Sword Art Online

Volumen 16: Alicization Exploding

Capítulo 19: La Sacerdotisa de la Luz

Parte 4

—Todo lo que puedo decir es… estoy bastante sorprendido.

En el segundo piso del carruaje del trono imperial, al lado de Gabriel ignorando la repentina grieta en el suelo, sonó una voz que parecía muy despreocupada.

Él volteó hacia la voz y vio, emergiendo de una de las varias escotillas en la cubierta, el fornido rostro de un hombre de mediana edad. Recordó que este era Lengyel, el líder del gremio económico. Lengyel juntó sus mangas y realizó un sincero saludo.

Mientras que parecía ser una de las pocas unidades generales restantes, este hombre no parecía poseer ninguna proeza de lucha destacable. ¿Cuál era el problema? Gabriel alzó una ceja con reconocimiento. Lengyel observó de izquierda a derecha, pero su cuerpo encarando a Gabriel. Él vio que Vassago no estaba cerca, pero no dijo nada más y saludó una vez más.

—Su Majestad. La luna se alzará pronto… Si no hay más órdenes para ejecutarse consiguientemente, solicito humildemente que se les permita a las tropas descansar y cenar.

—A ver.

Gabriel miró el enorme abismo negro otra vez.

Los exploradores que habían sido enviados para reportar sobre su tamaño aún no habían regresado. En otras palabras, no sería solo un mel. Y por su apariencia, un agujero de esta profundidad no era uno que pudiera llenarse con pura mano de obra civil.

Prediciendo que el ejército enemigo había logrado infiltrarse en las partes del sur, donde estaban Vassago y sus subordinados, ahora había una probabilidad extremadamente alta de que todos serían eliminados si no hacían nada. Pero incluso si Vassago mismo fuera a morir aquí, aun así despertaría en el mundo real.

Ahora él tenía utilizar las unidades voladoras. Pero los Caballeros Oscuros solo tenían diez dragones. No sabía el número de viajes que tomaría transportar a veinte mil soldados a pie.

O tal vez era posible con magia. Pero de acuerdo a las hechiceras oscuras que había consultado, crear un puente adecuado para que todo el ejército lo cruzara no era posible. Si todas fueran tan poderosas como su líder D.I.L., tal vez, con más sacrificios semi-humanos… Pero los reportes decían que D.I.L. había sido vaporizada en batalla por el contraataque de un Caballero enemigo.

Para alguien llena de ambición, dejaste la batalla muy rápido.

Gabriel pensó con una punzada de remordimiento. Pero al final del día, una AI era meramente una pieza de una tabla de ajedrez, y su existencia desapareció de su mente.

En otras palabras—

Ese enorme abismo era algo que afectaba el «equilibrio de juego» de este mundo.

Ni las unidades del Dark Territory ni las IAs del Human Empire deberían tener el poder de causar tal destrucción.

Si ese fuera el caso, esto probablemente involucraba la interferencia desde el mundo real. Alguien de RATH, probablemente un superior, se habría conectado con una súper cuenta como él.

Incluso tendrían la misma meta. Recuperar a «Alice», luego eyectarla al mundo real a través de una consola del sistema.

Aunque las cosas estaban tornándose problemáticas, en este punto, él solo podía planear en consecuencia.

O más bien —las cosas estaban tornándose más interesantes.

Las esquinas de la boca de Gabriel se elevaron en la más mínima de las sonrisas. Después de que desapareciera, él volteó hacia Lengyel.

—Muy bien. Estableceremos el campamento aquí esta noche. Alimenta bien a las tropas; mañana será un día muy ocupado.

—Sí, señor. Estoy realmente agradecido con la benevolencia de Su Majestad.

Presentando sus respetos una vez más, el jefe del gremio económico se fue con excelente ánimo.

* * *

—¿Del mismo mundo que… Kirito-senpai?

Las dos chicas preguntaron en unísono, con sus ojos rojos y azules redondos.

—Es-Eso significa… ¿el mundo de los dioses? ¿Los tres dioses que crearon este mundo… el reino en el cielo en el que los dioses que gobiernan los elementos, y los ángeles residen…?

—No es así.

Asuna sacudió su cabeza.

—Es un mundo fuera de este, pero definitivamente no uno de los dioses. Porque… miren a Kirito-kun, ¿ustedes creen que parece un dios o un ángel?

Las chicas miraron hacia  la silla de ruedas otra vez, intercambiaron miradas, luego sofocaron las risas. Ajustaron apresuradamente sus expresiones y asintieron.

—Sí… Sí… Cierto, no debería haber ningún dios que escape de la academia en medio de la noche para comprar bocadillos… ¿cierto…?

Escuchando las palabras de la chica pelirroja, fue el turno de Asuna de mirar boquiabierta. En realidad, él aún era así incluso en este mundo. Enmudecida y extasiada, Asuna sintió lágrimas en sus mejillas una vez más.

«Cierto.» Ella parpadeó rápidamente y asintió. Entonces, la chica del cabello de color té preguntó.

—Uh… Um, este mundo exterior… ¿Cómo… es?

Asuna pensó por un momento, luego respondió.

—Eso es… lo siento, una larga historia. Me gustaría contársela a la persona a cargo de todo aquí. ¿Podrían llevarme ante ella por favor?

—E-Está bien. Entendido. Por aquí por favor.

Las chicas concordaron nerviosamente. Asuna se preparó para seguirlas a la parte posterior de la gran caravana, luego se detuvo para mirar a Kirito otra vez.

En su cara inclinada, los rastros de lágrimas secas aún eran visibles.

Todo está bien. Ya todo está bien, Kirito-kun. Puedes dejarme el resto a mí…

Asuna dijo suavemente en su corazón, sujetando con fuerza su mano izquierda. Luego volteó, se deslizó por una caja, y saltó de la parte trasera del vagón.

Justo cuando sus zapatos blancos tocaron el suelo—

Luz dorada apareció ante ella.

El resplandor de la hoja de una espada.

Antes de que ella pudiera reaccionar, su cuerpo se movió por instinto. Su mano derecha arremetió al estoque en el lado izquierdo de su cintura.

¡Kyariin! El sonido del metal contra metal destruyó el silencio oscuro del bosque.

Mientras que ella había logrado desviar el ataque, el impacto inesperadamente poderoso había entumecido todo su brazo derecho. Qué espada tan pesada.

Chispas esparcidas de la colisión blanquearon su visión, Asuna apenas pudo discernir la trayectoria del segundo ataque instantáneo.

Solo bloquearlo no iba a servir.

Emitiendo inmediatamente ese juicio, Asuna arremetió hacia su oponente y lanzó una sucesión de estocadas rápidas.

Su tercera puñalada finalmente detuvo el ataque entrante. Cambiando a la ofensiva, Asuna finalmente visualizó las características del atacante.

Ella jadeó con shock.

Una caballera sorprendentemente hermosa con piel blanca como la nieve, aproximadamente de la misma edad que ella, estaba mirando fijamente a Asuna. Sus ojos zafiros emanaban una animosidad que parecía crujir como la electricidad.

Su cabello dorado, aparentemente moldeado del elemento mismo, flameaba en el aire. Su voluminosa armadura y su delicada espada larga resplandecían de amarillo rubio.

Desde una distancia, las chicas miraban, con sus ojos bien abiertos. Finalmente, lograron gritos débiles.

—¡¡Ca-caballera-sama, por favor deténgase!!

—¡¡Ella no es un enemigo, Alice-sama…!!

«¡«Alice»!»

Escuchando este nombre, Asuna estuvo atónita otra vez.

¿Esta elegante espadachín ante ella, blandiendo un arma del peso de una roca —era la primera AI bottom-up verdadera del mundo, la inteligencia artificial altamente adaptable, A.L.I.C.E. ? Ella era la meta del Proyecto Alicization, y lo que RATH y los invasores ansiaban —el centro de todo.

¿Pero por qué Alice estaba atacándola?

Dando su mejor esfuerzo para bloquear la espada dorada, justo cuando Asuna estaba pensando en qué decir, una voz semejante a la música de un famoso violinista brotó de los labios de color cereza de Alice.

—¡¿Quién eres bastarda?! ¡¿Por qué te acercaste Kirito?!

Tan pronto como escuchó esas palabras.

Asuna dejó todo a un lado, sintiendo que cierta emoción emergía dentro de ella. Específicamente, era una furia repentina.

Su respuesta reflexiva solo añadió leña al fuego.

—¿Por qué…?¡¡Porque Kirito-kun es mío!!

—¡¿Qué dijiste?! ¡¡Bárbara!!

Grutó Alice, rechinando sus perlados dientes blancos.

Las dos espadas se separaron con una lluvia de chispas en toda dirección.

La espadachín de cabello dorado, saltó hábilmente, luego arremetió inmediatamente hacia adelante con un despiadado corte alto. Pero esta vez, Asuna mantuvo su postura, y su mano derecha lanzó un ataque de combo familiar.

Dentro del bosque nocturno, una gigantesca luna creciente colisionó con rachas de cometas, emitiendo un destello cegador.

El impacto recorrió el codo de Asuna directamente hasta su hombro, expulsando el viento y la lengua de su boca. Ella solo fue capaz de igualar a su oponente debido al estoque «Radiant Light» de su súper cuenta de Stacia, un «ítem de GM» que poseía una prioridad más alta que la espada larga dorada de Alice.

Sus armas se encontraron otra vez, pero un vacío minúsculo se formó entre ellas.

Una profunda voz masculina rompió el silencio.

—Ah, el panorama aquí es excelente. Dos flores floreciendo. Ah, qué vista. Qué vista.

Un par de fuertes brazos aparecieron desde donde previamente no había nada, sus dedos sujetaban gentilmente el centro de las espadas de Alice y Asuna.

—¡¿?!

Como si estuviera aprisionada entre un tornillo de banca, el estoque no podía moverse. Los brazos levantaron sin esfuerzo ambas espadas junto con las enmudecidas Asuna y Alice, separó gentilmente a las dos espadachinas combatientes, luego las colocó de vuelta al suelo.

De pie ahí estaba un enorme hombre que se veía de más de cuarenta años de edad.

Encima de lo que parecía un kimono, él usaba equipo defensivo del grado más bajo. Sea la espada larga del color del hierro colgando de su cintura o los brazos que se extendían de sus mangas, estaban esculpidos con una infinidad de cicatrices. Él se adaptaba perfectamente a la descripción de un héroe.

Tan pronto como el hombre apareció, Alice infló sus mejillas y comenzó a protestar como si fuera repentinamente más joven.

—¡Por qué me detuviste, Oji-sama! Esta persona podría ser muy bien un espía del enemigo…

—No lo es, eso creo. Esta joven dama me ayudó a escapar de las fauces de la muerte, ¿creo que fue lo mismo para vosotras?

La última pregunta fue dirigida hacia las chicas de los ojos bien abiertos con uniformes grises que estaban al costado.

Ambas asintieron furiosamente, y hablaron con voces finas.

—S… Sí, Su Excelencia Caballero Comandante. Esa mujer nos salvó.

—Ella solo, con agitar su mano, envió a los soldados enemigos al abismo… Simplemente fue un acto divino.

El hombre al que se le había dirigido como Caballero Comandante miró fijamente la gran grieta que Asuna había creado, luego colocó su mano sobre el hombro de Alice y explicó.

—También lo vi. Una luz multicolor bajó del cielo, y el suelo se dividió en una grieta de cien mel. Incluso el gremio de los Guerreros no pudo huir, y entraron en pánico. El hecho es que esta joven nos salvó justo cuando nuestro ejército estaba al borde de la derrota. Esta no es hora de luchar.

—…

Con la espada larga dorada en mano derecha, Alice siguió observando sospechosamente a Asuna.

—Entonces… ¿lo que Oji-sama quiere decir es que esta persona no es una espía del enemigo, ni imita una figura divina, sino que ella es la verdadera Diosa Stacia?

Asuna mordió su labio en silencio. Si este Caballero Comandante, el hombre aparentemente en la cima, fuera considerarla como una diosa, las cosas se tornarían muy confusas.

Afortunadamente para ella, la boca cincelada del hombre se aflojó un poco, y él respondió.

—No lo creo. Si ella realmente fuera una diosa, sería una existencia mucho más fría y más cruel que incluso la Highest Minister, ¿verdad? Por ejemplo ¿terminaría despiadadamente con todas las vidas de esos sanguinarios hombres salvajes?

Alice no tuvo respuesta para eso. Con su hostilidad inmutable, dirigió una mirada llameante a Asuna y devolvió su espada a su vaina con un shakin.

Asuna también tenía muchas preguntas. «¿Esa creída, quien se cree que es para Kirito- kun? Pero con un profundo respiro que finalmente pudo tomar, suprimió su enfado.

La misión de Asuna. Esa era llevar a Alice al «World End Altar» a la parte más alejada del sur de Underworld, y eyectar su LightCube del LightCube Cluster.

En otras palabras, ella tenía que convencer a esta chica, quien no se llevaba bien con ella, para que abandonara el Ejército del Mundo Humano. Esta definitivamente no era hora de luchar.

Envainando también su arma, Asuna le habló al Caballero Comandante.

—Sí… Justo como has dicho, no soy una diosa. Soy una humana como todos ustedes. Sin embargo, tengo algo de conocimiento de su situación. Es porque soy una humana que ha venido del exterior de este mundo.

—Exterior…huh.

El Caballero Comandante acarició su rastrojo de barbilla, luego sonrió crudamente.

En contraste, los ojos de Alice se abrieron completamente y ella demandó chillonamente.

—¡¿Del exterior…?! Entonces, ¿¡eres de donde Kirito vino!?

Asuna estaba asombrada. Parecía que Kirito también ya le había explicado algunas cosas sobre Underworld a Alice.

Tomando la frecuencia de FLA [17] en consideración, Kirito ahora había permanecido en este mundo por tres años. Asuna no pudo evitar preguntarse cuánto tiempo había pasado con Alice en este mundo.

Parecía como si Alice estuviera pensando lo mismo. Antes de que pudiera hacer más preguntas, el Caballero Comandante la detuvo agitando su mano.

—Lo que viene después probablemente es para que el resto de los Caballeros y los guardias escuchen. Hablaremos sobre esto con té. Además, el enemigo no va a hacer ningún movimiento más esta noche.

—…Así, ya veo.

Alice asintió, con su rostro firme.

—Está bien, solucionado… ¿Vosotras las jovencitas de allí podrían ayudarnos a preparar algo de té, y también darme algo de licor? Ustedes también deben escuchar esto.

Recibiendo las órdenes del Caballero Comandante, las uniformadas jóvenes en entrenamiento respondieron y saludaron respetuosamente.

Asuna quería ver a Kirito una vez más antes de que dejara este lugar, pero antes de que pudiera moverse, la voz perforadora de Alice entró a sus oídos.

—Déjame ser clara; a partir de ahora, nadie va a entrar a ese vagón sin mi permiso. Garantizar la seguridad de Kirito es mi responsabilidad.

Irritante

Asuna calmó sus emociones burbujeantes.

—…Lo mismo para ti, deja de llamar a mi Kirito-kun directamente por su nombre…

—¡¿Qué dijiste?!

—No, nada.

Hmph, Alice y Asuna voltearon para alejarse, y siguieron la sombra en retirada del Caballero Comandante.

Las dos chicas abandonadas —Tiezé y Ronye exhalaron simultáneamente.

—Parece que… las cosas van a ser duras a partir de ahora.

Tiezé alzó repentinamente sus manos y le dijo a su amiga.

—¡Vamos, tenemos agua para hervir! Cierto, ¿en qué vagón estaba el licor…? ¡Vamos, Ronye!

Antes de que persiguiera a la chica pelirroja, Ronye murmuró algo que nadie más escuchó.

—Aunque, también debería ser mi senpai…

[17]  Aceleración de fluctlights, FluctLight Acceleration.