió.

—…¿Qué ocurre?

Ante la pregunta de Alice, la espadachina forastera olvidó momentáneamente la animosidad entre ellas, y respondió con una sonrisa.

—Kirito de las «Espadas Duales». Así es como llamaban a Kirito-kun allí.

—Eeh…

Ahora que lo mencionaba, cuando Kirito luchó en esa batalla decisiva contra Administrator, efectivamente estuvo blandiendo libremente su espada negra y la espada blanca de Eugeo. Eso definitivamente no se veía sencillo.

Alice se movió para sentarse en frente del durmiente Kirito. Ella le hizo señas a las otras tres para que también se sentaran, diciendo.

—Entonces empecemos desde allí.

 

 

La noche oscura sobre el páramo negro se enfriaba más y más, con solo la luna violeta brillando silenciosamente sobre la tierra.

Sean los guardias del Ejército de Defensa del Mundo Humano o los Caballeros Oscuros y Guerreros del ejército del Dark Territory en su campamento que ahora estaba dividido por una gran grieta, todos se habían dormido profundamente.

En un rincón de la silenciosa noche antes de la batalla final entre los dos lados, solo una vela dentro de una tienda no podía extinguirse. Sonidos de carcajadas tranquilas venían desde detrás de la gruesa cortina, pero el único que podía escucharlas era un búho solitario posado en la rama de un árbol.

Después de que se agotara el aceite del farol, las cuatro mujeres jóvenes, exhaustas por hablar tanto, durmieron al lado de Kirito.

Un momento después, lejos en la Capital Central Centoria del Mundo Humano, una campana tocó constantemente a medianoche. Por supuesto, este sonido no llegó al campamento del Dark Territory.

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Al mismo tiempo—

Una sensación tan débil que podía describirse como la «vibración del tiempo» llegó a cada persona de Underworld. Esa era la sensación de la frecuencia FLA cayendo a 1:1, pero incluso si alguien estuviera despierto, lo encontraría extremadamente difícil de sentir.

Calendario del Mundo Humano de Underworld, el octavo día de noviembre, año 380, 0:00.

Hora Estándar de Japón del Mundo Real, 7 de julio 2026, 0:00.

En este momento, las líneas temporales de ambos mundos se sincronizaron completamente.

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