Sword Art Online

Volumen 16: Alicization Exploding

Capítulo 19: La Sacerdotisa de la Luz

Parte 1

 

 

Calendario del Mundo Humano, 20:00 del 7 de noviembre, año 380

 

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El Ejército de la Oscuridad había empezado a moverse, alzando una enorme nube de polvo por detrás. La nube de polvo empezó a teñir el cielo del Dark Territory, ya dotado con intermitentes estrellas rojas sangre, con un profundo tono de gris.

Viendo por el simple telescopio generado con elementos cristalinos, el Caballero Comandante Bercouli miró arriba y murmuró suavemente.

—Esto es sorprendente… Parece que el llamado Dios de la Oscuridad Vector está obsesionado de verdad en ti, Jou-chan. Todo el ejército está viniendo por ti.

—Debería estar… feliz, supongo. Al menos esto es mucho mejor que ser ignorada.

Alice murmuró mientras tragaba su nerviosismo junto con algo de agua sirial tibia.


En el inexplorado —solo para los del Mundo Humano, por supuesto—páramo del Dark Territory, en una pequeña colina a casi cinco kilol al sur del valle, la división de señuelo del Ejército de Defensa estaba teniendo su primer receso corto.

Los Guardias estaban muy emocionados.

Ya que un Caballero de la Integridad se había sacrificado para anular un Art masivo que había lanzado a todos al abismo de la desesperación, todos estaban determinados una vez más, creyendo que debían atesorar su oportunidad otorgada.

Mientras tanto, Alice aún era incapaz de aceptar la realidad de la muerte de Eldrie.

Aunque no había pasado mucho tiempo desde que se conocieron por primera vez en la Catedral Central, mucho había ocurrido. Recomendando a Alice que probara algo de vino o bocadillos cuando los descubría; contándole malas bromas de vez en cuando; no había habido un día tranquilo con Eldrie.

Ella frecuentemente se había desconcertado sobre si este joven estaba aquí para aprender el manejo de la espada  y artes, o solo ser molesto.  Pero ahora, entendía. Ella entendía cuánto Eldrie había estado llenando su corazón con ligereza.

Estas cosas parecían tan normales que daba por hecho su presencia. ¿Por qué estoy dándome cuenta de qué tan preciado era cuando ya no está aquí?

Mientras miraba hacia la cordillera del borde que abarcaba el cielo del noroeste, ella tocó el látigo enrollado colgado en la parte trasera de su cintura. Ahora podía entender bien por qué Kirito no querría renunciar a la espada de Eugeo.

Como si estuviera esperando que Alice abriera sus ojos otra vez, el Caballero Comandante dijo.

—Acerca de la estrategia actual… Básicamente, hasta que todos los cuatro Caballeros de la Integridad de esta división de señuelo caigan, seguiremos atrayendo al enemigo y los rebanaremos. ¿Estás bien con eso?

Alice asintió vehementemente al Caballero Comandante, quien estaba al lado de la piedra más alta en la parte más alta de la colina.

—Así es como veo la situación: hemos eliminado la mitad del ejército invasor de cincuenta mil y casi hemos barrido a las hechiceras oscuras. Nos queda agotar sus fuerzas principales hasta algún punto, las cuales son los Caballeros Oscuros y Guerreros… y también derrotar al Dios de la Oscuridad Vector. Una vez que lo logremos, es muy probable que el resto del enemigo estaría de acuerdo con un tratado de paz. ¿Qué piensas de eso?

—Hmmm… el último problema es quién va a ser el que se dirija ahí. Si ese Shasta aún estuviera por aquí…

—Entonces, el General Oscuro realmente está… ¿Estás seguro de eso, Oji-sama?

—Él no estuvo allí cuando eché un vistazo hace un rato. No solo Shasta, sino su aprendiz, la caballera que te enfrentó tampoco estaba ahí, Jou-chan.

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Él suspiró accidentadamente. Alice sabía que Bercouli tenía secretamente grandes expectativas del General Oscuro y su aprendiz.

Sacudiendo su cabeza levemente, el Caballero más viejo murmuró con una voz baja.

—Ahora solo podemos esperar que el Caballero Oscuro que ocupó el lugar de Shasta estaría feliz de heredar su voluntad. Aunque no es muy probable…

—¿No es muy probable?

—Sí. Los que viven en este Dark Territory no tienen ninguna ley escrita como el Taboo Index. Solo hay una regla no escrita que les ordena obedecer al fuerte. Y… desafortunadamente, la Encarnación del Dios de la Oscuridad Vector es abrumadora… Un joven novato obviamente no será lo suficiente poderoso para resistir…

Efectivamente, cuando ella declaró su identidad hace un rato, una energía oscura sin fondo terriblemente fría se había extendido desde el centro de su formación, y claramente sintió que le se apegaba. Era la primera vez que había sentido esta clase de sentimiento desde que despertó como una Caballera de la Integridad. Si uno fuera a decir que la Encarnación de la Highest Minister Administrator se asemejaba a rayos de luz, lo que ella había sentido era vacío negro.

Estaba teniendo escalofríos solo pensándolo. Calmándose, Alice asintió.

—Ya veo… Tampoco espero que muchas personas desobedezcan  a un  dios de todas formas.

Justo después de que dijera eso, el Caballero Comandante se rio y palmoteó la espalda de Alice.

—Aunque digas eso, Jou-chan, tú, Kirito y Eugeo, vosotros tres aparecieron allá en el Mundo Humano. Esperemos que también haya camaradas con agallas por aquí.

Justo entonces, escuchando alas agitándose vigorosamente, los dos miraron arriba.

El dragón de Renri, Kazenui, estaba descendiendo al suelo. El joven caballero saltó hábilmente antes de que las garras del dragón tocaran la tierra. Él trotó hacia Bercouli y palabras urgentes empezaron a abatirse de su boca.

—¡Su Excelencia, reporte! Hay un área de arbustos casi a un kilol al sur que sería adecuado para una emboscada sobre el enemigo.

—Genial. Buen trabajo con la exploración. Déjame prepararme para trasladar a toda la división… Tu dragón debe estar muy cansado, así que ve a darle tanta comida y agua como desee.

—¡Entendido!

Bercouli veía mientras que Renri saludaba de una manera caballeresca, y su pequeña silueta empezó a alejarse. Alice notó repentinamente que había una sonrisa en el rostro del Caballero Comandante.

—¿Oji-sama?

Ante su consulta, Bercouli rascó su barbilla por un momento, como si fuera un poco tímido, y se encogió de hombros.

—Bueno, uh… El Synthesis Ritual crea Caballeros de la Integridad arrebatando sus recuerdos y suspendiendo su Vida, y eso es absolutamente imperdonable. Pero al mismo tiempo, creo que es un poco triste que no habrá ningún Caballero fresco más como ese joven.

Alice pensó por un momento, entonces una sonrisa similar se extendió por su rostro.

—¿Nadie puede convertirse en un Caballero de la Integridad sin alterar sus recuerdos y congelar su Vida? No creo que sea cierto, Oji-sama.

Su mano derecha acarició gentilmente la Frostscale Whip una vez más.

—Incluso si todos nosotros fuéramos derrotados, estoy segura de que nuestras almas… nuestra voluntad será transmitida a alguien más.

* * *

 

—¡¡Bien, finalmente es nuestro turno!!

Golpeando su puño derecho en su palma izquierda con un pashii, el joven líder del Gremio Guerrero, Iskahn, gritó con vigor.

He estado sentado y esperando aquí por mucho tiempo desde que sentí que la batalla se calentaba cerca.

El aterrador pilar de luz había quemado las tropas semi-humanas, las usuarias de artes habían creado un espeluznante  enjambre de gusanos, y  el Emperador Vector había demandado a la Sacerdotisa de la Luz de una manera tan persistente que incluso envió una orden misteriosa. Pero estas no tuvieron el efecto más mínimo en el espíritu de lucha de Iskahn.

Su mundo estaba dividido en  dos: su propio  cuerpo y todo  lo demás. Iskahn  estaba completamente desinteresado en todo aparte de entrenar para mejorar  su cuerpo. En su mente, incluso si se convertía en el objetivo de artes de larga distancia como las que había visto, él tenía absoluta confianza en repeler cada una de ellas utilizando solo sus puños y su espíritu.

El Guerrero ató cinturones en su musculoso torso desnudo quemado hasta un color de cobre rojizo, usando solo shorts y sandalias. Él volteó hacia los cinco mil hombres y mujeres poderosamente constituidos como su líder, y a los Caballeros Oscuros siguiéndolos. Ellos habían comenzado apenas a moverse por cinco minutos, pero ya, había casi un espacio de mil mel entre los Guerreros y los Caballeros Oscuros.

—¡Los caballeros están montando caballos, pero son lentos como siempre!

Un hombre corpulento estaba al lado de Iskahn, más alto que él por más que una cabeza. Justo después de escuchar su insulto, el rostro duro como una roca del hombre sonrió burlonamente.

—Es inevitable, Champion.

Dirigiéndose al Guerrero actualmente más fuerte en Lengua Oscura, el hombre corpulento continuó.

—Ellos y sus caballos están utilizando armaduras tan pesadas como ellos mismos.

—¡Son completamente inútiles!

Concluyendo de esa manera, Iskahn encaró el frente otra vez. Moldeando su mano derecha en una sonda, rápidamente la puso contra su ojo derecho.

En el centro del iris de llamas, su pupila se agrandó.

—Oh, los chicos del Mundo Humano también han empezado a moverse. Ya vien… parece que no. ¿Aún están tratando de huir?

Él chasqueó su lengua.

Aunque se veían tan tenues como las estrellas arriba de ellos, Iskahn podía captar perfectamente la actividad del enemigo a cinco mil mel. Él pensó por un momento, entonces dijo.

—Oye, Dampe. La orden del Emperador era perseguirla y capturarla, ¿cierto?

—Eso parece.

—Bien…

Frotó su nariz con su dedo índice derecho, luego sonrió con confianza.

—Aceleremos por un rato… ¡¡Equipo Conejo, al frente!!

Feroces gritos de “¡Oh!” altos en tono y tensión respondieron inmediatamente la invocación.

El equipo que salió del ejército en formación ordenada eran cien Guerreros delgados — dicho eso, sus músculos eran tan firmes como un látigo y perfectamente equilibrados en volumen. Todas sus cabezas estaban envueltas con tirantes blancos de cuerda decorativa.

—¡Vayamos a saludar a esos llamados Caballeros de la Integridad! ¡¡Prepárense!!

—¡Oh!

—¡¡Danza marcial, paso diecisiete, adelante!!

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La mano derecha de Iskahn golpeó fieramente el aire y sus pies pisotearon violentamente el suelo mientras gritaba.

Su confiable ayudante Dampe y los cien hombres del Equipo Conejo estaban realizando la misma acción con perfecta sincronía.

Zun, zat, zunzat.

Ooh, rah, ooh rah.

Mientras los pasos rítmicos y gritos unificados seguían, gotas de sudor empezaron a resplandecer en el pelo rizado cobrizo, y su saludable piel oscura asumió un matiz rojo. Lo mismo les ocurrió a sus subordinados.

Después de que los pasos terminaron en un minuto muy largo, ciento dos Guerreros detuvieron sus movimientos, con vapor emanando de sus cuerpos.

No, no solo eso. Su piel parecía estar brillando ligeramente de rojo en la oscuridad.

Guerreros.

Una tribu que, por cientos de años, había explorado la verdadera naturaleza del cuerpo físico.

Los espadachines y las hechiceras oscuras consideraban que la cumbre de todas las artes «interrumpía un objetivo con la Encarnación». En otras palabras, sobrescribir eventos externos con la imaginación.

Sin embargo, los Guerreros pensaban lo contrario —fortalecer sus cuerpos con Encarnación. Superando sus límites originales, ellos fortalecerían sus cuerpos desnudos con fuerza defensiva más fuerte que el acero, y blandirían sus puños con poder ofensivo suficiente para aplastar piedras.

Y, por supuesto, entrenarían sus piernas para correr más rápido que los caballos, mientras estaban descalzos.

—¡¡Oooooh, raaaaah!!

Con un poderoso rugido, Iskahn pateó el suelo y comenzó a correr hacia adelante. Dampe siguió junto con los otros cien Guerreros con seguimiento caliente.

El aire detrás de ellos fue dividido; el suelo tembló furiosamente.

* * *

 

—¡¿—?!

Para mantenerse cerca de los Guardias que habían empezado a moverse a los arbustos adecuados para una emboscada, Alice caminó unos cuantos pasos, luego miró atrás cuando sintió algo extraño.

Algo está viniendo.

Y son rápidos.

Cuando miró de cerca, pudo ver un grupo de cien hombres constituyendo el ejército enemigo acercándose lentamente, y cerrando el espacio a una velocidad aterradora. Eran aún más rápidos que los jinetes corriendo con todo su poder. Por un segundo, Alice pensó que eran Caballeros Dragón, pero pronto se dio cuenta de que había muchos más de ellos, y que en realidad se estaban moviendo en el suelo.

—Parece que son los Guerreros.

Bercouli murmuró a su lado.

—¿Esos son…?

Ella había escuchado ese nombre antes, pero esta era su primera vez presenciándolos con sus propios ojos. Esto era porque los que normalmente aparecían en la cordillera del borde eran principalmente goblins, orcos, y raramente, Caballeros Oscuros. Los Guerreros nunca habían intentado invadir el Mundo Humano.

Aun así, teniendo la ventaja de una vida muy larga, parecía que el Caballero de la Integridad más viejo tenía experiencia enfrentando a los Guerreros. Él seguía un tanto nervioso.

—Son molestos de lidiar. Normalmente una espada va a herir puños desnudos, pero ellos seguirán refutando eso.

—¿Huh…? ¿Refutar…?

«No hay manera de que alguien puede rehusarse a ser cortado» Alice pensó. Pero Bercouli se encogió de hombros y dijo.

—Sabrás lo que quiero decir cuando los enfrentes. Es mejor que los controlemos juntos, Jou-chan.

—…

Alice tragó saliva fuertemente. Bercouli afirmó que no podía contenerlos por sí solo, debían ser oponentes extremadamente poderosos.

Sin embargo, lo que el Caballero Comandante dijo luego destruyó su concentración meticulosa y espíritu.


—Y, por cierto, Jou-chan… No estás de acuerdo con desvestirte, ¿no?

—¡¿Haah?!

Instintivamente, ella cruzó sus brazos en frente de su pecho y expulsó una voz aguda.

—¡¿D-De qué está hablando?! ¡¡Por supuesto que no me gusta desvestirme!!

—No, no me refiero a eso… Bueno, sí me refiero a eso… quiero decirte que esa armadura y ropas son inútiles contra sus puños, y tal vez te retengan, así que…

Después de decir esas palabras sin sentido mientras rascaba su barbilla, el Caballero Comandante sacudió su cabeza como si dijera “compórtate”.

—De todas formas, si vas a luchar con eso, prepara tu Arte de Control Completo de Armamento.

—Va… Vale.

La ansiedad recorrió su espalda otra vez. Como parecía, el equipo enemigo estaba compuesto de cerca de cien hombres. Si ella necesitara utilizar todo el poder de la Espada de Olivo Fragante contra un equipo tan pequeño, definitivamente no eran oponentes fáciles.

Sin embargo, había un problema.

Cuando ella había lanzado el arte de «Rayo de Reflejo Oculto», y durante la batalla contra las hechiceras oscuras, había utilizado dos veces el Arte de Control Completo de Armamento, consumiendo una gran porción de la Vida de la Espada de Olivo Fragante en el proceso. Ella aún no podía usarlo para cortar normalmente sin fallas, pero se preocupaba  por  cuánto tiempo más podría permanecer en su ataque de forma dividida.

Lo mismo se aplicaba para la Espada Perforadora del Cielo del Caballero Comandante. Desde una distancia bastante cercana, Alice lo había visto realizar el ataque de gran alcance paralizante que había eliminado instantáneamente a cientos de Minions. Podría decirse que sus espadas preciadas necesitaban descansar en sus vainas por toda la noche.

Pero dentro de sus decenas de segundos de conversación, el equipo de Guerreros enemigos ya se había acercado a una distancia desde donde Alice podía comenzar a divisar sus musculosos físicos. Ella no podía dejar que se acercaran más a los Guardias, quienes aún estaban preparando la emboscada.

Alice mordió su labio, asintió al Caballero Comandante, y estuvo a punto de deslizarse por la pendiente rocosa hacia el norte.


Justo antes de eso, una tímida voz femenina los llamó.

—Yo iré.

Alice giró con shock; a su lado, los ojos de Bercouli también se abrieron completamente.

La que había estado de pie ahí sin su conocimiento, era una de los cuatro Caballeros de la Integridad que se unieron a la división de señuelo —además de Bercouli, Alice y Renri.

Ella era alta y delgada, vestida con una armadura gris monótona. Su cabello, también gris, estaba divido de una manera tan tajante que se veía enlucido artificialmente a su cabeza, terminando en una ajustada cola de caballo. Su rostro era refrescantemente limpio, pero no demostraba ni una pizca de emoción. Ella probablemente tenía casi veinte, como Alice.

Su nombre era Scheta Synthesis Twelve.

El Instrumento Divino atado a su cintura era la «Espada del Lirio Negro».

Sin embargo, ella era pocas veces referida como tal. Siempre que la mencionaban en las conversaciones, los Caballeros se dirigían a ella por otro apodo.

«La Silenciosa».

Alice no estaba sorprendida porque ella se había ofrecido a enfrentar a los Guerreros.

Ella estaba sorprendida porque esta era literalmente la primera vez que escuchaba la voz de La Silenciosa Scheta.

* * *

 

Saltando sobre zanjas y ríos pequeños con facilidad, volando piedras fuera del camino con patadas simples, Iskahn, Dampe y los otros cien Guerreros siguieron su feroz sprint.

«Ya casi, finalmente seré capaz de enfrentar a estos demonios llamados Caballeros de la Integridad.» Estallando con anticipación, los jóvenes Guerreros revelaron sonrisas inquietantes.

De hecho, Iskahn había estado completamente imparcial hacia los Caballeros de la Integridad del Mundo Humano hasta que recibió el llamado a la lucha. Él los había mirado con desprecio, bajo la impresión de que meramente eran rufianes que se escondían bajo armaduras y espadas. Entre todos los humanos en el Dark Territory, solo había un Caballero Oscuro al que había respetado como un  verdadero luchador,  el fallecido General Oscuro Shasta.

Sin embargo, cuando meditaba al prepararse para la orden de ataque, él había sentido el espíritu de lucha y energía agresiva de los Caballeros de la Integridad, ya no podía tratarlos de estúpidos. «Al menos no solo están dependiendo de sus armas de clase alta.» Él pensó.

«Debe haber cuerpos impresionantemente entrenados debajo de las armaduras y espadas.» Con elevadas expectativas, Iskahn no podía estar más emocionado por enfrentarlos puño a puño.

Así.

Cuando finalmente avistó a un Caballero en frente de la colina donde el ejército enemigo se había detenido hace minutos, la boca del líder de los Guerreros se abrió, estupefacto por su figura en pie.

Qué delgada.

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Ella parecía ser una mujer, así que tal vez su falta de una constitución musculosa era inevitable, aun así, era muy delgada. Aunque estaba vestida con una armadura metálica, ella aun así se veía más frágil que cualquiera de las Guerreras de Iskahn. Su cuerpo sin armadura solo sería casi tan musculoso como el de una usuaria de artes. Incluso la espada larga que colgaba de su cintura parecía un asador.

Señalando con su mano derecha que sus subordinados se detuvieran, Iskahn se detuvo, alzando una nube de polvo. Alzando sus cejas que estaban enroscadas al final como una llama, abrió su boca.

—¿Quién eres? ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

Sacudiendo levemente su largo cabello gris lacio, la Caballera inclinó su cabeza. Ella se veía como si estuviera pensando en qué decir —o más bien, pensando si quería responder las preguntas.

Sus cejas, ojos, nariz, y boca se veían como si hubieran sido esculpidos con un cuchillo afilado. Sin rastro de emoción en su rostro limpio, la Caballera habló tranquilamente.

—Estoy aquí para detenerlos.

Iskahn exhaló una gran cantidad de aire de su nariz y de su boca; nadie sabía si estaba riéndose o molesto, pero al final solo se encogió de hombros.

—Ni siquiera puedes detener a un niño pequeño. Oh, ya sé… Eres una Caballera buena en las artes, ¿huh?

Hubo otro silencio incómodamente largo antes de que ella respondiera.

—Las artes no son mi fuerza.

Irritado por la actitud despreciativa de su enemiga, Iskahn dijo “Bueno, lo que sea” y llamó a una de sus subordinados.

—Yotte, enfréntala.

—¡¡Aquí voy!!

Una Guerrera bastante diminuta saltó fuera de la formación con una respuesta vigorosa. A pesar  de eso, ella aún era varias veces más robusta que la Caballera. Flexionando sus músculos rígidos y lanzándose adelante y atrás, ella reveló una mirada de soslayo salvaje que era completamente diferente de su oponente.

—¡Haah!

A cinco mel de distancia, la Guerrera golpeó el aire, generando viento que crujió el cabello de la Caballera.

Incluso entonces, no hubo una onza de espíritu de lucha en el delgado rostro  de la Caballera. En cambio, se vio confundida y susurró suavemente.

—¿Solo una…?

—¡Esa es mi línea, esqueleto!

Enroscando sus gruesos labios, Yotte gritó.

—¡Después de que te enseñe una lección, voy a llenar mucha y mucha carne seca en tu diminuta boca antes de que te acabe! ¡¡Solo saca tu espada ya!!

Con un rostro como si dijera “Así que no tienes nada más que decir”, la Caballera sostuvo el mango en el lado izquierdo de su cintura.

Shiyuran. Visualizando la espada desenvainada sin esfuerzo—

—¡¿Qué demonios?!

Iskahn, quien había retrocedido y cruzado sus brazos, gritó instintivamente.

“Delgada” era una descripción insuficiente. La vaina ya parecía un asador, pero la espada dentro de ella solo tenía un cen de amplitud, como el dedo de un niño. La espada era negra mate y fina como el papel, solo ser capaz de verla era difícil bajo el cielo nocturno estrellado. Qué frágil.

El rostro de Yotte enrojeció con enfado.

—Tienes que estar bromeando…

Llevando a cabo una corta danza marcial, o más bien, golpeando la tierra con sus pies, la Guerrera embistió directamente y cerró rápidamente la distancia entre ella y la Caballera.

Incluso para Iskahn, ese fue un sprint bastante impresionante. El Equipo Conejo  del Gremio de Guerreros eran, a diferencia de su nombre, elites que no solo eran ágiles, sino hábiles luchadores precisos.

¡Bibah! Partiendo el aire, Yotte arremetió.

Incapaz de evadir un ataque de corta distancia, la Caballera se defendió con su espada fina como el papel.

El ruido resonante fue desgarradoramente alto, como si fuera creado por una colisión de dos objetos de metal.

Inmediatamente después.

La espada parecida a una aguja fue doblada fácilmente.

Iskahn sonrió. Una espada normal nunca cortaría la piel de un Guerrero.

Los niños nacidos como Guerreros eran arrojados al  complejo de entrenamiento tan pronto como cumplían los cinco años de edad. Su primer entrenamiento era partir un cuchillo de hierro fundido con un puño.

Mientras maduraban, el hierro fundido sería reemplazado con hierro forjado, y los cuchillos serían reemplazados con espadas largas. No solo tenían que quebrarlas, tenían que soportar los cortes de las armas sin ninguna protección. Por medio de su entrenamiento, los adolescentes estaban confiados de que las espadas no eran nada que temer. «Soy invulnerable a las espadas.» Esa creencia —en otras palabras, Encarnación, convertía sus cuerpos en acero.

Como el líder del gremio, Iskahn podía detener una aguja de 2 cen de diámetro con su globo ocular.

Aunque Yotte, una Guerrera normal, no había entrenado su Encarnación hasta este extremo, ella era una de los diez líderes de grupo del Equipo Conejo. Su puño no perdía ante cualquier espada.

Especialmente no esa lamentablemente delgada.

Todos los Guerreros tenían una imagen en sus cabezas, la aguja negra horriblemente doblada se partiría con un vergonzoso crujido, y un puño se hundiría en el rostro de la Caballera.

Piuu.

Un sonido extraño, como un látigo rebanando el aire.

Con su puño desplazándose en el aire Yotte se congeló. El puño apenas rozó la mejilla izquierda de la Caballera, y la mano de la Caballera se alzó.

Iskahn no pudo ver la espada negra claramente desde su posición.

¿Qué demonios? Es un objetivo muy grande para fallar.

El líder maldijo.

Incluso si Yotte gana esta batalla, tendrá que empezar su entrenamiento otra vez en la sala de espera de tercera clase de la arena. Sin importar qué tan duro sea el puño, es inútil si no golpea al opone…

El puño apretado de Yotte se partió silenciosamente entre su dedo medio y su dedo anular.

—Qu…

En frente del entumecido Iskahn, la fisura siguió desde la muñeca de Yotte hasta su codo, por su extremidad superior, y atravesando su hombro.

Realizando perfectamente una sección transversal precisa al hueso, músculos e incluso los más delgados vasos sanguíneos, la parte exterior del brazo derecho de Yotte se cayó al suelo. Solo después la sangre emergió con jets múltiples, formando una neblina carmesí.

—¡¡Aaaaaaaahhh!!

Emitiendo un chillido ensordecedor, Yotte colapsó al suelo, acunando su brazo derecho.

La Caballera retiró su brazo, y exhaló un pequeño suspiro.

 

 

Durante su vida en la Catedral Central, Scheta ,«La Silenciosa», hablaba pocas veces. Esto no era debido a la introversión, ni porque odiaba a todos los demás.

Solo para evitar la atención de los otros Caballeros de la Integridad —ella suprimió su propia existencia, esperando que nadie la desafiara a algún encuentro de oponentes.

Si ella fuera a cruzar espadas con alguien, incluso si hubiera sido el Caballero Comandante Bercouli, podría haber asesinado a su oponente.

Temiendo que esto ocurriría, ella había mantenido silencio en los cien años que vivió en la Catedral. Incluso si hablaba, su conocido cuidador y la chica operadora del disco elevador eran los únicos a los que les hablaría.

Scheta era completamente una espadachín, sintetizada después de ganar el Torneo de la Unidad de los Cuatro Imperios.

Sin embargo, los registros del torneo de ese año fueron borrados completamente. La razón fue que, en un torneo que valoraba el principio de misericordia como la mejor cualidad, y en ese se había derramado sangre, Scheta había asesinado brutalmente a cada uno de sus oponentes.

La Caballera de la Integridad de alto rango Scheta Synthesis Twelve, en cierto sentido, compartía una mentalidad similar con el líder del Gremio de Guerreros, Iskahn.

Iskahn solo pensaba en vencer a algo o a alguien, mientras que Scheta estaba interesada en nada más que cortar las cosas a la mitad. A pesar de eso, desde el fondo de su corazón, ella nunca lo había disfrutado.

Ella solo cortaría, sea un humano o un objeto, cuando ella era confrontada con algo, Scheta ya podía ver su sección transversal cortada limpiamente. Siempre que eso ocurría, nunca era capaz de evitar hacerlo. Si su oponente era un maniquí de madera de práctica, ella incluso podía rebanarlo limpiamente con su mano.

Scheta siempre había suprimido su siniestra naturaleza sedienta de cortes.

La primera en percibir este impulso profundamente oculto en su corazón fue la Highest Minister Administrator.

Por doscientos años, Administrator había estado intentando deducir la Teoría de la Energia Sagrada Espacial, la cual ahora era conocimiento común para todo aprendiz de artes.

Mientras que la Highest Minister aún estaba investigando, se obsesionó profundamente con la última y más grande guerra en el Dark Territory que concluyó la «Era de Sangre y Hierro». Administrator estaba preocupada de que sería un desperdicio que nadie reuniera la Energía Sagrada virtualmente infinita que había sido liberada de la  feroz  batalla entre el Mundo Humano y la Capital Imperial Obsidia.

A pesar de eso, ella había sido cuidadosa de nunca visitar el Dark Territory. En cambio, invocó a la Caballera Scheta. La Highest Minister le había susurrado a Scheta, quien ya había ganado el sobrenombre «La Silenciosa».

Viaja sola allá y busca algo en el campo de batalla. Una bestia demoniaca, o algo de esa clase ileso por la guerra, sería mejor si puedes encontrar uno. Si no, cualquier animal grande bastará. Un ave o un insecto al menos. Solo encuéntrame algo que esté repleto de Energía Sagrada Espacial.

Tráemelo, y por él, fabricaré un Instrumento Divino para ti.

Una espada con la Prioridad más alta, una espada que pueda cortar cualquier cosa a la mitad… ¿Qué tal eso?

Scheta no pudo resistir la tentación. Un Caballero de la Integridad no podía desobedecer una orden de la Highest Minister de todas formas, pero ella, sin tomar un dragón para atravesar la cordillera del borde, caminando miles de kilol en lo profundo de la tierra de la ceniza, llegó al campo de batalla que apestaba a sangre.

No había criaturas moviéndose donde las cinco razas habían forzado sus límites  para matarse entre sí. Ni siquiera un ratón o un cuervo había sobrevivido, mucho menos una bestia.

Pero Scheta no cedió. Una espada que pueda cortar cualquier cosa a la mitad. Esa frase había capturado su corazón, dejándola incapaz de pensar en algo más.

Al final de su búsqueda de tres días—

Ella finalmente encontró una solitaria azucena negra, tambaleándose frágilmente con el viento.

La pequeña flor era el único objeto que había sobrevivido al vasto campo de batalla, cargada con Energía Sagrada Espacial.

La Highest Minister Administrator generó una espada extremadamente delgada de la flor que Scheta había traído de vuelta, y se la otorgó con el nombre «Espada del Lirio Negro».

Un año más tarde, después de matar a un Caballero de la Integridad en un duelo, ella fue puesta en hibernación ante su propio pedido.

Ella no sabía si suspiró por simpatía o intoxicación cuando cortó el puño de la Guerrera.

Ahora que lo pensaba, tampoco entendía por qué se había ofrecido hace tres minutos para defender este lugar, hablándole al Caballero Comandante y rompiendo su silencio. Más bien, ella no estaba consciente de alguna motivación para unirse al Ejército de Defensa hace medio año, ofreciéndose ella misma mientras que todos los Caballeros fueron invitados.

¿Es porque espero proteger el Mundo Humano, como los otros Caballeros?

¿O es simplemente porque quiero cortar?

O… ¿realmente deseaba cortar?

Bueno, ya no importa. La situación es lo que es, y ya no hay forma de detener la espada. Solo esperemos que no tome demasiadas vidas.

Scheta levantó tranquilamente su cabeza, y miró a los aterrados Guerreros que se habían congelado en el lugar.

Sin una pizca de vacilación o temor, la Caballera gris sostuvo su delgada espada negra y cortó de frente hacia los cien Guerreros.

* * *

 

—Qué espectáculo tan increíble.

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Ante el comentario ronco de Alice, Bercouli murmuró con una voz baja.

—Cierto… Déjame decirte algo que no debes contarle a nadie más. Hace medio año, mientras estaba despertándola de su profunda congelación, en realidad estuve asustado.

—Nunca lo supe. Nunca supe que Scheta-dono había sido tan hábil…

Debajo de la colina, la batalla entre cien Guerreros y la Caballera de la Integridad Scheta se desplegó. Para ser preciso, era una masacre unilateral.

Siempre que un piuu venía de la espada extremadamente delgada y maleable, las extremidades de los enemigos circundantes se separarían inmediatamente de sus cuerpos y golpearían el suelo.

Mientras estaba impresionada, Alice estaba ligeramente preocupada por algo que debió haber sentido de la delgada imagen de Scheta.

Ella no podía la intención asesina de Scheta. No solo eso, ni siquiera podía sentir una pizca de hostilidad.

Si es así, ¿entonces cómo es capaz de luchar de una manera tan feroz?

—No lo pienses. Aunque yo he estado viéndola por más de cien años, aun no entiendo nada de ella. Nada.

El Caballero Comandante susurró y volteó.

—Podemos dejarle esto. El ejército enemigo principal deberá llegar pronto, tenemos que preparar un contraataque por allá.

—Está bien.

Asintiendo y apartando la mirada de la batalla debajo de ella, Alice lo siguió.

* * *

 

Casi a mil kilol de Bercouli y Alice, quienes estaban bajando la colina, el áspero yermo gris terminó, donde algunos arbustos irregularmente formados crecían en el área. La formación principal de la división de señuelo se ocultaba entre ellos.

Consistía en mil guardias, doscientos ascetas, y un equipo de suministros de cincuenta personas. Tenían que enfrentar a los cinco mil Guerreros con una fuerza tan pequeña.

El Caballero de la Integridad Renri les había ordenado a los guardias y a los ascetas esconderse en las sombras de las plantas, dividiéndose en veinte equipos. El vagón del equipo de suministros había trinchado agujeros frescos en el único camino estrecho que se extendía por toda la zona boscosa. El plan era realizar un ataque de pinza mientras que el enemigo seguía los atolladeros en lo profundo del bosque.

Renri ya había escuchado del Caballero Comandante que sus espadas serían inefectivas sobre los Guerreros, y también había escuchado de su debilidad.

Los Guerreros no eran buenos defendiéndose contra las Artes Sagradas.

En el yermo del norte donde ni siquiera el musgo podía crecer, simplemente no había suficiente Energía Sagrada para desplegar artes de alto potencial, pero el aire debía ser más espeso en los arbustos. Los ascetas que escondían detrás de las hojas emboscarían al enemigo, luego se retirarían al sur mientras eran protegidos por los guardias. Desde arriba, cinco dragones incinerarían al enemigo con su aliento de llamas en medio del caos.

Preparado para una retirada rápida, Renri posicionó los ocho vagones del equipo de suministros en la parte más al sur del área de los arbustos. Él determinó que entre más alejados de la línea del frente, más a salvo estarían.

Sin embargo, justo cuando Renri estaba dedicando su mente a preparar la emboscada, los cinco guardias, quienes fueron posicionados alrededor de los vagones por si acaso algo ocurría, murieron silenciosamente, uno tras otro, sin emitir ni un suspiro.

 

 

Todo su cuerpo vestido con una armadura metálica negra sin lustre que estaba equipada con un casco de cuernos demoniacos, una sombra se movió silenciosamente.

Ante él, un guardia del Ejército de Defensa del Mundo Humano vio de izquierda a derecha, alerta. Sin embargo, no miró detrás de él, porque los otros guardias debían haber estado viendo ese espacio.

La sombra entró a su punto  ciego, acercándose como  si estuviera deslizándose. Una espada larga estaba equipada en su cintura, pero no la desenvainó. En cambio, alzó casualmente la pequeña daga en su mano derecha.

Estiró su  brazo izquierdo como una serpiente negra, bloqueando la  boca y nariz  del guardia.

Al mismo tiempo, su mano derecha brilló, asentando su garganta expuesta en una línea recta.

En completo silencio, se drenó su Vida. Justo después de que el cuerpo del guardia perdió repentinamente su fuerza, la sombra negra lo empujó debajo del arbusto más cercano.

Detrás del velo negro que cubría su rostro, se escapó una voz apenas audible.

—Five, doooooown.

Kukku, se rió la sombra.

Esta no era la antigua lengua sagrada.

Esta sombra en realidad era uno de las personas del mundo real en Underworld. Él, Vassago Casals, era el ayudante de Gabriel Miller, quien se presentó como el Emperador Vector.

Hace cerca de una hora, Vassago estaba bebiendo su vino rojo directamente de la botella por enésima vez. Mientras tanto, avistó el arte de gran escala, el cual terminó con un fracaso patético para su lado, y finalmente dijo algo que sonó como un consejo.

—Oye, aniki. ¿Qué tal si dejamos de depender de esos tipos y tratamos de movernos un poco por nuestra cuenta?

Gabriel rotó sus ojos hacia Vassago, alzó sus cejas rubias y respondió.

—Está bien, entonces puedes hacer tu jugada.

Las instrucciones que siguieron no fueron  invadir el valle que el Ejército del Mundo Humano estaba protegiendo, sino viajar a algún lugar alejado del campo de batalla, al sur, en medio de la nada.

Cuando el enemigo erradicó a las tropas semi-humanas con un rayo láser como los de las películas sci-fi, Gabriel ya había predicho que parte del enemigo sería seleccionado para entrar al Dark Territory.

Pero cuando Vassago escuchó esto, cuestionó por qué tenía que moverse específicamente al sur en lugar de al norte. Escuchando la respuesta “Mira, hay más espacio de esa manera.”, ni siquiera pudo evitar dudar más. Pero ya que el enemigo vino de verdad, solo pudo admitir su error y ponerse a trabajar.

Sin importar qué tan fuertes eran las unidades del Mundo Humano, definitivamente se detendrían si perdían todo su suministro de comida. Para seguir su “hora de matar”, la cual era su primera desde que se sumergió a este mundo, contempló el bosque oscuro.

De manera muy rápida, encontró vagones camuflados con ramas y hojas.

Lamiendo sus labios debajo de su máscara, el asesino comenzó a moverse otra vez.

Entonces, algo se movió detrás de un vagón. Él se detuvo abruptamente y se presionó contra un árbol.

Una joven de piel clara con cabello color té, la cual no era un rostro del Dark Territory, asomó su cabeza del techo. Quizás ella había sentido algo, ya que estaba mirando alrededor con una expresión nerviosa.

Ya que Vassago permanecía inmóvil, no tomó mucho tiempo para que la chica saliera cautelosamente del carro. Ella le susurró algo a alguien en el vagón, y finalmente comenzó a caminar lentamente.

Usando equipo defensivo mínimo encima de prendas grises que parecía un uniforme de preparatoria, la chica estaba dirigiéndose directamente al escondite de Vassago.

Resistiendo la tentación de silbar, el asesino sostuvo su daga manchada de sangre estrechamente en su puño derecho.

* * *

 

—¡¡No teeee…

Obligado a ver a sus Guerreros, a quienes había entrenado minuciosamente, derrotados sin esfuerzo cerca, Iskahn gritó con furia mientras se recuperaba del shock.

—Lo tengas tan creída!!

Pateando el suelo suficientemente fuerte para producir una grieta gigante, arremetió ferozmente.

Llamas emergieron de su tenso puño derecho como si fueran la furia abrasadora misma.

Él golpeó directamente el cuello de la Caballera de la Integridad gris. Chispas volaron de su puño, creando una cola flameante en el aire junto a su camino.

En ese momento, la Caballera había terminado un corte con la espada en  su mano derecha; trató de bloquear el puño de Iskahn con su mano izquierda en guante.

¡¡Para mi puño… toda armadura no es más que papel!!

El golpe repleto de Encarnación colisionó en la palma de la Caballera; chispas cegadoras estallaron en todas las direcciones.

Inmediatamente, el guante gris se destrozó con un crujido estruendoso, y las piezas de la armadura desde su brazo hasta su hombro fueron trituradas y arrasadas.

Incontables cortes cruzaron la lisa piel blanca del brazo izquierdo expuesto; gotas de sangre volaron en el aire como granos de arena. Sin embargo, sorprendentemente, él no sintió que ningún hueso se rompiera.

Aunque debía ser insoportablemente doloroso, la Caballera solo frunció el ceño ligeramente, con su mano derecha dirigiendo la espada súper delgada mientras que su brazo izquierdo sujetaba el puño derecho de Iskahn.

¡Kiiin! Un alto ruido metálico resonó, y chispas estallaron de nuevo desde el codo del Guerrero.

La fuente de la fuerza de los Guerreros era la confianza de ser invulnerables ante todas las espadas. Para obtener esa confianza, envolvían sus cuerpos solo con cinturones, exponiendo su piel. En el momento en el que caían en cualquier tipo de equipo defensivo, la Encarnación de un Guerrero se debilitaría.

Por consiguiente, Iskahn estaba tratando de desviar la espada negra que estaba a punto de cortar su brazo derecho, solo con su determinación.

Sin embargo.

La densa frialdad que casi se hundía en su piel era completamente diferente de lo que había sentido de cualquier otra espada, incluso habiendo recibido cortes de ellas con la piel desnuda.

Esta espada fina como el papel no solo era fría, de acero duro; representaba voluntad. En lugar de un deseo de victoria, simplemente era un afán de división.

Sintiendo esto, Iskahn golpeó reflexivamente con su puño izquierdo.

¡Po! Partiendo el aire, el puño perforó el espacio donde la Caballera había estado hace un instante.

Eso fue impresionantemente ágil, pero ella no evadió completamente el golpe; el puño rozó su peto gris. Mientras que la Caballera saltaba fuera del camino, su peto se destrozó como su guante lo había hecho.

Pero Iskahn tampoco estaba ileso.

En la parte interna de su codo, en el punto en el que había encontrado la espada por menos de un segundo, había un corte muy superficial. Una pequeña gota de sangre brotó lentamente de su centro. Solo una gota —no obstante, una gota.

Lamiendo la sangre, el joven Guerrero sonrió salvajemente.

—Eh, mujer. Tu exterior e interior son bastante diferentes, ¿verdad?.

La Caballera gris respondió con algo completamente irrelevante.

—…Aunque yo debo ser mayor que tú…

—¿Huh? Tienes razón en eso. Los Caballeros de la Integridad como tú son monstruos que no envejecen por décadas, ¿cierto? ¿Entonces prefieres que te llame anciana?

—…

Debajo de sus ojos, el rostro limpio de la Caballera tembló, pero pronto regresó a la impasibilidad.

—Te perdono. Eres muy duro. Apenas puedo ver lo que puedo cortar.

—Tsk… ¿De qué demonios estás hablando?

Iskahn chasqueó su lengua, sintiendo su espíritu debilitado por su actitud excéntrica. Sin embargo, cuando vio a los Guerreros en el suelo, recuperó su furia.

Veinte de ellos, hombres o mujeres, estaban gimiendo, con sus brazos o piernas habiendo sido cortados de sus cuerpos por la espada delgada. Lo más imperdonable era que no solo la Caballera hirió a sus subordinados, ella les fue aparentemente misericordiosa perdonando sus vidas. Ninguno de los heridos había perdido su cabeza. Con sus habilidades y la precisión de su espada, la Caballera pudo haber hecho fácilmente ese golpe extra si lo deseaba.

—Así  que  nos  tratas  como  maniquís  de  madera  para  tu  jodida  práctica  de  espada. Imperdonable… ¡¡Definitivamente te venceré de un golpe!!

¡¡Zut, zan, zut!!

Los Guerreros activos restantes siguieron los pasos rápidos de la danza marcial. Feroces gritos de guerra se superpusieron con su estampido en el suelo.

Ooh, rah, oorarah. Ooh, rah, oorarah.

Mientras pisoteaban y vibraban el aire, los Guerreros intensificaron su Encarnación. Gotas de sudor volaban de su piel cobriza, transformándose en chispas flameantes voladoras.

La Caballera de la Integridad no se movió, como si estuviera esperando que Iskahn alcanzara su estado máximo.

Es cierto.

El campeón de los Guerreros detuvo sus pasos; llamas rugieron de su pelo rizado dorado rojizo, y luz cegadora se vertió de sus manos.

La Caballera, como su oponente, estaba persistentemente tranquila. En su mano derecha, la espada súper delgada negra estaba emanando una energía congelante.

—¡¡A…quí voy, mujeeeeeeeer!!

Colocando el aire en llamas como un pow, Iskahn cerró instantáneamente la distancia entre ellos en línea recta.

La Caballera balanceó sin esfuerzo la espada en su mano derecha.

Piuu.

Justo antes de que la fina línea negra tocara el hombro de Iskahn—

Más rápido que la espada que se balanceó antes que él, un golpe del Guerrero golpeó la pierna izquierda de la Caballera. No un puño, sino una patada. Su pie derecho se disparó, golpeando el protector gris de la pierna directamente con sus pies.

Con reflejos sorprendentes, la Caballera detuvo su espada y se inclinó hacia adelante, evitando una caída, pero el protector de la pierna izquierda fue destrozado instantáneamente. La falda alrededor de su cintura fue desgarrada; sus atenuadas pero delgadas piernas fueron expuestas.

—¡¡No creas que los Guerreros solo pueden golpear!!

Sonriendo confiadamente, Iskahn comenzó una patada alta con su pierna izquierda.

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La Caballera volteó su muñeca, tratando de bloquear la patada con su espada.

En el instante en el que la espada y la pierna chocaron, una grieta estruendosa fue acompañada por una lluvia de chispas llameantes. El Jefe de los Guerreros regresó su atenuada pierna izquierda, sintiendo un dolor agudo, y encajó repentinamente su puño derecho hacia adelante.

Bañado en llamas carmesí, el golpe asestó el peto de la Caballera de lleno en el centro.

¡Kaboom! Una poderosa explosión los propulsó lejos uno del otro. Iskahn hizo una voltereta hacia atrás en medio del aire y aterrizó en el suelo.

Su pierna izquierda punzó con dolor otra vez. Él la miró.

En su barbilla dura como roca que podía doblar fácilmente una barra de acero, un corte nuevo cinceló una línea recta. Sangre roja oscura fluyó de una vez, goteando al suelo negro.

Riéndose de este pequeño rasguño, él observó al enemigo.

La Caballera también logró soportar esto, pero presionó su mano izquierda sobre su pecho y tosió unas cuantas veces. Su peto, ya dañado, se había destrozado completamente, el guantelete de su mano derecha y la prenda gris que cubría sus pechos eran las únicas que quedaban en la parte superior de su cuerpo. Tampoco quedaba mucho en la parte inferior de su cuerpo, solo una falda desgarrada y su espinillera derecha.

Exclusiva de los nacidos en el Mundo Humano, la piel blanca como la nieve pareció resplandecer incluso en la oscuridad. Viendo esto, Iskahn miró con desdén.

—Ahora te ves más como una luchadora, pero no hay suficientes músculos. Ve a comer y a entrenar más, mujer.

Los Guerreros alrededor se burlaron de ella, pero la Caballera arrancó tranquilamente un pedazo colgante de prenda de su hombro izquierdo y Piuu alzó la espada en su mano derecha.

—Y tú te has suavizado un poco más ahora.

—¿Qué carajo dijiste?

Sus fosas nasales llamearon y descubrió sus dientes caninos.

Aunque estaba faroleando con su expresión, Iskahn sintió que sus respiraciones se habían vuelto ligeramente más rápidas.

No hay manera de que mi espíritu disminuya solo por ver algunas extremidades descubiertas. Las mujeres de aquí muestran mucho más de su piel cada día, solo un niño en entrenamiento dudaría solo por ver eso.

Todo el mundo está hecho de oponentes que debo vencer con mi cuerpo resistente, incluso si es una mujer extranjera que es lo suficientemente delgada que el viento podría doblar sus huesos, cuya piel está brillando de blanco.

—Ya no puedo seguir así… ¡¡Voy a mostrarte todo lo que tengo!!

Aullando como un lobo, Iskahn apuntó su dedo índice a la Caballera.

—¡¡Así que también muéstrame lo tuyo!! ¡¡No me muestres esa cara soñolienta de mierda!!

Cuando dijo eso, la Caballera se vio confundida otra vez, y tocó sus propias mejillas y el centro de su frente con su mano izquierda. Cambiando el ángulo de sus cejas en una mirada ligeramente más feroz, ella dijo.

—Adelante… por favor.

—Sí, adelante.

Pensaré absurdo otra vez si sigo su ritmo.

Iskahn inhaló profundamente, reunió poder en su estómago, y se inclinó violentamente.

Colocando su puño izquierdo hasta su cintura, y apuntando su puño derecho a su oponente, él exhaló ruidosamente el aire. Mientras repetía la respiración brusca, sus piernas separadas empezaron a resplandecer de rojo, atrayendo poder del suelo. La energía se canalizó por su cuerpo y se reunió en su puño.

Abrasadoras llamas carmesí brillaron gradualmente de amarillo, y eventualmente  se volvió blanco azulado.

Ahora el puño derecho de Iskahn estaba a una temperatura tan alta que casi  podía quemar el aire, haciendo altos ruidos agudos.

La Caballera lo encaró lateralmente, extendió su mano izquierda al frente con su pulgar y dedos bien alineados, y balanceó la espada fina en su mano derecha detrás de ella. Sus brazos se alinearon en una línea recta, dando una sensación de fuerza como una catapulta preparada para lanzar con todo poder.

La tensión en Iskahn era tan inmensa que se sentía como si ya estuviera dividido a la mitad, desde la cabeza hasta el estómago. Y aun así sonreía excitadamente.

Esta tipa es la primera. Estoy más encendido que nunca.

Ambos se movieron en el mismo preciso momento.

La espada de la Caballera dibujó una curva creciente negra en el aire.

El puño del Guerrero se volvió una cometa blanca azulada. En el instante en el que colisionaron, poderosas choques de onda explotaron hacia adentro, agrietando el suelo en su camino. Los Guerreros restantes rodeando a los dos fueron lanzados irresistiblemente hacia atrás.

La espada y el puño solo estaban encontrándose en el tamaño de la punta de una aguja, pero estaban batallando intensamente. Superando su límite, el poder comprimido se disparó en un rayo de luz, explotando en el cielo nocturno.

Con las habilidades de combate de Scheta, ella pudo haber derrotado a su oponente sin esta clase de competencia estúpida de fuerza bruta.

Sorprendiéndola levemente, la intensidad de la Encarnación del joven Guerrero estaba a un nivel de un Caballero de alto rango. Aun así, él concentró toda su Encarnación en su puño mientras arremetía, y las otras partes de su cuerpo en realidad se veían bastante suaves para Scheta. Parecía que ella podía haber evadido el golpe directo y cortar su cabeza de inmediato.

Scheta, sin embargo, eligió no hacerlo; en cambio, contraatacó el puño resplandeciente blanco azulado del oponente de frente. No hubo razón para esta decisión; ella simplemente estaba siguiendo a su cuerpo y a su espada.

Scheta estaba bastante confundida. Desde hace cien años, ella ya se había dado cuenta de que no tenía ninguna cualidad mental valorada de un Caballero, tales como orgullo o nobleza. Cortaría porque quería hacerlo, y eso era todo lo que deseaba.

Debía significar lo mismo cuando “rebanar” es reemplazado con “matar”. Solo cuando se le había asignado la misión de proteger la cordillera del borde, Scheta pudo liberar su verdadero ser. Ella había terminado incontables vidas de Caballeros Oscuros y goblins cortando sus cuellos despiadadamente.

Ella había estado suprimiendo su naturaleza como algo siniestro, tanto, de hecho, que fue llamada «La Silenciosa», pero ¿por qué eligió no matar en esta batalla particular? Scheta estaba profundamente desconcertada.

Pero incluso eso era demasiado para pensar.

Ahora, en este momento, solo estaban ella misma, la Espada del Lirio Negro y el puño en frente de ella.

Es muy duro. ¿Puedo cortarlo a la mitad?

Esto es divertido.

Iskahn vio que los finos y casi incoloros labios de la Caballera enemiga se ampliaban levemente, una sonrisa en su rostro.

Y él ya había entendido que la sonrisa no era una desgracia para él —ni la pelea.

La razón era que él tenía la misma clase de sonrisa en su rostro.

Vaya, así que eres una elegante residente del Mundo Humano, nacida con una figura tan delicada, pero somos la misma clase de persona, huh.»

Click. Una pequeña vibración pudo sentirse desde dentro del puño.

Iskahn se dio cuenta de que el ruido no fue debido a alguna grieta en la espada negra del oponente, sino vino de los huesos fracturándose de su propio puño.

No es bueno. Incluso esto no atraviesa, huh.

Pero, bueno, así es como es.

Si su puño hubiera sido cortado completamente, de seguro  la  delgada espada negra también cortaría todo su cuerpo a la mitad. Aunque esperaba dicho resultado, Iskahn no sintió miedo.

No voy a encontrar a una oponente tan grandiosa como ella por segunda vez. Si es así, bueno, esta no es una forma tan tonta de morir.

Justo en el momento en el que pensó eso, y estuvo a punto de cerrar sus ojos para una larga siesta.

La presión se añadió en su puño ligeramente debilitado.

Comprimida en un punto hasta su límite, toda la presión se liberó de una vez, mandando a volar a Iskahn y a la Caballera como si fueran meras hojas. Él repentinamente notó por qué la Encarnación de su oponente se había debilitado. Una gran silueta había tratado de entrometerse entre los dos.

Sentándose en el suelo, Iskahn gritó al enorme hombre que cayó mientras lo hacía.

—¡¡Dampe, bastardo!! ¡¡Mira qué carajos has hecho!!

—Se agotó el tiempo, Champion.

El sublíder dijo, abriendo ligeramente sus ojos que habitualmente estaban casi cerrados. Se puso de pie, alzó su brazo derecho, y lo apuntó al norte.

Mientras que Iskahn giraba sus ojos a la misma dirección, pudo ver que el ejército principal de los Guerreros y los Caballeros Oscuros detrás se habían acercado tanto el uno al otro que podían reconocerse entre sí.

Cierto, como el líder del ejército, no debo estar tan obsesionado con una batalla privada cuando una batalla de escala militar está comenzando de todas formas. Pero—

Chasqueando su lengua como loco, él volteó. Detrás del polvo flotante, la  Caballera enemiga que había perdido casi todo su equipo y ropas deslizó su espada delgada de vuelta en su vaina, como si no le importara.

—¡Mujer! ¡¡No creas que has ganado así!!

El joven Guerrero gritó, olvidando que había estado preparando su mente para la muerte.

Meciendo su cabello gris, la Caballera ladeó su cabeza para mirar a Iskahn, e inclinó su cabeza como si estuviera buscando las palabras correctas.

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 19 Parte 1

 

—Umm, eso, ‘mujer’… ¿Podrías parar de decirlo?

—Mira… En esta situación, no sé cómo vas a hui…

En ese momento, un fuerte torbellino de viento sopló repentinamente del sur. Los Guerreros rodeándola miraron como si fueran uno.

Iskahn parpadeó inconscientemente. En su vista, la Caballera extendió su brazo en alto, y un monstruo gigantesco descendió rápidamente. Sus escamas grises destellaban como estrellas; esto debía ser un dragón.

Cuando la Caballera sujetó una pata, el dragón se elevó en el cielo de una vez.

—¡Oye, tú…! ¡¡Dime tu jodido nombre antes de que huyas!!

Entrelazado con el ruido de las alas agitándose vigorosamente, una voz serena descendió.

—No estoy huyendo. Yo soy… Scheta Synthesis Twelve.

Él se puso de pie con Dampe tirando de su mano: Iskahn vio que la silueta del dragón se desvaneció en la oscuridad nocturna, y chasqueó su lengua otra vez.

Si se le permitiera, él amaría enfrentar a esa oponente fuerte otra vez después de un año de entrenamiento intenso, ya que se dio cuenta de que tenía mucho que mejorar.

Sin embargo, Iskahn era lo suficientemente maduro para saber que su deseo personal no sería nada en frente de la estrategia de guerra.

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Una vez que su equipo se reuniera con el ejército principal de guerreros, tendrían que aplastar a los enemigos junto con los Caballeros Oscuros. No habría una oportunidad para que ellos luchen de nuevo.

Si solo pudiera obtener a la «Sacerdotisa de la Luz».

Después de un momento, Iskahn chasqueó su lengua por tercera vez, esta vez para sí mismo por tener tal pensamiento.

«Qué estupidez. ¿Rogarle al Emperador para salvar la vida de esa Caballera como una recompensa? Toda mi tribu estaría furiosa conmigo.

Sacándose a sí mismo de los pensamientos, Iskahn fue hasta el subordinado que tenía una jarra de medicina, para curar su pierna izquierda.

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