Sword Art Online

Volumen 16: Alicization Exploding

Capítulo 18: La Gran Guerra de Underworld

Parte 2

 

 

—Estoo, la cuestión es que, la izquierda no parece estar bajo control.

Mientras su compañera Fizel lo reportaba a su comandante con una voz algo despreocupada, Linel asintió también con sus trenzas balanceándose. Sin embargo no hubo respuesta alguna de su comandante. Pensando como ella apenas hablaba, cambio su vista al frente.

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Las caballeras aprendices Fizel Synthesis Twenty-eight y Linel Synthesis Twenty-nine estaban estacionadas en el frente del flanco derecho del segundo escuadrón del Ejercito de Defensa del Mundo Humano. A pesar del alboroto del flanco derecho del primer escuadrón situado cien mel al frente, ningún enemigo había penetrado la línea de defensa. Parecía que el caballero veterano de alto rango, Deusolbert, estaba haciendo un gran esfuerzo.

En el centro del primer escuadrón que había sido encargado a la Caballera Vicecomandante Fanatio, mantenía su posición por el momento. A pesar de que para Linel y Fizel ella era como un enemigo natural y una hermana mayor, no podían negar su fuerza. Esa sensación tensa que emitía previamente también había desaparecido después que se quitó la mascará de hierro y dejó su cara al descubierto.

Lo preocupante era, como era de esperar, el flanco derecho del primer escuadrón.

Eldrie Synthesis Thirty-one, quien asumió el comando era un novato que despertó apenas siete meses atrás y pese a que sus habilidades habían mejorado mucho, este repentino e importante papel podía haber sido demasiado pesado para él. Debía de comandar en las líneas frontales por su propia voluntad, pero en vez de eso sentía como sido mejor dejárselo a otros caballeros veteranos.

Reflexionó sobre esos pensamientos mientras se imaginaba los puestos de cada caballero en su cabeza.

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Los caballeros de alto rango reunidos en esta batalla eran solamente siete.

El primer escuadrón tenía a Eldrie a la izquierda, a la Caballera Vicecomandante Fanatio en el medio y a Deusolbert en la derecha.

El segundo escuadrón tenía al joven Renri a la izquierda, al Caballero Comandante Bercouli en el medio y a la silenciosa caballera en la derecha.

Y la última posición, en el cielo, era tomada por Alice Synthesis Thirty.

—…Se mire como se mire, la parte izquierda es la más preocupante, no crees…

Fizel era la que asintió en su lugar esta vez a los murmullos de Linel. De hecho la situación en el flanco derecho había sido extraña desde hacía unos minutos. No había signos de heridos pero innumerables gritos desordenados podían oírse a través de las tropas de en medio.

Entrecerrando los ojos con fuerza se podía apreciar lo que parecía ser un persistente y denso humo, más oscuro que la propia oscuridad en la parte inferior del valle.

En la remota posibilidad de que se deslizaran a través de Eldrie en el primer escuadrón, el segundo escuadrón comandado por Renri debería contenerlos, o al menos así debería de ser.

—¿Ese niño estará realmente bieen?

Asintiendo a las palabras de Fizel, Line acercó su cabeza a su compañera antes de susurrar.

—Pensaba que Bercouli-ojisama tendría algo en mente y por ello no dije nada, pero los flancos izquierdo y derecho de la segunda unidad deberían estar al revés. No estoy segura sobre alienar a Eldri [5] con Renri.

Fizel bajó su voz aún más y respondió.

—Es solo lo que he pensado, pero podría ser que Oji-sama pensara en hacernos pelear lo menos posible, ¿no lo creees…?

—…Aah…

Llegando a entenderlo Linel observó a la esbelta figura que estaba de pie a poca distancia.

El delgado blindaje era de color gris mate, una opción poco frecuente en Caballeros de la Integridad. Su pelo, gris oscuro también, estaba limpiamente separado en el medio de frente pálida y atado en la parte posterior de la cabeza. Su apariencia era de unos veinte años con los parpados de sus ojos entrecerrados de una manera refinada y sin colorete en los labios.

Se llamaba Scheta Synthesis Twelve. Si apodo parecía ser «La Silenciosa», pero los orígenes del apodo eran desconocidos. Sin embargo por lo menos Fizel y Linel entendían bien que esta caballera no eran tan inofensiva como parecía. Esta caballera era peligrosa. No tenían ningún deseo de permaneces ni siquiera cerca de ella cuando blandía el estoque de la izquierda de su cintura.

El Caballero Comandante Bercouli debió de haber pensado en que Scheta  evitara la batalla también, colocándola detrás del veterano Deusolbert en lugar del joven Eldrie. En otras palabras, si ese arquero continuaba en su posición, Linel y el resto no verían ninguna acción.

Por eso no tenía que decir algo como esto, pero…

—Discúlpeme, Scheta-sama.

Linel habló con su taciturna comandante una vez más. Ella les lanzó una mirada por lo que continuó expresando el resto de sus palabras.

—¿Podemos ir a echar un vistazo a la parte trasera?

La delgada ceja derecha de la caballera se movió solo dos milice [6] con eso. Sintiendo como si con eso ella cuestionara “por qué”, respondió a toda prisa.

—Etto, la verdad, estamos un poco preocupadas…

Su ceja se movió una vez más. Debía estar preguntando “sobre qué”. Su respuesta la hizo dudad y se tuvo que esforzar antes de poder sacar sus palabras.

—Etto… esa persona debe esta con el escuadrón de suministros. El rebelde… Kirito. Fizel asintió a eso desde el lado con ligeros movimientos.

En la gran turbulencia de hace siete meses, Fizel y Linel lucharon contra los rebeldes, Kirito y Eugeo, en la gran escalera de la Catedral Central. Para ser precisos, los paralizaron con sus ocultas espadas venenosas en un ataque sorpresa y los arrastraron hasta la Caballera Vicecomandante antes de tratar de decapitarlos.

Debería de haber sido fácil. Sin embargo, ese rebelde, Kirito, había recitado el arte de desintoxicación sin que se diera cuenta, robó sus espada y finalmente las paralizó.

Cuando Kirito blandió las espadas venenosas hacia Linel y Fizel y colapsaron en el suelo, no sintieron ningún miedo en particular. Simplemente suspiraron y sintieron un ligero pesar, perdiendo la oportunidad de avanzar de aprendices y convertirse en verdaderas Caballeras de la Integridad. Pensando que sería bueno que Kirito las matara de manera hábil, de forma limpia y relativamente indolora, en otras palabras, Linel esperaba el momento en que su Vida acabara.

Sin embargo Kirito no las mató. Las espadas venenosas seguían clavadas en el suelo y él les dio la espalda, en pie frente a la Caballera Vicecomandante Fanatio. Y él logró una victoria en esa batalla imposible de ganar con heridas por todo su cuerpo.

Fizel y Linel todavía podían recordar las palabras que el compañero de Kirito, el rebelde Eugeo le dijo antes de irse.

Fanatio y Kirito son fuertes porque poseen instrumentos sagrados y el Arte de Control Completo de Armamento, eso debe ser lo que estáis pensando siendo quienes sois, pero estáis equivocadas. Esos dos son mucho, pero mucho más fuertes. Ellos podrían luchar incluso cuando fueran heridos gravemente, no a través de sus habilidades o armas, sino a través de su corazón y mente.

Para ser honestas, no habían entendido el significado de esas palabras incluso tras haber pasado estos siete meses.

Sin embargo la realidad era que los rebeldes Kirito y Eugeo vencieron incluso a Highest Minister Administrator. A cambio Eugeo perdió su vida y Kirito su corazón y su brazo.

¿Que buscaban esos dos rebeldes cuando peleaban? ¿Qué fuerza podían ganar de sus corazones y mentes?

Fue en busca de eso que Fizel y Linel participaron en el Ejercito de Defensa del Mundo Humano y llegaron hasta la lejana Gran Puerta del Este.

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 18 Parte 2

 

Las respuestas permanecían en la oscuridad. Sin embargo, una sensación desconocida atravesó el pecho de Linel cuando vio a Kirito, en una silla de ruedas empujada por la Caballera Alice, apareciendo en el campo de batalla. No podía determinar lo que sentía o pensaba, era la primera vez.

Las caballeras aprendices, Linel Synthesis Twnty-eight y Fizel Synthesis Twnty-nine, nacieron en la Catedral Central. Pese a que habían oído que sus padres estaban entre los ascetas de la Iglesia Axiom, ellas no recordaban ni sus nombres ni sus caras.

Highest Minister Administrator ordenó a sus padres que procrearan y enviaran los bebes a un cierto establecimiento de la torre. A pesar de que habían en total treinta en ese establecimiento en las mismas condiciones, las únicas vivas ahora mismo eran Linel y Fizel. Todos los otros veintiocho no pudieron soportar los experimentos del «ritual de resurrección» llevados a cabo por Highest Minister y murieron.

Fizel y Linel vivieron solo porque investigaron de todo corazón en los «buenos métodos de morir» que ponían menor carga sobre su carga y espíritu. La pareja se apuñalaba mutuamente en el corazón como les ordenaban, morían, y eran resucitadas por artes sagradas. Para cuando Highest Minister se rindió en sus experimento, ambas ya habían conseguido la habilidad de matar a la otra casi sin causar dolor.

Para ambas, la fuerza, se refiere a formas efectivas de asesinato. Si el oponente es más fuerte huirán rápidamente. Huir y entrenar, para superar y matar de nuevo cuando tuvieran oportunidad. Por esta lógica, no habían motivos para recibir heridas estando frente a alguien más fuerte. Ellas siempre pensaron eso.

Los rebeldes, Kirito y Eugeo, solo parecían tener la habilidad de caballeros de bajo rango cuando se juzgaba solo por sus capacidades de combate. Sin embargo, ambos lucharon contra Highest Minister, abandonando un brazo y una vida y triunfaron.





¿Por qué razón?

Además, ¿ambos que podían ganar?

Querían preguntarle a Kirito  al encontrarse de nuevo con él, pero la Caballera de la Integridad Alice estaba siempre a su lado y no tuvieron oportunidad de estar en contacto con él. A pesar de que no sabían si podían mantener una conversación con él en su estado actual, sería una molestia si muriera antes de poder intentarlo. El escuadrón de suministros detrás debía estar segura siempre que el segundo escuadrón aguantara, pero el caos del flanco izquierdo era sin duda motivo de preocupación.

Y ya que no podían explicarle todo eso a Scheta, la comandante de aquí, ambas esperaron sin descanso por su aprobación.

La caballera apodada «La Silenciosa», miró hacia el flanco izquierdo con sus ojos grises y señaló hacia la parte trasera con su mano izquierda tras pensarlo aproximadamente dos segundos.

—Eh…  esto, ¿en-entonces podemos ir?

Cuando Scheta asintió sin decir palabra, junto a Fizel realizó a toda prisa un saludo de caballero simplificado.

—¡Muchas gracias, volveremos inmediatamente después de confirmar su seguridad!

Dándose la vuelta, empezaron a correr al lado de las filas.

Así que muchas gracias. Ella nunca había dicho eso ni siquiera a Highest Minister-sama.

Los ojos de Linel se encontraron con su compañera e intercambiaron sonrisas cínicas antes de acelerar aún más.

* * *

 

En la tienda de suministros el Caballero de la Integridad Renri Synthesis Twenty-seven, a punto de poner sus brazos alrededor de sus rodillas una vez más, tomó una profunda bocanada de aire después de que varios gritos llegaran a sus oídos sorprendentemente desde no muy lejos.

No puede ser. No puede creer que el enemigo haya roto a través de las líneas del valle tan rápido. Solo unas decenas de minutos habían pasado desde el inicio de la batalla.

Renri se convenció a sí mismo de que es solo porque está muy tenso que pudo oír esos ruidos lejanos tan claramente,

Sin embargo las reacciones de las dos chicas que habían tomado refugio en la misma tienda  le dijeron que no había oído mal las voces de los soldados que se aproximaban.

—Imposible… ¿ya han llegado tan atrás?

La aprendiz pelirroja llamada Tiezé Shtolienen levantó su cabeza y corrió hacia la entrada de la tienda. Levantando las cortinas comprobó el exterior. Su murmullo resonó inmediatamente después en un tono de creciente ansiedad.

—¡…Hay humo…!

Esa voz hizo que la aprendiz llamada Ronye Arabel también se tensara.

—Eh… ¿¡Tiezé también vez fuego!?

—No, solo esta columna de humo de extraño color… No, espera. En el humo… hay mucha gente que…

Las palabras de Tiezé , espiando el exterior por los huecos de las cortinas, se detuvieron como si hubieran sido absorbidas por algodón grueso.

Renri agudizó sus orejas una vez más en el tenso silencio levantándose sobre sus pies.

Los gritos habían desaparecido hacía algún tiempo. Sin embargo sentía como si alguien se aproximaba tras esa quietud. Oyó unos pasos graduales y húmedos.

Sin previo aviso, Tiezé se retiró hacia el medio de la tienda con pasos inciertos. Su estremecida mano derecha llegó a la izquierda de su cintura.

Sucedió en ese momento, cuando Renri se dio cuenta que ella intentaba  blandir su espada.

¡Barii! [7] Las cortinas en la entrada eran arrancadas mientras se separaban sin cuidado.

El exterior estaba sumido en la oscuridad sin que lo supiera y la luz de las antorchas temblaban en un rojo pálido. Una silueta humanoide permanecía en silencio frente a ese escenario. A pesar de su pequeña  estatura  y su  espalda encorvada,  sus  dos brazos eran anormalmente muscular y agarraban un grueso machete como si hubiera sido cortado de una placa de metal.

El hedor mezclado del aire que soplaba desde la entrada picaba en la nariz de Renri.

La aprendiz Shtolienen blandió su espada mientras que su vaina cayó y la aprendiz Arabel gritó en voz baja desde al lado de la silla de ruedas.

—¿¡Un goblin!?

A esa voz, el intruso de extrañas características respondió con una voz ronca y algo rasposa.

—Ohoh… jovenzuelas de ium blancas… trofeos para mi…

Tiezé lentamente retrocedió ante la crudeza de sus deseos.

Aunque era un Caballero de la Integridad de alto rango, esa era la primera vez que Renri veía a un semi-humano del Dark Territory. Fue congelado antes de poder tratar con ellos al no haber recibido todavía un dragón volador para volar a la sierra del borde.

Esto era completamente… diferente.

Renri pensó distraídamente.

El pensaba que había aprendido suficiente al respecto de las cuatro razas de semi- humanos de las conferencias dadas por los caballeros veteranos y el material escrito en la catedral. Sin embargo, el goblin que él había imaginado, tomando una apariencia como la de las traviesas hadas de cuentos infantiles no se parecían en nada a este repulsivo organismo que estaba a apenas ocho mel de distancia.

El goblin pesadamente dio un paso hacia adelante en la visión de Renri, mientras se le estremecían las puntas de los dedos, incapaz siquiera de moverse. Su armadura de plazas brillaba débilmente como si fueran escamas.

Tiezé apuntó la espada larga que sostenía con sus dos manos hacia el goblin, pero su punta tambaleaba mientras sus rodillas temblaban incontrolablemente. ¿Provenía ese suave traqueteo de los dientes de la chica?

—Ti… Tiezé…

Una suave voz se filtró desde la garganta de Ronye. Escondió la silla de ruedas en la que Kirito estaba sentado en su espalda y sostuvo la empuñadura de su espada con su mano derecha, pero sus piernas también temblaban.

Tenía que levantarse.

Tenía que levantarse, blandir el Filos de Alas Gemelas de su cintura y luchar contra este soldado goblin.

A pesar de esos pensamientos, como si estuviera petrificado el cuerpo de Renri rechazaba la idea de moverse. El enemigo no era más que un simple soldado semi-humano. Los caballeros de alto rango, capaces de enfrentar a un millar, deberían ser capaces de ganar aunque estuvieran frente a mil de estos goblins.

—Gufuu… te ves sabrosa…

El goblin lamió sus labios mientras chorros de baba viscosa goteaban.

—Re…¡ retrocede! ¡Si no lo haces…!

La advertencia que Tiezé lanzó desesperadamente no sirvió para más que estimular el apetito del goblin. Con una engreída sonrisa, el semi-humano tomó otro paso al frente, blandiendo su machete. Entonces—

Zuton [8].

Ese sonido secó sonó en la tienda.

Los dos ojos amarillos del soldado goblin se abrieron ampliamente mientras miraba hacia su propio pecho.

Metal fino y afilado salía de su gruesa armadura de placas. Estaba mojada con gotas de sangre fresca, una punta de una espada. Algún ser había apuñalado precisamente en  el corazón del semi-humano por detrás.

—¿…Que es, esto…?

Esas se convirtieron en las últimas palabras del soldado goblin. La fuerza abandonó su musculoso cuerpo y se derrumbó en el suelo de la tienda sin fuerzas.

De pié tras él y medía cabeza más baja que las dos aprendices estaba una pequeña espadachina o quizá una mujer asceta. Su pelo de color marrón rojizo oscuro estaba trenzado y llevaba un pectoral de plata encima de la ropa negra de asceta. La espada que sostenía en la mano derecha era más bien corta,  encajando con  su cuerpo. A  pesar de que podría  ser etiquetada como niña de acuerdo a su edad, a pesar de acabar de matar a ese horrible soldado semi-humano, su adorable cara no mostró ni pizca de miedo.

Después de ver esto en aturdimiento, Renri se dio cuenta al fin.

Esta chica no era ni una espadachina ni una asceta.


Era una caballera. Una aprendiz de Caballera de la Integridad con el nombre de Linel Synthesis Twenty-eight so recordaba bien. Esa chica fue la que mató al anterior vigesimoctavo caballero en combate y robó su posición, ella era la mitad de las «Gemelas Atroces».

La expresión de Linel no mostró reacción incluso cuando fio la estúpida vista de Rente caído en el suelo. Tras confirmar la seguridad de las dos aprendices y Kirito, en la silla de ruedas, se dio la vuelta.

Otra aprendiz de caballero apareció en la entrada de la tienda inmediatamente después, su pelo corto era de exactamente el mismo tono que el de Linel, Fizel Synthesis Twenty-nine susurró a su compañera en voz suave.

—Nel, me he hecho cargo de todos los goblin de las cercanías, pero siguen viniendo. Puede que sea mejor moverse.

—Nn, entendido, Zel.

Habiendo asentido, Linel cogió el cadáver de goblin que obstruía el paso cerca de la entrada y con la punta de su pie derecho lo hizo rodar hacia donde fuera menos molesto. La casi ausencia de sangre era probablemente debido a la velocidad y precisión de ese golpe desde atrás.

Dándose la vuelta, llamó a las espadachinas aprendices que parecían incapaces de hablar.

—Yo soy Linel y esta es Fizel. Ambas somos aprendices de caballeras.

—S-sí, os vimos durante la práctica. Nostras somos espadachinas en entrenamiento; Tiezé Shtolienen y Ronye Arabel. Muchas… Muchas gracias por salvarnos.

Tiezé anunció su nombre con una voz que todavía temblaba y Ronye también se inclinó.

Linel se encogió de  hombros precozmente con eso.

—Todavía está por ver si vais a vivir o no. Parece que más de cien goblins se han deslizado a través de las líneas de defensa mientras que los flancos izquierdos del primer y segundo escuadrón están cubiertos con un pantalla de humo.

Linel se quedó en silenció un momento y finalmente miró directamente a Renri.

Sus ojos grises teñidos de violeta se estrecharon.

—Capitán del flanco izquierdo del segundo escuadrón, caballero de alto rango-sama, ¿qué hace en este lugar? Sabe que aquellos bajo su mando se están moviendo en confusión bajo la pantalla de humo?

Apartando la cara como si quisiera escapar de la vista de la caballero aprendiz, Renri respondió en voz baja.

—…No tiene nada que ver con vosotras dos. Por favor coged a esas dos y al enfermo y llevarlos a un lugar seguro.

Renri sintió claramente un cambio en la presencia de Linel en ese momento.

Una fría aura asesina impropia de una niña rozó su mejilla. La espada manchada de sangre de goblin brillaba naranja iluminada por la luz de las antorchas.

¿Estaba pensando en matarlo, como hizo con el anterior vigesimoctavo?

Entonces eso sería todo. Era un error en primer lugar colocarlo a él, un fallo de caballero que debería haber estado congelado para siempre en un campo de batalla real. No podía regresar al segundo escuadrón ahora y no había lugar para el si huía hacia la catedral. A pesar de que es una aprendiz, una ejecución por Linel quien posee un numero como caballera sería un final apropiado para alguien tan cobarde.

Renri giró su cara mientras esperaba a la hoja de la condena.

Pero lo que oyó fue un sueva susurro en vez de pasos acercándose.

—…Eres un terrible cobarde, pero debes tener algo de fuerza si eres supuestamente un caballero de alto rango. Agradece a ese espadachín que llamaste enfermo.

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¿Qué quería decir? Ese pensamiento le asaltó y levantó la cara solo después de la que ropa ascética de Linel giró.


—Aprendices, venid junto con Kirito.

Tras las instrucciones de Linel.

—¡Nel, vinieron! Hay ocho… no, ¡hay diez!

Antes que la voz de Linel se superpusiera. Ciertamente habían varios conjuntos de pisadas aproximándose desde el este.

Dándose la vuelta, Linel rápidamente ordenó a Tiezé y Ronyé quienes seguían congeladas.

—Me retracto de esa orden,  esperad por un tiempo. Vamos a encargarnos de los goblins.

—S… Sí, caballera-sama.

Tiezé asintió y Linel dejó la tienda como si se deslizada y desapareció junto a Fizel. Los gritos “¡Ahí están! ¡Niñas ium!” de los goblin llegaron enseguida y los pasos desaparecieron. Planeaban llevárselas antes de actuar.

Oponerse a diez goblin sin miedo requiere un coraje que va más allá del esperado por aprendices. Sin embargo esas dos tenían fuerza digna de ello.

Fuerza.

Linlel juzgó a Renri como un cobarde, pero aún así dijo que él “debe tener algo de fuerza”. Y que debía de agradecer al rebelde, Kirito, quien debería de haber sido originalmente su enemigo.

No entendía el significado detrás de esas palabras y dudaba que hubiera siquiera un rastro de fuerza dentro de él. Después de todo, no puso ni siquiera soportar estar en pie al ver a un soldado enemigo.

Renrí miró hacia abajo, incapaz de reunir el valor para confirmar que expresiones tenían Ronyé y Tiezé.

Sin embargo solo duró unos segundos. Una línea recta rasgó a través de gruesa tela justo a la izquierda de Renri, que separada el interior de la tienda del exterior. Razón suficiente para levantarse y saltar hacia atrás, en lugar de encogerse como antes.

En pie al otro lado de la tela desgarrada había un soldado goblin más bajo que el de antes, pero vestido con una armadura que parecía de alta calidad. Hecha con cuero, hecha con habilidad e incluso teñida de negro. Juzgando por cómo se escondió de la atención de Linel y Fizel, aparentemente era un explorador experto en operaciones encubiertas.

Renri alcanzó inconscientemente los cuchillos para lanzar de su cintura, pero no podía blandirlos. Como cuando vio al primer goblin, el miedo filtrándose desde las profundidades de su estomago adormece las puntas de sus helados dedos.

Renri prácticamente no era consciente de sí mismo, pero la fuente la ese miedo parece no ser por ver a un soldado semi- humano de cerca por primera vez.

Era miedo a pelear. Para ser especifico, temía el combate a muerte que enfrentar al goblin llevaría.

Temía perder la vida. Dicho eso, temía matar incluso más.

Pares de pisadas llegaron a las congeladas orejas de Renri. Eran diferentes de las que dejaron Linel y Fizel. En realidad había más de diez o veinte goblins que se deslizaron a través de las líneas de defensa.

Tal vez tras a través del miedo de Renri mientras estaba congelado, el explorador sonrió y miró hacia Tiezé y Ronye. Las dos aprendices escondieron a Kirito en la silla de ruedas detrás de ellas y firmemente blandieron sus espadas una vez más. Sin embargo, la desesperación apareció en sus caras un momento después. Numerosas sombras aparecían a través del humo tras el explorador.

El explorador preparó el arma similar a una guadaña en su mano derecha y se deslizó hacia Tiezé y Ronye.

—De… ¡Detente! ¡ Si te acercas más, te cortaremos!

La chica pelirroja gritó con valentía. Pero esa voz era ligeramente ronca y se estremeció.

—…

El goblin acortó la distancia en silencio. La falta de conversación sin sentido, a diferencia del soldado anterior, indicaba que tenía una alta posición entre los soldados, con más formación. Aún así, Tiezé se mantuvo firme y sostuvo su espada en alto con una expresión que mostraba que estaba dispuesta a morir.

Es imposible, huid.

Quería decir eso. Pero su boca no se movió. Su cuerpo, no, su alma rechazaba la opción de luchas incluso en esta situación.

En ese momento—

Un débil crujido llegó a las oídos de Renri.

Movió su vista hacia la derecha.

El joven de pelo negro mirando hacia abajo con expresión vacía, seguía sin poder hacer nada sentado en la silla de ruedas en las oscuras profundidades de la tienda. El ruido provenía de su mano izquierda. Los vasos sanguíneos se mostraban en la mano abrazando las dos espadas, activando sus articulaciones, mostrando el tremendo poder en ellas.

—Tu…

Renri susurró en voz inaudible.

¿Quieres proteger a esas dos? ¿A pesar de ser incapaz de levantarte, blandir tu espada, o incluso hablar?

De la nada, se dio cuenta.

La fuerza que Linel y Fizel mencionaron antes de irse. No se referían ni a la habilidad con la espada, ni a las artes, ni a los instrumentos divinos, ni siquiera al Arte de Control Completo de Armamento.

Era ese pequeño poder que cualquiera, tanto Caballeros de la Integridad como gente corriente, poseían desde el inicio, pero perdían de vista con demasiada facilidad.

Coraje.

La mano derecha de Renri empezó a moverse lentamente.  Las puntas de sus dedos rozaron el Filos de Alas Gemelas en su cintura. La sensación retornó a sus manos en ese instante. Su instrumento divino parecía hablarle.

El goblin sin ningún cuidado balanceó la brutal guadaña hacia Tiezé.

Entonces—

El sonido agudo del aire siendo cortado hizo eco mientras una luz blanca iluminaba los oscuros interiores de la tienda.

La luz siguió hacia arriba, trazando un arco desde la mano de Renri, rozando el techo de la tienda mientras se sumergía. Acabó pasando a través del cuerpo del goblin y terminó entre los dedos índice y corazón de la extendida mano derecha de Renri .

—¿…Gu, hi…?

El goblin gimió como si dudara de lo que había ocurrido. Una línea roja se dibujó a través de su cara sin ningún sonido.

Inmediatamente después, la mitad superior de la cara de goblin se deslizó fuera de su lugar y cayó al suelo con un sonido húmedo.

El instrumento divino «Filos de Alas Gemelas», era un juego de cuchillos de hierro para lanzar extremadamente delgados curvados desde el medio.

Los cuchillos de aproximadamente cuarenta cen no tienen mango por donde sujetarlos. Ambos lados terminen puntas afiladas y son lanzados colocándolos entre los dedos. Los filos que vuelan girando a grandes velocidades pueden cambiar libremente de trayectoria y volver a las manos de su propietario quedando nuevamente entre los dedos.

En otras palabas, incluso el uso normal requiere un nivel de concentración incomparable a ese de las espadas. Podría perder fácilmente sus dedos si perdiera el enfoque por lo más mínimo y fallara al recibir los filos de vuelta.

Su evidente control sobre tal arma podría decirse que es prueba suficiente de las capacidades de Renri. Sin embargo, el mismo no es para nada consciente de ello. Su espíritu languideció con el sentimiento de inferioridad por ser incapaz de activar el Arte de Control Completo de Armamento.

Por lo tanto, Renri no estaba ahora más preparado para la batalla pese a pesar de haber matado al goblin de un golpe.

Renri repitió su respiración poco profunda mientras se en el frío hierro que temblaba débilmente, girando en la punta de su extendida mano derecha. Mató, finalmente mató, esas palabras eran lo único que resonaba en su mente una y otra vez.

—…Caballero-sama.

Tiezé fue quien rompió el silencio. Lagrimas salían de sus pupilas del color de las hojas del otoño mientras la aprendiz decía con un susurro.

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—Muchas… gracias. Nos has salvado, ¿verdad?

Con esas palabras, el pecho de Renri, congelado de miedo, fue empapado por calidez. Pero no podía darse el lujo de responder. Desde el otro lado de la cortina de humo, múltiples sombras se acercaban directamente. Su número era probablemente más de diez.

Imposible. Ya no puedo pelear, incluso un solo goblin ya era aterrador.

El pequeño coraje que reunió con todo su cuerpo se rompió y desvaneció.

Su respiración se volvió superficial. La fuerza dejó sus piernas.

Sus pupilas que nadaban en busca de un lugar para escapar, de nuevo, se acercaron a las dos espadas largas que sostenía el manco joven de cabello negro.

De ellas, la espada adornada con una detallada rosa en la empuñadura, dejaba salir una débil luz en la tenue oscuridad. El brillo azul, débil pero de algún modo cálido, emitía pulsaciones como si fuera un corazón. El helador temor que lo envolvía se descongeló gradualmente.

Tras coger todo el aire que su pecho podía aguantar, Renri habló.

—…Vosotras debéis manteneros aquí y proteger a Kirito-san.

—¡S…sí!

Tiezé y Ronye respondieron con voz tensa. Respondiendo mientras asentía lentamente, renri dejó la tienda que los exploradores habían atravesado. Los dos goblins que lideraban a los soldados enemigos que se acercaban vieron a Renri y mostraron sus colmillos.

Su mano derecha destelló, un brillo pálido atravesó el aire.

El cuchillo para lanzar volvió a sus dedos mientras dos cabezas caían. Sin embargo Renri sin comprobarlo cambio su vista y lanzó el cuchillo en la izquierda de su cadera hacia un nuevo objetivo. Otros dos goblin perdieron su vida mientras se desmoronaban.

Renri quien en apenas cuatro segundos acabó con cuatro goblins fue rodeado con nuevas tropas.

—Es un caballero…

—¡El cuello del general!

–¡Matar! ¡¡Matar!!

Bañado en agresivas voces, Renri corrió hacia el frente para alejar a los enemigos de la tienda de detrás. Las armaduras de los goblins temblaban mientras le perseguían.

Pronto, la ordenada línea de tiendas de suministros llegó a su fin. Justo a su izquierda tenía una pared vertical de roca y el frente una densa cortina de humo, de la que salían goblins uno tras otro. Y por detrás habían diez persiguiéndole.

Habiendo saltado hacia las garras de la muerte por sí mismo, Renri se mantuvo firme y estiró sus dos manos agarrando sus dos cuchillos para lanzar y dirigiéndolos hacia izquierda y derecha antes de gritar:

—¡¡Mi nombre es Renri!! ¡¡El caballero de integridad Renri Synthesis Twenty-Seven!! ¡Si queréis mi cuello, prepararos para perder vuestra vida y venid a por mí!

A este discurso el cual tomó todo su coraje, los goblin respondieron con gritos de guerra.

Sus machetes se balanceaban al unísono mientras que Renri lanzaba ambos cuchillos simultáneamente, Renri les apuntó mientras que estaban en mitad del salto desde ambos lados.

El cuchillo de su mano derecha hacia la derecha. El cuchillo de la mano izquierda hacia la izquierda. Dos filos flotantes trazaron arcos al interceptar a los goblin situados más al frente.

Desmembradas una tras otra, las cabezas dejaron sus cuerpos, antes de caer al suelo. Sus cuerpos cayeron hacia el frente, retrasados, mientras la oscura sangre fresca brotaba de ellas.

Renri cogió los dos cuchillos que regresaban, pero no cogiéndolos entre sus dedos sino enganchándolos alrededor de sus dedos índices. Girándolos a altas velocidades para mantener su inercia, los lanzó nuevamente sin detenerse.

De nuevo se repitió exactamente la misma escena. Con una simple comparación del poder de sus ataques normales contra el «Arco de Llamas Conflagrantes» de Deusolbert y «Espada Perforadora del Cielo» de Fanatio probablemente resultaría en su victoria. Las hojas de los «Filos de Alas Gemelas» eran más finas que el papel   y mientras avanzaban a velocidades extremas, cortaban a través de las inservibles armaduras como si no estuvieran ahí.

Los dos lanzamientos consecutivos acabaron con más de diez e incluso los goblin que no conocían el miedo, tenían su vigor hecho pedazos, asustados de la desconcertante manera de morir de sus aliados.

Puedo hacerlo— Si aguantaba un poco más, deberían llegar refuerzos desde las líneas del frente donde la cortina de humo se estaba desvaneciendo.

Renri mantuvo el terror del genocidio que acababa de cometer mientras hacía un tercer tiro.

Sin embargo lo que llegó a sus oídos fue el ruido de amas cayendo por un hacha en vez de los ruidos de corte previos.

Kakiiin! Un sonido de impacto estridente.

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Pese a que sus rumbos fueron violentamente alterados, os dos cuchillos regresaron de algún modo, Renri extendió sus manos todo lo que pudo para recuperarlos. Perdiendo la compostura necesaria para enganchar los cuchillos en sus dedos deteniéndolos por poco.

Sus dos ojos abiertos ampliamente detectaron una figura, un solo goblin, que estaba apareciendo lánguidamente desde más allá de la cortina de humo.

Grande.

Su altura no difería mucho de Renri, quien tenía una apariencia física de quince años. Sin embargo, los abultados músculos que cubrían todo su cuerpo y la ardiente aura asesina que emitían sus dos ojos amarillos eran completamente diferente de otros goblin. Vestía una armadura de cuero remachada, quizá por motivos de movilidad ya que parecía ligera, y un enorme hacha colgaba de su mano derecha.

—¿Tu eres su general?

Preguntó Renri con voz suave

—Seh. Jefe de los Goblin de la montaña, Kosogi.

Respondió con calma el goblin y miró lentamente a su alrededor.

—Ah-ah, has hecho una gran demostración matándolos. Quien iba a pensar que había un Caballero de la Integridad dejado aquí tan atrás. Joder en eso sí que me he equivocado.

No solo su cuerpo, también su forma de hablar era completamente diferente de otros goblin. Pese a tener una intensa sed de sangre, su inteligencia la mantenía a raya.

No importa. solo tuvo suerte y repelió el Filos de Alas Gemelas una vez, eso no volverá a ocurrir.

Renri cruzó los brazos frente a su cuerpo y gritó.

—Aquí, ¡¡termina vuestra guerra!!

Las lanzó con toda su fuerza a la máxima velocidad que pudo.

La hoja derecha se elevaba angularmente mientas que la izquierda a la altura del suelo acometía hacía arriba, volando con precisión hacia el cuello de Kosogi. Pero.

Una vez más, todo lo que sonó fue un claro y estridente ruido metálico.

El general enemigo, Kosogi, movió el hacha lo suficientemente rápido para convertirla en un borrón gris y espléndidamente se protegió del ataque simultaneo desde la izquierda y la derecha.

Apenas pudo atrapar los cuchillos desviados.

¿¡Por qué!? ¡El Filos de Alas Gemelas deberían ser suficiente para cortar a través del arma de ese goblin…!

Sorprendido, Renri dirigió su mirada hacia el hacha de Kosogi.

Aunque fue hecha tosca como esos machetes que los soldados goblin llevaban equipado, el tinte de su hoja difería. Eso no era producto de una fundición primitiva. Tenía una afilada hoja con alta prioridad, forjada durante mucho tiempo con acero templado.

Como si hubiera visto a través del asombro de Renri, Kosogi movió su hacha frente a su cara mientras sonreía.

—¿Esto? Es un prototipo, pero bastante bien hecho ¿verdad? Se derramó sangre para conseguir robar los materiales y métodos de la Orden de los Caballeros Oscuros. Pero verás… esta no es la única razón por la que tus ataques están siendo bloqueados, chaval caballero.

—…Entonces, ¡que tal esto!

Balanceó ambas manos hacia arriba. Los cuchillos para lanzar flotaban en los cielos de la negra noche desapareciendo  de la vista del enemigo y creando un gran arco mientras lo asaltaban por detrás. Esto no debería de poder fallar—

—¡¡…!!

Su convicción se destrozó rápidamente. El jefe goblin llamado Kosogi balanceó su hacha detrás y además repelió los cuchillos que viajaban a extremas velocidades sin siquiera mirar.

Renri falló en atrapar perfectamente los cuchillos que volvían, temblando inestablemente, y sufrió un corte en el dedo medio de su mano izquierda. Sin embargo, la situación ni siquiera le dejaba tiempo de sentir ese dolor.

—Son ligeras, chaval. También esta ese ruido.

Las cortas líneas de Kosogi cubrieron cada una de las debilidades de el Filos de Alas Gemelas.

El peso de cada uno de los cuchillos para lanzar era increíblemente ligero para un arma considerada un Instrumento divino. Eso era normal debido a que sus objetivos eran un filo bien afilado y la energía rotacional, pero como resultado no podían cortar por la fuerza a ningún oponente con una defensa de suficiente prioridad para poder soportar dicha velocidad.

Además eso cuchillos que giran a grandes velocidades mientras vuelan muestran un ruido distintivo mientras cortan el aire. Era realmente posible para alguien quien hubiera entrenado su oído predecir sus trayectorias.

Renri se estremeció ante el intelecto de Kosogi, viendo a través de tanto tras haber visto sus ataques solo esas pocas veces. Para pensar que un inferior semi-humano como un goblin, puede llegar a tanto…

—”Es solo un goblin…” mejor detente, chaval.

Sonriendo, mientras que parecía algo deprimido, Kosogi susurró.

—Pero, me gustaría decir esto. Supuestamente su eres supuestamente un  caballero- sama, ¿verdad? Los Caballeros de la Integridad son capaces de hacer frente a mil en solitario… eso es lo que he oído, ¿pero respecto a ti no parece ser así?

—…Ah, en efecto.

Fue un error en primer lugar tomar a la ligera al enemigo como si fuera cualquier goblin.

Entendiendo eso, Renri abandonó su farol y asintió.

—Soy un fallo como caballero. Pero aún así… no te equivoques. El fallo soy yo, no estas.

Dijo poniendo las hojas plateadas entre sus dedos en ambas manos frente a su cara.

La debilidades de los Filos de Alas Gemelas. El método para acabar con ellas debe ser el arte secreto de los Caballeros de la Integridad, el Arte de Control Completo de Armamento.

Este instrumento divino se decía que una vez fue un par de pájaros quienes respectivamente perdieron sus alas izquierda y derecha. Incapaces de volar con una sola ala, se juntaron y volaron más alto que ningún otro pájaro pudiendo volar por cerca de una eternidad.

Esa leyenda creó una pequeña herida en el corazón de Renri sin que él mismo se diera cuenta.

Quien apreciaba en esas memorias que le robaron a través del Ritual de Synthesis.

Con quien cruzó espadas en la final del Torneo de la Unidad de los Cuatro Imperios y robó su vida por accidente al final de la batalla superando todo lo demás, fue ese amigo de la infancia [9].

Renri y esa persona eran realmente un par de pájaros. Habían mutuamente desde que podían recordar e incluso después de moverse a la Capital Central desde su villa, atravesaron todas las pruebas mientras se usaban mutuamente de soporte mental, llegando al escenario definitivo.

Pero sus alas se rompieron ahí.

Incluso con sus recuerdos sellados y convertido en un Caballero de la  Integridad, el gigantesco sentido de perdida en  el corazón  de Renri  se mantuvo sin  llenarse. Habiendo perdido el coraje para coger la espada para pelear y la alegría de conectar sus golpes, corazón a corazón, con otro, Renri no era capaz de despertar a esos dos pájaros divinos volando con sus alas unidas.

Sin embargo.

El joven de pelo negro que conoció en este campo de batalla, quien había sufrido más que nadie y tenía dos espadas en su brazo. Justamente de una de esas espadas emanaba una luz cálida que hablaba a Renri con voz que no era una voz [10].

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Lo que existe en este mundo que se ha mantenido incluso después de que una vida llegue a su fin.

Esas son memorias. Recuerdos.

Conexiones entre corazones permiten que una vida sea sucedida por otra, y otra. Sin fin, mientras el mundo exista.

Renri apartó su vista del general goblin, con una expresión cercana a la certeza de victoria, y gentilmente bajó sus parpados.

El joven caballero parecía que se  hubiera rendido con todo antes de que su cuerpo dejará ir una tormenta de espíritu de espadachín. Sus dos ojos se abrieron. Sus dos brazos, sujetando esos dos cuchillos de acero, cruzados mientras ocultaban la mitad inferior de su cara.

—¡¡——Volad, Alas Gemelas!!

Esos brazos se movieron horizontalmente con ese grito. Dos haces de luz flotantes trazaron un arco escarpado y asaltaron a Kosogi desde derecha e izquierda.

—Puedes seguir intentándolo… ¡¡pero es inútil!!

El jefe goblin blandió su hacha y repelió los cuchillos para lanzar con todas sus fuerzas.

Un estridente ruido metálico acompañado de chispas carmesí. Los dos cuchillos rebotaron muy fácilmente, pero ellos volvieron a los cielos sin caer al suelo. Como si fueran dos pájaros encorvados, trazaban una hélice mientras se entrelazaban uniéndose cada vez más.

Fue entonces, cuando los cuchillos se juntaron.

—¡¡Release…recollection!!

En vez del Arte de Control Completo de Armamento, Renri chilló la frase para el verdadero arte secreto que lo sobrepasaba, el «arte de liberación de memorias».

Una radiante luz pura iluminó el valle.

Los cuchillos de dos caras se unieron en sus extremos con la luz y se volvieron uno.

Girando suavemente, el cuchillo que se convirtió en una cruz brillaba tenuemente como una estrella distante en el cielo nocturno. El instrumento divino, Filos de Alas Gemelas, liberado.

Renri levanto lentamente su mano derecha hacia su otro ser, que seguía liberando luz desde muy arriba.

Hermoso.

Es justo como yo y … éramos.

Apretó fuertemente la mano que había alzado.

Los cuchillos cruzados empezaron a rotar con una tremenda fuerza. El ruido de cortar a través del aire fue disminuyendo hasta desaparecer como si hubiera excedido el espectro auditivo.

Renri bajó lentamente su mano derecha.

El Filos de Alas Gemelas se deslizó por el espacio sin sonido como un disco de luz hacia el goblin.

—Eso es…¡¡inútil!!

Rugiendo, Kosogi cortó con su hacha hacia el asalto del Filos de Alas Gemelas desde arriba en el cielo con intención de tirarlas abajo.

Sin embargo , ocurrió un momento antes de que el grueso acero fuera contra el cuchillo ultrafino. El instrumento divino alteró su trayectoria previa rápidamente y saltó verticalmente por un momento antes de acelerar hacia abajo una vez más después que el hacha haya cortado en el vacio del aire.

Khh.

Un ruido seco y tranquilo.

En el siguiente instante, de extremo a extremo de la figura de Kosogi surgió una raya blanca azulada.

—¡¡Gaaahh!!

Kosogi saltó hacia Renri con un rugido salvaje. Pero la mitad derecha de su cuerpo cayó tras la izquierda. Tras uno o dos pasos su cuerpo se separó completamente, cayendo hacia derecha e izquierda.

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 18 Parte 2

 

A las puertas de la muerte, Kosogi pensó sobre la causa de su muerte con su excelente intelecto.

Según sus ideas preconcebidas, esto querría decir que este pequeño caballero en ciernes ocultaba una sed de sangre y deseaos más grandes que él. Sin embargo, no importaba que tanto mirara con su visión dividida, no podía encontrar ninguna sed de sangre en el caballero con cara de niño

Entonces, ¿por qué he perdido?

Aunque le abrumaba el deseo de saberlo, eso fue un momento antes que la completa oscuridad engullera su visión.

 

 

Tras recibir el Filos de Alas Gemelas con ambas manos, se separaron sin ningún sonido y volvieron a ser como antes.

Renri miró silenciosamente a los dos cuchillos que no tenían ni una gota de sangre.

No era como si sus memorias selladas hubieran vuelto. En primer lugar, Renri no es consciente de tener sus memorias selladas.

Aún así, Renri se aferraba a los dispersos remantes de memorias, de cuando una vez junto con otra persona junto su corazón. Pensó que era suficiente por ahora.

Tras cerrar sus ojos por un momento, se dio cuenta mientras movía su cabeza hacia arriba. Deberían haber muchos goblin esperando detrás del general goblin, Kosogi. Aún así estaba muy tranquilo

Enfocando sus ojos más allá de la pantalla de humo que empezaba a despejarse, Renri notó incontables cadáveres uno sobre otro. Esas eran las tropas enemigas que deberían haber estado vivas minutos atrás. Quedó sorprendido mientras pensaba quien podría haberlo hecho.

—…Ahora te ves un poco más como un caballero, ¿no crees?

Al oír esa voz giró bruscamente su cuerpo. La persona que trotaba desde su derecha era la aprendiz de caballero, Fizel Synthesis Twenty-eight. Linel Synthesis Twenty-nine estaba presente a su lado también. Debieron ser ellas dos quienes se hicieron cargo de las tropas enemigas restantes.

Se quedó en shock, sin saber cómo responder, y Linel, con su pelo en trenzas, resopló antes  de hacer un saludo de caballero embellecido.

—Caballero de alto rango-sama, esperamos sus órdenes.

Eso debió ser parte sarcasmo, pero seguía siendo mejor que desprecio. Renri se aclaró la garganta antes de preguntarle al par.

—¿Están Tiezé y compañía a salvo?

—Sep, Se unieron con la unidad de suministros.

Mientras Fizel asentía, dejó salir un suspiro de alivio y también asintió

—¿Sobre los soldados enemigos que pasaron?

—Nos hicimos cargo de ellos.

Esta vez respondió Linel.

Entonces… Volveré a mi unidad, sería lo mejor si vosotras hicierais lo mismo.

—Siií. —Entendido.

Tras despedir a las aprendices de caballero quienes se giraron y corrieron sin ningún signo de cansancio por el combate, Renri volvió sus ojos hacia las gilas de tiendas detrás una vez más.

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…….Gracias.

Expresando su gratitud en su corazón hacia las dos aprendizas y el joven espadachín, el Caballero de la Integridad de Alto Rango, Renri Synthesis Twenty-seven, empezó a correr hacia el este para unirse con el flanco derecho de la segunda unidad.

 

 


[5]  Así llama a Eldrie, no es un error de escritura.
[6]  Forma de decir milímetro en Underworld.
[7]  Onomatopeya de romper o desgarrar tela.
[8]  Onomatopeya de golpear.
[9]  En ningún momento se aclara el género de dicho amigo, así que puede ser amigo o amiga
[10]  Se refiere a que no suena ninguna voz pero transmite las palabras de todas formas

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